“Con un abrazo solidario a mi hijo Ricardo Alfonso
Calderón Quijano, por haber obtenido el premio a la mejor caricatura en el año
que nos antecede. Honor a quien honor merece”.
EL ANCESTRAL ABANDONO
Siendo presidente de la República Pascual Ortiz Rubio y al observarse que iba a
quedar suprimido el territorio de Quintana Roo, se puso gran empeño en que la
parte sur o sea la de Chetumal, que era la mejor, le fuera asignada a Campeche,
como así sucedió por reforma constitucional del 19 de diciembre de 1931, con
ello se buscaba remediar la defectuosa vida del Estado.
Desgraciadamente el gobierno de Campeche mandó de presidente municipal a
Payo Obispo (Chetumal) a uno de sus adictos con la consigna: “manda cuanto
dinero puedas”. Y Eduardo Mena Córdova cumplió al pie de la
letra las instrucciones. Se asoció con un familiar suyo que había desfalcado en
Campeche como administrador del Casino y que había sufrido por ello seis años
de cárcel por haber falsificado la firma de su hermano, un laborioso industrial.
Cuando el general Lázaro Cárdenas del Río llegó a Chetumal en
gira electoral, el pueblo en masa pidió volver a ser territorio federal, y un
líder preguntó: ¿es cierto que es de nosotros el aljibe? ¡sí! contestó la
multitud. Y ¿a cómo nos cobra la lata de agua nuestro alcalde? Gritaron de
nuevo. “A peso la lata” contestó la muchedumbre de chetumaleños, víctimas del
latrocinio de nuestro paisano Mena Córdova.
Ni tardo ni perezoso “La esfinge de Jiquilpan” ordenó reformar de nuevo
la Constitución General de la República el 16 de enero de 1935, quedando
reconstruido formalmente el Territorio Federal de Quintana Roo y volviendo el
estado de Campeche a su vida menesterosa.
Años después, aquel alcalde denostado como sinvergüenza llegó a ser
gobernador de Campeche, y contra la recomendación del muerto y venciendo la
resistencia del mismo, consiguió llevar a Campeche los restos de Pablo García
Montilla, que de esa forma fue elevado como prócer de nuestra
entidad. El mismo “Maestro de América” se refirió muy claramente sobre estos
sucesos que nos llenaron de oprobio. Pero la historia la escriben los
vencedores.
Los problemas del lío limítrofe entre Campeche y Quintana Roo son
ancestrales. Ya desde el decreto del 15 de mayo de 1940, se reintegró a nuestra
entidad una buena parte de su territorio que había sido invadida por los
gobiernos sucesivos de Quintana Roo.
La invasión progresiva del solar campechano llegó a adquirir
proporciones alarmantes, tanto porque implicaba para la lejana entidad
peninsular la pérdida de una extensa y rica porción de su suelo, cuanto porque
privado de los impuestos que por concepto de explotación maderera percibía el
Territorio, lo cual afectó seriamente su economía.
Los invasores ayer, como hoy, han pretendido justificar su intromisión
en tierras campechanas al amparo de un decreto del 24 de noviembre de 1902, que
al erigir esa entidad territorial manoseó el famoso vértice de Put. No fue sino
hasta que un plano levantado en 1936 por la Secretaría de Agricultura cuando
apareció trazada por vez primera la línea divisoria que cercenó a Campeche toda
la región llamada de “Indios Pacíficos”, la más rica en resina de chicozapote
(chicle) y maderas preciosas.
Con ese apoyo en los planos oficiales el Territorio acrecentó sus
dominios y enriqueció sus ingresos. Un día se anexaban una montería y al
siguiente un pueblo arruinado. Era inútil que los gobernantes de Campeche
clamaran contra esas invasiones. El gobierno federal pedía prudencia para
evitar derramamiento de sangre. La propia Secretaría de Gobernación no quería
sentar el precedente de aparecer modificando los límites de las entidades
federativas, lo cual por supuesto convenía a Quintana Roo.
Estimado lector, si usted analiza esos antecedentes encuentra premisas
que han sido causa y efecto de la lucha de Campeche para evitar ser despojado
de su territorio: la corrupción de un alcalde campechano que motivaron la
intervención de Lázaro
Cárdenas; la lejanía y abandono ancestral de esa zona rica en
maderas preciosas; un trazo infame de la Secretaría de Agricultura y la
indiferencia de la Secretaría de Gobernación federal para poner las cosas en su
lugar.
Llegamos entonces a el año 2013 y que luego del Sesquicentenario de ser
decretado como Estado Libre y Soberano nos percatamos de que hemos tenido una
suerte pésima. Solo dos gobernantes eran amigos de presidentes de la República,
Héctor Pérez
Martínez con Miguel Alemán Valdez y Carlos Sansores Pérez con Luis Echeverría
Alvarez. Ni uno ni otro hicieron nada para inclinar la balanza
política y acabar el problema del latrocinio de los quintanarroenses, que
llegaron a poblar esa entidad como los tahúres, gambusinos, delincuentes y
asesinos lo hicieron con el viejo oeste de los Estados Unidos de Norteam érica.
Pero nos queda claro que una de las principales causas de ese lío
limítrofe que ya ha consumido toneladas de tinta, miles de horas de grabaciones
en radio y televisión ha sido el abandono. Comentarios que nos llevan a nada
porque quien sigue avanzando en su afán de despojo son los quintanarroenses.
Mucha de esta culpa la tiene el gobierno federal porque esos terrenos
han sido mal otorgados. Son terrenos nacionales no agrícolas. Son forestales y
no hay agua. La vocación de esa zona sigue siendo maderable y está protegida
por un nombramiento de la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Los
descubrimientos por ejemplo de Uxul, antigua ciudad maya dan la razón de que
nada debe de erigirse en ese lugar que no corresponda a la rica zona
arqueológica, estúpidamente saqueada desde décadas atrás y la promoción hacia
un turismo interesado, que muchos señalan como el europeo. La Reserva de la
Biosfera es y debe ser intocable.
Los explotadores de madera que asolaron esa rica zona forestal llevaron
a habitar en campamentos y luego asentarse en sus inmediaciones, aunque el agua
se encuentra a 120 metros de profundidad y su característica es turbia y llena
de caliza. No apta para el consumo humano. Los actuales habitantes no nacieron
en ese sitio. Migraron a la espesura desde estados del Sureste de México por
acontecimientos diversos. No piensan como campechanos. No reconocen a Campeche
como su gobierno. No esperemos entonces que el día de mañana en caso de un
censo vayan a votar a favor de Campeche.
Reconocen más al gobierno de Quintana Roo que al de Campeche en especial
los habitantes de esa zona de los municipios de Hopelchén y Calakmul. A lo
largo de la Línea Dupré se han creado más de 100 ejidos siendo la mayor parte
de Campeche, pero curiosamente las escuelas fueron construidas por Quintana Roo
y en los homenajes mensuales se canta el himno de esa entidad y no el de
Campeche.
Ese abandono ancestral fue una de las causas del gobierno de Jorge Salomón
Azar García para crear ese municipio. Los leguleyos que están a
cargo de la defensa de Campeche no deben olvidar que las últimas resoluciones
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se han dado en el principio de pertenencia
y esa es la táctica de Quintana Roo, al crear conciencia en los habitantes de
que repitan incesantemente su carácter de quintanarroenses. Esto es un programa
muy bien trazado desde sexenios atrás lo que sin duda ha costado una fuerte
inversión y no nos queda duda de que billete mata corazón.
Lo que ha venido haciendo por ejemplo Carlos Joaquín Reyes Alpuche es
positivo porque al meter nacionalismo y campechanizar esa zona puede dar
beneficios a largo plazo, aunque no hay que perder de vista que esa gente
asentada en la zona en litigio se ha mal acostumbrado a recibir dádivas y apoyos en forma consuetudinaria.
Pelear contra el IFE como lo pretende el Instituto Electoral del Estado
de Campeche es una pérdida de tiempo. El IFE en general, llámese Yucatán,
Campeche y Quintana Roo son valores entendidos. A ese instituto federal todo lo
que les preocupa son los procesos electorales y en esa tesitura Campeche por su
bajo porcentaje de electores está abajo de Quintana Roo.
En los municipios de Hopelchén y Calakmul hay perfectamente localizados
mil 111 habitantes con credencial del IFE de Quintana Roo y que sufragarán en
el proceso electoral del próximo mes de julio.
Asimismo y pese a las denuncias de senadores de la República y de hacer
un llamado a Enrique
Peña Nieto, presidente de la República para que meta en cintura y le
“jale las orejas” a Roberto Borge Angulo para que deje de meter
las manos en el próximo proceso electoral del 7 de julio, nada se ha movido
para corregir esas anomalías y violaciones a la ley.
Ochenta y ocho funcionarios yucatecos del ayuntamiento de Valladolid,
Yuc., cambiaron su domicilio a Quintana Roo con documentación falsa. Esta
“trata de votantes” no se ha percatado la SEGOB que puede incluso tambalear el
Pacto por México que actualmente se encuentra sujeto con alfileres, ya que lo
sucesos de Veracruz lo dejaron maltrecho.
Todos estos delitos electorales no son nuevos la señora Ivonne Ortega
Pacheco, fue en su momento promotora de esta anomalía cuando
votantes quintanarroenses viajaron a las urnas yucatecas para hacer lo mismo,
ante la pasividad de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos
Electorales, olvidando que esas violaciones a la ley se persiguen de oficio hacia los delincuentes electorales
que seguramente se saldrán con la suya. El PRI con viejas mañas y nuevos
procedimientos nos creará problemas en el viejo litigio limítrofe por razones
obvias.
En 1996 se filtró en Quintana Roo que Campeche crearía el décimo
municipio del Estado. Los vecinos entonces elaboraron una estrategia y fue Mario
Villanueva Madrid “El chueco”, hoy preso en una cárcel de Nueva York
por narcotráfico, quien formó a su vez un grupo que llamó “Forjadores de
Quintana Roo”, creando dos alcaldías dentro del territorio campechano, donde
los habitantes eligieron a sus representantes.
Desde hace más de 17 años Calakmul tiene tres autoridades: uno es el
presidente municipal y dos alcaldes que obedecen las órdenes de Chetumal y que
despachan desde Dos Aguadas y Cerro de
las Flores. Samuel
Canepa es uno de ellos. Originario de Veracruz, vive en la comunidad
de 21 de mayo y recorre su jurisdicción en vehículo con placas de Quintana Roo,
aunque despacha en Dos Aguadas.
Los habitantes de Calakmul no dan paso sin huarache y aunque se les
incentive la campechanía, ésta nunca la entenderán porque su naturaleza es de
fuera. Lo que si los hace reaccionar es el populismo que practica Quintana Roo
y obtienen por ello dádivas y otras promesas. Por ejemplo los habitantes de la
región de La Montaña como son Chunchintoc, Pach Huitz, Chanchén, Xkanhá,
Xmabén, Xmejía, Xbanqueta, Chun Ek, etc., son tentados todas las semanas por
quintanarroenses que les han ofrecido construirles caminos para llegar más
rápido a Chetumal, donde obtendrán ayuda para cultivar maíz, miel y otros
productos de ese lugar. Les han ofrecido incluso ocho mil hectáreas adicionales
a cada ejido; unas 40 hectáreas de tierra fértil por ejidatario.
Los campesinos de esos sitios están reunidos semanalmente en asambleas
para evaluar que les puede ofrecer Campeche y si persiste el abandono todo está
dicho. Han despotricado contra el ex director del Fondo Campeche en el gobierno
de Jorge
Carlos Hurtado Valdez, Alonso Pacheco Ucán
quien desde que llegó a la presidencia municipal de Hopelchén no volvió a aparecerse
por estos lugares.
Así nunca podrán contar con estos campesinos interesados y menos aún con
su venia para que llegado el momento de un referéndum o censo del INEGI se
inclinen por el estado en que viven, y que ellos piensan podrán pasar a ser de
Quintana Roo. El amor y el interés…
No se necesita mucho sentido común para darse cuenta que esta clase
política que gobierna en Quintana Roo forma parte de gente que ve el patrimonio
público como botín personal.
Manuel Clouthier del
Rincón, el panista
con mayor ideología antes de ser sacrificado decía, que el riesgo de enfrentar
al PRI con una oposición dividida si no iban con los del PAN al cien por ciento
estaban condenados a ser vencidos. Y esto lo podemos aplicar a los priistas de
Campeche donde cada uno lleva su propia bandera y ponerse de acuerdo está más
difícil que regresar los linderos entre Campeche y Quintana Roo hasta antes de
las primeras invasiones a principios del siglo pasado.
LA VERDAD NO PECA…
El pecado es el orgullo y el mensajero la venganza. Hace unos días
platicando con un amigo en relación a las filtraciones que con frecuencia se
están dando en el seno del gabinete de la actual administración, me soltó a
boca de jarro ---aunque supongo que matizada--- un exabrupto de un secretario
que suplió a Augusto
Trejo Castro en la “productiva” dependencia en la que despacha.
Me señalaba que efectivamente a través de una persona ha golpeado a sus
competidores de empresas encargadas de la construcción y que por esa razón
divulgó la mayor parte de las licitaciones que la Secretaría de Comunicaciones
y Transportes (SCT), en especial a quienes han logrado millonarios contratos en
licitaciones algo extrañas.
Le confió a su interlocutor que mi hijo Ricardo Alfonso Calderón Quijano
es mejor como caricaturista que su padre como columnista. Si el pensaba que eso
me hería se equivocó, porque jamás he puesto en tela de duda la capacidad de mi
hijo en su trabajo como cartonista de esta columna. Yo como padre siempre he
pensado que los hijos nos deben superar y cuando esto no sucede es que algo
está pasando. ¿Será que esta persona ha aplicado este resultado en su caso?
Las políticas de obra pública nacional actuales no muestran muchas
diferencias con el cambio de régimen presidencial, con el retorno del PRI al
poder federal tras una alternancia de 12 años.
Veamos por qué. En el específico caso de Campeche, las constructoras más
beneficiadas con la obra federal a través de la SCT en su ramo carretero,
siguen siendo tres: Constructores Unidos de Campeche (CUCSA), Constructora
Escalante y Constructora Gordillo. Exactamente como un acertado artículo de
hace tres años del periodista Luis Ferrer Novelo, quien decía que a cada uno
de ellos les correspondía siempre el 33.33 por ciento de las licitaciones.
Y ahora, hablando de las más importantes obras federales, sube al plano
la Constructora Patterson. Según parece, nombre tomado del presunto cónyugue de
la alcaldesa, que está construyendo la carretera Dzibalchén-Xpujil por 16
millones de pesos.
Por otra parte es innegable que desde hace tres años, no hay
prácticamente inversión federal en materia de vivienda. Hay residuos de obras
que ya debieron haber concluido, sí, pero no nuevas, como es el caso de la
Unidad Habitacional Siglo XXIII, obra estatal con mezcla de recursos federales,
donde EPN
vino recientemente a entregar viviendas a policías ---aunque demasiado caras
por cierto---, pero que de ningún modo son parte de inversiones recientes.
EL Infonavit, con su actual delegado Gabriel Escalante Castillo
heredó de su predecesor, Mauricio Arceo Piña, los procedimientos
tediosos para despojar de sus viviendas ya asignadas por el Infonavit a
familias que se vieron en la imposibilidad de pagar su mensualidad. Se anunció
que en materia de vivienda no hay nada en concreto para Campeche.
Por otro lado, y aquí esta el meollo del asunto. El Infonavit sigue
siendo víctima de sus propios errores, pues aun continúa como rehén de un grupo
de vivales del Fraccionamiento Presidentes de México, que en cada temporada de
lluvias, le extraen de sus arcas jugosas cantidades de dinero, como
compensaciones por haber edificado sus viviendas en una zona altamente
inundable.
Y a pesar de que las inundaciones han bajado sensiblemente con la
contrucción del mega drenaje de Presidentes de México, aún hay un grupo de
residentes de este fraccionamiento ---la mayoría mujeres---, que ya le tomaron
la medida al Infonavit y le siguen exigiendo sumas económicas que les permitan
vivir sin trabajar, porque el Infonavit les otorga cheques. Denotando que esta
situación se ha vuelto un gran negocio vicioso tanto para habitantes de
Presidentes de México, como de autoridades de ese instituto del Centro y
delegacionales.
El responsable o los responsables de esta permanente extorsión al
Infonavit en Campeche, de parte de habitantes de Presidentes de México, están
encabezados por una mujer que ha hecho plantones en el Ayuntamiento por ese
tema. Fue corrida por el ex alcalde Oznerol Pacheco Castro por no acudir a labora
y sí cobrar. Es dada a denunciar falsedades como acoso sexual para sacarle a
comerciantes y dirigentes sindicales dotes de viviendas y en efectivo. En
resumen, es su modus operandi.
Actualmente esta persona está tratando de despojar de su vivienda a una señora
del barrio de Montecristo.
Lo anterior lo señalo porque se trata de una persona que durante el
trienio municipal de Jorge Luis González Curi, éste la hizo
millonaria al igual que a otras lideresas.
Lo anterior es para subrayar que el responsable de ese desfalco perenne
al Infonavit, ha sido la Constructora Delmar, S.A. de C.V., cuyos socios son
precisamente el arquitecto Jorge Luis González Curi, el ex gobernador Jorge Carlos
Hurtado Valdez y Carlos Lavalle Azar, que son los principales,
según su protocolo constitutivo pasado por la Notaría Pública número 24 de Carlos Felipe
Ortega Pérez.
En su momento fue señalado públicamente que cuando se entregaron las
viviendas de Presidentes de México, los contratos de compra-venta y de
financiamiento se hicieron la mayoría en el despacho tanto de Ortega Pérez
como de José
Antonio Rodríguez Rodríguez, hecho por esos favores luego, diputado
local por el II Distrito electoral y hoy presidente del Instituto Estatal del
Transporte (IET), en dónde, por cierto, se ha distinguido por una tolerancia y
permisión criminal a favor de los concesionarios del servicio de transporte
urbano, cuya impreparación cada día mata y lastima a más ciudadanos campechanos
usuarios de este pésimo servicio propiedad de políticos disfrazados con
prestanombres.
Por lo tanto, las denuncias por las deficiencias; tanto algunas que
tenían casas como la falta de castillos y pisos por donde se filtraban las
aguas cenagosas y terrenos en zona de acalché sobre los que fueron construidas
esas viviendas, fueron en contra de la Constructora Delmar S.A. de C.V. y de
sus socios propietarios.
Sin embargo estos constructores políticos y divulgadores de resultados
licitatorios, tal como se esperaba de ellos por su naturaleza, actividades y
nexos políticos, se lavaron las manos por sus errores y deficiencias en su
faceta de constructores, dejando que sea el Infonavit el que pague los daños
que, hoy por hoy, siguen sangrando las arcas del presupuesto que hace falta
para edificar nuevas viviendas y en mucho mayor número para abatir el déficit
habitacional en el Estado.
Obviamente por estos hechos, que no palabras, la empresa constructora
del arquitecto Jorge
Luis González Curi, dejó de ser confiable para el Infonavit y obligó
a establecer distancia entre instituto y constructora. Esa sería la razón de
que en los últimos años, la Constructora Delmar ha dejado de ser la preferida
en la construcción de viviendas. Más bien y de hecho ha dejado de tener
influencia en la obra pública local del sector vivienda.
En tanto en las obras carreteras, el negocio del ex secretario de
Turismo, no ha estado boyante, ocupado como está el arquitecto con su futuro
político que alguien ya le dijo tiene todavía posibilidades. Por ello en su
calidad de Secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas está pepenando,
aprovechando su influencia para obtener obras y llegar a acuerdos bajo el agua
como ha sido sus costumbre.
Se sabe que está inconforme con las pocas obras que le pueden beneficiar
y en los últimos días, por lo consiguiente se le ha visto empeñado en presionar
para que de nuevo se le tome en cuenta en las obras de grandes dimensiones.
Una de esa maniobras del arquitecto, en lo obscuro, como siempre ha
actuado, ha sido la de filtrar y divulgar a través de terceras personas las
licitaciones federales recientes, sobre todo con un comunicador de filiación
azul ---partido al que se vaticina se pasaría, como lo hicieron sus socios los
Lavalle---. En este caso influyendo en la SCT busca con una nueva constructora
integrada con hijos de ese mismo grupo, ser favorecidos en las próximas
licitaciones para terminar de construir lo que faltó a la carretera federal
Campeche-Mérida y que favorecieron a las empresas Cucsa, Escalante y Gordillo.
Evidentemente el arquitecto pretende con esa divulgación de la que él es
el más interesado, sembrar cizaña y discordia para que él sea incluido en las
grandes obras que se están programando en la carretera internacional Mérida-Campeche-México.
Algo de lo que no tuvo ninguna necesidad en el pasado, como cuando mal
construyó Presidentes de México.
Mención aparte merece que, esos “faltantes” que hoy se licitaron y
beneficiaron a esas constructoras, como son entronques, pasos subterráneos y
demás complementos de la carretera Campeche-Mérida, obra que fue sin lugar a
dudas un monumental fraude a los mexicanos, porque debieron haberse construido
integralmente junto con la carretera, que Felipe Calderón Hinojosa con desvergüenza y
cinismo inauguró disfrazado de ciclista en los días finales de su sexenio sin
que dicha obra estuviera terminada.
Colofón.- Hay dislates que nos ocurre a todos los
que estamos en el negocio de informar. Políticos y periodistas, buenos y malos
(ja ja ja ja).
No hay comentarios:
Publicar un comentario