sábado, 1 de junio de 2013


GRANIER Y SU TESORERO

Entre 1939 y 2009 han habido en Campeche 13 gobernadores. Todos ellos emanados del PRI, porque quiérase o no esta entidad es una de las pocas en el país, donde no ha existido un cambio de siglas y de ideología partidista.

De ellos ocho han sido legisladores, dos empleados del gobierno federal, uno del gobierno estatal y dos alcaldes de la capital con licencia, aunque seis han llegado a este cargo por la vía electoral. Estadísticamente habían sido las cámaras federales el tradicional almácigo de los gobernadores campechanos. Pero aun se sigue suponiendo que la experiencia legislativa y las relaciones políticas con el centro del país, y del poder, que ahí se incuban, aportan madurez, experiencia y oportunidad.

Héctor Pérez Martínez (1939-1943) era diputado federal; Eduardo Lavalle Urbina (1943-1949) era Procurador General de Justicia del Estado y había sido presidente municipal de Campeche, no tuvo experiencia legislativa; Manuel José López Hernández (1949-1955) era diputado federal al momento de su nominación.
Alberto Trueba Urbina (1955-1961) era senador de la República; José Ortiz Avila (1961-1967) era diputado federal; Carlos Sansores Pérez (1967-1973) senador de la República; Rafael Rodríguez Barrera (1973-1979), diputado federal y ex presidente municipal de Campeche.

Eugenio Echeverría Castellot (1979-1985) también ex presidente municipal de la capital campechana, nunca fue legislador y al momento de su nominación era delegado del CAPFCE en el Estado de México; Abelardo Carrillo Zavala (1985-1991) era diputado federal al momento de su nominación; Jorge Salomón Azar García (1991-1997), no tenía cargo previo de elección popular, se desempeñaba como delegado de una dependencia federal en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, al momento de su nominación.

José Antonio González Curi (1997- 2003) era alcalde del municipio de Campeche, con licencia al momento de su nominación y también fue diputado federal plurinominal; Jorge Carlos Hurtado Valdez (2003- 2009) al igual que el anterior salió de la alcaldía campechana sin ninguna experiencia legislativa ni local ni federal y Fernando Eutimio Ortega Bernés (2009- ?) era senador de la República al ser nominado, anteriormente diputado local y también había sido presidente municipal de esta capital.

La premisa que ha prevalecido es que todos ellos son emanados del PRI. Todos fueron producto del dedazo que se disfrazó de diferentes maneras: el sobrecito lacrado y los “candidatos de unidad”.  Entonces, “dedazo”, “la cargada”, “el destape” y toda una parafernalia han sido en Campeche el non plus ultra de cualquier proceso electoral.

La historia consigna que “Toto” Pérez Martínez ha sido el único  gobernador cuya candidatura surgió de un proceso democrático de selección interna y, curiosamente, fue el último de los cuatrienios gubernamentales. Desmanteló  el prolongado cacicazgo de Angel Castillo Lanz, que había obstruido en Campeche los procesos de cambio. Luego de Pérez Martínez las decisiones se tomaron en el centro ---como parece ser que volverán en el 2015--- y la selección de candidatos retornará como la arcaica facultad metaconstitucional exclusiva del presidente de la Republica.

Con este referente histórico hemos llegado hasta nuestros días y, sin embargo, mal o bien, con torpeza o astucia pero los gobernantes campechanos a quienes se les acusa luego de que dejan el poder, a ninguno de ellos se les ha sorprendido ni ayer ni hoy con maletas de dinero y escandalosos desvíos que dejaron en su paso por el poder.

Por ejemplo a Pérez Martínez se le acusó de haber dejado en caja solamente cuentas por pagar pese a que se dijo que dejaba “saldos” para cubrir adeudos. De “Maistrín” fue de antología los chismes o realidades que le ocurrieron con los presuntos recursos que sacó del estado y los depositó en La Habana de esos años, antes de que llegara Fidel Castro Ruz y le incautara todo, dejándolo en la inopia y pidiendo trabajo en la administración federal y luego estatal, hasta que Carrillo Zavala se apiadó de él y mediante decreto le destinó una modesta pensión que lo acompaño hasta su muerte.

De Trueba Urbina nunca pudo su sucesor el milite de espada virgen comprobar que se llevó con él cajas de dinero y todos los archivos contables. Se pasó seis años picándole la cresta al “Holandés del Sureste” y nunca pudo hacerle nada.
El mismo Ortiz Avila comentaban hasta sus parientes cercanos que se había llevado todo para su rancho “El Hule” en Tamaulipas y que incluso fue arrestado y estuvo preso en el Campo Marte de la Sedena en el D.F. por delitos diversos pero nunca por sorprenderlo con maletas o cajas con dinero.

Del “Negro” Sansores hasta en la Revista Time salió un reportaje de la fortuna lograda en esos fabulosos años cuando era el hombre de confianza de Luis Echeverría Alvarez.  El sucesor de éste presidente defenestró y propiamente jubiló a Sansores, pero tampoco se le pudo comprobar nada y menos aún ---fuera de aquellas fajillas de dinero del ISSSTE que Rosa María Martínez Denegri tuvo la mala fortuna de entregárselas al “Fish” Montero---. Eso le costó el cargo al campechano director general del ISSSTE pero no hubo repercusiones.

“El Chel” Rodríguez, siempre comedido un tanto cuanto tacaño, porque sabía lo difícil que era conseguir recursos y su padre le inculcó los principios del ahorro. El pasó por el poder sin que nadie lo señalara como desviador del erario estatal. Además, puso como su Tesorero a un amigo cercano como fue Fernando Berrón Waring que le cuidó hasta el último peso.

De Echeverría Castellot se especuló que la obra pública que edificó, entre la que se encontraba el hoy todavía Puente de la Unidad, fue hecho por su amigo Santiago Pinzón, contratista del sexenio. Pero hasta ahí, porque lana, efectivo, paquetes de dinero, eso nunca se vio. Su Tesorero fue el caballeroso Javier Martínez del Campo, que en la vida real era su concuño.

Y llegamos a Carrillo Zavala que tuvo como Tesorero al más pendejo de sus colaboradores. El hoy delegado federal del ISSSTE aprovechando que en esos tiempos la Bolsa Mexicana de Valores subía y bajaba a la misma velocidad le apostó a la suerte y con el visto bueno de su gobernador toda la lana de las participaciones se fueron a esa aventura, con tan mala suerte que precisamente en esas fechas se desplomó la BMV y por poco les da un soponcio tanto al cetemista como al ahijado de “el Chupón”. Finalmente la mano diestra de Humberto Carrillo evitaron una debacle. El gobierno terminó de la mano con don Fidel y “aquí no pasó a mayores”.

A Jorge Salomón le cuidaron las espaldas dos personas: Enrique Burad Adam y María Teresa Patrón Gantús, quienes cada cheque que ahí salía llevaba esa firma mancomunada. Se dieron casos extraños pero los de la Tamaulipas se llevaron de sentones sin remedio como hasta la fecha.

Y llegamos a la parte más inmoral. La de que un Tesorero haya estado en el cargo 12 años sucesivamente, ¿Por qué? sencillamente porque no le tenían toda la confianza los hermanitos libaneses a Hurtado Valdez y por eso le acomodaron a “Chano” Pérez Aguilar. Aquel cuento de que no hizo José Antonio ningún préstamo porque se las pasó pagando los 500 millones de su antecesor fue una buena jugada que en fecha próxima vamos a relatar pormenorizadamente. Estos dos gobiernos se llevaron la quinta y los mangos, porque los hermanitos y el tesorero de 12 años son dueños de decenas de propiedades en Campeche, Mérida, Ciudad del Carmen y otros lugares. No hubo necesidad de sacar cajas de billetes de altas denominaciones la astucia fiscal de “Chano” era de antología.

Hoy, está llegando a su cuarto año de gestión como Tesorero Tirso Agustín Rodríguez de la Gala Gómez, discípulo de “Chano” y que ha soltado borregos cubanos de que “se está yendo”, de “que lo llama Videgaray de “que yo me quiero ir pero no me dejan”, etc. La realidad es que en ningún lugar va a encontrar el secreto de la piedra filosofal como en su actual cargo, con todo y que en el actual sexenio desmembraron muy fuertemente a esa supersecretaría. Además Tirsito no podría sostener a tres de sus vástagos que le consumen al mes más de 300 mil pesos mensuales en el extranjero. En 28 meses la situación económica del estado no mejorará, pero tampoco será peor. Se cree que tendrá un buen cierre sobre todo por la obra social que no se ve pero si se siente en los estratos inferiores del pueblo.


DUDAS Y ACIERTOS EN TABASCO

Dejaron cabos sueltos en el inicio de las averiguaciones previas por el hallazgo en Nacajuca, Tabasco de más de 88.5 millones de pesos en efectivo en unas cajas de cartón en una refaccionaria propiedad de la ex asistente del ex Tesorero del Estado de Tabasco en el sexenio de Andrés Granier Melo, el risueño químico, que anda desaparecido junto con todo su guardarropa y perseguido por un pingüino.

Para darse una idea de quién es el actual gobernante de la tierra del edén y de si sería capaz de haber montado todo un teatro con su escenografía para sambutir en la cárcel a su antecesor y priista, basta con señalar que Arturo Núñez Jiménez fungió como subsecretario de Gobernación en el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León, responsable de la matanza de indígenas en Acteal, Chiapas.

Sin embargo las autoridades tabasqueñas no dilucidaron, en el nacimiento historial de este caso, cómo accedieron los elementos del Ministerio Público para llegar hasta las cajas repletas de dinero en efectivo por más de 88.5 millones de pesos.

1.- Si fue por “pitazo” (que alguien, tal vez un empleado de la refaccionaria, lo hubiese reportado).

2.- Si fue el resultado de una paciente y perspicaz investigación (luego de hallar el faltante el nuevo gobierno), que los condujo precisamente hasta esa refaccionaria, lugar donde se ocultaba el cuerpo del delito, quizá dinero sustraído del erario tabasqueño.

3.- como están indiciando al ex Tesorero de Granier Melo, entonces ¿habrá sido fruto de una auditoría fiscal de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, señaló que por su parte estaba haciendo investigaciones, pero no precisó que el hallazgo tenga su origen en un trabajo suyo o de la más importante dependencia que preside. No se informa que haya tenido que ver la Contraloría de esa entidad, ni tampoco la de la Federación o su Congreso local.

Entonces ¿cómo se originó el operativo? La pregunta principal es: ¿cuándo los elementos policíacos tabasqueños llegaron a la refaccionaria donde se encontraban las cajas con los más de 88.5 millones de pesos? ¡sabían lo que encontrarían?

¿Iban en busca de ese dinero en específico? Porque si es así, como es más probable que haya ocurrido, entonces significa que sabían exactamente de su faltante, o del faltante de ese dinero y, más aún, de esa cantidad exacta. Si no ¿a qué fueron a esa refaccionaria? ¿a buscar qué otra cosa que no haya sido el dinero? Y si es así, podría tratarse de un “cuatro” o montaje, que las cajas fueron llevadas, lo que no sería extraño en nuestro país, si recordamos a Joaquín Hernández Galicia “La Quina”, a Carlos Jongitud Barrios, el caso de Francisca Zetina Chávez “La Paca” ---con la siembra de cadáveres más que de armas--- en el horrendo episodio trágico de los Ruiz Massieu. Un familiar hoy lucra sin pudor con el apellido, en lugar de buscar justicia.

Eso debió esclarecerse. Porque está el hecho de que aparece la ex asistente del ex Tesorero de Tabasco ---a quien junto con el ex mandatario Granier Melo se les considera indiciados--- entrevistada por la televisión en un noticiero nacional, hospitalizada, golpeada, con una pierna completamente vendada, afirma capulinamente que también torturada, con la amenaza de que le cortarían “la cabeza” si se negaba a decir que esa cajas llenas de dinero fueron encontradas por la policía tabasqueña en su refaccionaria.

--- Me preguntaron si yo tenía una refaccionaria y yo les respondí: si señor, tengo una refaccionaria.

--- Vamos allá, le dijeron los supuestos judiciales tabasqueños. Y cuando llegamos, bajaron, de un anaquel las cajas.

A esa ex asistente del ex tesorero de tabasco a quien la seguían golpenado en la cara, le faltó precisar por su parte, si sabía de la existencia de ese dinero en su negocio. Solo denuncia que fue torturada y que un se encuentra amenazada, sin desligarse de ese dinero. Aunque por supuesto, lo que dice es grave y debió investigarse.

Resultan sospechosas las declaraciones del Procurador de nuestro vecino Estado, del día viernes último, con relación a la denuncia de lo vivido por la ex asistente, desde su cama del hospital, donde se recupera y se muestra temerosa y afectada emocionalmente.

Es necesario que presente una denuncia de hechos y que se investiguen para ver si existió la tortura. Pero, independientemente de eso (de los sufrido por la mujer) debe continuarse con las investigaciones hasta sus últimas consecuencias, caiga quien caiga.

Por acusaciones estúpidas del PRD en Campeche se señala que Granier Melo usó dinero del erario para las campañas de los legisladores Raúl Pozos Lanz, Oscar Rosas González y Alejandro Moreno Cárdenas. Estos tipos no rebuznan porque no dan la nota. Porque a cuenta de qué iba a usarse ese dinero si aquellos no son tabasqueños, además Moreno Cárdenas ni siquiera hizo campaña, porque llegó por la vía plurinominal en el número uno de su circunscripción.

Pero el ex gobernador olmeca en vez de ayudar a su causa la echa por tierra con una declaración que hizo en estado burro presumiendo de modo obsceno y estúpido que cuenta con cientos de pares de zapatos, 600 camisas de marca, de 300 trajes adquiridos en EE.UU., de bultos, etc., que se compró en el extranjero en tiendas exclusivas (no señala cuántos pares de calcetines, cuántas cinturones ni cuántos calzoncillos o trusas) el y algún familiar aparentemente compitiendo en tales excentricidades de poseer y comprar en tal o cual tienda y así por el estilo. Provocando, con justa razón, la indignación, el enojo, la rabia de los mexicanos por tanto cinismo del tabasqueño.

Hoy por hoy, no parece haber quien desapruebe el o los procesos ministeriales indiciados que realizan los tabasqueños contra su ex mandatario y su entonces tesorero.

De resultar genuino este delicado hallazgo debe horrorizar a los ciudadanos de otros Estados como Campeche por el hecho de que estos robos al erario se estén dando a todo color y en cadena nacional para descubrir un sistema corrupto de un gobierno estatal del PRI.

Aterra la facilidad con la que se le puede robar a los ciudadanos de una forma tan escandalosa, extrayendo los mismísimos fondos en efectivo de la caja fuerte, de la caja de caudales de los contribuyentes tabasqueños. Que también pudiera ser y estar pasando en Campeche, a lo largo de varios sexenios, solo sería cuestión de tiempo para esperar que cambie el tablero político, para convencernos de esa realidad.

Entonces será demasiado cándido suponer los ciudadanos que nuestros diputados, nuestros funcionarios o servidores públicos en cuyo poder se encuentra la hacienda pública, estén cumpliendo puntual, constitucional y políticamente su misión de cuidar los recursos del pueblo y hacer honradamente que estos rindan al máximo arrojando beneficios y aportando desarrollo a la población en su conjunto y en sus comunidades.

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