GRANIER Y SU TESORERO
Entre 1939 y 2009 han habido en Campeche 13 gobernadores. Todos ellos
emanados del PRI, porque quiérase o no esta entidad es una de las pocas en el
país, donde no ha existido un cambio de siglas y de ideología partidista.
De ellos ocho han sido legisladores, dos empleados del gobierno federal,
uno del gobierno estatal y dos alcaldes de la capital con licencia, aunque seis
han llegado a este cargo por la vía electoral. Estadísticamente habían sido las
cámaras federales el tradicional almácigo de los gobernadores campechanos. Pero
aun se sigue suponiendo que la experiencia legislativa y las relaciones
políticas con el centro del país, y del poder, que ahí se incuban, aportan
madurez, experiencia y oportunidad.
Héctor Pérez Martínez (1939-1943)
era diputado federal; Eduardo Lavalle Urbina (1943-1949) era
Procurador General de Justicia del Estado y había sido presidente municipal de
Campeche, no tuvo experiencia legislativa; Manuel José López Hernández (1949-1955) era
diputado federal al momento de su nominación.
Alberto Trueba Urbina (1955-1961)
era senador de la República; José Ortiz Avila (1961-1967) era diputado
federal; Carlos
Sansores Pérez (1967-1973) senador de la República; Rafael
Rodríguez Barrera (1973-1979), diputado federal y ex presidente
municipal de Campeche.
Eugenio Echeverría
Castellot (1979-1985) también
ex presidente municipal de la capital campechana, nunca fue legislador y al
momento de su nominación era delegado del CAPFCE en el Estado de México; Abelardo
Carrillo Zavala (1985-1991) era diputado federal al momento de su
nominación; Jorge
Salomón Azar García (1991-1997), no tenía cargo previo de elección
popular, se desempeñaba como delegado de una dependencia federal en Tuxtla
Gutiérrez, Chiapas, al momento de su nominación.
José Antonio González
Curi (1997- 2003) era alcalde del municipio de Campeche, con licencia al
momento de su nominación y también fue diputado federal plurinominal; Jorge Carlos
Hurtado Valdez (2003- 2009) al igual que el anterior salió de la
alcaldía campechana sin ninguna experiencia legislativa ni local ni federal y Fernando
Eutimio Ortega Bernés (2009- ?) era senador de la República al ser
nominado, anteriormente diputado local y también había sido presidente
municipal de esta capital.
La premisa que ha prevalecido es que todos ellos son emanados del PRI.
Todos fueron producto del dedazo que se disfrazó de diferentes maneras: el
sobrecito lacrado y los “candidatos de unidad”.
Entonces, “dedazo”, “la cargada”, “el destape” y toda una parafernalia
han sido en Campeche el non plus ultra
de cualquier proceso electoral.
La historia consigna que “Toto” Pérez Martínez ha sido el único gobernador cuya candidatura surgió de un
proceso democrático de selección interna y, curiosamente, fue el último de los
cuatrienios gubernamentales. Desmanteló
el prolongado cacicazgo de Angel Castillo Lanz, que había obstruido en
Campeche los procesos de cambio. Luego de Pérez Martínez las decisiones se tomaron en el
centro ---como parece ser que volverán en el 2015--- y la selección de
candidatos retornará como la arcaica facultad metaconstitucional exclusiva del
presidente de la Republica.
Con este referente histórico hemos llegado hasta nuestros días y, sin
embargo, mal o bien, con torpeza o astucia pero los gobernantes campechanos a
quienes se les acusa luego de que dejan el poder, a ninguno de ellos se les ha
sorprendido ni ayer ni hoy con maletas de dinero y escandalosos desvíos que dejaron
en su paso por el poder.
Por ejemplo a Pérez Martínez se le acusó de haber dejado en
caja solamente cuentas por pagar pese a que se dijo que dejaba “saldos” para
cubrir adeudos. De “Maistrín” fue de antología los chismes o realidades que le
ocurrieron con los presuntos recursos que sacó del estado y los depositó en La
Habana de esos años, antes de que llegara Fidel Castro Ruz y le incautara todo,
dejándolo en la inopia y pidiendo trabajo en la administración federal y luego
estatal, hasta que Carrillo Zavala se apiadó de él y mediante
decreto le destinó una modesta pensión que lo acompaño hasta su muerte.
De Trueba
Urbina nunca pudo su sucesor el milite de espada virgen comprobar
que se llevó con él cajas de dinero y todos los archivos contables. Se pasó
seis años picándole la cresta al “Holandés del Sureste” y nunca pudo hacerle
nada.
El mismo Ortiz
Avila comentaban hasta sus parientes cercanos que se había llevado
todo para su rancho “El Hule” en Tamaulipas y que incluso fue arrestado y
estuvo preso en el Campo Marte de la Sedena en el D.F. por delitos diversos
pero nunca por sorprenderlo con maletas o cajas con dinero.
Del “Negro”
Sansores hasta en la Revista Time salió un reportaje de la fortuna
lograda en esos fabulosos años cuando era el hombre de confianza de Luis Echeverría
Alvarez. El sucesor de éste
presidente defenestró y propiamente jubiló a Sansores, pero tampoco se le
pudo comprobar nada y menos aún ---fuera de aquellas fajillas de dinero del
ISSSTE que Rosa
María Martínez Denegri tuvo la mala fortuna de entregárselas al “Fish” Montero---.
Eso le costó el cargo al campechano director general del ISSSTE pero no hubo
repercusiones.
“El Chel” Rodríguez, siempre comedido un tanto cuanto
tacaño, porque sabía lo difícil que era conseguir recursos y su padre le
inculcó los principios del ahorro. El pasó por el poder sin que nadie lo
señalara como desviador del erario estatal. Además, puso como su Tesorero a un
amigo cercano como fue Fernando Berrón Waring que le cuidó hasta el
último peso.
De Echeverría
Castellot se especuló que la obra pública que edificó, entre la que
se encontraba el hoy todavía Puente de la Unidad, fue hecho por su amigo Santiago Pinzón,
contratista del sexenio. Pero hasta ahí, porque lana, efectivo, paquetes de
dinero, eso nunca se vio. Su Tesorero fue el caballeroso Javier Martínez del Campo, que
en la vida real era su concuño.
Y llegamos a Carrillo Zavala que tuvo como Tesorero al más
pendejo de sus colaboradores. El hoy delegado federal del ISSSTE aprovechando
que en esos tiempos la Bolsa Mexicana de Valores subía y bajaba a la misma
velocidad le apostó a la suerte y con el visto bueno de su gobernador toda la
lana de las participaciones se fueron a esa aventura, con tan mala suerte que
precisamente en esas fechas se desplomó la BMV y por poco les da un soponcio
tanto al cetemista como al ahijado de “el Chupón”. Finalmente la mano diestra
de Humberto
Carrillo evitaron una debacle. El gobierno terminó de la mano con
don Fidel
y “aquí no pasó a mayores”.
A Jorge
Salomón le cuidaron las espaldas dos personas: Enrique Burad Adam y María Teresa
Patrón Gantús, quienes cada cheque que ahí salía llevaba esa firma
mancomunada. Se dieron casos extraños pero los de la Tamaulipas se llevaron de
sentones sin remedio como hasta la fecha.
Y llegamos a la parte más inmoral. La de que un Tesorero haya estado en
el cargo 12 años sucesivamente, ¿Por qué? sencillamente porque no le tenían
toda la confianza los hermanitos libaneses a Hurtado Valdez y por eso le
acomodaron a “Chano”
Pérez Aguilar. Aquel cuento de que no hizo José Antonio ningún préstamo
porque se las pasó pagando los 500 millones de su antecesor fue una buena
jugada que en fecha próxima vamos a relatar pormenorizadamente. Estos dos
gobiernos se llevaron la quinta y los mangos, porque los hermanitos y el
tesorero de 12 años son dueños de decenas de propiedades en Campeche, Mérida,
Ciudad del Carmen y otros lugares. No hubo necesidad de sacar cajas de billetes
de altas denominaciones la astucia fiscal de “Chano” era de antología.
Hoy, está llegando a su cuarto año de gestión como Tesorero Tirso Agustín
Rodríguez de la Gala Gómez, discípulo de “Chano” y que ha soltado
borregos cubanos de que “se está yendo”, de “que lo llama Videgaray” de “que yo me quiero
ir pero no me dejan”, etc. La realidad es que en ningún lugar va a encontrar el
secreto de la piedra filosofal como en su actual cargo, con todo y que en el
actual sexenio desmembraron muy fuertemente a esa supersecretaría. Además Tirsito
no podría sostener a tres de sus vástagos que le consumen al mes más de 300 mil
pesos mensuales en el extranjero. En 28 meses la situación económica del estado
no mejorará, pero tampoco será peor. Se cree que tendrá un buen cierre sobre
todo por la obra social que no se ve pero si se siente en los estratos
inferiores del pueblo.
DUDAS Y ACIERTOS EN
TABASCO
Dejaron cabos sueltos en el inicio de las averiguaciones previas por el
hallazgo en Nacajuca, Tabasco de más de 88.5 millones de pesos en efectivo en
unas cajas de cartón en una refaccionaria propiedad de la ex asistente del ex
Tesorero del Estado de Tabasco en el sexenio de Andrés Granier Melo, el risueño
químico, que anda desaparecido junto con todo su guardarropa y perseguido por
un pingüino.
Para darse una idea de quién es el actual gobernante de la tierra del
edén y de si sería capaz de haber montado todo un teatro con su escenografía
para sambutir en la cárcel a su antecesor y priista, basta con señalar que Arturo Núñez
Jiménez fungió como subsecretario de Gobernación en el sexenio de Ernesto Zedillo
Ponce de León, responsable de la matanza de indígenas en Acteal, Chiapas.
Sin embargo las autoridades tabasqueñas no dilucidaron, en el nacimiento
historial de este caso, cómo accedieron los elementos del Ministerio Público
para llegar hasta las cajas repletas de dinero en efectivo por más de 88.5
millones de pesos.
1.- Si fue por “pitazo” (que alguien, tal vez un empleado de la
refaccionaria, lo hubiese reportado).
2.- Si fue el resultado de una paciente y perspicaz investigación (luego
de hallar el faltante el nuevo gobierno), que los condujo precisamente hasta
esa refaccionaria, lugar donde se ocultaba el cuerpo del delito, quizá dinero
sustraído del erario tabasqueño.
3.- como están indiciando al ex Tesorero de Granier Melo, entonces ¿habrá
sido fruto de una auditoría fiscal de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público,
señaló que por su parte estaba haciendo investigaciones, pero no precisó que el
hallazgo tenga su origen en un trabajo suyo o de la más importante dependencia
que preside. No se informa que haya tenido que ver la Contraloría de esa
entidad, ni tampoco la de la Federación o su Congreso local.
Entonces ¿cómo se originó el operativo? La pregunta principal es:
¿cuándo los elementos policíacos tabasqueños llegaron a la refaccionaria donde
se encontraban las cajas con los más de 88.5 millones de pesos? ¡sabían lo que
encontrarían?
¿Iban en busca de ese dinero en específico? Porque si es así, como es
más probable que haya ocurrido, entonces significa que sabían exactamente de su
faltante, o del faltante de ese dinero y, más aún, de esa cantidad exacta. Si
no ¿a qué fueron a esa refaccionaria? ¿a buscar qué otra cosa que no haya sido
el dinero? Y si es así, podría tratarse de un “cuatro” o montaje, que las cajas
fueron llevadas, lo que no sería extraño en nuestro país, si recordamos a Joaquín
Hernández Galicia “La Quina”, a Carlos Jongitud Barrios, el
caso de Francisca
Zetina Chávez “La Paca” ---con la siembra de cadáveres más
que de armas--- en el horrendo episodio trágico de los Ruiz Massieu. Un familiar hoy
lucra sin pudor con el apellido, en lugar de buscar justicia.
Eso debió esclarecerse. Porque está el hecho de que aparece la ex
asistente del ex Tesorero de Tabasco ---a quien junto con el ex mandatario Granier Melo
se les considera indiciados--- entrevistada por la televisión en un noticiero
nacional, hospitalizada, golpeada, con una pierna completamente vendada, afirma
capulinamente que también torturada, con la amenaza de que le cortarían “la
cabeza” si se negaba a decir que esa cajas llenas de dinero fueron encontradas
por la policía tabasqueña en su refaccionaria.
--- Me preguntaron si yo tenía una refaccionaria y yo les respondí: si
señor, tengo una refaccionaria.
--- Vamos allá, le dijeron los supuestos judiciales tabasqueños. Y
cuando llegamos, bajaron, de un anaquel las cajas.
A esa ex asistente del ex tesorero de tabasco a quien la seguían
golpenado en la cara, le faltó precisar por su parte, si sabía de la existencia
de ese dinero en su negocio. Solo denuncia que fue torturada y que un se
encuentra amenazada, sin desligarse de ese dinero. Aunque por supuesto, lo que
dice es grave y debió investigarse.
Resultan sospechosas las declaraciones del Procurador de nuestro vecino
Estado, del día viernes último, con relación a la denuncia de lo vivido por la
ex asistente, desde su cama del hospital, donde se recupera y se muestra
temerosa y afectada emocionalmente.
Es necesario que presente una denuncia de hechos y que se investiguen
para ver si existió la tortura. Pero, independientemente de eso (de los sufrido
por la mujer) debe continuarse con las investigaciones hasta sus últimas
consecuencias, caiga quien caiga.
Por acusaciones estúpidas del PRD en Campeche se señala que Granier Melo
usó dinero del erario para las campañas de los legisladores Raúl Pozos Lanz,
Oscar Rosas González
y Alejandro
Moreno Cárdenas. Estos tipos no rebuznan porque no dan la nota.
Porque a cuenta de qué iba a usarse ese dinero si aquellos no son tabasqueños,
además Moreno
Cárdenas ni siquiera hizo campaña, porque llegó por la vía
plurinominal en el número uno de su circunscripción.
Pero el ex gobernador olmeca en vez de ayudar a su causa la echa por
tierra con una declaración que hizo en estado burro presumiendo de modo obsceno
y estúpido que cuenta con cientos de pares de zapatos, 600 camisas de marca, de
300 trajes adquiridos en EE.UU., de bultos, etc., que se compró en el
extranjero en tiendas exclusivas (no señala cuántos pares de calcetines,
cuántas cinturones ni cuántos calzoncillos o trusas) el y algún familiar
aparentemente compitiendo en tales excentricidades de poseer y comprar en tal o
cual tienda y así por el estilo. Provocando, con justa razón, la indignación,
el enojo, la rabia de los mexicanos por tanto cinismo del tabasqueño.
Hoy por hoy, no parece haber quien desapruebe el o los procesos ministeriales
indiciados que realizan los tabasqueños contra su ex mandatario y su entonces
tesorero.
De resultar genuino este delicado hallazgo debe horrorizar a los
ciudadanos de otros Estados como Campeche por el hecho de que estos robos al
erario se estén dando a todo color y en cadena nacional para descubrir un
sistema corrupto de un gobierno estatal del PRI.
Aterra la facilidad con la que se le puede robar a los ciudadanos de una
forma tan escandalosa, extrayendo los mismísimos fondos en efectivo de la caja
fuerte, de la caja de caudales de los contribuyentes tabasqueños. Que también
pudiera ser y estar pasando en Campeche, a lo largo de varios sexenios, solo
sería cuestión de tiempo para esperar que cambie el tablero político, para
convencernos de esa realidad.
Entonces será demasiado cándido suponer los
ciudadanos que nuestros diputados, nuestros funcionarios o servidores públicos
en cuyo poder se encuentra la hacienda pública, estén cumpliendo puntual,
constitucional y políticamente su misión de cuidar los recursos del pueblo y
hacer honradamente que estos rindan al máximo arrojando beneficios y aportando
desarrollo a la población en su conjunto y en sus comunidades.
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