domingo, 31 de octubre de 2010

COMPROMISO SOLIDARIO

Muchos adjetivos se pueden anteponer al nombre y al trabajo que ha venido realizando en los Once Campeches, la señora Adriana Hernández de Ortega, al frente de las instituciones asistenciales del Estado. Su desempeño ha sido discreto, eficiente, generoso, eficaz, sencillo, hábil, sin estridencias ni excesiva publicidad. Eso se lo reconoce y admira la comunidad campechana, especialmente los más necesitados: niños, ancianos, madres de familia, aquellos con capacidades diferentes, enfermos, etcétera, quienes durante estos últimos doce meses recibieron la visita de esta dama hasta la más remota de las comunidades de la entidad.

En esta coyuntura de violencia y anarquía en que vive México hace ya cuatro años, hay tristemente más de mil 200 niños y menores cuya sangre ha sido derramada. Por eso es sumamente gratificante escuchar las palabras de la señora Adriana Hernández de Ortega, presidenta estatal del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia en Campeche.

Hernández de Ortega, no dejó de reconocer que en la entidad existen muchas amenazas y peligros que acechan a la familia, como la desintegración, la incomunicación, la violencia, las adicciones, los problemas de salud, los bajos ingresos, el desempleo y la necesidad de los niños de trabajar, incluso en las calles.

Este panorama fue siendo desgranado durante su primer informe de labores al frente del DIF, donde exhortó a los campechanos a trabajar en familia, promoviendo los valores, conservando las costumbres y tradiciones. Pidió cuidar esos rasgos que la hacen única, custodiando con celo su integridad y velando juntos por su tranquilidad y bienestar. “Vale tanto, que no podemos permitir que se debilite”, afirmó.

Dña. Adriana reconoció que “el nuestro, es un pueblo de personas alegres que siempre dan la mano, y que tienen ojos que reflejan bondad, son miradas que calan el alma, que revelan sinceridad y lealtad, y que evocan los más profundos sentimientos solidarios”.

Dio a conocer cifras importantes de atención a la familia y significó que la labor del DIF va más allá del cumplimiento de una función atribuida por la ley o de trabajar por el deber. “Se hace con la firme convicción de que la familia es fuente inagotable de fortaleza y cualidades para la sociedad” afirmó.

Durante el acto hizo un reconocimiento a quienes la antecedieron en la conducción de esa tarea social, personas que con pasión, talento y gran capacidad estuvieron al frente de este organismo. En esta labor altruista mencionó a las señoras: Socorrito Cabrera de Rodríguez, Luz Alba Delgado de Carrillo, Lydia León de Azar, Elvia María Pérez de González, su antecesora María del Carmen Montero de Hurtado, y a dos grandes mujeres que dejaron su legado en esta tierra como son los casos de Dolores Lanz de Echeverría y Elsa Margarita San Román de Sansores, esta última fallecida días atrás y para quien pidió un minuto de silencio. Honrar, honra.

No dejó de reconocer la presidenta del DIF en este su primer informe el apoyo brindado por sus hijos, su esposo, y por cada una de las personas que la apoyan en la labor altruista, a quienes reconoció su esfuerzo y les reiteró la invitación a seguir trabajando por el bienestar del pueblo.

Por su parte el gobernador Fernando Eutimio Ortega Bernés, quien se encontraba entre los asistentes al igual que sus tres hijos reconoció: “Adriana para mi es una compañera y aliada formidable, que no cobra sueldo, porque su labor es absolutamente entregada, no sólo porque así lo señala la ley, sino porque fundamentalmente, no hay labor más hermosa que la de entregarse a las familias de Campeche, y ella lo hace con mucho amor”.

UNA PALABREJA INEXISTENTE

Hoy concluye el mes de la cam-pe-cha-nía. De ninguna manera de la campechanidad que en el califato, docenato fallido o la alahambra perdida fue de riguroso uso, so pena de ser corrido o cacheteado en público como era su costumbre.

Fue José Antonio González Curi y su empleado más fiel lo que sin consultar un tumbaburros implantaron ese término en especial durante el mes de octubre de cada uno de los doce años. Lo malo es que la costumbre se vuelve ley y en este gobierno Justo y Solidario se ha comenzado a manejar la palabreja dichosa.

Sobre el particular tema el historiador Héctor Malavé Gamboa, da una cátedra sobre este invento del citado ex gobernante. Veamos.

“Pese a que la mayoría de campechanos celebran en este mes de la campechanidad, historiadores y especialistas aseguran que esta palabra además de que no existe, no tiene razón de ser, ya que fue un concepto creado por el gobierno de José Antonio González Curi, el cuál en vez de lograr una identidad, excluyó a gran parte de los campechanos.

La palabra campechanidad no existe, es un concepto que fue creado por intelectuales orgánicos al servicio del sistema político de Campeche, la cual tiene que ver con murallas, con patrimonio y además, es una idea que quiere una arquitectura sin campechanos. Durante años se ha desplazado la palabra campechanía con campechanidad”.

Por su parte, la historiadora Blanca Campos, dice que: “La palabra campechanidad nació en la administración de González Curi, ante la necesidad de la generación de políticas públicas o acciones articuladas para justificar el estado de las cosas, sin embargo, es tanto lo que se quiere justificar, que se pierde la esencia de otras. La palabra correcta es campechanía ya que hace alusión a una identidad en cuanto a sociedad.

Nuestra sociedad es dinámica, nosotros no tenemos la pureza cultura, sino que somos una mezcla y eso es lo rico de lo que es la campechanía, no así el término de campechanidad, el cual sólo busca vender a un Campeche que quizá no existe, porque la realidad está muy lejos de la ficción.

En Calakmul hay gente que viene del norte de Centroamérica, misma que debido a su trabajo y lo que aporta al Estado, es considerada como campechana.

Nosotros decimos que la campechanidad es un concepto cerrado de pureza en cuanto a las tradiciones, y si así lo fuera, estaríamos marginando la pluralidad y diversidad que existe en el Estado.

Fuera del contexto campechanidad o campechanía las personas son campechanos en la medida que trabajan y desarrollan proyectos.

El trasfondo de la palabra campechanidad es de un Campeche turístico que se pueda vender, por eso se han desarrollado carreras enfocadas a áreas como turismo y gastronomía, las cuales están bien, pero carecen de crítica.

Esas carreras están regidas por una educación tradicionalista y oficialista, que luego se traduce en políticas públicas, pero nosotros necesitamos la interpretación de la historia crítica, que entienda la diversidad de nuestro pueblo y en esa medida, podamos comprender mejor la realidad.

La verdadera connotación de ambos términos, al término de campechanidad se le debería dar el verdadero significado de lo que es Campeche.

Está bien que se quieran dar a conocer un Campeche idílico, mágico, pero no está de más que presenten a Campeche de pobreza, explotación, de rezago, eso también es Campeche, y campechanía involucra esa realidad, que en realidad no es tan positiva.

Malavé Gamboa, por su parte afirma que: “el término de campechanidad no existe, no es así el de campechanía, la cual hace alusión a todas las características que posee un poblador que habita en la entidad; sin embargo, la palabra campechanidad ha pasado a ser sinónimo de bonanza, cuando Campeche es más que un centro histórico admirable o una imponente muralla”.

Campos, dice “que un claro ejemplo de que la palabra campechanidad no tiene razón de ser, es por el uso y la connotación que se da, la cual ha excluido valores. Por ejemplo en las poblaciones indígenas el vestido es un patrimonio cultural tangible, que adquiere una dimensión o característica de símbolo, y en la campechanidad el terno se ve como algo ajeno, como algo yucateco y no como algo propio de la cultura indígena de Hopelchén, Calkiní y todo el Camino Real.

El bordado de xook bichuy, es una herencia prehispánica, así como la tela del jubón. Sin embargo durante el coloniaje, se le agregan encajes a esta ropa, pero sorprendentemente, el traje de campechana excluye estas expresiones con las cuales se identifican las poblaciones indígenas de Campeche, y lo mismo pasa con lo inmaterial.

Los valores materiales de la campechanidad, como la legua maya o la música de los pueblos indígenas, no se incluyen, mientras que la campechanía es la práctica de vida cotidiana, que de por si tiene asiento en toda la geografía estatal, esta no es un concepto, es real, lo que la gente de por si hace sin necesitar de la inducción de un gobierno para que por gusto y convencimiento la gente las ponga en práctica.

Finalmente la historiadora Elia Salavarría Pedroza, dice que: “la palabra campechanidad es válida, en tanto que sirva para cohesionar socialmente a un pueblo.

El problema es el riesgo que se corre de excluir las otras expresiones de cultura, que tienen asiento en los territorios que se gobiernan, y justo es eso lo que promueve la campechanidad.

A diferencia de la campechanidad, la campechanía tiene un manejo de elementos culturales de la gente que vive en territorio campechano, la cual es altamente incluyente, o al menos, debe serlo, y que además, debe ser expresada en el ámbito de lo público, mientras que la palabra campechanidad, como tal, ni siquiera existe en el diccionario de la Real Academia Española.

Estimados lectores de Jaque Mate, está más que clara la explicación de doctos en la materia sobre el tema. Corresponde a las autoridades estatales y municipales regresar a lo que veníamos expresando y recordar que cada gobernante tiene sus burradas propias, pero que deben finalizar cuando el 15 de septiembre de su sexto año baja del cuarto piso y de la nube en que vivió.

SIMULTANEAS

Nadie en el CDM del PRI se imaginó que Ramón Santini Cobos, quien pesa cerca de 100 kgs. pudiera despegar una velocidad uniformemente acelerada, que dejaría como un leopardo cheetah reumático o como discapacitado a Usain Bolt en los 200 mts. planos. El suceso se dio hace unos días cuando “El cachorro” buscando volver a sus electores del VI Distrito, visitó la colonia “Leovigildo Gómez” y en el momento menos pensado sus “queridos electores” lo estaban esperando como musulmanes a mujer infiel. Las piedras volaron sobre su comitiva y ni tardo ni perezoso el diputado materialmente voló hasta llegar a su vehículo, que estaba a la entrada de dicha colonia, desapareciendo en un santiamén.

Hace unos días platicando con el Pastor del platillo volador le pregunté si efectivamente iba a ser cuidadoso para no hacer leyes al vapor. El amigo de Emilio Gamboa Patrón, se me quedó viendo y poniéndome la mano en el hombro me espetó: “Ricardo, en la actual legislatura no vamos a sacar leyes como si se tratara de galletas como las de mi compañero Antonio Richaud, vamos a legislar con calidad”…y calidez pensé entre mi, como cuando ese lema era precisamente del IMSS donde el fue delegado estatal.

En una de mis entradas a la terraza del hotel frente a la concha acústica, saludé a mi amigo Rafael “El fish” Montero Romero, en la mesa “ecológica” (tal vez sólo consumen café orgánico) y le pregunté sobre sus proyectos políticos y me dijo: “Amigo la cosa marcha tranquila, el único pendiente que tengo es que la gente me comience a llamar no como hombre verde, sino como rabo verde”. Efectivamente, en esa mesa se sientan muchas féminas, aunque “Chucho Alayola, le corretea algunas.

Enrique Ariel Escalante Arceo, anda desesperado ante la falta de nichos de negocios y su correspondiente proyecto de inversión para Campeche. Lo comprendemos, le están pidiendo resultados luego de un año de tomar posesión. Pero no debe irse ni de la lengua ni con la finta porque hasta donde sabemos los hermanos Cavabié Daniel, dueños de GICSA no han quitado a Campeche de su proyecto de Paseos…etc. Lo que al parecer sucedió es que con motivo de la crisis y por recorte de personal Mario Avila (no Lizarraga), causó baja y por ello no hay quien atienda este departamento de Relaciones Públicas, consecuentemente, el portal de Internet con el que basa sus declaraciones Enrique Ariel, no se encuentra actualizado.

Están que trinan en contra de Carlos Ortiz Lanz algunos ganaderos como Raúl González Casanova (¿ya vieron lo que es el ahorro?), Yolanda del Rivero Lastra, José Antonio Seara Sierra (potentado panista carmelita), Rafael Ruiz Ortiz (tío de Carlos), José Juan Velázquez, Alejandro Apolinar Quijano (de subsrio. pasó a criador de ganado) y otros que ignoramos, pero todos ellos fueron “chamaqueados” por el hermano mayor de la rectora universitaria.

La Interpol, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos, así como aseguradoras norteamericanas ya tienen en sus manos toda la información en torno al escandaloso tráfico de lanchas y yates robados en la Florida y vendidos en la Península de Yucatán. Uno de los principales operadores de este tráfico es José Auáis Dogre, yuca que le vendió lanchas y yates a decenas de yucatecos, quintanarroenses y campechanos, estos últimos se dice que tenían pedidos de más de seis lanchas y tres yates. Entre los compradores se encuentran Emilio “Pilín” Sansores Font, Enrique Canto Vivas (hijo del Ing. Canto Ríos), “El bombo” Medina Rosado, Omar Díaz Castellanos (socio mayoritario de Honda de Campeche), Mario Cárdenas Rodríguez, Guillermo Osorio, José Toraya Baqueiro (jefe moral de “Perico” Cuevas), Jorge Antonio Farah Manzanero, Eduardo Ruiz Mendoza (¿hermano del “chekai”?) y Renán Castro Romero, entre otros compradores.

En este asunto está metida la mafia cubano-norteamericana. Las embarcaciones hurtadas eran vendidas a menos de la mitad de su costo original con documentos apócrifos clonados de yates que en realidad existen en los Estados Unidos, pero que no tienen reportes o denuncias de robo.

domingo, 24 de octubre de 2010

VELEIDOSA COMO SIEMPRE

No es por mal pensado pero todo parece indicar que a Layda Elena Sansores San Román, lo que menos le interesa es la política. Además de que se lava las manos con el agua sucia de la franquicia política de Convergencia, paradójicamente, en peligro de extinción, por el síndrome de perros del hortelano… Ahora, es detractora de la forma como se está conduciendo el Gobierno estatal. Según ella, en el estado no existe una actitud de firmeza y autoridad para defender las causas del pueblo, dejando un vacío en la necesidad ciudadana de tener líderes firmes y enérgicos.

Conociendo a Layda Elena, no puedo menos que afirmar que sus días como disidente por sistema están acabando. La política, como ella la conoció, la que ejerció su padre un auténtico zoon politicon, quedó en el siglo pasado y el último que quiso –no pudo- realizarla, fue precisamente el que le ganó en aquella contienda que se sigue diciendo que la triunfadora fue ella. Pero, eso es historia y quedó en el ayer.

El malestar y la inconformidad ciudadana ante el trato indigno que durante 30 años nos ha dado Pemex, es culpa ciertamente de los campechanos en general pero de los gobernadores como Rafael Rodríguez Barrera, de Eugenio Echeverría Castellot, a quien incluso le aporrearon el escritorio para obligarlo a firmar en contra de los destinos estúpidos que la Ley de Coordinación Fiscal nos imponía; de Abelardo Carrillo Zavala, que se le fue el tiempo y nunca le cumplieron, pero no eran épocas de rebelión, sobre todo que el llegó por el dedazo de Fidel Velázquez Sánchez; sin embargo, si logró un acuerdo que incluso hace dos años generó una Controversia Constitucional, por omisión de Pemex hacia la entidad; de Jorge S. Azar García, que ni con la amistad de Luis Donaldo Colosio, pudo doblarle la mano a la paraestatal; de José Antonio González Curi, quien estaba muerto por sus estallido de ira donde gritó “A Fox, lo voy a sacar a patadas de Campeche”, misma actitud que nos llevó a vegetar durante esos seis años y al que sacaron a patadas de los programas federales fue a Campeche. Finalmente a Jorge Carlos Hurtado Valdez, quien efectivamente logró un avance en lo relacionado a considerar al estado de Campeche como petrolero, pero nunca dio el siguiente paso que era el de recibir mayores participaciones por la explotación macro y por los daños irreversibles de Pemex. El estuvo cacareando todo su sexenio de que el no iba a pelearse con nadie. Ahí, nos quedamos y es posible que lo que se logre sea mínimo. Ya no tenemos todas las manzanas en la canasta. El petróleo en su área de producción está a la baja, el pozo que una vez descubriera Rudecindo Cantarell, está agonizando y los precios del crudo en el mercado mundial andan a la baja.

La ex diputada, ex senadora y dos veces candidata a la gubernatura periódicamente se da su vueltecita por Campeche, para apacentar a sus ovejas, declarar cuanto le apetece a sabiendas que no estamos en los sexenios del priismo recalcitrante, donde una sólo declaración era motivo para ser expulsada del Estado y con advertencia de por medio. Ella bien lo sabe porque su padre lo hacía con los disidentes y si viviera lo diría Franz Odette Minet Chan. Hoy, hay plena libertad de expresión, pero sus conceptos están viciados de origen.

Señora Sansores San Román, no basta con tener coraje, con ser honrado y valiente. Lo importante es conjugar ciertas circunstancias que por el momento no son viables. Para empezar pronto, el gobierno federal nunca nos va a reconocer los daños de 30 años de explotación petrolera y con todo y la fuerza moral del actual gobernante la situación persiste.

Nuestros legisladores federales y nada son lo mismo, porque el voto del pueblo que los llevó a ocupar curules y escaños se olvida pronto cuando son enviados a los corrales llamados bancadas. A esos si, habría que cuestionar y recordar señora que usted estuvo en tres legislaturas y lo único positivo que hizo fue votar contra el IVA, que de nada nos sirvió porque finalmente el PRI y su pastor festejaron con la famosa “roqueseñal”.

De allí únicamente se ha dedicado a criticar, hacer plantones, apoyar en la toma de la Cámara de Diputados y párele de contar. Eso sí todas a favor de su partido y de sus afectos como Dante Delgado Ranauro, y del que cada día sigue siendo un peligro para México.

Critica lo que sea, opina hasta de lo que no sabe. El chiste es estar en los medios de comunicación y aventar porquería al ventilador, es usted una auténtica candidata al museo de la nostalgia.

Dice que Francisco Brown Gantús es un trapecista político. No está descubriendo al Quinto Sol. Eso es cierto porque el químico mezcló sustancias como el parentesco con el interés, algo de oportunidad y así se salió del PRI. Se fue una buena tarde al PRD en presencia del “peje” y en un salto mortal sin red se fue al PAN, no sin antes llevarse los recursos que se le dieron para su campaña, recibir la promesa de su cuñado de una buena tajada de dinero y a futuro una dependencia federal (Profepa) afín a su interés. Eso es cierto señora.

También es cierto que el ex titular de la Semarnat, Enrique Iván González López, se largó al PRI cuando le negaron la candidatura a la alcaldía de El Carmen, y hoy el fuego cruzado lo tiene en la cuerda floja. No deja de reconocerse sin embargo que es uno de los secretarios del gabinete de Ortega Bernés más activos.

El caso de Carlos Ernesto Rosado Ruelas, siempre he repetido porque tengo pruebas de ello, que fue un virus del laboratorio de María Rafaela Santamaría Blum, que se le escapó al PRI para irse al PAN donde supieron de casualidad emplear su factor humilde y ese año electoral fue del pueblo.

Pero señora, ¿porqué no menciona el trapecismo de su prima política Margarita Duarte Quijano de Quijano Sansores? Quién siendo la “vocera” de confianza de usted luego del arribo del gobierno Justo y Solidario, pasó su factura, esa de la espera y oferta de candidatura -que nunca se dio- y capulinamente se tragó a Hermelinda Rosado Méndez, un apellido y una familia feliz del pasado sexenio. Hoy, su prima atiende en la cuchilla esa que es el edificio del Instituto Estatal de Educación para los Adultos de Campeche y donde un día muy lejano estuvo una nevería llamada por el pueblo como “El caprichito”, propiedad de su padre junto con todos los edificios contiguos. ¡Ahh! pero se trata de su familia.

Y finalmente señora su vida ha sido circense porque del PRI adonde por cierto orilló moralmente a su padre a abandonar este instituto político que tanto le dio. Un día de elecciones en juego por la gubernatura en su primera intentona renunció con todas sus consecuencias. Me acuerdo mucho, que el que esto escribe le dio toda una página del periódico del cual fui Director Editorial, cuando fue investida candidata del PRD en la concha acústica de esta ciudad en presencia de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Andrés Manuel López Obrador, Jesús Ortega, a quién por cierto estuvieron a punto de ahorcar en el parque de San Betín, por los forcados que trajo de fuera el desaparecido Guillermo del Río Ortegón, a quien usted le quitó la candidatura. Primer brinco político.

Su paso por el PRD luego del encuentro con el califato fue de choque constante, de altibajos, de claroscuros que culminaron con la llegada de Vicente Fox Quezada a Los Pinos y recuerdo que usted lo acompañó en su primera visita al palacio de gobierno donde el segundo califa se enfermó de las bilis derramadas por aceptar ese trance, de hecho coqueteó y casi se hizo panista, pero los panistas no dan paso sin huarache, y ante la oportunidad de comprar una franquicia llamada Convergencia que le vino como anillo al dedo se hizo de ella. Lo demás lo estamos viendo. Señora, si eso no es trapecismo político, entonces es cinismo, porque de hecho nada hizo usted por enfrentarse a Pemex y al gobierno federal a favor de Campeche.

Su respaldo al gobernador se me imagina que es de dientes para afuera, porque abordando el avión hacia la capital todo se olvida. Sus “muchachitos” se quedan despotricando sobre cualquier tema de interés, pero nada más. Así es muy cómodo opinar de respaldo, de defensa, de petición de justicia, de no ser blandengue, de ser tibia como Aracely Escalante Jasso, de ser resignado, de no tener coraje, de “no lamerle los zapatos al que te pisa”, de ser transparente, de aceptar diezmos de Pemex y de mil adjetivos con los que califica a este gobierno legítimo y sin duda alguna que llegó por el voto popular. Pero me queda claro que no conoce la historia de los campechanos, porque por momentos y sus palabras nos demuestra que la ha aprendido mal y la sigue interpretando peor.

Señora, Campeche ha vivido y luchado en todos estos años solo. Sus hijos “más preclaros” han opinado de dientes para afuera. Seguimos siendo el Estado de las esperanzas postergadas, del ya merito, del oprobio, del “asquito” que nos hace diario el gobierno federal, de 470 años que debieron de darnos experiencia pero que hasta la fecha no acabamos nunca de nacer, en el lugar donde todas las épocas históricas coexisten, donde los usos y sus mitos, su música y sus ritos han dejado una impronta en su idiosincrasia, pero más que nada en las locuras políticas de sus gobernantes. Somos, aunque usted no lo crea, encrucijada y personificación de toda la Península de Yucatán, pero no hemos articulado bien nuestro destino porque sus hijos que salen de la canasta de cangrejos como es su caso sólo critican, pero jamás aportan nada positivo.

Señora, en política lo que parece, es. Y usted debe enfocar sus baterías a mejores destinos. Campeche no le necesita para nada.

LAS RAYAS AMARILLAS

Todos los conductores de automotores, incluyendo las motocicletas, saben que significado tiene en señalética las rayas amarillas pintadas en las banquetas y guarniciones de calles y avenidas de nuestra ciudad: lugar prohibido para estacionarse.

Sin embargo la generalidad hace caso omiso de ellas sin la menor preocupación, ya que saben que será muy difícil y remoto que sean infraccionados, castigados pecuniariamente por no respetar los reglamentos de tránsito, debido a la apatía e indolencia de los agentes de tránsito y de sus superiores, lo cual ha motivado esta conducta que fomenta claramente la impunidad.

Es común y cotidiano observar la contumacia de los encargados de velar por el cumplimiento de la Ley de Vialidad y el Reglamento de Tránsito en vigor, porque en la mayoría de los casos la autoridad de vialidad observa con el rabillo del ojo la violación, pero hacen como que no lo ven. Omiten descaradamente esa infracción y continúan en la comodidad de sus patrullas y motos en sus improductivos recorridos, en vez de detenerse a aplicar el correctivo previsto en la citada ley y así fomentar el respeto a lo establecido. En el menor de los casos se limitan a vocear al infractor para conminarlo a corregir su falta, esta situación se ha observado en la mayoría de los casos cuando están en doble fila. Pero luego de ello continúan con su recorrido como si nada.

Esto es fácil de comprobar recorriendo el Centro Histórico y áreas aledañas, lo cual deben hacer los jefes de los agentes de vez en cuando, por lo que se hace necesario una nueva capacitación a los responsables para motivarlos a cumplir con orgullo y responsabilidad su encargo, de lo contrario y persistir en la omisión, darles de baja para que desempeñen algún trabajo que verdaderamente satisfaga a su ego.

Entonces ¿para qué se siguen gastando recursos en pintar cantidades estratosféricas de rayas amarillas que sólo sirven de adorno? Y no digamos de muchos señalamientos que sólo sirven para lo mismo, porque no son respetados por conductores de camiones urbanos, taxis, motocicletas y automóviles particulares, por las actitudes de los policías de tránsito que como señalo líneas arriba sólo fomentan la impunidad de los usuarios de la vialidad que cada día se hace más caótica en nuestra ciudad.

No tenemos que ir muy lejos. Yucatán y Tabasco, para darnos cuenta del atraso en materia de vialidad que padecemos y que día a día se complica y manifiesta ante la indolencia de los encargados de regularla y adecuarla al crecimiento de nuestra ciudad y del parque vehicular, y si a eso le sumamos la patanería de la mayoría de los conductores, allí tienen un coctel peligroso.

Sobre el mismo tema, el señor Héctor Becerra Gratacoz, se dirige a Jaque Mate con una misiva. Veamos.

“ Posterior a la breve pero sustanciosa plática que tuviéramos a la puerta de tu domicilio, esta semana, me entero de la benéfica continuidad, que en materia de seguridad refuerza el gobierno del Estado a esta prioridad.

Así el titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Jackson Villacís Rosado, optimista por el innegable respaldo oficial, anuncia necesaria dotación a la misma, con equipo de alta tecnología y que sin exponer físicamente al elemento humano, detectará armas y drogas, herramientas operativas para excelentes resultados.¡Magnífico!

Noticia tal me recordó y reanimó, que habiendo obtenido cita verbal y personal por el secretario Villacís Rosado, para una cordial exposición de soluciones a innegables carencias comunicadoras terrestres, problemáticas viales que obstinadamente se conservan desde mediados del siglo pasado, y otras que han surgido por la normal modernización, pasmoso incremento vehicular, nula disposición a construir necesarios estacionamientos de varios pisos, convirtiendo así a San Francisco de Campeche, en el mayor estacionamiento vehicular del Sureste; de lento y dificultoso tránsito diario de automotores, afanosamente obstruido por grandes patrullas –vigilancia que debe hacerse en motos y no con camionetas Pick up, que encabezan procesiones ciudadanas que a diario se incrementan, principalmente en horas pico.

Por cierto la cita aludida para el pasado viernes no se concretó por las veraces y comprobadas comisiones que con diferentes autoridades, obligan al titular a dejar sus oficinas, aunque hay algunas que sinceramente creemos no requieren de su física presencia, pudiendo enviar representantes, más hay que conservar Imagen en Medios.

Ya en casa, marqué a Seguridad Pública 81 19110, solicitando a Villacís Rosado, a lo que su secretaría me informó: Ordenó el señor secretario que solicite su audiencia con Comunicación Social, quien la asignará (!) admiración e interrogación (?).

Entonces la cita ofertada verbalmente e incumplida ¿vale gorro? El suscrito ni está solicitando favor alguno, menos aún solicitando “chayo” –aunque sean bienvenidos- y esta surgió cuando posterior a ceremonia cívica en el asta bandera del malecón y viendo la oportunidad de platicar con el personaje, quién atentamente escuchó, le hice notar de inicio, lo absurdo del patrullaje en el malecón por parte de los Segways, que siendo vehículos motorizados para una persona en pie, ¡circulen en parejas! Y se distraen platicando.

Lo razonable, efectivo, económico y de sentido común, será hacerlo en sentido opuestos, ya que además cuentan con radios intercomunicadores.

De observaciones como ésta nació la frustrada y ya negada cita. ¡que no insistiré en buscarla! Pero que además confirma, una vez más: que la opinión pública no vale.

El otro problema citadino, es el de vialidad y que también el gobierno actual se niega a enfrentar. Una prueba. Nombramiento político a un notario que desconoce absolutamente la problemática, está procediendo burocráticamente rodeando el crucigrama que hoy es el transporte urbano de esta ciudad, entre otros, pero que además ignora lo trascendental del organismo rector en vialidades citadinas.

Más este increíble problema que pervive desde el pasado siglo, que incansablemente he tratado desde hace más de 30 años, continúa alimentado por consecutivos gobiernos”.

Que haya salud”.

SE FUE UNA GRAN DAMA

Honor, a quien honor merece. La semana que nos antecede falleció Doña Elsa Margarita San Román Cambranis de Sansores, una dama en toda la extensión de la palabra, mujer que supo acompañar a su esposo en una vida de intenso movimiento político. Ella nunca cambió, siempre antepuso la amistad y su trato gentil por sobre todas las cosas.

En Campeche hay que recordarla como la primera dama del Estado (su esposo gobernó la entidad de 1967 a la mitad de 1973) y fue durante ese tiempo que con visión extraordinaria fundó el Centro de Rehabilitación y Educación Especial, primero en todo el país y que fue modelo para otros estados. Sus incansables gestiones lograron consolidar a esa institución.

Incluso, el Sector Salud lo absorbe y envía personal capacitado como terapistas físicos, educacionales y del lenguaje que han prestado enorme ayuda a las familias no sólo de campechanos sino de otros estados vecinos.

Ese centro lleva desde entonces el nombre de su creadora y ha tenido sus tiempos malos, pero sigue siendo un baluarte en la rehabilitación.

Hoy, su mecenas ya no existe, pero siempre será recordada como benefactora y como campechana excepcional.

A sus familiares, un abrazo solidario por tan irreparable pérdida.

Simultáneas.- Mal, muy mal la puntada del consejero jurídico del Gobernador del Estado, al olvidarse de la institucionalidad. Resulta que para tener los reflectores de la opinión pública, da a los tamaulipecos una exclusiva sin consultar a su jefe, que finalmente otorgó su respaldo y disposición al mando único policial. ¡Pa´su mecha!

¿Qué hacía Crispín en la avenida Concordia en un día inhábil? No lo sabemos, pero lo imaginamos. Lo cierto es que chocó su Passat y dejó la atención de muchos sobre su viejo vicio.

¿Sabrá el alcalde que alguien de sus colaboradores le está creando conflictos que amenazan con estallar en los próximos días por un asunto donde están configurados varios delitos como la extorsión, el chantaje y la desviación de lo que se decomisa en materia de venta clandestina de bebidas embriagantes? Tenemos hasta fotografías de los modeloramas.

A raíz de que el cuñado es “independiente” y el hace sus cosas y yo las mías “Beto el terrible” me espetó con lujo de memoria una máxima que le inculcó José Trinidad Lanz Cárdenas. -Yo en esa cosas no me meto Calderón. Porque bien dice Trino “Ni turno que no te toque, ni comisión que no te asignen”.

Sobran los comentarios.

domingo, 17 de octubre de 2010

EDUCACION POLITIZADA

En la era de la globalización, la educación es el factor que determina el potencial de las naciones y las personas. Nuestro sistema educativo en México es un desastre. El éxito de cada estado del país, depende de las capacidades de sus habitantes. Y la esencia de la capacidad de las personas reside en lo que pomposamente llamamos “capital humano”, que no es otra cosa que los activos y atributos con los que cada persona cuenta, determinados en buena medida por la educación recibida y la calidad de los servicios de salud a los que se tiene acceso.

Suponiendo que los servicios de salud proveen al menos un fundamento básico para que cada campechano pueda gozar de la vida , mientras mejor sea la calidad del sistema educativo, mayor será el potencial del desarrollo de las personas. Bajo este rasero, nuestro sistema educativo es un desastre y no está avanzando en la dirección correcta.

El gobernador del estado, Fernando Eutimio Ortega Bernés, dio unas cifras a cual más preocupantes: “en materia de educación en el estado, de cada 100 pesos que se destinan para este rubro, 97 de ellos van a los salarios de los maestros y el resto para otros rubros educativos, que incluyen infraestructura y otros”.

En estos días previos a la presentación al Poder legislativo del Presupuesto de Egresos y la Ley de Ingresos 2011, se han recibido en la cámara de Diputados local grupos de maestros que piden y casi exigen que su presupuesto no sea recortado, más aún, que sea incrementado.

Por su parte Mario Trinidad Tun Santoyo, secretario general de la Sección IV del sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación en Campeche, explicó en su visita que suman 13 mil maestros en la entidad, de los cuales 500 son mentores de educación indígena, contradiciendo al diputado Enrique Ku Herrera, quien afirma que no hay maestros suficientes para cubrir las necesidades de las etnias. Tun Santoyo, presumió que las comunidades indígenas se encuentran en los municipios de Calakmul, Hopelchén, y parcialmente en Calkiní y Hecelchakán. Pero hay que recordar que “no hay peor cuña que la del mismo palo” y las advertencias de Ku Herrera no deben echarse en saco roto.

En esa tesitura el secretario de educación, Francisco Ortiz Betancourt, también en el platillo volador, destacó la inversión que en materia de actualización y formación docente se realizó por nueve millones 300 mil pesos en la impartición de 28 mil cursos/profesor que, si Pitágoras no miente nos da la miserable suma de 332.1428571429. ¿Usted cree amable lector (a) que esa cantidad es aceptable para una buena preparación magisterial? Y así por el estilo están los números de Don Panchito. Por eso estamos como estamos.

¡Valiente profesorado: quiere siempre evaluar y nunca ser evaluado! Como si la misión educativa no fuera una eterna lucha contra la ignorancia propia y ajena.

Todo mundo habla de la educación, pero poco se hace para transformarla. Más allá de decisiones grandilocuentes, pero irrelevantes, como decretar un nivel de gasto artificial que no empata con realidad alguna, ni la presupuestal ni la política, el Congreso y el Gobierno no han hecho nada par avanzar en el terreno educativo. Es cierto que existen reformas de diversos tipos y que se han creado mecanismos de evaluación tanto de profesores como de alumnos, pero el marco de referencia que emplean es incorrecto, pues no tiene relevancia en el mundo globalizado en que nos ha tocado vivir.

La educación es un instrumento y, como tal, debe ser apropiado para las condiciones del mundo en el que tendrán que emplearlo sus beneficiarios; si el instrumento no empata con las necesidades y las circunstancias de la realidad, es simplemente irrelevante. Mucho de irrelevante tienen los programas educativos que hoy existen en el país.

Como ejemplo ponemos el caso de India. Para comenzar se trata de un país más pobre que México, su ingreso per cápita es apenas el 20 por ciento del mexicano. Pero, en los últimos años, la combinación de una revolución educativa con otra tecnológica, forjó condiciones propicias para que la economía creciera de manera sistemática a tasas cercanas al ocho por ciento anual. Sin duda fue la educación la palanca de desarrollo que influyó en ese crecimiento económico.

El enfoque que se de a la educación es trascendental. La burocracia educativa y su sindicato, sin embargo, se han mostrado incapaces de entender esta cuestión fundamental. Para empezar no entienden los profundos cambios que ocurren en el entorno mundial, pero tampoco reconocen la centralidad de la educación para el desarrollo de las personas y, sobre todo, la nueva realidad de la globalización y lo que eso implica en términos de competencia con los educandos de hoy.

Es evidente que el magisterio o la burocracia educativa no son culpables de todos los males de la economía campechana y mexicana. La pésima calidad del gobierno en general es un factor tan trascendental para el desarrollo como es la educación. Pero la corrupción y el sesgo ideológico que los responsables de la educación le imprimen a este proceso no hacen sino preservar la desigualdad social y hacer imposible el desarrollo.

El impactante ejemplo de India en los últimos años demuestra que la educación es un factor determinante del éxito económico de un país y de su población en general. Además de preparar a cada uno de los estudiantes para el futuro, la educación podría permitir que la población deje de ser simple espectadora, para convertirse en el actor principal en la trama del desarrollo en el estado.

La educación no tiene sentido si no le abre oportunidades a los niños campechanos de hoy, si no se constituye en el puente que haga posible que un niño campechano pobre de hoy se transforme en un ciudadano de clase media mañana. En un país tan desigual como el nuestro, si el tema educativo no se enfoca correctamente, si se les hace caso a los cabilderos del magisterio que acuden al congreso por más lana, si no se les quitan tantas prebendas, si no se le exigen a todos y cada uno de los maestros que den cuando menos los 200 días de clase estipulada en el año escolar, si no se mete mano a esa enorme lista de aviadores que sigue creciendo, la educación en Campeche acabará siendo más que una utopía, otro recurso demagógico más. Todos los gobernantes deberían aceptar aquel reto planteado por UNICEF de hacer de los niños y su educación una prioridad central.

Ese gremio, el magisterial es sin duda el más cuestionado y su reticencia a informar sobre el destino de los cuantiosos recursos que se les otorgan, es una bofetada para un Estado como Campeche que está en los últimos lugares en materia de educación.

No hay estatutos por sobre la necesidad de una educación integral y ya basta de seguir engordando la enorme corrupción que tiene en Elba Esther Gordillo, la más grande barrera para la educación. ¿Hasta cuándo?

Para mejorar al profesorado de Campeche es imperativo saber dónde está. Ya lo decía Kierkegaard: para ayudar al otro es preciso fatigarse para encontrarle dónde está y empezar ahí”. Mientras no sepamos qué terrenos pisa la educación, mientras no haya un estándar nacional en todos los grados, mientras esta información se les oculte a los padres de familia para impedir que presionen a su escuela, mientras todo dependa de unos líderes sindicales que quieren hacer sus contubernios en lo oscurito, cualquier intento de mejorar la educación en Campeche está destinada al fracaso.

Finalmente, hay que tomar en consideración que si hay alguien que sabe de este tema es precisamente el actual gobernador por su paso por la Secud como secretario. Apenas hace dos días enfatizó que: “La educación es la mejor arma de mejoría y de avance, constructiva y no destructiva para que hombres y mujeres integren una comunidad hacia el desarrollo”.

EL SACO, A QUIEN LE VENGA

Estamos vendiendo a México y al mundo la imagen que Campeche es una ciudad bella, que vale la pena visitarla y cuando menos pernoctar en ella, que sus bellezas naturales la hacen sin parangón, que los campechanos tenemos tranquilidad y somos educados a carta cabal. Que el gentilicio universal es cierto.

¿Esto es cierto? Habría que reflexionarlo un poco y decirle a quien le venga el saco que bastaría caminar por las calles de nuestros barrios tradicionales, por el recinto histórico y por el malecón de nuestra ciudad que recorre de sotavento a barlovento una buena distancia.

Uno de los peores flagelos al que no le han dado la importancia que merece es al grafiti (pinta de paredes, monumentos y hasta vehículos estacionados), que se ha convertido en una plaga que amenaza el aspecto de muros y paredes no sólo de edificios públicos e históricos como los baluartes, sino la propiedad privada, la que no tiene subsidio para resanar el daño que en ningún caso es arte como algunos han creído.

Los daños visuales y materiales ya obligan a las dependencias y los tres niveles de gobierno, así como a la iniciativa privada a pedir un punto de acuerdo en el Congreso local y que se legisle con mano firme este problema, porque los gastos para mantener el entorno visual de quienes nos visitan es un arma de doble filo.

Estos actos de vandalismo –ya que no puede llamarse de otra forma- son producto de la imitación, de una emulación de lo que se ve en televisión y películas, que realizan en la mayoría de las veces menores de edad, quienes individualmente o en bandas de origen delicuencial marcan su territorio y zonas de tránsito, en la misma forma que amable lector lo hacen los gatos y perros al orinarse en sitios inverosímiles. Son auténticas rúbricas con la desventaja que lo de los animales caseros se lo lleva el viento, pero lo de los grafiteros queda tatuado en la ciudad.

Los delincuentes, pues no puede llamárseles de otra forma, le cuestan a los erarios federal, estatal y municipal recursos que bien podrían emplearse para continuar el rescate de fachadas que se interrumpió abruptamente. Los vándalos actúan al amparo de las sombras de la noche cuando el tránsito de personas y vehículos es mínimo y siempre con el apoyo de otros que vigilan para no ser descubiertos en flagrancia y detenidos, aunque al comprobar que son menores de edad lo primero que hacen es soltarlos y tal vez llamar a los padres con reprimendas que no deben ser verbales sino de reposición del daño. Son en muchos casos desadaptados sociales que vuelven a delinquir pasados unos días.

La cantidad de jóvenes que practican estos actos antisociales demuestran una paupérrima educación cívica y un desapego al entorno donde se desarrollan, y ante lo imposible de tener una vigilancia más estricta y numerosa para controlarlos se hace necesario adoptar otras estrategias para reducir y si es posible abatir significativamente este problema.

Estas estrategias deben aplicarse en los centros escolares de nivel secundaria y preparatoria –en estrecha coordinación con las autoridades educativas respectivas, ya que el principal perfil de estos infractores se sitúa en jóvenes de esa edad y nivel socioeconómico que les permite adquirir los botes de pintura en aerosol y portarlos en las alcahuetas mochilas escolares, escondidos para actuar antes de entrar, o a la salida que es cuando transitan en grupos hacia y desde paraderos de autobuses urbanos o simplemente caminando hacia los sitios que frecuentan o a sus domicilios, por las rutas que las mismas pintas señalan, lo cual realizan cotidianamente durante los ciclos escolares y en horarios conocidos y similares en ambos turnos: matutino y vespertino.

En pocas palabras (nada que ver con Crispín), se trata de una “operación mochila” con el acuerdo, visto bueno y participación de las autoridades educativas de cada plantel, comenzando con los turnos vespertinos –para que no se enteren los del matutino-, y realizar el decomiso de los botes de aerosol y hasta de otras sustancias, tal vez drogas, dejando a las autoridades educativas la libertad de actuar contra los alumnos a los que se les encuentre algo indebido, como mejor les parezca.

Asimismo, en coordinación con el Ayuntamiento, proponer medidas administrativas para regular la venta de pintura en aerosol a menores, para bloquearles el acceso a su materia prima. Según se pudo constatar, preguntando en comercios especializados en pinturas, “ellos no expenden a menores estos productos” y se quitan el golpe diciendo que los vándalos los adquieren en tiendas de autoservicio y en tlapalerías.

Hasta aquí nuestra sugerencia con el deseo de que puedan realizarse las acciones propuestas, si es que están dentro de las leyes y las consideraciones de las autoridades pertinentes en cuanto a las afectaciones políticas y sociales que pudieran derivarse de estas medidas, pero con los mejores deseos de que el grafiti se abata de nuestra ciudad, porque ya es un cáncer social y visual que padecemos los ciudadanos que buscamos conservar nuestro patrimonio cultural que sigue siendo invaluable, pero que también puede ser motivo de observaciones por parte de la UNESCO, por no erradicar este delito sobre todo en el recinto histórico.

Cobre, bronce y aluminio.- Metales reciclables.- Con otro tema similar Jaque Mate, ha observado que los metales reciclables utilizados en la industria de la construcción y eléctrica, alcanzan hoy precios considerables que hacen rentable la actividad de compra-venta, ya que existen numerosas personas que practican esta actividad en ambas vertientes, y a pesar de eso no hay regulaciones para controlar la procedencia, cantidad, destino y ganancias que deben generar impuestos sobre los ingresos como cualquier negocio comercial legalmente establecido.

Lo anterior ha ocasionado como consecuencia que numerosas personas sin oficio ni beneficio –delincuentes, pues-, estén dedicados a obtener estos materiales por la vía del robo con vandalismo a domicilios particulares, obras de beneficio público y construcciones en proceso, ya que los compradores –sin el menor escrúpulo- les reciben el material que genera a ambas partes buenos dividendos, claro, sin considerar la procedencia ni controlar e identificar a sus proveedores.

Así vemos con bastante regularidad en los medios de difusión, las notas que mencionan robos y destrucción de transformadores para extraerles el cobre en muchas unidades de riego sin vigilancia, de cantidades considerables de líneas eléctricas a la vera de carreteras, incluso con el riesgo de morir pues están energizadas con alta tensión; de cables con los sistemas de alumbrado público, rejillas y tapas de registro de drenajes, de válvulas de tubería de los sistemas de agua potable, ventanas y puertas de aluminio robadas de predios habitados o en construcción, así como de tubería de cobre de los sistemas domiciliarios, y el colmo, hasta un cañón de la época colonial que fue decomisado en un “negocio” dedicado a la compra-venta de chatarra en el momento que lo cargaban a un camión con destino a una fundidora.

No hace muchos días se publicó que en Champotón, fue sorprendido un albañil llevándose la placa de bronce alusiva a la inauguración del parque principal –en hombros con peso de más de 40 kilos- para venderla como chatarra. ¿A dónde y a quién? Averígüelo Vargas.

También en nuestra ciudad se han dado, y se siguen dando, casos de robos vandálicos de innumerables placas conmemorativas y hasta de estatuas de bronces: el indio arrodillado ante la cruz en el monumento de la conmemoración del 4 de octubre en el malecón; la del niño que estaba en una fuente del parque ecológico de la avenida escénica (que la gente dice que se llevó un hijo de un ex gobernador como “gracia de junior” y la última detectada: la placa del pescador “Alcibíades”, aquel de los versos de Choya Quijano, que está junto a la muralla a escasos pasos de la Puerta de Mar en pleno recinto histórico.

En el pasado, ya escribí sobre el destino de la lanza del indio de la plaza 4 de octubre, de la placa de aquel muelle de la Marina ubicado frente a las torres de cristal, de una caseta completa de Teléfonos de México y cositas por el estilo que otro junior tenía en su recámara. “Puntada de muchacho”.

Sería plausible, que las autoridades correspondientes al tema que nos ocupa pensaran en regular y controlar de una vez por todas, las cámaras que están como floreros en varias partes de la ciudad y activarlas, pero mejor aún proceder en consecuencia. Una mayor vigilancia no es gastar gasolina a tontas y a locas, es ejercer vigilancia pero con inteligencia y no en horas que se sabe no ocurren los robos y vandalismos. Hemos observado que los patrulleros duermen en sitios como los alrededores del estadio Nelson Barrera Romellón, las calles ciegas de los terrenos ganados al mar y otros lugares con poca o ninguna luz. Mientras recuperan energías, los vándalos hacen de las suyas.

En cuanto a la compra-venta de metales reciclables es necesario para cortar de tajo la motivación económica que fomenta el vandalismo y el robo de estos materiales, de tal manera que se lleve un registro obligatorio que contemple la identificación del que vende, la cantidad y el origen, así como de la comprobación mensual de sus ventas por tipo de material, a las plantas fundidoras que lo adquieren para reciclar, considerando también revisiones aleatorias a sus instalaciones para constatar existencias, tipo de materiales y aplicación del control de proveedores, para así cerrarle la puerta a los delincuentes que medran en esta ciudad.

CAMPECHITO RETRECHERO

En una carta enviada a Jaque Mate, por mi amigo y caricaturista de esta hebdomadaria columna, Roberto Iris Balam, me pide insertar un comentario sobre Octubre, mes de la campechanidad:

Soy campechano nacido en el barrio de San Francisco, de la ciudad capital, San Francisco de Campeche; aunque también soy “campechaneado” porque mi padre es tabasqueño y viene a cuento porque entre el año1966 y 1969 viví entre Campeche y Villahermosa, Tabasco.

Recuerdo que a Villahermosa le decían la ciudad de las dos mentiras: porque no era villa, ni tampoco hermosa y en opinión de propios y extraños, la ciudad era fea y sucia; polvorienta en tiempos de seca y lodosa en tiempo de lluvia.

En cambio Campeche, recuerdo (ya pasaron más de cuarenta años) desde que el camión de pasajeros asomaba por la última curva de Seybaplaya a Campeche y aparecían las luces de la ciudad, todo era hermoso: Playa Bonita, la entonces industrial Lerma, con sus tiendas, fábricas, bancos, astilleros y luego la aparición del espectacular monumento al Resurgimiento. Cruzábamos la avenida del mismo nombre, para luego entrar a la López Mateos, luego asomaba el lienzo de la muralla de la Puerta de Tierra, frente a ella la bien cuidada Alameda, enseguida el entonces funcional mercado principal. Después la Av. Gobernadores, orgullosamente construida por el Ing. Manuel Amaya Mena, campechano constructor de los que nunca volvimos a ver.

Para sus aproximados 170 mil habitantes, el estado de Campeche, era un ejemplo a seguir, ya casi no habían blancas callecitas del Campechito retrechero. Las principales arterias de la ciudad estaban bien adoquinadas, con negro chapopote.

En esos tiempos, el pueblo tabasqueño se levantó contra el gobierno de Manuel R. Mora Martínez. En Yucatán, su gobernador Carlos Loret de Mola Mediz, peleaba al Presidente Luis Echeverría Alvarez, mejores participaciones para ese estado. La ciudad de Campeche, era el paraíso comparado con las de Villahermosa y Mérida.

Pero como estoy muy lejos de ser historiador, tan sólo digo lo que veo. Hoy me pregunto, ¿Qué le pasó a Campeche? Me da “hueva gubernamental campechana” hacer los comparativos de estas tres entidades hoy día.

Además no hay nada que comparar entre Yucatán y Tabasco con el Campeche de hoy. Sin ir más allá de sus ciudades más importantes; cuentan con segundos pisos y pasos a desnivel. Campeche vuelve a encontrarse con sus blancas callecitas por falta de pavimentación. Hoy a Villahermosa ya no le dicen la ciudad de las dos mentiras sino, “La metrópoli del sureste” y por ahí va Mérida.

Pero ¿quién es el culpable de este vergonzoso retraso? Del panista Carlos Rosado Ruelas, seguramente. Dicen sus detractores que no ha sabido cumplir su palabra de campaña. Rosado se defiende culpando a los 70 años de gestión priista. Y aquí está el cuento:

Estaba yo esperando audiencia en el salón de presidentes municipales, del Ayuntamiento de Campeche, también esperaban en el mismo salón otras dos personas. Se me acercó uno de ellos y me dijo: si cuentas desde la primera foto de los alcaldes, verás que el de la primera foto fue buen funcionario, el segundo no, el tercero si, el cuarto no, y así sucesivamente. En el conteo se acercó la otra persona y dijo: Yo creo que fue malo Gabriel Escalante como Antonio González y peor Víctor Méndez.

Todos reímos y contamos de nuevo: malo y más malo; malo y más malo…Cuando llegamos a Gabriel, ya se nos habían unido otras dos personas que dijeron al unísono “peor”, es decir, que a partir de Gabriel Escalante, no solamente eran malos sino peores.

Por qué. Porque ninguno de ellos terminó su período gubernamental. Y ellos son: Gabriel Escalante, Antonio González Curi, Víctor Méndez Lanz (entre Antonio y Víctor hay uno bueno y uno malo), Jorge Carlos Hurtado, Fernando Ortega, Oznerol Pacheco (aquí también se cumple lo de uno bueno y uno malo). Todos ellos abandonaron el cargo dejando a su respectivo suplente, que tampoco fueron buenos ni malos o peores, sino todo lo contrario, como dijera Don Luis.

Dieciocho años de un ayuntamiento en total abandono (perdón, de los once ayuntamientos). Entonces, ¿quién es el culpable de nuestras blancas callecitas? Yo diría que todos los campechanos somos culpables como los diputados que nos representan. No hay refrán perdido, “Los pueblos tienen los gobiernos que se merecen”. En cuanto a Don Carlos Ernesto Rosado Ruelas, esperemos que vire el barco con buen rumbo, que está muy fea la marea, aunque no sea liberal (es panista) pero si heroico patriota nacido a orillas del mar.

Colofón.- Yo veo al primer cuadro de la ciudad como un hermoso cementerio todo amurallado. Por fuera se siguen abriendo hoyancos para cocinar los Pibipollos con que celebraremos a nuestros muertos…de risa (en el gobierno).

Servido Roberto.