domingo, 7 de agosto de 2016


“Si no existieran los críticos, es decir, los censores, los periodistas independientes y los ciudadanos insumisos que desafían y resisten las acometidas oficiales, los gobernantes se desbordarían en concupiscencias y abusos”.

Lic. Luis Fernando Sotelo Regil


ESE SIETE DE AGOSTO DE 1857


Ciento cincuenta y nueve años de emancipación política se ajustan este domingo siete de agosto. La historia de Campeche no es totalmente como desde niños se nos inculca en las escuelas. Ha sido monopolizada por los gobiernos y éstos no han querido que se diga escuetamente la verdad, ni cuando contratan investigadores de fuera. Así ha sido creada toda una trama de liberalismo y heroicidad patriótica.

Señala el jurisconsulto Luis Fernando Sotelo Regil, en su libro Campeche en la Historia que: “ En la noche del seis de agosto solo decían los jefes conjurados de Campeche que se trataba de derrocar al gobernador mundista don Pantaleón Barrera. Esto fue lo que se estampó tres días después en el plan o acta de pronunciamiento del nueve de agosto de 1857 y que aparecía firmado por ochenta y seis ciudadanos, y en el que se declaran los sentimientos de la población. Pronunciados del modo más explícito. Los demás postulados del plan son tan fútiles (reducir a la mitad el derecho de patente por la venta de licores al menudeo, etc.), que ni para pretexto de una rebelión podían servir”.

Dicho plan era de política personalista, como otros que antes se habían proclamado en el mismo Campeche y como los que estaban a la orden del día en cualquier lugar de la República; quitar a un gobernador para poner a otro. Ni siquiera se invocaban ideales centralistas o federalistas, conservadores o liberales, tan gastados en ese entonces”.

Lo que ante todo se quería era deponer al gobernador de Yucatán don Pantaleón Barrera –otro ilustre campechano que acababa de tomar posesión--, para sustituirlo por don José María Vargas, vecino de Mérida, yucateco por los cuatro costados, poco conocido en Campeche, y cuyo nombre supo por primera vez la mayoría de los pronunciados, a los tres días, o sea hasta que se le puso en el acta o plan”.

Se proclamaba Gobernador Provisional a un hombre nuevo, que no había figurado de candidato, dice Ancona (Historia de Yucatán, libro IX, capítulo11)”.

Por lo que se refiere a esta lectura de Sotelo Regil, es que la realidad de la sublevación de la ciudad de Campeche fue concebida y preparada en Mérida por yucatecos y que tuvo repercusiones en varios lugares de Yucatán, que no pertenecían al distrito de Campeche. Su finalidad era esencialmente yucateca. Sacar a un campechano del gobierno para poner a un yucateco”.

El siete de agosto de aquel 1857 no ocurrió en la hoy San Francisco de Campeche nada digno de recordarse, como no fuera un cañonazo disparado en las primeras horas de la madrugada contra las tropas gobiernistas, de las que formaba parte el coronel don Alejandro García Marcín. El cañonazo hizo una baja: hirió a un soldado probablemente de los que estaban sirviendo la pieza, cerca del coronel que años después llegaría a general. Se señala que una pieza de artillería es disparada comúnmente por un sargento o un oficial, y que en el caso de este disparo fue el coronel personalmente el que prendió la mecha”.

El caso es que de esta forma nació a la vida independiente como estado de la Federación nuestro querido Campeche. En fin, a 159 años, el fin justifica los medios.


ERRORES DEL PASADO


A 159 años del inicio de la emancipación política se puede afirmar que el siete de agosto de 1857, ni se erigió el Estado de Campeche, ni se habló, ni se pensó en ello.

La idea germinó varios meses después en la inquietud de los campechanos, ciertamente alimentada por el gobierno federal. Hay quien repetía hasta el cansancio que nacimos contra los censos, contra las estadísticas. Contra la Carta Magna –recién estrenadita--, y hasta contra la historia. Pero pese a su viciado origen, hoy somos cerca de 900 mil habitantes y en el panorama político tenemos un destino, un gobierno emanado de la voluntad popular y recursos naturales que son la envidia de otras entidades.

Lo importante de este año es que rinde su primer informe de la administración Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, quien busca reescribir una nueva historia y dejar atrás ese abandono que ya es sinónimo de campechanos. Hay que evitar los actos laudatorios y heroicos y pensar que este primer informe sea una cadena de aciertos en los cinco años por venir. Dejar atrás el estigma de la injusticia fiscal que nos relegó en el contexto nacional, mientras la Federación capulinamente se embolsó los recursos que el petróleo extraído, ciertamente en el subsuelo marino, pero frente a las costas de Campeche. Pero eso, eso también ya es historia que debemos dejar atrás para poder Crecer en Grande.

La verdadera fecha del inicio de nuestra emancipación política en Campeche, fue el 29 de abril de 1863 (casi seis años después), cuando se promulga el decreto número 5858 expedido por el presidente Benito Juárez García, luego de recibir la ratificación de la mayoría de las legislaturas de los Estados.


HASTA “EARL” SE HIZO A UN LADO


El miércoles 3 de agosto, faltando cuatro días para el primer informe de gobierno de Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, todo indicaba que se repetiría un suceso metereológico-político, porque el ya huracán “Earl” amenazaba directamente a la entidad con todas sus consecuencias.

El 15 de septiembre de 1967 el huracán “Beulah”, azotaba la Península con vientos sostenidos de más de 100 kms. por hora. Ese día en el Cine “Selem”, declarado recinto oficial del Congreso del Estado. Por la noche se celebró la toma de posesión de Carlos “El negro” Sansores Pérez. Un acto donde el Presidente de la República, Gustavo Díaz Ordaz, envió al secretario de la SCT, como su representante. El glamour y las guayaberas comenzaron con la era de Luis Echeverría Álvarez.

Ese acto fue muy significativo porque por primera vez en la era moderna un gobernante saliente no entregó el poder seis años atrás. El Dr. Alberto Trueba Urbina, no había hecho entrega del poder Ejecutivo, por razones que años más adelante detalló.

Pero el destino hasta en eso, tuvo su parte. El huracán “Earl”, ya convertido en tormenta tropical cambió su trayectoria y se fue con su música hacia el noroeste. Moreno Cárdenas, tuvo su ayudada de arriba y su primer informe había pasado un fuerte escollo. Como pocos, Rafael Alejandro, que llegó al poder con un buen soporte popular, que a estas alturas tiene el reconocimiento nacional por su empuje y dinamismo para enfrentar los graves problemas heredados y otros producto de la gravísima crisis económica que azota a México, a consecuencia de la caída de los precios del petróleo y de la disminución de la producción.

Desde su discurso de toma de posesión Moreno Cárdenas, delineó lo que ha de ser su gobierno. Nada lo ha detenido en su búsqueda del bienestar de su pueblo y, en especial, de las clases más desprotegidas. Llegó al poder con un gobierno sin recursos y con deudas que muchos afirman son superiores a los dos mil 500 millones de pesos, que si se saca en cuenta nuestro presupuesto estatal deja mucho que decir y peor que desear.

Desde su campaña observó que los caminos rurales y los que atraviesan las zonas de cultivo (“cosecheros” les llama Beto Buenfil) prácticamente no existían. La más brutal forma de matar al campo se han dado en los últimos 18 años, pese a que los gobernantes de esos sexenios puntualmente “ejercían” los presupuestos asignados.

El monstruoso programa de desmontes y la más brutal desforestación de nuestros bosques de maderas preciosas dejaron millares de hectáreas saqueadas con la venia de las autoridades federales que en esos largos años eran parte del mismo clan.

En los últimos meses el campo ha vuelto a cobrar conciencia de que este sexenio los hombres verdes son tan importantes como cualquier otro que busque el desarrollo de una actividad. El petróleo quedó atrás y sin rencores pero hay que señalarlo: Campeche sostuvo a México con miles de millones dólares en su fantástica producción que durante 30 años fue la piedra angular de una economía petrolizada y que evitó gravísimos estallidos sociales. Hoy el oro verde vuelve a ser la esperanza que beneficie a campesinos, que retornan  a los cultivos mecanizados, olvidados por muchos años y víctimas de una corrupción espantosa.

Para Rafael Alejandro ya no hay panaceas, porque lo mismo se piensa en Turismo que en la Pesca, en la ganadería que en producción melífera; todo ello sin olvidar que se recupera la seguridad pública y se vuelve los ojos hacia donde ha sido más fuerte el saqueo y la corrupción, como es el caso de la salud. Prueba de ello son los “chivos expiatorios” que hoy son objeto de reclusión en San Francisco Kobén, además de 10 servidores públicos sancionados por presuntos actos de corrupción. Aunque los peces gordos siguen paseando su impunidad como el principal de ellos en Paraguay.

No ha sido fácil, al joven gobernante (el segundo con menor edad en el cargo), ya le duelen los nudillos de tanto golpear puertas en las dependencias federales para gestionar recursos para los campechanos. Para cuando Moreno Cárdenas tomó posesión del gobierno del Estado, apenas la mitad de los políticos locales eran de su grupo. Prevalecía un poderoso grupo que aún hoy no desocupa sitios que tienen desde 18 años atrás. Días difíciles en los que el actual gobernador tuvo que trabajar sus relaciones a nivel México, porque en Campeche nadie lo veía como un sucesor del cuarto piso.

Los “morenistas puros” no son mayoría. Inteligente como es, Rafael Alejandro, sabe que con esos amigos de toda su corta vida no podía gobernar conforme a sus propósitos,. Así que integró a su equipo a viejos amigos con alguna experiencia en la administración pública y en la política, que no necesariamente habían sido muy sus simpatizadores en los malos tiempos, y a jóvenes valores que ya despuntaban por su ambición y talento. Lo cual desde luego no gustó a quienes se ostentabanha logrado concatenar er  tontos y hay lugar para los ignorantes. Pero hay cargos que son vitales para el rimer paso en falso de merecedores del pastel completo.

Para el segundo cargo político en importancia escogió a un hombre talentoso con amplio conocimiento del derecho (ya no más cochineros sin experiencia), que no fue reclutado en la campaña sino al término del proceso electoral. De esa forma llegó a la Secretaría de Gobierno, Carlos Miguel Aysa González, sobrino de aquel probo abogado Pablo González Lastra (+), que ocupó ese cargo en el sexenio de José Ortiz Ávila.

Por más hábil que un gobernante sea, el destino de su administración depende en gran medida de sus más cercanos colaboradores. Las designaciones equivocadas, sobre todo en los puestos clave, son siempre el primer paso en falso de un nuevo gobierno. Por fortuna, la administración pública resulta tan elástica que caben hasta los tontos y hay lugar para los ignorantes. Pero hay cargos que son vitales para el éxito de un gobierno y al parecer RAMC ha logrado concatenar esa fórmula.

RAMC, tiene lo que se llama “visión del futuro” y una innata sensibilidad para el manejo político. Todo indica que está dispuesto a que el gobierno de Campeche no sea su tumba política, como ha sido la de sus antecesores. Con escasos 40 años espera todavía unos 10 años de intensa actividad política, cinco de los cuales serán en el actual cargo de gobernador.

No tiene un pelo de tonto y sabe que solamente si el PRI no es gobierno federal, podrá operar su propia sucesión. El gobernante campechano que lo hizo (bueno eso dice, pero sus jefes los González Curi, operaron esa mañana en el Centro de Convenciones), fue Jorge Carlos Hurtado Valdez, el beneficiado, quitándole de la mano a Edilberto Jesús Buenfil Montalvo, una candidatura que éste había trabajado con mucho ahínco. Fue un caso sui generis, porque “gobernador no pone gobernador”, pero “El tapir” lo logró.

Ciertamente este gobierno estatal es el inicio de una nueva jornada, de un nuevo estilo personal de gobernar, notable desde el principio, luego de 18 años de una corrupción y autoritarismo exacerbado que un par de hermanos de origen libanés manejaron a su arbitrio todos los poderes. Aquí si que ni las locuras de Trueba Urbina, ni la prepotencia y soberbia del coronel Ortiz Ávila, ni la diplomacia del “Chel Rodríguez”, ni la hegemonía de Sansores Pérez  marcaron el derrotero a seguir en los próximos años.

Y no es mentira que el “presidencialismo imperial” que todavía en estos tiempos es capaz de ordenar a su secretario de Hacienda un alza a gasolinas, luz y otros rubros, pregonan democracia. Las “gubernaturas imperiales” repugnan doblemente porque ofenden y lastiman a un pueblo que no acaba de encontrar los caminos de su desarrollo.