domingo, 23 de noviembre de 2014


SI LA ENVIDIA FUERA TIÑA

A más de 150 años de la emancipación política de Campeche y recorrido ya casi el 14 por ciento de un nuevo milenio, los intereses personales prevalecen sobre los de grupo. Los campechanos somos víctimas del sectarismo que ha minado la salud de los habitantes de esta entidad. Es un virus como el ébola que mina y acaba con el organismo. No hay cura contra él porque nadie pone de su parte para erradicarlo.

Estamos perdiendo un tiempo importante en observar la guerra mediática que solo buscan quienes ceban sus intereses en desunir a los campechanos. A los medios no puede interesarle de ninguna manera la conciliación entre las partes para la consecución de objetivos que nos deben unir en beneficio de la entidad.

Hay factores y circunstancias que nos tienen al borde de las butacas cada día, que nos enfrentan unos contra otros y nos debilitan al derrochar cuantiosos recursos y esfuerzos en actividades que desangran los erarios estatal y municipales.

Este sectarismo está minando la salud del noble pueblo campechano. Es el agente de un enanismo mental que impide nuestro crecimiento y desarrollo económico. Hay que examinar este concepto de cerca con lentes de aumento, despacio, para ir conociendo una por una su grado de manifestación.

El sectarismo nace en el hígado. Nutrido por la envidia. Cebado por la mala fe. Se propaga como célula cancerosa que afecta las potencialidades intelectuales y facultades nobles del campechano hasta deformarse. Es el diagnóstico clínico.

Hay otro diagnóstico que nos permite reconocerlo con mayor rapidez. En el sectarismo se parte del principio de que si no estás conmigo, si no crees en lo que yo creo, si no haces lo que yo hago, si no dices lo que yo digo: estás contra mi.

Buenas son mis obras, porque son mías; malas son tus obras, porque son tuyas. En el sectarismo no hay cupo para la pluralidad. Que seas distinto de mi es intolerable, peligroso porque yo no estoy dispuesto a ser como tu.

Tengo que atacarte, perseguirte, hostilizarte hasta que cedes e incluso acabarte, porque mientras tu seas más que yo, seré cada vez menos. Mientras tu seas mejor, yo seré cada día peor.

El sectarismo afecta hoy las relaciones de los campechanos ---hay tantos como grupos políticos y precandidatos---, de nada sirven los discursos y buenos deseos porque son de dientes para afuera.

La unidad no debe ser flor de un día, ni puede presumirse en una fotografía. En Campeche, como hemos reiterado en varias ocasiones, la unidad es toral. De buenas intenciones está empedrado el camino del infierno.

En cada partido, grupo político y precandidato debe caber la prudencia y no usar las navajas que los “colaboradores” de cada uno les tienen amarradas.

Mafias de grupos devotos del dinero, dueños de grandes extensiones de tierras, negocios, predios y casas que con prestanombres ocultan cuantiosas fortunas mal habidas. Y es de aquí no es posible conciliar la mínima unidad porque afectarían sus propios intereses y prefieren gastar sus balas en una guerra de infiernitos que los campechanos vemos a todo color y hasta en tercera dimensión.

Todos deberían estrecharse las manos en público, acabar con filias y fobias y trabajar por Campeche, haciendo trizas las viejas formas de hacer política. Estas fechas es el momento preciso cuando todavía no inicia el proceso electoral para estar en una sola trinchera: Campeche. Cuando los agravios todavía no son imposibles de enmendar.

Si esto llegara a suceder en Campeche cuando ya se lleva recorrido el 14 por ciento de un nuevo siglo regresaría poco a poco la unidad, pero tengo entendido que los campechanos estamos clasificados como cangrejos en un tenate, donde aquel que quiere escaparse para salir es jalado por los demás.  Además. Estamos en los meses de fin de un sexenio donde la cabeza principal es afectado como llaman los gringos como un “lame duck” donde ha perdido todo aquel bono con que llegó. A estas alturas, los alcaldes y su gabinete zurcido hacen lo que se les da la gana.

El sectarismo es una razón poderosa para que cada día los campechanos opinemos y señalemos con valor civil qué están haciendo en lo positivo los niveles de gobierno.

Hay que estudiar el sectarismo de cerca. Examinarlo, conocerlo bien. Ese si es el enemigo público número uno de Campeche.


UN GASTO BRUTAL

El PRI en una jugada de tres bandas se hizo al tonto con la propuesta  de reducir el número de legisladores plurinominales. La Tremenda Corte, esa que se mueve al antojo desechó el proyecto tricolor y con ello la posibilidad de que el Congreso de la Unión tuviera menos diputados federales y menos senadores.

Los partidos políticos nos cuestan muy caros (el próximo proceso electoral tendremos la monstruosa cantidad de 10 partidos), y si le sumamos lo que a los contribuyentes cuesta el sostenimiento de cada legislador comprendemos porqué México está cada día en poder de la mafia partidista.

Aquella jugada del tuxpeño Jesús Reyes Heroles, de pincelar de democracia al Congreso de la Unión y de evitar que los votos perdedores se fueran literalmente a la basura, hoy es motivo de preocupación ciudadana; sin embargo, le dio a los partidos políticos el enorme poder que actualmente ostentan.

La idea original nacional es que tanto en el Congreso de la Unión como en los congresos locales estuviera el mosaico ideológico de la República. Y en cierta forma se buscaba por parte de Reyes Heroles, hacer efectivo el pensamiento de Mariano Otero, de que el Congreso de la Unión fuera “el daguerrotipo de la Nación”.

Es un clamor ciudadano que no es función del Estado sostener a los partidos y que cada organización política debe sostenerse exclusivamente con los aportes de sus miembros y simpatizantes. Sin embargo, de aplicarse lo anterior solo sobrevivirían los partidos cuyos gobernadores y Ejecutivo Federal son su caja fuerte, quienes hacen los pagos en forma de contratos, cesiones y concertacesiones que acaban por costarle al país mucho más que los subsidios oficiales que ahora pagamos con el rimbombante nombre de prerrogativas.

La mentada reforma de estado que buscó Felipe Calderón Hinojosa, fue una “piña” de filos todas encaminadas a bajarle la guardia al PRI, aunque no dejó de reconocerse que por ejemplo en el caso de Campeche, tenemos una sobrerrepresentación en materia de diputados locales, pues mientras Yucatán con cerca de dos millones de habitantes tiene 25 diputados incluidos los plurinominales en nuestra entidad tenemos 35 diputados, también incluidos 14 plurinominales, con poco más de 800 mil habitantes, lo que indica que el congreso se convierte en una olla de grillos sin ton ni son y, lo que es peor,  el enorme presupuesto solo sirve para propósitos de un grupo en el poder que hasta la fecha sigue siendo el PRI.

Ante todo conviene hacer algunas precisiones en torno a esa iniciativa presidencial fallida, que tenía pocas posibilidades de salir avante ante la negativa fuerte de la izquierda mexicana de la consulta popular para echar por tierra la Reforme Energética.

La mala fama de diputados y senadores ha sido creado sobre todo durante los largos años de la dominación priista. Eran los tiempos en que acaso por despecho las buenas conciencias decían que era mala inversión ser diputado, pues las dietas duran solo tres años y el desprestigio toda la vida.

Hay que recordar que la oposición tuvo apenas una muy tenue presencia en las cámaras en las seis legislaturas que hubo entre 1946 (año del nacimiento del actual PRI), y 1964 cuando se constituyeron los diputados de partido en partidos opositores, señaladamente Acción Nacional apenas ganaron 32 bancas, solo cinco en promedio en cada elección, mientras que la mayoría priista crecía conforme lo hacía el total de los diputados, que aumentó de 147 en 1946 a 178 en 1961.

Una Cámara con esa composición era fácilmente avasallada por el Ejecutivo federal. No era necesario seleccionar en el partido oficial, a los mejores. Al contrario, esa condición podía pesar adversamente. Se creía más bien que los diputados debían tener por regla general, flexibilidad en la cintura para inclinarse ante las decisiones presidenciales.

Hubo naturalmente excepciones pero la mayoría de los legisladores de aquellos años no hubieran aprobado requerimientos de calidad.

En gran número provenían de un mecanismo de reparto de posiciones al sector obrero, que en Campeche se explotó desmesuradamente con Abelardo Carrillo Zavala, su hermanito Alfonso, sacado bajo la manga de una modesta oficina de Correos, a Carlos Mauricio Sansores Pérez, Francisco Solís, Francisco Puga Ramayo, etc.

El sector campesino donde llegaron líderes de sexenio como Manuel Pacheco, Jorge Muñoz Icté, un sinnúmero  de hombres verdes, de paja y solamente una vez un verdadero conocedor de las leyes como fue el doctor Alberto Trueba Urbina.

Y el sector popular explotado hasta la saciedad con gente como Carlos “El negro” Sansores Pérez, en cinco ocasiones; Rafael “El chel” Rodríguez Barrera, en tres ocasiones; Carlos Pérez Cámara, en dos ocasiones. Si se observa en los últimos 10 gobernadores solamente Eugenio Echeverría Castellot, Jorge Salomón Azar García y Jorge Carlos Hurtado Valdez, nunca fueron ni diputados federales, locales ni senadores.

El corporativismo reñía así con la representatividad y con la actitud, pues no era eso lo que se medía, sino su pertenencia a los elencos directivos de la CTM, CNC y la CNOP, organismo todos ellos en desuso. No existiendo además reelección ni rendición de cuentas, la desconexión entre los legisladores y los electores cuya participación por otra parte no era eficaz y muchas veces ni necesario, por lo tanto era de total sumisión.

Si hoy es muy difícil que por ejemplo un ciudadano de una colonia popular conozca el nombre del diputado de su distrito en aquellos tiempos era imposible. Era tan común lo anterior que en los servicios médicos forenses a los muertos desconocidos se les llamaba peyorativamente diputados.

Hoy con la modificación del INE y OPLECAM la situación no se espera que cambie, pues es la misma gata solo que revolcada.


LA LUCHA QUE VIENE

Sin explicación alguna, el Consejo Político Nacional que sesionaría en la capital del país se suspendió el pasado sábado. En esta reunión se iban a tratar los temas vinculados con las candidaturas y el proceso electoral del 2015, donde estarían en primer lugar las candidaturas de los nueve estados que el año próximo elegirán a sus nuevos gobernadores. Se dijo que la sesión se programó para el próximo martes en el D.F. y al día siguiente sesionaría en Campeche el Consejo Político Estatal. Hay al parecer desacuerdos y despropósitos que buscan consenso. Pero nada de ello. La realidad es que el gran dedo se está curando en salud en nuestras antípodas y el viene a dar la absolución a este proceso.

Será  a dos de tres caídas, sin límite de tiempo ni de gastos. Todos contra todos, sin réferi, sin necesidad de guardar las formas, al amparo de “informes”, con la misma estrategia del ofrecimiento sin fundamento, vetusta, incumplida, ofensiva a la inteligencia del pueblo, con la mentira tan a flor de labios como la falsa sonrisa, rodeados de acarreados, con alarde de derroche e impunidad ante la flagrante violación a las más elementales reglas de la contienda, aprovechado el fracaso del cambio de árbitros, así, de manera nada promisoria, dio inicio la batalla campal de la que solo uno o una saldrá vencedora. El público entretenido en especular y tomando inútil partido ignorante que en este tipo de “deporte” todo está previamente acordado y que su opinión o apoyo solo sirve para quemarse.

De nuevo quien llegue no sabrá que hacer con la victoria y mucho menos como cumplir con las torpes promesas de bienestar, que como es tradición nunca dicen cómo van a hacer realidad.

Lo increíble es que sigan habiendo gente sin la más mínima conciencia y dignidad dispuesta a asistir a esos eventos o a prestarse a portar una publicidad en la ropa, auto, casa barda, etc., pagada con el dinero del cada día más empobrecido pueblo al que pertenece.

La cuestión es que solo son cinco los participantes en a función que organiza la más relevante de las organizaciones del estado y alguno de éstos será el abanderado tricolor, que tendrá que refrendar su triunfo ante unos alicaídos azules, otros desmembrados amarillos y la misma de siempre “Melania la roja”, solo que ahora de Morena.

Ninguno podrá contra el Black Shadow, que enarbolando el estandarte del abstencionismo seguramente será el único y absoluto ganador, ya que ni por asomo se vislumbra a contendiente independiente alguno y salvo un inesperado despertar de conciencias puede tener alguna oportunidad un azul, misión imposible pues ellos mismos se jalan de las patas y el árbitro seguirá siendo parcial.

El chico favor que los partidos y sus representantes en turno están haciéndole a sus contendientes representa un serio obstáculo muy difícil de saltar, la inconformidad, la desilusión, el incumplimiento y el empobrecimiento en todos los aspectos de la sociedad, sin duda contribuirán a dificultar la tarea.

No solo de amor vive el hombre, mucho menos cuando escasean el pan y el circo, y a cambio aumentan la deuda pública y el bienestar de unos pocos en detrimento de muchos.

Le guste o no, en primer lugar sigue “Alito”, detrás Ana Martha, por aquello de la equidad de género, derrochando para ascender va Raúl, comienza a destacar Renato y en la colita doña Chely y nadie más. Ningún tipo de ataque tendrá influencia en el resultado, son argucias de quienes tiran la piedra y esconden la mano, aunque todos sepamos de quien es la mano que mece la cuna.

El pueblo es noble, tiene la virtud del olvido, pero no perdona el engaño, la traición, la mentira, la decepción amorosa y mucho menos que se burlen de su inteligencia, así que o lo entienden y se preocupan por proponer soluciones realizables, no promesas pasadas de moda o pagarán el precio. Las campañas tienen que ser directas y propositivas o cualquiera, bueno, malo o pero, puede beneficiarse del malestar generalizado y ahora no habrá quien saque a esa buey de la barranca, ante la acefalía del árbitro. Al pronto tiempo.


MANO SUAVE EN GUANTE DURO

Dice un refrán chino que “un viaje de mil millas comienza con un paso”. Lo que dio pie al escándalo que ha sacudido al gobierno de Enrique Peña Nieto, fue algo que se sucedió poco a poco hasta terminar en el asesinato masivo de unos ciertamente broncudos normalistas que todo lo arreglaban a base de escándalo. Pero las cosas se salieron de control y muchos dicen que lo que sucedió en Bolonchén de Rejón es pecata minuta.  Nada de eso. Así se comienza y luego no hay manera de remediarlo.

Pese a la crisis generada en Bolonchén de Rejón por el crimen del ingeniero Dennis Pech Trejo y de la paliza que recibieron sus acompañantes que los dejaron policontundidos, pasándose por el arco del triunfo el famoso protocolo del que supuestamente están concientizados los cuerpos policíacos.

Estos hechos tuvieron su antecedente inmediato en la barahunda que los pobladores de Hopelchén, cabecera municipal, motivaron que el alcalde Alonso Julián   “Fondo Campeche” Pacheco Ucán, huyera y luego le ordenaran desde el Palacio de Gobierno regresar y solucionar un problema que motivó que a él y a sus subalternos los amarraran con soga de cochino y les hicieran el baile del sillón, hasta que cedió a entregar los sacos de semilla que había ofrecido a los agricultores.

El asunto del asesinato de hace dos semanas en Bolonchén fue la gota que derramó el vaso político y que motiva que el alcalde debe presentar su licencia para separarse del cargo, el PRI defenestrarlo para ocupar un cargo próximo y pagar las culpas de este homicidio y de tener a Campeche en las estadísticas donde las policías asesinan a los ciudadanos.  Lo que es peor, la comparación de lo que sucedió en Ayotzinapa a manos de policías y el crimen organizado.

Para variar Pacheco Ucán tampoco se encontraba ---como nunca se le encuentra---, en la cabecera municipal, pues su domicilio está asentado en San Francisco de Campeche  a 45 minutos de su oficina violando leyes y reglamentos, porque los asuntos los arregla en la ciudad capital.

Ante estos hechos el gobernador del Estado debe de colgarse de la oreja y reflexionar sobre las demandas y denuncias que en estos días recorre las redes sociales y las calles de Campeche y Bolonchén de Rejón, donde piden a gritos la cabeza del alcalde chenero.

Los medios de comunicación dejaron ir su responsabilidad en el maniqueísmo al que reunió la tragedia de Bolonchén de Rejón, Bolonchén Cahuich o Bolonchén Ticul.

Que vergüenza que este hecho haya sucedido cerca de la visita del Príncipe de Gales, que por supuesto la embajada de ese país, se mantuvo informada de lo acontecido, porque si algo tienen los ingleses, pese a su flema tradicional, es inquirir sobre el sitio donde van a transitar.

La lección es ¡ahora si! No cuquen al tigre. Bolonchén fue uno de los sitios donde la guerra de castas cobró decenas de vidas. El pueblo chenero aguanta hasta que dice basta. No se asusten de las consecuencias y piensen que el asunto ya se olvidó. Alguien y pronto tiene que dar una explicación a los deudos y al pueblo chenero no basta con meter a la cárcel a los asesinos y dale de dientes para afuera 50 años de cárcel. En unos años por venir saldrán en libertad. Cosas de la justicia mexicana.

Pacheco Ucán, debe de pedir licencia para separarse del cargo. Hay varias razones para ello: el clamor popular de la sociedad chenera porque se vaya; es antipopular; es reincidente con los problemas; ha evidenciado su ineptitud. Ahora hasta se protege acercándose a los precandidatos para buscar su sombra ante los fuertes reclamos ciudadanos.

Pero el edil debe aclarar en principio las cuentas del “gran capitán” en que ha convertido el erario municipal. El pueblo chenero siente que ha llegado al límite porque ya no soportan más a este alcalde que ha convertido ese ayuntamiento en un foco de corrupción e impunidad y dejar de chayotear a la prensa campechana.
La dislexia política, el divorcio entre su actuación y la realidad que se vive en Hopelchén, es cómplice de la incapacidad del edil.

Urge que la semántica emparente solidariamente con la semiótica (teoría general de los signos), es cómplice de la incapacidad del alcalde. Urge que esa semántica emparente sólidamente, para que los signos de actuación del edil y lo que esto quiere decir sean los mismos. En Hopelchén como en otros ayuntamientos de Campeche hay una colusión de intereses privados con el poder político y eso no es retórica.

Con lo que está pasando en México, ignorar los síntomas es la manera más fácil de hacer crecer el mínimo problema. Desafortunadamente a los gobernantes indolentemente no les gusta oír y menos aún responder con hechos.

sábado, 25 de octubre de 2014


LAS POLAROID DE LA POLÍTICA

No hay peor manera de desempeñarse para un gobernante que conducirse por la vía fácil de la indecisión, capitular ante las encuestas y pretender que los problemas se resolverán por si solos. Si algo, la historia refleja lo contrario. Aunque hay muchos gobernantes impopulares, los más impopulares son típicamente aquellos que tomaron decisiones sistemáticamente contrarias al sentido común y al sentir de la población.

Las encuestas se han convertido en uno de los instrumentos clave para todos los políticos del mundo. Difícilmente existe en algún gobierno o gobernante que desdeñe las encuestas en su proceso cotidiano de toma de decisiones.

En esta era de la ubicuidad de la información, ningún gobernante puede actuar sin tener datos que le permitan tomar el pulso de la población. Pero una cosa es pulsar el sentir de la ciudadanía y otra muy distinta es dejarse arrollar por cualquier encuesta.

Las encuestas juegan un papel central en el gobierno de una sociedad moderna. Su existencia es una de las mejores evidencias de que los gobernantes no pueden ignorar el sentir de la población y que toda labor pública para ser efectiva tiene que responder a la población misma. Es decir, se trata de una medida importante de la evolución democrática del mundo.

Hasta hace unas cuantas décadas, los gobernantes navegaban a ciegas, confiando en que su juicio y manera de decidir corresponderían con el sentir del pueblo. El objetivo de entonces, como lo es ahora, era incrementar el apoyo de la sociedad a las tareas de gobierno y en la mayoría de los casos en México, más del 90 por ciento son políticos chapulines (aquellos que brincan de un cargo a otro sin concluir el anterior), para así ganar los siguientes comicios.

Detrás de todo esto se encuentra la noción de que el capital político de un gobernador, senador, diputado federal o estatal, alcalde, regidor o comisario municipal, crece en la medida en que actúa, en tanto que se desgasta si no se usa; es decir, el capital político no es algo estático de lo que se dispone en cualquier momento.

Casi todos los gobiernos de México realizan encuestas de manera cotidiana, pero son escasos los que las dan a conocer porque de esa forma capulinamente sustraen a su conveniencia el sentir popular. Y aunque son muy pocos los que se dejan arrollar por las encuestas, éstas tienen la función de informar al tomador de decisiones, no de determinar la decisión.

Para comenzar, la opinión pública es algo dinámico, que cambia con el paso de los días y semanas. Un político puede estar arriba en las preferencias populares hoy pero por causas diversas podría caer en las preferencias en las próximas semanas. Nada es para siempre.

Las opiniones se van forjando de acuerdo a las circunstancias y se modifican cuando un gobierno actúa. Aunque el gobierno puede saber, a través de una encuesta, lo que opina la mayoría de la población votante sobre un determinado tema. No existe manera alguna de que pueda anticiparse el comportamiento de la opinión en el futuro. Si lo anterior fuera posible no sería necesaria la existencia de un gobernante, pues las decisiones fluirían de manera automática.

Este punto es crucial. La opinión pública en todo el mundo tiende a ser conservadora, no en un sentido ideológico, sino en un sentido práctico, independientemente de sus convicciones políticas o ideológicas. El cambio ---que muchos repiten insistentemente---, es algo a lo que se ve con desconfianza pues no se puede estar seguro si se podrá lidiar ---no como becerro en tentadero---,  con circunstancias nuevas y diferentes.

En este sentido, es natural que la gente se resista a experimentar cambios en su manera de vivir, actuar o pensar. Una persona puede ser muy liberal o muy conservadora, puede desear un cambio o rechazarlo y, sin embargo, la propensión natural es aferrarse a lo conocido en vez de correr el riesgo de probar lo diferente, independientemente de que el cambio que resultare de una acción determinada pudiese ser bueno para esa misma persona.

Las encuestas pueden ser brújulas pero no timón para el próximo proceso de sucesión del gobierno de Campeche. El proceso interno de selección del candidato para este cargo lleva el membrete de que no habrá “candidato oficial”, y que el ganador será ---como en todo democracia---, simplemente el que tenga más votos en la Convención, así se llame Juan Pérez. Desechando por supuesto aquella amañada “convención” (según César Camacho, presidente del CEN del PRI, no habrá “dedazo”),  que llevó al poder a Jorge Carlos Hurtado Valdez, as sacado de la manga del arquitecto Jorge Luis González Curi, quien junto con su hermanito el ex gobernador José Antonio González Curi, no han dejado de meter las manos en los procesos electorales.

Actualmente, ambos se la están jugando con prospectos diferentes: El arqui con Raúl Aaron Pozos Lanz y el perisodáctilo con Rafael Alejandro Moreno Cárdenas. Ambos aspirantes deben de dejar de cargar rémoras que como pesado lastre pueden ser negativas para sus posibilidades.

Pero no nos hagamos tontos en Los Pinos cada uno de los suspirantes a la gubernatura tienen voluminosos expedientes de su actuar político, y cada día que pasa se van acumulando más y más datos negativos. Si algo, la historia refleja lo contrario; aunque hay muchos gobernantes impopulares, los más importantes son típicamente aquellos que tomaron decisiones sistemáticamente contrarias al sentido común y al sentir ciudadano; aquellos que evadieron su responsabilidad y no hicieron mayor cosa por cambiar al aceptar la voluntad popular.

Todos los campechanos saben que tanto José Antonio González Curi como Jorge Carlos Hurtado Valdez no ganaron sus procesos electorales. Está claro que Ernesto Zedillo Ponce de León y Vicente Fox Quezada aceptaron los resultados amañados de un TRIFE a modo, antes de complicarse la vida. No fue sino hasta el 2009 cuando el resultado del proceso electoral para gobernador fue tan claro que no hubo necesidad de impugnaciones.

El riesgo para Fox fue hacer de las encuestas su programa de gobierno y terminar su sexenio sin haber hecho diferencia alguna. Felipe Calderón Hinojosa, también apoyó parte de sus decisiones en encuestas, aunque solo para sus compañeros de partido.

La opinión pública es efímera, pasajera y terriblemente riesgosa para un presidente de la República que se guíe en encuestas. Lo único valioso de éstas es la información que proveen del momento específico, más son una fotografía de ese instante y no una película con principio, desarrollo y fin. El Presidente Enrique Peña Nieto no debe limitarse a las encuestas ni en materia de proyectos, reformas o votos, porque eso augura el peor final para él, para su gobierno y para el país.

Su responsabilidad es la de encabezar un gobierno que actúa y no uno que se paraliza ante un instrumento que, por valioso, no es idóneo más que como fuente de información. El estadista no nace, se hace con las difíciles decisiones que son inherentes a su función.


FEMINISMO TRASNOCHADO

No cabe duda que el PRI comete errores garrafales que luego los convierte en programas de acción, estatutos, etc. Esa vacilada de dar a cada mujer la mitad de las candidaturas en cargos de elección popular va a traer consecuencias. Las mujeres han avanzado enormidades es cierto, pero luego de la rara avis de María Lavalle Urbina, Campeche no ha tenido una fémina de esas dimensiones. Layda Elena Sansores San Román, es un ensayo de laboratorio que como el doctor Frankestein le falló  a su padre y hoy vive con un lenguaje de coprolalia y perdida en su laberinto.

Por considerar que hay mucho de cierto en el artículo de Francisco Rodríguez me permito transcribirlo tal cual.

¿50 por ciento de las candidaturas para mujeres? El reino de la igualdad de género solo existe en las mentes febriles de las y los  feministas o de los seres extraños. No es posible ser matemáticamente exacto en política.

Se gobierna con los mejores, o con los que tengan el mismo proyecto. No con los que tengan igual cantidad de progesterona. Pero de eso a andar recolectando coroneles o mandos de representación con una silla testal, como la que se utiliza en el Vaticano, con un agujero en el asiento para saber si él o la elegida porta testículos o vagina.

¡Hay siglos de diferencia en esto, cuidado!”


JOCOSO TAÑIDO DE LA CAMPANA DE LA INDEPENDENCIA

Detrás de los tañidos de la réplica de la campana de la Independencia se oculta un hecho histórico, chusco que luego de tantos años y a pesar de los avances tecnológicos se sigue produciendo año tras año una trama tras bambalinas que, los campechanos ignoran.

Desde los lejanos tiempos en que el entonces coronel de espada virgen, José Ortiz Avila, construyó el edificio de los poderes (ahí estaban ciertamente hace 50 años el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial), el edificio de cuatro pisos tenía ---y sigue teniendo---, en su parte norte en el segundo piso en el único balcón que en la azotea porta una copia de la campana de Independencia, réplica de la que sonó una madrugada del 15 de septiembre en Dolores, Guanajuato que hoy se dice que nunca la repicó el cura Miguel Hidalgo y Costilla.

Esa campana cuya réplica existe en cada una de las entidades federativas de México fue fundida el 22 de julio (la original) de 1768 mide un cm. de espesor en el diámetro mayor y 67 cms. de altura. El anillo inferior llamado “pata oreborde”, que es donde da el badajo (de hierro forjado), mide 11 cms. de espesor.

El motivo decorativo de la campana consiste en varias flores en realce colocadas en su mayoría en forma rombal y que provocan una cruz. En su parte superior e inferior se aprecian dos fajas: La primera con el nombre de San Joseph y la otra con la fecha de su fundición.

Pues bien, Ortiz Avila, Carlos “El negro” Sansores Pérez, (Carlos Pérez Cámara no tuvo el privilegio de tañerla), Rafael Rodríguez Barrera y Eugenio Echeverría Castellot la tocaron sin mayor problema. Pero Abelardo Carrillo Zavala fue el primero que utilizó el sistema virtual cuando en prueba antes de su inicio como gobernador se percató de que no podía sostener la bandera nacional, tocar la campana y todavía proclamar elegías a los héroes de la Independencia. Para entonces el cetemismo en pleno inventó la comunicación por radio para que cuando “El tacones jalara el listón alguien desde el techo golpeara como si fuera el badajo. ¡como lo oyen!

Jorge Salomón Azar García, sobrado de energías y estatura no tuvo mayor problema. Pero la situación volvió cuando José Antonio González Curi, Jorge Carlos Hurtado Valdez y Fernando Eutimio Ortega Bernés que inauguró un nuevo sistema del “grito de Dolores”, bajó los dos pisos y alargó el listón patrio entonces la situación adquirió otra dimensión porque todo un equipo de ayudantes se coordinaban con radio para avisar desde abajo: ¡toca! y el que estaba arriba con tremendo martillo suplía al badajo haciendo sonar el bronce.

Estos fueron en los últimos cinco años, pero este año el gobernador trató de jalar y hacer sonar el badajo desde la planta baja y si no es por la intervención de los ayudantes no hubiera sonado la campana. ¿Qué hubiera sucedido? De película y para pensar un momento.

Este sistema debe desaparecer porque seguir en lo mismo es un teatro de lo absurdo, de lo cómico y peor aun de una mentira que ya tiene más de 23 años. Debe inventarse algo más creíble y menos hilarante y el momento es precisamente en el 2015 cuando un nuevo émulo del padre (o madre) de la Patria arriba o abajo tremole, hable y haga sonar el bronce como lo hacía el jorobado de Nuestra Señora de Paris.

Claro, que si como se rumora el próximo grito se dará en el balcón de lo que será el nuevo palacio de gobierno se acabará esa virtual forma del principal festejo de las fiestas patrias.


MISMA GATA SOLO QUE REVOLCADA

Los doce años de dominación panista dejaron las instituciones electorales plagadas de mañas, mismas que propiciaron los gobiernos priistas ante la falta del gran dedo de Los Pinos. En aras de una democracia disfrazada nació el INE (Instituto Nacional Electoral), para quitarle a los virreyes ese control que dio pie a fraudes electorales en cada proceso que en la práctica se va a convertir en todo lo que debió combatir. Pero ahora son los partidos los que metieron mano, aunque claro por instrucciones de cada gobernador. Resultado: cambiar todo para quedar igual.

Lo positivo del cambio es que como el gato pardo de José de Lampeduzza cambiaron todo para quedar igual.

El nombramiento de “consejeros” del órgano electoral llamado OPLECAM en forma disfrazada fue una propuesta de los partidos políticos representados en el Congreso del Estado y es de facto un mecanismo caduco.

Ese método de elección o designación disfrazada es factor de incertidumbre, ha generado la partidización y el reparto de cuotas entre fuerzas políticas, y desvirtuado el propósito de ciudadanizar a los organismos electorales. Campeche ha sido víctima de procesos electorales amañados que llevaron al poder a un “gobernador de la grandeza” y a otro de “hechos y no palabras”.

En la designación de los integrantes de OPLECAM se han gastado toneladas de tinta, de tiempo en TV y de horas y horas en el aire. Y todo para nada. El nuevo INE fue incapaz de actuar sin criterios partidistas y dieron vid a un órgano con déficit de confianza, lo cual es, institucionalmente una pésima manera de nacer.

Al aplicar cuotas partidistas, dejaron fuera perfiles mejores que la mayoría de los elegidos y quedaron igual que el engendro que presidía Jesús Antonio Sabido Góngora.

Me queda claro, los partidos políticos cambiaron al INE para quitar  a los virreyes (léase gobernadores) el control de los institutos estatales electorales que desde la época de Fernando Loyo Moscoso (+), Celina Castillo Cervera, Gonzalo Bojórquez Risueño, vendieron sus almas al diablo y convirtieron ese órgano electoral en un cochinero.

Los nuevos árbitros electorales tendrán en sus manos la organización de los comicios del año próximo, y los cargos de elección popular serán con derecho a reelección. Los consejeros, como árbitros electorales, deben cuidar su actuación y no dar lugar a suspicacias o se afectara aun más su credibilidad y la poca confianza de la sociedad en ese órgano electoral.

En Campeche es muy frecuente que las personas de alguna manera se encuentren relacionadas, aunque estén en sitios o circunstancias opuestas. Lo que debieron hacer los que designaron a los consejeros y magistrados es consultar a la ciudadanía, a las organizaciones civiles, sobre los candidatos, por ser un órgano ciudadanizado.

Flaco favor nos haríamos cayendo en un esquema de cuotismo. Sería repetir lo que se quiere evitar. No existen los ciudadanos químicamente puros, pero si los ciudadanos honorables. Esos son los que debieron quedar al frente de los dos engendros que serán los árbitros del proceso del próximo 7 de junio (paradójicamente Dia de la Libertad de Expresión).

Los nombres de los tres magistrados y los siete consejeros están de más. El partido en el poder acaba de terminar de construirse su salvaguarda para las trampas que acostumbra. Ya tienen en ellos a quienes les garantizan la vista gorda a la hora de ellas o la experiencia en el arte de torcer la ley para favorecer a quien los hizo llegar a donde estarán.

Ahora el pueblo campechano ya sabe a que atenerse. Dejarse o luchar contra las inminentes imposiciones que el PRI-gobierno está tramando. Ese es el reto. Por lo pronto es la misma gata solo que revolcada.