CARNAVAL Y CIRCO
Los líderes de los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional, Miguel Angel Sulub Caamal y Erick Chong González, respectivamente catalogaron el primero como un carnaval el Segundo Informe del Ayuntamiento de Campeche y el panista definió como un circo el Foro de la pasada visita de los aspirantes a la candidatura a la presidencia de la República.
Qué pudo inspirar a ambos a dar a conocer sus opiniones. ¿Dónde observó Sulub Caamal los disfrazados y su rey momo, así como su decreto, o tal vez fue por la multitud que siempre lleva esta tradicional festividad campechana? Y en el caso de Chong González ¿qué pudo despertar en él la similitud, analogía o semejanza con un circo? ¿por los payasos, animales, trapecistas, domadores de fieras, magos, etc.?
Lo cierto del caso es que si nos preguntamos porqué fue el Foro de los priistas en Campeche, no tuvimos que ir muy lejos por la respuesta. En el mismo Foro de la Fundación Colosio se dio la respuesta: “Campeche fue elegido para este evento, por ser una de las entidades que representa la desigualdad socioeconómica del país”. Una auténtica mentada de madre en plena casa y, precisamente en boca de la cúpula priista en una entidad que ha sido gobernada históricamente por el PRI (a confesión de parte, relevo de pruebas).
Las referencias ominosas de dirigentes deben quedar como lo que son: “ardores de tiempo electoral”, que por respeto a sus cargos y en aplicación al Manual de Carreño ni siquiera deben contestarse.
Por ello es importante que el PRI reencauce sus actuales problemas, revise su Plataforma Política 2012 y saque sus conclusiones sobre los tres Foros Regionales de la Fundación Colosio con miras de altura. Eso si será para concluir esta etapa, porque las demás son trivialidades que lejos de beneficiar perjudican más a la imagen de dirigentes partidistas.
La ciudadanía no es desmemoriada, ni mucho menos tonta. El pueblo está cada vez más politizado y emitirá su voto por cualquiera que sea la forma de selección. No es el que grita más fuerte el que tiene la razón.
El PRI sigue siendo el partido en el poder en la entidad y, nunca como hoy, es necesario que el próximo año siga siendo mayoría en el Congreso local, así como recuperar esos cinco municipios que se le fueron de las manos por falta de un liderazgo en la figura del entonces gobernador al poner a candidatos sin arraigo, sin carisma, sin nada que los hiciera ganadores.
Hoy, a once años luego de su derrota en el 2000, el PRI marcha a la cabeza en la intención de voto (según Roy Campos, ginecólogo de Consulta Mitofsky, por aquello de que el PRI va a parir) con 40 puntos, seguido muy de lejos por el PRD y más atrás por el PAN. El PRI está confiado en el beneficio que le puede dar su voto duro; en la decepción que la ineficacia del PAN ha provocado en muchísimos mexicanos y en el hecho de que los jóvenes que no vivieron los tiempos del partido hegemónico son inmunes a la advertencia de un regreso al pasado más que un cambio de nuevos aires.
Por si no obstara, ese segmento del electorado descarta al PRD y a toda la izquierda mexicana por esa imagen de parroquiano pendenciero de cantina, anárquico y sin verdadera ideología porque está conformado por tribus disímbolas y anticonstitucionales.
Por arraigo y por eliminación, un alto porcentaje de los votantes mexicanos se inclina por el priismo. Y ello parece partir de la percepción de que todos los partidos son corruptos al igual que éste, pero el tricolor es eficaz y se sigue pensando que aprendió la lección de sus errores con dos sexenios en la oposición.
Consecuentemente, los gobiernos estatales emanados de este partido no son los únicos que reproducen el viejo modelo autocrático, pero si son los más entusiastas y avezados. Su maquinaria sigue muy bien aceitada para el próximo proceso del 1 de julio del 2012.
Es más, aquella corriente que fundó Luis Donaldo Colosio Murrieta ya no tiene razón de ser, porque así como está el PRI lidera la intención de voto. El retorno a Los Pinos es una marcha que puede ser inexorable.
El PRI ni ha renacido, ni ha vuelto a sus orígenes. Ha recreado el cacicazgo regional del viejo partido de la Revolución Mexicana (PRM) con el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Si para finales del 2012 el presidente de la República y una veintena de gobernadores fueran priistas, y si el futuro político de los virreyes volviera a quedar sujeto al dedazo, volverían a quedar conformes porque en ese aspecto les gusta la mala vida.
MASCARA CONTRA CABELLERA
Se oculta pero existe un abierto enfrentamiento entre los aspirantes tricolores a la alcaldía de Campeche, Ana Martha Escalante Castillo y Edgar Román Hernández Hernández, ambos buscan llegar como mejor posicionados a las encuestas que se harían a principios del próximo año. Sin embargo los resultados de esa elección interna les dará la dimensión exacta de su probabilidades reales.
Así, mientras “El Garo” recorre colonias y comunidades del municipio y moviliza a sus incondicionales, Ana Martha ha tenido que colgarse de los pantalones de Víctor Manuel Méndez Lanz, presidente de la Gran Comisión del Congreso local, para buscar reflectores de los medios y tener un acercamiento a sus posibles electores.
Mientras que al ex secretario del gabinete Justo y Solidario ya no buscan la manera de presentarlo todos los días y a toda hora en entrevistas televisivas, radiofónicas y de prensa, que lejos de consolidar su imagen (?) se le está revirtiendo, porque de lo único que puede presumir es de sus cargos públicos que obtuvo al amparo del PRI, durante los últimos ocho años. Fuera de esos logros solo tiene en su haber el cargo de presidente de ese partido en el Municipio de Campeche, que se parece mucho a las treinta monedas de Judas.
A Ana Martha la lastra el apellido, porque al parecer su hermano y su primo, ambos secretarios en el actual gabinete también buscan un hueso de elección por la vía que sea, lo que más que beneficiarla la perjudica porque el fiel de la balanza no puede seguir padeciendo de “escalantitis”, así como en el anterior sexenio se padeció de “rosaditis”.
La lucha es pues, “Máscara contra Cabellera”. Inverecundia contra misoginia. Ni modo, así es la democracia a la campechana
PERSPECTIVAS ELECTORALES
Está haciendo falta un manotazo del primer priista en el Estado para llevar orden y detener esa loca carrera por un cargo de elección popular o de posible inclusión en listas de regidores, síndicos o plurinominales. Frente a lo que ha dado en llamarse “la última batalla del fín del mundo” (por aquello de la Profecía Maya), hasta el momento todo parece indicar que el PRI no las tiene todas consigo, que se desmontó de su caballo de hacienda desde la pérdida de su bastión que era el Ayuntamiento de Campeche.
Según el dirigente y “carnavalero” Sulub Caamal, en el estado el PRI está afinando sus cuadros, fortaleciendo su dirigencia y conformando una novedosa estrategia electoral que no dejará hilos sueltos de la que acusan a “Alito” que fue causa y efecto de la pérdida de cinco ayuntamientos en el pasado proceso electoral de 2009.
Sin embargo falta saber quiénes serán sus candidatos a puestos de elección popular, porque es ahí donde el tricolor puede presentar muchas fisuras en el caso de que las postulaciones no llenen las expectativas que se han generado entre las bases, luego de los procesos internos a que Miguel Angel los sometió a cambios con extraña pulcritud democrática.
No hay que perder de vista que ahora los electores van a votar más por las personas que por las siglas, ideologías y programas de los partidos políticos. De ahí que si el PRI selecciona bien a sus candidatos, desde senadores, diputados, alcaldes, hasta regidores y síndicos, tiene ciertas posibilidades de llevarse una buena parte del pastel.
Al parecer lo que más podría favorecer al priismo local es sin duda la guerra sin cuartel en que está inmerso su competidor principal en Campeche, donde el dedo presidencial impone sin taxativas a “Johnny English (Mr. Bean)”. Crecen las estructuras y se desgastan en una implacable lucha interna por mantener a “Chepina”. Mientras en la entidad se carece de figuras que puedan garantizar triunfos electorales, los que suenan son los mismos de siempre con Carlos Ernesto Rosado Ruelas, a la cabeza que con o sin baches es la figura más representativa en este tiempo de los panistas.
El perredismo campechano, en cambio, se está cayendo a pedazos. Las tribus que lo conforman están enfrascadas en una irreconciliable guerra tribal y es muy poco probable que de esta contienda pueda alguien salir ganando. Perderán todos. Muy tarde se dieron cuenta los perredistas el agujero que les dejó hace unos años la salida de Layda Elena Sansores San Román. Hoy, el partidito Movimiento Ciudadano que junto con el PT y el PRD integran la izquierda mexicana siguen a la greña en Campeche. La consecuencia lógica es que en la próxima elección del 1 de julio de 2012 pierdan hasta su registro, pese al efecto AMLO o MEC.
LA IGLESIA EN MANOS DE LUTERO
Si nos atenemos a las versiones nacionales y de Humberto Moreira Valdez, su flamante “contralor general” revisará con lupa los recursos del PRI nacional. Pero Jorge Carlos Hurtado Valdez tiene muchas cosas que explicar en su estado natal. En esa tesitura, con qué solvencia moral puede auditar a quienes desvíen los numerosos recursos que tendrá el año próximo el CEN del PRI, si en esta entidad dejó muchos esqueletos en el closet.
Su verdadera historia todavía no está escrita. Saludó con sombrero ajeno las pocas obras que se construyeron durante su sexenio, ese sexenio de las piedras que fue dejando regadas por toda la entidad.
Por ejemplo El Centro Estatal de Oncología es una obra que construyó el gobierno federal y que costó más de 166 millones de pesos, además de que por conducto del desaparecido Juan Camilo Mouriño Terrazo se logró el Acelerador Lineal, único en instituciones públicas de la Península de Yucatán. El hoy “contralor” tricolor apenas aportó 20 millones de pesos, pero lo presumió como si le hubiera costado todo el nosocomio.
Es más, la empresa Cámara, que tenía a su cargo la construcción de ese hospital demandó al gobierno de Hurtado Valdez ante la Procuraduría General de la República y la Secretaría de la Función Pública por malos manejos e irregularidades, por más de 15 millones de pesos.
Las “millonarias inversiones en caminos a zonas de cultivo y carreteras rurales” no solo fueron de pésima calidad sino que muchas de ellas nunca se construyeron. Durante la campaña del actual gobernador no fueron pocas las quejas porque nunca se atendió esa necesidad de los productores y campesinos.
Pero los campechanos se preguntan cómo es posible que nada haya podido hacer en seis años. Porque si de recursos se trata y de acuerdo con su costoso folleto “Hechos… más allá de las palabras”, recibió un gobierno sin deuda y durante todos esos años el Presupuesto de Ingresos 2003-2009 fue suficiente para haber invertido en un programa de obras que nunca hizo, salvo los recursos desviados del erario para el fallido proyecto turístico Campeche Playa Golf & Spa Resort en el municipio de Champotón.
Y miren si no hubo recursos. El Presupuesto de Ingresos 2003-2009 señala dos rubros: Ley de Ingresos y Recaudación. El primero ascendió a 47 mil 910 millones 757 mil 497 pesos; el de Recaudación ascendió a 49 mil 827 millones 291 mil 407 millones de pesos, para un total de 97 mil 738 millones 048 mil 904 pesos.
Pero además recibió de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público las siguientes cantidades: dos mil 189 millones de pesos por concepto del Fondo de extracción de Hidrocarburos; 600 millones ---de aquellos recursos que vetó el anencefálico Vicente Fox Quesada--- para resarcir daños por la explotación petrolera; 628 millones de pesos que por su conducto entregó al Ayuntamiento de El Carmen y 594 millones de pesos a ese mismo ayuntamiento para Obras de Beneficio Mutuo.
Finalmente recibió de Pemex como apoyo 18 millones de litros de gasolina Magna; 35 millones de litros de Diesel; 46 millones de litros de asfalto y cerca de 600 millones de pesos en efectivo para donaciones.
Si eso no es dinero, entonces ¿qué sucedió con esa segunda parte del Califato, que fincó su desarrollo en obras fallidas?
Pero el PRI al nombrar a este ex gobernador y a otros de la misma calaña define lo que va a hacer si retorna a Los Pinos.
PEÑASCOS QUE SE DESPRENDEN
El pasado 16 de octubre falleció Miguel Angel Granados Chapa, auténtico pilar del periodismo mexicano. La muerte lo sorprendió cuando se encontraba más combativo y creativo. Era un caballero del buen periodismo. Rara avis. Tenía una pluma certera, honesta, inteligente y fina.
Ejerció su profesión como un caballero del buen periodismo social, siempre cercano al rigor y lejano de las bajezas. Descanse en paz.
Lo conocí en 1994, un mes después del asesinato del candidato del PRI a la presidencia de México, Luis Donaldo Colosio Murrieta. Fue en ocasión de asistir al seminario “El Periodismo de Investigación y la Corrupción: ¿Cumple la Prensa una Función Fiscalizadora?, organizado por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en México, D.F.
En esa ocasión disertó sobre el aspecto legal de las denuncias que la prensa ejerce en México. Luego de su intervención tuve la oportunidad de platicar con el en una mesa de café en ese hotel, junto con Héctor Dávalos, en ese entonces director del periódico Novedades de México. Aproveché la ocasión para señalarle que años atrás (en 1992) había comentado en mi columna Jaque Mate, de aparición hebdomadaria un tema que Granados Chapa, había tratado sobre el entonces Presidente de la Gran Comisión de la LIII Legislatura del Estado de Campeche y que el hoy fallecido había amenazado de dar a conocer más profundamente.
Con una certeza del hombre calmado y que sabe a que se enfrenta me dijo: “mire usted, ese, como muchos asuntos son, aristas que salen al comentario pero que de ninguna manera forman parte de un tema de interés. Y si lo traté fue en función de una denuncia existente que yo retomé en esos días”. El autor de “Plaza Pública”, se rió cuando le dije el título de mi comentario en cierta forma de defensa al aludido, de suerte que ahí acabó la plática. En otras ocasiones tuve la oportunidad de saludarlo y su columna en Reforma era casi siempre de lectura obligada a quienes manchamos planas en forma semanal.
Efectivamente, revisando mis archivos me encontré con el comentario de “Plaza Pública” y de una carta del Presidente de la Gran Comisión, quién le pidió a mi amigo Oscar Díaz Peniche, director Editorial de Novedades de Campeche, incluir un comentario en Jaque Mate. Oscar, con la confianza que nos teníamos (y seguimos teniendo) me entregó la misiva de referencia y me pidió un comentario que obra en mi archivo.
Con el título de “Agorafobia” (Agora es la plaza pública en griego) traté en ese número de Jaque Mate una defensa del hombre que fue priista, luego parmista, posteriormente perredista y hoy no se sabe a que le tira en ideología. Curiosamente, Granados Chapa fue siempre un hombre de izquierda.
En ese tenor me aplico a compartir este comentario, reflexión personal acerca de lo dicho en torno a un deceso y su “Plaza Pública”, convencido de que de cualquier discusión puede surgir alguna luz.
De risa loca.- A quién quiere impresionar la rectora Adriana del Pilar Ortiz Lanz, con el “reconocimiento” de ARMS de México al otorgar a la UAC la certificación del subsistema ambiental ISO 14001-2004, por su manejo ambiental y el uso de flora y fauna de esa Universidad.
Ya se olvidó que depredó todos los viejos árboles que circundaban el Campus y con ello a todas las especies que habitaban ese espacio, entre ellas tucanes, aves canoras y hasta ardillas, pese al clamor de cientos de jóvenes que a través de Facebook y Twitter protestaron durante semanas por ese ecocidio que terminó impune.
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