domingo, 2 de octubre de 2011


UN CAMBIO NECESARIO

Luego de 11 rectores y uno fallido por la mano peluda del cuarto piso en 1999, de 54 años de tener una Universidad en esta capital, ocho años siendo Universidad de Campeche, la actual Autónoma de Campeche (UAC), llega al período de sucesión en los próximos días con la intención de reelegir a Adriana del Pilar Ortiz Lanz (2007-2011 ?), quien busca desesperadamente con la batuta de su suegro Alvaro del Carmen Arceo Corcuera, consejero jurídico del ciudadano gobernador, un segundo período de cuatro años que de lograrlo le permitirían llegar en ese cargo hasta el 2015.

Para nadie es un secreto que los rectores de la Universidad han sido impuestos por el gobernante en turno y, solamente Ermilo Sandoval Campos, logró permanecer en ese cargo diez años, corriéndolo materialmente Eugenio Echeverría Castellot, con un movimiento porril que lo dejó fuera, debiendo recluirse en su viejo Instituto Campechano, donde la amargura por las traiciones de sus “jóvenes” y las enfermedades lo jubilaron para siempre.

La actual rectora de la Universidad Autónoma de Campeche, Ortiz Lanz, llegó al puesto que ocupa sin ningún mérito. A pesar de que estudió en dicha Universidad, de que obtuvo un posgrado en el extranjero y de que laboró un corto tiempo en la máxima casa de Estudios, lo cierto es que no tenía nada relevante de que presumir para ser tomada en cuenta.

No fue catedrática, no fue directora de ninguna facultad, no tenía ningún antecedente laboral de importancia, es decir, llegó sin trayectoria laboral universitaria. Llegó como llegan todos a ese importante cargo: por imposición del gobernador en turno, en este caso de Jorge Carlos Hurtado Valdez, quien a su vez recibió las órdenes de uno de los hermanitos malignos del Califato, debido a que es sobrina de su suegro.

Desde que Adriana del Pilar asumió el cargo se hizo el firme propósito de controlar a los dos sindicatos con el maiceo constante a los dos líderes charros: al académico y al administrativo. Ninguna mejora sindical ha prosperado en la universidad, todo sigue igual. La UAC se caracteriza en el contexto nacional como de las que menos paga a sus profesores y trabajadores.

En el aspecto académico la inconformidad va en aumento, la imposición de checadores electrónicos en nada ha mejorado la calidad educativa, los nuevos programas fueron hechos al vapor, desaparecieron asignaturas en todas las carreras que eran fundamentales en cualquier currícula universitaria y se privilegió aquellas “concordantes”, con los nuevos tiempos de competitividad financiera, olvidando por completo el espíritu y la esencia de la Universidad que es el conocimiento sistematizado, profundo y humano de todas las ciencias.

Lo que mejor le ha salido a la rectora es la tala indiscriminada de árboles del otrora paraíso universitario (que si viviera su tío José Ortiz Avila la hubiera corrido de inmediato), y los altísimos costos de las mejoras materiales, para regocijo de dos o tres vivillos que se están llevando las maletas y se sospecha que la rectora es excelente para dividir honores en cuestiones de mantenimiento y obras y, por ello, emprendió el más abigarrado proyecto de “darle otra cara” al Centro Cultural y Deportivo Universitario; de encarcelar a los universitarios con rejas de metal costosísimas, para ser pintadas y repintadas cada año, ya que el salitre y la corrosión no perdona en Campeche.

Solo es cuestión de revisar las facturas por mantenimiento y construcción de obra para corroborar lo que estoy afirmando. Pero además, vale la pena realizar un análisis de las empresas encargadas y de sus dueños, para justipreciar en su dimensión verdadera la rapiña del jugoso botín universitario.

Los universitarios se preguntan sobre las razones de la rectora para imponer solo mujeres en las direcciones de las facultades. La respuesta es simple y sencilla: se entiende mejor con las mujeres, los homosexuales y los de costumbres raras, luego entonces, si algún despistado profesorcillo del tercer mundo aspira a un cargo administrativo o académico en la UAC, tiene que reunir cualquiera de las tres características.

Y ya falta poco, muy poco para la sucesión y Adriana del Pilar grita a los cuatro vientos que será reelegida por haber transformado la Universidad, no hay al parecer ningún suspirante que tenga sus “cualidades”. Ya falta poco para limpiar tanta basura regada en la UAC. Y que conste que este es el momento de que el gobernador Fernando Eutimio Ortega Bernés, tome el timón del mayor centro educativo de Campeche junto con la UNACAR y envíe a una gente de su confianza, porque es allá donde se puede gestar mucho de lo que será la segunda parte de su administración y mandar el mensaje de que la educación en todos sus niveles debe de cambiar ipso facto.

Los vacíos de autoridad en la UAC son claros. La corrosión sigue acabando con rejas, techos, columnas, barcos y un largo etcétera. Sin embargo un área de la Universidad como es EPOMEX, es un órgano demasiado costoso para esa casa de estudios y que no aporta nada para la solución de este problema, mientras sus “investigadores” solo escriben sus artículos para revistas que nunca circulan en los sitios donde se necesitan.

Campeche, desapareció del ámbito nacional universitario. La producción editorial es una vergüenza. El crecimiento de las bibliotecas se encuentra estancado. No existe liderazgo porque no hay un líder de prestigio.

Urgen nuevas carreras y cerrar las que están saturadas, no lo digo yo, lo afirmó en días pasados el propio gobernador Ortega Bernés, pero nada ha cambiado. Hay oídos sordos en todo el recinto universitario y la torre de la rectoría, quienes aducen que no se cuenta con recursos para ello.

La página de Internet de la UAC está hecha por hombres o mujeres…de las cavernas. Está plagada de errores y alejada de los intereses de quienes tienen el desatino de consultarla.

Pero los contratos de obras son muy jugosos y se hacen por adjudicación directa. Lo más importante es que estas son obras fantasmas. Bastaría una simple investigación para percatarse de que no cuidaron ni las formas. Van dos perlas, aunque tenemos muchas más.

Suministro e instalación de cableado  VTP CAT 6 y actualización de switches de datos: 12 millones 488 mil 735 pesos 02/100. Fecha: Febrero 24 de 2011 otorgado al Ing. Edgar González Sánchez.

Otro más. Remodelación del Estadio Universitario: dos millones 54 mil 55 pesos 50/100, otorgado al Arq. Mario Humberto Carrillo Quintal.

Dice la rectora que no le alcanza el dinero, pero el presupuesto aprobado del año 2011 supera los 560 millones 434 mil pesos. Como la mitad es para obras y desarrollos las becas no tienen recuperación. Urgen carreras para impulsar el turismo, el desarrollo ganadero y los servicios digitales para el exterior. Las licenciaturas de leyes y medicina están materialmente saturadas. El consultor jurídico parece que maneja eso y más. Hasta se da el lujo de contradecir al propio gobernador.


LA TRAMA YA ESTA PREPARADA

Aprovechando los recursos de la Universidad Adriana del Pilar se dio a la tarea desde hace varias semanas de impulsar su imagen. Los medios de comunicación maiceados y con conductores ad hoc dieron a conocer que ella ha sido la autora de los cambios positivos en la UAC.

Capulinamente la rectora dijo que “dejaba en manos del Consejo Universitario (no puede ser de otra forma), la posibilidad de seguir ocupando el cargo que ahora tiene; esto de acuerdo a como evalúen su labor al frente de la máxima casa de estudios”.

Dio a conocer que “las autoridades de la universidad ---en este caso el Consejo Universitario---, es quien tomará la decisión de ratificarla o no, al término de su período como rectora; sin embargo, dijo que la decisión que el Consejo tome esta segura de que será la mejor para la escuela (sic)”.

Presumió de que su labor la avala por el trabajo desarrollado desde el año 2007, tiempo en que fue colocada en ese sitio luego de que el PAN la removió como delegada de los Servicios Administrativos de la SEP en el Estado. Pero el grupo del Califato necesitaba la cabeza de playa para su proyecto político del 2009, en esa tesitura y pese a la labor positiva que venía desarrollando la M.C. Enna Alicia Sandoval Castellanos, esta rectora no fue electa para un nuevo período, ni tampoco se dio la oportunidad al Dr. Narciso Acuña, profesional de probada capacidad y que fue desperdiciado (hoy se encuentra muy bien en una Universidad de Mérida, Yuc.). El elitismo amén de los intereses fueron causa de que “el hombre de las albarradas”  Hurtado Valdez, la sentó y le otorgó la Venera. Nunca el elitismo tuvo la mejor prueba de la forma en que se pasan los cargos en Campeche.

La rectora actual acierta al decir que la UAC existe por los jóvenes campechanos, pero no se prueba en los hechos que éstos tengan perspectivas al terminar sus estudios, sobre todo que materialmente acabó con el programa de becas.

Por supuesto que la prioridad es que la UAC reciba el presupuesto que requiere ella ---y no los jóvenes---, porque hasta el momento no ha sido el presupuesto que se necesita y que es importante para el avance de su programa de obras (infraestructura le llama ella).

Recapacita y dice que al menos se deben de conservar los recursos que se tienen como son los fondos extraordinarios que se usan para el incremento de la infraestructura.

Extraña que sobre fondos extraordinarios no se haya referido a los 30 millones de pesos que GICSA, aquella que iba a construir Paseos Campeche, pagó a la UAC por el terreno ubicado en el área de Fundadores de Ah Kim Pech, que supuestamente iban a atenuar el problema de las Pensiones en que está atorada desde hace años esa Universidad, por culpa de las altas pensiones de ex rectores.

Ahora bien, si el humo blanco sale del cuarto piso, es claro que será ratificada, pero hay rumores de que sus días están contados con o sin el aval de su suegro, de sus familiares, de Santiago Espósito Semerena, presidente del Patronato Universitario, del propio Decano de la UAC a quien le llaman “El rehilete” por aquello de que se mueve hacia donde sopla el aire del poder.

Su plan está estructurado precisamente entre las personas que integran el Consejo Universitario, sabedora de que esos son los votos a la hora de la elección. Su secretario general es incondicional de ella además de ser un bastión de la familia Pérez Cámara que todavía respira; de los dos miembros del Patronato uno de ellos puede cambiar en su contra; de los directores de las Facultades está claro que ella fue poco a poco acomodando a muchas de ellas que son mujeres, homosexuales o de costumbres raras; de los Consejos Técnicos no está todavía bien definido; de los representantes ---profesor y alumno--- de cada una de las Facultades y Escuelas está nebuloso, porque es ahí donde no la quieren; de los representantes de los empleados de la UAC tampoco la quieren y finalmente, el Decano buscará repetir su hazaña y que el voto de nuevo no sea secreto y por escrito, como lo hizo cuando Adriana del Pilar llegó a la rectoría.


QUE DICE LA LEY ORGANICA DE LA UAC

La norma con que se rige la Universidad Autónoma de Campeche es muy clara en sus artículos 36 y 37 que a la letra dicen.

Art. 36.- Cuando deba hacerse la elección de Rector, el Consejo Universitario será convocado, especialmente para ello, a una sesión extraordinaria, por el Decano (Lic. Juan Renedo Dorantes) de los Profesores Universitarios, o por quien lo sustituya, quien la presidirá. Se procederá a la elección en votación directa, escrita y secreta.

Art. 37 Conocido el escrutinio, se hará la declaración correspondiente, designándose una comisión para hacer saber el nombramiento a la persona electa y citándosele a una sesión extraordinaria para rendir protesta y tomar posesión del cargo. Del mismo modo se procederá siempre que se designe nuevo Rector por cualquier motivo.


UN POCO DE HISTORIA

La creación de la Universidad de Campeche,  luego Universidad del Sudeste y finalmente Universidad Autónoma de Campeche, tiene sus antecedentes más lejanos en la época de Alberto Trueba Urbina (1955-1961), donde se vio con claridad que el Benemérito Instituto Campechano había sido rebasado por los nuevos tiempos en la educación superior.

La caída del estado en materia educativa ---tal y como sucede en la actualidad--- originó que el 7 de agosto de 1957, el gobernador en la lectura de su segundo informe manifestó en el apartado “Educación y Cultura” su deseo de crear una auténtica Universidad.

Con la fundación de la Universidad de Campeche se buscó sistematizar el proceso educativo de nivel superior en el Estado, buscando promover el crecimiento en todos sus rubros. Trueba Urbina, sin embargo no sacó a esta nueva Universidad del viejo edificio del Instituto Campechano y con su “grandeza de miras” que le caracterizaba, plasmó en su pared de entrada sobre la calle 12 por 65 todo el decreto que creaba esa institución superior. Comenzaba ---si mal no recuerdo--- con sus palabras de: A todos los habitantes de Campeche. Sabed…

El rector de la época de Trueba Urbina fue José Dzib Cardozo, quien en “un golpe de estado” orquestado por Enrique Escalante Escalante y su hermana Angelita, obligaron a dimitir al padre de Dzib Sotelo, cuando ya Trueba Urbina había dejado el poder.

Fue sin embargo el siguiente gobernador, con el que por cierto terminó peleado, José Ortiz Avila, cuando durante su primer informe de gobierno, el 7 de agosto de 1962 dejó claro su visionaria política educativa y entre 1963 y 1964 había logrado en la febril actividad de lo que ha sido el único gobernante con miles de obras, que puso en funcionamiento las modernas instalaciones de esa Casa de Estudios.

Durante dos años todo fue actividad y el 7 de agosto de 1964 durante su tercer informe anunció al pueblo campechano la creación de la Ciudad Universitaria, misma que fue inaugurada oficialmente el 7 de agosto de 1965 y el 20 de noviembre de ese año dio posesión al Lic Javier Cu Delgado, como primer rector, así como a los nuevos directivos de esa Universidad del Sudeste.

Ortiz Avila al darle autonomía a la Universidad creó un impuesto estatal, donde por cada kilo de camarón obtenido se otorgara a la casa de estudios 10 centavos de aquellas pescas fabulosas de la época de auge del crustáceo. Además también por decreto le otorgó a la U de S el estadio de beisbol “Presidente Carranza” y el Teatro Francisco de Paula Toro.

En 1989 el quinto rector Tirso Rodríguez (de la Gala) Guerrero, quiso pasar a la historia (hecho que logró pero por otro suceso) y por cuestiones de connotación y semántica, le lavó el cerebro al gobernador Abelardo Carrillo Zavala para empujar un nombre que tienen todas las universidades públicas de México, pero que en sí, es una falacia. Porque ninguna Universidad es autónoma desde el punto de vista que se le quiera ver y menos aún el económico. Sus leyes son otra cosa, pero por si no obstara los rectores dependieron en el pasado y dependen en el presente del cuarto piso, que es quien paga todos los llantos y la corrupción administrativa.

En cuanto a su escudo es producto de una noche de farra de jacobinos y masones, porque eso “Del enigma sin albas a triángulos de luz” es terminología de templos masones. Nada más les faltó acomodar en algún sitio la palabra Landmarck.

El espacio se nos acaba, pero habremos de continuar con una pormenorizada relación de amigos y familiares acomodados en las nóminas universitarias, de escandalosa relación de compras, de facturas apócrifas, de contratos de obra entre los que destacan el aula magna y el teatro universitario, que volvió a bautizar con el nombre de su tío y de otros contratos ---bajo prestanombres--- a familiares.
Si la rectora es ratificada no habrá manera de evitar lo que se avecina en la educación superior de Campeche.


SIMULTANEAS

ATRACCIONES y emociones… pero en las cuentas de banco. Resulta que andando se encuentran las piedras. Una persona que jura y perjura y puede comprobar lo que me contó, dice que los verdaderos dueños de los dos casinos en esta ciudad son: El Bingo, cuyo socio principal es Jorge Carlos Hurtado Valdez, y el otro ---que está por inaugurarse--- el socio mayoritario es Jorge Luis González Curi, y la mejor prueba es que la compañía constructora que levantó esta nueva “emoción” es propiedad de su socio Carlos Lavalle Azar. Dentro de unos días me tendrá cantidades de ambas “atracciones”, así como las utilidades que esos “angelitos” (los del “Bingo”, porque los otros todavía no abren) obtienen de esos peligrosos sitios que por supuesto no son de queso oaxaqueño.

HAY un interesante proyecto que casi es una realidad. El nombre: “Recinto amurallado”. El propósito: Hoy al igual que hace más de 400 años, San Francisco de Campeche sigue siendo saqueado por modernas formas de piratería y asolado por más voraces filibusteros que los de antaño, cuyo principal destino ya no son las joyas, mujeres (por cierto a las que les tienen muy poco aprecio), sino los erarios federal, estatal y municipales, que hasta hoy engrosan sus repletas arcas escondidas en esa isla del tesoro en aguas de La Florida y varía de los primeros colonizadores.

La primera acción será desenmascarar a estos corsarios, advertir y caracterizar para quitarles los apoyos mediante el uso de la mejor arma del pueblo: EL VOTO. A este proyecto me he de sumar, pero por lo pronto respeto su decisión de anonimato hasta el lanzamiento de su ya próxima circulación.

Es indiscutible que los programas sociales del gobierno Justo y Solidario han tenido efectos positivos en estos últimos años, al reducir ligeramente el índice de la población en condición de vulnerabilidad, pero dicho impulso sigue resultando insuficiente ante la carencia de un programa de empleo.

El camino hacia el desarrollo del Estado aun es largo, principalmente cuando se tiene a más de 400 mil campechanos en condición de pobreza o viviendo en condiciones sumamente precarias. El índice del consumidor señala que en Campeche la economía se mide por quincenas.

Siempre he considerado al gobernador Ortega Bernés, como una persona de costumbre morigeradas, un caballero de la palabra y la retórica que tanto gusta a los campechanos, por eso me llamó la atención que hace ocho días en el informe del alcalde campechano diera muestras de lo contrario, al entablar una polémica con el edil y su invitado de lujo.

“Mr. Bean” tuvo poca simpatía de los asistentes. Ni los de esa primera fila lo recibieron con aplausos. Y no solo sucedió en Campeche, porque al día siguiente en Guanajuato los otros dos precandidatos de su mismo partido le dieron hasta con la cubeta. Bien merecido, porque todo aquel que tiene el valor de regalar el dinero del erario, paga las consecuencias tarde que temprano.

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