domingo, 3 de julio de 2011


LOS TIEMPOS YA CAMBIARON

Dentro de un año por estas fechas México estará inmerso en el cambio de poderes en el Ejecutivo Federal, y en todas las entidades federativas en materia de diputados federales y senadores. Campeche, además cambiará también a su Poder Legislativo local, a sus once alcaldías y a otras autoridades municipales y ejidales. Salvo el Ejecutivo estatal todos los demás cargos de elección popular se renovarán.

En tiempos de Fidel Velázquez Sánchez, éste líder cetemista había inmortalizado la frase de que “el que se mueve no sale en la foto”, para señalar que los políticos adelantados se eliminaban si se adelantaban en la carrera por un cargo.  Hoy, todo cambió,  la nueva regla de la democracia en México es: “El que no se mueve, y rápido, se queda fuera de la contienda”. Fácil, simple y radical.

Exactamente, el primer domingo de julio, el 1 de ese mes, pero del 2012, las urnas darán la realidad de lo que se espera en Campeche y en México. Los partidos sabrán si acertaron en la designación de sus candidatos o fracasaron porque se dejaron seducir por imposición y falsas expectativas que no fueron consideradas. Ejemplos hay muchos pero el más reciente es el del hermano que nunca tuvo el gobernador Jorge Carlos Hurtado Valdez, es decir Carlos Felipe Ortega Rubio.

El Internet, las redes sociales como Facebook y Twitter, pero más aún el creciente ímpetu de los campechanos de tener información rápida y expedita sobre sus futuros representantes populares, adelantarán los tiempos políticos y están modificando para siempre la forma en que la ciudadanía escoge a sus candidatos.

No más secretos. No más maniobras palaciegas. No más dedazos. ¿Quieres tener un cargo? Si o no.

Los campechanos tenemos una forma muy peculiar de decir las cosas y de comunicarnos. No somos, precisamente, los más directos pese al viejo gentilicio que nos definía. Las formas suelen predominar sobre el fondo. Y muchas veces no hay nada más difícil que sacarle un “si” o un “no” a un político del patio.

Octavio Paz en su Laberinto de la Soledad, decía que “El hermetismo es un recurso de nuestro recelo y desconfianza”. “Muestra que instintivamente consideramos peligroso al medio que nos rodea”.

Sin embargo, para los campechanos ese hermetismo ---tan característico de la política mexicana--- ha ido cediendo a las enormes presiones de nuestro tiempo. La globalización, las nuevas tecnologías y las comunicaciones instantáneas han tocado, también, la manera en que elegimos candidatos a todo cargo de elección popular.

A pesar de que los campechanos tenemos una resistencia histórica a la confrontación directa ---¿quién es capaz de enfrentar al gobernador en turno, al rico terrateniente, a los más influyentes?--- y de una larga tradición política que fomenta el decir las cosas sin decirlas expresamente –--muchos vivimos del oficio de leer entre líneas---, la contienda por las alcaldías y otros cargos es un hecho consumado que se ha abierto y acelerado.

Carlos Fuentes en uno de sus artículos dijo que “En México nos estamos afrancesando, italianizando, españolizando”. Y no le queda duda de que ese suceso comenzó a ocurrir desde 2006, donde se está entrando a la normalidad democrática.

Esa normalidad implica muchas cosas. En principio, que los políticos o ciudadanos que quieren tener un cargo de elección popular ya no esperan a los viejos destapes. Ellos mismos lo hacen. Además, significa que se someten a las reglas del juego, que aceptan la competencia y que reconocerán al ganador, aunque se trate de otro.

Todos recordamos que no pocas de nuestras elecciones en Campeche siguen siendo cuestionadas. Las más cercanas las tenemos en 1997, año en que Layda Elena Sansores San Román y Nelson Danilo Gallardo Ordóñez según autoridades electorales  que luego de dejar el cargo comentaron que sus competidores José Antonio González Curi y Víctor Manuel Méndez Lanz fueron ganadores espurios. Las pruebas llegaron a todos los tribunales, pero la incipiente democracia y el dedo priista de Ernesto Zedillo Ponce de León cambiaron la historia.

Hoy en día nadie cuestiona el proceso electoral de 2009, porque la victoria del PRI a la gubernatura y del PAN a la capital del Estado fueron inobjetables. Ese fue un avance gigantesco en un estado que en los anteriores procesos electorales había llegado al Tribunal Federal Electoral. Pero algo se avanzó aunque con una vida democrática tan corta.

Se ha logrado mucho para llegar al punto en que nos encontramos. Campeche no es como escribiera Mariano Azuela en 1915 en su libro Los de abajo, “un pueblo sin ideales, es un pueblo de tiranos”. O como exclamara Palavicini, aquel amigo de Francisco I. Madero, en una visita que hizo a Campeche, y saliendo del Circo Teatro Renacimiento externó: “Campeche, es un cementerio de espíritus”, debido a que en este sitio no encontró decidido apoyo a la causa del mártir de la democracia.

Pero la verdad de las cosas nos está costando mucho tiempo y esfuerzo deshacernos de nuestros tiranos. Los campechanos tenemos cierta fascinación por las contiendas electorales. Buscamos saber más allá de quién será el próximo en un cargo. Analizamos, estudiamos, disecamos a los aspirantes. Todo lo que hagan nos dice algo, desde su forma de peinarse, de vestirse, la ropa que usan, el vehículo que manejan, las fiestas a las que asiste, hasta la visita a una iglesia. Y esa pausa extraña en sus discursos en la población a donde asiste. Nada (o casi nada)se nos escapa.

En esta tesitura les diremos que ya hay un banderazo no reconocido para que la caballada engorde; por ejemplo en lo que es una obsesión del partido en el poder, me refiero a la alcaldía de Campeche. Observen al secretario de Administración e Innovación Gubernamental, Edgar Román Hernández Hernández, la esperanza joven de un partido viejo, a quién le “comisionan” estar en colonias de esta ciudad, en festejos de festivales y demás, así como también en comunidades rurales del municipio de Campeche, que nada tienen que ver con su labor en el gabinete.

Cualquiera pensaría que las reuniones que tiene ya con frecuencia por ejemplo con autoridades ejidales de las comunidades rurales de este municipio, ---ocurrida recientemente en un local de la secretaría de gobierno muy cerca del bazar artesanal en la Plaza Ah Kim Pech---que suman cerca de cuatro docenas son, fortuitas. Nada de eso, es el placeo ya abierto con mucho tacto para no violar las leyes electorales.

Y las que por ejemplo realiza un día si y otro también Fernando Sadek Abad, quien firma convenios a tutiplén con autoridades, pero que se desplaza en su pecera en torno al API. Acompañado siempre de su Rothwailler  Mauricio  Beytia Cambranis, que con el cuento de los faros de Campeche, ha tenido bastante reflectores. Aunque sabe, intuye y casi confirma que él no es el favorito y que por lo mismo podría quedarse chupando faros.

Y las de Ramón Santini Cobos, que parecen sacadas de una caricatura de Los agachados de Rius, o las de Raúl Pozos Lanz, que con su camisola de camarógrafo de TV local, aparece en cada entrega de recursos a las clases más necesitadas socialmente hablando.

Ni que decir de Ana Martha Escalante Castillo, que no desperdicia oportunidad para hablar a los medios sobre cualquier tema, aunque algunas metidas de pata son de antología, como por ejemplo la de afirmar que las cuentas públicas de alcaldes inmediatos anteriores, podrían llevarlos a la cárcel si no son depuradas.

El pueblo ya comienza a murmurar. Los involucra en las más inverosímiles conspiraciones para llegar al poder. Se les liga a medios de comunicación, artistas, deportistas, etc. Lo preocupante es que ya hablan de fortunas que están en espera de que los tiempos avancen para comenzar a salir y en algunos casos, ya están saliendo para comprar adelantadamente voluntades, aunque no por mucho madrugar se amanece más temprano.

Estos ensayistas de democracia seguirán su rumbo trazado en cuartos de guerra tricolores y luego vendrán las encuestas tal vez en el mes de noviembre para saber el grado de aceptación y la fuerza de posicionamiento que logró cada uno. No se descarta desde luego un caballo negro que pueda ser causa y razón para recuperar el ex cuartel Pedro de Baranda.

Las supergubernaturas ya no existen. El Poder Ejecutivo tiene cada día un creciente balance del Legislativo y hasta del Judicial. Pero aún con esas limitaciones y contrapesos, el gobernador del Estado es quien sigue dándole dirección a Campeche. No es el poder casi absoluto de antes. Y sin embargo…

Donde la puerca torció el rabo es en el caso de Alejandro Moreno Cárdenas, que tiene un pie fuera del PRI; que ya nadie sabe a que partido pertenece, aunque sigue en la bancada priista del Senado de la República. Sin embargo jura y perjura que su aspiración es la alcaldía de Campeche y que ahora si, nadie se la va a quitar, además de que no le importa lo que el PRI diga porque ya tiene pista de aterrizaje en otro partido. Y que busca quitarse, como serpiente, la vieja piel priista.

Lo que este torbellino no dice es que de dónde va a sacar los millones que tuvo en la lucha por la candidatura al gobierno del Estado, porque en el Partido Verde Ecologista no son damas de la caridad y sólo los chicharrones de la familia González (no confundir con los del Califato), truenan.

Este es un caso sui generis que vamos a analizar detenidamente, pero aspirantes, suspirantes y otros, ya se están apuntando en estos nuevos tiempos preelectorales.

La próxima semana hablaremos de la caballada del PAN, que está desbocada y dividida. Lo peor es que dos “luchadoras” tienen con la espalda en la lona a los grupos en que se encuentra dividido el panismo campechano.


POLLITOS EN FUGA

La Presidencia de la República ni tarda ni perezosa asumió su defensa luego de que el Grupo Mall, demandó a ese poder federal, así como al estatal de Campeche y a Ingenieros Civiles Asociados (ICA). Al ejercer garantías está ya ordenando avalar a través del Sistema  de Administración Tributaria (SAT), la evasión fiscal de Julio Fernando Noval García.

Los resultados de esta acción serán de alcances insospechados porque se irá a fondo en la investigación de todo el proyecto. Aquí han de aparecer, aunque no se quiera, la procedencia ilícita de los recursos del erario estatal, aportados una parte sin control del Congreso estatal y otra con la anuencia del mismo.

Bajo el paraguas del Acuerdo de Protección Recíproca de Inversiones (APRI), se exigía una indemnización al país y al estado de Campeche por 150 y 1046 millones de dólares respectivamente. Para darle más formalidad al asunto Mall utilizó la intermediación del embajador español en México, Manuel Alabart  Fernández Cavada.

Y aunque este recurso al parecer preocupó a Felipe Calderón Hinojosa, ya analizado, se estima que carece de fundamento.

Como ya explicó en su oportunidad el gobernador de Campeche Fernando Eutimio Ortega Bernés, el desarrollo turístico Mall contó con todas las facilidades del gobierno federal, estatal y del municipio de Champotón, donde se encuentra asentado.

La Secretaría de Economía será la que asuma la defensa, aunque al final se está optando que será a través del área jurídica de la Presidencia de la República, a cargo de Miguel Alessio Robles.

Las posibilidades de un triunfo del Grupo Mall en este nuevo litigio son casi nulas, por la cantidad de constancias de incumplimiento de pago que fue acumulando desde el año 2006 cuando el ex presidente Vicente Fox Quesada puso la primera piedra de esa obra que empujó con recursos del erario el gobierno de Jorge Carlos Hurtado Valdez.

Hay en este asunto hasta una demanda de ejidatarios que aún esperan que Noval García les pague por las tierras de su propiedad afectadas por Campeche Playa, Golf, Marina & SPA Resort.

Hay hoteleros que hospedaron y alimentaron a muchos ejecutivos del Grupo Mall y que no pierden las esperanzas de que el hoy demandado Noval García, español escondido en Asturia, les liquide sus cuentas. Vaya ni un amigo al que le quedaron debiendo un mes de renta de la casa que ocupaban en esta ciudad, cuando salieron como los pollitos en fuga.

Entre las empresas que confiaron para desarrollar en 300 hectáreas y una inversión de dos mil millones de pesos, que se decidieron documentar, hay residencias y condominios, una marina y un campo de golf que trabajó ICA de Bernardo Quintana Isaac.

ICA tiene para este asunto todo un equipo de defensa integrado por más de 30 abogados que han continuado recabando y aportando pruebas. Se sabe que los recursos con todo y que se etiquetaron rigurosamente, nunca llegaron a su destino por lo que  a la postre ICA ha llegado a acumular un adeudo de mil 500 millones de pesos que dañaba su balance frente a sus inversionistas.

Como constructora esta compañía llegó a acumular cuentas por cobrar de 600 millones de pesos, que se decidieron documentar por un préstamo prendario, para sacar adelante a la española Mall.

Pero ante la falta de pagos, a mediados del año pasado (2010) ICA decidió ejercer sus garantías vinculadas a tres fideicomisos, en este caso Esmeralda Resort, que es donde está la tierra, Marina Esmeralda Resort y Campeche Golf.

Y aunque el Grupo Mall afirma que ICA los despojó; sin embargo la constructora mexicana lo único que hizo fue validar sus garantías ante el incumplimiento de los asturianos, primero como cliente y luego como deudor. Existe incluso una deuda parcial pendiente en detrimento de ICA.

La constructora mexicana optó por asumir el proyecto a través de una nueva entidad, en este caso Promotora Inmobiliaria Turística de Champotón (PITCH), que cuenta con un fideicomiso en el Bank of New York.

Las empresas de Mall se mantienen vigentes, porque se detectó que además tienen serios adeudos fiscales en materia de Impuesto Sobre la Renta (ISR) e Impuesto al Valor Agregado (IVA).

Por esta circunstancia el Gobierno Federal se ha aplicado para que el caso Mall ya se encuentre en los terrenos del SAT, donde no serán bien librados y, no se descarta que antes de que pueda establecerse un panel arbitral, el SAT inicie acciones penales contra los Noval  ---padre e hijo--- y con varios de sus administradores, donde volverá a la palestra el nombre de Marco Antonio Marrufo Alcocer, solicitando incluso la intervención de la Interpol (Policía Internacional), para la posible extradición de los españoles y quienes se hayan largado del país.

El asunto pinta de color negro para el Grupo Mall que quiso asustar con el petate del muerto y todo se ha complicado en su contra al demandar al gobierno federal. La falta de visión política y los malos consejos tal vez de algunos campechanos amigos y/o socios de ellos les vendieron la idea de que una demanda de esa naturaleza iba a impresionar y destrabar el caso, pero nunca pensaron que habían incurrido en graves incumplimientos en perjuicio de muchos particulares involucrados y de la falta de pago de impuestos fiscales.

Se sabe incluso que funcionarios de Panamá han solicitado a Campeche y a  ICA información suficiente porque el desarrollo “Faros de Panamá” se encuentra quebrado y detenida la obra.


UN BUEN CRONISTA

Lo que la política separa, la cultura une… y la ciudad ---en este caso la Villa--- entrelaza.

Para una sola persona, no alcanza la vida conocer una ciudad y todos sus aspectos, por esa circunstancia el cronista se vale de todo para enriquecer su crónica. Platica con sus familiares, amigos, personas destacadas en su medio y recaba datos para ir vinculándolos y así llegar a una crónica.

Ser cronista no es una chamba, no es un título, es un espíritu, una vocación, una manera de percibir la realidad, por ello no se puede imponer un solo estilo para hacer crónica, ni transformar al consejo de un organismo, un ayuntamiento, una junta municipal o un estado en una oficina de gobierno.
Un cronista se convierte en los ojos y los oídos que hurgarán cada rincón, para después narrar sus hallazgos desde su particular punto de vista.

Cronistas famosos en México han sido Francisco Toledo, Carlos Monsiváis, Jacobo Zabludowsky, Rafael Barajas, Enrique Florescano, Jean Meyer, Gabriel Vargas, José Emilio Pacheco (de ascendencia campechana), Cristina Pacheco, Silvia Molina (hija de Héctor Pérez Martínez), Paco Ignacio Taibo I, Vicente Leñero, Ramón Xirau, entre otros.

Dice Guillermo Tovar y de Teresa que, “la crónica de una ciudad no tiene que hacerse desde el gobierno, porque ser cronista, no es un título sino un espíritu”.

El nombramiento de cronista oficial suele recaer sobre personas que se han distinguido en su labor de estudio, investigación y difusión de temáticas relacionadas con una población. En el caso que hoy nos ocupa es Seybaplaya, Champotón, Campeche.

Me refiero al maestro Manuel Jesús Canepa Huchín, quién recientemente presentó un interesante libro que llamó: Crónicas, Leyendas y Personajes, donde se puede abrevar innumerables relatos de su ágil y prolífica investigación sobre variados temas que incluso llegan al terreno de los fenómenos parapsicológicos. Y hay en esta edición de dulce, de chile y de manteca. Todavía no me acabo de reír en La Leyenda del Chombo y meditar en el relato de “La niña que fue protegida por el espíritu de su padre”.

De pe a pa he leído este valioso ejemplar que mi estimado profesor tuvo a bien autografiarme en la noche de su presentación en el feudo de su paisano Ramón Félix Santini Pech, en esa alma Mater que es el Instituto Campechano. Noche donde estuvo medio Seybaplaya y pude saludar a muchos viejos amigos y amigos viejos como yo.

Los seybanos pueden estar tranquilos porque en los años por venir que esa hermosa villa sea convertida en el municipio número 12 de Campeche, no tendrán nada que envidiarle en materia de crónicas a otros municipios.

Su crónica es amena, divertida y mueve a la reflexión 84 títulos entre crónicas, leyendas y personajes donde concluye con mi amigo Pablo Olegario Lanz Velázquez, a quién en la familia de mi consuegra lo aprecian porque cuando las inundaciones originadas por el huracán Gilberto en 1988, a los gritos de mi consuegra de auxilio entró a su casa ubicada en la calle 55 entre 16 y circuito Baluartes con más de un metro de agua, sacó en hombros a una niña que hoy es mi nuera y madre de mi queridísima nieta Eva.

Definitivamente, es un libro para ser leído y meditado no para guardarse en bibliotecas. Tiene mucho de la sabiduría del pueblo, en especial de Seybaplaya.

De acuerdo con los manuales de redacción de los primeros grandes diarios americanos y europeos, un buen cronista debe exponer en el primer párrafo qué ocurrió, cuándo ocurrió, dónde ocurrió, cómo ocurrió y, si era posible hacerlo en forma inmediata, sin excluir reflexión u opinión, por qué ocurrió. Y Manuel Jesús cumple con cada uno de esos requisitos en sus relatos de Crónicas, Leyendas y Personajes.

Siempre he creído que el trabajo de un cronista es altamente valorado por la capacidad de captación de lo más importante o novedoso de un suceso, y de los detalles que resultan significativos o emocionalmente impactantes, porque ahí reside el interés humano.

Felicitaciones al autor de este interesante libro, según tengo entendido el tercero emanado de su estro.

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