COMPROMISO SOLIDARIO
Muchos adjetivos se pueden anteponer al nombre y al trabajo que ha venido realizando en los Once Campeches, la señora Adriana Hernández de Ortega, al frente de las instituciones asistenciales del Estado. Su desempeño ha sido discreto, eficiente, generoso, eficaz, sencillo, hábil, sin estridencias ni excesiva publicidad. Eso se lo reconoce y admira la comunidad campechana, especialmente los más necesitados: niños, ancianos, madres de familia, aquellos con capacidades diferentes, enfermos, etcétera, quienes durante estos últimos doce meses recibieron la visita de esta dama hasta la más remota de las comunidades de la entidad.
En esta coyuntura de violencia y anarquía en que vive México hace ya cuatro años, hay tristemente más de mil 200 niños y menores cuya sangre ha sido derramada. Por eso es sumamente gratificante escuchar las palabras de la señora Adriana Hernández de Ortega, presidenta estatal del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia en Campeche.
Hernández de Ortega, no dejó de reconocer que en la entidad existen muchas amenazas y peligros que acechan a la familia, como la desintegración, la incomunicación, la violencia, las adicciones, los problemas de salud, los bajos ingresos, el desempleo y la necesidad de los niños de trabajar, incluso en las calles.
Este panorama fue siendo desgranado durante su primer informe de labores al frente del DIF, donde exhortó a los campechanos a trabajar en familia, promoviendo los valores, conservando las costumbres y tradiciones. Pidió cuidar esos rasgos que la hacen única, custodiando con celo su integridad y velando juntos por su tranquilidad y bienestar. “Vale tanto, que no podemos permitir que se debilite”, afirmó.
Dña. Adriana reconoció que “el nuestro, es un pueblo de personas alegres que siempre dan la mano, y que tienen ojos que reflejan bondad, son miradas que calan el alma, que revelan sinceridad y lealtad, y que evocan los más profundos sentimientos solidarios”.
Dio a conocer cifras importantes de atención a la familia y significó que la labor del DIF va más allá del cumplimiento de una función atribuida por la ley o de trabajar por el deber. “Se hace con la firme convicción de que la familia es fuente inagotable de fortaleza y cualidades para la sociedad” afirmó.
Durante el acto hizo un reconocimiento a quienes la antecedieron en la conducción de esa tarea social, personas que con pasión, talento y gran capacidad estuvieron al frente de este organismo. En esta labor altruista mencionó a las señoras: Socorrito Cabrera de Rodríguez, Luz Alba Delgado de Carrillo, Lydia León de Azar, Elvia María Pérez de González, su antecesora María del Carmen Montero de Hurtado, y a dos grandes mujeres que dejaron su legado en esta tierra como son los casos de Dolores Lanz de Echeverría y Elsa Margarita San Román de Sansores, esta última fallecida días atrás y para quien pidió un minuto de silencio. Honrar, honra.
No dejó de reconocer la presidenta del DIF en este su primer informe el apoyo brindado por sus hijos, su esposo, y por cada una de las personas que la apoyan en la labor altruista, a quienes reconoció su esfuerzo y les reiteró la invitación a seguir trabajando por el bienestar del pueblo.
Por su parte el gobernador Fernando Eutimio Ortega Bernés, quien se encontraba entre los asistentes al igual que sus tres hijos reconoció: “Adriana para mi es una compañera y aliada formidable, que no cobra sueldo, porque su labor es absolutamente entregada, no sólo porque así lo señala la ley, sino porque fundamentalmente, no hay labor más hermosa que la de entregarse a las familias de Campeche, y ella lo hace con mucho amor”.
UNA PALABREJA INEXISTENTE
Hoy concluye el mes de la cam-pe-cha-nía. De ninguna manera de la campechanidad que en el califato, docenato fallido o la alahambra perdida fue de riguroso uso, so pena de ser corrido o cacheteado en público como era su costumbre.
Fue José Antonio González Curi y su empleado más fiel lo que sin consultar un tumbaburros implantaron ese término en especial durante el mes de octubre de cada uno de los doce años. Lo malo es que la costumbre se vuelve ley y en este gobierno Justo y Solidario se ha comenzado a manejar la palabreja dichosa.
Sobre el particular tema el historiador Héctor Malavé Gamboa, da una cátedra sobre este invento del citado ex gobernante. Veamos.
“Pese a que la mayoría de campechanos celebran en este mes de la campechanidad, historiadores y especialistas aseguran que esta palabra además de que no existe, no tiene razón de ser, ya que fue un concepto creado por el gobierno de José Antonio González Curi, el cuál en vez de lograr una identidad, excluyó a gran parte de los campechanos.
La palabra campechanidad no existe, es un concepto que fue creado por intelectuales orgánicos al servicio del sistema político de Campeche, la cual tiene que ver con murallas, con patrimonio y además, es una idea que quiere una arquitectura sin campechanos. Durante años se ha desplazado la palabra campechanía con campechanidad”.
Por su parte, la historiadora Blanca Campos, dice que: “La palabra campechanidad nació en la administración de González Curi, ante la necesidad de la generación de políticas públicas o acciones articuladas para justificar el estado de las cosas, sin embargo, es tanto lo que se quiere justificar, que se pierde la esencia de otras. La palabra correcta es campechanía ya que hace alusión a una identidad en cuanto a sociedad.
Nuestra sociedad es dinámica, nosotros no tenemos la pureza cultura, sino que somos una mezcla y eso es lo rico de lo que es la campechanía, no así el término de campechanidad, el cual sólo busca vender a un Campeche que quizá no existe, porque la realidad está muy lejos de la ficción.
En Calakmul hay gente que viene del norte de Centroamérica, misma que debido a su trabajo y lo que aporta al Estado, es considerada como campechana.
Nosotros decimos que la campechanidad es un concepto cerrado de pureza en cuanto a las tradiciones, y si así lo fuera, estaríamos marginando la pluralidad y diversidad que existe en el Estado.
Fuera del contexto campechanidad o campechanía las personas son campechanos en la medida que trabajan y desarrollan proyectos.
El trasfondo de la palabra campechanidad es de un Campeche turístico que se pueda vender, por eso se han desarrollado carreras enfocadas a áreas como turismo y gastronomía, las cuales están bien, pero carecen de crítica.
Esas carreras están regidas por una educación tradicionalista y oficialista, que luego se traduce en políticas públicas, pero nosotros necesitamos la interpretación de la historia crítica, que entienda la diversidad de nuestro pueblo y en esa medida, podamos comprender mejor la realidad.
La verdadera connotación de ambos términos, al término de campechanidad se le debería dar el verdadero significado de lo que es Campeche.
Está bien que se quieran dar a conocer un Campeche idílico, mágico, pero no está de más que presenten a Campeche de pobreza, explotación, de rezago, eso también es Campeche, y campechanía involucra esa realidad, que en realidad no es tan positiva.
Malavé Gamboa, por su parte afirma que: “el término de campechanidad no existe, no es así el de campechanía, la cual hace alusión a todas las características que posee un poblador que habita en la entidad; sin embargo, la palabra campechanidad ha pasado a ser sinónimo de bonanza, cuando Campeche es más que un centro histórico admirable o una imponente muralla”.
Campos, dice “que un claro ejemplo de que la palabra campechanidad no tiene razón de ser, es por el uso y la connotación que se da, la cual ha excluido valores. Por ejemplo en las poblaciones indígenas el vestido es un patrimonio cultural tangible, que adquiere una dimensión o característica de símbolo, y en la campechanidad el terno se ve como algo ajeno, como algo yucateco y no como algo propio de la cultura indígena de Hopelchén, Calkiní y todo el Camino Real.
El bordado de xook bichuy, es una herencia prehispánica, así como la tela del jubón. Sin embargo durante el coloniaje, se le agregan encajes a esta ropa, pero sorprendentemente, el traje de campechana excluye estas expresiones con las cuales se identifican las poblaciones indígenas de Campeche, y lo mismo pasa con lo inmaterial.
Los valores materiales de la campechanidad, como la legua maya o la música de los pueblos indígenas, no se incluyen, mientras que la campechanía es la práctica de vida cotidiana, que de por si tiene asiento en toda la geografía estatal, esta no es un concepto, es real, lo que la gente de por si hace sin necesitar de la inducción de un gobierno para que por gusto y convencimiento la gente las ponga en práctica.
Finalmente la historiadora Elia Salavarría Pedroza, dice que: “la palabra campechanidad es válida, en tanto que sirva para cohesionar socialmente a un pueblo.
El problema es el riesgo que se corre de excluir las otras expresiones de cultura, que tienen asiento en los territorios que se gobiernan, y justo es eso lo que promueve la campechanidad.
A diferencia de la campechanidad, la campechanía tiene un manejo de elementos culturales de la gente que vive en territorio campechano, la cual es altamente incluyente, o al menos, debe serlo, y que además, debe ser expresada en el ámbito de lo público, mientras que la palabra campechanidad, como tal, ni siquiera existe en el diccionario de la Real Academia Española.
Estimados lectores de Jaque Mate, está más que clara la explicación de doctos en la materia sobre el tema. Corresponde a las autoridades estatales y municipales regresar a lo que veníamos expresando y recordar que cada gobernante tiene sus burradas propias, pero que deben finalizar cuando el 15 de septiembre de su sexto año baja del cuarto piso y de la nube en que vivió.
SIMULTANEAS
Nadie en el CDM del PRI se imaginó que Ramón Santini Cobos, quien pesa cerca de 100 kgs. pudiera despegar una velocidad uniformemente acelerada, que dejaría como un leopardo cheetah reumático o como discapacitado a Usain Bolt en los 200 mts. planos. El suceso se dio hace unos días cuando “El cachorro” buscando volver a sus electores del VI Distrito, visitó la colonia “Leovigildo Gómez” y en el momento menos pensado sus “queridos electores” lo estaban esperando como musulmanes a mujer infiel. Las piedras volaron sobre su comitiva y ni tardo ni perezoso el diputado materialmente voló hasta llegar a su vehículo, que estaba a la entrada de dicha colonia, desapareciendo en un santiamén.
Hace unos días platicando con el Pastor del platillo volador le pregunté si efectivamente iba a ser cuidadoso para no hacer leyes al vapor. El amigo de Emilio Gamboa Patrón, se me quedó viendo y poniéndome la mano en el hombro me espetó: “Ricardo, en la actual legislatura no vamos a sacar leyes como si se tratara de galletas como las de mi compañero Antonio Richaud, vamos a legislar con calidad”…y calidez pensé entre mi, como cuando ese lema era precisamente del IMSS donde el fue delegado estatal.
En una de mis entradas a la terraza del hotel frente a la concha acústica, saludé a mi amigo Rafael “El fish” Montero Romero, en la mesa “ecológica” (tal vez sólo consumen café orgánico) y le pregunté sobre sus proyectos políticos y me dijo: “Amigo la cosa marcha tranquila, el único pendiente que tengo es que la gente me comience a llamar no como hombre verde, sino como rabo verde”. Efectivamente, en esa mesa se sientan muchas féminas, aunque “Chucho Alayola”, le corretea algunas.
Enrique Ariel Escalante Arceo, anda desesperado ante la falta de nichos de negocios y su correspondiente proyecto de inversión para Campeche. Lo comprendemos, le están pidiendo resultados luego de un año de tomar posesión. Pero no debe irse ni de la lengua ni con la finta porque hasta donde sabemos los hermanos Cavabié Daniel, dueños de GICSA no han quitado a Campeche de su proyecto de Paseos…etc. Lo que al parecer sucedió es que con motivo de la crisis y por recorte de personal Mario Avila (no Lizarraga), causó baja y por ello no hay quien atienda este departamento de Relaciones Públicas, consecuentemente, el portal de Internet con el que basa sus declaraciones Enrique Ariel, no se encuentra actualizado.
Están que trinan en contra de Carlos Ortiz Lanz algunos ganaderos como Raúl González Casanova (¿ya vieron lo que es el ahorro?), Yolanda del Rivero Lastra, José Antonio Seara Sierra (potentado panista carmelita), Rafael Ruiz Ortiz (tío de Carlos), José Juan Velázquez, Alejandro Apolinar Quijano (de subsrio. pasó a criador de ganado) y otros que ignoramos, pero todos ellos fueron “chamaqueados” por el hermano mayor de la rectora universitaria.
La Interpol, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos, así como aseguradoras norteamericanas ya tienen en sus manos toda la información en torno al escandaloso tráfico de lanchas y yates robados en la Florida y vendidos en la Península de Yucatán. Uno de los principales operadores de este tráfico es José Auáis Dogre, yuca que le vendió lanchas y yates a decenas de yucatecos, quintanarroenses y campechanos, estos últimos se dice que tenían pedidos de más de seis lanchas y tres yates. Entre los compradores se encuentran Emilio “Pilín” Sansores Font, Enrique Canto Vivas (hijo del Ing. Canto Ríos), “El bombo” Medina Rosado, Omar Díaz Castellanos (socio mayoritario de Honda de Campeche), Mario Cárdenas Rodríguez, Guillermo Osorio, José Toraya Baqueiro (jefe moral de “Perico” Cuevas), Jorge Antonio Farah Manzanero, Eduardo Ruiz Mendoza (¿hermano del “chekai”?) y Renán Castro Romero, entre otros compradores.
En este asunto está metida la mafia cubano-norteamericana. Las embarcaciones hurtadas eran vendidas a menos de la mitad de su costo original con documentos apócrifos clonados de yates que en realidad existen en los Estados Unidos, pero que no tienen reportes o denuncias de robo.
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