domingo, 22 de agosto de 2010

PREOCUPANTE CIFRA

Estas líneas no buscan una solicitud para ser admitido en el círculo verde de los ciudadanos que tienen a su cargo las tareas de llevar a Campeche por estadios de desarrollo. Mejor aún, no hablo a nombre de ninguno de ellos –Dios me libre-, pues cada uno tiene su opinión y sus caminos para expresarla, para bajar “huayas” diría mi amigo y caricaturista Roberto Iris Balam, pero se que externarla me da un descargo de conciencia y un mejor sentido de ser justo, amén de solidarizarme con los mejores destinos que merece Campeche.

Yo se que es insoportable vivir y convivir con una sociedad en la que algunos lo tienen todo y lo saben todo, mientras que miles de campechanos nada tienen y todo lo ignoran. Encontrar un remedio radical a esto es como buscar la piedra filosofal que dejó locos a nuestros ancestros. Pero es una tarea inaplazable que nos compromete a todos los que queremos a esta tierra.

Estoy convencido que esta tarea ya no es posible cumplirla a nombre de la caridad o el asistencialismo. Es un asunto de justicia, de inteligencia, de imaginación, de sobrevivencia, pero sobre todo es una cuestión de valor y de amor por Campeche.

Miente quien piense y diga que nuestro problema sólo ofrece una fórmula. Cada Estado, cada región, cada uno de los Once Campeches, tiene que buscar y encontrar su propia fórmula, porque cada uno de esos municipios han ensayado hasta hoy sus propias soluciones, pero también han generado sus propias injusticias y hasta han festinado la aparición y el triste florecimiento de todos los modos de la pobreza.

Pobreza de ánimo, que se hace manifiesto en Ejecutivos que no han ejecutado, que no han visitado lo suficiente a la gran masa que comprende el pueblo, que no han castigado a quienes han robado nuestros bosques, a quienes han desviado los escasos recursos destinados para atacar la pobreza, a quienes se han burlado de nuestros hombres de mar y campo, sumiéndolos en el abandono más lacerante, pero peor aún a quienes han roto con sus actos la esperanza que cada seis años es razón de vida de los campechanos que viven en el umbral de la pobreza.

Pobreza de ánimo de un Legislativo que pospone la razón de ser de su obligación como representantes del pueblo en aras de un partidismo y de intereses personales inmediatos.

Pobreza de ánimo de un sistema judicial que tuerce la justicia a favor del poderoso y que le tiembla la mano para castigar a quien lo merece, mientras deja de aplicar la ley cuando todos esperan que lo haga.

Pobreza de imaginación, pobreza de proyectos, pobreza de una ciudadanía que opta por el silencio, el temor, y el martirio antes de asumir la heroicidad ciudadana para pelear sus derechos legítimamente señalados en las leyes. Y por supuesto la pobreza material que de tantos modos proviene de las anteriores y se liga con ellas.

El último informe de gobierno, el primero de un gobierno Justo y Solidario nos arroja cifras no preocupantes sino alarmantes como es el caso de que más del 44 por ciento de los campechanos estén en la suma pobreza y al decir esto consideramos que si somos cerca de 800 mil habitantes, 400 mil no tengan nada.

Con esto, con reflexionar estas cifras bastaría para que nadie sea feliz, pues entre los que se mueren de hambre y los que se mueren de aburrimiento porque todo tienen, estamos lo que algo tenemos y nos podemos morir de preocupación y de angustia al contemplar esas antípodas: hambre y aburrimiento.

De lo que si estoy seguro es que un solo día, una sola hora y un solo minuto no hubo en Campeche la grandeza que un gobernante recientemente con soberbia proclamaba a los cuatro vientos. Consecuentemente hoy ese adjetivo no podemos resucitarlo –porque no existió- y menos aún suscitarlo. Supongo que en esto reside el cambio que esperamos como si fuera “el quinto sol”, porque además hay que provocarlo hoy.

Obligación del gobierno es encabezar un cambio sustentable, darle rumbo, imprimirle mando, provocar en los desposeídos no esperanzas sino alegría con los mejores y mayores medios a su alcance.

Pero también los ciudadanos tenemos todos la obligación de abandonar esa pobreza de ánimo, esa indigencia mental para con la generosidad. Semanas atrás y a raíz de una inundación en una colonia popular de la ciudad sugerí, que aquellos que todo tienen y se mueren de aburrimiento, podrían aportar algo para devolver la fe en los damnificados. Es posible que no pocos me hayan recordado a mi mentora y algunos otros hasta me vieron como apestado. Nadie movió un dedo para apoyar, porque “es responsabilidad de los gobiernos y no de nosotros”. Esta es una tarea pendiente que no podrá cumplirse sin nosotros.

Bien sabemos que no es posible salvar a nadie a pesar de él mismo. Hay claras reglas del juego que es necesario comenzar a cambiar en forma radical. Salir de pobres es una utopía en Campeche, pero no lo es comenzar a pensar en los demás.

Tenemos un gobierno diferente, basado en el mandato del pueblo. Todo voto es útil, pero puede ser también profundamente inútil si da por supuesto que basta con votar para remediar las cosas. Así no funciona esto. El voto conferido el pasado 4 de julio de 2009 fue apenas el comienzo de una tarea de romanos para el rescate moral de Campeche, secuestrado durante doce años por un grupo al que lo menos que le importaban eran los pobres, los muertos de hambre.

Este grupo que como la canción ranchera: se va, se va y no se ha ido del todo, debe crear conciencia de que ya bailaron y que deben sentarse. Hasta que la justicia se siente entre los campechanos se podrá comenzar a rescatar a cada uno de los millares de campechanos pobres.

Por esa razón dudo un poco sobre conceptos y detalles de semántica sobre justicia y solidaridad. Nadie es justo ni es feliz si aloja a la pobreza en su corazón y en su Estado. Pero estoy seguro de que hay muchos que sin renunciar a nuestra libertad crítica y sin suscribir apoyos incondicionales podemos ayudar como con estas líneas a favor de los desposeídos.

Y así como me gusta señalar conceptos, también acepto que no poseo toda la verdad. Es el caso de las cifras que la semana que nos antecede di a conocer en relación con aportaciones de Petróleos Mexicanos para Campeche. Datos confiables y cotejados me dicen que del 15 de septiembre de 2009 a la fecha de este Jaque Mate, Pemex no ha hecho entrega de un solo centavo a su responsabilidad para con la entidad. Señalo y rectifico, que los supuestos 11 millones 200 mil pesos al mes desde esa fecha de septiembre para llegar a 100 millones de pesos fue un puro y celestial cuento de pescadores. No hay superávit con el que se llegaría hasta los mil millones de pesos el próximo 31 de diciembre de 2010.

Por lo que respecta a las aportaciones en especie, andan en la misma tesitura. No hay nada y las reservas según tengo entendido ya se agotaron en aras de un trabajo diario de campo en los Once Campeches.

Los alcaldes tienen razón en pedir esos recursos; el gobierno del Estado tiene razón en insistir para esa radicación; los productores y quienes requieren urgentemente las radicaciones tienen razón; pero el que no tiene razón ni otra cosa, es Pemex y el gobierno Federal quien ya nos vio la cara de aguantadores.

La paciencia tiene un límite y se está a punto de rebasarla. Y apenas esta semana el Presidente de la República dijo en reunión con grupos parlamentarios de las cámaras alta y baja que “menos trámite y mejor regulación para impulsar la competitividad”. Palabras huecas porque los campechanos seguimos a la espera.

Nos llama la atención la serenidad pero a la vez la demanda firme del gobernador Fernando Eutimio Ortega Bernés, acerca de la postura de su administración y de la respuesta que naturalmente tendrá una fecha como límite para esperar la contestación del director general de Pemex. No debe soslayarse que Campeche ha sufrido en 30 años de presencia de la paraestatal un gran número de afectaciones. La historia así lo confirma y pese a ello se sigue insistiendo. Ojalá el primer desencantado no sea el gobernador, porque gallina que come huevo… Pero seguramente el Ejecutivo estatal debe tener algún as bajo la manga. Esperamos que así sea.

Concluyendo esta reflexión me queda claro que el combate a la pobreza de nuestro pueblo no es una labor de seis años, sino a muy largo plazo, pero hay un viejo refrán chino que dice: “un viaje de mil millas comienza con un paso”.

Jaque al descubierto.

ICA NO CEDERA EN SU PROYECTO

En este espacio hace tres semanas dimos la primacía de la lucha sorda que se avecinaba entre el Grupo Mall e Ingenieros Civiles y Asociados por el control del desarrollo turístico Campeche Playa Golf, Marina y SPA Resort, ante la pésima administración que a lo largo de casi cinco años ha tenido Julio Fernando Noval García y Julio Noval Arias, que han convertido una inversión privada en negocio casi público por la inyección de recursos que en el sexenio pasado se le hicieron para su avance en obra, sin que a la fecha se haya concretado, pese a los plazos otorgados periódicamente y a las demandas laborales a que se han visto sujetos los españoles.

Esta semana que ayer concluyó fue muy movida en el sentido de que la guerra se escenificó en los medios de comunicación y aparentemente los españoles se quedaron de nuevo al frente del proyecto turístico. Lo extraño del caso es que el medio que presume de ser líder de la prensa escrita en Campeche dio a conocer el miércoles 18 de agosto lo mismo que habíamos señalado en esta columna, pero extrañamente un día de$pué$ dieron un cambio de 180 grados al enredar a la opinión pública con chicanerías jurídicas que finalmente no son ciertas.

Esta semana por razones obvias, ICA se mantiene en silencio mientras prepara lo que se espera será el estoque final de esta mala aventura turística para Campeche. Dentro de ocho días habremos de dar a conocer detalladamente lo que ocurrió en la asamblea general ordinaria de accionistas del proyecto Esmeralda Resort.

Campeche está a la expectativa y suponemos que también las autoridades estatales y municipales de Champotón, Campeche y El Carmen donde ese desarrollo turístico tendrá necesariamente consecuencias positivas para la economía campechana.

Si ICA logra quedarse con el proyecto habremos de tener en el corto y mediano plazo concluido Campeche, etcétera, pero por el contrario si los españoles logran permanecer, entonces este será como el cuento de las mil y una noches. Quien seguramente estará pendiente de estos resultados es el gobierno estatal, porque en principio no habrá un solo peso más invertido y en segundo lugar necesariamente tendrá que sentar a los inversionistas para poner los puntos sobre las íes.

También junto con la noticia anterior dimos a conocer que los inversionistas y propietarios de Gicsa, Cababié Daniel, de origen judío, esta semana con el pago ante el Registro Público de la Propiedad, de los derechos del Fideicomiso Paseos Campeche, dan un paso firme para que el año próximo esta obra se comience a convertir en realidad en la ciudad de San Francisco de Campeche.

Jugada de espera.

UNIDAD ESTADO-MUNICIPIOS

Hace unos meses fuimos los primeros en señalar que los Once Campeches estaban avanzando cada quien por su lado, que la ciudadanía lo percibía y que a los malos campechanos se les descolgaba la quijada de tanto reír ante ese hecho, pero el gobernador que sabe perfectamente como funcionan los ayuntamientos y vivió en carne propia la carencia de recursos fue el primero en extender la mano para que los cinco ayuntamientos panistas recibieran el mismo trato que las restantes seis comunas de la entidad.

El mejor ejemplo lo estamos viendo en obras y servicios que el ayuntamiento de San Francisco de Campeche está recibiendo en materia de bacheo y alumbrado, además de otros servicios. Nobleza obliga y el pasado miércoles fuimos testigos de la importante entrega que el edil capitalino hizo en camiones de basura, camiones volteo, camiones para alumbrado público y para recolectores, todo ello perfectamente equipado y nuevo, adquirido con un crédito de Banobras.

Los agoreros del desastre, aquellos de ambos bandos casi se fueron para atrás viendo a su gobernador y alcalde de distintas siglas partidistas en el mismo frente y con las miras para beneficio de Campeche. Si hacemos ejercicio de dibujo habremos de combinar el rojo con el azul y nos dará morado, que no pertenece a partido alguno.

Los problemas del primer edil, Carlos Ernesto Rosado Ruelas, comenzaron desde el primer día de su administración con las acusaciones de violar la ley al poner en servicio una flotilla de vehículos para el servicio de limpia, luego se le vino encima un conflicto de un paro de trabajadores de esa misma área municipal y el asunto se ha reciclado periódicamente.

Hoy con la aceptación y hasta las palabras del gobernador Fernando Eutimio Ortega Bernés, en el acto de entrega parece quedar atrás esos encuentros que nos desgastaban a toda la ciudadanía. El Ejecutivo estatal dio su beneplácito y hasta bromeó cuando señaló que estaban muy bien –los camiones y equipo- pero habría que pagarle a Banobras en los plazos convenidos en el programa de financiamiento.

Las envidias, los rompimientos, las declaraciones antagónicas por parte de gente a quienes no les conviene esta unidad entre servidores públicos, parece haber quedado atrás en aras de que lo mejor es para Campeche. Aquellos a quienes no se les hizo vender “su protección” estarán pensando en otras maniobras, porque los agoreros del desastre de eso viven.

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