sábado, 15 de mayo de 2010

Jugada de espera

PRONASOL A LA CAMPECHANA

Esta semana y ante todo su gabinete, alcaldes de los once municipios y toda la iniciativa privada y sectores sociales, así como ciudadanos distinguidos o amigos del régimen (yo no fui invitado señora Kelleher, pero no pasa nada), el gobernador Fernando Eutimio Ortega Bernés, dio a conocer su programa Campeche Solidario, en cierta forma un fusil de aquel Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL), de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994).

Algunos escritores dijeron en su momento que el Pronasol se nutrió a nivel operativo, entre otras corrientes, de algunos elementos de la filosofía de Mao Tse Tung, aunque también se dijo equivocadamente de que seguía recetas del Banco Mundial. Otto Granados, ex gobernador de Aguascalientes y fiel seguidor de Salinas de Gortari, decía que el Pronasol se apoyaba en los principios originales de la Revolución Mexicana, lo cierto es que el gobierno mexicano fundamentó ideológicamente el Pronasol en lo que se llamaron el liberalismo social, que tenía como objetivos primordiales la soberanía, la democracia y la justicia social. Salinas dijo: Sí, somos pragmáticos pero tenemos valores, tenemos principios, tenemos una filosofía en la vida que es la de servir a la gente, la de predicar en el trabajo, la de abrazar la libertad y la justicia, nosotros en México le llamamos: liberalismo social”.

En Campeche este programa tendrá su propia estructura y se piensa que no estará ligada a la Sedesore porque un día antes, no fue casual, se dio a conocer por parte de Raúl Aaron Pozos Lanz, el programa de inversión para este año, que un poco atrasado porque las lluvias ya están encima y casi estamos a medio año, pero hay el beneficio de la duda.

Pero abundando en este Campeche Solidario nos acordamos de que Luis Donaldo Colosio Murrieta, mártir del PRI en 1994, fue el autor de un seminario sobre el tema “Libertad y justicia en las sociedades modernas”, donde especialistas vincularon ese liberalismo social a la historia del país, encontrándole sus raíces en el liberalismo mexicano de los siglos XIX y XX como una manifestación de problemas inmediatos, con una visión revolucionaria; como una convicción; como una doctrina. Finalmente y en nuestro tiempo como un ideario y programa.

Si analizan lo asentado líneas arriba llegarán a la conclusión de que este programa se nutre de ideales políticos, se sustenta con recursos de combate a la pobreza y se encamina a ser una punta de lanza en aspectos de política. Es en este aspecto donde habrá de vivir sus mejores momentos en los años por venir. Campeche tiene que entregar buenas cuentas en el proceso electoral del 2012 y este programa buscará permear hasta lo más profundo del desgarrado tejido social.

De esa misma manera en la que Colosio dio a conocer su ideario aquella mañana de marzo días antes de su sacrificio. De esa misma manera se nos antoja que ganas no le faltaron a Ortega Bernés, para decir “veo a los campechanos con hambre y sed de justicia, ante unas autoridades que desdeñan a los humildes y protegen a los poderosos… “

Lo que nos queda de duda es que Campeche Solidario debe tener en forma indispensable un diagnóstico de logros y oportunidades en la dinámica social. Es urgente contar con un sistema autónomo e independiente que evalúe los logros y los yerros con mecanismos sólidos y confiables que determinen, no solamente la calidad, sino también la mejoría de las clases sociales, que, según el gobernador debe abarcar a todos los campechanos, en especial a los que viven en la pobreza extrema y la pobreza moderada que son casi el 50 por ciento de la población.

Para que un programa social tenga éxito, es necesario que se delimite desde el inicio la población a la cual habrá de beneficiar. ¿Cómo se va a asignar un presupuesto a lo social si no se ponen de acuerdo con el número de pobres? ¿si no se ponen de acuerdo con las zonas a las que será enfocado? El no contar con cifras confiables en materia social puede convertirse en un problema ético, porque se podría excluir a grupos que realmente necesitan del apoyo –y que no fueron considerados- o por el contrario, incluir a sectores que no son parte de la población objetivo.

Sin medición no hay progreso posible. Sin un sistema de autocrítica, constantemente abierto a la ciudadanía, el avance podría ser el resultado de un juego de espejismo, y su correcta aplicación sería un fantástico engaño.

Sólo se puede mejorar lo que se puede evaluar. La escalada en el largo camino que se busca recorrer debe aprender a medir distancias y espacios, el tamaño y el volumen de los cuerpos, las fuerzas de la naturaleza y la capacidad de la inteligencia humana para transformar proyectos en acciones concretas. Medir es inherente al ser. Y se debe medir y cuantificar todo lo que se realice en Campeche Solidario y ponerlo en lo que el hombre inventó hace sesenta siglos, siete mil años, 84 mil meses, o dos millones 525 mil días y eso es precisamente la balanza, que este gobierno estatal se afane en poner en sus platillos incluso lo inefable como es la justicia y la corrupción.

Se presume que el frente de este programa no estarán improvisados, ni será víctima del amiguismo, nepotismo, influyentismo, partidismo, compadrismo y muchos ismos más que han lastrado los buenos deseos de avanzar, de que nos crezca la economía. Doce años deben ser la medida de lo que no debe volver a intentarse. Si le dimos nombre al kilogramo que es un cubo de piedra, a la yarda que es la distancia de los dedos al cuello, al pie que es el pie que tropieza dos veces con la misma piedra, y a la pulgada que son tres redondos y secos granos de cebada, entonces se puede medir todo y a corto plazo. Los designados para este programa deben aplicar a priori todo: tiempo, rapidez, distancia, luz, calidad, cantidad, cuánto se tiene, cuánto se sabe, cuánto se vale, cuánto pesó y hasta cuánto midió este recién nacido. Y olvidarse por un momento que el campo de programas sociales está lleno de muertos. Dn. Fernando debe recordar que Dios no escoge a los capacitados, sino capacita a los escogidos.

La política social es rectora de este programa, es una acción llevada al cabo por un gobierno para la realización de la justicia social. Hasta ahí los conceptos, pero la realidad es que la inversión se hace mínima y los objetivos demasiado ambiciosos porque pretende abarcar a todos y cada uno de los campechanos. Se busca aplicar acciones para disminuir la pobreza y pobreza extrema a través de la aplicación con énfasis en el respeto, la pluralidad, la confianza mutua y la cooperación.

Jaque al Pastor

UN PREMIO A LA LEALTAD

En los últimos 60 años prensa y gobierno en México (Campeche no es la excepción), han vivido enredados en una trama de relaciones equivocadas. Resulta poco menos que imposible precisar dónde se originan los vicios que desde los años cuarenta entorpecen, enrarecen y distorsionan la información de los medios de comunicación escrita y electrónica ¿en la mano que pide, en la mano que soborna, en la mano que recibe, en la mano que golpea?

En la perversa relación (Julio Scherer, dixit) se mezclan los intereses económicos, políticos y sus facciosos –municipales, estatales, regionales o nacionales-, que utilizan a los medios de comunicación como instrumentos de influencia o presión. Y también, por supuesto, los intereses muy particulares de periodistas, políticos y servidores públicos. De sexenio a sexenio, de presidente municipal a presidente municipal; de gobernador a gobernador; de Presidente de la República a Presidente de la República la situación prevalece. Un gobierno que ejerce el autoritarismo prácticamente sin limitaciones; unos medios de comunicación en su mayoría domesticados; y un público, una sociedad civil, una ciudadanía que desconfía por igual de esos medios y del gobierno en sus distintos niveles.

Desde el servidor público de más bajo nivel hasta el Presidente de la República, las instancias gubernamentales han asumido la tarea de cortejar, corromper y aun reprimir en la búsqueda de medios sumisos e incondicionales. En contraparte, muchos medios y periodistas –desde los reporteros de nota roja hasta directores y gerentes- han hecho suyo el hábito de cortejar y dejarse cortejar, adular, corromperse, chantajear, someterse, ponerse al servicio del gobierno en turno o del servidor público en lo personal, con las honrosos excepciones de quienes están dispuestos a enfrentar los riesgos de romper las reglas del juego.

Desde hace varios años editores, directores y gerentes de diarios y revistas nacionales y en la gran mayoría de los Estados decidieron revocar el Día de la Libertad de Prensa que estaba vigente desde 1952 para pasarlo al 3 de mayo. Campeche sigue como su mar en ese aspecto. Nadie se mueve para cambiar, uniformar la fecha a la nacional y sigue siendo el 7 de junio, ocasión anual para que los periodistas institucionales se rindan al alcalde, gobernador o presidente de la República en turno. Desde Miguel Alemán a Felipe Calderón; de Eduardo J. Lavalle Urbina a Fernando Eutimio Ortega Bernés.

Pero no fue sino hasta hace unos años en que un grupo de periodistas locales iniciaron un movimiento -que no prosperó- para ciudadanizar los premios del Día de la Libertad de Prensa. Hubo apatía, indolencia, abulia y pocas ganas de organizarse y peor aun, de trabajar para organizar un festejo sin la presencia de “papá gobierno”, que nombra jurado, convoca, organiza el festejo y costea los premios. Es cómodo y productivo y la presencia ese día de tantos periodistas que no saben incluso lo que es una sala de redacción, es aberrante, porque el gobernante en turno se sienta y se siente en las nubes, pero los que han picado piedra en esta profesión generalmente no asisten o hacen sus propios festejos.

Con el banquete del 7 de junio como trasfondo y como eje, se pueden escribir múltiples historias de la relación de esos últimos sesenta años, porque es muy cierto que no hay un solo periodista que continúe trabajando en el medio en que se formó (la excepción confirma la regla). Muchas de esas historias, enlazadas temática o cronológicamente, según fue el caso, podrían formar un mural donde aparecieran retratadas las relaciones medios-gobierno tal como son, sin concesiones.

Pero retomando el tema del próximo Día de la Libertad de Expresión que seguirá siendo el 7 de junio, recapitulo y observo que el ejecutivo estatal ha desperdiciado una magnífica oportunidad por un complejo que la patología política encuentra en los gobernantes egresados del PRI, con las consabidas y escasas excepciones. Es el complejo del miedo a rectificar. Consideran una señal de debilidad lo que debe ser un honor y una prueba de sensatez. El horror escénico a la rectificación encadena a los gobernantes a caer en desaciertos.

Hay ciertos colaboradores de su gabinete que no son del todo leales, aunque en su momento son entregados al servilismo, por deficiencias hormonales o apetitos económicos, lo adulan y le siguen la corriente, cuando no lo empujan, en vez de cumplir ese compromiso primario de la lealtad que es mostrar el error para poder corregirlo.

En materia de comunicación social el gobernador tiene una persona de su confianza, pero incapaz de orientarlo sensatamente en casos que se van dando periódicamente en el trabajo. Le falta al gobernante ser encauzado con una sugerencia, un consejo, una opinión, pero se ha optado por guardar silencio y observar una neutralidad que ha sido y son, para el gobernante un pretexto o estímulo para incidir en un comportamiento que luego es criticado.

Jaque Mate ha insistido en el cambio necesario para El Día de la Libertad de Expresión, pero ni piensa, ni planea, ni practica, ni es promotor de pachangas en un suceso que es incubadora de “chayos”, que atraen como moscas al panal a quienes más por costumbre que por convicción esperan de este día algo más de lo cotidiano. Tengo entendido que precisamente en esta fecha aparecerá la convocatoria para los citados premios. Estaremos atentos y opinaremos en consecuencia.

Simultáneas

TRES COMENTARIOS

¿De qué funcionario de la actual administración será una propiedad ubicada en Isla Arena, Calkiní, donde se dice que la vigilan miembros de la policía –que se pagan con nuestros impuestos-. El ciudadano común no tiene acceso. En la citada casa seguido corre el buen vino, asisten invitados y bellas féminas. Mientras tanto las calles de Campeche están como siempre con gente fregada que asiste con frecuencia a dependencias gubernamentales y los reciben con el clásico “no hay recursos, pero yo te busco”.

La semana pasada ví, por la televisión local, una entrevista que le hicieron a mi amiga María Rafaela Santamaría Blum, en la que me queda claro que nunca ha tenido un asesor político confiable, porque de qué manera se explica usted que siga diciendo que los anteriores gobernantes la quisieron y trataron bien, cuando que todos sabemos que Jorge Carlos Hurtado Valdez, nunca le perdonó el haber firmado a favor de Fernando Eutimio Ortega Bernés, el desplegado emitido por toda la bancada priista qué ocasionó el colapso del “día de los pibipollos” donde los “judas” José “negrito de mi corazón” Gómez Casanova y Carlos Baquiero Cáceres, retrasaron lo que finalmente se dio el año pasado.

Nunca a María la pudieron hacer candidata porque en política los enemigos son reales y para siempre, además jamás hubiera sido la candidata del hombre de hechos más acá de las palabras, porque el hermano que nunca tuvo, siempre ocupó su corazón para buscarle un nicho.

Muchos nos preguntamos que hubiera acontecido si María se enfrentara a Carlos Ernesto Rosado Ruelas, un joven que se escapó de su laboratorio por abandono de un proyecto político. La maestra contra el alumno fue una pelea que nunca se dio, pero que recuerde la ex alcaldesa que “hay silencios estruendosos que suenan como ovaciones” y ella sigue teniendo mucha gente que la quiere.

Lo que ocurre en el Centro de Investigaciones en Corrosión no es un caso nuevo. Ya tiene muchos años costándonos ¿saben de algún beneficio que haya aportado a la entidad? ¿se nos vendió la idea de que estamos en una zona donde se pierden al año toneladas de hierro por la corrosión?

¿Qué ha hecho este centro para aliviar este problema? ¿qué ha publicado que los constructores campechanos no sepan? ¿qué recomendaciones le han dado a la población para proteger sus rejas, ventanas, protectores, puertas de acero, postes de alumbrado, etc., etc. de la corrosión?

Lo que sí es muy cierto es que se la pasan campechanamente publicando los resultados de sus investigaciones en revistas especializadas, como si la Universidad Autónoma de Campeche fuera de primer mundo. Que si determinada composición es 75.84898 por ciento vulnerable a X cosa en condiciones de 30.948548 grados y cómo lograr que sólo sea 75.00388 por ciento en las mismas condiciones. ¿Me entendieron? ¡yo tampoco!

No hay recursos en Campeche para estos “científicos de buró”. No estamos para sostener a esta plantilla de investigadores que no le dejan al pueblo campechano nada de valor.

Necesitamos que se investigue cómo aprovechar nuestras maderas duras para hacer veletas, con que producir en cada casa la energía que se consume.

Necesitamos que cada hogar campechano aproveche la energía solar al máximo.

Necesitamos encontrar modelos de construcción que economicen el uso de aparatos de aire acondicionado, cuyos costos en electricidad son demasiado altos para cada campechano.

Informar si hay investigación para prepararnos con tiempo para el agotamiento de los pozos petroleros en Campeche, y en última instancia guardarlos para cuando valga mucho más el petróleo.

Finalmente una evaluación cuyo propósito primordial es evitar la pérdida de vidas humanas al vencerse la resistencia del Puente de la Unidad ante la amenaza de un colapso del concreto.

Si hubieran dado un estudio a tiempo al Ayuntamiento de Campeche, tal vez no se hubiera dado la pérdida de la vida de la niña campechana, al caerle un poste del alumbrado por exceso de corrosión en su base, hecho acontecido en el Carnaval de 2009.

Ya basta de que estos ocho o más doctores en no se qué, sigan trabajando en la “inmortalidad del cangrejo”, en la creación de una industria para enderezar los cuernos del toro, en el por qué se agrietan más las casas construidas por Delmar que por Cucsa, etc.

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