domingo, 4 de noviembre de 2012


En Campeche la Ley del Tubo no tiene pena.
Anónimo.

DE AQUEL DIA DE LOS PIBIPOLLOS

Días de guardar, ancestrales tradiciones, altares, visita a camposantos, descanso obligado y por supuesto los pibipollos con sus múltiples dulces. Todo aderezado para estar con la familia y recordar a nuestros seres queridos. El culto a la vida es también culto a la muerte. Ambas son inseparables. Una civilización que niega a la muerte, acaba por negar  a la vida.

Todos los Santos, fieles difuntos, los pixanitos. Vaya, Hanal Pixan. Los recuerdos me remontan a once años atrás, por estas fechas El Imperio Contraatacó cuando desde la LVII Legislatura del Congreso local 17 diputados del PRI elaboraron un escrito cuya copia obra en mi poder y signaron su petición legítima para sumarse a la pre candidatura de Fernando Eutimio Ortega Bernés.

El citado documento tiene los nombres de dos diputados más: Carlos Baqueiro Cáceres y José del Carmen Gómez Casanova, quienes al enterarse e intercambiar opiniones llegaron a la conclusión de no firmar el apoyo. Inmediatamente, Baqueiro Cáceres atravesó la calle 8 y corriendo llegó a la presidencia municipal, donde Jorge Carlos Hurtado Valdez recibió la noticia y se comunicó con Jorge Luis González Curi.

Por su parte Gómez Casanova raudo se dirigió al cuarto piso y le avisó a José Antonio González Curi. Acto seguido, ambos hermanitos se juntaron y planearon el contraataque para desbaratar ese acuerdo que daría la fuerza necesaria a Ortega Bernés para lograr la candidatura ante su partido el PRI.

Día de los pibipollos, así como el día de los exabruptos, de los gritos y amenazas como era la costumbre del más joven. Las tramas soterradas del más grande para quitar de encima ese escollo que podría ser un iceberg  en el camino del Titanic hacia otro sexenio de la grandeza.


AMIGOS QUE LO APOYARON

Atrás quedan en pocas horas esos intentos democráticos del hoy gobernador y de sus compañeros de bancada. Enrique Ariel Escalante Arceo, Vicente Castellot Castro, Luis Fernando Sadek Abad, María Rafaela Santamaría Blum, Alberto Abreu May, Sergio Pérez Jiménez, Antonio Piedra Castro, Raúl Armando Uribe Flores, Celso Vera Talango, César Iván Arcila Amézquita, Blanca Bernés Chan, Isabel Chan Pantí, Juan Martínez Delgado, Enrique Muñoz Herrera, Luis Omar Moreno Martínez, Juan José Boeta Tous y Rafael Teobaldo Pou Vera.

La trama había llegado rápidamente al conocimiento del CDE del PRI a cuyo cargo se encontraba  desde el 7 de noviembre de 2001 Carmen Guadalupe Fonz Sáenz, primera mujer que ocupaba la titularidad del partido en el poder en su historia en Campeche. Todos se sumaron contra la actitud de un poder legítimo como el legislativo manifestando una tendencia, pero pronto lo resultados no se hicieron esperar.

Gritos, improperios del que es “padre de todos” y de quien trabaja bajo el agua. Era el espaldarazo que necesitaba Hurtado Valdez para llegar como pre candidato a una farsa de elección en el Centro de Convenciones, donde dejaron con sabor amargo a quienes pensaban que el proceso sería democrático.

Y al igual que Ortega Bernés quedaron en el camino Edilberto Buenfil Montalvo (el más viable en ese entonces), Tirso Rodríguez de la Gala Guerrero y  Eraclio Soberanis Sosa. Todo se había consumado y de aquel “día de los pibipollos” ya todo era historia.


ENROQUES, NO CESES

Hoy a 10 años de aquellos sucesos el pastor de aquella legislatura es el gobernador desde el 2009 y llegó con el mayor número de sufragios que ha tenido ese cargo. Tres años y un mes Fernando Eutimio sacude hoy a su gabinete con una serie de enroques que llevan como propósito quitar la modorra, botar el comején mental de sus colaboradores y enfrentar lo que será el proceso más difícil de un gobernante en este nuevo milenio.

Ya no podrá como su antecesor influir en la decisión, porque esa quedará de nuevo en poder del Presidente de la República. Ese esquema aunque con diversos matices, parece convertirse de nuevo en universal, por lo menos donde la democracia es utopía.

A pesar de que se supone que los gobernadores priistas conocen bien el sistema político mexicano, incluyendo aquellas reglas no escritas que por igual obligan, es común que incurran en la tentación de querer imponer sucesor, o por lo menos facilitarle el camino a alguno de sus incondicionales. Se presume que en cierta forma a eso obedecen los enroques recientes del gabinete estatal.

Ortega Bernés ha recalcado que “hay muchas tareas pendientes y vienen tres años muy intensos. Siempre en el gobierno (estatal) habrá qué hacer a la mitad del camino un replanteamiento de propósitos, pero sobre todo reafirmar nuestro compromiso de servir bien a Campeche”.

Puede ser, pero el Ejecutivo estatal se olvida que en los hechos, el tiempo se le acaba y 11 meses y días a finales de un año electoral que dejaron las finanzas adoloridas, con un gobierno federal priista luego de 12 años, es poco probable que las acciones de gobierno puedan despegar antes de seis meses que serán cruciales por el golpeteo de la repartición de miles de empleos en las más de 60 dependencias federales. Eso desgasta e impide relanzar su proyecto cumbre: las olvidadas 20 mil viviendas, que por cierto lo sacó del bolsillo de Sergio Berzunza Camejo, el actual secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, Jorge Luis González Curi.

Por más hábil que un gobernante sea, el destino de su administración depende en gran medida de sus más cercanos colaboradores. Las designaciones equivocadas, sobre todo en los puestos clave, son siempre el primer paso en falso de cualquier gobierno. Por fortuna, la administración pública resulta tan elástica que caben hasta los tontos y hay lugar para los ignorantes. Pero hay cargos que siguen siendo vitales para el éxito del gobierno.


SE LA JUEGA CON SU AMIGO

Y es de esa forma que Ortega Bernés pese a las críticas hace repetir como jefe de su gabinete a William Roberto Sarmiento Urbina, que se presume lo apoyará en un área donde se necesita cada día, experiencia, habilidad política y una mano firme para la resolución de múltiples problemas. No fue bien recibido el retorno de “los reyes del fotoshopazo” que el año 2009 llegaron a las primeras planas nacionales e internacionales. Ambos, Juan Fernando Estrada Abreu y Jaqueline Ehuán Pérez, por más que reemplazan a quienes no pudieron cumplirle a su jefe, llegan con un estigma que tendrán que quitarse a base de lealtad y, por sobre todo, capacidad en el desempeño diario de la comunicación social, base de cualquier gobierno, olvidándose de las dos pesas y dos medidas.

De aquel “gabinetazo” del ya obsoleto eslogan de “Justo y Solidario”, casi siguen los mismos aunque con otros cargos. Gatopardismo puro que con el lema “Vamos por nuestro progreso”, busca trascender y trabajar intensamente en los años por venir. Pero, quien tiene el poder, tiene la razón.

El primer ---y hasta este momento--- único prospecto que logró sobrevivir a tres años de este gobierno que “va por su desarrollo” es Raúl Aarón Pozos Lanz, quien curiosamente es el segundo secretario en la Cámara de Senadores en la Comisión de Administración, donde el que manda es aquel que una noche en el malecón cuando el panista era jefe de campaña de Mario Alberto Avila Lizarraga, tuvo un ataque de dislexia en algo así como co-nec-ti-vi-dad. Hoy Jorge Luis Lavalle Maury, es desde estos momentos el candidato de doña Corleone Muriño en el blanquiazul para la gubernatura en el 2015.

La política es de tiempos y circunstancias y la proyección  que está teniendo el diputado federal Rafael Alejandro Moreno Cárdenas dentro de la Cámara y su partido ha asustado a más de uno que han empezado a bloquearlo en sus acciones en Campeche. Desde la oscuridad de varias dependencias se sigue minuciosamente sus visitas semanales a su tierra y sin duda causan múltiples indigestiones por ese activismo natural en un legislador federal.

El gobierno orteguista inició su mandato hace más de tres años seguro de que contaba con un mundo de tiempo para organizarse y transformar al Estado. Pero en la medida en que ha avanzado el tiempo y luego de percatarse de que el dinero dejado por Hurtado Valdez y su tesorero de dos sexenios fue un espejismo que se transformó en deuda de proveedores y contratistas, muy pronto se encontró con la dura realidad de que no todo lo que brilla es oro ni todo el campo es orégano.

Entre el inicio y ese momento que bien puede traducirse en enero de 2015, busca intentar todas las cosas que a sus secretarios se les ocurren, aunque algunas pueden salirle bien, pero la mayoría se han ido acumulando como pendientes ---muchas de ellas promesas de campaña---. El tiempo se agota y las voces del hombre de la calle sobre su legado se tornan irrelevantes.

Lo único que queda es tratar de evitar crisis y salir lo mejor librado. Los pasivos del sexenio son bien conocidos y no es necesario abundar en ellos, pero también hay activos que no han sido explotados en buena medida porque toda la atención se puso en objetivos inalcanzables como por ejemplo las 20 mil viviendas.

En lugar de las animadversiones que han caracterizado a su gobierno y que algunos han convertido en malos chistes, haría bien don Fernando en cuidar los activos que sí creó, sobre todo en su programa social que no merece comentario porque es el pueblo el que lo ha recibido semana tras semana.

Las obsesiones, decía Norman Mailer, son el mayor desperdicio de las actividades del hombre. La obsesión por lograr trascender; por lograr algo que no se encuentra en su poder son fútiles, y peor, peligrosas.


LOS RIESGOS DE TANTOS CAMBIOS

Ortega Bernés puede acabar como comenzó; sin proyecto, con un partido que no lo aceptó al 100 por ciento y con muchos enemigos ---que en estos momentos parecen amigos---, pero que en la práctica no le permiten gobernar. Que recuerde también que en política los amigos son de mentiras, mientras que los enemigos son de verdad.

Aunque parte de la culpa podría tenerla él, al designar a un gabinete que antes de la mitad del sexenio por angas o por mangas lo han dejado solo en el cuarto piso. No han comprendido que no todos pueden ser políticos y menos aún en tan corto plazo.

El verdadero legado de FEOB tendrá algo por lo cual ser recordado: su don de gente, su bonhomía y su acercamiento a los campechanos más desprotegidos. Pero a más de la mitad del camino andado lo importante es no confiar. Vienen los años más difíciles. Y luego, a la historia.

El final es siempre amargo. Son excepciones por ejemplo los desaparecidos Héctor Pérez Martínez y Rafael Rodríguez Barrera, porque Carlos Sansores Pérez “El negro” escaló ---al terminar cinco años y medio su sexenio en Campeche--- las alturas del poder con su amigo el presidente de la República Luis Echeverría Alvarez, pero al final el porrazo fue terrible porque hasta tuvo que renunciar al partido que le dio tanto­.

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