domingo, 28 de octubre de 2012


CHE CU, UN DELINCUENTE

Ante la falta de aplicación de la justicia a un grupo de delincuentes ---no puede llamárseles de otra manera---, la semana que nos antecede fue de nuevo de atención de la ciudadanía que se vio afectada cuando Luis Antonio Che Cu, líder del Frente Campesino Independiente “Emiliano Zapata Salazar (Freciez), mantuvieron en su poder el edificio del Palacio Federal durante cuatro días y sus respectivas noches, impidiendo todas las actividades de los empleados federales y los servicios que éstos prestan a quienes ocurren a tramitar asuntos diversos, cobrar telegramas, denuncias ante Profeco, etc., etc., se paralizaran sin importar consecuencias.

De nada valió las cerca de 10 denuncias en contra de los supuestos campesinos del Freciez, ninguna autoridad ni federal, ni estatal tuvo la atingencia de atender las quejas en contra de los pelafustanes que tomaron posesión y convirtieron en un muladar ese edificio federal.

El plantón supuestamente tuvo como motivo el llamar la atención a las autoridades de Secretaría de la Reforma Agraria (SRA) para la solución de un conflicto de tierras. Extraño, porque la gran mayoría de los supuestos campesinos ni siquiera son campechanos. Son gente que ha invadido propiedades, terrenos y amenazado a legítimos propietarios del sur del Estado.

La serie de movilizaciones desquiciaron la vida de los campechanos durante la semana sin que ninguna autoridad haya dicho “esta boca es mía”. Ni PGR, ni PGJE y menos aún la Secretaría de Seguridad Pública y Protección a la Comunidad fueron capaces de impedir las amenazas a ciudadanos que con sobrada razón se quejaban del bloqueo a que sometieron todo un edificio de carácter federal.

La sociedad campechana como en otras ocasiones mostró su inconformidad por la violación a la ley, las reglas y las normas, al no garantizar las autoridades lo mínimo: la gobernabilidad, que sacrificó a los ciudadanos quienes soportaron las alteraciones del orden. Aquí no se cumplió la norma política de la mejor decisión para evitar males al mayor número de ciudadanos.

Este pseudo líder ha hecho lo que ha querido en incontables ocasiones, allanado edificios, dañado un monumento en el Paseo de los Héroes y nadie, oígase bien, nadie lo ha sancionado. Solamente una vez fue recluido en el penal de San Francisco de Kobén, e ¡insólito! Amenazaron sus seguidores que si no lo liberaban causarían un caos en la ciudad. Las autoridades responsables temblando de miedo lo soltaron ipso facto. ¿En que condición quedó la justicia?

El gobernador intentó en varias ocasiones resolver el asunto de este tipo de delincuentes, de acuerdo con sus atribuciones y responsabilidades y poco se logró, supuestamente porque el asunto es de carácter federal. Sin embargo los desmanes son estatales y la ciudadanía es campechana.

No llama la atención, porque precisamente esta es la forma de hacerse oír, la actitud tomada por algunos diputados locales de la izquierda mexicana quienes casi se desgarraron las vestiduras por “la deuda ancestral que se tiene con el campo, con la miseria de los campesinos y por los millonarios recursos federales y estatales que no son aplicados a resolver sus problemas”.

La decisión de aplicar la ley de manera directa fue una papa caliente que se estuvieron tirando la PGJE y la PGR sin que ninguna se atreviera a intervenir en el problema. Se esperó y nunca llegó la decisión final del asunto, ante el temor de caer en la ingobernabilidad. Pero ya se había caído en ella, al permitir durante tanto tiempo (96 horas) que las hordas de Che Cu se pastorearan por el centro de la ciudad y además amenazaran con plantarse en el Centro de Convenciones en un evento internacional de Turismo.

Las vías de negociación paralelas tardaron demasiado. No hubo ningún detenido y luego del quinto día y sin una respuesta de la SRA los “campesinos” dejaron como cochineros los pasillos y baños del Palacio Federal y se fueron como llegaron: tan campantes y presuntamente con una buena lana. Los acuerdos que alimentaron el conflicto quedaron postergados para la próxima ocasión y no hubo manera de sancionar a los rijosos.

Estamos de acuerdo que el sector campesino es el más marginado y sin justicia social, sobre todo en los casi 12 años que terminan el próximo 1 de diciembre; que Campeche tiene graves conflictos de tierras que no han recibido la atención de las autoridades federales y estatales, pero ya es hora de este tipo de conflictos tengan un hasta aquí y se corte de golpe el chantaje a las autoridades cada vez que toman posesión de esta ciudad capital.

No debe tampoco provocarse la óptica de ingobernabilidad que durante cuatro días se padeció en la ciudad, colapsando importantes servicios federales. No debe haber tolerancia para los menos, que visto de manera clara es profundamente antidemocrático, porque debe prevalecer el mayor bien ---y en este caso tranquilidad--- para el mayor número, porque las inconformidades y descontentos hablan mal de la forma en que de nuevo no se aplicó la justicia a un grupo de delincuentes.

Desafortunadamente, sobre el perro más flaco caen las pulgas. Este caso que es originalmente de carácter federal la Secretaría de la Reforma Agraria, cambió su postura y luego de  condicionar la expropiación a compartir la mitad del costo con el gobierno estatal, finalmente desechó toda posibilidad de ella y dejó al gobierno de “Vamos por Nuestro Desarrollo” toda la responsabilidad. Quedamos como el perro de la tía Cleta, que cuando finalmente ladró, un zapatazo le quebró el hocico.


OREJAS DE BURRO Y AL RINCON

La reelección de o elección para otra artimaña sindical de la lideresa por ya 30 años del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo Morales, es causa y efecto de que de acuerdo con la OCDE México se encuentre en niveles semejantes a países africanos y del cuarto mundo.
Y todo se refleja en las esferas de la producción: profesionistas mediocres. Así que no nos alarmemos cuando en la práctica se observe que la propia Secretaría de Educación Pública (SEP) dio a conocer que cerca de 100 mil maestros ---cuatro de cada 10--- deben regresar a la escuela en forma inmediata porque de conocimiento en especial en escritura, lectura, valores éticos y comunicación verbal, son altamente deficientes, de acuerdo con los resultados de la Primera Evaluación Universal.

La vergüenza del secretario de Educación Pública, José Angel Córdova Montoya lo obligó a minorizar el tema y no los señaló como reprobados, sino como necesitados de profesionalización. La calificación de cada uno no será revelada oficialmente porque ese fue el acuerdo de Gordillo Morales con el presidente Felipe Calderón Hinojosa, a cambio de que los maestros se sometieran a presentar un examen.

La calificación promedio que no será difundida oficialmente por cuestiones políticas, fue de 5.8 sobre 10. En pocas palabras fueron reprobados. El dato fue revelado desde el más alto nivel en la SEP, con la consigna de “que de México no salga”.

Campeche, la otrora entidad cultural del sureste. La de Justo Sierra Méndez y José Vasconcelos; la del Colegio Clerical de San Miguel; la del Instituto Campechano y su Escuela de Jurisprudencia donde abrevaron conocimientos ilustres juristas campechanos, hoy tiene las más bajas calificaciones en la Península de Yucatán, porque de los tres mil 169 profesores y directivos que se sometieron a la prueba, mil 169, que equivale al 37.1 por ciento, se ubicaron en el nivel de “atención inmediata” para reforzar su trayectoria formativa.

Además mil 985 requieren terapia intensiva lo que los obliga a cursar opciones formativas en el período 2012-2015. Y para Ripley la escuela primaria justo Sierra Méndez de Campeche que ha sido tan elogiada y donde estudiaron entre otros los recientes ex gobernadores de los últimos tres sexenios y no menos de otro tanto de ex alcaldes de esta capital, tuvo el poco honroso mérito de ser junto con la Héctor Pérez Martínez también de esta ciudad de las peor calificadas.

¿Hacia dónde vamos? Sencillo. Nuestros imberbes diputados locales y aquí no escapa ningún partido político, tienen un nivel de lectura que se asemeja a la de cualquiera que esté cursando ¡el primer año de primaria! Como lo lee.

Hay por ejemplo la diputada Teida García Córdova, del PRD que ni siquiera llega al nivel  de primero de primaria. En una iniciativa de 10 párrafos, en uno de ellos de 230 palabras tuvo 27 errores y tardó 15 minutos en su lectura. Ana María López Hernández, del PT, cuarta secretaria de la Mesa Directiva del Congreso en la lectura de un párrafo de 96 palabras tuvo 18 errores y en una iniciativa de 14 párrafos sus errores fueron 42; además tardó seis minutos en leer dos cuartillas, ubicándose en la tabla como una persona del primer año de primaria. Así están los padres conscriptos.

Los del PAN no cantan mal las ranchera porque doña Gloria Aguilar de Ita, tardó en leer una iniciativa de 51 párrafos casi 17 minutos con 22 errores, aunque un párrafo de 115 palabras lo leyó en un minuto, con lo que alcanzó a ubicarse en tercero de primaria. Tal vez el caso de ella se deba a que lee mejor las recetas de botica.

Eduardo Bravo Negrín, el popular “Galleta”, a quien los nervios lo traicionan a cada instante en su lectura se equivocó ocho veces en una intervención de dos minutos. El buen amigo Ismael Canul, al leer su texto preparado en tribuna tuvo siete errores de lectura en 30 segundos y si hubiera sido de tres minutos hubiera cometido 42 errores.

Con estos truenos ¿quién duerme? Nuestros flamantes diputados de la LXI Legislatura no solo están pagando el noviciado, aunque hay tres legisladoras que tienen dos de ellas experiencia de una vez en legislaturas anteriores y doña María Rafaela Santamaría Blum que parece que tiene el récord de tres veces navegar en el platillo volador.

No es un requisito constitucional para ser legislador, pero más del 50 por ciento de nuestros actuales diputados no cuentan con licenciaturas, incluso hay casos de que solo llegaron a cursar la educación secundaria.

Esta situación es un espejo de la realidad social. Es la consecuencia de lo que somos primero como país y luego como Estado desarrollado. Tenemos por tanto este tipo de legisladores y desde luego ello si afecta.

Para comenzar se entiende que el Congreso (a cualquiera de ellos, federal o estatal), se va a legislar, a crear leyes y resulta que en la actual LXI Legislatura solo hay dos diputado que estudiaron leyes. Con esa deficiencia es poco lo que se puede lograr para beneficiar a la ciudadanía.

Al frente de las legislaturas 1989-1992, 1992-1994, 1994-1997. 2003-2006 y 2006-2009, estuvieron abogados Alvaro Arceo Corcuera, Tirso Rodríguez de la Gala Guerrero, Ramón Santini Pech, Oznerol Pacheco Castro y Carlos Felipe Ortega Rubio, respectivamente. Hemos tenido de dulce, de chile y de manteca, pero solamente en esos trienios desde el 89 a la fecha han sido profesionales del derecho.

Un diputado preparado con legisladores de formación académica sólida, conocedores de nuestra cultura y con sensibilidad social nos daría un gran impacto en la calidad del debate, de deliberación y de comisiones más efectivas que no le carguen la mano a los múltiples asesores, quienes finalmente son los que nos hacen las leyes que luego en el pleno se aprueban. Faltaba más.

Y es que el mal está de origen. Sería adecuado de que en cada proceso electoral y en cada proceso interno de los partidos, fuese una obligación por parte de los candidatos, hacer pública una serie de datos como su declaración patrimonial, de intereses y también su formación académica y labor profesional previa, para así normar el juicio del elector, no solamente el programa o la plataforma del partido, que sería lo ideal y que tampoco ocurre.

Otra medida es la que es común en el derecho parlamentario que consiste en fortalecer el nivel del equipo técnico, el equipo de asesores.  Es el caso de José Luis Balam Chanona, Salvador López Espínola y el hoy Secretario del Ayuntamiento de Campeche, Carlos Román Moreno Hernández, quienes han sido en las últimas cuatro o cinco legislaturas jacha, calabaza y miel. Sus aportaciones son importantes para el desempeño de una buena legislatura en materia de protocolo, operación y orientación jurídica.

Sin un diputado preparado el producto que se genera (leyes) es deficiente. No solo expiden leyes vistas en términos muy amplios, sino que modifican, reforman, adicionan y derogan las actualmente vigentes, además de suprimir la vigencia (abrogación) de las leyes completas.

El hecho de que no exista servicio de carrera parlamentaria genera  cada tres años que los diputados no respeten a los secretarios técnicos que durante mucho tiempo se capacitaron, pues son impuestos nuevos secretarios sin preparación.

En el caso de los asesores en Campeche ha ocurrido una cosa curiosa. Resulta que los (hasta la anterior legislatura) presidentes de la Gran comisión  y hoy Presidente  de la Junta de gobierno de Administración de la LXI Legislatura, han sido previstas, entonces este tipo de personas casi tienen carrera parlamentaria son otra cosa que producto de la experiencia. Tales son los casos de los anteriormente señalados Chanona, López y Moreno. Este último atravesó la calle 8 y se fue al viejo cuartel Pedro Baranda, dejando en la orfandad a la actual legislatura y que el noviciado lo pagaron en las primeras sesiones donde no sabían ni que hacer, causando la risa del diputado 36 Jorge Garcblicos, particularmente a quienes tienen la alta encomiendares pado lo pagaron en las primeras sesiones donde no sab presidentesía Oñate.

Es de fundamental importancia profesionalizar a los servidores públicos, particularmente a quienes tienen la alta encomienda de regular la vida de todos los ciudadanos, anteponiendo el bien común por encima de los intereses particulares, partidistas, ideológicos o económicos. Situación que difícilmente se logrará con gente carente de formación profesional.

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