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DESESPERACION ALUMBRA TORPEZA

Cuando el poder se está perdiendo paulatinamente como es el caso de los políticos, estos realizan actos que obnubilan su mente y los llevan a realizar auténticas estupideces.

Es el caso de la alcaldesa suplente de Campeche, Beatriz Sélem Trueba, quien ayer lunes juntó en petit comité a los miembros de su cabildo panista, para pedirles que acordaran ---son mayoría---, aprobar la jubilación de su suegra Pilar Hoil de Amaya para que antes del próximo viernes fuera considerada como pensionada del ISSSTECAM, con el salario que ella como primer edil le otorgó apenas a principios de este año.

Los panistas lo hubieran hecho de mil amores porque se han prestado a sus triquiñuelas, de no ser porque aún les adeuda lo que les prometió sobre su anuencia en su voto a favor de la llegada ilegal de Red Ambiental. Los concejales armaron un pancho porque de esta forma les cobra el favor de la basificación de sus familiares que suscitó otro escándalo.

Incluso se dice que estaban tan enojados que rayaron antes de esta reunón el libro de actas. Documento que es protocolizado y que tuvieron que reparar inmediatamente ante el berrinche de los cabildantes.

Pero no acaba ahí el problema y es tanta la seguridad de que no habrá marcha atrás en la llegada de Red Ambiental, que la nueva alcaldesa busca amarrar de manos a la administración entrante, acordando en la misma reunión que firmaran la venta de los 8 recolectores propiedad aún del Municipio y que habían sido comprados apenas en este trienio.

Donde no se sabe como terminará el asunto es en el caso del dinero prometido por ese voto crucial para la aprobación del título de concesión que los campechanos no han analizado a fondo. Está viciado de origen  y la nueva administración debe ampararse para someter a revisión exhaustiva este documento falaz. 

Se da por sentado de que sus “asesores” le están preparando un documento para su informe final de administración donde materialmente echará suciedad al ventilador,  que busca salpicar a todos. Total ella ya se va y se presume que es para siempre, porque política nunca será. Lo que natura no da, Salamanca no lo presta.