NI AUSTERA, NI
REPUBLICANA
“Campeche no es una estadística, Campeche crece y está en camino por su
progreso”, más que informar reprochó el gobernador del Estado Fernando
Eutimio Ortega Bernés, al hacer referencia el pasado 7 de agosto en
ocasión de su tercer informe de gobierno y respecto a la ficción del Producto
Interno Bruto (PIB) petrolero que ha ubicado a la entidad desde hace tres
décadas, lo mismo que si estuviera en los primeros lugares de desarrollo que en
calidad de devastado.
En Campeche, los dos ex gobernadores recientes que han buscado meter su
cuchara y estorbar de mil maneras la administración del gobierno Justo y
Solidario, ya no tienen la fuerza de antes, aunque conservan los suficientes
recursos económicos para continuar en la primera línea de la política local. Ello
les ha permitido acomodar en las próximas legislaturas federales y estatal a
sus alfiles para el proyecto 2015.
En el pasado no muy reciente siempre ha sido así. El fuego amigo de los
priistas ha hecho más daño que los votos en contra. Eduardo Lavalle Urbina y Héctor Pérez
Martínez se dieron hasta con la cubeta; Alberto Trueba Urbina no bajó de
“maestrito de educación física” a Manuel José López Hernández; el coronel José Ortiz
Avila traía en el morral suficiente chile habanero para
administrárselo a Trueba Urbina y fue tanta la dosis que ni el
gobierno entregó este último; Carlos “El negro” Sansores Pérez, recibió
también del militar de espada virgen golpe tras golpe; “El negro” por su parte repartió
golpes a diestra y siniestra contra Rafael “El chel” Rodríguez Barrera, todo ello
a la sombra del socialista presidente Luis Echeverría Alvarez. Y esta ha sido la
historia de nuestros gobernantes que parecen protagonistas de aquella famosa
canción de “La burundanga”.
Recordemos que el principio del fin del sansorismo se dio durante un
proceso electoral en el municipio de Tenabo, cuando Rosa María Martínez Denegri y su
empleado Rafael
Montero Romero “El fish”, compraron votos a favor de un partido
distinto al PRI. Pero lo hicieron con dinero del ISSSTE. Eugenio Echeverría Castellot, con
los pelos de la burra en la mano y más rápido que Usain Bolt se fue para México
y le llevó al presidente las pruebas de la deslealtad. Fue el fin de una era muy
difícil para los campechanos.
Parecía que Campeche comenzaría un nuevo amanecer sin la guerra sucia
interna del partido en el poder. Pero todos sabemos que no fue así. Esto siguió
y llegaron otros actores con nuevos estilos.
Abelardo Carrillo
Zavala para que
llegara “si azotó con la vara del descrédito a quien pretendía llegar”. Apoyado
en dos hermanos que han hecho mucho ($) por Campeche como son los González Curi
y sabiendo que Renato
Sales Gasque tenía una buena amistad con el Presidente de la República,
lo bloquearon distribuyendo miles de
copias de actas de nacimiento del abogado, que demostraban que había nacido en Mérida,
Yucatán, aunque no aclararon que tenía más de 25 años de residencia en el
Estado. El viejo carcamán Fidel Velázquez Sánchez, utilizó ese argumento
y la famosa cuota cetemista para acomodar en vez de un jurista a un graduado en
la universidad de la vida, a un cantante en el cuarto piso.
Por si no fuera poco, ya para largarse de un sexenio guapachoso preparó
a su alfil en la figura de su alcalde campechano, pero el que finalmente llegó
traía gran fuerza de su amigo Luis Donaldo Colosio Murrieta. Con Carlos Salinas
de Gortari no pudo el viejo cetemista y llegó Jorge Salomón Azar García, a
quien le hicieron ver su suerte durante todo el sexenio.
La semilla de la maldad estaba ya germinada y una estupidez (que raro
¿verdad?) de Layda
Elena Sansores San Román le permitió a uno de los hermanitos sacarse
el Melate y llegar aunque sin ser cierto aquello de “que se preparó 20 años
para ser gobernador”.
Un neo cacicazgo en los albores del tercer milenio se dio en Campeche
cuando por la fuerza de la imposición fue metido con calzador un contador
público que nunca ha podido negarse a nada que le fuera pedido por los
hermanitos. Qué suerte que es hombre, porque de tener otro sexo estuviera
cargado de hijos.
Sin embargo, el gobernador Constitucional número 34 de Campeche hubo de
llegar y ser el segundo que no cargaba en sus espaldas el bagaje de la estirpe.
Ortega
Bernés, llegó cuando Los Pinos ya no designaban candidatos al
gobierno del estado.
Hoy un gobierno que se esgrime Justo y Solidario busca en su tercer año
las expectativas que generó. Ese juicio corresponde a los campechanos de hoy,
que han vivido los aciertos y desaciertos de los regímenes postrevolucionarios.
Si hará más o menos que sus antecesores, si al terminar será mejor o
peor que otros o será como la mayoría, es un juicio inapelable de la historia.
Solo el de la historia, porque los campechanos juzgan a sus gobernantes todos
los días. Oficinas, calles, sitios de recreo, cantinas, bares, salones de
belleza, reuniones sociales, cafés y hasta en burdeles se comenta diariamente
la labor de un régimen.
Don Fernando
Eutimio, un ciudadano nato de la cultura del esfuerzo, a la mitad de
camino protagonizó la semana que nos antecede una ceremonia que no fue todo lo
austera que se pensaba ni todo lo republicana que se necesitaba; que tuvo de
sinodales a siete gobernadores del país, a su amiga Beatriz Paredes Rangel y al
eterno colgate Emilio
Gamboa Patrón.
En las casi dos horas entre su llegada a un centro de convenciones
repleto, desgranó un documento de escasas 13 páginas, que en forma magistral le
permitió hacer un recuento de algunas obras y acciones, pese a lo que señaló
como una limitada disponibilidad de recursos, aunque con objetivos claramente
definidos en su Plan Estatal de Desarrollo 2009-2015.
Estrategias que con mucha acción su administración busca diariamente,
minuto a minuto responder a la confianza y cumplirles a los campechanos en algo
que hizo lema al señalar que Campeche va (o sigue) en ruta hacia el Progreso.
Nadie puede regatearle a estas alturas que Ortega Bernés está resultando el
más popular de los últimos 10 gobernadores. Su carisma, acercamiento a las
clases necesitadas de toda le geografía, fueron causa y efecto del resultado de
un proceso electoral donde volvió la famosa frase (aunque antidemocrática) de
“carro completo”. Ayuntamientos, Congreso local y legislaciones federales
llevan a su partido con mayoría. Habrá que pensar si esto ocurrirá al final de
la segunda parte de su régimen. Un buen informe y más que nada aleccionador en
su esencia y circunstancias.
DESESPERACION QUE
ALUMBRA LA TORPEZA
Más le valdría seguir callado que despertar a los demonios que pueden
acabar con él y con su tranquilidad.
Resulta que Carlos Oznerol Pacheco Castro está de nuevo en
Campeche, luego de su inútil paso por la Cámara de Diputados federal donde lo
único que hizo fue cobrar elevadas dietas, prestaciones de toda índole, seguro
de gastos médicos mayores, boletos de avión redondos Campeche-México, viáticos,
gastos de representación y un largo etcétera. A cambio no hizo absolutamente
nada por Campeche, como seguramente tampoco lo harán cuanto legislador llegue a
las cámaras federales.
Lo peor del caso es que externó una estupidez: “La gente conoce ahora a
Campeche como la ciudad amurallada y destrozada, reflejo de una administración
panista en el Ayuntamiento, por lo que se debe pensar bien si se le autoriza el
financiamiento que éstos pretenden”.
Pero Oznerol
no se midió en sus estupideces dijo: “Ni en el peor momento de mi
administración por falta de recursos nos hizo crisis el tema de los servicios…”
Y ya encarrerado en sus elucubraciones consideró que “era necesario replantear
el Artículo 115 Constitucional, en el sentido de cuál debería de ser la
responsabilidad básica de un Ayuntamiento, si los servicios públicos, que es
fundamental, y las obras públicas, o ambas a la vez”.
Son tantos los asuntos pendientes que dejó Pacheco Castro que ni el mismo
sabe en dónde le salta la liebre. Por
ejemplo desde su administración se arrastra un fraude de más de medio millón de
pesos a Fonacot, señalado hace apenas un par de días por la hoy alcaldesa, en
donde se le cobraba al trabajador y nunca eran pagados estos a dicha
institución.
Se le olvida también que en su administración se pagaban las rentas de
las oficinas que ocupaban el PRI municipal y el Movimiento Territorial del
mismo partido, todo esto con recursos del erario municipal.
Asimismo, dejó la administración municipal en 2009 con un monto de deuda
que ascendía a 97 millones de pesos tan sólo a proveedores y 58 a valores
ajenos (ISR, 15 MDP; ISSSTECAM, 20 MDP; Fonacot, 4 MDP; Caja Solidaria, 3 MDP;
Seg. Metlife, 6 MDP e IMSS 10 MDP), lo cual hizo finalmente la cantidad de 155
millones de pesos
De igual forma parece olvidar que utilizaron recursos etiquetados de
Conagua para pagar bonos a directores, habiendo evidente flagrancia en desvío
de recursos, dinero que también se usó para el pago de contratistas de las
plantas tratadoras de agua de Palmas y Kobén; que al igual que el Rastro, desde
su entrega no sirvieron, situación que misteriosamente impidió que continuara
el procedimiento por ese desvío de recursos, según comentan a Jaque Mate
fuentes cercanas a los mismos.
Por otra parte, los aguinaldos correspondientes al ejercicio fiscal 2009
fueron agotados dolosamente supuestamente en pago a proveedores privilegiando al
gremio de volqueteros y al pago del ISR. Cabe recordar que su secretario Pedro Góngora
Guerrero fue señalado como propietario de varios camiones volteo que
arrendaba a la Comuna, situación que damos por sentado influyó para que no
quedaran deudas con este gremio.
Es cierto y es de todos conocido que la administración panista que entró
en funciones en el año 2009 tuvo que pedir ayuda al gobierno del Estado para el
pago de prestaciones, pero muy pocos saben que esto no fue un obsequio ya que
estos recursos finalmente les fueron descontados de sus participaciones correspondientes
a los años 2010 y 2011. Oznerol en ese entonces estaba tan nervioso
por la tanda de triquiñuelas dejadas que constantemente desde México se
mantenía informado.
Todavía a casi tres años se comienza a descubrir aquel viejo asunto de
los 150 “aviadores” de la Comuna de Pacheco Castro, mismos que Carlos Ernesto
Rosado Ruelas, inexplicablemente ocultó y hasta el momento de dejar
el cargo nunca dio a conocer, porque aprovechando la famosa Ley Campeche que le
permitió irse a un Recurso de Revisión quedando en el limbo de la transparencia
dos años seis meses a partir del 23 de agosto de 2009 y que precisamente ha
vencido en este mes y año.
Es así que a partir de esta fecha les habremos de ir dando semana tras
semana los nombres de los “pilotos suicidas” que durante el trienio de Oznerol cobraron
en el Ayuntamiento de Campeche. Veamos:
1.- Juan
Gil Muñoz, 2.- José del Carmen Buenfil Martínez, 3.- Victor Hugo
Zamorano Ruíz, (hermano
de Martha
Zamorano, esposa de Oznerol), 4.- Guadalupe Candelaria Beltrán Acosta,
(lideresa de colonia), 5.- Guadalupe Almeyda Cobos, (lideresa de
colonia), 6.- Carlos Borges Conde,
7.- María Rosario
Pérez Bates (ex regidora y quién aparece en esta lista por haber
cobrado mensualmente un bono extraordinario), 8.- Eddie Narváez Notario, (líder de
colonia), 9.- Carmelo
Salvador Jimenez, (líder de colonia), 10.- Juan Carlos González (líder del
Sindicato de los Tres Poderes), 11.- Manuel Angulo Solís, (ex priista, luego
panista y hoy de nuevo priista), 12.- Benjamín Zapata, 13 y 14.- Jorge y Eduardo Castro
Rodríguez, (hijos de Humberto Castro Buenfíl, ex diputado local y
Notario Público, a quienes por cierto les pagaban sus viajes de placer y hasta
sus maestrías), aparecen en la citada lista inclusive un par de taxistas que
tal y como se denunció en el 2009 sólo iban a cobrar su quincena sin dar un
golpe.
La falta de espacio nos impide seguir con este batallón de esforzados “aviadores” pero semana a semana habremos de darlos a conocer a todos no sin antes recordarle al oportunista ex diputado federal que “en boca cerrada no entran moscas”.
La falta de espacio nos impide seguir con este batallón de esforzados “aviadores” pero semana a semana habremos de darlos a conocer a todos no sin antes recordarle al oportunista ex diputado federal que “en boca cerrada no entran moscas”.
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