domingo, 12 de agosto de 2012


NI AUSTERA, NI REPUBLICANA

“Campeche no es una estadística, Campeche crece y está en camino por su progreso”, más que informar reprochó el gobernador del Estado Fernando Eutimio Ortega Bernés, al hacer referencia el pasado 7 de agosto en ocasión de su tercer informe de gobierno y respecto a la ficción del Producto Interno Bruto (PIB) petrolero que ha ubicado a la entidad desde hace tres décadas, lo mismo que si estuviera en los primeros lugares de desarrollo que en calidad de devastado.

En Campeche, los dos ex gobernadores recientes que han buscado meter su cuchara y estorbar de mil maneras la administración del gobierno Justo y Solidario, ya no tienen la fuerza de antes, aunque conservan los suficientes recursos económicos para continuar en la primera línea de la política local. Ello les ha permitido acomodar en las próximas legislaturas federales y estatal a sus alfiles para el proyecto 2015.

En el pasado no muy reciente siempre ha sido así. El fuego amigo de los priistas ha hecho más daño que los votos en contra. Eduardo Lavalle Urbina y Héctor Pérez Martínez se dieron hasta con la cubeta; Alberto Trueba Urbina no bajó de “maestrito de educación física” a Manuel José López Hernández; el coronel José Ortiz Avila traía en el morral suficiente chile habanero para administrárselo a Trueba Urbina y fue tanta la dosis que ni el gobierno entregó este último; Carlos “El negro” Sansores Pérez, recibió también del militar de espada virgen golpe tras golpe; “El negro” por su parte repartió golpes a diestra y siniestra contra Rafael “El chel” Rodríguez Barrera, todo ello a la sombra del socialista presidente Luis Echeverría Alvarez. Y esta ha sido la historia de nuestros gobernantes que parecen protagonistas de aquella famosa canción de “La burundanga”.

Recordemos que el principio del fin del sansorismo se dio durante un proceso electoral en el municipio de Tenabo, cuando Rosa María Martínez Denegri y su empleado Rafael Montero Romero “El fish”, compraron votos a favor de un partido distinto al PRI. Pero lo hicieron con dinero del ISSSTE. Eugenio Echeverría Castellot, con los pelos de la burra en la mano y más rápido que Usain Bolt se fue para México y le llevó al presidente las pruebas de la deslealtad. Fue el fin de una era muy difícil para los campechanos.

Parecía que Campeche comenzaría un nuevo amanecer sin la guerra sucia interna del partido en el poder. Pero todos sabemos que no fue así. Esto siguió y llegaron otros actores con nuevos estilos.

Abelardo Carrillo Zavala para que llegara “si azotó con la vara del descrédito a quien pretendía llegar”. Apoyado en dos hermanos que han hecho mucho ($) por Campeche como son los González Curi y sabiendo que Renato Sales Gasque tenía una buena amistad con el Presidente de la República,  lo bloquearon distribuyendo miles de copias de actas de nacimiento del abogado, que demostraban que había nacido en Mérida, Yucatán, aunque no aclararon que tenía más de 25 años de residencia en el Estado. El viejo carcamán Fidel Velázquez Sánchez, utilizó ese argumento y la famosa cuota cetemista para acomodar en vez de un jurista a un graduado en la universidad de la vida, a un cantante en el cuarto piso.

Por si no fuera poco, ya para largarse de un sexenio guapachoso preparó a su alfil en la figura de su alcalde campechano, pero el que finalmente llegó traía gran fuerza de su amigo Luis Donaldo Colosio Murrieta. Con Carlos Salinas de Gortari no pudo el viejo cetemista y llegó Jorge Salomón Azar García, a quien le hicieron ver su suerte durante todo el sexenio.

La semilla de la maldad estaba ya germinada y una estupidez (que raro ¿verdad?) de Layda Elena Sansores San Román le permitió a uno de los hermanitos sacarse el Melate y llegar aunque sin ser cierto aquello de “que se preparó 20 años para ser gobernador”.

Un neo cacicazgo en los albores del tercer milenio se dio en Campeche cuando por la fuerza de la imposición fue metido con calzador un contador público que nunca ha podido negarse a nada que le fuera pedido por los hermanitos. Qué suerte que es hombre, porque de tener otro sexo estuviera cargado de hijos.

Sin embargo, el gobernador Constitucional número 34 de Campeche hubo de llegar y ser el segundo que no cargaba en sus espaldas el bagaje de la estirpe. Ortega Bernés, llegó cuando Los Pinos ya no designaban candidatos al gobierno del estado.

Hoy un gobierno que se esgrime Justo y Solidario busca en su tercer año las expectativas que generó. Ese juicio corresponde a los campechanos de hoy, que han vivido los aciertos y desaciertos de los regímenes postrevolucionarios.

Si hará más o menos que sus antecesores, si al terminar será mejor o peor que otros o será como la mayoría, es un juicio inapelable de la historia. Solo el de la historia, porque los campechanos juzgan a sus gobernantes todos los días. Oficinas, calles, sitios de recreo, cantinas, bares, salones de belleza, reuniones sociales, cafés y hasta en burdeles se comenta diariamente la labor de un régimen.
Don Fernando Eutimio, un ciudadano nato de la cultura del esfuerzo, a la mitad de camino protagonizó la semana que nos antecede una ceremonia que no fue todo lo austera que se pensaba ni todo lo republicana que se necesitaba; que tuvo de sinodales a siete gobernadores del país, a su amiga Beatriz Paredes Rangel y al eterno colgate Emilio Gamboa Patrón.

En las casi dos horas entre su llegada a un centro de convenciones repleto, desgranó un documento de escasas 13 páginas, que en forma magistral le permitió hacer un recuento de algunas obras y acciones, pese a lo que señaló como una limitada disponibilidad de recursos, aunque con objetivos claramente definidos en su Plan Estatal de Desarrollo 2009-2015.

Estrategias que con mucha acción su administración busca diariamente, minuto a minuto responder a la confianza y cumplirles a los campechanos en algo que hizo lema al señalar que Campeche va (o sigue) en ruta hacia el Progreso.

Nadie puede regatearle a estas alturas que Ortega Bernés está resultando el más popular de los últimos 10 gobernadores. Su carisma, acercamiento a las clases necesitadas de toda le geografía, fueron causa y efecto del resultado de un proceso electoral donde volvió la famosa frase (aunque antidemocrática) de “carro completo”. Ayuntamientos, Congreso local y legislaciones federales llevan a su partido con mayoría. Habrá que pensar si esto ocurrirá al final de la segunda parte de su régimen. Un buen informe y más que nada aleccionador en su esencia y circunstancias.


DESESPERACION QUE ALUMBRA LA TORPEZA

Más le valdría seguir callado que despertar a los demonios que pueden acabar con él y con su tranquilidad.

Resulta que Carlos Oznerol Pacheco Castro está de nuevo en Campeche, luego de su inútil paso por la Cámara de Diputados federal donde lo único que hizo fue cobrar elevadas dietas, prestaciones de toda índole, seguro de gastos médicos mayores, boletos de avión redondos Campeche-México, viáticos, gastos de representación y un largo etcétera. A cambio no hizo absolutamente nada por Campeche, como seguramente tampoco lo harán cuanto legislador llegue a las cámaras federales.

Lo peor del caso es que externó una estupidez: “La gente conoce ahora a Campeche como la ciudad amurallada y destrozada, reflejo de una administración panista en el Ayuntamiento, por lo que se debe pensar bien si se le autoriza el financiamiento que éstos pretenden”.

Pero Oznerol no se midió en sus estupideces dijo: “Ni en el peor momento de mi administración por falta de recursos nos hizo crisis el tema de los servicios…” Y ya encarrerado en sus elucubraciones consideró que “era necesario replantear el Artículo 115 Constitucional, en el sentido de cuál debería de ser la responsabilidad básica de un Ayuntamiento, si los servicios públicos, que es fundamental, y las obras públicas, o ambas a la vez”.

Son tantos los asuntos pendientes que dejó Pacheco Castro que ni el mismo sabe en dónde le salta la liebre.  Por ejemplo desde su administración se arrastra un fraude de más de medio millón de pesos a Fonacot, señalado hace apenas un par de días por la hoy alcaldesa, en donde se le cobraba al trabajador y nunca eran pagados estos a dicha institución.

Se le olvida también que en su administración se pagaban las rentas de las oficinas que ocupaban el PRI municipal y el Movimiento Territorial del mismo partido, todo esto con recursos del erario municipal.

Asimismo, dejó la administración municipal en 2009 con un monto de deuda que ascendía a 97 millones de pesos tan sólo a proveedores y 58 a valores ajenos (ISR, 15 MDP; ISSSTECAM, 20 MDP; Fonacot, 4 MDP; Caja Solidaria, 3 MDP; Seg. Metlife, 6 MDP e IMSS 10 MDP), lo cual hizo finalmente la cantidad de 155 millones de pesos

De igual forma parece olvidar que utilizaron recursos etiquetados de Conagua para pagar bonos a directores, habiendo evidente flagrancia en desvío de recursos, dinero que también se usó para el pago de contratistas de las plantas tratadoras de agua de Palmas y Kobén; que al igual que el Rastro, desde su entrega no sirvieron, situación que misteriosamente impidió que continuara el procedimiento por ese desvío de recursos, según comentan a Jaque Mate fuentes cercanas a los mismos.

Por otra parte, los aguinaldos correspondientes al ejercicio fiscal 2009 fueron agotados dolosamente supuestamente en pago a proveedores privilegiando al gremio de volqueteros y al pago del ISR. Cabe recordar que su secretario Pedro Góngora Guerrero fue señalado como propietario de varios camiones volteo que arrendaba a la Comuna, situación que damos por sentado influyó para que no quedaran deudas con este gremio.

Es cierto y es de todos conocido que la administración panista que entró en funciones en el año 2009 tuvo que pedir ayuda al gobierno del Estado para el pago de prestaciones, pero muy pocos saben que esto no fue un obsequio ya que estos recursos finalmente les fueron descontados de sus participaciones correspondientes a los años 2010 y 2011. Oznerol en ese entonces estaba tan nervioso por la tanda de triquiñuelas dejadas que constantemente desde México se mantenía informado.

Todavía a casi tres años se comienza a descubrir aquel viejo asunto de los 150 “aviadores” de la Comuna de Pacheco Castro, mismos que Carlos Ernesto Rosado Ruelas, inexplicablemente ocultó y hasta el momento de dejar el cargo nunca dio a conocer, porque aprovechando la famosa Ley Campeche que le permitió irse a un Recurso de Revisión quedando en el limbo de la transparencia dos años seis meses a partir del 23 de agosto de 2009 y que precisamente ha vencido en este mes y año.

Es así que a partir de esta fecha les habremos de ir dando semana tras semana los nombres de los “pilotos suicidas” que durante el trienio de Oznerol cobraron en el Ayuntamiento de Campeche. Veamos:

1.- Juan Gil Muñoz, 2.- José del Carmen Buenfil Martínez, 3.- Victor Hugo Zamorano Ruíz, (hermano de Martha Zamorano, esposa de Oznerol), 4.- Guadalupe Candelaria Beltrán Acosta, (lideresa de colonia), 5.- Guadalupe Almeyda Cobos, (lideresa de colonia), 6.- Carlos Borges Conde, 7.- María Rosario Pérez Bates (ex regidora y quién aparece en esta lista por haber cobrado mensualmente un bono extraordinario), 8.- Eddie Narváez Notario, (líder de colonia), 9.- Carmelo Salvador Jimenez, (líder de colonia), 10.- Juan Carlos González (líder del Sindicato de los Tres Poderes), 11.- Manuel Angulo Solís, (ex priista, luego panista y hoy de nuevo priista), 12.- Benjamín Zapata, 13 y 14.- Jorge y Eduardo Castro Rodríguez, (hijos de Humberto Castro Buenfíl, ex diputado local y Notario Público, a quienes por cierto les pagaban sus viajes de placer y hasta sus maestrías), aparecen en la citada lista inclusive un par de taxistas que tal y como se denunció en el 2009 sólo iban a cobrar su quincena sin dar un golpe.

La falta de espacio nos impide seguir con este batallón de esforzados “aviadores” pero semana a semana habremos de darlos a conocer a todos no sin antes recordarle al oportunista ex diputado federal que “en boca cerrada no entran moscas”.

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