domingo, 22 de abril de 2012


CARTA DEL “PLATILLO VOLADOR” AL ARQUI

Señor diputado plurinominal:

Soy ya un viejo edificio público en donde tiene asiento el Poder Legislativo del Estado, uno de los tres poderes que conforman la estructura constitucional de Campeche. Casi medio siglo de ser el reducto de los representantes del pueblo, construido bajo la bota militar del coronel José Ortiz Avila, la mano más dura para gobernar esta entidad.

Hoy, ante tanto desmadre de los que han pasado por mi vientre, me veo impulsado a enviarle esta carta, advirtiéndole que no me mueve la pasión por ningún partido político. Soy desde mi construcción apolítico y agnóstico aunque si reflexivo.

Los edificios que me acompañan en mi “vida” son los vecinos del Ejecutivo y el asiento municipal, con los que a veces suelo comentar lo que dentro de mis entrañas sucede.

Quizá por ello y para preservar mi “vida” me tomo la libertad que me da presuntamente ese pobre ente llamado el pueblo, la ciudadanía y muchos etcéteras. Los dioses sin duda buenos, no vengativos, aunque si celosos y a veces justicieros.

Por ejemplo cada tres años sufro al ver llegar a 35 zánganos que investidos del cargo de diputados locales entran con muchas ganas a gastar energía eléctrica, servicios diversos (las mujeres son las más uixonas) y acompañados de decenas de ayudantes, de un viejo que se hace nombrar como el diputado 36 pero la verdad no tiene oficio ni beneficio y no aporta nada, ¡ahh! se me olvidaba, también llegan con ellos una fauna de acompañamiento que con cámaras, grabadoras, libretitas y otros menesteres hacen como que trabajan, toman su “mejor ángulo” a sus diputados “preseleccionados” y así cada dos días a la semana (usted está exigiendo tres) llevan a cabo lo que llaman sesiones.

Señor arqui, aprovecho para felicitarlo que al fin se le haya hecho el milagrito de llegar a la oficinota que está en mis entrañas y que alberga al pastor de cuando menos media borregada de flojos muy bien pagados. Se que brincó de gusto cuando al diputado Víctor Méndez Lanz, su benefactor Emilio Gamboa Patrón no le ofreció esta vez ni agua y, saltador mortal sin red y conocedor de que vivir fuera del presupuesto es vivir en el error, le dijo al inquilino mayor del edificio contiguo que le diera lo que fuera y en un santiamén se largó.

Hoy, arqui, ya podrá lucir sus guayaberas blanquísimas, impolutas como su conciencia. Unicamente le debe pedir a su sastre que le ajuste el largo de las mangas, porque a la distancia y en las fotografías y vídeos parece ---nada más parece--- que tiene las manos quebradas.

Señor presidente de la “gran omisión” muchos de los que en mi espacio albergo cuchichean  que le dejaron un platillo de segunda mesa, pero yo creo que su verdadera labor está por verse; habida cuenta de que como buena ama de casa, los mejores platillos para su grupo (el docenato) están en la congeladora.

Solamente mi arqui que hay que ser muy selectivos y cuidadosos, porque la oposición ---lo que queda de ella---, luego de la desbandada electoral, tiene la mente muy reducida y la mano muy larga. Lo que le van a pedir lo pueden dejar sin recursos para el gran golpe final y ya sabemos que un Congreso pobre, es un pobre Congreso.

Mi arqui, desde su discurso como pastor de relleno, afirmó que su labor diaria sería sacar los asuntos pendientes en existencia en el legislativo, aunque no pocos de los diputados que se quedaron por falta de barco, consideran que este último período será una regresión.

He escuchado que mi vecino de enfrente (cruzando la calle 8) un día de 1991, usted vivió un pasaje histórico en ese sitio y que lloró junto con usted cuando Guadalupe de la Candelaria Beltrán y un grupo de lideresas, acompañadas de decenas de colonos maiceados llegaron en tropel a las puertas del Pedro Baranda a pedir su presencia. Usted mandó a sus achichincles para frenarlas, pero la multitud pedía a gritos su presencia. El escándalo aumentó.

Usted tímidamente se asomó a través de las cortinas del balcón principal y exclamó: ¡Jesús, esto no me lo esperaba! La lideresa Beltrán le alcanzó a ver y gritó a voz en cuello: “Arquitecto, qué vamos a hacer, porque Jorge Salomón ya está por llegar de México y viene como el candidato oficial del PRI y de Carlos Salinas para gobernador del Estado”.

Yo me asombré ---a la distancia--- del viso que tomaron los acontecimientos y alcancé a ver a dos de sus achichincles parados en la puerta de la cochera del Ayuntamiento, ese que usted remodeló para estrenarlo, platicando con Lupilla Beltrán y dos de sus lideresas. Las instrucciones según mi amigo el edificio de enfrente fueron tajantes: “hay que tomar el partido, Tony ya fue avisado y tiene instrucciones de sacar sus cosas personales”. Luego me enteré que las bilis se le derramaron a doña Candelaria y se vomitó en todo el escritorio de su hermanito.

Es verdad que ustedes los árabes no tienen la misma sensibilidad que los nativos de esta tierra, por ello apechugaron y fueron preparando el siguiente golpe. Ese había sido fallido.

Y hablando de golpes mi arqui, se infiere ---hasta los platillos voladores como yo tenemos esa virtud---, que hay empresarios a los que usted encabeza que quieren darle otra cara a la política. La cara de que la política es su mayor empresa. Ya se que me puede decir que esa siempre ha sido así, que la política es su gran negocio. Pero esta vez puede ir en serio: quieren como socios al pueblo y como campo de inversión los problemas de la sociedad.

Arquitecto, usted y su grupo son empresarios que quieren voltear la hoja, que han sido aparentemente incondicionales del gobernador en turno, pero a todo mundo consta que eso solo aconteció en el sexenio de su hermanito y en el de su mandandero sucesor, en el docenato, pues.

Los vientos de la vida son misteriosos arqui. Hoy usted se encuentra dulcificando su imagen de demonio furibundo que le dejaron sentado en una curul dos años y medio, treinta meses sin ton ni son viendo los toros desde la barrera y solo un semestre para estar como cabeza de la “gran omisión”. Aunque a decir verdad lo suyo es trabajar bajo el agua, tirar la piedra y esconder la mano, elaborar proyectos y dejárselo al loquito de su hermanito para que los ejecute y a su cuñado Jaimito para que cobre, como es el caso de las obras de la Plaza de la República que fueron aumentadas en costo al doble y siguen sin terminarse. La prosopopeya, la oratoria política, ni siquiera las primeras palabras para no matar un sueño no es lo suyo.

Arquitecto, en este “tsunami” donde la playa está en el mar, y el mar donde debe estar la playa, ya todo cambió. Ya no hay un punto (dije punto) inamovible, una trayectoria perpetua que nos oriente. Y aunque dicen que el PRI no cambia; es inmutable, nombres vienen, nombres van, pero en el carapacho y el intestino todo sigue igual que cuando Oznerol y Carlos Felipe. Usted está sentado en esa misma silla.

Arqui, la peor diligencia es la que no se hace ¡cuántas veces el éxito está pavimentado de riesgos! Paris (o la grandeza) bien vale una misa y Campeche un Te Deum de miembros del docenato.

El segundo período ordinario del tercer año constitucional de la LX Legislatura, quien se llevó la quinta y los mangos fue el que le antecedió en el cargo, y que hoy está sentado a la diestra del dueño del edificio vecino, aunque sabemos que solo para vegetar.

Las licencias de Víctor, de Ana Martha, de Rocío, de Landy de Candelario, de Fernando Manuel y hasta de Ana Graciela eran de esperarse.

Y cuidado mi arqui, usted se quedó no para remedar entuertos, ni para preparar el camino de nadie, porque quien llegaría no se sienta un su misma mesa. Su labor es solo de quien se queda para que la casa no sea habitada por fantasmas.

Hay por ahí, en mis húmedos archivos una serie de iniciativas para reformar diversos numerales de la Constitución Política del Estado de Campeche, promovidos por la Comisión de Derechos Humanos; de una aclaración pendiente del porqué de la mini huelguita del diputado Cisneros, que estuvo un tiempo en un resort de Kobén y que al parecer tenía Sed(ico), mucha Sed(esore); de que Campeche, al igual que Puebla y Morelos, así como a nivel federal existe el riesgo de que se aprueban reformas legales que serían un retroceso en materia de transparencia, esa que a usted no le gusta mucho. De ello tiene temor la Conferencia Mexicana de Acceso a la Información Pública (Comaip); de una modificación que en México no se quiere porque el Estado laico sigue y debe seguir vigente desde las leyes de Reforma de Juárez. El artículo 24 de la Carta Magna debe quedar igual y usted no debe en aras de nada buscarle ruido a un chicharrón ya muy rancio.

Finalmente mi arqui, su calidad de presidente de la “gran omisión” no lo faculta para recomendar y preparar el camino de retorno a esa señora que hizo de las suyas en el Instituto Electoral del Estado de Campeche, Celina Castillo Cervera, a quien usted considera la idónea para encabezar la Cotaipec, volviendo de nuevo a los tiempos del docenato, porque usted no ignora y si lo hace, se hace pendejo. Le recuerdo que lo que la señora sabe de pasadas elecciones es muy su pedo, ella ya cobró y muy bien por ello; lo demás es solo historia y no se debe incrustar en un cargo tan importante como es el control de la transparencia y la información pública.

Si la señora tiene fijaciones con el primo político de usted, Gonzalo Bojórquez Risueño es otra cosa, pero no debe ser óbice de tomar posesión de un cargo de esa naturaleza. Y se lo digo porque  es precisamente el Congreso con las dos terceras partes de sus diputados las que elegirán el próximo mes de mayo al sucesor de Bojórquez Risueño.

Arquitecto, tengo la ligera sospecha de que la demanda del Partido del Trabajo instaurada por el abogado Ramayo, por aquel asunto que usted bien conoce, al igual que Jorge Carlos Hurtado Valdez y Víctor Santiago Pérez Aguilar, y que originó la debacle del Grupo Mall, tenga un serio tropiezo por estar al frente de ese Disgreso una persona que fue parte medular de la tercera llegada de los españoles a esta tierra. (La segunda fue la de los Mouriño). Si tiene voluntad debe cumplir como juez y no como parte del litigio, entonces permita que esa demanda sea manejada en comisiones por la oposición y que siga sus cauces normales hasta su conclusión.

¡Ahh! se me olvidaba. No deseo para nada que me sigan colgando diademitas en mi estructura y, peor aún, con los altos costos que una razón social muy conocida de usted, le facturó a la anterior administración. Y peor aún con los colorcitos morado, verde, etc. que me hacen aparecer a la vista de propios y extraños como un edificio gay..


COMENTARIO SOBRE LA ELECCION DE 1997

Por considerarlo de interés para nuestros lectores, damos a conocer una opinión que Jaque Mate considera importante para acercarnos a la verdad de un fraude electoral como fue la elección para gobernador del año 1997.

Amigo:
Lamento mucho que no se puedan dejar comentarios en tu blog. Lo intenté tres veces y las mismas ocasiones solo me perdió mi información.

Tengo especial interés en aclarar lo que se dice de mi en la conclusión del asunto relacionado con las elecciones de 1997 (solo en el caso de la gubernatura). Y aun cuando no me perjudica en lo más mínimo, creo que es importante subrayar que yo nunca estuve en ese cuarto de guerra.

Lo único cierto es que estuve en el Estado de Guanajuato como delegado metropolitano de la Profeco y esto fue mucho antes de que esto ocurriera. Tal vez tus señalamientos puedan originar denuestos al pensar que me quiero guindar esa medallita, y en esa parte, honor (,) a quien honor merece.

Sin embargo, te refiero que hay cosas más interesantes que no te contaron porque las desconocen quienes hablaron sobre el tema, ya que ellos se sumaron (al grupo) con el paso del tiempo. La lucha la inicié desde 1990 en el interior del PRI, ante la nula atención que se prestaba a la militancia por parte de quienes conducían ese partido (en Campeche).

Las tareas las arranqué con un grupo de universitarios con quienes integré la organización social “Campechanos en Movimiento”, y por cierto ni uno de los que mencionaste en tu columna (Jaque Mate) estuvo con nosotros. Ellos se sumaron años más tarde y trabajaron en coordinación con nosotros, cuando el pastel (Layda), ya estaba listo para meter al horno.

Más adelante, en 1994, decidí salir al interior del Estado para integrar una estructura territorial. Arrancamos trabajar en Candelaria, en una asamblea que nos motivó mucho porque solo asistieron cinco líderes sociales y dos pobladores del lugar. Me acompañaron en ese entonces, un líder de Champotón, dos líderes juveniles y una lideresa campesina del Camino Real.

Con el paso del tiempo, logramos poner en movimiento a decenas de miles de campechanos en todo el Estado, entre profesionistas, obreros y campesinos. No importó clase social y mucho menos ideología; nos unió el ideal de lograr un cambio, sobre todo de actitudes; nuestra lucha fue por el “Despertar del Pueblo”.

No teníamos candidato a ningún cargo. En el año 1997, por decisión de los militantes optamos por la entonces senadora Layda Sansores San Román.

Efectivamente, a lo largo de ese proceso electoral, registramos muchos errores, muchas fallas, pero todas generadas por gente infiltrada que llegó a transmitir intrigas palaciegas que buscaron y lograron cumplir la orden: “Acabar con la fuerza de Layda Sansores”.

Los verdaderos cabecillas del inicio de esa lucha no aparecen por ningún lado en tu columna, y es lamentable porque fueron muchos años de trabajo, esfuerzo y participación económica de todos para lograr el objetivo: Consolidar el grupo en toda la geografía estatal Campechanos en Movimiento, la organización original, la que presidida por un servidor logró convertirse en la primera agrupación política estatal de Campeche, sostuvo bajo sus hombros esa tarea y debo reconocer que buen número de sus integrantes tal y como se proyectó desde el inicio lograron ser diputados locales, regidores, alcaldes y uno que otro vivo se aprovechó del momento para escalar peldaños que no aparecían en su agenda, porque nunca pensaron en algo parecido al grupo.

Lo demás de lo sufrido lo tengo en la memoria y cuando quieras la refrescamos para que conozcas tu y los campechanos a los verdaderos protagonistas de esa historia y tal vez, los menos beneficiados.

Te agradezco de manera personal tus comentarios. Creo que encontraste a los menos indicados para conocer esta etapa de la política de Campeche.

Te saluda cordialmente tu amigo Manuel Acuña López.


PLAGA EN EL MALECON

En estos días de vacaciones fue visto personal de Sanidad Vegetal monitoreando las palmáceas del malecón de nuestra ciudad. Al preguntarles a ese personal qué hacían, dijeron ---con reservas--- que llegó una plaga de ácaros proveniente del Caribe, que se traslada en automóviles, ropa, pelo humano y de mascotas, principalmente turistas.

Que el ácaro es diminuto y que si no se le combate pronto va a acabar con esa vegetación como sucedió años atrás con el amarillamiento letal del cocotero que, prácticamente acabó con ese otro tipo de palmáceas.

Sanidad Vegetal indicó que este patógeno vegetal ya fue reportado a la Secretaría de Desarrollo Rural (SDR) y a la SAGARPA, dependencias estatal y federal que con las manos en la cintura señalaron que se carecía de fondos.

O sea que LVM que esa plaga destruya las palmas del malecón y las demás diseminadas en la entidad en dos o tres años a lo sumo. Tal vez el abuelo Febo y Mincho se lo tienen calladito y no hacen nada para evitarlo.

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