CARTA DEL “PLATILLO
VOLADOR” AL ARQUI
Señor diputado
plurinominal:
Soy ya un viejo edificio público en donde tiene asiento el Poder
Legislativo del Estado, uno de los tres poderes que conforman la estructura
constitucional de Campeche. Casi medio siglo de ser el reducto de los
representantes del pueblo, construido bajo la bota militar del coronel José Ortiz
Avila, la mano más dura para gobernar esta entidad.
Hoy, ante tanto desmadre de los que han pasado por mi vientre, me veo
impulsado a enviarle esta carta, advirtiéndole que no me mueve la pasión por
ningún partido político. Soy desde mi construcción apolítico y agnóstico aunque
si reflexivo.
Los edificios que me acompañan en mi “vida” son los vecinos del
Ejecutivo y el asiento municipal, con los que a veces suelo comentar lo que
dentro de mis entrañas sucede.
Quizá por ello y para preservar mi “vida” me tomo la libertad que me da
presuntamente ese pobre ente llamado el pueblo, la ciudadanía y muchos
etcéteras. Los dioses sin duda buenos, no vengativos, aunque si celosos y a
veces justicieros.
Por ejemplo cada tres años sufro al ver llegar a 35 zánganos que
investidos del cargo de diputados locales entran con muchas ganas a gastar
energía eléctrica, servicios diversos (las mujeres son las más uixonas) y
acompañados de decenas de ayudantes, de un viejo que se hace nombrar como el
diputado 36 pero la verdad no tiene oficio ni beneficio y no aporta nada, ¡ahh!
se me olvidaba, también llegan con ellos una fauna de acompañamiento que con
cámaras, grabadoras, libretitas y otros menesteres hacen como que trabajan,
toman su “mejor ángulo” a sus diputados “preseleccionados” y así cada dos días
a la semana (usted está exigiendo tres) llevan a cabo lo que llaman sesiones.
Señor arqui, aprovecho para felicitarlo que al fin se le haya hecho el
milagrito de llegar a la oficinota que está en mis entrañas y que alberga al
pastor de cuando menos media borregada de flojos muy bien pagados. Se que
brincó de gusto cuando al diputado Víctor Méndez Lanz, su benefactor Emilio Gamboa
Patrón no le ofreció esta vez ni agua y, saltador mortal sin red y
conocedor de que vivir fuera del presupuesto es vivir en el error, le dijo al
inquilino mayor del edificio contiguo que le diera lo que fuera y en un
santiamén se largó.
Hoy, arqui, ya podrá lucir sus guayaberas blanquísimas, impolutas como
su conciencia. Unicamente le debe pedir a su sastre que le ajuste el largo de
las mangas, porque a la distancia y en las fotografías y vídeos parece ---nada
más parece--- que tiene las manos quebradas.
Señor presidente de la “gran omisión” muchos de los que en mi espacio
albergo cuchichean que le dejaron un
platillo de segunda mesa, pero yo creo que su verdadera labor está por verse;
habida cuenta de que como buena ama de casa, los mejores platillos para su
grupo (el docenato) están en la congeladora.
Solamente mi arqui que hay que ser muy selectivos y cuidadosos, porque
la oposición ---lo que queda de ella---, luego de la desbandada electoral,
tiene la mente muy reducida y la mano muy larga. Lo que le van a pedir lo
pueden dejar sin recursos para el gran golpe final y ya sabemos que un Congreso
pobre, es un pobre Congreso.
Mi arqui, desde su discurso como pastor de relleno, afirmó que su labor
diaria sería sacar los asuntos pendientes en existencia en el legislativo,
aunque no pocos de los diputados que se quedaron por falta de barco, consideran
que este último período será una regresión.
He escuchado que mi vecino de enfrente (cruzando la calle 8) un día de
1991, usted vivió un pasaje histórico en ese sitio y que lloró junto con usted
cuando Guadalupe
de la Candelaria Beltrán y un grupo de lideresas, acompañadas de
decenas de colonos maiceados llegaron en tropel a las puertas del Pedro Baranda
a pedir su presencia. Usted mandó a sus achichincles para frenarlas, pero la
multitud pedía a gritos su presencia. El escándalo aumentó.
Usted tímidamente se asomó a través de las cortinas del balcón principal
y exclamó: ¡Jesús, esto no me lo esperaba! La lideresa Beltrán le alcanzó a ver
y gritó a voz en cuello: “Arquitecto, qué vamos a hacer, porque Jorge Salomón
ya está por llegar de México y viene como el candidato oficial del PRI y de Carlos Salinas
para gobernador del Estado”.
Yo me asombré ---a la distancia--- del viso que tomaron los
acontecimientos y alcancé a ver a dos de sus achichincles parados en la puerta
de la cochera del Ayuntamiento, ese que usted remodeló para estrenarlo,
platicando con Lupilla
Beltrán y dos de sus lideresas. Las instrucciones según mi amigo el
edificio de enfrente fueron tajantes: “hay que tomar el partido, Tony
ya fue avisado y tiene instrucciones de sacar sus cosas personales”. Luego me
enteré que las bilis se le derramaron a doña Candelaria y se vomitó en todo
el escritorio de su hermanito.
Es verdad que ustedes los árabes no tienen la misma sensibilidad que los
nativos de esta tierra, por ello apechugaron y fueron preparando el siguiente
golpe. Ese había sido fallido.
Y hablando de golpes mi arqui, se infiere ---hasta los platillos
voladores como yo tenemos esa virtud---, que hay empresarios a los que usted
encabeza que quieren darle otra cara a la política. La cara de que la política
es su mayor empresa. Ya se que me puede decir que esa siempre ha sido así, que
la política es su gran negocio. Pero esta vez puede ir en serio: quieren como
socios al pueblo y como campo de inversión los problemas de la sociedad.
Arquitecto, usted y su grupo son empresarios que quieren voltear la
hoja, que han sido aparentemente incondicionales del gobernador en turno, pero
a todo mundo consta que eso solo aconteció en el sexenio de su hermanito y en
el de su mandandero sucesor, en el docenato, pues.
Los vientos de la vida son misteriosos arqui. Hoy usted se encuentra dulcificando
su imagen de demonio furibundo que le dejaron sentado en una curul dos años y
medio, treinta meses sin ton ni son viendo los toros desde la barrera y solo un
semestre para estar como cabeza de la “gran omisión”. Aunque a decir verdad lo suyo
es trabajar bajo el agua, tirar la piedra y esconder la mano, elaborar
proyectos y dejárselo al loquito de su hermanito para que los ejecute y a su
cuñado Jaimito
para que cobre, como es el caso de las obras de la Plaza de la República que
fueron aumentadas en costo al doble y siguen sin terminarse. La prosopopeya, la
oratoria política, ni siquiera las primeras palabras para no matar un sueño no
es lo suyo.
Arquitecto, en este “tsunami” donde la playa está en el mar, y el mar
donde debe estar la playa, ya todo cambió. Ya no hay un punto (dije punto)
inamovible, una trayectoria perpetua que nos oriente. Y aunque dicen que el PRI
no cambia; es inmutable, nombres vienen, nombres van, pero en el carapacho y el
intestino todo sigue igual que cuando Oznerol y Carlos Felipe. Usted está sentado en esa misma
silla.
Arqui, la peor diligencia es la que no se hace ¡cuántas veces el éxito
está pavimentado de riesgos! Paris (o la grandeza) bien vale una misa y
Campeche un Te Deum de miembros del docenato.
El segundo período ordinario del tercer año constitucional de la LX
Legislatura, quien se llevó la quinta y los mangos fue el que le antecedió en
el cargo, y que hoy está sentado a la diestra del dueño del edificio vecino,
aunque sabemos que solo para vegetar.
Las licencias de Víctor, de Ana Martha, de Rocío,
de Landy
de Candelario,
de Fernando
Manuel y hasta de Ana Graciela eran de esperarse.
Y cuidado mi arqui, usted se quedó no para remedar entuertos, ni para
preparar el camino de nadie, porque quien llegaría no se sienta un su misma
mesa. Su labor es solo de quien se queda para que la casa no sea habitada por
fantasmas.
Hay por ahí, en mis húmedos archivos una serie de iniciativas para
reformar diversos numerales de la Constitución Política del Estado de Campeche,
promovidos por la Comisión de Derechos Humanos; de una aclaración pendiente del
porqué de la mini huelguita del diputado Cisneros, que estuvo un tiempo en un resort de
Kobén y que al parecer tenía Sed(ico), mucha Sed(esore); de que Campeche, al
igual que Puebla y Morelos, así como a nivel federal existe el riesgo de que se
aprueban reformas legales que serían un retroceso en materia de transparencia,
esa que a usted no le gusta mucho. De ello tiene temor la Conferencia Mexicana
de Acceso a la Información Pública (Comaip); de una modificación que en México
no se quiere porque el Estado laico sigue y debe seguir vigente desde las leyes
de Reforma de Juárez. El artículo 24 de la Carta Magna debe quedar igual y
usted no debe en aras de nada buscarle ruido a un chicharrón ya muy rancio.
Finalmente mi arqui, su calidad de presidente de la “gran omisión” no lo
faculta para recomendar y preparar el camino de retorno a esa señora que hizo
de las suyas en el Instituto Electoral del Estado de Campeche, Celina Castillo
Cervera, a quien usted considera la idónea para encabezar la
Cotaipec, volviendo de nuevo a los tiempos del docenato, porque usted no ignora
y si lo hace, se hace pendejo. Le recuerdo que lo que la señora sabe de pasadas
elecciones es muy su pedo, ella ya cobró y muy bien por ello; lo demás es solo
historia y no se debe incrustar en un cargo tan importante como es el control
de la transparencia y la información pública.
Si la señora tiene fijaciones con el primo político de usted, Gonzalo Bojórquez
Risueño es otra cosa, pero no debe ser óbice de tomar posesión de un
cargo de esa naturaleza. Y se lo digo porque
es precisamente el Congreso con las dos terceras partes de sus diputados
las que elegirán el próximo mes de mayo al sucesor de Bojórquez Risueño.
Arquitecto, tengo la ligera sospecha de que la demanda del Partido del
Trabajo instaurada por el abogado Ramayo, por aquel asunto que usted bien
conoce, al igual que Jorge Carlos Hurtado Valdez y Víctor Santiago
Pérez Aguilar, y que originó la debacle del Grupo Mall, tenga un
serio tropiezo por estar al frente de ese Disgreso una persona que fue parte
medular de la tercera llegada de los españoles a esta tierra. (La segunda fue
la de los Mouriño). Si tiene voluntad debe cumplir como juez y no como parte
del litigio, entonces permita que esa demanda sea manejada en comisiones por la
oposición y que siga sus cauces normales hasta su conclusión.
¡Ahh! se me olvidaba. No deseo para nada que me sigan colgando
diademitas en mi estructura y, peor aún, con los altos costos que una razón
social muy conocida de usted, le facturó a la anterior administración. Y peor
aún con los colorcitos morado, verde, etc. que me hacen aparecer a la vista de
propios y extraños como un edificio gay..
COMENTARIO SOBRE LA
ELECCION DE 1997
Por considerarlo de interés para nuestros lectores, damos a conocer una
opinión que Jaque
Mate considera importante para acercarnos a la verdad de un fraude
electoral como fue la elección para gobernador del año 1997.
Amigo:
Lamento mucho que no se puedan dejar comentarios en tu blog. Lo intenté
tres veces y las mismas ocasiones solo me perdió mi información.
Tengo especial interés en aclarar lo que se dice de mi en la conclusión
del asunto relacionado con las elecciones de 1997 (solo en el caso de la
gubernatura). Y aun cuando no me perjudica en lo más mínimo, creo que es
importante subrayar que yo nunca estuve en ese cuarto de guerra.
Lo único cierto es que estuve en el Estado de Guanajuato como delegado
metropolitano de la Profeco y esto fue mucho antes de que esto ocurriera. Tal
vez tus señalamientos puedan originar denuestos al pensar que me quiero guindar
esa medallita, y en esa parte, honor (,) a quien honor merece.
Sin embargo, te refiero que hay cosas más interesantes que no te
contaron porque las desconocen quienes hablaron sobre el tema, ya que ellos se
sumaron (al grupo) con el paso del tiempo. La lucha la inicié desde 1990 en el
interior del PRI, ante la nula atención que se prestaba a la militancia por
parte de quienes conducían ese partido (en Campeche).
Las tareas las arranqué con un grupo de universitarios con quienes
integré la organización social “Campechanos en Movimiento”, y por cierto ni uno
de los que mencionaste en tu columna (Jaque Mate) estuvo con nosotros. Ellos se
sumaron años más tarde y trabajaron en coordinación con nosotros, cuando el
pastel (Layda),
ya estaba listo para meter al horno.
Más adelante, en 1994, decidí salir al interior del Estado para integrar
una estructura territorial. Arrancamos trabajar en Candelaria, en una asamblea
que nos motivó mucho porque solo asistieron cinco líderes sociales y dos
pobladores del lugar. Me acompañaron en ese entonces, un líder de Champotón,
dos líderes juveniles y una lideresa campesina del Camino Real.
Con el paso del tiempo, logramos poner en movimiento a decenas de miles
de campechanos en todo el Estado, entre profesionistas, obreros y campesinos.
No importó clase social y mucho menos ideología; nos unió el ideal de lograr un
cambio, sobre todo de actitudes; nuestra lucha fue por el “Despertar del
Pueblo”.
No teníamos candidato a ningún cargo. En el año 1997, por decisión de
los militantes optamos por la entonces senadora Layda Sansores San Román.
Efectivamente, a lo largo de ese proceso electoral, registramos muchos
errores, muchas fallas, pero todas generadas por gente infiltrada que llegó a
transmitir intrigas palaciegas que buscaron y lograron cumplir la orden:
“Acabar con la fuerza de Layda Sansores”.
Los verdaderos cabecillas del inicio de esa lucha no aparecen por ningún
lado en tu columna, y es lamentable porque fueron muchos años de trabajo,
esfuerzo y participación económica de todos para lograr el objetivo: Consolidar
el grupo en toda la geografía estatal Campechanos en Movimiento, la organización
original, la que presidida por un servidor logró convertirse en la primera
agrupación política estatal de Campeche, sostuvo bajo sus hombros esa tarea y
debo reconocer que buen número de sus integrantes tal y como se proyectó desde
el inicio lograron ser diputados locales, regidores, alcaldes y uno que otro
vivo se aprovechó del momento para escalar peldaños que no aparecían en su
agenda, porque nunca pensaron en algo parecido al grupo.
Lo demás de lo sufrido lo tengo en la memoria y cuando quieras la
refrescamos para que conozcas tu y los campechanos a los verdaderos
protagonistas de esa historia y tal vez, los menos beneficiados.
Te agradezco de manera personal tus comentarios. Creo que encontraste a
los menos indicados para conocer esta etapa de la política de Campeche.
Te saluda cordialmente tu amigo Manuel Acuña López.
PLAGA EN EL MALECON
En estos días de vacaciones fue visto personal de Sanidad Vegetal
monitoreando las palmáceas del malecón de nuestra ciudad. Al preguntarles a ese
personal qué hacían, dijeron ---con reservas--- que llegó una plaga de ácaros
proveniente del Caribe, que se traslada en automóviles, ropa, pelo humano y de
mascotas, principalmente turistas.
Que el ácaro es diminuto y que si no se le combate pronto va a acabar con
esa vegetación como sucedió años atrás con el amarillamiento letal del cocotero
que, prácticamente acabó con ese otro tipo de palmáceas.
Sanidad Vegetal indicó que este patógeno vegetal ya fue reportado a la
Secretaría de Desarrollo Rural (SDR) y a la SAGARPA, dependencias estatal y
federal que con las manos en la cintura señalaron que se carecía de fondos.
O sea que LVM que esa plaga destruya las palmas del malecón y las demás
diseminadas en la entidad en dos o tres años a lo sumo. Tal vez el abuelo “Febo”
y “Mincho”
se lo tienen calladito y no hacen nada para evitarlo.
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