domingo, 25 de marzo de 2012


OTRA ESCALANTE AL RUEDO

La salida de Edgar Román Hernández Hernández, de la secretaría de Administración e Innovación Gubernamental (super secretaría expresamente creada para él), por su amigo el gobernador del Estado, lo mantuvo quieto escasos dos años, pero la política es un colmoyote que cuando invade un organismo vivo lo consume paulatinamente.

Su salida y llegada ipso facto a la presidencia municipal del PRI en San Francisco de Campeche fue simultánea y con ella todo un aparato de mejoría de imagen. Pero al gran dedo le quedaba una duda, la aceptación popular de la diputada local Ana Martha Escalante Castillo de Patterson, nieta por la línea materna del ex gobernador campechano Angel Castillo Lanz, hija del constructor campechano Eduardo Escalante Escalante y miembro de una familia que ni ellos mismos saben cuántos son.

Encuesta tras encuesta, entrevistas a todos los medios fueron durante casi cinco meses el común denominador. Muchos comunicadores apostaban que su destape era cosa juzgada pero…del plato a la boca se cae la sopa y Garo como lo conocen sus amigos fue dejado a un lado el pasado lunes y en su lugar quedó como la pre candidata a la presidencia municipal de Campeche Ana Martha. Y aquí ardió Troya, porque los “amigos” del suspirante y hasta sus parientes le dieron la espalda esa aciaga noche en el PRI donde él mismo dio a conocer que cesaba en sus aspiraciones y apoyaba a su Secretaria General para el cargo en juego el primer domingo del próximo mes de julio.

Este no es un caso único en los anales del municipio de Campeche. Nos remontamos al año 1952 cuando todos los pronósticos apuntaban a que Carlos Pérez Cámara, quien contaba con el apoyo del poderoso Sindicato de Alijadores del Puerto, quienes alentaron al joven abogado a participar en la contienda para la presidencia municipal de Campeche.

El caso es que el tiempo transcurría y el entonces Comité Ejecutivo Nacional (CER) del PRI en Campeche daba largas en el asunto de expedir la convocatoria respectiva. Se aducía que estaban en espera del famoso “sobre lacrado” que debía enviar el Comité Central Nacional (CNN) del PRI con el nombre del afortunado. Pero en el mes de octubre de ese año el PRI había convocado a una reunión y en la misma se supo que Pérez Cámara no sería el candidato. Los miembros del Sindicato de Alijadores que eran su apoyo protestaron e insistieron en presentar su candidatura, pero esta fue desechada por el PRI.

El asunto llegó al extremo de que los sindicatos aliados a Víctor Carlos (su nombre completo),  celebraron una asamblea donde salieron electos Maximiliano Pérez Pino como suplente y Víctor Carlos Pérez Cámara como presidente. Se tomó el acuerdo y salió una comisión a localizarlo a ambos, donde fueron llevados a la asamblea y ahí protestaron y levantaron el acta.

Esa misma tarde, el delegado del CER del PRI, Rodolfo Sánchez, comisionado para intervenir en las elecciones municipales, dio a conocer que como no se había cumplido con las instrucciones de México, se cancelaba la asamblea y se convocara a otra.

A las siete de la noche del día siguiente Manuel José López Hernández, “Maistrín” gobernador del Estado citó en el Palacio a Pérez Cámara para “platicar” y escuetamente le soltó “la situación está muy difícil Carlos y aquí tengo una comunicación, mando tu renuncia como candidato a la Presidencia Municipal de Campeche y que si no lo puedo hacer que la renuncia que mande sea la mía como gobernador del Estado”.

Pérez Cámara  se disciplinó (hubo de hacerlo en otra ocasión cuando en 1997 se quedó también en la orilla cuando el candidato fue José Antonio González Curi. En esa ocasión incluso su fiel ayudante Manuel Pérez Loenzo “El patas”, ya había armado la oficina de campaña para la gubernatura).

Se dijo que incluso lo mandaron al exilio con gastos pagados a La Habana, Cuba acompañado de su esposa dona Elsa Ortiz, donde estuvo el resto del año hasta que Alberto Ferrer Ferrer “El chivo”, tomó posesión como alcalde.

Lo imponderable que a veces cambia el destino de los hombres y de los pueblos es el azar. A cualquier gobernante se le juzga y valora por sus obras y realizaciones, pero también por lo que fue, es decir, por su condición humana y su sensibilidad social. Es cierto que en muchos casos cualquier obra de gobierno puede definirse con aquel proverbio latino “El que no hizo lo que pudo, ni pudo lo que quiso, nada hizo”. El tiempo y sus circunstancias pues.

No se sabe a ciencia cierta, si el encumbramiento de Ana Martha es parte de esos incomprensibles misterios eleusianos de la política campechana. Se dice que la decisión pudo haberse dado en el vuelo en helicóptero donde el pasado domingo el gobernador estuvo acompañado del padre de Ana Martha. Lo cierto es que desde el acto inaugural de béisbol en el estadio Nelson Barrera Romellón, ya Garo estaba en las tribunas acompañado de dos amigos. Ahí se le vio muy preocupado ---¿ya le habían avisado?--- lo cierto es que el asunto Campeche dio un giro y todo indica que el PRI va con todo a recuperar el Municipio de esta capital y tiene enormes posibilidades para ello.

¿Volverá el “castillolancismo”? Gabriel ¿se quedará en su secretaría o buscaría también ir de plurinominal al Congreso? Lo cierto es que Ana Martha deberá trabajar muy duro en estos 99 días que nos separan del proceso electoral, pero debe recordar que la debacle del panista Carlos Ernesto Rosado Ruelas, inició por su ambición de fijarse metas que nunca sabía si iba a cumplirlas. El no trabajó para la ciudadanía sino pensando en el 2015 en esa onírica mentalidad de no asentar los pies en la tierra y menos aún de remediar tantos males que padece el Municipio campechano desde hace décadas, porque es el trampolín fijado para proyectos mayores.

Por lo que concierne a los restantes destapados el pasado lunes para diputaciones en este municipio se cree que “La marucha” quedará como Blanca Nieves y sus seis enanos. Ello porque es la única que tiene experiencia probada en contiendas electorales, los demás son jóvenes imberbes que pueden tener muchas energías y preparación académica pero no conocen nada de los verdaderos avatares de la política.


QUE SUCEDIÓ ESE 6 DE JULIO DE 1997

La historia la escriben los vencedores y nunca los vencidos. Luego del proceso electoral de 1997 en Campeche, donde se eligió principalmente al gobernador del Estado, he escuchado insistentemente que los resultados de las votaciones, que indicaron oficialmente que José Antonio González Curi  le había ganado a Layda Elena Sansores San Román por 6.46 por ciento del voto, es decir, por 14 mil 185 votos, pero que existen en esta ciudad auténticos especialistas que indican que “esa elección fue un fraude”.

Como articulista me primera misión era entender cómo se dio, según varias personas consultadas entre las que figuran Guillermo Novelo Fierros, Justo Saravia Suárez y dos personas más que me pidieron omitir sus nombres para evitar represalias ya que siguen trabajando en áreas estratégicas del gobierno estatal.

Hasta donde he analizado, el fraude se puede explicar de dos momentos. El primero fue “todo lo que significó la falta de equidad antes de la elección: el manejo inequitativo en espacios de radio, televisión y prensa; el uso del dinero; el uso indebido, ilegal, de las instituciones y de los programas gubernamentales para apoyar al candidato del Revolucionario Institucional; la intervención  final del presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, la guerra sucia y el manejo fraudulento del Instituto Electoral del Estado de Campeche.

--- “Si ustedes vieron en todo esto un fraude, ¿por qué no se retiró Layda?” les pregunto.

--- “Porque estábamos convencidos de una victoria electoral limpia y pensábamos que la victoria estaba de nuestro lado”, contestan.

La segunda parte del fraude, según Novelo Fierros, ocurrió luego del cierre oficial de las casillas. De acuerdo con su versión, no fue un fraude cibernético, sino que ocurrió “a la antigüita”.

El fraude se dio en la falsificación de actas, aseguran. Hay un número determinado de actas que fueron falsificadas en donde hubieron más votos que boletas.. El PRI nunca admitió que ciertamente en todos los municipios, incluido Campeche, la victoria fue a favor de Sansores San Román, aunque por números no muy abultados; sin embargo ya a la medianoche de ese día de las elecciones se fueron rezagando en forma intencional las actas de comunidades rurales y municipios alejados.

Uno de los presentes señala enfáticamente que la clave del fraude electoral de 1997 fue esta: Al recibir los resultados de las casillas, los comités distritales del IEEC los alteraron en forma casi imperceptible, restando poco a poco a Guillermo del Río Ortegón, candidato del PT y a instancias de él, ---que quedó en tercer lugar--- hasta 15 mil 500 votos y agragándoselos a González Curi. La gente de Layda sospechó de estas pequeñas pero constantes irregularidades al comparar las actas fijadas en las mesas de votación con los números que aparecieron en el IEEC.

Cuando los perredistas asimilaron, luego de la desvelada noche del 6 de julio y que comprendieron las modificaciones que se habían efectuado en muchas casillas y, el silencio del candidato del PT, surgió la exigencia de contar voto por voto, casilla por casilla.  Ahí propiamente inició Layda la resistencia de su movimiento y le llegaron rumores de que se estaban maquinando boletas, actas y votos apócrifos para sustituir a los fraudulentos. La visita espectacular de la perdedora al edificio del IEEC en la calle 10 entre 61 y 63 donde todo lo que logró sacar fue “serpentinas” de papel cortados por máquinas electrónicas, que no pudieron adjuntarse como evidencias, pero que fueron exhibidas interminablemente en marchas y hasta un “museo del fraude”.

Las elecciones, decía Porfirio Díaz, las ganan lo que cuentan los votos. En tal sentido ese 6 de julio el PRI trabajó ilegalmente para cumplir ese precepto, según la ley electoral vigente, en la actualidad y en el próximo proceso del 1 de julio de 2012, podrán ser capacitadores de representantes de casilla, o supervisores de capacitadores, aquellas personas que no hayan intervenido en comicios pasados como representantes de algunos partidos políticos.

Novelo Fierros, señala que en esa votación terminado el conteo, los paquetes fueron cerrados y sellados, y los presidentes de casillas, acompañados de los representantes de los ocho partidos contendientes, quienes se dirigieron a los comités distritales del IEEC a entregar la documentación.

Pero es allí donde surgió la segunda posibilidad de fraude, pues en el camino los números también fueron alterados a favor del candidato del PRI. Una investigación arrojó que un 10 por ciento de los funcionarios de casilla, al menos la mitad habían sido representantes del PRI en comicios pasados, “funcionarios” que tenían vastos conocimientos en las ciencias ocultas del tejemaneje electoral. En otras palabras eran auténticos “mapaches”.

Los “mapaches” estaban infiltrados en el propio IEEC. Afirma Novelo Fierros que incluso el principal “cerebro” de ese fraude fue un oaxaqueño infiltrado en el IEEC y que al año siguiente murió víctima del cáncer.
Los resultados oficiales por la gubernatura 1997-2003 quedaron de la siguiente manera:  Primer lugar José Antonio González Curi (PRI) con 104, 935 votos y 47%; segundo lugar Layda Elena Sansores San Román (PRD) con 90, 750  y 40.69%; Guillermo del Río Ortegón (PT) con 15, 279 y 6.86%; Miguel Angel Montejo González (PAN) con 6, 852 y 3.07%; María Rosalina Paredes Rivera  (PVEM) con 689 y 0.3% y Alvaro del Río Minaya (PC) con 526 y 0.2%.

Una votación total (que no fue alterada) de 223,052 votos de una lista nominal de 336,936 y una participación ciudadana de 66.2%.


LA INCREIBLE VERDAD

Guillermo Novelo, luego del proceso y al igual que todos los del War room del PRD sabían que el fraude rondaba en todos lados, pero las autoridades electorales se hicieron de oídos sordos. El movimiento de resistencia comenzaba a organizarse y una semana después asistió al Hotel Baluartes, propiedad de Alvaro Arceo Corcuera, muy ligado con la familia Sansores San Román.

Al entrar al Lobby e ir caminando hacia el restaurante sentí que me tocaron el hombro y al virar me encontré con Guillermo Del Río Ortegón, quien sin preguntarle me pidió detenerme un momento y me dijo: “Tocayo, se como todos los de tu grupo, que conocen la verdad pero nunca la van a poder probar. Tuve la necesidad de negociar 15 mil 500 votos del PT a favor del PRI y que le sirvieron para ganar la elección”.

--- “Oye, Guillermo, eso que me dices es extraño. Tu has sido un luchador social, la gente te quiere por esa razón y porque siempre luchaste por la democracia, ¿cuál fue tu razón para llegar a eso?”

--- “Tocayo, veme como me encuentro. Durante la campaña tuve hasta un coma diabético y si me aguanté es porque quería ver el fin de este proceso. Desafortunadamente la diabetes tan terrible que tengo ha carcomido mi cuerpo. Por esa razón accedí a negociar con el PRI para que me quitaran 15 mil 500 votos y dárselos a Antonio. De esa forma cuando me muera que no debe tardar mucho, mi familia tenga un patrimonio que les permita sobrevivir; esa es mi razón, espero la comprendas”.

--- Guillermo, para entonces tenía cerca de él a Lorenzo Quetz Sansores, quien no me dejará mentir, que incluso ---ya por curiosidad---, le dije a Del Río, oye tocayo ¿y cuando menos valió la pena?.

--- “Tocayo, por supuesto, fueron cinco portafolios con dinero que personalmente me llevó el candidato ganador a mi casa del FOVI. Lo que no te voy a decir es cuánto, eso me lo guardaré siempre”.

Por su parte Justo Saravia Suárez, otro de los protagonistas de ese día me hizo un análisis de los acontecimientos del día de las elecciones.

--- Mira Ricardo, para empezar el proceso estaba viciado de origen porque los medios de comunicación se nos habían cerrado materialmente para difundir nuestra propaganda. No hubo equidad y el PRI tiró enormes cantidades de dinero para bloquear a Layda.

---  Lo significativo de ese día y que se esperaba que influyera fuertemente en el proceso electoral, fue que el Lic. Carlos Sansores Pérez, acudió a las 11 de la mañana a votar y luego de emitir su voto a favor del PRI dio a conocer que en ese mismo momento renunciaba a sus largos años de militancia en el PRI y se pronunciaba por su hija.

Los medios de comunicación minimizaron la noticia y otros no la dieron por instrucciones del partido en el poder. A nivel nacional causó una preocupación y se temió que Campeche se perdiera. El viejo cacique dejaba a su partido y con el la historia misma de su vida.  Ni el pleito con el presidente de la República José López Portillo y el secretario de Gobernación Jesús Reyes Heroles, pudieron lograrlo.

--- Ricardo, curiosamente el 1 de marzo de 1997 Edilberto Buenfil Montalvo y Carmen Guadalupe Fonz Sáenz habían tomado posesión con el principal reto que era llevar al triunfo a los candidatos del PRI a todos los puestos a elegir el 6 de julio siguiente. “Mala suerte” conoció todo lo que aconteció en el proceso y luego fue premiado por su silencio con una diputación local y luego federal que dejó en la orilla a quien la merecía como es el caso de Jorge Luis Lavalle Azar.

--- Pero no lo echó en saco roto porque el vivió también en el 2002 el acíbar de la traición en un amañado proceso de selección para la candidatura para gobernador del Estado, cuando supo que en política todo lo que parece, es. Y el no significaba nada en los planes de los González Curi para seguir manejando los hilos del poder en la figura de un pelele como Jorge Carlos Hurtado Valdez.

--- Pero volviendo al relato, Saravia Suárez me dice que la actividad en “La Casa Blanca” como le llamaban a la residencia de la familia Sansores San Román era toda actividad y las actas de la ciudad capital eran en un 100 % favorables a Layda aunque no con gran diferencia. No hubo una sola casilla perdida. Incluso se dieron incidentes como una casilla ubicada en Plan Chac (escuela), donde el PRI quiso cambiar resultados pero esa casilla estaba a cargo de la familia Silva, que vigilaba celosamente y que no permitió ese intento de fraude.

--- Nos fue avisado que en una casilla que no tenía representantes de casilla del PRD se dio una votación con un “triunfo” absoluto de González Curi y con 200 votos a favor de éste y ninguno para el PRD, la cual se impugnó y se pidieron las actas y boletas.

--- Las noticias que iban llegando eran favorables sobre todos en las ciudades principales como Campeche, El Carmen, Champotón y Calkiní, Eran las 11 de la noche y había euforia entre las filas perredistas. Incluso en el noticiero de TV Azteca se dio a conocer que Layda encabezaba las votaciones.

--- A las 12 de la noche todo el grupo se prepararon para salir a festejar por las calles y avenidas, así como el malecón con banderas y decenas de vehículos. Pero en ese momento el Animal Político nos paró a todos en seco al decir, que era sospechoso en grado sumo que a esas horas no se hubieran entregado resultados de casillas que si bien estaban en el medio rural no distaban muchas horas de Campeche, que por ello era preferible esperar y el proceso técnicamente podría estar empatado.

 ---  La experiencia de ”El negro” le indicaba que no debía cantarse victoria tan pronto. En ese preciso momento alguien me dijo “Justo creo que hay cambios. Están llegando actas de la zona rural. Hay que checar muy bien esas actas, porque están extrañas”. El fraude se anunciaba y se estaba consumando. Y en la misma forma del gobierno se encontraba el Ayuntamiento de Campeche, donde el PAN también perdió.

--- Ricardo, lo hemos analizado miles de veces. Cómo es posible una victoria del PRI tan apretada que dio pie a llevar el conflicto al Tribunal Federal Electoral. Además que ese día se perdió la mitad de los ayuntamientos, pero lo que les interesaba a los “conjurados de La Grandeza” era el edificio del Poder Ejecutivo.

El espacio fue rebasado y queda para el próximo domingo el relato completo de esta elección de 1997 y de los errores que cometió Layda Sansores.

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