domingo, 18 de marzo de 2012


ESO QUE LLAMAN LEALTAD

Fernando Eutimio Ortega Bernés, gobernador del Estado está en los albores de un nuevo tiempo político; aquel que entraña dejar a sus amigos, a su primer círculo de colaboradores, a aquellos que lo acompañaron en la odisea de sus aspiraciones en su vida política. Esos que hoy están migrando hacia un nuevo destino personal aunque con implicaciones y nexos con su administración.

Miguel Angel Sulub Caamal, Edgar Hernández Hernández, Víctor Salinas Balam, Vania Kelleher Hernández, Raúl Pozos Lanz y apenas el pasado jueves William Roberto Sarmiento Urbina, personas que se presume son de toda su confianza y que tres de ellos buscarán en el ya próximo proceso electoral un sitio para proyectarse más allá del 15 de septiembre de 2015, que dicho en tiempo real, ya no parece tan lejano.

Tal es el proyecto de su propia sucesión. Esa que no logró en algunos aspectos y en otros amigos también cercanos a sus afectos que por volver a los viejos tiempos de su partido, se centralizaron y acabaron por ser pasto de los intereses de quienes todavía no lo dejan gobernar al 100 por ciento.

Comenzará a sentir que aquellas reuniones de Palacio ya no serán las mismas, donde con señas imperceptibles accedían a acuerdos o consensos. Pero también con esos cambios y los demás que han de venir pueden llegar impostores.

Impostor es aquel que engaña con  apariencia de verdad. Quien se hace pasar por alguien que no es. Quien atribuye falsamente algo a alguien, La historia política de Campeche está llena de este tipo de personajes, que incluso terminaron traicionando a quien les dio la oportunidad de un cargo.

Los priistas aplauden los errores que sin querer o queriendo cometen los mismos priistas, o se quedan callados o mudos sin ayudar a rectificar esos malos procedimientos que se señalan en críticas comprobadas con lujo de cifras y argumentos.

A muchos de esos priistas se les estimula periódicamente mandándole un pan el día de su cumpleaños y mensajes fríos de felicitación, que a veces son contraproducentes porque son fríos y sin el calor del verdadero remitente pese a su firma.

En algunos casos se reciben con agradecimiento y se sienten importantes, porque esa misma persona le dio un empleo a tal o cual miembro de la familia; porque a veces los invitan a fiestas populares y agasajos sin que les cueste nada, porque todo es gratis, hasta el trago.

Pero ninguno de ellos es sincero al señalar por quien va a votar, por qué candidato y de que color, aunque les sea recordado constantemente que los rojos son los mejores, o los más honrados, o los más aptos, o los que se ocuparán más de las necesidades de la comunidad.

Ninguno se refiere a los principios o los valores como la razón de su voto electoral. Ninguno les pregunta a los representantes de los rojos de dónde sale el dinero para tantos obsequios, tanta fiesta, tantos detalles, ni cómo costean esa estructura gigantesca que se necesita para saber de todos, desde la fecha en que nacieron hasta sus aficiones o gustos.

Centrados en su prosperidad personal, sin preocuparse en serio del bien ajeno ¿qué se puede esperar que precisamente aquellos que ocupan altos cargos en el gobierno, pero que por su menor condición educativa, social, cultural o económica están más expuestos a las tentaciones y al mal ejemplo?

En el fondo, entre otros factores de esta desorientación puede haber un concepto equivocado de la lealtad. No es más rojo ni con más convicciones aquel que aparenta por andar vestido de rojo que aquellos a quienes se les ha hecho a un lado porque así convenían a los intereses de quienes un día llegaron en masa.

Porque esas personas pese a estar en cada acto de gobierno siguen sin entender la verdadera idiosincrasia del primer círculo del poder, porque sin querer o queriendo han sido educados al paso del tiempo que una de las cosas más importantes son los halagos y eso es humillante porque afecta en la conciencia de cada quien.

Vale en este caso desgranar la frase de Séneca en una de sus tragedias: “Agamenón”. El filósofo y educador español, que dirigía su doctrina al individuo, nunca a la turba envilecida y extraviada, sentenció que “la fidelidad granjeada a precio es vendida por un precio mayor”. Y recuerdo las palabras de un famoso político mexicano. Nada que se pueda comprar con dinero o favores produce lealtad en quien lo recibe.

Por eso esa estrategia  estatal de los rojos por adquirir la conciencia de la mayoría de los campechanos para venderles luego, a un precio mayor, en el mercado de los políticos que buscan nuevos cargos para satisfacer sus ambiciones personales de lucro y poder, valen un céntimo de lealtad.

La lealtad está siendo rebajada ya como un instrumento de corrupción. La lealtad es todo en la vida. Hay que ser leal con uno mismo, con su misión, con la vocación, con el deber.

Hay que preguntar a quienes votarán. Qué entienden por lealtad a su deber. O en el peor de los casos si en la vida no hay lugar para los auténticos valores, porque ni sus padres, ni sus maestros y mucho menos entre ellos mismos les han inculcado la lealtad.

Decía el rey español Alfonso el Sabio, que la lealtad es cosa que dirige a los hombres en todos sus actos, para que hagan siempre lo mejor. La fidelidad a quien no lo merece es una forma de prostitución de la lealtad.

Ahora bien, los que ya se fueron del primer círculo de don Fernando ¿podrán ser sustituidos sin caer en las comparaciones con los que llegan? o solo son piedras en el largo camino para tratar de  ser Justos y Solidarios.


DE BRUCES EN EL GOBIERNO DE LA CONCORDIA

Los hombres públicos, las mujeres políticas también, se deben a la comunidad que los elige. Todos ellos optaron por este camino, nadie se los impuso. Y se proyectan, siempre, como los mejores, los más capaces, los de mayor envergadura moral. Solo que para conocerlos bien, y considerarlos para ejercer cargos gubernamentales dentro de un marco de plena democracia, es fundamental acceder a su campo privado en donde son y actúan verdaderamente se han formado y no solo como aparentan para ganar votos y acceder a las grandes posiciones.

Guillermo Novelo Fierros, un político que no salió sino lo sacaron los intereses de quienes confiaba, continúa en su relato de esta segunda parte de una entrevista en donde narra para Jaque Mate las peripecias que durante el sexenio de la Concordia pasó.

JM.--- Guillermo, en tu relato anterior me dices que llegaste al Congreso del Estado por la vía plurinominal con el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), hoy extinto por obra y gracia de los intereses de Carlos Salinas de Gortari, porque ya no encajaba a su proyecto del liberalismo social. Pero ¿quién te abre las puertas de ese partido?

GNF.--- Luego de sufrir la traición de Rafael Rodríguez Barrera, al retornar a Campeche me dedico a trabajar en forma independiente invirtiendo mi poco capital e hipotecando un terreno, para crear un minisúper que me permitió solventar mis necesidades económicas.

Sin embargo, el gusanillo de la política me acuciaba a veces al platicar con políticos amigos que concurrían a mi negocio. Así fue como un día recibí la visita de la maestra Rosa María Martínez Denegri, quien me ofreció un cargo dentro de la estructura del PARM, partido donde se refugió luego de la salida del gobierno federal ---y de su penosa enfermedad--- de Carlos “El negro” Sansores Pérez. Hubieron de pasar meses antes de aceptar irme del PRI y llegar al PARM donde efectivamente tuve la oportunidad de entrar al Congreso como diputado plurinominal en la LIV Legislatura del 7 de agosto de 1992 al 30 de septiembre de 1994.

JM.--- Guillermo, ¿qué te sucedió en el sexenio de la Concordia que motivó tu salida del tricolor? ¿cómo llegaste a colaborar con Abelardo Carrillo Zavala?

GNF.--- A este gobernador le guardo aprecio porque siempre tuvo la intención de ayudarme. En principio me ofreció el cargo de director de logística de su oficina particular, donde me desempeñé para apoyarlo en  un área donde el trabajo era intenso y de contacto con el pueblo, cosa que a mi me gustaba; pero las envidias a esos niveles son terribles.

Luego de un tiempo el mismo gobernador me pidió qué adonde quería ir para aumentar mis ingresos, por lo que le pedí su apoyo para la delegación del ISSSTE en Campeche, pues tuve mucho contacto con personas que trabajaban en esta dependencia. Tuve incluso el privilegio de asistir a la inauguración de la clínica y seleccionar la primera nómina de ese nosocomio. Todo estaba encaminado a llegar a esa delegación, pero ---luego me enteré--- que Fernando Solís Patrón “Chanquilón” me obstaculizó y finalmente se impuso a su gobernador para dejar en bandeja de plata esa delegación en manos de un grillo bastante saltador como es el doctor José Luis Góngora Ramírez “Gongorila”, que dejó una estela de corrupción tremenda.

Por segunda ocasión Carrillo Zavala me pidió otro lugar a adonde ir y le pedí la delegación de CONASUPO. De nuevo “Chanquilón” volvió a bloquearme y desde el CDE del PRI adonde se había ido, se opuso y me sembró de piedras el camino; sin embargo el gobernador quería ayudarme y giró instrucciones para que se elaborara mi nombramiento como su secretario particular.

Entra en escena Manuel Flores Hernández, quien fungía como Oficial Mayor de Gobierno, y al recibir la orden baja como desesperado de la “pajarera” que así llamaban al despacho que tenía arriba del cuarto piso, donde un día estuvo el helipuerto en época del gobernador José Ortiz Avila.

Flores Hernández, un bueno para nada que pasó su vida como segundo de quien fuera, pero que le sacó provecho a los cargos, rápido y furioso encaró a Abelardo en mi presencia y le dijo: “Me estás ordenando que yo elabore el nombramiento de Novelo Fierros, pero discúlpame porque no lo voy a hacer y para que lo sepas su antecesor Fernando Solís Patrón nos hizo la vida imposible y casi puedo asegurar que Novelo Fierros resultará en ese cargo peor. Pero si me insistes entonces acepta mi renuncia como Oficial Mayor y dáselo a él”.

Yo reconozco que al gobernador le faltaron huevos para imponerse a ese fulano, que nunca destacó en nada. Abelardo apenado me llevó a su despacho y dijo que los cetemistas tenían un acuerdo para estar unidos y no quería fragmentar esa unidad y mucho menos que Fidel Velázquez Sánchez, el viejo líder de la CTM se fuera a enterar de este tipo de problemas. Finalmente me envió al PRI como secretario particular…de “Chanquilón”, donde comencé a desempeñarme.

En ese sitio tenía choques con Solís Patrón pero lo aducía a que estaba siempre muy presionado. A esta persona le costee la mayor parte de los gastos de su campaña como diputado federal. Le di dos vehículos y cinco personas del PRI para apoyarlo y pegar su propaganda y, por cierto, en una ocasión le presté mi vehículo particular y lo desbieló.

En 1988 Solís Patrón tuvo la mayor osadía cuando me llama a su privado y me dice que la Secretaría de Finanzas del Gobierno estatal estaba elaborando un cheque a mi nombre de 800 millones de pesos (800 mil pesos actuales), para apoyar fuertemente en la recta final del proceso electoral a la campaña de Carlos Salinas de Gortari en 1988.

“Chanquilón” recibe el cheque y me manda a buscar para decirme que fuera solo a cobrar ese dinero a Banamex y que lo llevara a su oficina al partido. Así lo hice y cuando llegué con el dinero que había metido en una caja de cartón para disimular el contenido, se lo entregué personalmente y sin testigos. Solís Patrón revisa el contenido y los billetes con fajillas de seguridad y mentalmente los cuenta, revira y me dice: “Guillermo, agarra la caja, tápala de nuevo y vamos a llevarla a mi casa. Mete el dinero en la cabina de tu camioneta y yo voy a ir siguiéndote hasta mi casa”.

Ricardo, no hay que pensar mucho para saber que ese dinero nunca fue empleado para lo que salió de Finanzas. Lo curioso que ni siquiera me ofreció una soga para ahorcarme. Un peso nunca salió de sus manos. Era muy voraz para los asuntos de dinero, producto de la infancia de carencias que seguramente tuvo en su vida. Ese fue el broche de oro de nuestra supuesta amistad, porque poco tiempo después el se fue a la Cámara de Diputados, pero antes me apersoné con el y le espeté: “Fernando, nada más te vine a avisar que renuncio, que me voy; por lo tanto búscate a otro pendejo para que te esconda todos tus bandidajes. Me regreso a mi casa a luchar por mi propio patrimonio. No espero que me des las gracias ni siquiera por los miles de pesos que invertí de mi propio peculio en el PRI y que nunca me devolviste”.

El tercer tipo que me traicionó en el sexenio de la Concordia fue el flamante doctor en derecho Juan José Pérez Palma, que lo habían sacado de Chetumal, Quintana Roo de la delegación federal de la SEDUE. En ese entonces yo llevaba el control de la gente de esa dependencia en Campeche.

Un buen día el doctor se presentó conmigo y me pidió angustiado mi apoyo para hablar con Abelardo y solicitarle el cargo de delegado de la SEDUE en Campeche. Le dije “te sacaron de Chetumal y va a ser difícil que esa dependencia te otorgue el mismo cargo en esta entidad, pero yo tengo muy buenas relaciones con el Comité Ejecutivo Nacional para recomendarte.

El líder nacional es Daniel Espinosa Galindo, gran amigo mío. En presencia de Pérez Palma personalmente hablé con el líder sindical y le pedí su apoyo para que cuando el gobernador de Campeche lo propusiera no tuviera objeciones. Espinosa Galindo cuando le pedí su apoyo me dijo: Guillermo, cómo quieres que te responda si a este tipo nosotros lo sacamos de Quintana Roo por buena ficha y ahora se vería mal que estuviéramos apoyándolo, pero te voy a demostrar mi aprecio a ti y lo voy a hacer. Dile a tu gobernador que por parte del Sindicato Nacional de la SEDUE no habrá problema.

La forma de agradecimiento de Pérez Palma fue singular, porque el fue el que levantó el acta en la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología en Campeche, misma que no fue óbice para detener a diez trabajadores y en mi caso salir huyendo de Campeche para evitar ser llevado a la cárcel.

Con este segundo relato me queda claro que nunca debe cancelarse la posibilidad de escudriñar en la intimidad de los personajes públicos si se trata de resolver las encrucijadas que asfixian la vida general del Estado.

Valdría una acotación: solo deben ser intocables los actos particulares que no trasciendan a la esfera pública. Estas son las trampas contra la fe democrática en los nuevos tiempos. Y por tal asumo que el deber de dar a conocer por encima de las corrientes adulatorias y las conveniencias elitistas, es ya una conducta perniciosa y por ende, nada menos, fuera de la ley.

La próxima semana les daremos a conocer todos los detalles de una elección que dejó huellas en la historia política del Estado. Hasta entonces.


AVISO URGENTE

A toda la Sociedad Mexicana: necesitamos de tu cooperación.

Un comando de guerrilleros o sicarios (pueden ser Zetas), ha secuestrado a un grupo completo de diputados del PRI, PAN, PRD, PANAL y PVEM que se encontraban chumándose en un bar de la ciudad de México, acompañados de mujeres de la vida galante (tuvo que ser de esa forma, porque si no, no los agarran ni de relajo).

Están solicitando 10 millones de dólares por su liberación y si esta petición no se cumple, en 48 horas los rociarán con combustible y les prenderán fuego. Quedarán más quemados que las costillitas que venden varios asaderos de la avenida Colosio.

Hasta el momento ya tenemos: 780 lts. de gasolina magna, 350 lts. de gasolina premium, 125 lts. de diesel que nos dio la SAGARPA, 75 lts. de gasolina blanca, 38 cajas de cerillos y 21 encendedores de gas.

Apresúrate o los van a liberar (aceptamos hasta leña verde) El Congreso dijo que no va a dar un quinto.

P.D.- Si piensas mandar alcohol, no lo hagas, porque estos cabrones se lo toman. Gracias ¡Va por México! Ojalá y Oznerol este entre ellos.

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