domingo, 9 de enero de 2011


AÑO DE REALIDADES

Un viejo refrán español dice que “año de nones, año de dones” y en el caso de Campeche no hay hasta el momento una luz al fondo del túnel que nos indique que nos va a ir mejor, hay factores y circunstancias que impiden estos deseos. En primer lugar el gobierno estatal llega  a su segundo año de ejercicio constitucional con un presupuesto muy limitado y sin perspectivas de una mejoría a corto o mediano plazo, en especial las participaciones federales y la larga mentira de Petróleos Mexicanos para apoyar con mayores recursos. Esto en si es una mala perspectiva de la que autoridades y ciudadanía estamos conscientes pero no a gusto.

Las comparaciones son odiosas pero aleccionadoras y sin ir más lejos la diferencia entre estados pobres y prósperos no es la edad, porque Cancún con apenas 37 años de haber nacido es un auténtico polo de desarrollo y con una población que se acerca al millón de habitantes.

Campeche tiene más de 470 años y estamos sin un avance sostenido, sin industrias, sin darle valor agregado a nuestras materias primas, y éstas las hemos tenido en el pasado como fueron el palo de tinte, el chicle (resina del chicozapote), las maderas preciosas, el camarón y el petróleo, sin olvidar la miel, el maíz (que somos el primer productor peninsular), el chile habanero, etc.  La diferencia tampoco reside en los recursos naturales disponibles.

Por ejemplo, Yucatán es pedregoso, tierras no aptas para el cultivo, carece de ríos, pero produce ganado de calidad, primer lugar de producción de miel y de productos marinos como la pesca del pulpo, primer lugar nacional de pavos de engorda, etc. Además, cuenta con una infraestructura hospitalaria de primer nivel y los especialistas (muchos de ellos campechanos) atraen a pacientes de todo el sureste de México y hasta de Centroamérica. Por si no obstara, han levantado todo un emporio en tiendas departamentales, hoteles de todos los niveles y restaurantes de todo tipo, que quincena tras quincena atraen como la miel a las moscas a familias campechanas de todos los niveles. Resultado: captan por ese concepto enormes cantidades de recursos que bien podrían quedarse en Campeche, pero al carecer de esa infraestructura estamos sin posibilidad alguna de crecimiento comercial.

Yucatán es una máquina de negociación constante. Importa materia prima y exportan hasta acero y cemento, teniendo Campeche las mejores calizas para la elaboración de una planta de cemento, nadie ha hecho para revertir esta situación.
Pero si nos comparamos con los yucas no hay diferencias étnicas ni intelectuales significativas, ambos somos producto de una raza maya en mezcla con inmigrantes españoles y árabes que han dejado una idiosincrasia común; sin embargo es Yucatán mejor productor y donde se cristalizan los proyectos económicos. ¿Cuál es la diferencia? Está en el nivel de conciencia del pueblo, de su espíritu. La evolución de la conciencia debe constituirse en el objetivo mayor del Estado en todos sus niveles de poder (federal, estatal y municipal).

La educación y la cultura deben plasmar conciencias colectivas, estructuradas en los valores eternos de la sociedad: moralidad, espiritualidad y ética.

Para transformar la conciencia de personas, el proceso debe tener inicio en las comunidades donde vive y convive el ciudadano. Comunidades organizadas políticamente que se tornan en micro-estados, verdaderos átomos del organismo estatal.

Analizando a los estados prósperos sobre los estados pobres, se observa que la mayoría adopta el paradigma cuántico: prevalencia del espíritu sobre la materia y adoptar los siguientes principios de vida: 1.- La ética, como principio básico. 2.- La integridad. 3.- La responsabilidad. 4.- El respeto a las leyes y reglamentos. 5.- El respeto por el derecho  de los demás ciudadanos. 6.- El amor al trabajo. 7.- El esfuerzo por la inversión. 8.- El deseo de superación y  9.- La puntualidad.

Ver algo errado no debe generar la indiferencia, es necesario cambiar la mente para rectificarlo. Nuestra preocupación debe ser con la sociedad, la causa y no con la clase política, apenas el triste efecto. Solo así se alcanza la excelencia. Lo dijo Martin Luther King: “No me preocupa el ruido de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que me preocupa es el silencio de los buenos”.

En suma, en los albores de un año que se inicia, deseo que mis amigos, enemigos y campechanos en general gocen de cabal salud y de mucha iniciativa para emprender mejores proyectos en beneficio de Campeche. Con la confianza que me da el aval de mis lectores, los fieles y los que apenas llegan, damos el primer paso de este año 2011. Como tras cada semana, como tras cada artículo; como siempre: vuelvo por mis fueros y sigo reinventándome.


UN CONSEJO A MODO

Durante el sexenio de Jorge Azar García (1991-1997) a instancias de los grupos empresariales de Campeche y El Carmen, fue creado el Fideicomiso de Inversión del Impuesto del 2 por ciento sobre Nóminas del Estado de Campeche, con la finalidad de apoyar el desarrollo empresarial de todo el Estado y en especial de los municipios con mayores aportaciones como los señalados.

En ese sexenio el presidente de la Cámara de Comercio de El Carmen, Jorge Rosiñol Novelo, exigió que ese impuesto no debía dividirse al 50 por ciento en Campeche, sino otorgarse la mayor parte a El Carmen, porque son las nóminas de las empresas que le trabajan a Pemex, las que aportan los mayores recursos.

La finalidad del Fideicomiso de acuerdo con las reglas de operación emitidas en 2004, señalan que son un patrimonio autónomo que sirve al Gobierno del Estado como vehículo legal y financiero para fomentar la inversión en proyectos productivos y de beneficio social o general para el desarrollo integral del Estado de Campeche, basados en una economía de mercado, dándole mayor énfasis a la promoción del desarrollo empresarial, a la creación de infraestructura industrial, comercial, agrícola, ganadera, pesquera, silvícola, artesanal, turística y educativa, así como la infraestructura complementaria en apoyo a proyectos productivos y en general a acciones que vitalicen a la sociedad campechana en su conjunto.

Hasta ahí, la situación de ese fideicomiso es aceptable, pero nunca se previó en estatutos que políticas públicas e intereses privados no debían invadir las esferas de ese organismo controlado totalmente por el Consejo Coordinador Empresarial de Campeche.

Muchas preguntas surgen sobre ¿en qué se invierte ese fideicomiso? ¿a quién le rinden cuentas? ¿quiénes son los empresarios privilegiados? ¿quiénes se quedan con la parte del león? ¿cuánto es lo que reciben del gobierno del Estado mensualmente? ¿porqué surge el Fondo Campeche, habiendo ya un órgano afín empresarial? ¿es o no una Sedesore empresarial?

Pues bien, el Fideicomiso sobre Nóminas que actualmente es del 3 por ciento, recibe algo así como 650 mil pesos mensuales, de los que se gastan un 15 por ciento en sueldos de empleados de ese organismo, un 10 por ciento en insumos (…) y un 70 por ciento para manejo de la directiva, que no rinden cuentas a nadie, pero que aducen que son para gastos de representación, viajes de varios miembros del CCEC  en “gestiones diversas en el D.F., etc”.

Por ejemplo el tesorero Alberto Zapata Souza, su empresa (es arquitecto) realiza todos los trabajos de mantenimiento con el visto bueno del presidente del CCEC, Rogelio Hoil, quien llega a este cargo desde 2008, con la consigna de representar los intereses empresariales de Ramón Espínola Toraya y Jorge Luis González Curi, donde desde la iniciativa privada hacen el proyecto político para la sucesión en el 2009,  consecuentemente, todo estaba previsto para golpear a los adversarios o precandidatos del PRI, como así se observó en los medios de comunicación propiedad del vicegobernador del docenato. Es de facto la punta de lanza también de “El cuaco”  para lograr mejores contratos de obra pública.

Hoil, se reelige en el 2009 y aunque entregará en marzo del presente año la presidencia a algún miembro de ese Consejo, es probable que se afín a los intereses de los verdaderos amos de ese organismo empresarial, como puede ser el caso de Yolanda Apolinar Quijano, quien entregó la estafeta de Canacintra apenas el pasado Día de Reyes y aspira con el cargo de representante ante el CCEC para suceder a Hoil (la misma gata, solo que revolcada). Mientras tanto Hoil no se duerme en sus laureles y a través de su empresa “Proyectos Eléctricos de Campeche” (DEESSA), está presionando al alcalde panista Carlos Ernesto Rosado Ruelas, para que le sea entregado el negociazo de venderle a la Comuna campechana las cuatro mil lámparas ahorradoras de energía eléctrica para el servicio público con la perversidad de amenazar con demandar al edil periódicamente por la deuda heredada por el cómplice de asesinato y actual diputado federal con aspiraciones de ser presidente del CDE del PRI en Campeche, y avanzar para el próximo salto hacia un escaño en el Senado de la República, todo ello con la venia de Maquiavelo Saad Cora, quien por cierto anda en un crucero a donde se llevó hasta al perico. De esa forma hacen negocios la trilogía Toraya-González-Hoil.

El CCEC ha servido desde la llegada de don Rogelio para golpear a los adversarios políticos de “El cuaco” y “Pestañitas”, utilizando la mayor perversidad posible como la que actualmente pretenden al hacer pública una terna para llevar a un miembro empresarial de Campeche a la elección de consejeros electorales que precisamente tomará posesión y protestará ante el pleno del Congreso del Estado el próximo martes. Dolo mayor si se considera que ese empresario es pariente cercano del gobernador.

Y no es que el gobierno Justo y Solidario desconozca lo que se está cocinando en el CCEC, para crearle problemas, sino que en alguien debe caber la prudencia. Hay políticos que no acaban de entender que ya bailaron y más de dos sexenios (porque el de Abelardo Carrillo Zavala fue el primero) y deben sentarse o atenerse a las consecuencias. Que recuerden que tienen mucha cola que les pisen y tanto va el cántaro al agua…

Pero al margen de ello ¿sabrá la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que Rogelio emite facturas apócrifas? ¿pensarán que no se sabe que de esa forma llegó el ex superintendente de la CFE a su actual cargo en SDUOP? ¿da por seguro que no se sabe la inversión de la compra de la Cervecería Estrella, aquella creadora de la León Negra yucateca? ¿creerán que los campechanos se están chupando el dedo y no saben la historia donde Eduardo Guerrero Valdez, ex secretario de Obras Públicas desviaba “obras fantasmas” en el medio rural para llenar el cochinito del ex secretario paseador del pasado sexenio y en el que incluso se compró la flotilla de vehículos para la campaña, misma que estuvo en los patios del ADO, donde el primo es gerente general? No cabe duda que el CCEC es un desestabilizador de los programas del gobierno Justo y Solidario.

Y miren cómo se las gastan estos “empresarios”. Resulta que Jaime Ruiz Moreno, cercano a Hoil en la directiva del 2008, no fue acomodado en la del 2009, para que no se conectara directamente con él, pero su punta de lanza en Desarrollo Urbano y Obras Públicas les otorgó a estos angelitos la construcción del libramiento de Champotón, obra que asciende a 35 millones de pesos con probabilidad de escalatorias.

El actual Consejo Coordinador Empresarial de Campeche está perfectamente integrado con incondicionales de los que mueven esa cuna. Tales son los casos del citado presidente, del tesorero Alberto Zapata Souza, de Mario Castillo, de la presidenta de Canaco Luz María Loría y de Yolanda Apolinar Quijano, que busca desesperadamente el sitio que va a dejar “el empresario eléctrico” y entonces desarrollar su propio proyecto político-empresarial.

Lo que no se comprende es cómo Augusto Trejo Castro, que funge como “esquirol político” ha continuado al frente de tan importante dependencia estatal, otorgando obras a los mismos de siempre.

En nuestro próximo comentario habremos de dar a conocer los nexos, los compadrazgos y amiguismos de quienes siguen repartiéndose el erario estatal como patrimonio propio.

Y es que he seguido con atención el método subversivo con que actúa el sector empresarial desde aquellos lejanos días en que hacía sus pininos en política Jorge Luis González Curi y presidió en Campeche primero Coparmex y luego el Consejo Coordinador Empresarial. En una ocasión cuando acudí una mañana al Palacio de Gobierno y estaba a punto de cerrase la puerta del elevador, alguien paró  el sistema para que entraran Manuel Clouthier del Rincón, a la postre candidato a la Presidencia de la República por el Partido Acción Nacional; José Elías Selem Ferrer, panista consciente de su ideología y… Jorge Luis González Curi, quien no tenía cargo político. La breve plática me demostró que los ideales de los tres estaban identificados no solamente con la rama empresarial, sino con “el bien común”.

Lo que hoy me extraña es que la actual cúpula empresarial se ha cobijado en ciertos organismos y personalidades de la llamada “sociedad civil” que les son claramente afines, los cuales curiosamente en el docenato jamás protestaron por nada, se hicieron de la vista gorda ante tanta estupidez del hombre de las primeras piedras y ante muchos abusos de éste o francamente coludidos con el califato.

Coincido con algunos planteamientos de esa cúpula, por ejemplo en la deuda del Ayuntamiento de Campeche, que aunque fue heredada por un sinvergüenza como Solrac Lorenzo Pacheco Castro, existió. Desafortunadamente no ejercer auditorías exhaustivas es paradójico, porque el actual alcalde es precisamente contador público. Entonces callar es ser cómplice de esos desvíos y corruptelas.

También comprendo la actual oposición del empresariado a los aumentos de impuestos como es el caso de la basura (aunque esto ya ha pasado con aprobación del Congreso del Estado en años anteriores) y lo que es insostenible es que esa caja chica en que se había convertido el ex cuartel Pedro Baranda acabó con la llegada precisamente de panistas.

Sigo pensando que el gobierno Justo y Solidario estará planeando durante este año una salida correcta al asunto de la tenencia, que sin duda es un impuesto injusto y anticonstitucional, que afecta sobre todo los bolsillos de la clase trabajadora y de amplios segmentos populares.

Los dueños del capital con frecuencia presumen de su “compromiso social” para con el Estado y machacan su apego a los principios democráticos y de justicia social, pero en Campeche todos nos conocemos y sabemos que esa cicatera cúpula violenta desaprensivamente la Constitución General de la República, Carta Magna o Ley Suprema, pagan salarios de hambre, rehuyen cubrir el Seguro Social para sus trabajadores, abonan aguinaldos raquíticos, arrojan míseros vales de despensa para compensar dichos salarios y aplastan con el despido fulminante toda expresión de inconformidad laboral, a sabiendas de que los tribunales están a su entero servicio mediante los embutes económicos con los que dos que tres abogangsters aceitan las manos de venales jueces.

Hemos de hacer un alto en este comentario y nos veremos, Dios mediante, la próxima semana.


OTRO INSTITUTO EN ENTREDICHO

Ayer se efectuó al fin la elección, de alguna manera hay que definirla, del nuevo Instituto Electoral de Estado de Campeche (IEEC), que concluyó su ciclo de siete años desde que fue electa en una forma sui generis en el sexenio de Jorge Carlos Hurtado Valdez, la cuñada de su hermana menor (del gobernador). Cosas de familia, diríamos, pero que en un balance que habremos de hacer próximamente arrojará el verdadero cobre y la corrupción que perneó durante más de un sexenio.

Celina Castillo Cervera, fue jacha, calabaza y miel de los procesos electorales del Estado y ese instituto se caracterizó por los gastos desmesurados de un presupuesto galopante desde su primer año de ejercicio.

Mucho se dijo que antes de esta elección debió emitirse una convocatoria oportunamente, no en forma atrasada y hacer públicas las currículas de cada consejero aspirante. Nunca debió hacerse en lo oscurito ni a espaldas del pueblo, pero parece que al Congreso del Estado le salió el tiro por la culata. Esa secrecía que más parece dogma de los Iluminati, tuvo su in crescendo ayer sábado cuando se dieron a conocer a los palomeados. Ciudadanos y ciudadanas que cuentan con altos perfiles académicos e imparciales quedaron para la historia.

Los nuevos ganadores del Melate de siete años son: Jesús Antonio Sabido Góngora, presidente y a quien se liga fuertemente con Jorge Luis González Curi. Esta persona había tenido como último cargo la Dirección de Capacitación; Dulce María Cu Sánchez, no se movió del lugar porque era Directora Administrativa del IEEC; Jorge Manuel flores Silva, Lizeth del Carmen Ortega Aranda, Pedro Damas Arcos, Juan Gabriel Torres Canul y José de la Cruz Dzib Canul.

De nueva cuenta Campeche tiene a partir del próximo martes un órgano electoral con caras nuevas, pero mentes no tan imparciales y peor aun comprometidas con un “pasado de grandeza”. Volvemos de nuevo a aquellos tiempos en que la única vía al poder era la de ser designados por quienes han manejado por décadas sus intereses personales y no los de Campeche y menos todavía de la democracia. Mucho tienen que explicar Sabido Góngora y Cu Sánchez, sobre aquel asunto de los resultados del PREP (Programa de Resultados Preliminares) en que se dijo que existió un fraude en la contratación de la empresa que dio esos resultados.

Con este dedazo de quien sigue siendo Maquiavelo y escapa de la ciudad cada que hay un evento político importante, se ha dado con la puerta en las narices a la pluralidad y vuelve el chanchullo y los fraudes. Eso a nadie conviene. Los tiempos electorales del pasado deben quedar ahí, porque no pocas veces fueron razón y causa de los conflictos y peor aún, de la falta de credibilidad ciudadana. En esta mecánica de lo acontecido ayer en el Congreso todos los campechanos perdemos. Eso a nadie conviene. Hoy ganar una elección es un trabajo serio y quien no lo entienda así se habrá quedado en el pasado.

La maduración de una institución no es fácil, es ciertamente un proceso lento al que se aúna buenas reglas, buenos nombres, normas adecuadas y decisiones prudentes. Si en el pasado laudamos a esta institución hoy lo único que podemos darle es el beneficio de la duda.

Lento fue el proceso de asentamiento institucional. Muy rápida fue su caída en el desprestigio. Una regla imprudente y una renovación errada son en estos momentos causa y efecto para tirar a la basura lo que a duras penas se había conquistado. La norma implica reconformar íntegramente la cabeza del instituto y todas y cada una de sus partes, pero por favor no se deseaba un trasplante de un Frankestein en la figura de los dos principales consejeros electorales.

Ahora si, a Don Víctor le pasaron un strike en esta elección. Que recuerde que ya no es grato a los ojos de los miembros del Califato. El Congreso debe someter a escrutinio y evaluación periódica seria, puntual, sin apasionamientos  a este “nuevo instituto”. Si no lo hace sobre la culpa llevará la penitencia.            

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