ESTADO FALLIDO
México se encuentra en una encrucijada ante una guerra al crimen organizado que tiene tres años y medio y está cada día más perdida. Hoy domingo, habrán elecciones en doce estados de la República donde permeará el temor de la ciudadanía por los hechos de sangre en el estado de Tamaulipas. En el mejor escenario ganaría el abstencionismo y dejaría abiertas las puertas a la protesta post electoral.
Hoy, 12 de los 31 estados del país celebran elecciones para renovar alcaldías y los congresos locales. En ellos también se elegirán a gobernadores. El PRI busca en estos comicios fijar su posición para intentar recuperar en el 2012 la joya de la corona que perdió en el 2000 a manos del PAN, luego de 70 años en el poder.
Su calidad de favorito es indiscutible como señalan encuestas de opinión, salvo en los estados de Oaxaca y Puebla. Tamaulipas es un caso atípico por los sucesos ocurridos recientemente. La seguridad de los miles de candidatos se ha reforzado, así como la de los líderes políticos.
El gobierno federal y los propios partidos políticos enviaron el mensaje de concurrir masivamente a las urnas para que la delincuencia organizada comprenda que los votos son más potentes que las balas ¿será? Poco vivirá quien no vea el desenlace de estos comicios.
Por lo pronto, hay 12 gubernaturas en juego; mil 304 alcaldías y 416 diputaciones locales, además de cientos de regidores y síndicos, comisarios municipales, etc. Luego de las seis de la tarde comenzaran a fluir los resultados en los programas de resultados preliminares y habrá de observarse el panorama que pinta en casi la mitad del país.
México está de facto colombianizado. En 1989 el asesinato de Luis Carlos Galán, quien se perfilaba como el más probable ganador de las elecciones presidenciales de 1990 fue el punto culminante de la guerra declarada por Pablo Escobar Gaviria contra la extradición.
En medio de este clima de guerra en Colombia nace el movimiento estudiantil “la última papeleta” que logran un triunfo sin precedente al convocar a una Asamblea Constituyente para una nueva Constitución en 1991.
En 1993 en un amplio operativo Escobar Gaviria fue abatido y con él acaba la etapa en la cual los narcotraficantes habían declarado la guerra al estado colombiano. Hay un paralelismo notorio entre Colombia y México.
En 1996 el congresista colombiano Heyne Mogollón, abrió una investigación formal contra el presidente Ernesto Samper, en una acción sin precedente en la historia de Colombia.
México, es de facto una copia corregida y aumentada de Colombia. La aparición de grupos o cárteles es prueba de que la guerra del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa y los nueve cárteles (de Tijuana, de Colima, de Juárez, de Sinaloa, Arellano Félix, del Golfo, Pedro Díaz Parada de Oaxaca, del Milenio y los Zetas) están siguiendo el derrotero que se dio en Colombia.
La diferencia es que al caer Escobar Gaviria el narco colombiano perdió fuerzas y recursos. La permeabilidad y volubilidad de la clase política fomenta la colombianización. Los policías y los políticos, algunos con miedo y otros por su corrupción descarada, aceptan sobornos sin que les importe el terror que sufren los mexicanos e ignorando que han conducido a nuestro país a un estado de violencia demencial y peor aún a un Estado Fallido.
En la guerra contra las drogas hay un problema aún más grave: el consumo interno. Gran parte de los estupefacientes ya se queda en México, porque cuando las fronteras se comenzaron a cerrar los cárteles se establecieron en los mercados domésticos, que son fáciles de inducir.
Pero curiosamente en México está sucediendo un fenómeno, se está deteniendo a los consumidores en vez de a los proveedores.
La guerra contra el narcotráfico está fracasando porque pocos piensan en los drogadictos. Se ha enfocado la lucha a la captura de capos y buscando evitar que los dólares enriquezcan a los países latinoamericanos, con lo que en vez de atacar la raíz del problema, provocan una metástasis. No se puede seguir en México la misma historia, hay que cambiar de estrategia, pero el presidente Calderón sigue en su contumacia.
En Colombia asesinaron a un candidato a la Presidencia de ese país y en poco más de tres años, 21 candidatos a gobernadores, alcaldes y diputados locales fueron asesinados por grupos paramilitares de las FARC, mano armada del narco y todo ello en escasos seis meses.
De facto la mano del narco aliado con la política del partido en el poder asesinaron el 23 de marzo de 1994 a Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato del PRI y casi seguro ganador de esos comicios. Las indagatorias criminales siempre parten de una primera interrogante: ¿quién o quiénes fueron los beneficiarios? En el caso de ese magnicidio, es obvio que no pudo nunca prosperar la investigación mientras en la primera magistratura estuviera el principal beneficiario de su muerte: Ernesto Zedillo Ponce de León.
Quienes fraguaron el crimen, muy probablemente a través del brazo ejecutor del narcotráfico, ganaron todo un sexenio, entre 1994 y 2000, para asegurar su reacomodo, sin cambios estructurales, en la “nueva” perspectiva. En 1994, pese al hartazgo colectivo, la fruta todavía no estaba lo suficientemente madura.
A más de 16 años de distancia se sabe que Mario Aburto ha repetido hasta la saciedad en Almoloya de Juárez, que él es sólo “un chivo expiatorio”. También se sabe que el general Domiro García Reyes fue un cero a la izquierda para guardar la seguridad en el mitin de Lomas Taurinas en Baja California. Nunca le hicieron caso de que el templete estaba mal colocado y que estaban materialmente encerrados y sin seguridad. Quien ordenó todo ese día fue José Murat Casab, que años más tarde sería ascendido a la gubernatura de Oaxaca y al mando político sobre los mandatarios priistas de su época. Murat llevaba la voz cantante entre los asesores del asesinado aspirante a la Presidencia de la República. La confabulación fue enorme y en ella figuraron todos los cuadros del tricolor y dejaron el crimen en manos del narcotráfico, celebrando así la permisividad de lo que más adelante se está viendo.
En el caso de principios de la semana pasada del crimen de Rodolfo Torre Cantú, lo cazaron como en un “puj” (batida en maya). Lo atacaron con premeditación, alevosía y ventaja. Los sicarios poseían toda la información logística necesaria.
En el momento culminante colocaron un camión de remolque bloqueando las dos vías de la carretera hacia el aeropuerto. Lo curioso es que ni el candidato ni sus escoltas y acompañantes pudieron llamar por teléfono celular o radio, porque todas las señales de telecomunicación habían sido bloqueadas. Quedó totalmente aislado y a expensas de sus verdugos.
Los agresores llegaron en seis camionetas y descendieron de ellas 14 sicarios que abrieron fuego hacia el mismo objetivo: las dos camionetas con logos del PRI y de Torre Cantú. Es falso que no llevara una camioneta blindada porque si estaba en ella, lo que sucedió es que el blindaje fue perforado por balas especiales.
Al candidato lo bajaron de la camioneta y lo ejecutaron al pie del vehículo, dándole el tiro de gracia y dejándolo muerto a orilla de la carretera. Esto se supo por uno de los testigos heridos que declaró y que escapó con vida. Quién presume que en una de las camionetas –y que no se bajó- estaba Humberto Lazcano “El lazca”, número uno del cártel de los Zetas.
La noche anterior a la masacre los sicarios durmieron en un motel cercano al punto donde emboscaron a Torre Cantú. Lo curioso es que sabían todo sobre el movimiento, hora en que se trasladaría al aeropuerto, número de acompañantes, número de escoltas y armamento que poseían, el bajo blindaje de la camioneta en que se transportaba el candidato a gobernador del PRI y la carencia de blindaje de la otra Suburban. Además, la avioneta que abordaría hacia Valle Hermoso, lugar totalmente controlado por el narcotráfico.
Es la hora de las culpas. Si el hermano del sacrificado candidato Egidio Torre Cantú logra el voto sentimental de los tamaulipecos y gana la gubernatura tendrá un serio problema porque el actual gobernador Eugenio Hernández Flores y el ex gobernador Tomás Yarrington habrán controlado de nuevo esa entidad y seguirá igual o peor la presencia del narcotráfico que se asentó ahí en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari y con el ex gobernador Manuel Cavazos Lerma.
El esclarecimiento de ese crimen quedará como el de Colosio Murrieta, porque hay muchas líneas de investigación y algunas de ellas llevan hacia el partido en el poder en esa entidad.
Hasta cuándo comprenderá Calderón Hinojosa que su guerra está perdida y que debe optar por devolver a quienes le vendieron la idea de esa lucha, que ellos no dejarán de venderle armas a los narcos mexicanos, porque una Enmienda de su Constitución señala que no está prohibido comprar y poseer armas de fuego.
Entonces ¿qué estamos haciendo los mexicanos si quienes nos deben de apoyar le facilitan las armas que han matado a más de 25 mil mexicanos en escasos tres años y medio? Son las armas y no la droga nuestra prioridad. Expertos señalan que los retenes en México se deben reubicar para que intercepten armas de fuego que hasta hoy fluyen libremente. Por otra parte que los cargamentos de droga que llegan desde Sudamérica con destino al gran mercado de EE.UU. sigan el camino con la menor resistencia hacia la frontera, minimizando la violencia, muerte y mutilación entre los mexicanos.
Dejemos que los norteamericanos se ocupen ellos solos de su cruzada contra las drogas en su territorio y que sea a costa de las vidas de ellos y ya no más de mexicanos- Todo ello hasta que se encuentren dispuestos a hacer su parte en detener el comercio de armas hacia México, que tanto dinero les rinde y tanto dolor nos causa a este país.
El gobierno fallido de Calderón debe priorizar el uso de los recursos, desgraciadamente este gobierno panista está haciendo todo al revés. Mantener la política actual en materia de seguridad es un estúpido proceder, servil o perverso en el peor de los casos.
Jugada de espera.
UNA PARTIDA INTERESANTE
Está creciendo la impaciencia. La gente no ve claro. El gobierno estatal se mueve en cámara lenta: le pide permiso a un pie para mover el otro. Parece que la doctrina que prevalece es la letra muerta.
Hay varias situaciones que se han dejado hacer y dejado pasar para confirmar lo anterior. No hay consenso aún sobre cuáles son los verdaderos fines de esa permisibilidad. Estamos cerca del primer informe del gobierno Justo y Solidario y ya existen rezagos en la aplicación de la ley. El desacato de la ley está convirtiendo a la Constitución en una piñata donde el que más palos le ha pegado es Luis Antonio Che Cu, sin dejar muy atrás a los taxistas del FUTV, a los invasores del predio de la nuera del extinto ex gobernador Eugenio Echeverría Castellot y a últimas fechas hasta de lo que hicieron y dejaron de hacer hace 80 años los que introdujeron el servicio de agua potable en esta capital, quienes con plantones y amenazas de suspensión del servicio a todos los usuarios ponen en entredicho la ley de dos pesas y dos medidas.
Esto sólo puede verse de una manera: la defensa de la ley. Y vamos a pasarlo a un juego de ajedrez. El gobierno y sus áreas responsables son las rojas y los contrarios son las azules. Esto en si es un juego entre dos bandos, entre dos partidos políticos, entre dos edificios que divide la calle 8 entre 61 y 63.
¿Dónde están jugando? En un tablero de cuadros. Los cuadros son la ley, los violadores de la ley con sus tiempos y sus formas se mueven como caballos, otros como alfiles. El rey, en este caso el Ejecutivo estatal va para todas partes. La torre suele defender al rey.
Da la impresión que como en el ajedrez se va despacio. Hay sistemas de juego conocidos como aperturas o variantes, diseñados por los grandes maestros, que permiten avanzar con rapidez hasta cierto punto.
Se va entendiendo. Detrás de las rojas está un partido en el poder que en este caso juega con ventajas o vamos a decirlo en lenguaje común con más lana. No es la primera vez que se enfrentan. Están como perros y gatos desde el pasado mes de octubre y cada día se conocen mejor pero se siguen dando los golpes bajos por ambas partes.
Hay en esta partida poderes fácticos que están haciendo las veces de jueces y que echan diariamente leña al fuego para que la partida vaya cobrando interés y con ello aumenten sus jugosas percepciones. Se sigue recabando datos sobre la tanda de mentiras de ambas partes y la necesidad de que quienes hablan conecten el cerebro con la lengua. Porque no cabe duda de que esa jugada de prometer luego de 80 años una lanota a los ejidatarios de Chiná, es como pensar en una Controversia Constitucional por las violaciones cometidas por Porfirio Díaz en sus años de dictador.
Los de enfrente en su edificio ya viejo pero todavía en pie y con cristales por todos lados han seguramente movido sus fichas reuniendo un “dossier”, un libro blanco, sobre sus tácticas de juego y se cree que cuándo lo terminen tratarán de dar el jaque, el “cheessmate” a los azules.
Sin embargo estos últimos esgrimen en su defensa y mueven sus fichas para prolongar la partida, buscando una “concertacesión” que es muy difícil a estas alturas, porque ambas partes ya tienen en sí un cambalache de piezas que podría terminar en tablas.
Como no se sabe que piensan los grandes maestros cualquier pronóstico es aventurado. ¿Qué busca Don Roberto? ¿el imperio de la ley? ¿salvar su prestigio? ¿qué los rojos avancen más y se posicionen en la ya no tan lejana contienda del 2012? ¿eliminar al joven de los “cajoncitos de estacionamiento”?
¿Qué busca por su parte la cabeza política de los azules? ¿permanecer quieto en Ciudad del Carmen y esperar que la partida la pierda el del cuartel? ¿de esa forma lo descarta de un futuro inmediato? ¿eliminarlo del torneo? ¿acomodar entonces a sus propias fichas y salvar el pellejo luego del 2012?
Hasta ahora el pueblo es espectador de esta partida. Luego pasará los gastos en forma de votos. Hay que recordar que en ajedrez, para ganar o empatar, muchas veces hay que sacrificar piezas. Una torre, un alfil, incluso la reina. Claro, mientras que el rey no sea el sacrificado.
Pero en todo esto muchos dicen que no nos vayamos con la finta. Que hay gato encerrado y que los jugadores podrían quedar tablas aunque sacrifiquen piezas azules o rojas luego de los primeros informes que ya vienen.
Jaque al pastor.
UN DIA DESPUES
La preocupación de millones de mexicanos de 12 entidades federativas, de inversionistas mexicanos y extranjeros, de organismos internacionales y de todos los partidos políticos participantes es lo que sucederá a partir de mañana lunes 5 de julio. La preocupación sin embargo no es quien va a ganar, sino el que gane, ¿cómo va a ganar? En este sentido son varios los escenarios posibles, de los cuales solo uno aparece como altamente inestable, aunque efectivamente no debiera serlo y en una democracia consolidada no lo sería.
1.- El primer escenario es el de una victoria del PRI por un amplio margen y creíble que deje conformes a los otros contendientes. Que deje atrás las suspicacias del acarreo y compra de voto. No queda muy claro que sería un amplio margen, pero es muy factible que más del cinco por ciento haga que un triunfo del PRI sea poco cuestionable. Con un triunfo claro el partido ganador tendría el apoyo de las autoridades.
2.- El segundo escenario es aquel donde el PRI gana con menos del cinco por ciento. En este caso las variantes son muchas: si la alianza logran documentar suficientes irregularidades ocurridas hoy domingo, pueden arrojar una duda razonable sobre el proceso. Esta posibilidad no es muy grande, dados los controles de los Institutos Electorales de cada Estado; sin embargo si la distancia entre primero y segundo lugar es muy estrecha estas irregularidades pueden ser fuente de conflicto importante.
3.- El tercer escenario es el de una victoria del PAN-PRD-ETC por pocos o muchos votos. En este escenario no habrá demasiadas protestas poselectorales del PRI creíbles, aunque no es de descartar que sea el propio PRI el que realice las protestas y aunque generarían una inestabilidad temporal, no es probable que el partido en el poder federal apoyen esta medida.
El PRI ha amenazado de que se usará todo el aparato político posible para apoyar al partido concluya o no del modo terso el proceso electoral. Van por todo y en especial por estados como Oaxaca, Puebla y Veracruz.
El último escenario y el más preocupante, además de riesgoso, es uno inconcluso, definido por una aparente victoria del PRI pero con un margen tan pequeño que hasta la menor impugnación pudiese modificar el resultado. Toda la oposición, sin duda, se sumaría a la protesta. ¿Veremos esta situación mañana? El ciudadano es el que tuvo la última palabra y ojalá la haya empleado bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario