domingo, 21 de marzo de 2010

A RITMO DE BOLERO

Cómo han pasado los años…

Hace 72 años que el presidente de México, Gral. Lázaro Cárdenas del Río, expropió el petróleo, quitándole de facto esa riqueza a compañías extranjeras. La historia consigna lo acontecido y los regímenes revolucionarios alabaron la decisión. Hoy, a tantos años de distancia Petróleos Mexicanos (Pemex) no le ha dejado prosperidad a este país, por el contrario es el foco de disputa del gobierno federal contra todos aquellos estados que osan exigirle a esta paraestatal lo que en justicia le corresponde.

Voy viviendo ya de tus mentiras, se que tu cariño no es sincero…

Apenas el pasado jueves, el gobernador del Estado, como pocas veces se le ha visto, señaló duramente que Pemex sigue sin aportar lo que ha prometido. Hace pocas semanas atrás, con bombo y platillos fue anunciada la firma de Un Convenio Marco con esa paraestatal, que aportaría una serie de recursos en efectivo, en obras de beneficio mutuo, en gasolinas, diesel y otros.

Sabrá Dios, si tu me quieres o me engañas…

Lo que entendemos que fue la gota que derramó el vaso fue, primero, que el presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, vacacionó en un feudo español en Imí III, con toda la parafernalia que reviste a un presidente que le teme al pueblo. Cientos de soldados, policías federales, miembros del Estado Mayor Presidencial y el apoyo de policías estatales tomaron ese pequeño poblado ante el azoro de los campechanos. Aviones a reacción surcaron el tranquilo espacio aéreo de Campeche. Lo peor es que durante dos días “el cónclave” tuvo visos de vecindad, porque los españoles si algo han aprendido en esta tierra es a chismear. Los oídos del presidente y de su mujer grabaron todo, o casi todo. El resultado fue que en al acto de aniversario de la Expropiación Petrolera efectuado en Tula, Hidalgo, no fue invitado el gobernador del Estado que sigue aportando a la Federación más del 75 por ciento de hidrocarburos. Todo indica que al que si invitaron fue al nuevo subdirector de Pemex en la isla, Mario Avila Lizárraga. Afrenta número uno.

Esta tarde vi llover, vi gente correr y no estabas tu…

Otra más fue el desplante que el secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas, le hizo al gobernador con la cancelación a última hora, cinco para las doce de una cita, y lo dejó plantado. Ortega Bernés, esperaba dialogar con el controvertido servidor público sobre el proyecto de la autopista Campeche-Mérida, por cierto la justicia no se le ha aplicado en el caso de la Guardería ABC de Sonora, donde fallecieron 49 niños. Calderón Hinojosa ha amparado a Molinar consecutivamente, y es casi seguro que el plantón al gobernador campechano haya partido del War Room de Los Pinos. Lo más triste es que “un gato de Angora” del Presidente de la República, se de el lujo de esta acción ante un gobernador Constitucional electo por la voluntad del pueblo campechano. La afrenta es más de lo que parece, porque el pacto federal está siendo cuestionado con acciones de esta naturaleza.

Se te olvida, que hasta puedo hacerte mal si me decido…

La Presidencia de la República a través de la Declaratoria a la Nación y Acuerdos recomendó en septiembre de 2004: “fomentar la inversión y rendimiento de Pemex, RESARCIR al Estado de Campeche, porque las participaciones que se le otorgan por petróleo no corresponden a la producción que se logra en el Estado, por lo cual se le otorgará un trato preferencial (sic) en el Presupuesto de Egresos de la Federación, adecuado a su circunstancia particular”.

Sin embargo sólo se nos dio atole con el dedo. La mejor prueba de este “trato preferencial” es lo que nos hicieron el año pasado en que más de mil millones de pesos dejaron de recibirse por parte de la Federación. En esta tesitura ya basta de estirar la mano para pedir caridad, la justicia no llegará como la lluvia (Sansores Pérez dixit). Juristas de varias partes del país ha recomendado que “hay que fundar constitucionalmente que Campeche solicite la revisión del pacto federal” Es necesario una Controversia Constitucional para que la Nación entregue a nuestra entidad la parte que en justicia le corresponde por la explotación desmedida de sus recursos.

En estos momentos la única pelea que Campeche está sosteniendo en tribunales contra la Federación es la de la industria pesquera, no sólo la reparación del daño, sino la demanda de prestaciones a Pemex, en mejoramiento de la Sonda de Campeche; la regeneración, el que levante todo el cochinero que han tirado y siguen tirando al mar de Campeche y que Pemex contribuya no solamente con la indemnización, sino con la recuperación de la flota pesquera campechana.

Ecologistas, hombres de mar y estudiosos del tema señalan que “el ecosistema existe, o sea el camarón se sigue reproduciendo y debe de volverse a dar, la larva ahí está, se debe obligar a Pemex a respetar las normas internacionales”.

El pacto federal mexicano tiene las firmas de los representantes de las Californias, de Nuevo México, de Arizona y de Texas. No se han borrado esas firmas, los territorios ya no están, pero está en el pacto federal original. Un pacto federal es una constitución de una sociedad de estados que aportan su población, territorio, sus mares a un pacto de toda la Nación, para ser una Federación, como un socio aporta una sociedad, pero resulta que hoy a la vuelta de tantos años, lo más valioso que tiene esta sociedad es lo que aportó el socio Campeche y curiosamente no le toca nada de la sociedad.

Por ello es menester que Ortega Bernés, convoque a la sociedad campechana en su conjunto para estudiar a fondo la revisión de este pacto federal. No puede Campeche renunciar a su derecho, y dice “no”, porque la explotación de sus suelos de los fondos marinos corresponde a la nación, que es la Federación constituida por los estados, corresponde a la nación sí, pero eso es la controversia que Campeche debe plantear ya.

A Campeche si no le toca nada, por qué se le da una cantidad menor a la que recibe Tabasco, si el 75 por ciento del producto petrolero del país sale de la Sonda de Campeche, es injusto en todos los tonos y en todos los órdenes.

Jugada de espera

EL PLAN ESTATAL DE DESARROLLO

La crítica más de fondo que se le puede hacer al Plan Estatal de Desarrollo 2009-2015 que presentó días atrás el gobernador Constitucional del Estado Fernando Eutimio Ortega Bernés, es que en esencia no se trata propiamente de un plan y mucho menos de un plan estratégico. De hecho el mismo gobernador acepta que “será el instrumento rector para la consecución del Campeche Justo y Solidario al que aspiramos”.

Pensamos que será más adelante cuando al darse a conocer los planes sectoriales se empiece a dar sustancia al plan. En tanto que la visión que orienta al PED, en realidad será elaborada porque esa visión de Estado subraya que “Tener un Estado de progreso, moderno, con calidad y seguridad de vida, en donde pueblo y gobierno suman esfuerzos para edificar un Campeche Justo y Solidario. Que sea por siempre y para todos, el mejor lugar para vivir”.

Eso explica porqué el plan no tiene un diagnóstico acabado ni metas, ni indicadores. En otras palabras, se presentó el cascarón del plan y debemos esperar ahora a que trabajen cada una de las secretarías y dependencias del gobierno estatal, para en los próximos meses ir conociendo cómo se encaminará el rumbo definitivo de este gobierno.

Por lo que se observa en los cuatro ejes en que se resume el plan, es y será la educación como prioridad, lo cual es muy positivo, sin embargo, hay que advertir que la revolución educativa que se propone está orientada 100 por ciento a la Gnosis y cero por ciento a la Sofía. Eso es peligroso porque pude dar lugar a fracasos, ya que el problema de todo México no sólo es de gnosis (conocimiento científico-técnico), sino principalmente de sofía (la sabiduría de los principios y valores universales y el apego a ellos).

En una brevísima síntesis se pueden observar varios puntos:

  • No hay diagnóstico.
  • No hay prelación, jerarquización de prioridades.
  • No hay una matriz tecnológica que soporte las acciones que va a realizar el plan.
  • Tampoco se observa un modelo de toma de decisiones.
  • La visión quedó sólo en el planteamiento de deseos, de objetivos.
  • El plan no logra convertirse en el punto de referencia al cual puede acudir la sociedad para darle orden y sentido a sus iniciativas.
  • No hay previsión de riesgos. Ni económicos, ni financieros, ni sociales, ni políticos, ni demográficos. Eso convierte en plan en algo vulnerable en un México turbulento lleno de problemas.
  • El plan no fija metas cuantitativas. Un plan sin metas no funciona.
  • El plan no tiene dientes. Un plan sin recursos no sirve de mucho. Se convierte en un catálogo de buenas intenciones. Habrá que esperar el plan financiero para saber qué tanto podrá morder el PED.
  • El plan no dice cómo ni con qué se lograrán los objetivos.
  • Se dice que fue nutrido con opiniones de especialistas y de ciudadanos, entre la experiencia y el sentido innovador, entre el pasado y el futuro, pero no se ve esa conciliación en ninguna hoja del plan.
  • Desgraciadamente el gobierno va a caer en lo mismo que quiere evitar. “actuar sólo ante la coyuntura, sin visión de largo plazo, sin evitar que las circunstancias inmediatas o los tiempos que marcan los ciclos de la administración pública terminen por imponer sus urgencias”.


Wayne Dyer, advierte en su libro Caminos de Sabiduría que cualquier plan es una forma inteligente de conducir un gobierno, pero es negativo prendarse de él. No hay que confundir el plan con el vuelo, ni el vuelo con el plan.

El gobierno Justo y Solidario posiblemente conoce y diagnostica bien la serie de problemas a los que se está enfrentando. Su visión parece adecuada. Sin embargo, a la hora de entrar al qué se va a hacer y cómo es ahí en donde empiezan los problemas. Ante la falta de acciones concretas empieza a utilizar palabras técnicas huecas, terminajos que quieren decirlo todo y no dicen nada como el hablar en infinitivo. Es una especie de neodemagogia, que algunos analistas siempre señalan este comportamiento. Julián Barquín, doctor en economía por la Universidad Complutense de Madrid, señala:

“No se si lo habré digerido, pero confieso que he leído bastante sobre Planes de Desarrollo. La imagen que me queda después de esta lectura se parece a los antiguos anuncios de Charles Atlas, donde aparecían viñetas con un antes, mostrando la figura de un ridículo alfeñique, y un después con la imagen de aquel famoso atleta en plena exhibición de bíceps. El cómo se resumía en simples ejercicios diseñados ex profeso por el exitoso promotor de la musculatura”.

El PED es un documento de iniciativa, pero sin compromisos concretos ya que no están las obras prioritarias por ejemplo: la conclusión de la última etapa del acueducto de Ciudad del Carmen; el desvío carretero de Atasta, la conclusión del Grupo Mall (que aunque suene a risa ya debe ser prioridad del Estado por lo que implica en materia turística); la autopista Campeche-límites con Yucatán; el equipamiento y terminación del Hospital de Especialidades; el Hospital del Niño y la Mujer; la construcción de 20 mil viviendas; la infraestructura educativa para niveles medio y superior en diversas regiones del Estado; la escalera náutica que reclaman cuatro entidades del Golfo de México; la consolidación del sistema eléctrico de la entidad para hacer crecer la inversión en industrias; la reconstrucción de caminos rurales y a zonas de producción agrícola; el saneamiento de la bahía de Campeche; el drenaje de la ciudad que es Patrimonio Cultural de la Humanidad y la planta de tratamiento de aguas negras y finalmente ya NO invertir en medios de comunicación que es a fondo perdido.

Planear lo que se quiere demanda como primer paso, imaginar, vislumbrar, decidir, un proyecto de Estado. Pero esta visión del futuro enmarcado en seis años por venir no puede estar aislada no olvidar lo que hasta ahora se ha logrado como entidad federativa. Una sociedad sólo puede entenderse desde la perspectiva de su pasado, que siempre será una síntesis incompleta de sus aspiraciones.

El Plan Estatal de Desarrollo es , no cabe duda, la guía del Poder Ejecutivo Estatal, por mandato Constitucional. Estamos conscientes que nadie puede sentirse satisfecho con lo que se ha logrado hasta la fecha como Estado. Nadie puede sentirse satisfecho mientras existan millares de familias campechanas viviendo en la miseria. Nadie puede sentirse satisfecho mientras sigamos ocupando los últimos lugares en desarrollo y crecimiento económico sostenido.

Para construir el Campeche al que aspira a llevar Ortega Bernés, necesita poner al día al Estado. Al día en materia económica, en materia de desarrollo social y humano, en materia de orden y respeto, en materia de buen gobierno y finanzas públicas sanas y transparentes; pero por sobre todo, necesitamos poner al día a Campeche en materia educativa.

Se requieren nuevas formas de estructurar el gobierno. Replantear la estructura de la administración pública para imprimirle eficacia, acabar con el burocratismo, terminar con la corrupción y con el dispendio. Establecer una nueva relación entre el gobierno y la sociedad, una relación cimentada en el respeto, la transparencia y la rendición de cuentas, con servidores públicos resueltos no sólo a atender a los ciudadanos, sino a trabajar con ellos.

El éxito no es producto de la suerte o de la casualidad sino del establecimiento de objetivos claros y de la aplicación correcta y oportuna de estrategias bien definidas para hacer posible lo que en efecto todos deseamos un Campeche más justo y solidario.

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