martes, 24 de septiembre de 2013
SUMA DE TODOS LOS
MIEDOS
La noticia de la semana en Campeche fue el banderazo de salida de la
construcción del llamado “Mega Drenaje” que tendrá una longitud de 4.9 km
lineales y podrá encauzar 24 mil litros/segundo.
Si no fuera porque soy incrédulo por naturaleza, pensaría que esto es la
gran solución para las inundaciones que Campeche ha tenido a lo largo de más de
450 años de haber sido construida la vieja ciudad de San Francisco de Campeche.
Pero fíjese bien estimado lector. Su recorrido por este kilometraje
citadino recibiendo y trasladando el tributo de aguas pluviales hasta la bahía
esta muy bien, pero, llevarlas al mar y depositarlas en la azolvada ---por
centurias---, costa de Campeche está en chino, porque si consideramos que la
zona marítima y la lluvia tienen memoria, recordaremos que las grandes
inundaciones de esta ciudad capital se dieron al concatenarse las
precipitaciones pluviales con el crecimiento de la marea (pleamar) por un
fenómeno meteorológico como es un huracán.
Si el crecimiento es extraordinario no habrá mega drenaje que funcione,
simple y sencillamente por una ley física. Al revés, el mega drenaje puede
servir para empujar la altísima pleamar hacia adentro de la ciudad. El mejor
ejemplo lo tuve cuando trabajaba en un periódico que está en la avenida Adolfo
Ruiz Cortines y llegaron simultáneamente dos huracanes: “Opalo” y “Roxana”,
éste último retornó empujado por un frente frío y la alta marea aunada a las
precipitaciones pluviales desbordaron toda la costa de la ciudad. En mi oficina
el agua se elevó a más de un metro de altura, pero cosa curiosa, esa agua no
era de lluvia sino salada; es decir, los drenajes que tributan hacia el mar
usaron esos mismos ductos para enviar tierra adentro agua marina.
Pero como el tema da para mucho más, habré de comentar oportunamente el
porqué de esas inundaciones sobre todo en la zona de Fracciorama “Viluch” y los
terrenos que un día fueron propiedad del padre de don Francisco Bernés “Chudeo”, zona que conocimos como “Las
Flores”, que desde mi niñez junto con mis amigos como Víctor Manuel “El Chel” del Río Laviada,
José “Pepín” del Río Rodríguez, Marcelino “Chelín” Jiménez Aguilar, visitábamos
en los meses de agosto y septiembre (eran de vacaciones escolares) para bajar
mangos verdes, grosellas y con resorteras tirar iguanas. Esta vasta heredad
quedaba del otro lado de la vía del FF.CC., pero era zona de akalchés y en esos
meses los terrenos estaban llenos de grietas por donde se filtraba el agua
pluvial.
Desde entonces me acuerdo que un tío que era ingeniero me dijo que esa
zona no era apta para construir viviendas y que no debía tocarse, porque era el
filtro para los reservorios subterráneos, principio y fin de una cuenca como
las que existen en Chiná y Huayamón.
Alguien me señaló en estos días que esta “autopsia” (abrir de arriba
hacia abajo la tierra), que le harán a la ciudad de Campeche va a traer
consecuencias imprevisibles. Nadie ha pensado en el calentamiento global que
según expertos científicos, estará ya presente en el año 2030, que si nos
ponemos a pensar algunos ya no lo veremos, pero la generación actual estará
activa en esos años por venir.
Otro detalle más. Decir que se construirá en 18 meses, es una praxis
política. Esto podría durar hasta entrado el próximo sexenio estatal, y si bien
nos va a lo mejor EPN lo inaugura antes de salir dentro de cinco
años. El sistema de 60-40 (federal y estatal) no es de justicia porque EPN prometió
que esa obra sería de su gobierno.
EL PEOR HURACAN DE LA
HISTORIA
“Gilberto”, “Opalo”, “Roxana”, “Isidoro”, “Arlene”, “Dean” y un largo
etcétera son 13 huracanes que han afectado a la ciudad desde 1988. Pero el peor
huracán de la historia de San Francisco de Campeche nos golpeó en el siglo XIX.
Las crónicas de ese año consignan que era el capitán general de la
provincia de Yucatán, el mariscal don Benito Pérez Valdemar, cuando la gran tormenta
azotó la ciudad. Se asienta que: “La Puerta de Mar que fue cerrada para evitar
la entrada del fuerte oleaje, cedió al empuje de la tormenta y el agua alcanzó
gran altura de la muralla y hasta dos brazas en las calles inmediatas.
Un bergantín, que rompió sus amarras, se detuvo frente a la puerta
principal del templo de Guadalupe, tocando con su bauprés el balcón del coro.
Derribada la puerta que mira al mar, se inundó el templo. Varios buques, entre
ellos, la fragata “La Tambora”, fueron impelidos hasta tierra adentro en el
mercado antiguo y aduana, ubicados en la línea de costa primaria”.
Tres documentos dan testimonio de la inundación de 1869, en la noche del
26 de octubre. Alvarez
Suárez (1913), Aznar (1968) y Pérez Galaz (1979).
En Anales Históricos de Campeche p. 99-101, Mérida, Yuc., México. Imp.
Del Colegio José de Artes y Oficios, Tomo II, Bib. Pub. Central Francisco Sosa
Escalante.
La inundación del 26 de octubre de 1869 en la ciudad de Campeche ha
quedado asentada como la más grande en la historia de más de 450 años.
Esas mismas crónicas señalan que ese día cerca de las dos de la tarde
comenzó a caer un aguacero torrencial que duró cuatro horas. A las seis, la
lluvia cesó de caer, componiéndose la noche.
Pero poco después de las nueve de la noche, procedente de los montes
próximos, comenzó a descender de los cerros un verdadero torrente, a tal
extremo que en hora y media, el nivel había cubierto todas las calles
alcanzando en algunos lugares hasta tres metros de altura sobre el nivel del
suelo.
Rápidamente se dispusieron embarcaciones que anclaban en la costa para
el salvamento de las familias que se habían refugiado en los techos de las
casas y en lugares altos como las murallas.
Multitud de botes recogían a los refugiados en los lugares altos para
ponerlos en lugares seguros. El origen del fenómeno meteorológico no se supo de
manera cierta, pero hoy se presume que se trató de una tormenta o huracán. Es
la única explicación posible. Nunca se supo cuántos campechanos fallecieron
pero se calcula que éstos fueron más de 300.
Los campechanos golpeados por esta tormenta y que pertenecían a los
barrios de Santa Ana, San Román, Santa Lucía, San Francisco, La Ermita y
Guadalupe sumaban miles.
Sin embargo estudiosos han opinado que ese día sucedieron fenómenos
tales como una gran creciente del mar que por si misma produjo la inundación de
las zonas más próximas a él. Inclusive hay relatos de que grandes olas
derribaron puertas y ocasionaron desperfectos en las casas más próximas a la
orilla; se consignó la destrucción de parte de la vía hacia el pueblo de Lerma,
lo que indica que la marejada desbordó todo el litoral campechano. Se ha
llegado a pensar que pudo ser un tsunami, pero no se pudo precisar si esto
ocurrió en todo el litoral que corre desde los humedales de Tabasco hasta las
salinas de Isla Arena.
Los campechanos analizaron que desde el martes 13 de octubre comenzó a
perfilarse la catástrofe. Ese día cinco fuertes aguaceros descargaron sobre la
ciudad, con su correspondiente acompañamiento de rayos y truenos. Estalló
también a las nueve de la noche del día 14 otra lluvia torrencial acompañada de
un viento ciclónico que amainó hasta el domingo 16 ya bien entrado el día.
Las aguas del mar debido a la creciente producida por el temporal
inundaron la ciudad hasta la calle de la muralla, internándose tierra adentro
hasta los barrios donde las aguas del mar y la lluvia se confundían. Pero donde
causó más estragos fue en las fincas próximas a la ciudad, en los plantíos
principalmente arrozales y maizales donde originaron incalculables pérdidas.
MEXICO PAGA SU CUOTA
DE VIDAS HUMANAS
El cambio climático va a seguir provocando que lluvias, huracanes,
frentes fríos y distintos fenómenos meteorológicos afecten a las poblaciones de
nuestro país. Tendremos que acostumbrarnos a vivir con esta circunstancia.
Además, no estamos preparados para enfrentar estas contingencias.
Los sistemas nacionales de Protección
Civil de México no sirven, comenzando con Luis Felipe Puente Espinosa, coordinador
nacional de Protección Civil a quien le estalló la desgracia de Guerrero y
Veracruz.
Este fulano creyó que con enviar Twitters remediaba el mal, pero se
olvidó que las familias afectadas, todas ellas de baja condición económica,
carecen de este servicio. El resultado: más de 200 muertos y miles de millones
de pesos en pérdidas materiales.
Está claro que 140 caracteres no sirven para nada cuando de evitar
tragedias civiles se trata. Para acabar pronto Twitter no es el medio oficial,
sobre todo donde se encuentra en riesgo la población civil.
Ridículo y estúpido es alertar a la población de graves peligros. Y peor
aún no prevenir los aludes, aluviones, desgaje de cerros en una país con una
orografía sui generis.
CAMPECHE, SIN CULTURA
DE PREVENCION
De los últimos fenómenos que han atravesado el territorio nacional y de
la temporada 2013 solo uno ha tocado a Campeche, en su nivel de depresión
tropical.
A nivel nacional hasta esta fecha se sabe de más de 220 muertos y
cientos de desaparecidos. “Ingrid” y “Manuel” ha resultado nefastos para
México. La gente perece, sorprendida o alcanzada por el avasallamiento del
caudaloso correr del agua pluvial, pero en especial del reblandecimiento de la
tierra que se convierten en aluviones necesariamente mortales, que han acabado
con pueblos completos.
Ahora, la solidaridad nacional y en ocasiones extranjera se hace
presente para asistir a las víctimas del clima y el problema es mayor; se
extiende para el gobierno federal, los gobiernos estatales, municipios e
instituciones, porque la gente se está muriendo de hambre y en muchos casos con
heridas de consideración. La tensión social está siendo aprovechada por partidos
políticos como siempre.
Estas afectaciones tienen su explicación en la burocracia y su peor
enfermedad es la corrupción. Esta es una de las situaciones que explican que
nada cambió con la asunción a la presidencia de la República de Enrique Peña
Nieto.
Aunado a que no hemos visto cambios en la política económica,
financiera, exterior, etc., pues todo ha sido permisión para que las cosas
sigan como estaban en el sistema tricolor hasta antes de la llegada del panismo
en el 2000, nada tampoco ha cambiado (faltaba más) en materia de prevención de
desastres naturales.
En el estado de Guerrero, las lluvias con sus consecuentes daños y
secuelas, solo tienen un ganador: EPN, quien usa y se escuda en los desastres
naturales para promover su imagen personal, así como las de su partido, para
mantenerse en el poder y prolongar ---Dios no lo quiera---, una segunda época
de “dictadura perfecta”.
ESTAMOS EN LA CUERDA
FLOJA
En Campeche, año con año en el Congreso del Estado se autorizan en los
meses de diciembre de última hora y de “fast track” el Presupuesto de Egresos y
la Ley de Ingresos, conteniendo una gran parte de los recursos para desastres
naturales, fuera de los federales que provienen del FONDEN.
En tanto, para después del paso de los meteoros existen recursos
disponibles para la reconstrucción y edificación de viviendas a quienes las
perdieron.
En nuestra ciudad capital, pomposamente desde el ms de junio, cuando oficialmente se inicia la
temporada de huracanes, se junta a todas las autoridades estatales y
municipales involucradas y se anuncia la puesta en función del Comité Estatal
de Protección Civil, que es operado a través del Comité Estatal de Emergencias
(CENECAM).
Hugo Villa, rara avis en la oficina del CENECAM es quien da los partes
metereológicos y aunque rara vez le atina en sus predicciones, infaltablemente
da los pormenores de la situación al inicio de la temporada de ciclones, ofrece
los nombres que llevarán los “sistemas” y se luce de capa y espada ante los
jefes de la manada. Todos saben que luego regresa a su ocupación de recorrer
los estanquillos en busca del premio mayor o del boleto premiado, mientras su
secretaria “vigila” la computadora del tiempo tratando de entenderla.
NADIE AVISA DE NADA
En los peores ciclones o tormentas de Campeche, como el “Gilberto”,
“Opalo” y “Roxana”, se recuerda que las mayores afectaciones se dieron por las
inundaciones, y también por las corrientes de agua. Pero también se dieron en
partes donde los vientos fueron los que hicieron de las suyas. En colonias
altas del norte de la ciudad, muchas casas con techos de lamina volaron.
Es evidente que no se han tomado en cuenta la amenaza y latente peligro
de los deslaves. Así como no se ha considerado en puntos importantes de
población en la actualidad, la contingencia de las inundaciones. Sobre todo, en
sitios que por la naturaleza de su suelo, son altamente propensos a sufrir
inundaciones, tal como ha ocurrido.
El CENECAM solo “trabaja” cuando se instala y dejan a su meteorólogo
adormilado elaborar boletines para los medios de comunicación. Es inoperante
pues desconoce incluso los lugares donde hay inundaciones. Está visto, su
dirección general solo sirve como premio para ex funcionarios y diputados
cómplices, como en el caso de su actual directora y para colocar ahí a
políticos en la banca.
Pero no sirve y nunca ha servido para prevenir, pues esa tarea es o
debiera ser permanente. La realidad es que la gente en verdadero peligro solo espera un ciclón
para ver su suerte y para que luego vengan las lamentaciones y los políticos y
los políticos se paren el cuello, con su supuesta asistencia y cumplimiento de
su obligación, como es el caso de EPN.
SITIOS PELIGROSOS
¿QUIÉNES LOS PERMITIERON?
En este municipio y en la ciudad de San Francisco de Campeche, cumplimos
con informar que hay sitios muy peligrosos, cuya población fueron autorizados
por corruptos sistemas municipales de gobierno campechano.
Un caso destacable está en las colonias Nachi Cocom y Elvia María Pérez,
colonias cuya creación fueron autorizadas, fomentadas y hasta propagandeadas
por intereses políticos partidistas de quienes nos gobernaron en su momento, en
los sexenios 1985, 1997 y 2003, principalmente.
Toda esa gente que ahí vive corre peligro. Son alrededor de tres mil
familias. No hay que dejar de mencionar otro caso importante: la colonia El
Mirador, que tal vez es la más peligrosa porque está rodeada de cerros en pleno
saqueo de parte de constructoras que utilizan el material de banco para
construir casas, pagando un impuesto a la Comuna y, por consiguiente, en
posición constante de venirse abajo.
Se constató la delicada situación de peligro que viven, al menos, unas
50 familias cuyas viviendas se asientan en los lados de la calle Chac Mool, de
la colonia Nachi Cocom. Estas casas se asientan prácticamente al pie de un
enorme cerro de escombros endurecido con el tiempo, y que de deslavarse y
deslizarse sus restos sepultarían lo que encuentre a su paso.
Es cierto que a esas familias el Ayuntamiento les ha negado sus títulos
de propiedad, con el argumento de que se encuentran ubicadas en una zona
altamente propensa a inundaciones. Pero entonces ¿quién o quiénes les dieron
permiso de instalarse ahí y edificar sus viviendas?
Sería una buena tarea de investigación para la administración anamartista,
de tener voluntad política, porque aquí no se trata solo de aplicar las leyes a
los corruptos que, por unos cuantos pesos permitieron esas irregularidades,
sino también se trata de prevenir y salvar las vidas de esas personas que
confiaron en la permisión de autoridades municipales irresponsables.
Se supone que la principal tarea del CENECAM y del Comité o Consejo
Estatal de Protección Civil es la de mantener informada a la población sobre la
situación y el desarrollo de los fenómenos meteorológicos.
Empero ¿qué objeto tendría contar y transmitir esa valiosa información
si ese adelanto tecnológico no nos induce a adoptar medidas para proteger a la
población?
¿Quién les va a informar, por ejemplo, a los habitantes de cerca de
otras tres mil familias de la colonia de dos décadas de edad, la “20 de
Noviembre” ---contigua al fraccionamiento Concordia---, que se encuentra en un
gran peligro de recibir las aguas pluviales de próximos huracanes o tormentas
tropicales que pudieran provenir del fraccionamiento “Siglo XXIII”?
Este fraccionamiento que apenas en sus primeros días de presidente EPN vino
a inaugurar en su última etapa supuestamente destinado para policías. Se
sospecha que esa última etapa de este fraccionamiento habría sido hecha pasar
como las que estarían destinadas para ese tipo de trabajadores (policías), pero
que nunca se hizo y se negoció con el constructor suplir las que eran para los
agentes de la fuerza pública. Habría que confirmarlo.
Cuando las empresas constructoras erigieron ese fraccionamiento, no lo
dotaron de suficientes pozos de absorción, canales de desagüe, ni planta de
tratamiento. En cambio sustituyeron esas obligaciones técnicas con una medida
fácil aunque ilegal e irregular: aprovecharon la inclinación del terreno en la
parte oeste del fraccionamiento y dejaron que las aguas tanto pluviales como
jabonosas corrieran libremente.
El problema es que al bajar esas aguas lo hacen por la calle principal
de la colonia “20 de Noviembre”, razón por la que jamás cuanta con una calle
principal en buen estado. Mucho más que eso, dicha calle está literal y
físicamente destrozada, pues no le queda nada de pavimento.
Cabe apuntar que desde la iniciación de esta colonia no ha pasado ningún
huracán que los pudiera poner en alerta, porque entonces las aguas podrían
constituirse en ríos caudalosos y cubrir a toda la población, o al menos la
parte más baja de ella que es más de la mitad y se encuentra a merced de las
aguas que bajan de Siglo XXIII.
La misma pregunta. ¿Quién le otorgó los permisos a esa constructora para
realizar esos trabajos? ¿dónde se encontraba la Cámara Mexicana de la Industria
de la Construcción (CMIC)? Que se supone se constituyó para cumplir con la
legalidad en las construcciones, pero no para violar de manera tan burda los reglamentos
del Ayuntamiento.
¿Y la Dirección de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente del Municipio de
Campeche, porqué permitió esas construcciones altamente peligrosas?
Mucho se ha mencionado y desperdiciado tinta respecto a los
fraccionamientos Plan Chac, Tula, Viva, María Lavalle Urbina y Presidentes de
México. Son el vivo ejemplo de la corrupción en los más altos niveles,
comenzando con la ya anacrónica Confederación de Trabajadores de México (CTM),
otrora “propiedad” del ex gobernador Abelardo Carrillo Zavala, hoy convertido en
peón de brega del INFONAVIT, quien se sigue beneficiando con el cobro de esos
terrenos, con los pagos que le hacen a este Instituto.
También se ha citado que los principales beneficiados con esas casas fueron
la Constructora Delmar, S.A. de C.V., cuyos socios son ---aunque ellos dicen
que eran---, el arquitecto Jorge Luis González Curi, Jorge
Carlos Hurtado Valdez, Carlos Sadek Abad
y los hermanos Carlos y Jorge Luis Lavallle Azar.
Y, más para acá, tenemos el también claro ejemplo de que las cosas en
materia de construcción de casas, están totalmente divorciadas del Reglamento
de Construcciones para el Municipio de Campeche y de las técnicas obligadas
para evitar inundaciones en las mismas, así como filtraciones de agua en las paredes
y hundimientos en la construcción.
En los fraccionamientos los Cedros, La Arboleda, Los Sauces, etc., que
se ubican entre Plan Chac, Predidentes de México y los terrenos también, más
fangosos de Imí I, II y III, construidos a la vera de la calle conocida como
Cooperativa Kalá, que une a la antigua
carretera a Mérida conocida como Kalá y el fraccionamiento Quinta Hermosa, éste
también como los citados se encuentra construido en terrenos altamente
inundables, de acalché.
Hoy, esa calle Cooperativa Kalá, a pesar de que la alcaldesa actual dio
el banderazo de su repavimentación, a la presente fecha sigue siendo una de las
calles más enlodadas y destruidas con la lluvias, a grado tal que ya ni los
camiones de transporte urbano la recorren, pues prefieren cortar camino
metiéndose a los fraccionamientos para sortearla.
Estas advertencias las hago y tapo bocas del aun líder moral del PRD,
aunque ahora y tiene su propia MORENA, Andrés Manuel López Obrador, quien acusó
fríamente “a los medios de comunicación”, quienes en lugar de advertir sobre el
peligro que corrían las personas que fueron arrasadas por los deslaves en el
centro y norte del país, se dedicaron más a cubrir el desalojo y represión de
los “maestros” (que no dan clases), en varias partes del país.
Para terminar este comentario, las autoridades
locales conocen el problema y saben muy bien los riesgos en que viven millares
de familias campechanas, muchas de ellas “en las goteras” de la ciudad. Si un
alcalde y sus ediles no advierten a la población entonces de nada sirven los
inoperants sistemas de Protección Civil. Estas autoridades deben de avisar al
gobierno del Estado, porque ellos si conocen bien las zonas de riesgo donde los
asentamientos humanos, principalmente por invasiones se encuentran grandes
núcleos humanos.
lunes, 16 de septiembre de 2013
¿MAESTROS O
ANARQUISTAS?
El actual presidente Enrique Peña Nieto recibió un sistema
educativo con la planta física en pésimo estado, la calidad de la enseñanza
calificada negativamente, con un gasto en educación creciente pero que en su
gran mayoría se va al pago de sueldos y salarios y con el gremio magisterial
más poderoso de su historia, de un sindicato considerado el más grande de América
Latina.
Es muy probable que sea la subordinación de las autoridades del Estado
al poder del gremio magisterial lo que permita explicar estos resultados.
Mientras más necesaria se había vuelto su líder Elba Esther Gordillo Morales
para ganar elecciones, mejores condiciones de negociación obtuvo para
beneficiar a su gremio, sin ofrecer nada a cambio con respecto a la educación.
Esta es la raíz de todos los males.
De ahí que la única manera de resolver esta fatalidad fuera divorciar de
una vez por todas los temas electoral y educativo. Mientras en Campeche y
México siga utilizándose a los maestros para ganar comicios ---para competir
por el poder---, la educación de los niños campechanos y de todo el país
seguirá secuestrada. Los cerca de 30 millones de menores que componen a la
actual generación de estudiantes de educación básica no se merecen el futuro
que el país les está construyendo.
Bien decía Gilberto Guevara Niebla, “lo que es muy
preocupante en la educación en México es que los profesores están ganando muy
buenos salarios, pero al mismo tiempo el Estado no les está pidiendo nada a
cambio, no está pidiendo más trabajo, ni mejores controles de evaluación. En
consecuencia, el sistema, que tiene un millón 600 mil profesores, no está dando
buenos resultados. No hay ningún indicador de que la educación esté mejorando.
En cambio, hay indicadores, los mejores resultados del INEE, por ejemplo, que
demuestran que está estancada o que va bajando. Es decir, que está en los
mismos niveles que al principio del sexenio de Vicente Fox Quesada. Es un mal
negocio. Se está gastando año con año más, los profesores están ganando más y
trabajan menos. Lo que me parece más
grave es el estereotipo de las prácticas que dominan dentro del aula:
profesor-expositor, lectura del libro de texto, dictado del libro de texto,
copiado del libro de texto…y todo el libro de texto y el alumno tomando nota y
memorizando, es una pedagogía memorista al cien por ciento”.
La totalidad de los maestros ---salvo honrosas excepciones--, quieren
perpetuar el alcance de sus canonjías y nadie en los niveles de gobierno
(federal y estatal) tiene los pantalones para acotarlos.
Esos mentores siguen defendiendo a ultranza concesiones indefendibles,
como son el derecho adquirido de vender, heredar o intercambiar una plaza de
maestros por equis favores.
Como bien lo señaló en su momento el gobernador de Campeche es un
sistema educativo que cuesta mucho, que se lleva una tajada impresionante del
presupuesto de egresos del Estado, pero lo más triste es que está rindiendo
poco, sobre todo cuando se nos compara con otros países integrantes de la OCDE.
Persiste, y nadie les quiere meter mano, en las prácticas ilegales como
los cobros en escuelas que violan incluso la Constitución. Las secretarias de
planteles que cobran con plazas de maestras, los prestanombres que eluden los
concursos nacionales, el manejo discrecional de plazas y la colonización de
dependencias por enorme número de “comisionados” que bloquean materialmente,
cualquier cambio de fondo. Tengo por ahí un compadre que cuando estuvo en el
sindicato me prometió darme un día el listado de esos “mentores”. Mi tiempo en
la dirección del periódico concluyó y nunca llegó lo prometido. ¿Porqué?
Sencillamente por los intereses creados que ahí tomaron carta de
naturalización.
Continúa secula seculorum los
pagos indebidos con recursos del Fondo de Aportaciones a la Educación Básica a
trabajadores “comisionados” al sindicato y esta irregularidad se presenta en
todos los estados de la República.
De ahí que la fuerza, el músculo que ha demostrado en esta lucha la
Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), nos demuestra que
sigue vivo un sistema de cotos de poder reservados y sindicatos apapachados,
así como acuerdos políticos arraigados y bajo el agua.
Por esa y otras razones no es posible sentar en una mesa de
negociaciones al gobierno y a esos sindicatos, porque siguen y seguirán
vigentes políticas arraigadas.
Y nada hubiera sucedido en Campeche si no es porque a los mentores les
calentaron el cerebro por los líderes charros que ven venir el fin de su
prebendas. En esta entidad hace ya muchos años que un grupo de maestros de
descendencia maya y en especial de los municipios de Calkiní y Hecelchakán,
tomaron posesión de la dirigencia sindical con la venia de la lideresa que pasa
unas largas vacaciones en la sombra. Enumerarlos es prolijo, pero el ultimo de
ellos Mario
Trinidad Tun Santoyo, compadre de Elba Esther, gozó de las mieles
de un poder absoluto en la Sección IV del SNTE. Recibió incluso de su comadre
una camioneta Hummer de lujo como regalo de su rastrerismo y por favores
diversos; cuando sintió que su tiempo estaba terminando en el sindicato se le
hizo fácil llegar como diputado plurinominal al Congreso del Estado por el
partido de la madrina de su hija ---hoy de más de 17 años---, y se dio el lujo
de colocar a una gente de su absoluta confianza en su lugar, violando los
estatutos de ese sindicato.
Mario Alberto
Rodríguez Suárez,
fue su comodín y el protagonista de los desmanes y de la represión que
sufrieron los profesores que no analizaron que sus líderes están vendidos. Fue
así que la semana pasada una manifestación como tenía mucho tiempo no se veía
en esta ciudad tomó calles, avenidas y se plantó en los edificios de los poderes
ejecutivo y legislativo, dejando sin comer a sus horas a cientos de burócratas
que agotaron las pilas de sus celulares llamando a casa para decir que no iban
a llegar a almorzar porque estaban sitiados.
El gobernador tuvo conocimiento del hecho y se mostró prudente al
principio, pero ante los hechos no le quedó más remedio que ordenar dialogar
con los mentores, pero no hubo respuesta y es ahí donde Gabriel Avila Ordóñez,
subsecretario de Seguridad Pública de la SSPAC, ordenó calmar la protesta por
la vía de la represión con varios mentores descalabrados y más de una maestra
con crisis nerviosa. Esa tarde los burócratas comenzaron a salir de la
radioconsola y el platillo volador luego de las seis de la tarde y por esas
horas no trabajadas les dieron el día siguiente de descanso.
El mensaje que este hecho envía a la sociedad campechana es que se tiene
poca habilidad para negociar con los mentores y disidentes. Da la impresión que
lo que más importa es tener una pizarra limpia para un festejo popular, que responder
con argumentos a los maestros que sin pensar también en sus alumnos se juntaron
para “evitar ser tocados sus privilegios, sus herencias, sus influencias” y
nunca probar con un examen que, efectivamente están capacitados para enseñar.
Para ellos se sigue viviendo en el país de las maravillas diseñado por
la bandolera Gordillo
Morales. Al diablo las políticas públicas para mejorar la educación.
Lamento que mis conceptos no sean los de muchos de quienes han opinado sobre
este tema, porque sencillamente no se puede recurrir a la prosa, a la poesía
sino decir la verdad.
La clase media campechana, la que hace mayor uso de la educación pública
es una mera entelequia, un eufemismo, una forma mustia, mentirosa e hipócrita
de estar jodido. Hay un retorno de incertidumbre que priva en nuestro Estado
con este problema magisterial, sobre todo que nadie parece advertir que la
reforma educativa no tiene marcha atrás. Ya fue firmada por las dos cámaras
legislativas federales y no se le podrá quitar ni una sola coma, por lo que las
protestas están de más, mientras que los verdaderos inocentes y paganos de esta
situación son los educandos. Este es el ejemplo que están dando los maestros a
sus alumnos a quienes exigen una educación cívica que ellos son incapaces de dar.
Ahora bien ¿quiénes le fallaron al gobernador? En principio su
secretario de Educación (SEDUC), el beliceño José Martín Farías Maldonado, a
quien se le escaparon los pollos del gallinero sin que metiera la mano. Todos
sabían que se gestaba este movimiento pero el mencionado secretario no tuvo los
arrestos para notificar a su jefe el gobernador y al jefe del gabinete político
lo que tras bambalinas estaba ocurriendo. Tan es así que incluso los profesores
el día del primer plantón y marcha checaron su entrada en más del 80 por ciento
de los planteles de esta ciudad y se integraron a las protestas. También
aquellos que trabajan en turnos vespertinos checaron con el visto bueno de sus
directores de escuelas y se fueron “a la bola”.
Diputados de partidos de izquierda como auténticos zopilotes se
movilizaron arengando a la masa magisterial y luego con la presencia de Layda Elena
Sansores San Román, gastaron carretadas de saliva “sensibilizando” y
promoviendo un absurdo completo: la reforma educativa no va a dar marcha atrás
y lo único que están peleando es buscar ---según ellos evitar la evaluación de
que con la nueva ley serán un riesgo para aquellos que no están preparados---,
cambiar esos conceptos y las consecuencias de esa evaluación.
Y efectivamente, se está cosechando lo sembrado. Recordemos que durante
el sexenio de Jorge
Salomón Azar García, estuvo al frente de esa dependencia Tirso Rodríguez
Guerrero “a” Tirso R. de la Gala Guerrero, quien llenó de grillos e
incondicionales esa dependencia. Muchos de ellos aun continúan medrando en las
áreas de esa secretaría. Farías Maldonado, quien le cargaba el
portafolio desde la UAC, fue su incondicional.
Hay ex poetas que han escrito que no se vale continuar ponderando el ya
muy desgastado argumento de que se está dañando a la niñez, porque no acuden a
dar clases o que afectan a derechos de terceros (como fue dejar encerrados en
sus oficinas a cientos de burócratas del gobierno estatal y del poder
legislativo). Nunca podrá atenderse la causa y se controlará el efecto, porque
los maestros deben antes que nada crear conciencia del daño que están haciendo
a sus alumnos. Los regímenes socialistas dan una muestra clara de la forma en
que tuvieron que evolucionar para seguir este método, pero que en México y
Campeche parece tomar carta de naturalización.
Decir que Campeche marcha tan mal que a los niños se les tiene que regalar
mochilas y zapatos porque sus padres no tiene para comprárselos ¡inaudito!
Lástima que quien así piense ignore que en México tenemos grandes desigualdades
sociales, monstruosas injusticias y millares de pobres en los once
ayuntamientos de Campeche. La miseria no se acaba con decreto ni con peroratas
prosísticas que en nada ayudan al momento que vivimos.
Que lástima que Layda Sansores tenga anencefalia y no recuerde
que su padre utilizó el garrote para disuadir a quienes protestaban sus actos
de gobierno. Que le pregunten a las familias Rodríguez Meza, Reyes Cadena, Minet
Chan (por Franz Odette) Turriza Peña y un largo etcétera la forma
tan “democrática” que tenía “El negro” para apaciguar a su rebaño. Para tener
la lengua larga Layda,
hay que poseer la cola corta.
Uno de los problemas más complejos de aquella descentralización de los
servicios educativos que se dieron en 1992, fue la heterogeneidad de los
sistemas de educación básica, que para ese año prevalecía en el conjunto de
regiones que componen a la República Mexicana. La explicación a esta rareza
encuentra sus raíces en el carácter bizarro del sistema político encabezado por
el PRI. Como muchas otras cuestiones relativas a la distribución de facultades
entre el gobierno federal y los gobiernos de los estados, la responsabilidad de
la tarea educativa se fue construyendo caso por caso ---sin racionalidad, ni
criterios formales consistentes---.
Oaxaca es el mejor ejemplo para ilustrar la génesis de esta anormalidad:
a finales de los años sesenta, Víctor Bravo Ahuja, un personaje funesto
íntimamente ligado con el aparato de educación pública mexicana llegó a la
gubernatura de su estado gracias a una estrecha relación que mantenía con el
entonces presidente de la República, Gustavo Díaz Ordáz, logró que la federación se
hiciera cargo de sufragar íntegramente el gasto educativo en su entidad.
Este patrón seguido en Oaxaca es similar al que se observó como
repetición en Campeche,
Tamaulipas y Aguascalientes. Otro factor que influyó en el desorden fue el
gasto que el gobierno federal conservó para si, con respecto a los territorios
que luego se convertirían formalmente en entidades federativas. En tal
situación se ubicaban los estados de Baja california Sur y Quintana Roo.
Todo ello nos lleva a inferir que no se ha logrado que debido al
financiamiento haya algunos estados que tengan una buena educación y otros
mediana o mala. Irónicamente el mayor rezago lo tienen Chiapas, Guerrero,
Michoacán, Oaxaca e Hidalgo. Al contrario de Baja California, Sonora y Nuevo
León, que tienen altos recursos. Pero parece que quién no conoce la historia,
la repite con sus mismos errores.
En cuanto a la represión a los maestros campechanos, pues es una rara avis porque si algo ha tenido este
gobierno estatal es precisamente ser demasiado tolerante. ¿cuántas veces Luis Antonio Che
Cu ha hecho lo que le ha dado la gana y no ha sido reprimido?
¿cuántos delitos estatales y federales no ha violado y no ha pagado por ello?
¿Acaso fueron reprimidos ---como debieron serlo---, los que amenazaron y
luego lapidaron el edificio del Poder Ejecutivo?
Porque los gobiernos pasados también fueron “represores” ---según el
cristal donde se mire---, porque Jorge Salomón Azar García, incluso tuvo que
comprar otros anteojos porque una turba de carmelitas se los quitó de un sopapo.
José Antonio
González Curi ejerció su mejor represión el 19 de octubre de 1997,
cuando limpió con un poder absoluto a los perredistas que se habían asentado en
la Plaza de la República durante un mes. Y si es Jorge Carlos Hurtado Valdez, lo
siguen recordando los volqueteros de Cámara, por haberlos echado a la fuerza del
platón que le hicieron por varios días. También lo recuerdan y no con cariño,
los invasores de San Antonio Ebulá a los que les limpió hasta sus parcelas y
les taló los árboles frutales. Entonces ¿se dijo algo sobre esto? ¿son seres de
tercera clase? Quien viole la ley debe pagar por ello.
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