RUMBO AL CUARTO
Bien
dice Tomás
Eloy Martínez que “la ficción y la historia se escriben para
corregir el porvenir, para labrar el cauce del río por el que navegará el
porvenir, para situar el porvenir en el lugar de los deseos. Por tanto la
historia como la ficción se construyen con las respiraciones del pasado,
reescriben un mundo que ya hemos perdido y, en esas fuentes comunes en las que
se abrevan, en esos espejos donde ambas se reflejan mutuamente ya no hay casi
fronteras; las diferencias entre ficción e historia se han ido tornando cada
vez más lábiles, menos claras”.
Dentro
de un mes exactamente el titular del Poder Ejecutivo estatal deberá comparecer ante el Congreso local,
para dar cumplimiento a lo estipulado por la Ley Orgánica de Campeche. Y es ahí
donde luego de ese acto los tiempos de la sucesión habrán de dispararse. ¿Por
qué? sencillamente, porque los procesos
electorales también han presionado la historia reciente de las sucesiones.
Aquella
máxima del viejo líder cetemista Fidel Velázquez Sánchez de que “el que se
mueve no aparece en la foto”, quedó en la ficción, en la historia. Hoy tenemos
cuando menos dentro del partido en el poder cinco aspirantes que están haciendo
todo lo que la ley les permite para llamar la atención sin importar si su
inquietud opaca a quien está terminando ---como en las corridas de toros---, el
segundo tercio de su mandato.
Los
días siete de cada agosto del año no son otra cosa, por razón de nuestra
historia que un falso corolario de un alto anhelo político, económico o social,
que realmente no merece llamarse revolución.
Un
trastorno del orden público para que un agitador o promotor sacie una ambición
de mando, sería una asonada, un motín, una asociación delictuosa o hasta una
rebelión. Podría incluso llamársele cuartelazo, si contó con la cooperación
abierta o sórdida de la fuerza pública, que era la encargada de defender al
gobierno establecido, pero nunca fue una revolución. Estas destruyen bienes
materiales, para alcanzar beneficios morales y colectivos, y son enaltecidas
por la posteridad; en tanto que las revueltas y los cuartelazos serán siempre
vulgares fermentos políticos que, a veces, los anota la historia para
condenarlos y aunque ya no es posible cambiar eso, no deben ser considerados
más que bajo los preceptos de cualquier código penal.
El
movimiento subversivo que nos dio fecha tuvo lugar en la ciudad de Campeche la
noche del seis al siete de agosto de 1857, y que se ha consagrado para la
historia como el movimiento redentor del pueblo campechano, pero en esa fecha
solo se disparó un cañonazo y no liberó a los campechanos de ningún yugo.
La
fecha quedó. Cada siete de agosto es conmemorada y así está asentada como el
día en que el gobernante campechano en turno rinde un informe administrativo de
la forma en que administró los recursos del año que lo antecede.
En
esta ocasión, y como señalé en el número anterior de Jaque Mate, el Cuarto Informe de
Gobierno de Fernando
Eutimio Ortega Bernés, tendrá lugar en el Centro de Convenciones de
Ciudad del Carmen, donde se desglosará seguramente las acciones de su gobierno
en beneficio de su pueblo. El 7 de agosto sigue siendo la fiesta oficial más
solemnizada, porque con ella se celebra su erección en Estado y aunque ya lo
dijimos anteriormente el día de la erección del Estado de Campeche es el 29 de
abril de 1863, fecha del decreto número 5858 que expidió el presidente de la
República don Benito
Juárez García, luego de recibir la ratificación de la mayoría de las
legislaturas de los Estados.
Cuarenta
y cinco meses ha sido el gobierno que primero se dijo “Justo y Solidario y
luego “En Campeche vamos por nuestro progreso”. Meses intensos de visitas a los
Once Campeches como bautizó a los municipios Ortega Bernés y que se quiera o
no pusieron fin al cacicazgo libanés implantado por Jorge Salomón Azar García, José Antonio González Curi y por Jorge Carlos
Hurtado Valdez (que nunca llegó a gobernar porque las órdenes
provenían de los hermanos González Curi). dieciocho años en que las
familias de esos libaneses permearon hasta lo más profundo de los gobiernos
estatal y municipales.
Esta
situación habremos de comentarla luego de septiembre de 2015. Nadie puede ser
juzgado antes de terminar su administración. Y no como se ha llamado a veces al
enfatizar que lo que se critica luego es “a toro pasado”. Falso porque se
necesita poner en la balanza todos los aciertos y las fallas que cada
administración tiene.
La
historia nos señala que el principio del fin del cacicazgo de Angel Castillo
Lanz fue consecuencia de su enfrentamiento con el gobernador Eduardo Mena
Córdova, aquel cuya culpa ha caído por ser un pésimo administrador
de Payo Obispo que dio como consecuencia que este territorio dejara de
pertenecer a Campeche. Ese pleito entre gobernantes hizo crisis precisamente
ante el problema de la sucesión gubernamental de 1939.
Mena Córdova se cansó de ser pelele (cosa que nunca hizo Hurtado Valdez)
y enfrentó al cacicazgo de Angelito. Todo esto se supo después no antes
ni durante esa administración. El autor de “Juárez, el impasible”, como buen
escritor había tomado nota de aquellos cuatro años intensos de gobierno, pero
fue su hija Silvia
Molina la que los sacó a la luz en forma de fragmentos del Diario de
su padre Héctor
Pérez Martínez.
A Fernando
le ha tocado gobernar en lo que muchos han llamado “la era de los espías”.
Como en la guerra fría, pero con una tecnología de alcance perturbador que
destruye la vida privada, una de las grandes conquistas de la era burguesa que
ahora agoniza. Las libertades individuales, el derecho de prensa e imprenta y
la misma democracia se asientan en la noción de que hay una vida pública que a
todos nos concierne y otra privada que es cuestión de los individuos y en la
que nadie puede inmiscuirse.
Lo
más notorio es que la brillante idea de convertir las vidas privadas en objeto
de un control exhaustivo no fue de un ingeniero social, un totalitario de la
mente, sino de los jóvenes emprendedores, liberales o incluso ácratas que están
en el origen de las redes sociales, negocios fabulosos para quienes los
conciben.
Las
redes sociales son magníficos
difusores del poder social.
Quienes los usan (Ortega Bernés es asiduo a ellas) pueden
utilizarlas para organizar hasta revueltas sociales como en Turquía, Egipto y
hace unos días en Brasil o entregar su vida privada a quienes negocian con esos
datos al parecer tan valiosos. Una noticia en las redes dejó atrás las ocho
columnas de los periódicos, los avances noticiosos en televisión y los
comentarios de la radio. La información digital es el símbolo de nuestros días.
Pero
al igual que coadyuva a gobernar también en esa forma destruye ipso facto
imágenes de gobernantes. Nada es gratis
en esta nueva era que el gobierno de Campeche ha empleado para gobernar.
La privacidad requiere dinero y medios para construirse un sitio que lo puede
por un tiempo mantener en resguardo. Gobernar así es riesgoso y Fernando
bien lo sabe.
Hasta
aquí hemos desgranado lo que ha sido el marco de los informes de los días 7 y
meses de agosto en los 150 años de emancipación política de Campeche. En las
próximas semanas habremos de entrar a los que ha sido por parte del gobierno de
Ortega
Bernés, de la falta de un programa de obras como por ejemplo las
administraciones de José Ortiz Avila, Eugenio
Echeverría Castellot y José Antonio González Curi, también la de su
extensa obra de contenido social y aquellos 1491 compromisos hechos durante su
campaña política en 2009, además de lo que ya es un hecho en su operación de su
propia sucesión y los posibles errores que cometieron sus antecesores al
empeñarse en imponer candidatos, rompiendo reglas no escritas y que vuelven a
ser corolarios como aquella de que “gobernador no pone gobernador”.
LA GUERRA AZUL
Los
días y noches de los cuchillos largos y declaraciones filosas se acercan en el
Partido Acción Nacional con la próxima elección de su dirigencia estatal. Habrá
que ver quién ---entre Yolanda “La jefa Yola” Valladares Valle y Eleazar “Tayín” Herrera Vázquez, sale menos
golpeado de esta embarrada de caca en que se ha convertido este “proceso de
renovación” de su nuevo líder partidista en la entidad.
El
resultado de la elección de gobernador en Baja California será el punto de
partida para lo que habrá de suceder en Campeche, porque de ganar el candidato
de Gustavo
Madero no solo continuará el PAN en el Pacto por México, sino los
bonos de éste subirán de inmediato. Esto por si solo hará que Ernesto Cordero
Arroyo, Jorge Luis “Pashita” Lavalle Maury
y “La
jefa Yola” queden en el ostracismo político de su partido y con
ellos también Josefina
“La chepina” Vázquez Mota.
La
contienda en el partido azul se está dando
para conseguir 57 votos de consejeros. De ellos se sigue mencionando que
la priista disfrazada de panista cuenta con 29 y “Tayín” con 28, aunque se
menciona que los empresarios apoyan a este último.
Todos
los campechanos saben que la vida política de la Valladares Valle ha sido a base
de traiciones, es chepinista y cayó hace un año junto con ella; pero su mayor
traición es recibir apoyos del PRI a través del “Loncho”, quien además de estar
emparentado con ella, se ha convertido en su operador político y jefe de
campaña. Que ella y Nelly del Carmen Márquez Zapata que son uña y
mugre reciben recursos que se reparten como las aportaciones federales (20 por
ciento para la campaña y 80 por ciento
para ellas).
Sabe
este par que aquel poderoso grupo liderado por la familia Mouriño cayó en desgracia al
momento en que Felipe
Calderón Hinojosa dejó el poder, y que su influencia está mermada totalmente.
Una traición que ella inició un día después de la muerte de Juan Camilo.
Todavía
se recuerda que en México, D.F. donde se encontraba en un cargo de primer nivel
fue materialmente lanzada, por traicionar la confianza del titular de la
Comisión Federal de Electricidad (CFE) Alfredo Elías Ayub, cuyo hermano es yerno del
hombre más rico de México y por tanto hombre de toda la confianza de Calderón
Hinojosa.
Elías Ayub recibió reportes constantes de las ausencias
de Valladares
Valle en ese cargo ---FIDE---, y llegó un momento en que no
aguantando más se apersonó a Los Pinos y materialmente le aporreó su renuncia a
Fecal, si no corría a “La jefa Yola”, porqué le presentó al
Presidente que esta persona tenía cero resultados en el cargo. Su salida, pese
a haber sido recomendada por Juan Camilo fue ipso facto y retornó a
Campeche como los perros malixes con la cola entre las piernas.
La
confianza de la Valladares
Valle radica en que confía en
tener 10 consejeros fieles que ella acomodó en el FIDE cuando era titular, y
que el resto para obtener el triunfo se va a dar como consecuencia de los
procesos electorales de Baja California y otros 13 estados del país.
Sin
embargo en estos días va a darse a conocer una grabación en contra de la Valladares
que sin duda va a levantar ámpula por su contenido.
La
jugada de la “Jefa
Yola” va a consistir en la aplicación de tres libros: “Mi
principito” de García Márquez; “Como ser Justa y Solidaria” sin andar de ropa
roja y “Regalando un partido al seleccionar un candidato débil para el 2015”.
En
este proceso habrá que cuidarle las manos a Víctor Santiago “El Chano” Pérez Aguilar,
primo hermano de Valladares Valle y quien la acomodó en las
preferencias de los titulares de los sexenios de “La grandeza” y “Hechos y no
palabras”. Además de que fue el responsable de no permitir la venta de cervezas
y licor en las tiendas OXXO porque afectaban a su primo Carlos Valladares Valle y sus
socios en los minisúper con olor de cantinas. Esto ha sido así y las traiciones
de la hermana hacia el partido azul son de antología. Habremos de desmenuzar su
pasado en un próximo comentario.
Esto es lo que espera a los panistas campechanos
que se aprestan a apoyar a esta mujer que vive de las traiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario