domingo, 21 de julio de 2013


YOLANDA VALLADARES, POCO CONFIABLE

Es interesante lo que le comentó a un reportero el diputado Facundo Aguilar, quien no se ha definido por uno de los dos bandos en que el partido blanquiazul, los Lavalle-Mouriño o Mouriño-Lavalle y el grupo de féminas donde se encuentra Asunción Caballero May, Nelly del Carmen Márquez Zapata, las Yolandas, etc., palabras más o menos: “En el PAN nadie considera a nadie jefe de nadie, ni dueño de nadie, por eso es que existen estos forcejeos”.

A propósito de ese comentario, obligatorio es hacerlo también sobre la gran inquietud que causó entre la cosa nostra panista estatal, así como en sus raíces y sus bases, la inscripción de Yolanda Guadalupe Valladares Valle, quien ciertamente no inspira a nadie confianza; toda una para quien sabe trepadora y camaleónica, pues pese a que dice que la grabación filtrada de su chillona voz, la beneficia al confirmar lealtad a su partido, la realidad es que la despojó tal cual lo negociadora que siempre ha sido para con su supuesto partido el PAN y los beneficios personales que ha obtenido del PRI.

De este último partido no se ha podido desligar desde que tenía una ambición desmedida y ansiaba un espacio en la Universidad, que finalmente consiguió de los gobiernos estatales del partido tricolor, donde su hermano Carlos, ostentó por más de 12 años el cargo de delegado de la entonces Secretaría de Comercio y Fomento Industrial (Secofi), hoy en los grandes negocios privados tras aspirar valiosa información comercial en esa delegación a la que representó en Campeche. Yolanda no puede desligarse de esos antecedentes, que desde sus años mozos junto con su hermano se abrieron paso en la vida, ya que su padre “Chamuchín”, los reconoció pero no los tuvo en su hogar por tener otra familia. Desde ese entonces el par de hermanitos eran ---y siguen siendo---, totalmente palacio.

Es por eso que “La Jefa Yola” ha ocupado importantes cargos a nivel nacional, como en Petróleos Mexicanos (Pemex), Sedesol, y hasta ha sido diputada federal; pues su cobijo, pese a ocupar este cargo en el gobierno federal del PAN, no ha sido del partido albiazul, sino del tricolor.

Por eso también Yolanda goza de un privilegiado puesto de catedrática en la Universidad Autónoma de Campeche (UAC), el que usufructúa por precisamente no desempeñarlo o desempeñarlo rara vez.

Como es sabido el Alma Mater de la mayoría de los profesionistas campechanos, la UAC y algunos del Instituto Campechano (IC), donde está uno de los mayores alquimistas de los triunfos del tricolor muchas veces forzados con un IEEC a modo, frisa a ser albergue de políticos pensionados, o prestadores de servicios políticos, por mencionar un caso, el del ex dirigente estatal de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), Fredy Medina Mut, quien también tiene una prolífera cátedra. Yolanda Guadalupe, ha podido considerarse una de esas privilegiadas en la máxima casa de estudios, pues pocas veces se le ve en clase, ya sea dándola o tomándola.

También destaca de Yolanda su meta-origen político partidista al haber gozado de un paquete completo de una formidable beca para estudiar un posgrado en la Universidad complutense de Madrid, España, todo financiado con los recursos del Poder Legislativo, cuando ella formó parte de éste poder como diputada local, aunque ya en las filas del PAN, porque así convenía a los intereses de sus promotores los priistas. Al igual que ella y quien fue su compañero de legislatura Enrique Ariel Escalante Arceo. Hoy miembro del gabinete estatal en el área de fomento a la industria y el comercio, quien por cierto también recibió otra beca igual de fabulosa, inalcanzable para un estudiante común y corriente de Campeche, para estudiar en el continente europeo, incluso contando ambos con gastos superfluos, como buenos dispendiosos del poder de toda extrema derecha. Por eso es que hacemos hincapié en la escasa confiabilidad que puede ofrecer la prima hermana de Chano Pérez, hoy cobrando facturas de 12 años en la delegación del IMSS en Campeche.

Cuando solo ante la presencia del proceso electoral de dirigencia de su partido que se avecina, y cuando es en este caso competidora, se baña de ceniza con el verso de que es más panista aún después de que en la grabación que se filtró en estos días, ella confiesa tener tratos en lo oscuro con gobernantes del partido al que supuestamente ella se opone.

Es claro que Valladares Valle ocultó en el momento preciso esa supuesta propuesta indecorosa de que abandonase su partido formal el PAN a cambio de una gran suma de dinero y, eso muestra por lo menos, que estaba sopesando tal propuesta, que tuvo que haber provenido de alguno de los gobernantes de los trienios 1997-2003 y 2003-2009. Pero quien puede afirmar que no aceptó el trato.

En este último episodio citado es donde cobra fuerza y parece tomar forma lo que en su momento fue un secreto a voces: que el PAN nunca avanzó en Campeche, es decir, nunca consolidó su triunfo indudable con el carmelita Juan Carlos del Río González en el 2003, como tampoco lo había podido hacer en la Presidencia Municipal de Campeche en 1997, a pesar del sonado triunfo del panista Nelson Danilo Gallardo Ordóñez, por sobre el a la postre alcalde espurio Víctor Manuel Méndez Lanz porque, cada que trataba de avanzar, Valladares Valle le pasaba toda la información de lo que ocurría y se acordaba en las entrañas del albiazul en Campeche, en los dos procesos más importantes en lo que casi acceden al poder en el Estado, pese a conquistarlo, evidentemente.

En política nada es casual y en el caso de la azarosa y traicionera carrera política particular de la hoy aspirante a la presidencia estatal del PAN ---que no su partido, porque éste es el PRI--, tampoco lo es. Los hechos y las evidencias son los que nos presentan los aspectos de la realidad. Por eso es que, quien confíe en “La Jefa Yola” estará confiando en el vacío, en una Judas, en lo falso y en lo traicionero. Nada bueno para las personas ni para los partidos políticos.

Por si quedara duda de lo expuesto, a inicios de esta semana, toda solitaria y con la sonrisa de oreja a oreja a Yolanda Valladares se le vio salir del Palacio Federal, tras visitar las oficinas de la delegación de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) federal, donde despacha una contumaz pieza de los dos exgobernadores que anteceden al actual Ejecutivo estatal y que no se sabe si fue Motu proprio o fue requerida por quién sigue burlando a la justicia luego del sonado caso fatal ocurrido durante el trágico trienio municipal de Campeche.

Cuánto le habrán ofrecido a Valladares Valle para que logre imponerse al hijo de “Tatay” Herrera. Sobre todo que la jugada política es que la traidora pueda manejar desde su partido el proceso de selección de la sucesión electoral del 2015.

¿Serán tan tontos los panistas que le permitan a esta señora tomar de nuevo el partido?

Al momento de terminar esta columna me entero de que el CEN del PAN acaba de rechazar el registro de las candidaturas de Yolanda Guadalupe Valladares Valle y de Eleazar Herrera Vázquez, sin dar explicación alguna al respecto. Una sabia decisión que se espera sirva de ejemplo para evitar la contumacia.


RUMBO AL CUARTO (III PARTE)

Un gobernador que llega a su cuarto informe de labores siempre lleva en mente que lo que le resta a su administración, salvo situaciones especiales, será la más complicada de la tercera y última parte de su gobierno.

Para entonces muchos de sus colaboradores, amigos o no, habrán dejado los cargos iniciales con los que él los nombró desde su primer día. En este caso, el gabinete de Fernando Eutimio Ortega Bernés ha sufrido varias transformaciones en materia de titulares. De su círculo verde solamente quedan el secretario de Gobierno, William Roberto Sarmiento Urbina; el secretario de Finanzas, Tirso Agustín Rodríguez de la Gala Gómez; la secretaria de Medio Ambiente y Aprovechamiento Sustentable, Evelia Rivera Arriaga; el secretario de Cultura, Carlos Vidal Angles; el secretario de Desarrollo Industrial y Comercial, Enrique Ariel Escalante Arceo; el secretario de Desarrollo Rural, Everardo Aceves Navarro “Febo” y finalmente el Consejero Jurídico del Gobernador, Alvaro Arceo Corcuera. Hasta ahí la relación actual de los 22 iniciales que fueron presentados en la biblioteca Campeche aquel 16 de septiembre de 2009 y quienes hoy posiblemente terminen en sus cargos.

Ortega Bernés se encamina a lo que sus antecesores confiaron luego en sus memorias que esta es la parte más difícil de la política, la de tratar de que su propia sucesión sea lo más tersa posible y darle ---hasta donde su partido se lo permita---, todo el apoyo a quien considera podría sucederlo.

Pero este es un galimatías envuelto en un acertijo, porque la política mexicana no se mide en esos parámetros. Salvo los 12 años del panismo donde los gobernadores del PRI se convirtieron en auténticos virreyes, la historia misma nos señala que el gran dedo siempre prevaleció para la designación de los candidatos de ese partido y no solo en lo que concierne a las gubernaturas sino hasta la integración de las dos Cámaras legislativas federales.

En esta tesitura en el pasado los conflictos entre gobernadores entrantes y salientes fueron causa y efecto de rompimientos que trascendieron en la historia. Todavía se recuerda que Eduardo Lavalle Urbina y Héctor Pérez Martínez se agarraron a la greña por aquel asunto de que el segundo había señalado que dejaba dinero en caja, cosa que no resultó cierta y causó la ira del hermano de María Lavalle.

Por su parte Alberto Trueba Urbina luego de tomar posesión el 16 de septiembre de 1955, inició un golpeteo contra su antecesor Manuel José “Maistrín” López Hernández, al señalarlo como que éste había depositado todos sus “ahorros” del sexenio en La Habana, Cuba y que al entrar Fidel Castro Ruz los perdió como muchos políticos mexicanos. Nunca se supo si esto fue un borregazo de Trueba, lo que si es cierto es que “Maistrín” tuvo la necesidad de volver a trabajar, primero en una oficina federal de Hacienda y luego como responsable de un tribunal de menores infractores en Kila, Lerma, antes de que Abelardo Carrillo Zavala lo jubilara y le otorgara una modesta pensión con la que vivió sus últimos años.

Biógrafos trasnochados como Salvador del Sagrado Corazón López Espínola, jura y perjura que Alberto Trueba Urbina salió huyendo de Campeche sin entregar el cargo al vengativo coronel de espada virgen José Ortiz (Córdova) Avila. La realidad tarda en llegar pero al fin se conoce. El odio a Trueba Urbina era inducido por el “jetón” presidente de la República Gustavo Díaz Ordaz, porque éste nunca pudo imponerse al doctor en derecho laboral y se le hizo fácil ordenarle al militar que le hiciera la vida de cuadritos. Nunca, es la verdad, se pudo comprobar los desvíos de Trueba Urbina y tampoco quemó y desapareció esos documentos. Jaque Mate meses atrás demostró fehacientemente que los citados documentos regresaron a la entidad y fueron guardados en una casa en la confluencia de las calles 59 por 16 del Centro Histórico, cuando ya el maestro en derecho había fallecido.

Por lo que respecta al coronel éste pagó con creces lo que le hizo a Trueba, porque Carlos “El negro” Sansores Pérez, que por cierto no era una perita en dulce, le hizo ver su suerte. Tan es así que incluso fue arrestado por el ejército por violaciones al Código Militar y recluido en el Campo Marte durante casi un año. Y se afirma que la orden partió del presidente Luis Echeverría Alvarez, uña y mugre de “El negro” Sansores.

Sansores Pérez bloqueó muchas de las gestiones de su sucesor Rafael “El chel” Rodríguez Barrera, porque éste llegó a la gubernatura de Campeche cuando Echeverría Alvarez transitaba la segunda parte de su administración. Hay una anécdota que señala una plática que sostuvo “El chel” con María Lavalle Urbina cuando la fue a ver para quejarse de los bloqueos a sus programas de gobierno por parte de “El negro”:

“El chel” --- Maestra, ya es imposible tratar de conseguir el apoyo del gobierno federal para Campeche. Todo el gabinete federal se encuentra permeado por “El negro” y consecuentemente nada puedo conseguir.

María --- Rafael, en política hay siempre que adecuarse a las circunstancias y en este momento ni tu ni yo ni nadie podemos impedir que “El negro” imponga su voluntad. Recuerda que luego del 1 de diciembre de 1976 habrá una renovación y estoy segura que podrás transitar mejor la segunda parte de tu gobierno.

Rodríguez Barrera, un político que no abogaba por nadie, pero tampoco hostigaba aprovechando el poder, tuvo una de las sucesiones más tersas al entregar la batuta de mando a Eugenio Echeverría Castellot y ya sea porque éste se encontraba protegido por la hermana de José López Portillo o porque había sufrido en carne propia los bloqueos centrales, nunca intervino ni en bien ni en mal contra don Eugenio.

Echeverría Alvarez no tuvo en su contra a su antecesor pero si en la segunda parte de su sexenio cuando al frente de Los Pinos se encontraba Miguel de la Madrid Hurtado, quien por resentidos que nunca faltan y porque se le desbocaron los controles a don Eugenio, lo cierto es que no fue su sucesor sino el propio presidente de la República ---ese que “El chupón” tenía bajo su control---, quien ordenó una investigación sobre los recursos federales que se gastaron para el relleno sanitario del malecón de Campeche. Además, que quiso también meterle mano a la construcción del Puente de la Unidad, al que Echeverría no le permitió intervenir a nadie. Esta fue una obra realizada con recursos del Estado y con escuálidos apoyos de Pemex.

Pero Echeverría Castellot fue el verdadero verdugo de “El negro” Sansores, al que con pruebas en la mano tomó su avión y lo fue a acusar con López Portillo. Resultado, Sansores Pérez fue cesado como director del ISSSTE y su debacle fue en cascada. Sin querer o queriendo había vengado a otros gobernadores a los que “El negro” les hizo la vida de cuadritos. Pero al igual que éste último los días de Rosa María Martínez Denegri acabaron en el PRI y aunque buscó refugio en el PARM no duró mucho. Actualmente algunos políticos priistas la tienen como oráculo, la verdad es que fue otra que “quiso saber más misa que El Papa”.

Abelardo Carrillo Zavala, que había tenido un gobierno de marimba en marimba, quiso poner al primer libanés que se le había pegado como lapa y al que había utilizado como secretario de Obras Públicas y luego como alcalde de Campeche, pero nunca consideró que otro libanés que se sacó el Melate sin jugar le comió el mandado en el último momento. Jorge Salomón Azar García, quien jamás había tenido un cargo de elección popular fue impuesto por su amigo Luis Donaldo Colosio Murrieta. Y aunque “Lalo bachatas”, trabajó bajo el agua para bloquear la llegada del rey de “Tumbo de la Montaña”, nada logró. En su primer informe de gobierno Salomón rompió lanzas con el carrillismo y con todo lo que oliera a él.

Salomón quiso operar su propia sucesión y le salió el tiro por la culata. Porque nunca consideró que la polémica hija de “El negro” Sansores le armara un pancho y le desbaratara su sucesión. El resultado fue que el presidente Zedillo tuvo que meter la mano y sacarle las castañas del fuego para evitar todo un lío en Campeche. Porque el candidato de Salomón fue siempre Carlos Sales Gutiérrez, aunque le había hecho creer a Carlos Pérez Cámara que “ahora si se le iba a hacer”. El ganador fue José Antonio González Curi, que causó un disgusto a su hermano el arqui, porque este le había programado todo lo relacionado con el rescate de fachadas del Ayuntamiento (aunque el otro arqui Jaimito Ruiz Moreno un día me dijo que ese programa se lo había robado su cuñado Jorge Luis).

Esa sucesión pese al desbarajuste terminó como inició: con gritos y sombrerazos por parte de un Ejecutivo que perdió la chaveta y que tuvo que ceder para que su hermano mayor colocara a raja tabla a su sucesor en la persona de un “robot” como fue Jorge Carlos Hurtado Valdez.

Y llegamos con nuestro actual gobernante que pese a que las encuestas de opinión (todas a excepción de la pagada por el arqui) lo colocaban en el primer lugar, la resistencia libanesa fue tan amplia que gente de el arqui recorrieron oficinas de empresarios de Yucatán, Quintana Roo y hasta de Tabasco para evitar que Fernando recibiera financiamiento para su precampaña.

Finalmente, el pueblo tuvo la última palabra y en una reunión de más de cinco horas que ya dimos a conocer en Jaque Mate, que fue presidida por Beatriz Paredes Rangel se llegó a la conclusión de que el candidato ideal y que podía vencer al PAN en la figura de Mario Avila Lizarraga, era Ortega Bernés.

Los recursos que le entregaron para enfrentar el poderío económico del PAN fueron a cuentagotas, porque incluso le dieron más dinero a Carlos Felipe Ortega Rubio, el candidato de Hurtado Valdez para la alcaldía de Campeche, que para el mismo candidato del PRI a la gubernatura. La historia todos la saben. Incluso al recibir el gobierno “Chano” Pérez cacareó que le dejaba más de mil millones de pesos y sin deuda alguna. Cuando que la realidad fue otra dejaron cuentas por pagar por esa cantidad y una deuda que no habían mencionado.

Hoy, Fernando Eutimio Ortega Bernés está a punto de dar a conocer su cuarto informe de gobierno en Ciudad del Carmen, que él ha venido nombrando como “la capital económica del Estado”. Cuando los últimos ciudadanos salgan del Domo del Mar de la isla el gobernante habrá de comenzar a lo que será su ya próxima sucesión, habida cuenta que las presiones ya son notorias en los más de cinco suspirantes.

Sin embargo nadie le puede escatimar elogios en su actividad diaria. Es más ese esfuerzo con que se inició el 16 de septiembre de 2009 ha ido in crescendo  y lejos, muy lejos está el síndrome de inactividad que casi todos sus antecesores a estas alturas ya padecían. A Fernando se le puede ver hoy en Tenabo y mañana en Calakmul; en Candelaria y al día siguiente enCalkiní; en Hopelchén y después en Ciudad del Carmen. De ese tamaño es la energía desplegada en toda la geografía estatal. Y casi puede apostarse que en los 24 meses que le restan a su administración pese a la dificultades financieras, a la falta de reciprocidad del gobierno federal para quien aporta a través de Pemex el sostenimiento de este país y al desdén del gobierno federal, la actividad del gobernante campechano será de ejemplo para su sucesor.

Ahora bien, Ortega Bernés no deberá de meter las manos en dejar sucesor. La historia nos dice lo que ha ocurrido cuando ese suceso se ha hecho manifiesto y en el caso de Campeche, esta oportunidad únicamente la tuvo González Curi (los dos hermanos por supuesto) cuando había desaparecido el dedazo en la figura presidencial, ya que el PAN gobernaba este país.

Hoy de nuevo con el PRI en el poder la decisión sin duda será tomada en Los Pinos o en Palacio Nacional si usted quiere, pero a los campechanos no se les va a preguntar nada más que lo que los encuestadores asienten.

Los retos de Fernando en estos 25 meses y fracción son grandes así como las tentaciones para impulsar a los suyos. La selección de candidatos a diputados federales, locales y alcaldes quedarán más al arbitrio de las decisiones políticas del centro que de los intereses del Ejecutivo estatal. No se piensa que el viejo molde vaya a romperse en el próximo proceso electoral.

Finalmente, nadie podrá regatearle a Ortega Bernés su extensa obra de contenido social; los 1491 compromisos firmados durante su campaña, esa que le ha permitido ser conocido y saludado por toda la geografía de Campeche; esa que ha llevado pequeñas contribuciones para el bienestar familiar; esa que ha logrado in situ resolver problemas que de otra manera tendrían que esperar semanas o meses.

Los posibles errores de sus antecesores al empeñarse en imponer candidatos rompiendo reglas no escritas y que vuelven a ser corolarios como la de que “un gobernador no pone gobernador”. Los nuevos tiempos políticos la harán vigente.

El saldo visto de este modo es ciertamente positivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario