sábado, 25 de mayo de 2013


LERMA: EJIDO O 18 HOYOS

“El que siembra en terreno ajeno…”

Hasta hoy, lo que se ha dicho del proyecto ---o como vaya a llamársele---, nombrado Campeche Country Club, es que en el año 2012 fue inaugurada su primera etapa por las más altas autoridades del Estado de Campeche.

Pero lo que predomina entre los campechanos, es la opacidad, la obscuridad, la falta de transparencia, por decir lo menos, hacia esos , diríamos, negocio de hoteles y campo de golf de 18 hoyos, propiedad de una familia llegada a Campeche en 1985, como los campechanos saben, iniciándose en el negocio de las estaciones de servicio de combustibles y que luego ampliaron a franquicias.

Este último martes 21 de mayo, en la sesión del Congreso, se presentaron cuatro ---de un grupo de ocho---, ejidatarios quienes, contrario a lo que hicieron 164 de 172 ejidatarios de Lerma, Cam., se negaron a ceder en 230 o 250 mil pesos, sus derechos agrarios y todo lo que posean o de lo que sean posesionarios en ese ejido lermero.

Esos ejidatarios, acusaron al dueño del Grupo GES y consecuentemente del Campeche Country Club, Manuel Carlos Mouriño Atanes, de querer apoderarse, de lo que le falta: unas 300 hectáreas (más otras 10 hoy en litigio con los ejidos de San Agustín Olá y Seybaplaya). Como se negaron a aceptar los 230 o 250 mil pesos que les ofreció el propio Manuel Carlos, en visitas furtivas que les hizo a sus domicilios, acompañado de su representante en Lerma, Miguel Nieva Velázquez (a quien, sin serlo ni siquiera vecino, se le dio de alta como ejidatario de Lerma, junto con otros prestanombres de Mouriño Atanes.

Nunca como en estos casos se lamenta el pueblo la falta de conciencia nacional del ex presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, de haber cambiado la Constitución General de la República y permitir que los latifundistas volvieran a hacer de las suyas con los hombres de campo, a quienes se les desprotegió su derecho a la tierra, inamovible e invendible.

Volviendo al caso, como se negaron a entregar su patrimonio ejidal, el de sus hijos y del poblado de Lerma, ahora esos ejidatarios son objeto de hostigamiento, amenazas de muerte, todo lo cual a través del robo de sus pocas reses, de abrirles clandestinamente sus corrales para que las reses se pierdan.

Además, con la matanza (han ultimado cuatro reses hasta el momento) de cabezas de ganado y, por si les faltaba algo para aterrorizar a los ejidatarios, para que les cedan sus tierras, con el incendio o quema de sus porteros y de sus cercos.

Es decir, con la destrucción a fuego de los pastizales, comida del ganado, y de las cercas que impiden que el ganado se salga de sus terrenos.

Por lo visto, en Campeche, esa familia española están protagonizando una historia de expoliación, como las que abundaron y se escribieron en novelas desde los tiempos de la colonización (tanto allá como acá) hoy en día, en los Estados Unidos de Norteamérica y poco menos en nuestra nación, antes de que surgiera la figura del ejido que costó mucha sangre mexicana y que encabezó el líder Emiliano Zapata Salazar y reafirmado  luego por el general Lázaro Cárdenas del Río.
Acciones en las que siempre va implícito el terror y el aniquilamiento de quienes se opongan a los despojos violentos, generalmente de posesiones de tierra y osen reclamar sus derechos y/o la justicia.

El, como se pinta, atraco, se inició en el 2008 cuando un funcionario entonces de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), enviado por el hoy diputado local del APN, Juan Carlos Lavalle Pinzón, en ese entonces delegado de esa dependencia federal en el Estado, llamó a directivos del Comisariado Ejidal de Lerma, a una reunión en las oficinas del Partido Acción Nacional (PAN), para comunicarles por primera vez, la intención de la familia Mouriño Terrazo de comprar (a 40 centavos el metro cuadrado, que ellos están vendiendo en 288 dólares), la totalidad de la superficie del ejido de Lerma, o sea, las 10 mil 070 que contiene la carpeta básica de esa superficie ejidal.

El objetivo ---se dijo--- era para construir ahí un campo de golf de 18 hoyos, varios hoteles y residencias. Se habla incluso de querer construir en esa tierras ejidales un estadio de futbol, varios lermeros tienen esa certeza. Un estadio que sería el más grande de la Península de Yucatán. Hay que recordar que el jefe del clan Muriño, es o fue dueño de un equipo de futbol de España (el Celta de Vigo), equipo que tiene su sede en esa ciudad de Galicia, España, de donde es originaria esa familia y que de ahí emigraron a México, D.F. antes de radicar en Campeche. También se dice que el patriarca de ese clan Manuel Carlos se encuentra muy enfermo en su tierra natal.

Se comenta incluso, que él como su extinto hijo, el ex secretario de Gobernación en el sexenio albiazul calderonista, tenían o tienen doble nacionalidad al poseer pasaportes de México y España. Pero no se trata por ahora de fijarnos en esos aspectos, pues tendríamos que mencionar el paso del fenecido vástago y también, por ejemplo, lo que ocurrió con aquel Grupo Gamma, empresa de los pininos de Mouriño y donde operó como contador el ex gobernador (?) hasta el 2009, Jorge Carlos Hurtado Valdez.

A lo que vamos es a que, sin duda, esta historia de despojo en el poblado de Lerma, pero que es un episodio m de amenazarlo de muerte, quemarle sus pastizales, matarle y robarle su ganadoe se formn estadio de futbol, varios lermeros tienás en la vida del ibérico, es intenso y podría serlo aun más, después de que el presidente del Movimiento Campesino Tierra y Libertad de Lerma, que se formó para recuperar las tierras hoy en poder del español, lo acusó de amenazarlo de muerte, quemarle sus pastizales, matarle y robarle su ganado, y presionarlo para que abandone sus tierras y le ceda sus derechos ejidales, como lo hicieron los demás, quienes,  insistimos en apuntar, fueron engañados por el Notario Público, Enrique Castilla Magaña, por cierto primo hermano de los González Curi.

Quien, por su parte, tiene su propio historial de despojos de tierras, propiedades, en procesos cubiertos, solo cubiertos, de legalidad; una de las más recientes, por ejemplo, se dio en el poblado de Chiná, del municipio de Campeche, que Jaque Mate está documentando, y como ese ha habido muchos más casos de despojo, sin conceder que lo sea el de Lerma con el Campeche Country Club.

Digo intenso y hasta trágico, como lo sería el que los ejidatarios desaparecieran por negarse a venderle sus tierras a Mouriño, también sería de lamentar lo que pasará con lo hecho hasta hoy en el desarrollo Campeche Country Club, cuyo negocio principal serán los hoteles, el golf y la venta de residencias de lujo.

Para esto, se piensa construir a lo largo de 20 años, todos los campos de golf que se pueda en parangón con lo que está haciendo Mérida, Yuc., y Quintana Roo en la Riviera Maya, además del señalado estadio de futbol, que quedaría a la vera de la autopista a Champotón.

Mención aparte merece y tendrá la autorización que le otorgó a ese proyecto la Secretaría de Medio Ambiente y recursos Naturales (Semarnat), hoy a cargo del delegado Enrique Pérez Gómez, nieto del extinto empresario Leovigildo Gómez Hernández “Viluch” y que aunque el no otorgó el trámite de esa autorización si puede reparar el daño que ahí se puede cometer; sobre todo porque fue hecho en trámite fast track, pasando por alto la enorme destrucción de flora y fauna. Actualmente venados, puercos de monte y todo tipo de fauna están siendo atropellados en la carretera aledaña.

Lo cierto que es muy probable que el Campeche Country Club siga el mismo camino y ¿destino? que está corriendo el Aak Baal (“carapacho” de tortuga) antes llamado Campeche Playa, Golf, Marina & Spa Resort, que aun se encuentra en litigio internacional con sus anteriores dueños los Noval, el cual, está convertido hoy en un elefante blanco, pues aunque cuenta con un hermoso hotel, este se encuentra vacío.

Este desarrollo todavía no ha sido suficientemente investigado por los cuantiosos recursos salidos del erario estatal en el gobierno de Hurtado Valdez, hoy flamante contralor de la Secretaría de Gobernación federal. Campeche Country Club podría correr con la misma suerte y destino de Aak Baal.

Todavía está en el Congreso una demanda del Partido del Trabajo para explicar las costosas inversiones del gobierno pasado, impulsadas a través de su secretaría de Turismo, entonces a cargo de Jorge Luis González Curi. Inversiones que nunca reportaron beneficios a Campeche.

Hoy, las aproximadamente 400 hectáreas que ya lleva “trabajadas” y “construidas” el Campeche Country Club en tierras ejidales de Lerma, podrían pasar a ser una prueba de aquel dicho: “el que siembra en terreno ajeno, hasta la semilla pierde”. Lo anterior porque según fue publicado esta semana en los medios locales de comunicación, la Procuraduría Agraria (PA): “Pedirá al Tribunal Unitario Agrario (TUA), la restitución de toda la superficie del Ejido de Lerma”.

Añade: “Por presumir vacíos en el proceso, como meter al padrón ejidal, a gente desconocida en Lerma, firmas de campesinos fallecidos y la inscripción de asambleas que no se realizaron”, informa la Procuraduría Agraria en Campeche.

Según investigación, el atraco se concretó, cuando los ejidatarios y algunos con sus familias, firmaron un supuesto contrato de cesión de derechos y compraventa de todo lo que tienen en el ejido Lerma, ante el Notario Público e infaltable organizador de los carnavales de Campeche, Enrique Castilla Magaña.

Notario, quien, según denuncian los integrantes del Movimiento Campesino Tierra y Libertad ---creado ex profeso para defender ese ejido y recuperarlo y devolverlo a los ejidatarios---, les ocultó, porque los hombres de campo casi nunca leen lo que firman, pues confían en sus autoridades del comisariado. La hoja en que se leía que la cesión era total y no parcial.

Es decir, que lo que estaban cediendo eran todas sus 45 hectáreas a las que tenían derecho como ejidatarios, y no solamente las ocho hectáreas que, el Notario carnavalesco, así como el dueño de Campeche Country Club o sus representantes, les aseguraron que únicamente se estaban comprometiendo a entregar.

Por lo que, confiados, firmaron y algunos hasta llevaron a sus hijos a firmar. Todo el procedimiento con el que Campeche Country Club se hizo, a estas alturas, de casi todo el ejido. Pero hay el riesgo de que notario, empresario y autoridades venales reviertan el proceso por estar viciado de origen y…a la basura una nueva inversión en Campeche, por no hacer las cosas como se debe: con honradez y considerando a los pobres que son los dueños de las tierras.

Y todo, por no proceder conforme a la ley y, principalmente por lucrar con la pobreza, pues se menciona que con unos regalitos de electrodomésticos y mil 400 pesos, los ejidatarios aceptaron ceder sus derechos agrarios. Será algo digno de ver en que va a parar este asunto.


BAHIA DE LA CORRUPCION

Los españoles que se aventuraron a desembarcar y entablar una pelea contra los nativos de la hoy ciudad de Champotón, perdieron y su capitán fue herido de muerte. La maldición desde entonces pesa sobre los hijos de esa tierra. Ninguna administración de los ayuntamientos ha pasado la prueba de la honradez. Priistas, panistas, perredistas han hecho de las suyas con los recursos públicos y el municipio muestra un atraso de decenas de años.

Hoy, de nuevo es inocultable la corrupción que impera en la administración del ayuntamiento de Champotón, encabezada por el primer edil José Luis Arjona Delgado y a su secretario de la comuna Elver Santos Alayola, a quien se le acusa de déspota, intransigente, insensible, inexperto, deficiente e ineficaz para manejar los destinos de ese ayuntamiento.

Se les acusa ---a ambos---, de no recibir a la gente que les solicita audiencia, mientras ellos se encuentran a puertas cerradas con bellas secretarias esperando la hora de salida para salir a disfrutar de buenos vinos, micheladas y pantagruélicas comidas, pareciera que todo con cargo al erario municipal, pero ¡no!

Dicen restauranteros, cantineros y antros nocturnos que cuando los ven llegar se persignan como si los susodichos fueran el mismo lucifer. Y esto se debe a que de inmediato piden junto con sus acompañantes vinos con botanas del momento, así como entradas y otros servicios. Lo difícil es que comen como pelones de hospicio y su sed es insaciable, porque tardan horas en cambiar de tercio (como en las corridas de toros), entonces el alcalde llama al dueño del local y le dice que lo consumido hasta ese momento corre como cortesía del negocio, pero lo más lamentable es que les exige dinero arriba de 20 mil pesos y pobre del que no se los de, porque entonces llama por celular a sus empleados y ordena sanciones a ese negocio.

Los negocios de restaurantes y otros con venta de bebidas alcohólicas han sido frecuentemente amenazados con cierre si no cumplen con sus demandas.

¿De dónde salió este sujeto que tiene atemorizado a todos los inversionistas, proveedores de servicios, contratistas que sin pena les exige dinero para satisfacer sus bajos instintos de alcohólico y mujeriego. Esto daña mucho no solo al ayuntamiento de Champotón como alma rectora de la autoridad, sino a la ciudadanía que tiene que ir a tramitar algún asunto en ventanillas de la comuna champotonera y que, desafortunadamente caen en las manos de estos sinvergüenzas servidores públicos.

El pueblo ya está cansado de tanta corrupción de gente inepta que ostenta el poder y lo usa en forma arbitraria dañando la imagen de la mayoría de los empleados que son gente trabajadora y que si cumplen con sus labores.

Apenas está cerca de su primer año de “labores” y nadie espera que vaya a informar por ejemplo ¿cuántas micheladas se zamparon en ese lapso de tiempo en restaurantes y bares de la bahía? ¿cuántos cocteles consumieron junto con sus acompañantes, las féminas que lo acompañan a él y a su secretario de la comuna? ¿cuántas comidas y cenas han consumido y no ha pagado?

Pensar en la Contraloría municipal es perder el tiempo. Lo que cabe es que con pruebas como fotografías del grupo se presente en el Congreso del Estado una demanda para investigar a este alcalde y su secretario, así como los casos de corrupción dentro del ayuntamiento sobre compras, obra pública y desvíos que algunos champotoneros ya tienen documentado.


SIMULTANEAS

Dicen que el que anda entre la “tá” algo se le pega. Resulta que nuestro protagonista de la semana pasada, el mal administrador Fernando Sadek Abad, cuando fue Tesorero del ayuntamiento tenía entre sus ayudantes a Rogelio Collí, el cual llevaba antes de ese encargo los libros de la negociación “El Trifoco”.

Collí, luego de la salida de Sadek Abad hizo de las suyas en el ayuntamiento de Fernando Eutimio Ortega Bernés, tanto así que al salir de licencia para un nuevo cargo político, el ex alcalde le recomendó a María Rafaela Santamaría Blum que lo cesara. Por algo sería; sin embargo el buen corazón de Marucha” no le permitió cumplir esa recomendación.

El tiempo siguió y en el cambio Collí quedó en el limbo durante las administraciones municipales y estatal. No fue sino hasta este sexenio que inexplicablemente sustituyó en el cargo a Manuel Santini Pech, como director del Registro Civil y…aquí comienza de nuevo su mala mano de don Rogelio. Hay una investigación que saldrá en los próximos días sobre irregularidades en esa oficina pública.

Por lo pronto nos dicen que hace unos días y en ocasión de un viaje a Cancún en el que todos los matrimonios fueron en un autobús, el único que no lo hizo y fue muy criticado fue precisamente Rogelio Colli quien se aventó la puntada de llevar una suburban oficial con chofer, gasolina y gastos transportándolo a él y a una amiguita personal.

Ay María, hubieras hecho caso a lo que te recomendó quien te dejó el cargo. Tal vez no estaría haciendo tanto daño el susodicho.

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