MARRULLERIAS PANISTAS
Todavía no se acaba de digerir el cuatro que
los panistas Vicente
Fox Quezada y Felipe del Jesús Calderón Hinojosa le pusieron
en 12 años a la administración que recibió el actual gobierno priista. El
asunto aquel del Servicio Profesional de Carrera del cual no hay manera de
desactivarlo salvo usar el mismo sistema como los principios de la homeopatía.
En esta ocasión hace unos días el gobernador
del Estado Fernando
Eutimio Ortega Bernés, por poco le da un soponcio al enterarse de la
noticia nacional que señalaba que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes
(SCT) canceló por tiempo indefinido 16 proyectos (entre ellos Campeche) de
mantenimiento y conservación de carreteras que la pasada administración panista
pretendió aprobar prácticamente en el último minuto de su gestión.
Y no era para menos el susto, porque “tras de
cornudo, apaleado”, las finanzas estatales como señala Tircito no tienen buena salud
desde inicios de la actual administración y se está laborando con el credo en
la boca, ante la falta de dinero. Aparentemente quedaban en el aire la
inversión de mil 676.5 millones de pesos aprobados por la Cámara de Diputados
federal para este año, todo ello para la atención de 547 mil 50 km.
Sin embargo el Centro SCT dio una explicación
a los medios que, o no la entendieron o por extrañas circunstancias no llegaron
a aparecer, pero que tranquilizado el señor del cuarto piso lo demás fue lo de
menos.
Pero ¿qué son los CPCC? Son contratos que
serían licitados este mismo año por estas fechas entre grandes empresas
constructoras, con un período de vigencia de siete años cada uno, y que en
conjunto en 16 estados representarían compromisos de inversión por 26 mil 433
millones de pesos para dar atención a una longitud total de ocho mil 554.91
kilómetros. Un enorme contrato que se pensaba renovar pero ante la sospecha de
corrupción al estilo panista vino la orden del centro del país de SHCP-SCT-SFP
de parar todo, aunque eso no significa que la inversión se pierda, sino que
tendrá otro esquema de financiamiento y con oportunidad para empresas de la
región y nacionales.
La Contratación Plurianual para la
Conservación de Carreteras (CPCC), es un mecanismo surgido de las mentes
calenturientas de los panistas de última generación con estudios en
universidades extranjeras, quienes diseñaron la forma de exprimir los recursos
con el contubernio de las grandes empresas constructoras del país.
En esa tesitura fueron preparando desde el
final del sexenio de Vicente Fox un esquema CPCC donde se
consideraron: el paquete carretero, el contrato de supervisión, los
requerimientos técnicos del contrato CPCC, los aspectos técnicos relevantes,
las etapas del contrato CPCC, los estándares de desempeño, la planeación de los
trabajos y los mecanismos de pagos.
Para tal fin y con todo el tiempo del mundo
capacitaron al personal técnico de cada Centro SCT que tuviera responsabilidad
directa o indirecta en la ejecución de los trabajos del paquete carretero.
En esa capacitación explicaron cómo deben
formularse las estimaciones de los trabajos de conservación por trabajos
ejecutados en cumplimiento de los estándares de desempeño.
Finalmente registraron las observaciones y
recomendaciones que emitan los responsables de la infraestructura carretera.
Mediante ese esquema de los CPCC se aplicó
los seis años anteriores (2007-2013) a estas actividades en conjunto, dentro de
un solo contrato que comprendió para este año 2013 401 km equivalentes en el
territorio de Campeche en la ruta Villahermosa-Mérida, entre los límites de
estados de Tabasco y Yucatán, con duración de varios ejercicios, para permitir
la optimización de los recursos de la dependencia en beneficio de los usuarios.
Esto fue denominado como Paquete CPCC Campeche.
Los contratos plurianuales de conservación de
carreteras se encontraban sujetos a la Ley de Obras Públicas y Servicios
relacionados con las mismas, y a su Reglamento, así como a la normativa SCT con
plazos de ejecución de siete años en promedio.
Su objetivo fue que el contratista realizara
trabajos de conservación en un conjunto de tramos interconectados comprendidos
en la red federal, para cumplir con los estándares de desempeño establecidos en
los términos de referencia señalados líneas arriba.
Este esquema contempló la contratación de
testigo Social designado por la Secretaría de la Función Pública atendiendo lo
que dispone el Art. 27 Bis de la LOPSRM.
Este hecho significó el atole con el dedo para asegurar que existiera la
transparencia de dicho proceso.
La maña de este esquema es que de golpe y
porrazo se evita la contratación plurianual para cada tramo o estructura. Y con
ello la adjudicación es para grandes empresas constructoras nacionales como por
ejemplo ICA (Ingenieros Civiles Asociados), supuestamente beneficiándose
usuarios, estado y contratista.
El asunto detonó desde el pasado 11 de este
mes, cuando la voz de alarma se dio desde oficinas centrales de la SCT, donde dieron
a conocer que no se lanzarían nuevas licitaciones de CPCC ya
que los cinco paquetes que operan han tenido problemas financieros (no se
explicó de que tipo) y se trabaja para estabilizar su situación.
El estallido de este esquema que tiene un
tufo de corrupción se detectó en cinco paquetes que financieramente tienen
problemas. Son los casos de San Luis Potosí, Veracruz Sur, Michoacán, Sinaloa y
Sonora, cuyo monto total representa inversiones por 15 mil 873 millones de
pesos para un plazo que ya no se dio de siete años y de cobertura en tres mil
669.9 km.
Según mencionó el Centro SCT no habrá mayor
problema en cuanto al programa de conservación y la inversión de mil 676.5
millones de pesos está garantizada y se ejecuta en los tiempos programados. El
susto no pasó a mayores, pero nadie imagina cuántos casos semejantes habrán de
encontrarse al paso de los meses en otras dependencias. Porque una cosa es
segura. lo ocurrido no fue privativo de la SCT los jóvenes panistas movieron
demasiados recursos abusando del poder y sin pensar en las consecuencias que ya
se están dando.
UN CUENTO QUE PARECE FABULA
Luego de un prolongado período de silencio
---pensaba que se había vuelto mudo---, el sabio del reino árabe habló. Y lo
hizo solamente para llorar como mujer lo que no pudo lograr como hombre.
Dicen los entendidos que hablar así es a toro
pasado, sin embargo, el sabio habla y condena lo que ---en todo caso--- debió
haber condenado hace casi cuatro años, cuando perdió ---no lo que usted está
pensando---, lo que ahora lamenta.
Claro. A lo mejor no se habló en aquel
entonces, porque había sido parte del equipo de saqueadores que abandonaron el
reino por esas fechas. Y se presume que eran saqueadores porque el sabio hoy
vocifera en privado que todos los que han llegado al trono son sucedáneos de
Francis Drake, como se llama uno de sus hoteles.
El sabio habla ---siempre entre su círculo
que integra por ejemplo el loquito de las tarolas---, y no le importa
comprometer a sus amigos. Dice que entre ellos el que entregaba el poder le
había prometido ser el próximo rey en el período que ya lleva casi dos terceras
partes de su tiempo sexenal.
Pero, además se autocalifica: “Yo hubiera
sido un buen rey. Un honorable rey, a prueba de todo. Yo hubiera (siempre el
hubiera que no existe), hecho obras públicas hasta en la zona limítrofe en
pugna con Quintana Roo, vaya hasta en los manglares y evitar que se sigan
incendiando por los prolongados estíos. Mi honestidad hubiera sido ejemplo…” y
así hasta el infinito, sin dejar de quejarse de que su nuevo proyecto no ha
tenido el apoyo gubernamental necesario para aterrizarlo. Así hasta el
cansancio en el autoelogio.
Es probable que el sabio esté a punto de
morir de anemia, a causa de la sangre derramada al morderse la lengua y no
estancarla ni con su café árabe sin azúcar. Y es que dice que hubiera sido
honesto, cuando que todos en este reino saben que tiene cientos de propiedades
con todo estilo de arquitectura. Y pese a sus balandronadas el reciente
delegado del Infonavit en el Estado lo descobijó al denunciar que las casas que
se han hecho en muchos años son una porquería y que no obstante los constructores
preferidos con el sabio son dueños de toda la periferia no construida de la
capital y de algunos municipios como Ciudad del Carmen.
Su llanto es perpetuo, porque sabe que este
reino, para él, ya está perdido por sus casi 65 años cumplidos que se le notan
en cada foto oficial y si sumamos los dos años que le restan al actual régimen
nos encontraremos con que nadie a los 67 años buscaría ser rey y permanecer en
el poder seis años. Setenta y tres años es para que por su vida licenciosa
terminaría en silla de ruedas.
Si habla de honestidad es para reírse. ¿Hay honestidad en la gran
cantidad de casas viejas que ha adquirido a precios de ganga y en muchos casos
gratis, como por ejemplo el Carta Clara Jr. en San Román, que ya lleva dos años
construyéndose, violando disposiciones del INAH
y cuyo monto de inversión nadie se atreve a calcular? ¿Hay honestidad en
la forma en que integró en la nueva dependencia donde despacha, a despecho de
“El tucho”?
¿Hay honestidad en la forma en que vive en la
vecina ciudad de Mérida, donde tiene fuertes intereses económicos junto con sus
cuates del pasado reino de Hechos (pedazos) y en los que sobresalen el ex de
Finanzas, el ex del Congreso y el ex rey?
En fin. Vocifera el sabio en espera de una
polémica respuesta. Solo que el rey que ocupa el trono en estos años ---este si
con la voluntad popular---, llegado de otras esferas sin presumir porque no
tiene sangre moruna, únicamente con discreción calla y con prudencia ataja la
hipocresía y sus aires de grandeza que le vienen de genes como su hermano otro
ex rey, que hoy más que atender su nuevo cargo en el D.F. vigila sus intereses
personales por aquello de las cochinas dudas ya que el diablo no duerme.
No podría ser de otra manera, el rey en turno
ha pedido a sus súbditos poner más atención a los próximos procesos electorales
porque está convencido de que el sabio de nuestro cuento no va a quitar el dedo
en el renglón.
Por lo demás, recordemos únicamente esa sabia
frase del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha: ¡Ladran, Sancho, es señal
que cabalgamos!
LA MITOMANIA DE FEBO
Dice el tumbaburros que mitomanía es la
tendencia patológica a falsear la verdad, a la fabulación consciente y a la
simulación de estados orgánicos anormales.
La patología de las mentiras del abuelo Febo
cada día se acrecienta, cree, piensa y elucubra que los campechanos somos
pendejos o en el peor de los casos ingenuos, por creer a rajatabla y sin
inferir sus declaraciones ---siempre triunfalistas---, que vierte con
periodicidad en conocido rotativo que siempre se ha distinguido por publicar y
publicitar “las virtudes” de aquel que le prodiga jugosos chayotes con
regularidad.
Ahora se jacta de que la sequía, el estío
---que apenas se inicia--- no afectará a nuestra entidad por tener acuíferos
subterráneos en abundancia. Cierto hasta ahí. No ha descubierto el hilo negro
ni el agua hervida con ello, pero, luego se destapa diciendo que hay alrededor
de 300 unidades de riego y que se han escavado miles de jagüeyes, como si eso
fuera una panacea contra el estiaje.
Haciendo números. Si cada unidad de riego
(valga la redundancia) pudiera regar con regularidad 40 ha., tendríamos una
superficie de 28 mil ha. En producción de variados cultivos que generarían
riqueza al campo campechano durante dos ciclos agrícolas al año y, la situación
económica sería diferente a la actual, ya que la suma de “unidades de riego”
dobla casi el número de ejidos en el Estado.
Pero la realidad es otra. La gran mejoría de
unidades de riego no cuenta con capital de trabajo ni créditos baratos y
accesibles para asumir los costos de producción de cultivos de riego, caros de
por si (oscilan de 25 mil a 80 mil/ha.) y eso sin tener en cuenta el elevado
costo de la energía eléctrica que muchas veces les cortan por no reunir los 20
o 30 mil pesos que les cobra la CFE, y de ahí pasan a la subutilización o al
abandono de las áreas de riego; vienen los robos de transformadores, líneas de
conducción, cables y arrancadores, y a esperar que de nuevo los gobiernos con
sus diversos programas las rehabiliten para iniciar el círculo vicioso
nuevamente.
Este círculo vicioso viene dándose cuando
menos en más de 20 años atrás (saque usted amable lector a que gobiernos
corresponden) y solo ha servido para la rapiña de funcionarios y contratistas
que se benefician con la ejecución de las obras de rehabilitación; si esto es
falso, que Febo
me desmienta e informe cuánto ha invertido en ello desde que llegó al cargo en
2009 en la SDR, así como los resultados productivos y el impacto económico
resultante al favorecer los medios de producción con el riego, que ha generado cuya
inversión de recursos es cuantiosa y cíclica.
Pasando a los jagüeyes, es preciso mencionar
que solo son excavaciones para captar agua de las lluvias aprovechando la
topografía y si, resuelven en parte la carencia de agua para el ganado ---si
llueve lo suficiente para captar agua--- pero a costa de convertirse en focos
de incubación de parásitos gastrointestinales, ya que los usan con acceso
directo del ganado para beber. Defecan y orinan dentro de él, arrastran
partículas de tierra, crean lodazales en los que llega el ganado incluso a
atascarse y morir engarrotado al no poder salir de ellos.
En efecto, se han excavado miles de ellos
sobre todo en zonas más carentes de agua y de precipitaciones pluviales, pero
nunca --- ¡óigase bien!--- se ha fomentado el uso eficiente y sano de ellos
para su mejor aprovechamiento.
El mecanismo operativo para hacerlos depende
de que el o los productores solicitantes costeen el consumo de combustibles y
lubricantes; cambios de aceite, filtros y bandas, así como el alojamiento y
alimentación del operador y sus ayudantes.
Bien, es necesario que la opinión pública
conozca el fondo de la olla, como coloquialmente se dice, para no dejase
engañar por aventurados que si bien hacen declaraciones a tutiplén y cacarean
como Everardo
Aceves Navarro, sus ovoposiciones, la mayoría de las veces son
engañosas para la generalidad de lectores y público en general que conociéndolo
ya no comulgan con esas ruedas de carreta.
Ahora, lo que viene es
que el estío va a dislocar la quijada de Febo en declaraciones y explicaciones a su
jefe el gobernador del Estado, para justificar que este año las cosechas récord
no fueron posibles debido al clima adverso.
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