domingo, 17 de junio de 2012


APUNTES PARA INDECISOS

Más allá de lo meramente anecdótico que representó la impresionante concentración de campechanos que acudieron a ver, tocar, saludar, tomarse la foto y oír al candidato del PRI a la presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, hace unas ---semanas--- lo fundamental, creo, fueron los compromisos que firmó para beneficio del Estado, y el contraste con “los otros”.

Un día antes, el discurso hueco y monotemático de la desdibujada candidata del PAN, naufragó en un aguacero cortesía de San Isidro el Labrador en su día. Y todo quedó en nada. Realmente diferente.

El perredista por su parte, ya había estado en Ciudad del Carmen, donde dijo lo que ha venido diciendo desde el 2006. Nada nuevo. La “honestidad valiente” se perdió en la evidencia de un “charolazo” de seis millones de dólares y la “República Amorosa” se desmoronó en su terquedad de seguir acaparando el monopolio de la beligerancia y la cerrazón.

Quiérase o no, a Campeche sólo nos queda Peña Nieto, porque aquí firmó compromisos concretos que habrán de impulsar el desarrollo del Estado y mejorar la calidad de vida de los campechanos.

Es cierto que firmar compromisos ante Notario Público no tiene efectos vinculatorios. Igual puede cumplirlos o no. Pero la suscripción pública ante un fedatario si tiene efectos éticos, sociales y políticos. Y Peña cumple.

En su mensaje a los campechanos, el candidato priista explicó la razón de su firma.

“Me preguntan: ¿Por qué los firmas? Porque quiero que no se olviden. Porque la política debe servir para sembrar certidumbre y confianza entre la población”.
¿A qué se comprometió?

Rehabilitación del puerto “Laguna Azul”, de Ciudad del Carmen, y ampliación y modernización del Puerto de Seybaplaya.

En ambos casos son obras que requieren de grandes inversiones que sólo puede erogar el Gobierno Federal, por etapas y en varios ejercicios fiscales y que serán un detonante para la economía y el desarrollo del Estado.

¿Qué más?

Pues nada menos que la construcción del nuevo Puente de la Unidad. Hay que recordar que con motivo de la celebración del Día de la Marina, hace 15 meses, el Presidente Calderón anunció la construcción del nuevo Puente de la Unidad, obra que estaría a cargo de Petróleos Mexicanos.

Falso. Ha pasado el tiempo y nada se ha hecho.

En un programa de televisión por cable de esta ciudad se dijo entonces que lamentablemente no habría un nuevo puente en Ciudad del Carmen, como no ha habido ni habrá Refinería Bicentenario en Hidalgo.

Los optimistas acusaron de pesimismo irredento y a los ínclitos defensores del mentiroso sólo les faltó acusar de traición a la Patria.

Pues ahora si va en serio la construcción del nuevo Puente de la Unidad, una vez que Peña Nieto sea presidente de la República. ¡Qué tal!

También la modernización de los sistemas de agua potable y el drenaje y alcantarillado de la Ciudad de San Francisco de Campeche, obras en las que tenemos 100 años de atraso, por más que los gobiernos locales han intentado ponerle parches al problema.

Vivimos en una capital de Estado, Patrimonio Cultural de la Humanidad, donde existe agua en el subsuelo en muy buenos acuíferos pero su sistema es obsoleto y de muy mala calidad; agua clorada pues, donde se navega entre detritus que por siglos han contaminado la bahía y que se inunda al primer aguacero destrozando calles y el patrimonio de muchos campechanos. Los habitantes de esta capital seguimos tomando un caldo de microbios y quienes venden agua embotellada han fincado su negocio en la falta de un verdadero sistema de agua potable, por Secula seculorum.

De ahí la importancia de estas obras que con su firma comprometió Peña Nieto y que también requieren de grandes inversiones federales.

Y algo más que a la mejor pasó desapercibido en el contexto del discurso de Peña pero que no es menos importante.

“Hoy es tiempo de tener respeto a Campeche”, dijo.

“Me comprometo a que el Gobierno de la República que quiero encabezar (dará) a Campeche una mayor atención que corresponda a toda la riqueza que desde Campeche se genera para el país”.

Y eso es lo que ha faltado a los gobiernos federales del PRI y del PAN, desde que el diablo escrituró los veneros de petróleo: respeto a Campeche. Es, por lo menos, una falta de respeto a una entidad federativa, que sus gobernadores anden mendigando año tras año los recursos y las obras indispensables para su desarrollo.
¿Quieren más? Bueno, pues ahí está el Decálogo de Acciones para Mejorar la Economía y la Calidad de Vida de todas las Familias. Que los mexicanos obtengan un mejor salario. Detener el alza de precios de la canasta básica. Bajar el precio de las tarifas eléctricas por medio de una reforma energética y hacendaria. Utiles escolares para estudiantes de primaria y secundaria. Crear becas de transporte para los jóvenes que recorren grandes distancias para llegar a la escuela. Vales de medicinas para la población de todo el país cuando las instituciones del sector salud no tengan abasto. Seguro de vida para jefes de familia a fin de que su hijos queden protegidos en caso de que ellos falten. Ampliar el Programa Oportunidades. Crear un programa para la construcción y ampliación de vivienda y pensión universal para adultos mayores de 65 años.

Peña es sin duda el candidato que mejor leyó la situación del país frente a ese amasijo de titubeos, mentiras, ingenuidades y tartamudeos ideológicos que tan alegremente nos han recetado la izquierda y la derecha mexicana.

Peña, pese a ser blanco de los ataques, se mantiene como favorito a escasos 12 días del “Día D”. El consenso entre analistas y encuestadores es que sería un vuelco histórico que no ganara.

Para algunos como Jeffrey Davidow, ex embajador estadounidense en México, este es el comienzo de una alternancia de partidos en el poder entre una elección y otra. “México se vuelve una sociedad más democrática”, afirmó el autor de “El oso y el puercoespín”. Dijo también que se le hace natural que después de 12 años de un partido en el poder, es positivo que entre otro partido.

Pero Davidow fue enfático al decir que “no es un retorno del PRI, sino que en realidad nunca se fue. Sencillamente se reagrupó a nivel local, y ganó en forma constante gubernaturas. Ahora controla 20 de los 31 estados del país”.

Mucha gente apostó que Peña cayera en alguno de los dos debates, pero su comportamiento razonable, fue positivo para no sumar más a sus propias desgracias y ya no hay tiempo suficiente para cambiar el rumbo de esta carrera.

Si apostamos por un voto inteligente, razonado para llevar a la presidencia de la República al mejor candidato, las propuestas y los compromisos de Enrique Peña Nieto son razones más que suficientes para que los indecisos se decidan.

Refranero: ¿A dónde va Vicente? ¡A donde va la gente!


UN CALDERON ACOTADO

A Felipe Calderón Hinojosa le faltan 167 días para entregar el poder.  Ahora este presidente medita que nada fue como lo pensó. El creyó que el Estado lo podía todo y se dio cuenta ya en la Presidencia que el desafío de la lucha contra el crimen organizado, por ejemplo, no era extirpar una apendicitis sino un cáncer.

Antes de él, Vicente Fox Quezada pensó que iba a resolver el conflicto de los zapatistas en 15 minutos y resultó un gran reto a lo largo de su administración. Sin menospreciar al que llegará el próximo 1 de julio es poco probable que pueda resolver todo desde ahí, porque resulta que no es tan sencillo pese a que llega a Los Pinos.

Desde la presidencia se tiene un poder que nadie más tiene. Si se comporta como un estadista, generará un liderazgo que México requiere y demanda.

Pero hay que reconocer que 12 años de un partido de derecha dejaron su huella en ese lugar. La Presidencia, sobre todo en las condiciones actuales, acotada como institución, en la que no hay más autoritarismo, gran parte de ese poder se ha transferido a los gobiernos locales.

Hoy no hay un tlatoani, sino varios, más de 31, en los estados y uno en el Distrito Federal. En lo local se vive una circunstancia muy parecida a la que vivimos antes en lo federal. Por eso tenemos que hacer los ciudadanos una revisión profunda de nuestro sistema federalista. No para regresar a un tlatoani a la Presidencia sino para tener un país más democrático, con contrapesos, con transparencia.

Y precisamente porque ya no hay un gran tlatoani, ya no hay una Presidencia imperial, porque no todo lo puede hacer una sola persona. Por eso, algo se le tiene que pedir a los mexicanos. ¿Qué le pediríamos como presidente en dos aspectos: impuestos (más impuestos o menos impuestos) y reducción de la desigualdad?

Es importante establecer que le toca dar más a quien más tiene. Y no en un sentido de expropiación de su riqueza o de su prosperidad, sino en un sentido de equidad y justicia. Particularmente en un país tan desigual. También se les pediría a los mexicanos que hagamos un esfuerzo por contribuir con la hacienda pública en un país en el que tenemos demanda de todo: transporte, alumbrado público, caminos rurales, hospitales, escuelas y un larguísimo etcétera.

Si el gobierno nos pide en impuestos, y también le debe dar el poder para exigir. Ese poder que está en la reelección, que ha sido tan difícil de abordar por culpa de otros partidos políticos.

No podemos seguir cohabitando en un país en el que el cumplimiento de la ley depende del poder económico-político y que tiene excepciones cotidianas. Eso termina llamándose corrupción e impunidad.

Los mexicanos tenemos claro que la impunidad de los partidarios de alguien que comete un acto de corrupción ha sido muy frustrante para todos, y ha estado presente en todos los partidos.

Es algo que se le ha cuestionado a Andrés Manuel López Obrador en el caso de René Bejarano; al presidente Felipe Calderón en el caso de César Nava; al PAN en el caso de Larrazábal; al PRI en los casos de Humberto Moreira, Mario Marín, Ulises Ruiz. Eso frustra mucho a los ciudadanos.

La ley debe aplicarse por igual a todos los mexicanos y lo que debe dejarse acreditado es no solo el postulado sino la acción eficaz en ese combate, que es la parte que no se ha visto. Donde haya denuncia y se acredite una práctica de corrupción, se puede sancionar y aplicar la ley a quien incurra en ese delito.

Para los campechanos es frustrante observar la corrupción en los tres niveles de gobierno. Todos sabemos ---pero no podemos comprobar--- de un sistema de fraudes diseñado con premeditación y alevosía valiéndose del nepotismo, la duplicidad de los pagos, el cobro de servicios no prestados, las compañías fantasmas, las facturas falsas, los proveedores inexistentes y la explotación de la ignorancia campesina para cometer y seguir cometiendo el crimen de desviar hacia el enriquecimiento ilegítimo y otros fines inconfesables los créditos y asignaciones de dinero federal, estatal y municipal destinados a rescatar de la pobreza y la ineficiencia al inframundo de gente humilde y necesitada que se ocupa de las labores agropecuarias.

Para el hombre de la calle los tres niveles de gobierno han elevado  el chanchullo a tres categorías de latrocinio, que es el robo con habilidad y destreza. La de pillaje, que es apoderarse de todo lo que pueda satisfacer la codicia . La de rapiña, que es arrebatar con rapidez, como las aves de presa.

En nuestras narices sustentan una cátedra de malversación, que es el uso indebido de fondos públicos para fines distintos de aquellos a los que se han destinado.

Si se desea un verdadero cambio en todos los niveles es necesario recapacitar al momento de emitir nuestro voto en el próximo proceso electoral.


ALITO MOSTRO MUSCULO

Con dos actos realizados el pasado fin de semana (8 y 9 de junio) en el Centro de Convenciones de Campeche y una Disco en Champotón, Alejandro Moreno Cárdenas, senador por Campeche y miembro del CEN del PRI nacional retornó a su estado con un mensaje subliminal: “No se olviden los políticos que estoy vivo y que ya es tiempo de volver por mis fueros para el 2015”.

En el Centro de Convenciones de esta ciudad logró reunir a cerca de dos mil 500 personas en su mayoría maestros, quienes lo escucharon atentamente durante una cena. En el acto estuvo acompañado de Ana Martha Escalante Castillo, candidata del PRI al Ayuntamiento de Campeche, dando un mentís a quienes han corrido el borrego de que no quiere que llegue a la alcaldía, porque sería una adversaria para su proyecto político. Lo que llamó la atención de los asistentes es que no hubo un solo acarreado. A las puertas del Centro de Convenciones no había un solo autobús que indicara que habían llegado en ese modo de transporte. Esto demuestra que el poder de convocatoria del senador y próximo diputado federal sigue siendo efectivo.

Y al igual que en ese sitio al día siguiente en Champotón se reunió en una discoteca que albergó a más de mil jóvenes quienes lo escucharon con atención y lo aplaudieron entusiastamente. Al igual que en Campeche, ni un solo autobús a las puertas del inmueble indicó que la voluntad de los asistentes era apoyar sus conceptos políticos basados en ambos casos al proselitismo a favor del candidato del PRI a la presidencia de la República, Enrique Peña Nieto.

Debe recordarse que Moreno Cárdenas fue factótum en el pasado proceso de sucesión en el 2009. Muchos no olvidan su discurso de unidad en torno a Fernando Eutimio Ortega Bernés, por quien declinó y permitió la unidad priista en esos acalorados días de la sucesión, que muchos saben, los del docenato no querían.

Esta es una lección para olvidadizos y se espera que las visitas de Moreno se sucedan luego de asentarse las aguas después del proceso electoral del 1 de julio.
La sucesión ya está en marcha.


LEGADO 2

De un amigo y allegado a esta columna me permito dar a conocer otro “Legado” sobre el tema del próximo proceso electoral:

Pregunta ¿Es necesario hacer y decir ridiculeces, atribuirse triunfos en debates y prometer y prometer ocurrencias para tratar de “impresionar” a un electorado que tiene la capacidad de juzgar y decidir sin que sea necesario que se ofenda a su inteligencia?; les pregunto ¿sigue siendo necesario el acarreo de gente, práctica que todos, sin excepción utilizan en mayor o menor medida?; ¿es necesario mentir o prometer lo que se sabe que no se puede cumplir?,  ¿tendremos que volver a enfrentar acciones violentas del perdedor?, entonces, por qué la necesidad de esos recursos.

Con tan absurdas, como inoperantes, costosas e inútiles campañas publicitarias nos demuestran, unos más, otros menos, que no les importa la dignidad de la gente, ni los topes de campaña, nada, ni la triste realidad de que quien resulte electo y sea declarado elegido será ilegítimo por provenir de una ley violatoria de la Constitución, por ser candidato de partido, no del pueblo, por haber rebasado los topes de campaña y por muchas otras causas.

Tampoco a nadie le importa que el pueblo no tenga a nadie que lo represente, ya que quienes deberían tener la representación popular, senadores y diputados, únicamente representan los intereses de los partidos políticos que los hicieron llegar, porqué al pueblo la Ley Electoral le niega el derecho a proponer a sus representantes debido a que ese derecho constitucional de votar y ser votado está “graciosamente” concesionado en exclusiva a los partidos políticos. Por suerte y decisión atinada del Congreso del Estado de Campeche, a partir del próximo proceso electoral ya podrán participar candidatos ciudadanos sin respaldo de los nefastos partidos, todos en manos de grupos de poder perpetuo. 

Con la fuerza de nuestro voto podemos lograr “salir del bache” de necesidades en que nos encontramos, solo la unión ciudadana ajena a los intereses de partidos políticos, gobierno y grupos oportunistas a los que nada más les interesa el poder, el dinero y el figurar, podrá librar a nuestra tan incipiente como desafortunada democracia a liberarse de la pesada carga que a todos nos oprime, como resultan ser cuatro de los siete partidos nacionales, sin razón de existir.

De ellos podemos librar al país porque por primera vez el sistema de votación nos da una valiosa oportunidad, que no debemos de desperdiciar, de hacerlos desaparecer del presupuesto, con simplemente ejercer el derecho de voto a favor del candidato (a) de nuestra preferencia a través de alguno de los tres “partidos grandes”, los cuales, pase lo que pase, conservarán el registro debido a su ideología y a su número de seguidores y no hacerlo a través de ninguno de los cuatro partidos restantes para que no  alcancen el dos por ciento de la votación nacional que necesitan para sobrevivir y seguir siendo mantenidos por el gobierno.

Así que usted, estimado lector de esta columna vote por el candidato de su preferencia pero hágalo a través de un “partido grande”, de igual forma razone su voto y hágalo útil anteponiendo el interés de la nación, de nuestra idiosincrasia, el respeto a nuestros derechos logrados por muchas luchas durante siglos de acomodos sociales a partir de nuestra independencia y, cuidado, mucho cuidado con no votar porque eso puede llevarnos a la implantación de un régimen totalitario, absolutista bajo el poder a perpetuidad de un solo hombre como ocurre en conocida isla y en un país hermano de Centroamérica cuyo símil va por su cuarta reelección.

Una vez liberada la nación de los “partidos sin razón de existir”, el siguiente paso debe ser liberarla de otras pesadas y muy costosas cargas como es el caso de los tan innecesarios como inútiles senadores, diputados, regidores y síndicos de representación proporcional (pluris), que sumados arrojan miles de militantes “consentidos” de partidos políticos cobrando cantidades de dinero en sueldos, prestaciones, apoyos, dádivas, participaciones, ayudantes, viáticos y demás que ofenden a la necesidad del pueblo,  generando molestias y desvío de recursos que se requieren para progresar.

Sin olvidar los miles de innecesarios e inútiles empleados de los diversos órganos electorales que a nivel federal y estatal solo trabajan en promedio el 20 por ciento del tiempo por el que cobran y el resto se la pasan sin dar un golpe, pero eso si recibiendo sueldos y prestaciones que cualquiera quisiera tener. Tampoco hay que olvidar a los que conforman el TRIFE y los Tribunales Electorales estatales, magistrados, jueces, secretarios, personal de apoyo, etc., que en igual forma solo trabajan unos días cada tres años, pero cobran mejor que si hubieran trabajado los tres años, salvo honrosas excepciones como es el caso de Campeche en que éstos laboran todo el año adscritos al Tribunal Superior de Justicia del Estado.

Hablo de 268 pluris federales, miles de pluris estatales y municipales, secretarios auxiliares de estos, personal de apoyo y muchos más cargos, ocasionales e inútiles, que en nada benefician a nuestra democracia y si a cambio le cuestan mucho dinero al país, y son un freno para el desarrollo  social y económico de México, que tiene que desviar el dinero que debe servir para el progreso y bienestar de la gente y destinarlo a grupos de poder en forma de partidos políticos para que tengan contentos, a su servicio exclusivo a sus “achichincles”, mal llamados representantes populares vía proporcional.

Próximamente número y cifras de algunos de los muchos cargos inútiles y de dependencias innecesarias por su ineficacia, falta de coercitividad y escaso apoyo al bienestar, pero eso si a un gran costo.

Interesantes observaciones que debemos los votantes ejecutar el próximo 1 de julio.


DEL ARCON DE FILLO ZUBIETA
                                  
Postegrama 2000

Tiene fama el campechano/ de ser preciso y cabal, / en el uso racional/ del idioma castellano;

Por tal, campechanidad/ hunde al campechano mismo/ en burdo “campechanismo”/ reñido con la verdad.

Estrambote: Y quien piense lo contrario…que consulte el diccionario.

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