domingo, 24 de junio de 2012
LA TOMA DEL PEDRO BARANDA, CONSECUENCIAS
Ni modo. Tema inevitable para esta semana,
reiterado, recurrente: la ya famosa toma del palacio municipal, que en otras
circunstancias no valdría una línea más. Pero es el caso que ese caos y la sui generis horda, tiene implicaciones
políticas y sociales, además de económicas que es preciso seguir analizando
para situar el hecho en su justa dimensión y poder valorar sus repercusiones
presentes y futuras.
¿Será esta marcha y toma del municipio
campechano la primera sacudida para despertar de su plácido y profundo sueño a
la administración Justa y Solidaria? Si así fuera, ya habremos ganado algo y
por lo tanto el caos desatado fue, desde ese ángulo un avance.
Claro que el sueño es tan profundo, que se
necesitarían ruidos más fuertes para retornar a este pueblo al estado de
vigilia y todavía esperar que se sacuda el abotagamiento de tan excesivo y
prolongado sueño.
Aunque en rotundas declaraciones la
iniciativa privada y “otras fuerzas” de esta capital insistan en negarlo con
sospechosa insistencia, el primer cuestionamiento de este caos es que fue
manipulada, o inducida, o sugerida por el propio gobierno. Para no caer en
extremos, diremos que al menos fue consentida, puesto que por ninguna parte
vimos a los cientos de antimotines ---que cuestan un dineral al erario--- es
más, hasta se hicieron a un lado cuando las hordas de Manuel Bonilla tiraron basura
maloliente a un edificio considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad,
contaminando no solo física sino mentalmente a la sociedad campechana. Pésima
acción, mala costumbre, triste ejemplo por cierto.
Como quiera que sea, su organización ,
ejecución y difusión, peca de sospechosa. Al menos teóricamente el hecho parece
inaudito: Los sindicalizados defendiendo sus intereses personales y la
ciudadanía que le paga sus salarios, ¡al diablo!
Qué papelito jugó entonces el partido que
abandera las causas populares y que dentro de ocho días recibirá de ese pueblo
su respuesta. Porque una cosa es cierta, el PAN es pan de muerto para repetir
en la alcaldía campechana. Surrealismo puro: empresarios mudos ante las hordas
que evitaron dos días las actividades municipales y las autoridades municipales
comenzando con su alcaldesa suplente hicieron lo del avestruz y se fueron a
casita. Lo que no saben muchos es que un grupo de turistas extranjeros filmó y
tomó fotografías de la forma en que quedó el inmueble luego del adorno y
“aroma” de la basura y que otras gráficas recorrieron el país. ¿Esta fue “la
ciudad más limpia del Golfo”, la que vende la idea de ser pacífica, la que es
Patrimonio Cultural de la Humanidad?
Por lo menos nos queda claro que Manuel Chablé
Gutiérrez, Luis Antonio Che Cu y Carlos Joaquín Reyes Alpuche, aprovecharon el
fandango para fungir como lideres de ese movimiento y llegar al Congreso del
Estado, donde fueron materialmente corridos por el bastonero Carlos Moreno
Hernández, quien seguramente les dijo que en ese sitio ya había
bastante basura.
Prevaleció la impunidad de una chusma no
mayor de 250 elementos ---en su mejor momento--- que secuestraron no uno sino
varios servicios por caprichos ante la “protesta de dientes para afuera” de las
cámaras empresariales. Así, para cualquier observador, aquello fue un auténtico
“cocktail campechano”. Un relajo, un híbrido, un principio de la teoría del
caos.
Esta toma de la joya de la corona no pasó de
ser protesta pueblerina. Sin resultados, porque “a lo hecho, pecho”. El
efectivo es sagrado y el negocio había quedado arreglado desde el Cabildo que
se presume fue maiceado. Su característica de célula municipal le permite una
autonomía constitucional que nadie puede echar para atrás, pese a lo que diga
en forma extemporánea y con legalismos jurídicos fuera de contexto el consultor
jurídico o una de sus asesoras.
Lo que realmente se necesitaba saber es el
sitio donde se toman las decisiones, era hasta qué punto se trataba de una
jugada electoral que por cierto funcionó. A estas alturas la campaña de Heberto Brown
Cámara quedó en el limbo político y nadie da un cacahuate por su
intención de dar a los blanquiazules su permanencia tres años más en el Pedro
de Baranda.
En su origen, la marcha y el caos subsecuente
tuvo dos motivos fundamentales: uno, protestar por una decisión que única y exclusivamente compete al Cabildo
Municipal; dos, exigir la no liquidación de 300 trabajadores entre base y
eventuales, que de alguna manera prestan el servicio de recoja de basura más
deficiente del mundo. Pero juicio y tamiz pasan también por la mesa de acuerdos
de concejales.
El corrupto lidercillo Bonilla, jugando como siempre por
partida doble, trató, por lo bajo, de convencer a su base trabajadora que la
responsable única de esta fallida administración municipal es la alcaldesa
suplente, etiquetándola como incongruente y elitista, lejana a los problemas de
los trabajadores y aunque hay algo de cierto, la realidad es que ya sabemos
como se mueven los intereses estatales cuando de por medio se encuentra un
proceso electoral. Así que establecer comparaciones entre ayuntamiento y
gobierno estatal, es ignorancia supina de nuestro sistema político, o definitivamente
mala fe.
Pero hay otro elemento que no ha sido
debidamente analizado. Es indudable que el gobernador Fernando Eutimio Ortega Bernés
tiene una enorme cantidad de problemas (aunque sus encargados de despacho hagan
como que trabajan); son sus actos de buena fe, su empeño por el desarrollo del
Estado, su afán de solucionar los problemas, pero espera demasiado para dictar
sus órdenes, como fue el caso de esta “basura”.
Y nos cabe esta reflexión: ¿porque Campeche
no crece como sus vecinos? Por una política disfuncional. Los empresarios se
quejan de que los campechanos se van cada quincena a gastar sus salarios a
Mérida, Yuc., pero no dicen que la calidad y los precios de los productos que
expenden son más altos en Campeche. Hay una falta de visión empresarial.
El campechano quiere recuperar su capital a
los ocho días. Entonces tenemos una economía que no crece lo suficiente por una
élite empresarial que no invierte ni oportuna ni suficientemente. La verdad es
que los cuellos de botella son tan visibles para todos, pero invisibles para
los empresarios campechanos.
¿Quién gobierna en Campeche? Al parecer los
empresarios de la comunicación. Existe de facto un oligopolio, pese a que hay
un costosísimo e ineficiente aparato de comunicación social ocupado en dirimir
querellas internas a costa de la imagen del gobernador. Medios que cuestan
demasiado y que además están sobrevalorados se llevan enormes recursos que bien
podrían destinarse para la obra social del gobierno.
Solo así se entiende que el gobernador sale a
resolver problemas cuando estos ya causaron crisis; solo así se entiende que
pelafustanes como los invasores de la 20 de Noviembre destruyan y atenten
contra el Palacio de Gobierno y ahora contra el Pedro de Baranda; solo así se
entiende que Ortega
Bernés se le salen de control los problemas y no puede domesticar a las criaturas que nacieron en anteriores
regímenes; solo así se comprende que los medios quieren manejar hasta las
políticas públicas; solo así se acepta que la política ha rebasado todos los
órdenes de gobierno en aras de conservar el poder.
Campeche necesita cambiar. Necesita una
economía dinámica y que los empresarios en vez de asistir al Palacio de
Gobierno deben de emprender mercados funcionales y ser más competitivos.
Campeche es un lugar donde las grandes
fortunas se han construido al amparo de la política; donde todo gira en el
poder político para emprender desde la apertura de un puesto en el mercado
Sáinz de Baranda hasta negocios mayores como bien pudo ser el asunto de la
basura y que el capital fuera campechano. No es posible seguir con esa tónica
de que todo necesite el visto bueno del corazón del poder.
En el índice global de competitividad
Campeche se encuentra entre los tres últimos lugares del país. Las políticas
públicas solo favorecen a los políticos transformados en empresarios como la
“famiglia” González Curi, que merced a esa “virtud” dejó fuera a uno de los
hombres de más confianza del gobernador: Sergio Berzunza Camejo.
RECOJA Y RELLENO “MONETARIO”
Resulta irónico que Campeche, un municipio
pequeño si lo comparamos con otros a nivel nacional, sea a la vez tan grande para
albergar una numerosa cantidad de problemas, dentro de los cuales en la semana
que transcurre, aparece como objeto de nuestra atención la dichosa concesión
del relleno sanitario.
Un municipio que como usted sabe consta en su
cuerpo colegiado de 14 integrantes más el alcalde en turno, dentro del cual cabe
aclararse que dos de los mismos revisten una enorme trascendencia al momento de
la toma de decisiones como la que hoy nos ocupa, sobretodo por las obligaciones
que en particular las propias Leyes y Reglamentos les confieren en la materia.
Muchos también conocen hoy las innumerables
denuncias de las que ha sido objeto la empresa Red Ambiental, hoy ganadora de
la licitación, dentro de los casi nueve municipios a nivel nacional en los que
opera actualmente, pero muy pocos saben que la citada empresa regiomontana a
inicios de la presente administración panista ya había ido a ofrecer sus
servicios para hacerse, desde ese entonces, con todo el paquete, incluido el
manejo de los residuos que hoy le dan un “sólido” dolor de cabeza a la alcaldesa
suplente.
Dentro de esta tesitura debe usted saber que
quien tiene la representación legal y debe velar por la gestión de negocios de
la Hacienda Pública Municipal es el Síndico de Asuntos Jurídicos, salvo que
expresamente el Cabildo le otorgue esa facultad al alcalde. Por eso no debe extrañarle tampoco la cercana
relación que hoy guarda Rafael Fernández Martínez, persona de suma
confianza de Beatriz
Selem Trueba, con Luis Enrique Montenegro Urbina, director de
Red Ambiental.
El proyecto en sí denota una completa falta
de transparencia y conocimiento en cuanto al tema, que bien se puede justificar
como consecuencia de la mala calidad de las “fichas” que fueron acomodadas
desde enero a la fecha en espacios claves dentro de la administración que
concluye, por eso no se extrañe usted amable lector que inclusive la misma
empresa que construyó el relleno sanitario (Proactiva) no haya tenido siquiera
la oportunidad real de hacerse con el manejo del mismo, viciando de origen el
procedimiento.
El Cabildo, que de “Honorable” ya no tendría
nada si llega a comprobarse la compra de éste por parte de Red Ambiental por la
nada despreciable cantidad de cinco mdp entre cada uno de sus 14 integrantes,
hoy se ve como el máximo responsable de la duplicidad de publicaciones,
acuerdos, de errores en cuanto al procedimiento y de muchas otras cosas más,
tal y como denunció la Asociación Mexicana de Empresas Ambientales, A.C.
(AMEXA). Caso aparte el de la alcaldesa a quién se le acusa en su caso de
llevarse un bono equivalente a la cantidad que cada uno sus cabildantes
recibiría por separado, echando por los suelos un proyecto que la Universidad
Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) había elaborado con el fin de que al
Municipio de Campeche únicamente le costará cerca de un millón de pesos la
utilización del tan mencionado relleno sanitario.
Hoy la ciudadanía exige respuestas ante la
ola de denuncias que han surgido con motivo del presente asunto, pero mayor
aún, exige un compromiso serio por parte de las autoridades como consecuencia
de la tortuosa realidad que hoy vivimos en el Municipio de “Cambache”.
En próximas colaboraciones habremos de
mencionar más detalles que aún se desconocen y de los cuales usted como siempre
tendrá la mejor opinión.
LEGADO
De nueva cuenta un experimentado jurista me
hace llegar a Jaque
Mate otro “Legado” con el propósito de que mis estimables lectores
puedan analizar sus conceptos y normar su criterio en el proceso electoral que
tendrá lugar el próximo domingo 1 de julio. Veamos.
“La pobreza extrema en que vive la mayoría de
la población, la imprudente demostración de poder adquisitivo de los ricos y de
los políticos, la publicidad tendiente al consumismo, entre otros factores, han
generado en nuestro país un grave sentimiento negativo de rencor social que día
a día se incrementa alimentado por
alguno (s) de los tristemente celebres partidos políticos y sus torpes
candidatos que por lograr sus fines personales poco les importa enfrentar a la
población, las consecuencias que esto trae y “venezolar” a México, todo por
ambición de poder y dinero.
Esto me trae a la memoria una entrevista de
la cadena CNN al entonces candidato a la presidencia de Venezuela Hugo Chávez,
en la que las repuestas son iguales a las que en México da el expriista autodenominado candidato de las izquierdas,
sin tener ninguna ideología de izquierda,
entre las que destaco: respetar la democracia, la inversión, los
derechos humanos, generar igualdad, etc., mismas que una vez electo presidente,
el ahora dictador venezolano, no solo no cumplió sino que convirtió a su país
en un pueblo de pobres y miserables, en pobreza extrema, violencia callejera,
inseguridad, falta de oportunidades, represión de libertades, limitaciones a la
libertad de expresión, altos índices de inflación (ejemplo: en el año 2011 en
México la inflación fue menor al cuatro por ciento y en Venezuela fue del 27.6
por ciento), desde luego, a excepción del grupo en el poder; hoy, quienes
inocentemente confiaron en él hoy son gente desilusionada, frustrada e
impotente ante los métodos de sumisión.
El cambio de una incipiente democracia por
una dictadura fascista, ¿eso queremos para México? Piénselo bien antes de optar
por un cambio para mal, no sea inocente, analice las promesas y se dará cuenta
que son mentiras engañosas repetidas miles de veces a lo largo de doce años e
imposibles de cumplir; nuestro sistema democrático, aunque le falta mucho para
ser una verdadera democracia, al menos es apropiado para la forma de ser del
mexicano y para vivir en libertad y respeto, con oportunidades de estudiar,
prepararse y progresar; miles de profesionistas provienen del esfuerzo y
sacrificio de familias humildes y trabajadoras con deseos de superación, por
eso no queremos un México de falta de oportunidades ni que nuestro único
destino sea que estemos todos “jodidos”, como está pasando en Cuba y Venezuela.
De hecho ya iniciaron las agresiones y
seguramente seguirán porque es el “último camión” de ese movimiento cautivo del
capricho de un hombre apoyado en movimientos provenientes de otras naciones”.
Hasta aquí “el legado” de mi buen amigo.
domingo, 17 de junio de 2012
APUNTES PARA INDECISOS
Más allá de lo meramente anecdótico que representó la impresionante
concentración de campechanos que acudieron a ver, tocar, saludar, tomarse la
foto y oír al candidato del PRI a la presidencia de la República, Enrique Peña
Nieto, hace unas ---semanas--- lo fundamental, creo, fueron los
compromisos que firmó para beneficio del Estado, y el contraste con “los
otros”.
Un día antes, el discurso hueco y monotemático de la desdibujada
candidata del PAN, naufragó en un aguacero cortesía de San Isidro el Labrador
en su día. Y todo quedó en nada. Realmente diferente.
El perredista por su parte, ya había estado en Ciudad del Carmen, donde
dijo lo que ha venido diciendo desde el 2006. Nada nuevo. La “honestidad
valiente” se perdió en la evidencia de un “charolazo” de seis millones de
dólares y la “República Amorosa” se desmoronó en su terquedad de seguir
acaparando el monopolio de la beligerancia y la cerrazón.
Quiérase o no, a Campeche sólo nos queda Peña Nieto, porque aquí firmó
compromisos concretos que habrán de impulsar el desarrollo del Estado y mejorar
la calidad de vida de los campechanos.
Es cierto que firmar compromisos ante Notario Público no tiene efectos
vinculatorios. Igual puede cumplirlos o no. Pero la suscripción pública ante un
fedatario si tiene efectos éticos, sociales y políticos. Y Peña cumple.
En su mensaje a los campechanos, el candidato priista explicó la razón
de su firma.
“Me preguntan: ¿Por qué los firmas? Porque quiero que no se olviden.
Porque la política debe servir para sembrar certidumbre y confianza entre la
población”.
¿A qué se comprometió?
Rehabilitación del puerto “Laguna Azul”, de Ciudad del Carmen, y
ampliación y modernización del Puerto de Seybaplaya.
En ambos casos son obras que requieren de grandes inversiones que sólo
puede erogar el Gobierno Federal, por etapas y en varios ejercicios fiscales y
que serán un detonante para la economía y el desarrollo del Estado.
¿Qué más?
Pues nada menos que la construcción del nuevo Puente de la Unidad. Hay
que recordar que con motivo de la celebración del Día de la Marina, hace 15
meses, el Presidente Calderón anunció la construcción del nuevo
Puente de la Unidad, obra que estaría a cargo de Petróleos Mexicanos.
Falso. Ha pasado el tiempo y nada se ha hecho.
En un programa de televisión por cable de esta ciudad se dijo entonces
que lamentablemente no habría un nuevo puente en Ciudad del Carmen, como no ha
habido ni habrá Refinería Bicentenario en Hidalgo.
Los optimistas acusaron de pesimismo irredento y a los ínclitos
defensores del mentiroso sólo les faltó acusar de traición a la Patria.
Pues ahora si va en serio la construcción del nuevo Puente de la Unidad,
una vez que Peña
Nieto sea presidente de la República. ¡Qué tal!
También la modernización de los sistemas de agua potable y el drenaje y
alcantarillado de la Ciudad de San Francisco de Campeche, obras en las que
tenemos 100 años de atraso, por más que los gobiernos locales han intentado
ponerle parches al problema.
Vivimos en una capital de Estado, Patrimonio Cultural de la Humanidad,
donde existe agua en el subsuelo en muy buenos acuíferos pero su sistema es
obsoleto y de muy mala calidad; agua clorada pues, donde se navega entre
detritus que por siglos han contaminado la bahía y que se inunda al primer
aguacero destrozando calles y el patrimonio de muchos campechanos. Los habitantes
de esta capital seguimos tomando un caldo de microbios y quienes venden agua
embotellada han fincado su negocio en la falta de un verdadero sistema de agua
potable, por Secula seculorum.
De ahí la importancia de estas obras que con su firma comprometió Peña
Nieto y que también requieren de grandes inversiones federales.
Y algo más que a la mejor pasó desapercibido en el contexto del discurso
de Peña pero que no es menos importante.
“Hoy es tiempo de tener respeto a Campeche”, dijo.
“Me comprometo a que el Gobierno de la República que quiero encabezar
(dará) a Campeche una mayor atención que corresponda a toda la riqueza que
desde Campeche se genera para el país”.
Y eso es lo que ha faltado a los gobiernos federales del PRI y del PAN,
desde que el diablo escrituró los veneros de petróleo: respeto a Campeche. Es,
por lo menos, una falta de respeto a una entidad federativa, que sus
gobernadores anden mendigando año tras año los recursos y las obras
indispensables para su desarrollo.
¿Quieren más? Bueno, pues ahí está el Decálogo de Acciones para Mejorar
la Economía y la Calidad de Vida de todas las Familias. Que los mexicanos
obtengan un mejor salario. Detener el alza de precios de la canasta básica.
Bajar el precio de las tarifas eléctricas por medio de una reforma energética y
hacendaria. Utiles escolares para estudiantes de primaria y secundaria. Crear
becas de transporte para los jóvenes que recorren grandes distancias para
llegar a la escuela. Vales de medicinas para la población de todo el país
cuando las instituciones del sector salud no tengan abasto. Seguro de vida para
jefes de familia a fin de que su hijos queden protegidos en caso de que ellos
falten. Ampliar el Programa Oportunidades. Crear un programa para la
construcción y ampliación de vivienda y pensión universal para adultos mayores
de 65 años.
Peña es sin duda el candidato que mejor
leyó la situación del país frente a ese amasijo de titubeos, mentiras,
ingenuidades y tartamudeos ideológicos que tan alegremente nos han recetado la
izquierda y la derecha mexicana.
Peña, pese a ser blanco de los ataques,
se mantiene como favorito a escasos 12 días del “Día D”. El consenso entre
analistas y encuestadores es que sería un vuelco histórico que no ganara.
Para algunos como Jeffrey Davidow, ex embajador estadounidense
en México, este es el comienzo de una alternancia de partidos en el poder entre
una elección y otra. “México se vuelve una sociedad más democrática”, afirmó el
autor de “El oso y el puercoespín”. Dijo también que se le hace natural que
después de 12 años de un partido en el poder, es positivo que entre otro
partido.
Pero Davidow
fue enfático al decir que “no es un retorno del PRI, sino que en realidad
nunca se fue. Sencillamente se reagrupó a nivel local, y ganó en forma
constante gubernaturas. Ahora controla 20 de los 31 estados del país”.
Mucha gente apostó que Peña cayera en alguno de los dos debates, pero
su comportamiento razonable, fue positivo para no sumar más a sus propias
desgracias y ya no hay tiempo suficiente para cambiar el rumbo de esta carrera.
Si apostamos por un voto inteligente, razonado para llevar a la
presidencia de la República al mejor candidato, las propuestas y los
compromisos de Enrique
Peña Nieto son razones más que suficientes para que los indecisos se
decidan.
Refranero: ¿A dónde va Vicente? ¡A donde va la gente!
UN CALDERON ACOTADO
A Felipe
Calderón Hinojosa le faltan 167 días para entregar el poder. Ahora este presidente medita que nada fue
como lo pensó. El creyó que el Estado lo podía todo y se dio cuenta ya en la
Presidencia que el desafío de la lucha contra el crimen organizado, por
ejemplo, no era extirpar una apendicitis sino un cáncer.
Antes de él, Vicente Fox Quezada pensó que iba a resolver
el conflicto de los zapatistas en 15 minutos y resultó un gran reto a lo largo
de su administración. Sin menospreciar al que llegará el próximo 1 de julio es
poco probable que pueda resolver todo desde ahí, porque resulta que no es tan
sencillo pese a que llega a Los Pinos.
Desde la presidencia se tiene un poder que nadie más tiene. Si se
comporta como un estadista, generará un liderazgo que México requiere y
demanda.
Pero hay que reconocer que 12 años de un partido de derecha dejaron su
huella en ese lugar. La Presidencia, sobre todo en las condiciones actuales,
acotada como institución, en la que no hay más autoritarismo, gran parte de ese
poder se ha transferido a los gobiernos locales.
Hoy no hay un tlatoani, sino varios, más de 31, en los estados y uno en
el Distrito Federal. En lo local se vive una circunstancia muy parecida a la
que vivimos antes en lo federal. Por eso tenemos que hacer los ciudadanos una
revisión profunda de nuestro sistema federalista. No para regresar a un
tlatoani a la Presidencia sino para tener un país más democrático, con
contrapesos, con transparencia.
Y precisamente porque ya no hay un gran tlatoani, ya no hay una
Presidencia imperial, porque no todo lo puede hacer una sola persona. Por eso,
algo se le tiene que pedir a los mexicanos. ¿Qué le pediríamos como presidente
en dos aspectos: impuestos (más impuestos o menos impuestos) y reducción de la
desigualdad?
Es importante establecer que le toca dar más a quien más tiene. Y no en
un sentido de expropiación de su riqueza o de su prosperidad, sino en un
sentido de equidad y justicia. Particularmente en un país tan desigual. También
se les pediría a los mexicanos que hagamos un esfuerzo por contribuir con la
hacienda pública en un país en el que tenemos demanda de todo: transporte,
alumbrado público, caminos rurales, hospitales, escuelas y un larguísimo
etcétera.
Si el gobierno nos pide en impuestos, y también le debe dar el poder
para exigir. Ese poder que está en la reelección, que ha sido tan difícil de
abordar por culpa de otros partidos políticos.
No podemos seguir cohabitando en un país en el que el cumplimiento de la
ley depende del poder económico-político y que tiene excepciones cotidianas.
Eso termina llamándose corrupción e impunidad.
Los mexicanos tenemos claro que la impunidad de los partidarios de
alguien que comete un acto de corrupción ha sido muy frustrante para todos, y
ha estado presente en todos los partidos.
Es algo que se le ha cuestionado a Andrés Manuel López Obrador en el caso de René Bejarano;
al presidente Felipe Calderón en el caso de César Nava;
al PAN en el caso de Larrazábal; al PRI en los casos de Humberto
Moreira, Mario Marín, Ulises Ruiz. Eso frustra mucho a los
ciudadanos.
La ley debe aplicarse por igual a todos los mexicanos y lo que debe
dejarse acreditado es no solo el postulado sino la acción eficaz en ese
combate, que es la parte que no se ha visto. Donde haya denuncia y se acredite
una práctica de corrupción, se puede sancionar y aplicar la ley a quien incurra
en ese delito.
Para los campechanos es frustrante observar la corrupción en los tres
niveles de gobierno. Todos sabemos ---pero no podemos comprobar--- de un
sistema de fraudes diseñado con premeditación y alevosía valiéndose del
nepotismo, la duplicidad de los pagos, el cobro de servicios no prestados, las
compañías fantasmas, las facturas falsas, los proveedores inexistentes y la
explotación de la ignorancia campesina para cometer y seguir cometiendo el
crimen de desviar hacia el enriquecimiento ilegítimo y otros fines
inconfesables los créditos y asignaciones de dinero federal, estatal y
municipal destinados a rescatar de la pobreza y la ineficiencia al inframundo
de gente humilde y necesitada que se ocupa de las labores agropecuarias.
Para el hombre de la calle los tres niveles de gobierno han elevado el chanchullo a tres categorías de latrocinio,
que es el robo con habilidad y destreza. La de pillaje, que es apoderarse de
todo lo que pueda satisfacer la codicia . La de rapiña, que es arrebatar con
rapidez, como las aves de presa.
En nuestras narices sustentan una cátedra de malversación, que es el uso
indebido de fondos públicos para fines distintos de aquellos a los que se han
destinado.
Si se desea un verdadero cambio en todos los niveles es necesario
recapacitar al momento de emitir nuestro voto en el próximo proceso electoral.
ALITO MOSTRO MUSCULO
Con dos actos realizados el pasado fin de semana (8 y 9 de junio) en el
Centro de Convenciones de Campeche y una Disco en Champotón, Alejandro
Moreno Cárdenas, senador por Campeche y miembro del CEN del PRI
nacional retornó a su estado con un mensaje subliminal: “No se olviden los
políticos que estoy vivo y que ya es tiempo de volver por mis fueros para el
2015”.
En el Centro de Convenciones de esta ciudad logró reunir a cerca de dos
mil 500 personas en su mayoría maestros, quienes lo escucharon atentamente
durante una cena. En el acto estuvo acompañado de Ana Martha Escalante Castillo,
candidata del PRI al Ayuntamiento de Campeche, dando un mentís a quienes han
corrido el borrego de que no quiere que llegue a la alcaldía, porque sería una
adversaria para su proyecto político. Lo que llamó la atención de los
asistentes es que no hubo un solo acarreado. A las puertas del Centro de
Convenciones no había un solo autobús que indicara que habían llegado en ese
modo de transporte. Esto demuestra que el poder de convocatoria del senador y
próximo diputado federal sigue siendo efectivo.
Y al igual que en ese sitio al día siguiente en Champotón se reunió en
una discoteca que albergó a más de mil jóvenes quienes lo escucharon con
atención y lo aplaudieron entusiastamente. Al igual que en Campeche, ni un solo
autobús a las puertas del inmueble indicó que la voluntad de los asistentes era
apoyar sus conceptos políticos basados en ambos casos al proselitismo a favor
del candidato del PRI a la presidencia de la República, Enrique Peña Nieto.
Debe recordarse que Moreno Cárdenas fue factótum en el pasado
proceso de sucesión en el 2009. Muchos no olvidan su discurso de unidad en
torno a Fernando
Eutimio Ortega Bernés, por quien declinó y permitió la unidad
priista en esos acalorados días de la sucesión, que muchos saben, los del
docenato no querían.
Esta es una lección para olvidadizos y se espera que las visitas de Moreno se
sucedan luego de asentarse las aguas después del proceso electoral del 1 de
julio.
La sucesión ya está en marcha.
LEGADO 2
De un amigo y allegado a esta columna me permito dar a conocer otro
“Legado” sobre el tema del próximo proceso electoral:
Pregunta ¿Es necesario hacer y decir ridiculeces, atribuirse triunfos en
debates y prometer y prometer ocurrencias para tratar de “impresionar” a un
electorado que tiene la capacidad de juzgar y decidir sin que sea necesario que
se ofenda a su inteligencia?; les pregunto ¿sigue siendo necesario el acarreo
de gente, práctica que todos, sin excepción utilizan en mayor o menor medida?;
¿es necesario mentir o prometer lo que se sabe que no se puede cumplir?, ¿tendremos que volver a enfrentar acciones
violentas del perdedor?, entonces, por qué la necesidad de esos recursos.
Con tan absurdas, como inoperantes, costosas e inútiles campañas
publicitarias nos demuestran, unos más, otros menos, que no les importa la
dignidad de la gente, ni los topes de campaña, nada, ni la triste realidad de
que quien resulte electo y sea declarado elegido será ilegítimo por provenir de
una ley violatoria de la Constitución, por ser candidato de partido, no del
pueblo, por haber rebasado los topes de campaña y por muchas otras causas.
Tampoco a nadie le importa que el pueblo no tenga a nadie que lo
represente, ya que quienes deberían tener la representación popular, senadores
y diputados, únicamente representan los intereses de los partidos políticos que
los hicieron llegar, porqué al pueblo la Ley Electoral le niega el derecho a
proponer a sus representantes debido a que ese derecho constitucional de votar
y ser votado está “graciosamente” concesionado en exclusiva a los partidos
políticos. Por suerte y decisión atinada del Congreso del Estado de Campeche, a
partir del próximo proceso electoral ya podrán participar candidatos ciudadanos
sin respaldo de los nefastos partidos, todos en manos de grupos de poder perpetuo.
Con la fuerza de nuestro voto podemos lograr “salir del bache” de
necesidades en que nos encontramos, solo la unión ciudadana ajena a los
intereses de partidos políticos, gobierno y grupos oportunistas a los que nada
más les interesa el poder, el dinero y el figurar, podrá librar a nuestra tan
incipiente como desafortunada democracia a liberarse de la pesada carga que a
todos nos oprime, como resultan ser cuatro de los siete partidos nacionales,
sin razón de existir.
De ellos podemos librar al país porque por primera vez el sistema de
votación nos da una valiosa oportunidad, que no debemos de desperdiciar, de
hacerlos desaparecer del presupuesto, con simplemente ejercer el derecho de
voto a favor del candidato (a) de nuestra preferencia a través de alguno de los
tres “partidos grandes”, los cuales, pase lo que pase, conservarán el registro
debido a su ideología y a su número de seguidores y no hacerlo a través de
ninguno de los cuatro partidos restantes para que no alcancen el dos por ciento de la votación
nacional que necesitan para sobrevivir y seguir siendo mantenidos por el
gobierno.
Así que usted, estimado lector de esta columna vote por el candidato de
su preferencia pero hágalo a través de un “partido grande”, de igual forma razone
su voto y hágalo útil anteponiendo el interés de la nación, de nuestra
idiosincrasia, el respeto a nuestros derechos logrados por muchas luchas
durante siglos de acomodos sociales a partir de nuestra independencia y,
cuidado, mucho cuidado con no votar porque eso puede llevarnos a la
implantación de un régimen totalitario, absolutista bajo el poder a perpetuidad
de un solo hombre como ocurre en conocida isla y en un país hermano de
Centroamérica cuyo símil va por su cuarta reelección.
Una vez liberada la nación de los “partidos sin razón de existir”, el
siguiente paso debe ser liberarla de otras pesadas y muy costosas cargas como
es el caso de los tan innecesarios como inútiles senadores, diputados,
regidores y síndicos de representación proporcional (pluris), que sumados
arrojan miles de militantes “consentidos” de partidos políticos cobrando
cantidades de dinero en sueldos, prestaciones, apoyos, dádivas,
participaciones, ayudantes, viáticos y demás que ofenden a la necesidad del
pueblo, generando molestias y desvío de
recursos que se requieren para progresar.
Sin olvidar los miles de innecesarios e inútiles empleados de los
diversos órganos electorales que a nivel federal y estatal solo trabajan en
promedio el 20 por ciento del tiempo por el que cobran y el resto se la pasan
sin dar un golpe, pero eso si recibiendo sueldos y prestaciones que cualquiera
quisiera tener. Tampoco hay que olvidar a los que conforman el TRIFE y los
Tribunales Electorales estatales, magistrados, jueces, secretarios, personal de
apoyo, etc., que en igual forma solo trabajan unos días cada tres años, pero
cobran mejor que si hubieran trabajado los tres años, salvo honrosas
excepciones como es el caso de Campeche en que éstos laboran todo el año
adscritos al Tribunal Superior de Justicia del Estado.
Hablo de 268 pluris federales, miles de pluris estatales y municipales,
secretarios auxiliares de estos, personal de apoyo y muchos más cargos,
ocasionales e inútiles, que en nada benefician a nuestra democracia y si a
cambio le cuestan mucho dinero al país, y son un freno para el desarrollo social y económico de México, que tiene que
desviar el dinero que debe servir para el progreso y bienestar de la gente y
destinarlo a grupos de poder en forma de partidos políticos para que tengan
contentos, a su servicio exclusivo a sus “achichincles”, mal llamados
representantes populares vía proporcional.
Próximamente número y cifras de algunos de los muchos cargos inútiles y
de dependencias innecesarias por su ineficacia, falta de coercitividad y escaso
apoyo al bienestar, pero eso si a un gran costo.
Interesantes observaciones que debemos los votantes ejecutar el próximo
1 de julio.
DEL ARCON DE FILLO
ZUBIETA
Postegrama 2000
Tiene fama el campechano/ de ser preciso y cabal, / en el uso racional/
del idioma castellano;
Por tal, campechanidad/ hunde al campechano mismo/ en burdo
“campechanismo”/ reñido con la verdad.
Estrambote: Y quien piense lo contrario…que consulte el diccionario.
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