CALKINI, DE
CORTE INTERNACIONAL
Campeche no para en las vergüenzas local, regional, nacional y ahora
hasta internacional. De manera lamentable Calkiní “La Atenas del Camino Real”
se puso de golpe en el ámbito internacional por el vídeo sexual grabado y
protagonizado por niños de una primaria de esa cabecera municipal.
El rumor cobró realidad cuando se confirmó el hecho. La noticia tuvo un
efecto “de bola de nieve”. Periódicos nacionales en sus páginas de Internet
reprodujeron información sobre el vídeo donde tres niños sostienen relaciones
sexuales en el aula, mientras uno los graba y otro más “dirige” la escena.
En sitios Web de México las reacciones fueron de estupefacción y unos
culpan a los maestros y otros más a los padres de familia. El común denominador
es el rechazo y un auténtico “shock” colectivo.
La información ---si así puede llamársele--- ha sido difundida en países
como Estados Unidos, Canadá, Holanda, Italia, Francia, Alemania y Finlandia e
incluso en naciones de Asia como India e Indonesia.
En un portal de noticias de origen
francés lo llaman abiertamente “vídeo porno” y el 71 por ciento de los
usuarios que leyeron y comentaron la nota lo califican como “muy inquietante”,
el porcentaje restante utiliza los términos “deprimente” e “impactante”.
Y aunque se dice que los niños recibirán terapia psicológica a fin de
ayudarlos a superar las graves secuelas de sus actos, la realidad es que Campeche
está siendo anatematiza en su educación. Si esto sucede en primaria, qué puede
estar ocurriendo en niveles de secundaria, preparatoria y profesional.
El candidato presidencial que se dice “ciudadano” (pero que está
haciendo política) y que es de media prole (viaja en Hummer y se cambia a
humilde Combi cuando aparece en escena de un mitin), va a tomar el gis y el
borrador para recordar sus viejos tiempos en la academia. Recordemos las
instrucciones que nos dio a los campechanos, en especial al gobernador, sobre
ecoturismo, petenes, arqueología y hasta de implantación del impuesto
“predial-petrolero”.
Pero los verdaderos festejos del Día del Maestro deben estar encaminados
a ese oprobio en que los mentores y padres de familia nos han sumido a los campechanos
en el penoso asunto de la pornografía infantil. Elba Esther Gordillo Morales, Mario Tun
Santoyo, Francisco Ortiz Betancurt
y la sociedad de padres de familia de Calkiní,
tienen mucho que explicar el próximo martes 15 de mayo antes de pedir un
nuevo aumento de las percepciones del magisterio. Y en el caso del candidato
del Panal Gabriel
Quadri, antes de seguir dando consejos debe regresar a la academia
para hablar sobre moral, ética y valores sociales para evitar esta pésima
publicidad que ha recibido Campeche en su sistema educativo.
OZNEROL,
RUELAS Y BETY
Un ayuntamiento de España pide ¡siete mil, cincuenta y ocho años¡ para
devolver el pago a proveedores.
El secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta,
ha denunciado que un ayuntamiento de la provincia de Guadalajara acogido al
plan del pago a proveedores necesitará; siete mil, cincuenta y ocho años, y ha
abogado por cambiar a fondo el sector local “ante un fallo del sistema”.
La noticia llega demasiado tarde para Oznerol Pacheco Castro y Carlos Ernesto Rosado Ruelas, que entre los
dos dejaron un adeudo de más de 300 millones de pesos a proveedores, pero
todavía es oportuna para doña Bety que de esa forma puede salir bien librada
de lo que le espera dentro de cuatro y medio meses.
“EL DOCTOR
SHAYAC”
Una nueva vergüenza se dio a conocer hace unas semanas pero no se ha
dejado el tema casi diariamente en un medio penínsular, debido a que uno de los
“doctores patito”, egresados de la Universidad Hispano Americana Justo Sierra
Méndez, es el director del Instituto Tecnológico de Mérida, quien junto con los
directivos de los tecnológicos de Villahermosa y Chetumal, muy cercanos a Abel Zapata
Dietrich egresaron en tiempo récord (ocho meses) de la Universidad
“patito” cuyo director es Alejandro de Jesús Baqueiro Guillén, mejor
conocido como “El Shayac”.
Resulta que la Universidad “patito” de Campeche está en el centro de una
investigación por los “doctorados exprés” en Ciencias de la Administración que
en vez de cursarse en cuatro años, en promedio, que es el tiempo que dura un
doctorado, en el caso de Campeche se cursó en ocho meses. Ventitres personas
forman el grupo de Yucatán, Quintana Roo y Tabasco involucrados en el caso.
Quince de ellas son parte del personal directivo y docente del Instituto
Tecnológico de Mérida.
El programa comenzó a mediados de 2011 y varios participantes ya tienen
el doctorado. Se trata de un tiempo récord, pues en solo unos meses se alcanzó
un grado que por lo general se obtiene en tres o cuatro años, en promedio.
En el colmo del cinismo Baqueiro Guillén declaró que “si hay denuncia
o queja lo ignoro, no tenemos conocimiento”. Además defendió ---no le queda de
otra---, que todos los cursos, posgrados y doctorados que imparten tienen
validez oficial ante la SEP y que con ello cumplen el acuerdo 279 de la
secretaría sobre trámites y procedimientos con validez oficial de estudios de
nivel superior. “Hacemos lo que se tiene que hacer y como se debe hacer”, dijo
“El Shayac”, cuando debió cerrar la boca-
Luego de hacerse público a los “patitos egresados” la Universidad
Hispanoamericana Justo Sierra Méndez de Campeche, retiró en un santiamén de su
página electrónica información relacionada con el doctorado impartido
recientemente a directivos y personal docente de los tecnológicos de Mérida,
Chetumal y Villahermosa.
En esa información se incluía la ceremonia del pasado mes de diciembre
en que se entregaron los certificados de candidatura al doctorado y la graduación
en febrero de cuatro de ellos como nuevos “doctores” con un excepcional
promedio de calificaciones. De este hecho en el citado portal solo quedaron
algunas fotos pero sin texto.
No cabe duda de aquella educación de excelencia del Instituto
Campechano, que el propio José Vasconcelos “El Ulises criollo”, definió
como una de las mejores de la República, hoy no queda nada. Los tiempos
modernos, las carencias económicas y las prisas para educarse en el menor
tiempo están dejando su huella como es el caso señalado líneas arriba.
LA TRAICION DE
LOS EMIGRANTES
Parte del presente artículo fue enviado por un amigo muy estimado del
que prefiero omitir su nombre, debido a que podría causarle conflictos por las
aseveraciones contenidas y que confirman que el problema del lío limítrofe
tiene más aristas que las políticas, jurídicas y económicas.
Mi amigo no se guía en comentarios ni en declaraciones. El ocurrió y
sigue visitando todo ese territorio por su afición a la naturaleza, como
también un día fue mi padre, quien me comentó muchos hechos ocurridos en Arroyo
Negro, en las mismas fronteras con Belice y Guatemala. Incluso por respeto a sus
familias omito también el nombre de los predadores de ruinas mayas y desforestadores
de las selvas de Guatemala y Belice. Hablo de la década de los 50´s, cuando a
esa zona solo la visitaban chicleros y talamontes, éstos últimos sin permisos
forestales.
En el Sur-Sureste del Estado de Campeche corría el último tercio de la
década de los 60’s del siglo pasado y este lugar era un área inmensa de selva media
cubierta todavía por una biomasa forestal de innumerables especies maderables,
explotadas todavía con cierto orden ya que las moto sierras todavía no llegaban
a éstas latitudes y la extracción de maderas tenía que hacerse con hacha y
serrote; languidecía la época chiclera, sus
monterías y caminos de herradura empezaban a ser abandonados ya que se habían convertido
en brechas abiertas por los tractores de las compañías madereras que todavía existían en ese entonces, para el
tráfico de camiones que acarreaban la madera en rollo principalmente hacia los
aserraderos de Centenario, Zoh Laguna y Escárcega. Dos de los productos que
mantuvieron la economía del Estado como fueron el látex del chicozapote y las
maderas preciosas estaban la primera casi desaparecida, y la segunda en pleno
auge.
Esas compañías madereras trazaron una impresionante red de caminos de
incontables kilómetros que la mayoría están en uso todavía, pero ya sin el
mantenimiento anual que en aquella época la activa extracción demandaba, que en
la actualidad ha declinado considerablemente.
Cabe decir que la fauna en ese entonces, representaba una riqueza por su
diversidad y gran población que no parecía acabarse nunca –-lo que no sucede
ahora-- que empezó a ser aprovechada desmesuradamente a raíz de los caminos
forestales y de la soledad de esa región.
Comenzaba en esos años, la construcción de la carretera
Escárcega-Chetumal, a cargo de la compañía “El Águila”, misma que ya llegaba en
terracería hasta Centenario (50 km.) y en brecha hasta un campamento llamado el
cerro de “La Moza” (hoy Tomás Aznar Barbachano) que está en los límites de en
aquel tiempo Territorio Federal de Quintana Roo.
En ese trazo de la carretera proyectada, solo existían los poblados de:
Matamoros, Lechugal, Centenario y Silvituc en los primeros 50 km, Conhuás hasta
el km. 95, e X’pujil en el km. 147. Cercano a X’pujil, estaba Zoh Laguna, donde
había un gran aserradero (hoy Álvaro Obregón) a 16 km. Hacia el Norte, y
cercano a “La Moza”, quizás a 12 km. Hacia el Sur, San Antonio Soda (hoy
Gustavo Díaz Ordaz), donde había también un aserradero y una tienda regular en
la que se podía comprar latería, quesos, linternas y bastantes cosas más
traídas de Chetumal.
En ese entonces, el narrador, (de 23 años) tenía en sociedad con un
libanés campechano permisos de explotación de pimienta silvestre (pimienta
dioica) o de Tabasco, que abundaba en la región en esa época, y que la
desforestación acabó, y que representa una buena alternativa productiva para
los suelos forestales de esa zona. En los dos años que trabajamos, logramos
colectar más de 400 ton. que colocamos en el mercado internacional que regula
la República de Jamaica, dejándonos una respetable ganancia.
Como imaginarán, el trabajo de campo estuvo a mi cargo y así fue como
conocí palmo a palmo ese territorio, a caballo y arrias de mulas ya que la
temporada de cosecha coincidía con las lluvias, teniendo como centro de
operaciones X’pujil, a la que se llegaba desde Escárcega –-punto de embarque de
ferrocarril-- después de 12 hrs. de recorrido en camión de carga.
Hacia el Sur de X’pujil, hasta la zona fronteriza con Belice -–al Este--
y la de Guatemala, se extendía la mayor selva tropical sub-perennifolia y
perennifolia de Campeche, con árboles de 30 y hasta 40 metros de altura,
espesa, húmeda y lluviosa, con innumerables especies forestales –-la pimienta
una de ellas-- que sería muy largo describir y con una abundante y variada
fauna silvestre que permitía alimentarse llevando pocos complementos para
cocinarla.
La vocación natural de esa zona es forestal, determinada por el tipo de
suelos kársticos (pedregosos) de acelerada filtración del agua pluvial y alto
contenido de calizas anhidritas que en el subsuelo llegan a tener más de 500
metros de profundidad –-yeso puro-- y muy escasa presencia de agua superficial,
solo aguadas construidas por la civilización Maya impermeabilizando el fondo
para evitar la filtración y algunos arroyos estacionales (cerca de los actuales
ejidos: 20 de Noviembre, Nuevo Campanario, El Hormiguero, La Virgencita de la
Candelaria, Cristóbal Colón, Nuevo Paraíso, Los Alacranes y Pioneros del Río)
que más bien son drenajes de excedentes pluviales que corren durante la
temporada de lluvias y conservan pozas en el estiaje pero de agua de mala
calidad, saturada de calizas, no aptas para consumo humano.
Destaca la Laguna de Alvarado de unas 200 has. de dimensión, con un
promedio de 3.5 metros de profundidad que almacena agua pluvial, cercana al ejido
Dos Lagunas, de donde se origina un acueducto de 98 km. Que lleva agua a
X’pujil y a los ejidos a su paso como parte de su red de agua “potable”, y en
la esquina que comparte dos fronteras, un arroyo que se origina de manantiales
subterráneos pasando por el Ejido Pioneros del Río (antes X’Can Río) y
corriendo continuo hacia el Este e internándose en Quintana Roo donde se une
con el Río Hondo que constituye su línea fronteriza con Belice.
Pues bien, en la zona mencionada, en ese entonces (los 60’s) solo
existían monterías de chicleros casi deshabitadas conocidas como: Julubal,
Placeres (actual C. Colón), Altamira,
Villahermosa, Ponte Chango, Polo Norte y La Virgencita, entre otras,
comunicadas por las brechas que anteriormente mencionamos. La casi nula
población estaba determinada por la poca disponibilidad de agua para
subsistencia humana, la dificultad de trasladarse, transportar abasto de
alimentos básicos y la insalubridad característica de las selvas tropicales.
Pero a pesar de todas esas vicisitudes, los pocos residentes se
consideraban campechanos ya que la zona era territorio del municipio de
Hopelchén, y había muy de vez en vez presencia de autoridades que se avocaban a
los problemas de carácter civil, impuestos y hechos delictivos que de cuando en
cuando acaecían. X’pujil era un poblado de 70 u 80 habitantes congregados
alrededor de una aguada (estaba donde ahora es el ADO) en casas de madera y
palma e incluso una caseta de la Aduana, una tienda de abarrotes y artículos
rurales, y una cantina con cervezas al tiempo y whisky traído de Chetumal; esto
cuando comenzaba el tráfico de camiones madereros hacia Chetumal provenientes
del aserradero de Zoh Laguna que para allí enviaban la madera aserrada en
tablones.
Debemos imaginar la dificultad de las autoridades municipales de
Hopelchén, para acudir y atender los asuntos ya que lo tenían que hacer solo en
el estiaje cuando las brechas eran transitables, en travesías de casi un día
completo si iban desde Dzibalchén y de dos si era vía Escárcega, ya que en esos
ayeres las vías de comunicación del Estado estaban en pañales y eran toda una
aventura esos viajes. De ahí la razón del uso de avionetas en la época de las chiclerías.
Mucho de ello nos contaba mi suegro don Chacho Quijano, quien era de oficio
farmacéutico y viajaba en avionetas incluso para efectuar curaciones a
chicleros ya sea por la mosca chiclera o por accidentes muy comunes en ese
oficio.
Así transcurrió el tiempo hasta que se terminó la carretera
Escárcega-Chetumal, a cargo de la constructora Landa y Rubio y comenzaron a
surgir más comunidades a sus orillas, sin casi darse eso tanto al Norte como al
Sur de la zona de X’pujil, (por las dificultades físicas que antes señalamos) y
siguió tradicionalmente considerada como limítrofe con Quintana Roo como la
conocemos, sin ninguna aspiración aviesa y perversa del vecino, como ahora
acaece.
Quintana Roo, se erige como Estado Federal de los Estados Unidos
Mexicanos el 8 de Octubre de 1974 y es hasta 1997 (22 años después) cuando
comienza con su injusta demanda de controversia constitucional de límites
contra los Estados de Yucatán y Campeche, asunto que a la fecha aún no concluye
y que merece comentario aparte de esta redacción por lo complicado, extenso y
por la multitud de opiniones vertidas al respecto.
El meollo de este artículo tiene parte de la saga que con motivo del lío
limítrofe he escrito en cinco ocasiones, y lo seguiré haciendo, cada que tenga
nuevas aportaciones sobre este tema, porque antes que articulista soy cien por
ciento campechano y apoyaré a quien defienda nuestro territorio que mucha
sangre y esfuerzo costó a los campechanos del ayer.
Es así como nuestro relato comienza la noche del domingo 28 de marzo de
1982, a las 23:32 horas cuando despertó sorpresivamente a la actividad el
volcán El Chichonal. En 40 minutos la columna eruptiva abarcó 100 km de
diámetro por casi 17 km de alto.
En la madrugada del 29 de marzo una lluvia de ceniza cayó en Chiapas,
Tabasco, Oaxaca, Veracruz, Puebla y a los campechanos nos sorprendió al
despertarnos y observar no solo los vehículos sino parque, jardines y calles
cubiertos de ceniza volcánica ---que luego supimos no debía limpiarse con agua,
sino barriéndolas, porque al contacto con el agua se tienden a soldificar y
tapar todo tipo de drenaje.
Miles de habitantes murieron esa madrugada al quedar sepultados en magma
y piedras incandescentes. Otros miles fueron desalojados de toda el área en más
de 50 km la redonda. Se cerraron
aeropuertos y gran parte de las carreteras de la región. Las plantaciones de
plátano, cacao, café y otros cultivos terminaron destruidos. En los días
siguientes continuaron las explosiones y la bruma volcánica se extendió hasta
el centro del país y hacia los océanos.
El temblor de las placas tectónicas fue sentido fuertemente en la zona
sur de Campeche ---Candelaria, Palizada y Escárcega---. El 4 de abril se
presenta una explosión más fuerte y prolongada que la del 28 de marzo; esta
erupción produjo una columna que penetró en la estratósfera en unos cuantos
días, la porción más densa de la nube, la ceniza, circundó el planeta, llegó
hasta Hawai el 9 de abril; a Japón el 18; al Mar Rojo el 21 y, por último, el
26 de abril cruzó el océano Atántico.
Luego de 30 años de este suceso, El Chichonal es ahora un recuerdo
lejano en la memoria colectiva, de manera que para los políticos recientes nada
significa, pero para la realidad que vive Campeche con su problema del lío
limítrofe encierra una triste verdad; el mal agradecimiento de los chiapanecos,
oaxaqueños, tabasqueños y hasta veracruzanos que recibieron los brazos abiertos
de los campechanos y sus autoridades, encabezadas por el gobernador Eugenio
Echeverría Castellot, quien les dio acomodo en la zona fronteriza,
esa que hoy está supuestamente en disputa con Quintana Roo.
La mayor parte de estos miles de pobladores de esa franja limítrofe
proceden de Francisco León, Chapultenango, Ostuacán, Ocotepec, Ixtacomitán,
Coapilla, Tecpatán y Copainalá.
Según datos del INEGI sobre movimientos migratorios hasta el 2005
llegaron de otras ciudades a vivir a Campeche 26 mil 845 personas y de cada 100
personas 29 provinieron de Tabasco, 17 de Veracruz de Ignacio La Llave, 9 de
Chiapas, 9 de Quintana Roo y 9 de Yucatán.
Al ser destruidas todas las áreas agropecuarias de esa zona de Chiapas, se
generó una corriente migratoria de campesinos indígenas de las etnias Choles, Dzotziles
y Tojolabales, principalmente„ que llegaron al Estado por la disponibilidad de
tierras de Campeche, auspiciados por el Gobierno Federal y como señalo arriba,
con el visto bueno del gobierno estatal, que se asientan en la región de
X’pujil -–principalmente en el Sur--, a lo que Echeverría Castellot no puede
oponerse, y comienza la debacle ambiental de la selva tropical, inapropiada agroecológicamente
para actividades agropecuarias y asentamientos humanos, carente de agua e
infraestructura de desarrollo de todo tipo que el Estado se vio obligado a
construir a costa de su de por si exiguo presupuesto.
Y así nacen pequeñas comunidades rurales que comienzan a tumbar y quemar
los montes tan exuberantes –-de vocación forestal-- que habían para subsistir a
su manera ancestral creando pobreza alimentaria, con los pocos resultados que
se obtienen con estas prácticas agropecuarias, el Estado ha tenido que
subsidiar año con año por el cambio climático desfavorable que han provocado,
dejó de llover como antes y exacerbó la carencia natural de agua que había de
por sí.
Hoy por hoy, es la zona de mayor marginación y pobreza de Campeche, de
acuerdo al INEGI y el CONAPO.
Naturalmente, los asentados ahí fueron aumentando, ya que empezaron a
invitar a familiares y amigos a venir a integrarse a ellos y la voz se corrió a
otros Estados: Tabasco, Veracruz y Oaxaca principalmente y creció el número de
asentamientos hasta a la fecha llegar a 159, una auténtica barbaridad,
catastrófica para Campeche.
El 22 de Mayo de 1989 se crea por decreto Federal la Reserva de la Biosfera
de Calakmul con una extensión territorial de 723,185 hectáreas, con el afán de
la conservación de la flora, fauna y vestigios arqueológicos en pro de una
ecología sustentable y en su área de amortiguamiento se incluyen partes de la
zona Norte y Sur de la región de X’pujil, que ya habían comenzado a depredar
los habitantes de los asentamientos que en ese entonces existían.
Así llegamos al 31 de Diciembre de 1996, 14 años después del comienzo de
la migración y es cuando se decreta la creación del municipio de Calakmul segregando
el Este-Sureste del municipio de Hopelchén y parte del Sur del de Champotón, por
el Gobernador Jorge
Salomón Azar García, que es en lo que se basa el Estado de Quintana
Roo, para iniciar su ilusorio reclamo que a la fecha lleva 15 años sin
resolverse, inexplicablemente ante la apatía, lenidad y estulticia del Poder
Judicial de la Federación, quien como Poncio Pilatos le ha tirado la bolita al
Senado de la República para que lo resuelva, pero que luego de unos años éste
le devuelve el problema de los litigios de territorios, que por supuesto el de
Campeche-Quintana Roo-Yucatán no es el único.
SITUACIÓN
POLÍTICA Y SOCIOECONÓMICA ACTUAL
A través del tiempo, en la región
se ha construido numerosa y diversa infraestructura: caminos y
carreteras, electrificación, escuelas, clínicas rurales y dispensarios médicos,
calles, aljibes, jagüeyes, sistemas de agua potable como los de los acueductos
de Laguna de Alvarado y López Mateos que con millonaria inversión: 46 y 105
millones de pesos respectivamente se hicieron para llevar el vital líquido desde la Laguna
de Alvarado (98 km.) y Adolfo López Mateos (97 km.) en dos acueductos que suman
195 km., ¿así o más, peladito y en la boca quieren los de Quintana Roo?,
teléfonos rurales, centros comunitarios y toda la gama de programas de
beneficio social del catálogo etc., con
recursos federales y principalmente estatales en inversiones difíciles de
cuantificar por los años transcurridos; lo que es un hecho es que Campeche
tiene 30 años o más que lo está realizando y Quintana Roo –-como dice la
canción: “porque a fuerzas te has metido”, comenzó su intrusión hace 14 o 15
años, fomentando el divisionismo construyendo infraestructura también-– con su
correspondiente letrero distintivo, y aplicando programas de beneficio social
similares, lo que inexplicablemente las autoridades de Campeche han permitido,
quizás en aras de paz o por la lejanía, lo que ha dado como resultado que muchos
habitantes –-nada pendejos-- mamen a dos tetas según sea la circunstancia del
momento, atendiendo al que dé más, teniendo credenciales de votar de ambos
estados y duplicando en muchos casos beneficios de programas similares; --a
quien le dan pan que llore-- y la pobreza y marginación existente ayuda a la
causa de Quintana Roo para entrometerse en casa ajena.
Claro, los orígenes de la mayoría de los habitantes son exógenos y
no se sienten campechanos, y por lo que
se ve poco se identifican con Campeche, menos con Quintana Roo; los mueve solo
el interés de recibir beneficios por su condición de marginados, pero por sobre
todo desarraigados pero mal agradecidos para quien les dio la mano y los ha
sostenido en estas tres décadas luego de la debacle de El Chichonal.
El Gobierno Federal no quiere darse cuenta de la dimensión del peligro
social que esta controversia entraña y creo que los campechanos encabezados por
su gobierno, debemos buscar la forma de revertirla pero también desde el punto
de vista social y educativo, fomentando su apego y pertenencia al Estado que
los acogió en su desgracia, les dio tierras y manera de sobrevivir, a costa de
daños a su ecología, de su erario y de educar a sus hijos nacidos en nuestra
geografía.
Cabe añadir, que es imponderable crear el marco legal para regular la
explotación agropecuaria de esa región y definirla como área solo para uso
agroforestal, prohibir el cambio de uso de suelo para abrir al cultivo nuevas
superficies, el corte de árboles maderables o no y crear programas de apoyo al
fomento de plantaciones forestales y agroforestales como la pimienta de
Tabasco, guayaba, chicozapote y frutales resistentes a la sequía e ir retirando
para desincentivar los apoyos agropecuarios actuales, continuarlos sí, pero
filtrando y vigilando que no afecten la verdadera vocación de los suelos con la
premisa de la recuperación a futuro de la agroecología y climatología que antes
existió y que asegure la sustentabilidad de la explotación y mejore la calidad
de vida.
Como colofón, es preciso mencionar que en casi toda la zona que nos
ocupa, existen enormes yacimientos de yeso –-materia prima para la industria
cementera-- que por lo inconmesurable nadie ha cuantificado y que desde que se
terminó la carretera allá por los 70’s explotan las empresas cementeras: Cementos
Maya y Apasco de Yucatán y Tabasco respectivamente -–al amparo de concesiones
federales-- llevándose cientos de miles de toneladas anualmente a Escárcega,
donde son enviadas por ferrocarril o transportándolas en camiones-góndola de
doble remolque de alta capacidad hasta las plantas mencionadas. Hasta hace unos
años se decía que todos los candidatos del PRI recibían cuantiosos recursos de
Cementos Maya, y que luego de llegar al poder el candidato no objetara nada
sobre esos viejos “acuerdos”.
Esta explotación de nuestros recursos naturales, deja poco o nulo
beneficio al Estado, no causan impuestos locales por aprovechamiento por ser
concesiones federales a pesar de su volumen e importancia, si bien realizan con
su maquinaria obras de relleno y nivelación de calles de terracería en las
comunidades cercanas a los bancos de extracción y generan escasos y mal pagados
empleos de mano de obra, principalmente.
Hubo en el pasado, rumores de que cuando se estaba gestando la
construcción de la empresa cementera Cementos Maya, que iniciaron originalmente
empresarios españoles, ante la abundancia de la materia prima yeso pensaron en
la zona de X’pujil para establecer la planta –-hoy en Mérida Yuc-- y los
limitantes que lo impidieron, fueron, la voracidad de los políticos que
gobernaban el Estado que pretendían ser socios y la carencia de infraestructura
eléctrica y ferroviaria que era fácil de resolver con inversión bipartita
empresa-gobierno.
No cabe duda que los campechanos estamos jodidos por pendejos y avorazados.
Este comentario es una de las causales que Quintana Roo espera presentar al
haber ya prometido a todos esos arraigados mejoras en esas comunidades y apoyos
diversos si aducen que prefieren pertenecer al gobierno de Quintana Roo. Así
morderán la mano de quién les dio de comer.
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