domingo, 13 de mayo de 2012


CALKINI, DE CORTE INTERNACIONAL

Campeche no para en las vergüenzas local, regional, nacional y ahora hasta internacional. De manera lamentable Calkiní “La Atenas del Camino Real” se puso de golpe en el ámbito internacional por el vídeo sexual grabado y protagonizado por niños de una primaria de esa cabecera municipal.

El rumor cobró realidad cuando se confirmó el hecho. La noticia tuvo un efecto “de bola de nieve”. Periódicos nacionales en sus páginas de Internet reprodujeron información sobre el vídeo donde tres niños sostienen relaciones sexuales en el aula, mientras uno los graba y otro más “dirige” la escena.

En sitios Web de México las reacciones fueron de estupefacción y unos culpan a los maestros y otros más a los padres de familia. El común denominador es el rechazo y un auténtico “shock” colectivo.

La información ---si así puede llamársele--- ha sido difundida en países como Estados Unidos, Canadá, Holanda, Italia, Francia, Alemania y Finlandia e incluso en naciones de Asia como India e Indonesia.

En un portal de noticias de origen  francés lo llaman abiertamente “vídeo porno” y el 71 por ciento de los usuarios que leyeron y comentaron la nota lo califican como “muy inquietante”, el porcentaje restante utiliza los términos “deprimente” e “impactante”.

Y aunque se dice que los niños recibirán terapia psicológica a fin de ayudarlos a superar las graves secuelas de sus actos, la realidad es que Campeche está siendo anatematiza en su educación. Si esto sucede en primaria, qué puede estar ocurriendo en niveles de secundaria, preparatoria y profesional.

El candidato presidencial que se dice “ciudadano” (pero que está haciendo política) y que es de media prole (viaja en Hummer y se cambia a humilde Combi cuando aparece en escena de un mitin), va a tomar el gis y el borrador para recordar sus viejos tiempos en la academia. Recordemos las instrucciones que nos dio a los campechanos, en especial al gobernador, sobre ecoturismo, petenes, arqueología y hasta de implantación del impuesto “predial-petrolero”.

Pero los verdaderos festejos del Día del Maestro deben estar encaminados a ese oprobio en que los mentores y padres de familia nos han sumido a los campechanos en el penoso asunto de la pornografía infantil. Elba Esther Gordillo Morales, Mario Tun Santoyo, Francisco Ortiz Betancurt y la sociedad de padres de familia de Calkiní,  tienen mucho que explicar el próximo martes 15 de mayo antes de pedir un nuevo aumento de las percepciones del magisterio. Y en el caso del candidato del Panal Gabriel Quadri, antes de seguir dando consejos debe regresar a la academia para hablar sobre moral, ética y valores sociales para evitar esta pésima publicidad que ha recibido Campeche en su sistema educativo.


OZNEROL, RUELAS Y BETY

Un ayuntamiento de España pide ¡siete mil, cincuenta y ocho años¡ para devolver el pago a proveedores.

El secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, ha denunciado que un ayuntamiento de la provincia de Guadalajara acogido al plan del pago a proveedores necesitará; siete mil, cincuenta y ocho años, y ha abogado por cambiar a fondo el sector local “ante un fallo del sistema”.

La noticia llega demasiado tarde para Oznerol Pacheco Castro y Carlos Ernesto Rosado Ruelas, que entre los dos dejaron un adeudo de más de 300 millones de pesos a proveedores, pero todavía es oportuna para doña Bety que de esa forma puede salir bien librada de lo que le espera dentro de cuatro y medio meses.


“EL DOCTOR SHAYAC”

Una nueva vergüenza se dio a conocer hace unas semanas pero no se ha dejado el tema casi diariamente en un medio penínsular, debido a que uno de los “doctores patito”, egresados de la Universidad Hispano Americana Justo Sierra Méndez, es el director del Instituto Tecnológico de Mérida, quien junto con los directivos de los tecnológicos de Villahermosa y Chetumal, muy cercanos a Abel Zapata Dietrich egresaron en tiempo récord (ocho meses) de la Universidad “patito” cuyo director es Alejandro de Jesús Baqueiro Guillén, mejor conocido como “El Shayac”.

Resulta que la Universidad “patito” de Campeche está en el centro de una investigación por los “doctorados exprés” en Ciencias de la Administración que en vez de cursarse en cuatro años, en promedio, que es el tiempo que dura un doctorado, en el caso de Campeche se cursó en ocho meses. Ventitres personas forman el grupo de Yucatán, Quintana Roo y Tabasco involucrados en el caso. Quince de ellas son parte del personal directivo y docente del Instituto Tecnológico de Mérida.

El programa comenzó a mediados de 2011 y varios participantes ya tienen el doctorado. Se trata de un tiempo récord, pues en solo unos meses se alcanzó un grado que por lo general se obtiene en tres o cuatro años, en promedio.

En el colmo del cinismo Baqueiro Guillén declaró que “si hay denuncia o queja lo ignoro, no tenemos conocimiento”. Además defendió ---no le queda de otra---, que todos los cursos, posgrados y doctorados que imparten tienen validez oficial ante la SEP y que con ello cumplen el acuerdo 279 de la secretaría sobre trámites y procedimientos con validez oficial de estudios de nivel superior. “Hacemos lo que se tiene que hacer y como se debe hacer”, dijo “El Shayac”, cuando debió cerrar la boca-

Luego de hacerse público a los “patitos egresados” la Universidad Hispanoamericana Justo Sierra Méndez de Campeche, retiró en un santiamén de su página electrónica información relacionada con el doctorado impartido recientemente a directivos y personal docente de los tecnológicos de Mérida, Chetumal y Villahermosa.

En esa información se incluía la ceremonia del pasado mes de diciembre en que se entregaron los certificados de candidatura al doctorado y la graduación en febrero de cuatro de ellos como nuevos “doctores” con un excepcional promedio de calificaciones. De este hecho en el citado portal solo quedaron algunas fotos pero sin texto.

No cabe duda de aquella educación de excelencia del Instituto Campechano, que el propio José Vasconcelos “El Ulises criollo”, definió como una de las mejores de la República, hoy no queda nada. Los tiempos modernos, las carencias económicas y las prisas para educarse en el menor tiempo están dejando su huella como es el caso señalado líneas arriba.


é﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽a´amhe, retiramericana Justo Sierra Me hacer"de nivel superior. "o cumplen el acuerdo 279 de la secretarInstituto TecnLA TRAICION DE LOS EMIGRANTES

Parte del presente artículo fue enviado por un amigo muy estimado del que prefiero omitir su nombre, debido a que podría causarle conflictos por las aseveraciones contenidas y que confirman que el problema del lío limítrofe tiene más aristas que las políticas, jurídicas y económicas.

Mi amigo no se guía en comentarios ni en declaraciones. El ocurrió y sigue visitando todo ese territorio por su afición a la naturaleza, como también un día fue mi padre, quien me comentó muchos hechos ocurridos en Arroyo Negro, en las mismas fronteras con Belice y Guatemala. Incluso por respeto a sus familias omito también el nombre de los predadores de ruinas mayas y desforestadores de las selvas de Guatemala y Belice. Hablo de la década de los 50´s, cuando a esa zona solo la visitaban chicleros y talamontes, éstos últimos sin permisos forestales.

En el Sur-Sureste del Estado de Campeche corría el último tercio de la década de los 60’s del siglo pasado y este lugar era un área inmensa de selva media cubierta todavía por una biomasa forestal de innumerables especies maderables, explotadas todavía con cierto orden ya que las moto sierras todavía no llegaban a éstas latitudes y la extracción de maderas tenía que hacerse con hacha y serrote; languidecía la época chiclera,  sus monterías y caminos de herradura empezaban a ser abandonados ya que se habían convertido en brechas abiertas por los tractores de las compañías madereras  que todavía existían en ese entonces, para el tráfico de camiones que acarreaban la madera en rollo principalmente hacia los aserraderos de Centenario, Zoh Laguna y Escárcega. Dos de los productos que mantuvieron la economía del Estado como fueron el látex del chicozapote y las maderas preciosas estaban la primera casi desaparecida, y la segunda en pleno auge.

Esas compañías madereras trazaron una impresionante red de caminos de incontables kilómetros que la mayoría están en uso todavía, pero ya sin el mantenimiento anual que en aquella época la activa extracción demandaba, que en la actualidad ha declinado considerablemente.

Cabe decir que la fauna en ese entonces, representaba una riqueza por su diversidad y gran población que no parecía acabarse nunca –-lo que no sucede ahora-- que empezó a ser aprovechada desmesuradamente a raíz de los caminos forestales y de la soledad de esa región.

Comenzaba en esos años, la construcción de la carretera Escárcega-Chetumal, a cargo de la compañía “El Águila”, misma que ya llegaba en terracería hasta Centenario (50 km.) y en brecha hasta un campamento llamado el cerro de “La Moza” (hoy Tomás Aznar Barbachano) que está en los límites de en aquel tiempo Territorio Federal de Quintana Roo.

En ese trazo de la carretera proyectada, solo existían los poblados de: Matamoros, Lechugal, Centenario y Silvituc en los primeros 50 km, Conhuás hasta el km. 95, e X’pujil en el km. 147. Cercano a X’pujil, estaba Zoh Laguna, donde había un gran aserradero (hoy Álvaro Obregón) a 16 km. Hacia el Norte, y cercano a “La Moza”, quizás a 12 km. Hacia el Sur, San Antonio Soda (hoy Gustavo Díaz Ordaz), donde había también un aserradero y una tienda regular en la que se podía comprar latería, quesos, linternas y bastantes cosas más traídas de Chetumal.

En ese entonces, el narrador, (de 23 años) tenía en sociedad con un libanés campechano permisos de explotación de pimienta silvestre (pimienta dioica) o de Tabasco, que abundaba en la región en esa época, y que la desforestación acabó, y que representa una buena alternativa productiva para los suelos forestales de esa zona. En los dos años que trabajamos, logramos colectar más de 400 ton. que colocamos en el mercado internacional que regula la República de Jamaica, dejándonos una respetable ganancia.

Como imaginarán, el trabajo de campo estuvo a mi cargo y así fue como conocí palmo a palmo ese territorio, a caballo y arrias de mulas ya que la temporada de cosecha coincidía con las lluvias, teniendo como centro de operaciones X’pujil, a la que se llegaba desde Escárcega –-punto de embarque de ferrocarril-- después de 12 hrs. de recorrido en camión de carga.

Hacia el Sur de X’pujil, hasta la zona fronteriza con Belice -–al Este-- y la de Guatemala, se extendía la mayor selva tropical sub-perennifolia y perennifolia de Campeche, con árboles de 30 y hasta 40 metros de altura, espesa, húmeda y lluviosa, con innumerables especies forestales –-la pimienta una de ellas-- que sería muy largo describir y con una abundante y variada fauna silvestre que permitía alimentarse llevando pocos complementos para cocinarla.

La vocación natural de esa zona es forestal, determinada por el tipo de suelos kársticos (pedregosos) de acelerada filtración del agua pluvial y alto contenido de calizas anhidritas que en el subsuelo llegan a tener más de 500 metros de profundidad –-yeso puro-- y muy escasa presencia de agua superficial, solo aguadas construidas por la civilización Maya impermeabilizando el fondo para evitar la filtración y algunos arroyos estacionales (cerca de los actuales ejidos: 20 de Noviembre, Nuevo Campanario, El Hormiguero, La Virgencita de la Candelaria, Cristóbal Colón, Nuevo Paraíso, Los Alacranes y Pioneros del Río) que más bien son drenajes de excedentes pluviales que corren durante la temporada de lluvias y conservan pozas en el estiaje pero de agua de mala calidad, saturada de calizas, no aptas para consumo humano.

Destaca la Laguna de Alvarado de unas 200 has. de dimensión, con un promedio de 3.5 metros de profundidad que almacena agua pluvial, cercana al ejido Dos Lagunas, de donde se origina un acueducto de 98 km. Que lleva agua a X’pujil y a los ejidos a su paso como parte de su red de agua “potable”, y en la esquina que comparte dos fronteras, un arroyo que se origina de manantiales subterráneos pasando por el Ejido Pioneros del Río (antes X’Can Río) y corriendo continuo hacia el Este e internándose en Quintana Roo donde se une con el Río Hondo que constituye su línea fronteriza con Belice.

Pues bien, en la zona mencionada, en ese entonces (los 60’s) solo existían monterías de chicleros casi deshabitadas conocidas como: Julubal, Placeres (actual  C. Colón), Altamira, Villahermosa, Ponte Chango, Polo Norte y La Virgencita, entre otras, comunicadas por las brechas que anteriormente mencionamos. La casi nula población estaba determinada por la poca disponibilidad de agua para subsistencia humana, la dificultad de trasladarse, transportar abasto de alimentos básicos y la insalubridad característica de las selvas tropicales.

Pero a pesar de todas esas vicisitudes, los pocos residentes se consideraban campechanos ya que la zona era territorio del municipio de Hopelchén, y había muy de vez en vez presencia de autoridades que se avocaban a los problemas de carácter civil, impuestos y hechos delictivos que de cuando en cuando acaecían. X’pujil era un poblado de 70 u 80 habitantes congregados alrededor de una aguada (estaba donde ahora es el ADO) en casas de madera y palma e incluso una caseta de la Aduana, una tienda de abarrotes y artículos rurales, y una cantina con cervezas al tiempo y whisky traído de Chetumal; esto cuando comenzaba el tráfico de camiones madereros hacia Chetumal provenientes del aserradero de Zoh Laguna que para allí enviaban la madera aserrada en tablones.

Debemos imaginar la dificultad de las autoridades municipales de Hopelchén, para acudir y atender los asuntos ya que lo tenían que hacer solo en el estiaje cuando las brechas eran transitables, en travesías de casi un día completo si iban desde Dzibalchén y de dos si era vía Escárcega, ya que en esos ayeres las vías de comunicación del Estado estaban en pañales y eran toda una aventura esos viajes. De ahí la razón del uso de avionetas en la época de las chiclerías. Mucho de ello nos contaba mi suegro don Chacho Quijano, quien era de oficio farmacéutico y viajaba en avionetas incluso para efectuar curaciones a chicleros ya sea por la mosca chiclera o por accidentes muy comunes en ese oficio.

Así transcurrió el tiempo hasta que se terminó la carretera Escárcega-Chetumal, a cargo de la constructora Landa y Rubio y comenzaron a surgir más comunidades a sus orillas, sin casi darse eso tanto al Norte como al Sur de la zona de X’pujil, (por las dificultades físicas que antes señalamos) y siguió tradicionalmente considerada como limítrofe con Quintana Roo como la conocemos, sin ninguna aspiración aviesa y perversa del vecino, como ahora acaece.

Quintana Roo, se erige como Estado Federal de los Estados Unidos Mexicanos el 8 de Octubre de 1974 y es hasta 1997 (22 años después) cuando comienza con su injusta demanda de controversia constitucional de límites contra los Estados de Yucatán y Campeche, asunto que a la fecha aún no concluye y que merece comentario aparte de esta redacción por lo complicado, extenso y por la multitud de opiniones vertidas al respecto.

El meollo de este artículo tiene parte de la saga que con motivo del lío limítrofe he escrito en cinco ocasiones, y lo seguiré haciendo, cada que tenga nuevas aportaciones sobre este tema, porque antes que articulista soy cien por ciento campechano y apoyaré a quien defienda nuestro territorio que mucha sangre y esfuerzo costó a los campechanos del ayer.

Es así como nuestro relato comienza la noche del domingo 28 de marzo de 1982, a las 23:32 horas cuando despertó sorpresivamente a la actividad el volcán El Chichonal. En 40 minutos la columna eruptiva abarcó 100 km de diámetro por casi 17 km de alto.
En la madrugada del 29 de marzo una lluvia de ceniza cayó en Chiapas, Tabasco, Oaxaca, Veracruz, Puebla y a los campechanos nos sorprendió al despertarnos y observar no solo los vehículos sino parque, jardines y calles cubiertos de ceniza volcánica ---que luego supimos no debía limpiarse con agua, sino barriéndolas, porque al contacto con el agua se tienden a soldificar y tapar todo tipo de drenaje.

Miles de habitantes murieron esa madrugada al quedar sepultados en magma y piedras incandescentes. Otros miles fueron desalojados de toda el área en más de 50 km  la redonda. Se cerraron aeropuertos y gran parte de las carreteras de la región. Las plantaciones de plátano, cacao, café y otros cultivos terminaron destruidos. En los días siguientes continuaron las explosiones y la bruma volcánica se extendió hasta el centro del país y hacia los océanos.

El temblor de las placas tectónicas fue sentido fuertemente en la zona sur de Campeche ---Candelaria, Palizada y Escárcega---. El 4 de abril se presenta una explosión más fuerte y prolongada que la del 28 de marzo; esta erupción produjo una columna que penetró en la estratósfera en unos cuantos días, la porción más densa de la nube, la ceniza, circundó el planeta, llegó hasta Hawai el 9 de abril; a Japón el 18; al Mar Rojo el 21 y, por último, el 26 de abril cruzó el océano Atántico.

Luego de 30 años de este suceso, El Chichonal es ahora un recuerdo lejano en la memoria colectiva, de manera que para los políticos recientes nada significa, pero para la realidad que vive Campeche con su problema del lío limítrofe encierra una triste verdad; el mal agradecimiento de los chiapanecos, oaxaqueños, tabasqueños y hasta veracruzanos que recibieron los brazos abiertos de los campechanos y sus autoridades, encabezadas por el gobernador Eugenio Echeverría Castellot, quien les dio acomodo en la zona fronteriza, esa que hoy está supuestamente en disputa con Quintana Roo.

La mayor parte de estos miles de pobladores de esa franja limítrofe proceden de Francisco León, Chapultenango, Ostuacán, Ocotepec, Ixtacomitán, Coapilla, Tecpatán y Copainalá.

Según datos del INEGI sobre movimientos migratorios hasta el 2005 llegaron de otras ciudades a vivir a Campeche 26 mil 845 personas y de cada 100 personas 29 provinieron de Tabasco, 17 de Veracruz de Ignacio La Llave, 9 de Chiapas, 9 de Quintana Roo y 9 de Yucatán.

Al ser destruidas todas las áreas agropecuarias de esa zona de Chiapas, se generó una corriente migratoria de campesinos indígenas de las etnias Choles, Dzotziles y Tojolabales, principalmente„ que llegaron al Estado por la disponibilidad de tierras de Campeche, auspiciados por el Gobierno Federal y como señalo arriba, con el visto bueno del gobierno estatal, que se asientan en la región de X’pujil -–principalmente en el Sur--, a lo que Echeverría Castellot no puede oponerse, y comienza la debacle ambiental de la selva tropical, inapropiada agroecológicamente para actividades agropecuarias y asentamientos humanos, carente de agua e infraestructura de desarrollo de todo tipo que el Estado se vio obligado a construir a costa de su de por si exiguo presupuesto.

Y así nacen pequeñas comunidades rurales que comienzan a tumbar y quemar los montes tan exuberantes –-de vocación forestal-- que habían para subsistir a su manera ancestral creando pobreza alimentaria, con los pocos resultados que se obtienen con estas prácticas agropecuarias, el Estado ha tenido que subsidiar año con año por el cambio climático desfavorable que han provocado, dejó de llover como antes y exacerbó la carencia natural de agua que había de por sí.

Hoy por hoy, es la zona de mayor marginación y pobreza de Campeche, de acuerdo al INEGI y el CONAPO.

Naturalmente, los asentados ahí fueron aumentando, ya que empezaron a invitar a familiares y amigos a venir a integrarse a ellos y la voz se corrió a otros Estados: Tabasco, Veracruz y Oaxaca principalmente y creció el número de asentamientos hasta a la fecha llegar a 159, una auténtica barbaridad, catastrófica para Campeche.

El 22 de Mayo de 1989 se crea por decreto Federal la Reserva de la Biosfera de Calakmul con una extensión territorial de 723,185 hectáreas, con el afán de la conservación de la flora, fauna y vestigios arqueológicos en pro de una ecología sustentable y en su área de amortiguamiento se incluyen partes de la zona Norte y Sur de la región de X’pujil, que ya habían comenzado a depredar los habitantes de los asentamientos que en ese entonces existían.

Así llegamos al 31 de Diciembre de 1996, 14 años después del comienzo de la migración y es cuando se decreta la creación del municipio de Calakmul segregando el Este-Sureste del municipio de Hopelchén y parte del Sur del de Champotón, por el Gobernador Jorge Salomón Azar García, que es en lo que se basa el Estado de Quintana Roo, para iniciar su ilusorio reclamo que a la fecha lleva 15 años sin resolverse, inexplicablemente ante la apatía, lenidad y estulticia del Poder Judicial de la Federación, quien como Poncio Pilatos le ha tirado la bolita al Senado de la República para que lo resuelva, pero que luego de unos años éste le devuelve el problema de los litigios de territorios, que por supuesto el de Campeche-Quintana Roo-Yucatán no es el único.


SITUACIÓN POLÍTICA Y SOCIOECONÓMICA ACTUAL

A través del tiempo, en la región  se ha construido numerosa y diversa infraestructura: caminos y carreteras, electrificación, escuelas, clínicas rurales y dispensarios médicos, calles, aljibes, jagüeyes, sistemas de agua potable como los de los acueductos de Laguna de Alvarado y López Mateos que con millonaria inversión: 46 y 105 millones de pesos respectivamente se hicieron  para llevar el vital líquido desde la Laguna de Alvarado (98 km.) y Adolfo López Mateos (97 km.) en dos acueductos que suman 195 km., ¿así o más, peladito y en la boca quieren los de Quintana Roo?, teléfonos rurales, centros comunitarios y toda la gama de programas de beneficio social del catálogo  etc., con recursos federales y principalmente estatales en inversiones difíciles de cuantificar por los años transcurridos; lo que es un hecho es que Campeche tiene 30 años o más que lo está realizando y Quintana Roo –-como dice la canción: “porque a fuerzas te has metido”, comenzó su intrusión hace 14 o 15 años, fomentando el divisionismo construyendo infraestructura también-– con su correspondiente letrero distintivo, y aplicando programas de beneficio social similares, lo que inexplicablemente las autoridades de Campeche han permitido, quizás en aras de paz o por la lejanía,  lo que ha dado como resultado que muchos habitantes –-nada pendejos-- mamen a dos tetas según sea la circunstancia del momento, atendiendo al que dé más, teniendo credenciales de votar de ambos estados y duplicando en muchos casos beneficios de programas similares; --a quien le dan pan que llore-- y la pobreza y marginación existente ayuda a la causa de Quintana Roo para entrometerse en casa ajena.

Claro, los orígenes de la mayoría de los habitantes son exógenos y no  se sienten campechanos, y por lo que se ve poco se identifican con Campeche, menos con Quintana Roo; los mueve solo el interés de recibir beneficios por su condición de marginados, pero por sobre todo desarraigados pero mal agradecidos para quien les dio la mano y los ha sostenido en estas tres décadas luego de la debacle de El Chichonal.

El Gobierno Federal no quiere darse cuenta de la dimensión del peligro social que esta controversia entraña y creo que los campechanos encabezados por su gobierno, debemos buscar la forma de revertirla pero también desde el punto de vista social y educativo, fomentando su apego y pertenencia al Estado que los acogió en su desgracia, les dio tierras y manera de sobrevivir, a costa de daños a su ecología, de su erario y de educar a sus hijos nacidos en nuestra geografía.

Cabe añadir, que es imponderable crear el marco legal para regular la explotación agropecuaria de esa región y definirla como área solo para uso agroforestal, prohibir el cambio de uso de suelo para abrir al cultivo nuevas superficies, el corte de árboles maderables o no y crear programas de apoyo al fomento de plantaciones forestales y agroforestales como la pimienta de Tabasco, guayaba, chicozapote y frutales resistentes a la sequía e ir retirando para desincentivar los apoyos agropecuarios actuales, continuarlos sí, pero filtrando y vigilando que no afecten la verdadera vocación de los suelos con la premisa de la recuperación a futuro de la agroecología y climatología que antes existió y que asegure la sustentabilidad de la explotación y mejore la calidad de vida.

Como colofón, es preciso mencionar que en casi toda la zona que nos ocupa, existen enormes yacimientos de yeso –-materia prima para la industria cementera-- que por lo inconmesurable nadie ha cuantificado y que desde que se terminó la carretera allá por los 70’s explotan las empresas cementeras: Cementos Maya y Apasco de Yucatán y Tabasco respectivamente -–al amparo de concesiones federales-- llevándose cientos de miles de toneladas anualmente a Escárcega, donde son enviadas por ferrocarril o transportándolas en camiones-góndola de doble remolque de alta capacidad hasta las plantas mencionadas. Hasta hace unos años se decía que todos los candidatos del PRI recibían cuantiosos recursos de Cementos Maya, y que luego de llegar al poder el candidato no objetara nada sobre esos viejos “acuerdos”.

Esta explotación de nuestros recursos naturales, deja poco o nulo beneficio al Estado, no causan impuestos locales por aprovechamiento por ser concesiones federales a pesar de su volumen e importancia, si bien realizan con su maquinaria obras de relleno y nivelación de calles de terracería en las comunidades cercanas a los bancos de extracción y generan escasos y mal pagados empleos de mano de obra, principalmente.

Hubo en el pasado, rumores de que cuando se estaba gestando la construcción de la empresa cementera Cementos Maya, que iniciaron originalmente empresarios españoles, ante la abundancia de la materia prima yeso pensaron en la zona de X’pujil para establecer la planta –-hoy en Mérida Yuc-- y los limitantes que lo impidieron, fueron, la voracidad de los políticos que gobernaban el Estado que pretendían ser socios y la carencia de infraestructura eléctrica y ferroviaria que era fácil de resolver con inversión bipartita empresa-gobierno.

No cabe duda que los campechanos estamos jodidos por pendejos y avorazados. Este comentario es una de las causales que Quintana Roo espera presentar al haber ya prometido a todos esos arraigados mejoras en esas comunidades y apoyos diversos si aducen que prefieren pertenecer al gobierno de Quintana Roo. Así morderán la mano de quién les dio de comer.

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