domingo, 6 de noviembre de 2011


ESAS ENCUESTAS

La semana que nos antecedió inició dentro de una televisora un fenómeno de los tiempos electorales que quiérase o no ya iniciaron. Fue de hecho el balazo de salida de la fiebre de encuestas que seguramente nos estarán recetando en poco tiempo.

Ya se tenía conocimiento de que habían esa “fotografías de momento” en poder de varios políticos, incluso se nos aseguró que hasta el Poder Ejecutivo tenía una en su poder, además del PAN y de un senador por Campeche que le permitieron dar a conocer que El Carmen ya estaba perdido para el próximo proceso electoral.
Pero hemos de recordarles que estas encuestas fueron encargadas por alguien, pagadas con recursos de algún erario y hechas a las medidas del que encargó, para ser subjetivas y descriptivas. Las honestas causales y objetivas son las que agarran de sorpresa.

Estas encuestas ayudan a observar una realidad bastante compleja, por lo tanto, no hay que dejarse seducir por ellas como si se tratara de verdades absolutas, aunque tampoco despreciarlas como si solo fueran engaños.

La fiabilidad depende en gran parte de que las encuestas sean realizadas por una institución de prestigio, las universidades vienen a ser buenas referencias para este caso, también las empresas especializadas como Mitofsky, María de las Heras, AC Nielsen, Parametría, etc.

Pero al margen de todo esto, es importante considerar que una encuesta de opinión sigue siendo una fotografía instantánea del clima de opinión en un momento determinado, fotografía que es inclusive borrosa, esta falta de claridad en su contorno se debe al margen de error que toda encuesta tiene.

Por lo tanto, hay que estar conscientes que cualquier encuesta no puede predecir el futuro, ya que todo depende de aquello que ocurra después de realizada la encuesta y antes de una elección.

En el próximo proceso electoral como van las cosas serán los medios de comunicación lo que calificarán, construirán o destruirán a un candidato. Las verdaderas urnas no serán donde tradicionalmente se depositan los votos, porque esta será mediática.

La comunicación global ha convertido a la democracia en una especie de farsa, en 2006 por ejemplo costó un ojo de la cara la campaña del candidato del PRI a la alcaldía de Campeche, Carlos Felipe Ortega Rubio, pero lo peor no fue eso sino que perdió con un candidato que gastó un 10 por ciento de lo que costó al PRI su gallo perdedor.

Hoy, la comunicación global ha convertido a la democracia en una especie de farsa. Pero todos se preguntan ¿quiénes serán los priistas ganadores y quiénes los derrotados? ¿cuánto le va a costar al PRI inflar a un nuevo candidato que busque recuperar lo perdido en 2009? Y esa misma pregunta hay que hacerse en el municipio de El Carmen, pero en sentido contrario, es decir ¿volverá el PAN a recuperar lo que había sido su bastión por casi 10 años?

Pero además quién ganará ¿el mejor candidato? ¿la mejor propuesta? ¿el que invierta más dinero?. La mercadotecnia política tomará posesión de las campañas y así como se promocionan refrescos, papas fritas, pastas de dientes se harán las propagandas. Esto podría convertirse en un caos o peor aún el que tenga más dinero, el que tenga más poder, hombre o mujer.

Hay quien afirma que es necesario darle una vuelta  a la forma y al fondo de lo que se ha venido haciendo en materia de campañas electorales. Gobiernos, partidos y líderes sociales deberán elegir muy bien entre un buen candidato y el que solo pretende llegar al cargo para hacerse de dinero. He ahí el dilema.

Los “avances” de Alito hace unos días y la reciente encuesta de Parametría confirmaron que de seguir la actual tendencia ---y no importa que el gobernador esté con frecuencia en la isla--- El Carmen está perdido, porque Aracelly Escalante Jasso anda con unos números rojos a escasos siete meses y medio de un proceso electoral donde se le reconoce un 66 por ciento de popularidad, pero su gestión apenas anda en el 34 por ciento, mientras un 62 por ciento opina que va mal.

Por su parte el electorado de la capital del Estado le da a Carlos Ernesto Rosado Ruelas un 69 por ciento de popularidad ---pese a la publicidad tamaulipeca--- y 60 por ciento de aceptación, lo que debe encender los focos rojos del PRI. Y todo ello con quien ha hecho de la obra social su razón de ser. Fernando Eutimio Ortega Bernés, marcha con una popularidad extremadamente alta de 93 por ciento.

En cuanto a la identificación de los encuestados con un partido determinado se observa que en la capital un 29 por ciento acepta al PRI, mientras que un 11 por ciento sienten poca identificación con él. Por el contrario en El Carmen los ciudadanos y pese a los más de dos años de gobierno priista su identificación con el PAN es del orden de 25 por ciento, mientras que la aceptación es del 11 por ciento. Los números fríos indican que la ciudadanía sigue aceptando a la persona y no al partido.

Esto manda un mensaje que debe ser tomado en consideración. Edgar Román Hernández Hernández, casi precandidato a la alcaldía campechana anda con un popularidad de 21 por ciento, mientras que Raúl Pozos Lanz marcha con un 50 por ciento; Enrique Ariel Escalante Arceo tiene un 36 por ciento, ambos con números más altos que el presidente del PRI municipal, al igual que Ana Martha Escalante Castillo con un 27 por ciento de popularidad.

Sin embargo en esta encuesta hay grandes omisiones. En El Carmen en ningún momento se señala a Juan Carlos del Río González, quien en su última participación como candidato perdió la gubernatura contra Jorge Carlos Hurtado Valdez por escasos cuatro mil votos.  Tampoco se dio a conocer cuál es el grado de aceptación de Enrique Iván González López, hoy secretario de Salud del gobierno Justo y Solidario y quien no pasa una semana sin acudir a la isla, donde sigue viviendo los fines de semana.

Tampoco se dio a conocer el grado de popularidad de Yolanda Valladares Valle, quien trae un gran distanciamiento con la familia Mouriño. Y finalmente tampoco se mencionó el nombre de Miguel Angel Sulub Caamal, a quien algunos lo ven como candidato sustituto para la alcaldía y otros con una diputación plurinominal para el Congreso local.

La pregunta es ¿hay recursos para gastar en sondeos de opinión?


EL VIEJISIMO LITIGIO

Este mes se ajustan 109 años de un problema que no tiene para cuando terminar, sobre todo que ha cambiado de unas manos a otras, capacitadas o no, manoseadas o mal orientadas, pero que han servido para darnos cuenta de que el viejo problema de los límites entre Campeche y Quintana Roo siguen en stand bye.

Y le vuelvo a mover a este asunto porque entre algunos comunicadores hay un fuerte rumor de que estamos a punto de perder este viejo litigio por falta de una defensa adecuada. Todo indica que los vecinos de Quintana Roo dicen haber avanzado y de mostrar con hechos que la franja campechana les pertenece y lo que es mejor, lo demostrarán en el proceso electoral del 1 de julio de 2012, cuando las comunidades de ese territorio voten por los candidatos de Quintana Roo.

Los defensores de este asunto en el devenir de tantos años han puesto su mejor interés y talento jurídico. Campechanos que demostraron en su momento que nos asistía la razón y la ley. Pero como en el pasado, hoy también existen liberales y heroicos campechanos que no han cejado de aportar su esfuerzo a la tarea de no permitir que nadie se quede con un centímetro cuadrado de nuestro territorio. Llámese como se llame.

En este prolongado conflicto se han manejado 13 leyes federales, ocho decretos constitucionales sobre la materia: 1862, 1863, 1902, que es el toral; 1917, 1931, 1934, 1935 y 1974.

Además, tres decretos, dos de ellos aunque se consideran presidenciales no lo eran porque correspondían a don Venustiano Carranza, 1913 y 1915, como jefe máximo de la Revolución Mexicana; y un decreto del general Lázaro Cárdenas del Río del año de 1940. Así como dos leyes orgánicas del Distrito Federal y Territorios Federales del año de 1928 y del año 1941.

También de manera genérica comprenden 10 leyes y decretos del Estado de Campeche. A saber: el decreto de la Junta Gubernativa de Campeche, del 15 de mayo de 1858, sobre la erección del Estado; decreto del Congreso Constituyente del Estado de Campeche del 22 de julio de 1861, que emitió la Ley Constitucional para el Gobierno Interior de los Pueblos; seis leyes estatales, las cuatro interiores del Estado de Campeche de 1861, de 1901, 1913 y 1915, así como las leyes orgánicas municipales de 1957 y 1981, Decreto del Congreso del Estado, del 11 de septiembre de 1922, y Decreto del Congreso del Estado del 31 de diciembre de 1996, que creo el municipio de Calakmul y sus dos erratas del 4 de enero y el 21 de febrero de 1997.

Por si fuera poco también comprenden tres leyes del Estado de Yucatán y dos reformas legislativas constituyentes del Estado de Quintana Roo. Como se comprenderá con todo este compendio de leyes y decretos es altamente dificultoso poder orientar una defensa.

Lo que me ha llamado la atención de este problema es que en 1901 existía un concesionario forestal, en toda la zona que ahora ocupa el Estado de Quintana Roo, que era de don Manuel Sierra Méndez. Esta persona le plantea al presidente Porfirio Díaz la creación de un territorio y le asigna determinada superficie. Algunos peritos en historia, afirman que el fondo del litigio no era por la insurrección de los indios en la Guerra de Castas, sino los intereses forestales inmensos de Sierra Méndez, quien quería la concesión precisamente para proteger sus intereses en esa zona.

Es lógico suponer, esto generó inquietud en el gobierno de Yucatán. El general Cantón, que entonces era el gobernador de esa entidad, le propone a don Porfirio una determinada superficie, y ahí por primera vez se habla del Punto Put.

Ahora bien, escudriñando en la historia nos encontramos que don Justo Sierra Méndez, ministro de educación de Porfirio Díaz y hombre de todas sus confianzas tenía cuatro hermanos: María Concepción, María Jesús, Santiago y Manuel José (los tres últimos nacieron en Campeche). Manuel José fue diputado, diplomático y autor del libro “Tratado de Derecho Internacional Público”, por lo que la facilidad para tratar al presidente la aprovechó en su propuesta.

El verdadero problema lo suscitó Quintana Roo en 1975 al emitir su Constitución, donde ya daba coordenadas y cifras astronómicas que segregaban, nada más en el texto de esa constitución y en planos elaborados por Quintana Roo, cuatro mil 810 kilómetros cuadrados al Estado de Campeche y cinco mil 200 al Estado de Yucatán, es decir, una superficie de 10 mil kilómetros cuadrados entre los dos estados. Poco menos que las superficies de los estados de Colima y Tlaxcala.

Desde aquel acuerdo del Presidente Lázaro Cárdenas  del año 40, se empezó a hablar de una manera incorrecta, fundamentalmente en planos militares, del viejo Punto Put y del nuevo Punto Put. Pero no hay ni viejo ni nuevo, es cerca del Punto de Put. Eso fue lo que se estableció en la Constitución, eso fue lo que dijo la iniciativa del Presidente Porfirio Díaz, eso fue lo que dictaminó el Congreso de la Unión, eso es lo que contenían los dictámenes de la Cámara de Senadores y la Cámara de Diputados, y eso fue lo que aprobaron las legislaturas de los estados para reformar la Constitución. Sin embargo, ahí quedó ese decreto de Quintana Roo, segregando tan amplia superficie de tierras y olvidándose de todos los antecedentes y de la propia historia del conflicto.

Campeche atendió la sugerencia del entonces presidente de la República Luis Echeverría Alvarez, y Yucatán lo que hizo fue reformar su Constitución y establecer una discrepancia, también por coordenadas y astronómicas, entre la Constitución yucateca y la Constitución de Quintana Roo. Un problema que vino a hacer crisis 23 años después.

En febrero de 1997, todos lo recordamos, el Estado de Quintana Roo presenta una demanda de Controversia Constitucional en contra solo del Estado de Campeche, reclamando la nulidad del acuerdo de Cárdenas del Río, de 1940, y el decreto del Congreso del Estado de Campeche que creó el municipio de Calakmul.

Campeche es notificado, y contesta la demanda y reconviene, o sea, contrademanda la nulidad de la constitución de Quintana Roo, en cuanto al artículo que estaba dándole una superficie que nunca le ha correspondido.

 Lo que llama la atención es de cómo puede, extemporáneamente, 57 años después cuestionar un acuerdo presidencial. El jurista campechano José Trinidad Lanz Cárdenas, asesor y consultor en gobiernos pasados, señaló que: “El planteamiento de Quintana Roo no tiene interés jurídico, interés tutelado por la ley, el Estado de Quintana Roo, para impugnar un acuerdo que no pudo impugnar como territorio. ¿Por qué no podía impugnarlo como territorio? Sencillamente porque el jefe del territorio de Quintana Roo era el Presidente de la República, en los términos de la Constitución y en los términos de las leyes orgánicas del distrito y territorios federales”.

Continúa Lanz Cárdenas, “Presidente de la República era quien designaba y quitaba gobernadores, no eran electos, eran por designación presidencial, y tenían que acudir a los acuerdos con el Presidente de la República. Entonces, al emitir un acuerdo el presidente en 1940 que era territorio de Quintana Roo, no podían las autoridades de ésta hoy entidad impugnar el acuerdo presidencial. Y cuando se erige en Estado, no puede tener como Estado derechos que no tenía como territorio”.

“Ese es el argumento toral de la improcedencia. Aparte de la manifiesta extemporaneidad, la falta de interés jurídico como causahabiente legítimo, como Estado, de lo que era territorio federal, en los términos del propio decreto de 1974 de la Constitución General de la República, en donde se cambia de territorio a Estado”.

Todo esto demuestra que hace más de 109 años, este dolor de cabeza ---ocasionado por intereses personales--- que padece Campeche ha tenido a lo largo de más de un siglo defensores. Nunca, óigase bien, nunca los campechanos hemos claudicado, ni lo haremos en el presente y futuro para perder parte de nuestro territorio. Y esto lo afirmo porque hay mentes calenturientas que no parecen campechanos.

Pero hay todavía hechos que nos dicen que en geografía se insiste en dudas de un tal Medina Peralta en 1922, y del doctor Kert Lomelí, que en su peritaje afirma que Quintana Roo está invadiendo en 400 metros a Campeche, a partir del punto Garbut, en la frontera con Guatemala, y que debe recorrerse el límite 400 metros dentro del territorio del Estado de Quintana Roo, y da sus razones geográficas, históricas, cartográficas, que no objetaron los otros peritos. Esto es muy importante, quiere decir que no solamente no debemos, sino nos deben.

Muchos se preguntan porque son tan lentos los trámites procesales de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Un jurista relativamente joven que vive en México me aclaró que esto se debe a un error de la reforma estructural en el momento en que se aumentaron las capacidades de la Corte, y se redujeron los ministros a menos de la mitad. Actualmente son 11 y se encuentran saturados. En años pasados solamente se veían dos que tres controversias constitucionales. Ahora hay más de 500. Es lógico que no pueden.

Además hay numerosos recursos de reclamación en ambos juicios, ante el pleno de la SCJN. En el caso del litigio territorial, Campeche hizo valer dos, El Estado de Quintana Roo tres, la Procuraduría General de la República dos, y los municipios de Yucatán cerca de 40.

Se preguntan ¿porqué los municipios y no el Estado? Y esto se dio en el desahogo de las pruebas periciales, porque cuando el Estado asistió le declararon desierta la prueba por extemporánea, entonces ha tenido que defenderse a través de los municipios.

Luego por un problema que los abogados conocen muy bien, las deficiencias técnicas del procedimiento judicial en el desahogo de las pruebas periciales se han convertido en una industria y en una auténtica rémora del trámite jurisdiccional.

Por todo lo anteriormente señalado sobre los procedimientos cansinos, complicados para poder desahogar y un perito que no acepta y que luego nombran otro, y se hacen eternos los juicios por las pruebas periciales. Los abogados estarán de acuerdo con estas consideraciones. La realidad es que se carece de una justicia pronta y expedita.

Claro que son ocho pruebas periciales, con 29 dictámenes ¿por qué 29? Por los municipios involucrados. Cada municipio presenta el suyo y eso hace que también se cree otro grado de dificultad para resolver el asunto. Nada más hay que imaginarse que 29 dictámenes periciales son cerca de tres mil fojas; los dictámenes algunos son muy voluminosos, tanto en sus textos como en sus planos y son 70 cajas de pruebas. Se dice fácil.

Además, Mario Villanueva Madrid, ex gobernador de Quintana Roo en 1997, al ser apresado y procesado por narcotráfico ocasionó cierta detención en los procedimientos.

Finalmente, Fernando  Eutimio Ortega Bernés al igual que sus antecesores han defendido adecuadamente este asunto tan largo y peligroso, porque ninguno de ellos ha querido ser considerado como el moderno Antonio López de Santa Ana.

En estos momentos que los rumores cobran fuerza, no es en los medios de comunicación donde puede litigarse. Los campechanos necesitamos unidad, porque los mismos ministros de la Corte se enteran de que los campechanos no estamos unidos en el apoyo a Campeche. No se trata incluso de apoyar a un gobierno, porque los gobiernos son temporales, sino de apoyar al Estado que es único y que será indefinido en el tiempo.


A PROPOSITO DE CALAVERAS

En el sexenio del coronel José Ortiz Avila y como en todo sexenio siempre hay detractores que utilizan el ingenio y la voz popular para denostar y burlarse del gobernante en turno, en muchos casos a expensas de su buena o mala actuación.

Corría el año de 1963 y a los oídos de Pepe(como le llamaban sus amigos al milite) llegó luego de las fiestas del Carnaval, y a través de uno de sus “orejas” más chismosos y que de esa manera gozó de las mieles del poder de su paisano (ambos de Hecelchakán) un versito grosero que el ex agente viajero le recitó tal cual y que comenzaba con ¡ Oh jorondo coronel de espada virgen ¡ Por respeto a los lectores no lo transcribo.

Dicen que Ortiz Avila cuando lo escuchó se le fue el color de la cara y acto seguido llamó a su secretario particular y le gritó a voz en cuello: Cítame para hoy mismo a los maricones poetas que pudieran haber hecho esos versos.

Esa misma noche en el cuarto piso se encontraban Humberto Herrera Baqueiro, Manuel Lanz Peña, Manuel Lanz Cárdenas, Brígido Redondo, Pedro Espínola Blanco y tres más que escapan a la memoria.

El coronel que no se las guardaba les espetó sin preámbulos: “Ahora si h…de p… quiero saber quien fue el c… de ustedes que hizo ese verso en mi contra. Quiero que tenga los huevos de avestruz y me lo diga en este momento.

Todos los poetas que no se caracterizan por ser bragados y muy machos guardaron silencio y se miraron entre si, pero sin dar respuesta.

El milite que para entonces ya había perdido los estribos les gritó: Quiero saber quién fue el %*&Ç… cobarde porque tengo dos opciones: Una.- Condecorarlo por los huevos de avestruz que tuvo para rimar en mi contra y darlo a conocer y Dos, para fusilarlo.

Cuando los poetas escucharon eso y sabiendo como se las gastaba ese gobernador, además de observar todos ellos que sobre el escritorio había una pistola 45 casí se zurran, lo cual motivó que el hombre de la espada virgen se apiadó de ellos y luego de p… los despidió.

Esa misma noche en el Café Oreza no había una mesa desocupada y todos comentaban y se reían del suceso. Obvio es decir que ese versito casi fue olvidado durante los siguientes tres años. Seguramente Guillermo del Río Ortegón, también paisano de él lo usó en varias ocasiones durante su vida política.

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