domingo, 11 de septiembre de 2011

EL PRI SE HACE HARAKIRI

El derecho a la libertad de expresión no es un privilegio dado por ningún gobierno, los principios de la libertad de expresión y la libertad de prensa son inherentes a las sociedades democráticas, y aunque sigue teniendo amenazas cada día, sobre todo en México, es uno de los principios fundamentales expresados en la Declaración de Chapultepec.

Bajo los auspicios de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en la Ciudad de México se signó el 11 de marzo de 1994, luego de un año de trabajos preparatorios, con presencia de líderes de todos los países Interamericanos, incluido España, se forjó una proclamación que se llamó desde entonces La Declaración de Chapultepec.

Este documento histórico encierra 10 sucintos principios, mismos que fueron señalados como una norma de “poder y claridad”. Nació luego de meses de opiniones se cumplieron las bases de: hipótesis, tesis, antítesis y síntesis. Nueve grupos de editores, directores, abogados, políticos, autores, académicos y otros expertos participaron y trabajaron para allanar diferentes puntos de vista, reflejando sus variados antecedentes culturales, políticos y geográficos, llegando eventualmente a los 10 principios y preámbulo de 17 párrafos que constituyen la Declaración final.

El documento contiene una advertencia a los gobiernos que intenten restringir la libertad de prensa en sus países. Y precisamente el Primer principio declara: “No es una concesión de las autoridades, es un derecho inalienable del pueblo”.

Ese documento con total validez deja claro que las autoridades deben proporcionar acceso a la información pública, que los periodistas no deben ser obligados a revelar sus fuentes de información y que la censura o cualquier otra restricción del flujo de la información son inaceptables. El asesinato y otros actos de violencia cometidos en contra de periodistas y medios de comunicación no deben de quedar impunes, agrega el documento.

Al mismo tiempo, los principios de esta declaración versan sobre otras amenazas a la libertad de prensa, a las que la SIP se ha opuesto a lo largo de estos años, tales como la colegiación obligatoria de periodistas, discriminación en la publicidad oficial, impuestos y aranceles usados para premiar o castigar a medios y sanciones a aquellos que critican al gobierno del día.

Aunque en México hay un fuerte avance hacia la consolidación de la democracia, no debe pensarse que los abusos contra la prensa se acabaron. La democracia en sí no es garantía de la libre expresión ni para la prensa ni para los ciudadanos.

Pero es el caso de que en estos días y precisamente el diputado federal priista Arturo Zamora, está enfrascado junto con otros priistas ---cuyos nombres daremos a conocer próximamente--- quienes están preparando en comisiones un documento que reformaría la libertad de expresión y de prensa, llegando a extremos tales de que buscan que sea aprobado en el pleno un paquete de reformas con multa y prisión de hasta seis años a quienes critiquen a políticos, partidos, instituciones electorales y candidatos a puestos de elección popular. Ni más ni menos su modus vivendi.

¿Este es el partido que busca recuperar el poder federal? ¿esos son los seguidores de Enrique Peña Nieto? ¿ese es el nuevo PRI que busca recuperar Los Pinos? A todas luces y desde el lado que se le quiera ver, es la más grande de las estupideces que pueden buscar desde el Congreso de la Unión un grupo de pseudo políticos que en su loco afán de brincar a nuevos cargos públicos pretenden cerrarle las puertas en las narices a la opinión pública.

Vuelve de esa manera el PRI de los años 70 cuando pasando sobre la Constitución General de la República atentaba contra las libertades fundamentales, como la de expresión y de prensa. Aquel PRI que no aceptaba ninguna crítica y los que la ejercían eran perseguidos e incluso asesinados. Hoy, con esa intención quiere sofocar las voces disidentes que quiérase o no, han logrado avanzar en los 11 años de gobiernos panistas en México.

Y no es por nada, sino apegados a la verdad debemos señalar que los legisladores son la escoria que arrastra la democracia de este país, quienes se abrogan derechos y prerrogativas que dañan la imagen de ese poder. Hoy el acuerdo que empuja este fulano busca desde sanciones de cárcel a periodistas o críticos, buscando que sus espurias intenciones de nuevos cargos los afecte la crítica en el ámbito de los procesos electorales por venir.

Se olvida por ejemplo el fantoche Zamora, que en Europa hace muchos años que existe el Código Deontológico Periodístico, que de la variedad de códigos de ética es posible formular una normativa que sintetice lo fundamental de estos principios éticos. Que pueden resumirse en: 1.- Informar de manera veraz, exacta, amplia y oportuna. 2.- Investigar e interpretar y opinar desde el interés público (del pueblo, de la sociedad civil, de los ciudadanos, del bien común de la sociedad). 3.- Difundir, exigir y defender de manera proactiva los derechos y deberes personales y colectivos, 4.- Fiscalizar con independencia a los poderes del Estado, del mercado y de la sociedad civil.

Este código hace referencia a la verdadera función del periodismo y su actividad ética debido a su importancia para la vida democrática, tal y como lo recogen otras declaraciones; sin embargo también se señala que la pretensión del periodismo no es de crear opinión pública, sino la de transmitir información a los ciudadanos, respetando la presunción de inocencia y el derecho a la vida íntima.

Pero esto va aparejado a que también las personas con vida pública tienen derecho a no ser privadas de su vida privada, si bien en los campos en que haya algún tipo de incidencia sobre la vida pública, se recurrirá a la jurisprudencia pertinente para no dañar su vida privada.

En el ejercicio periodístico, el fin no justifica los medios, sino que la información debe ser obtenida a través de medios éticos y legales.

En cuanto a la vida privada se dice que, un individuo cuya vía pública es importante, puede exigir el derecho a preservar su vida privada siempre y cuando haya cumplido con sus deberes ante la sociedad.

El Código Europeo recomienda la redacción de estatutos para resolver situaciones puntuales. El principio básico de toda consideración ética del periodismo debe partir de la clara diferenciación, evitando toda confusión, entre noticias y opiniones.

Las noticias son informaciones de hechos y datos. Y las opiniones, por su parte, expresan pensamientos. Ideas, creencias o juicios de valor por parte de los medios de comunicación, editores o periodistas.

Será que alguna vez en su corrupta existencia como legislador el señor Zamora haya leído el citado código. Y también nos queda la duda ¿Peña Nieto tiene conocimiento de lo que pretenden? No cabe duda de que hay una enorme contumacia en las actitudes legislativas de esos diputados, sobre todo que los procesos electorales ya están en camino. De persistir en sus intenciones no será el PAN ni el PRD ni peor aún MORENA, rubia o negra los que acabarán con el “nuevo PRI”, sino ellos mismos se harán el harakiri.


SOBREVALORADOS

El último estudio de sondeos del Instituto Verificador de Medios (IVM) mostró que la credibilidad de los medios de comunicación ha caído al nivel más bajo en los últimos 10 años. Dos de cada tres campechanos creen que las historias, noticias y sucesos que leen, ven y escuchan en los medios a menudo carecen de rigor y precisión. El 73 por ciento considera que las noticias suelen ser inexactas.

En los periódicos y en los noticiaros televisivos se cocina de muy mala manera, pero nuestra sociedad devora el alimento basura con total algarabía. Y con la mayor impunidad. No hay inspección sanitaria informativa, ni a los telecableros se les exige una etiqueta en la que se indiquen los ingredientes o su elaboración, nada garantiza que la dosis de noticias que tomamos haya sido contrastada adecuadamente.

Desde el sexenio de Abelardo Carrillo Zavala, se inició un brutal ataque contra las finanzas estatales y municipales que fue creciendo hasta llegar a la administración de Jorge Carlos Hurtado Valdez, quien dejó hacer y dejó pasar. Los famosos “convenios” se multiplicaron y el erario sufría sobre todo durante los procesos electorales de medio tiempo y finales.

¿Cuántos medios llámese periódicos, revistas, canales de televisión por cable, radiodifusoras, etcétera conocemos que hayan sido retiradas del mercado debido a su mala calidad y, peor aún, a su baja circulación, mediómetro INRA e IBOPE? Sencillamente ninguno.

La mayor parte de las noticias que nos llegan a Campeche, se elaboran, resumiendo, sin crítica y sin contrastarlas, algo que cualquier fuente interesada ha dicho a periodistas, es decir, el periodista generalmente muy mal pagado, no especializado, con gran presión de tiempo y un contrato ---si lo tiene--- precario, temeroso de perder su puesto de trabajo va a un lugar donde lo ha citado alguien que tiene interés en hacer saber algo, toma nota de lo que le cuentan, con frecuencia no puede preguntar, resume lo más llamativo y fácil de entender y con eso se elabora la noticia.

Si es mentira, no lo sabrá ni tendrá tiempo para comprobarlo antes de que la noticia se emita. Una cuarta parte de las fuentes consultadas son decorativas, sirven para adornar la información, darle calor humano, rostro, poner una nota de gracia o curiosidad, es decir, nada informativo, lo que los especialistas llaman pseudofuentes.

Es muy común que los tres niveles de gobierno impidan la difusión de determinadas noticias, mediante “convenios” realizados individualmente con cada medio. Pero todo esto ha llevado a la pérdida de la credibilidad y a una situación en que la falta de objetividad, la mentira, las manipulaciones o simplemente las imposturas no cesan.

El Artículo 19 de la declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) establece el derecho “a recibir informaciones y opiniones” veraces. Por lo tanto si los campechanos no reciben las noticias objetivas de los medios, no poseen la veracidad ni la calidad necesaria y las opiniones no están equilibradas, se están violando los dos pilares legislativos fundamentales de una comunidad: la libertad de .prensa.

Todos los medios se escudan en su “línea editorial” para desmarcarse de cualquier crítica ciudadana dejando un mal ejemplo de profesionalidad periodística que los ciudadanos esperan para conocer una verdad. En materia de tiraje la prensa de México es todo un estuche de monerías, cobra como si fuera El Clarín de Buenos Aires y su objetividad como la del The New York Times o The Washington Post.

El periódico que más se vende en México según el Instituto Verificador de Medios (IVM) es Esto con 385 mil ejemplares diarios de lunes a sábado y 425 mil los domingos; le sigue La Prensa con 330 mil ejemplares diarios de lunes a sábados y de los domingos no proporcionó datos; El Universal tiene un tiraje de 150 mil 855 ejemplares diarios de lunes a sábados y 165 mil los domingos. Esos son los tres principales diarios de la capital en tiraje certificado. Hay en estas cifras sin duda alguna fallas metodológicas.

En Campeche los tamaulipecos presumen de vender 200 mil ejemplares, pero no dicen si en un día, una semana o un año. Ciertamente son los de mayor circulación pero esta no es nada del otro mundo. No hay manera de saberlo porque jamás han aceptado ser certificados por el Instituto Verificador de Medios (IVM). Además, su venta de ejemplares caen en un hecho curioso ¿cómo podrían certificarse sus lectores y suscriptores en un AAA y AA (niveles económicos altos), donde hay cinco lectores por periódico contra otros medios? Ciertamente vende más ejemplares pero a gente que no tiene trabajo y con uno o dos salarios mínimos.

Que los medios sean veraces es una necesidad de una sociedad democrática, todavía más en un país como México. Los medios de comunicación no siempre han tenido como prioridad conquistar la confianza del público. Les basta con quedar bien con los gobernantes que, además, disponen de recursos para pagarse imagen y publicidad.

Una encuesta realizada hace unos meses atrás en Campeche arrojó una cruda realidad. Lo que los medios obtienen de los gobiernos estatal y municipales está muy por encima de lo que en realidad valen en su calidad informativa y su circulación que en algunos casos es mínima. Pero no lo son los millones que salen del erario estatal cada mes. La fuerza de esos medios está muy menguada y sobrevalorada, y se niegan a encuestas, ya que no hay un solo medio local que sea medido por el Instituto Verificador de Medios o a focus groups y consejos editoriales para retroalimentar sus secciones, permanecen estáticos porque lo que quieren es aumentar cada día el monto de sus “convenios”, mientras que lo la gente desea saber, nunca se les va a decir.

La Agencia L & R P calcula que lo invertido en prensa escrita, televisiones por cable y radiodifusoras, es entre el 60 o 70 por ciento del pastel publicitario. La mayoría de esta inversión destinada a la prensa se queda en tres diarios, dos de ellos con circulación mínima y el mayor con una fama que nadie le ha cuestionado.

En esta transición hay varios diarios moribundos que se sostienen como es el caso del “Diario de la familia campechana”, basado en que su actual propietario (o socio mayoritario) es Jorge Luis González Curi, que desde finales del sexenio pasado influyó para que el “convenio” se multiplicara al cuadrado y un año antes del proceso electoral las cantidades mensuales otorgadas sobrepasaron todo lo imaginable. Fue el diario que más recursos le costó al gobierno de “las albarradas” de Hurtado Valdez.

Esta jugada le salió mal al mayor de los González Curi, porque aprovechando ---por segunda ocasión--- la cercanía con la familia García Gamboa, desde el año de 2008 cerró operaciones de compraventa de la mayoría de las acciones del diario que originalmente eran del extinto Rómulo O´Farrill, Jr. y que habían quedado en poder del Grupo SIPSE. A partir de ese momento este medio dejó de ser un proyecto editorial independiente y aunque tiene el derecho a estar del lado político que les plazca a los hermanitos libaneses, no les asiste el derecho a engañar a sus lectores.

Los recursos es casi seguro salieron del erario estatal y se preparó todo el andamiaje para su fallida campaña por la gubernatura. El hecho no se dio porque la fuerza política del actual gobernador acabó con los “compromisos” de Hurtado Valdez de convertir en 18 años el Califato.

Pero, lo que no se dejó fue el famoso “convenio” que hoy asciende a un millón 453 mil 839 pesos 60/100 mensuales, (según datos proporcionados por la Unidad de Acceso a la Información Pública). de los que el “Presidente del Consejo de Administración” y cuñado de Jorge Luis, el arquitecto Jaime Ruiz Moreno, se despacha con la cuchara gorda un sueldo de 100 mil pesos mensuales, lo que indica que es un prestanombre de lujo, porque si fuera el dueño para que diablos estaría en la nómina.

Hoy, luego de que el proyecto de 18 años se cayó y con él la preeminencia del grupo árabe, se ha detectado por medio de la transparencia que el “convenio” celebrado ---de nombre--- entre el gobierno del Estado y Novedades Campeche, está lejos de ser equitativo y vean por qué.

Este medio le oferta a empresas de publicidad en México, que tienen un tiraje de 15 mil ejemplares diarios, para que con ello tase su diagrama de venta, una de las más caras de la ciudad. Pero en realidad están engañando, porque según no pocos datos que obran en poder de Jaque Mate el tiraje es de dos mil 525 ejemplares de lunes a viernes. Una sobrevaloración brutal que no hay manera de probar porque este medio, como todos los demás está fuera de este control. Es decir con certeza que solo vende un 10 por ciento de lo que presume corre por las calles de la entidad.

Por si fuera poco la devolución diaria es de cerca de mil ejemplares, con lo que se deduce que mil 500 diarios son los aparentemente vendidos. Para que este asunto no tenga el riesgo de conocerse hay un andamiaje en forma de negocio triangulado entre la gerencia y un incondicional de nombre Ladislao Dantes, el cual a pesar de ser empleado de la empresa es también quien compra negativos y todos los periódicos devueltos. Una auténtica tumba para ocultar ese asunto.

Hace un año, aproximadamente, la asistente de Ruiz Moreno, retiró de la cuenta bancaria todo el dinero de la nómina, e hicieron el drama de que se los habían robado por Internet, pero una persona ajena, “resolvió” el problema con un “puente express”. El medio es una empresa de nombre campechana pero trata a los empleados campechanos con la punta del pie. En las liquidaciones que se hacen a los trabajadores, a manera de desvío de recursos, utilizan una fundación que es quien liquida a los despedidos, de ninguna manera es Novedades Campeche.

También se promocionan con el gancho de tener vínculos comerciales con el Diario Milenio, pero ¿saben cuántos ejemplares vende diariamente este periódico en México? Pues nada más que 46 mil 900, pese a sus grandes comentaristas. Es más bluff que periodismo.

La realidad es que la verdadera pelea en circulación en Campeche la libran El Diario de Yucatán, de una derecha recalcitrante y los tamaulipecos con su ocultamiento perenne de la verdad. Jilguerillos de lujo.

Se me queda en el tintero muchos “secretitos” (y muy fuertes) del “Diario de la familia campechana”, sus “dueños” y sus altos empleados que han de quedar para mejor ocasión si continúan “picándole la cresta al gallo” o “cucando al tigre” como aseveró el señor gobernador en su momento.

Finalmente, cada empresa editorial arma el Brief que le conviene para enviar a la agencia de publicidad y generar su comunicación.

Pero mientras son peras o manzanas el Instituto Verificador de Medios (IVM) señala claramente que para ser responsable de avalar a un diario se necesita lo siguiente: información sobre el tiraje; controles sobre la distribución; controles sobre la devolución; información sobre los suscriptores; controles sobre los ingresos derivados de las suscripciones; controles sobre la compra y consumo de papel; acceso al proceso de impresión; conciliaciones con agentes y distribuidores y la información sobre campañas especiales o promociones.

Si esto se llega a dar el IVM emite un certificado de circulación y cobertura geográfica que establece los ejemplares distribuidos en cada entidad federativa y un número de registro. Los socios deberán dar a conocer que el medio está siendo auditado periódicamente por el IVM. ¿en Campeche, quién le entra?

Por lo que respecta a radio y televisión en muchas entidades la era de los “convenios” ya terminó y actualmente solo se signan contratos para la compra de espacios publicitarios, mismos que son utilizados de la misma manera en que lo usa cualquier empresa privada, para dar un mensaje concreto e inalterado a su público meta.

Para que este mensaje que el gobierno del estado llegue al sector de la población que busca el área de Comunicación Social, se debe hacer un estudio minucioso de cuáles son los medios, impresos o digitales, que gozan de un auditorio importante porque solo con ellos se firmarán los contratos. Se superan o desaparecen.

Pero hay más todavía. Estas “campañas de publicidad” solo podrán desarrollarse con medios que cumplan con las siguientes certificaciones: los periódicos ante el IVM, el cual exige el tiraje certificado ante notario; las radiodifusoras ante el mediómetro INRA y la televisión en el IBOPE, una multinacional brasileña.

Por su parte, los medios electrónicos serían certificados con el programa Google Analitics, para determinar el número de visitas que reciben, lectores fieles, tiempo de estancia y sus secciones más visitadas, con la finalidad de que los espacios publicitarios contratados sean vistos por el mayor número de personas posibles, pues se pagan dinero de los contribuyentes y deben de ser lo más eficientes posibles.

SIMULTANEA.- Jesús Montejo Blanco y su subdelegado de Administración, se agarraron a golpes en una reunión a puertas cerradas efectuada en el ISSSTE. Tal vez los números no les ajustaron y terminaron como las comadres bravuconas: a la greña.

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