ODISEA EN LA LAGUNA DE TERMINOS
Ciudad del Carmen, cuya insularidad natural la ha mantenido anclada en el subdesarrollo (merece más de lo que tiene), pese a la generosidad de sus recursos naturales como fueron en su momento el palo de tinte, las maderas preciosas,, el látex del chicozapote, el camarón y finalmente el petróleo, que no lograron ser detonantes de su desarrollo y progreso.
Carmen, escenario de barcos del viejo continente. La Laguna de Términos sigue mirando impávida cómo desfilan al exterior las riquezas económicas que ha producido a lo largo de los últimos siglos; como de cientos de habitantes se ha poblado hasta casi tener el mismo número de carmelitas o no, que la capital del Estado.
Los viajeros no pocas veces coronaron su aventura o su necesidad con un cíngulo de tragedia. Suma de más de 250 años antes del arribo de las pangas (transbordadores) en 1960, y aún después. Redunda interpretar, pues, que el más legítimo anhelo de los carmelitas, desde siempre, fue llegar a tener sus puentes. La palabra puente adquiere en esa isla certificado de non plus ultra. La palabra puente fue anhelo múltiple, voz de muchos, corazón de todos. Incluso mi esposa y su familia guardan en sus recuerdos más preciados las visitas anuales a ese lugar de ensueño en el mes de julio y el que esto escribe desde mis lejanos años de juventud siempre me gustaba llegar a ciudad del Carmen y pasar por ella en largo viaje hacia la capital del país.
Es en esta tesitura que las primeras voces fueron virtualmente sembrando las primeras piedras. Piedras seglares unidas para crear el hoy viejo Puente de la Unidad entregado al pueblo el 26 de noviembre de 1982, dos años y meses después del hundimiento de la panga Campeche. Historia que deberá redondear la investigación todavía para darle el sustento que merece como homenaje permanente a quienes fueron gestores y constructores de esa obra, sin menoscabo de los anónimos que aportaron involuntariamente su vida para alimentar el ideal que configuró los perfiles de esa vía entre Puerto Real e Isla Aguada.
Nunca hubo segundas voces. Todas provenían de la misma raíz, tenían el mismo tono, la misma intensidad, el mismo anhelo- Eran, y hoy siguen siendo pues, continuidad, extensión de lo necesario, deseo de bienestar, ambición de plenitud, hambre de justicia e igualdad económica. El sector empresarial lanzó en ese entonces la primera bola, que no hizo strike en la plataforma política. El Ejecutivo Federal se prestó al abordaje aquel 19 de julio de 1990. Ocho días después encendía el entusiasmo. Carmen tendría su segundo puente, el último eslabón de la carretera federal costera del Golfo para unir Tamaulipas con Quintana Roo. Abríase un proceso histórico y también político del cual el tercer puente El Puente de la Unidad II, anunciado por el Presidente de la República el pasado 18 de marzo en Ciudad del Carmen, llenó de júbilo por tercera ocasión a todos los campechanos, porque aunque memebretes de sexenio indiquen que El Carmen es uno de los once Campeches, la realidad es que es Campeche y todos somos campechanos que nos llenamos de júbilo con esa noticia.
Honor, a quien honor merece, el contenido sustancial para la historia, para los sucesos de la vida social y política de un pueblo y su gobernador Fernando Eutimio Ortega Bernés, que ha luchado con argumentos y razones en diversos foros regionales y nacionales, que gestionó educadamente ante el gobierno federal y halló, finalmente, la comprensión y el apoyo para sustituir al viejo Puente de la Unidad, obra de mucho esfuerzo de un carmelita Eugenio Echeverría Castellot, que lo llamó de Unidad, porque efectivamente unió al macizo continental la tierra que lo vio nacer.
El pasado 18 de marzo nació pues el tercer compromiso público de construir el tercer puente. Un viernes que concluye la gestión, inicia la promesa y empieza otra historia.
Si la historia real comienza un viernes fechado, la historia virtual es más antigua, atemporal. Porque el anuncio oficial confirma la existencia de acciones que no son del conocimiento público, estudios que incluso se dieron con el viejo puente pero que estarán siendo actualizados, información privilegiada que poseen los que detentan el poder en turno. Rota esa fuente hermética, la comunicación empezará a fluir y a todo los campechanos nos va a estimular la pasión que le pongan a la obra, la justicia y solidaridad como factor integrador de una sociedad heterogénea.
El nuevo puente ha de emerger su perfil arquitectónico más allá de la simple promesa política lanzada al calor de un día tan especial, sobre todo para la región que ha sido la capital nacional de la producción de petróleo durante más de 30 años. Si alguna vez hubo tintes de incumplimiento y voces discordantes apremiaban al gobernante estatal, la voz popular y los resultados han frenado ese impulso de tintes partidistas, quizás por incredulidad, certeza ante la duda, gratitud ante los hechos.
Muchos carmelitas, incluso parientes y amigos me habían incitado a escribir en una sola vertiente: “no dejar pasar esta oportunidad histórica para tener un nuevo puente”, porque el engendro inventado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de gastar cerca de mil millones de pesos para “modernizar” el viejo puente no eran dignos de confianza.
El Puente de la Unidad II no debe de quedar en promesa. Cerca de un millón de campechanos debemos estar pendientes de que se realice en los plazos perentorios y los medios de comunicación deben de dar especial seguimiento a esta obra de beneficio no solo para Campeche, sino para toda la Península de Yucatán.
En la próxima semana habré de comentar sucesos sobre estos puentes que no son usuales y menos del conocimiento público, sucesos políticos que son los que llevan las obras espectaculares.
INCREDULIDAD ANTE CIFRAS
La producción de maíz en Campeche que diera a conocer la Secretaría de Desarrollo Rural conlleva a un análisis pormenorizado, porque el papel aguanta cualquier cosa y en materia de números se cuecen habas.
Hace apenas ocho días espectacularmente el viejo doctor Febo, con bombo y platillos y un auditorio que presidía el gobernador del Estado, dio a conocer que la producción de maíz sembrado en 146 mil 957 has, en el ciclo primavera-verano 2010 fue de 553 mil 662 toneladas, siendo un 40 por ciento mayor que la cosecha lograda en el año 2006, considerada la mejor en la pasada década.
Por supuesto esta noticia alegró al gobernador, quien ponderó el logro y felicitó a la dependencia y a su titular por esa hazaña de los productores, pese a los riesgos del temporal y la aplicación de los programas de insumos en tiempo y forma. Extraña sin embargo que el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap), que basa sus trabajos en instrumentos científicos y labores de campo, no haya analizado a fondo los “excelentes resultados”.
Viendo el cuadro de cosechas obtenidas en 2009, las has sembradas de los dos ciclos –temporal y riego– que no debe haber mucha diferencia con 2010, para alcanzar la cifra de producción que dice el abuelo Febo, tendría que haber una producción de 4/ton/ha en todas las has cosechadas, lo que no se piensa que sea, ya que el grueso de la producción se concentra en los municipios de Hopelchén, Hecelchakán y Campeche que es donde están las superficies de alta productividad mecanizadas (71 mil 482 has) que si dan 4/ton/ha= 285 mil 928, o 5/ton/ha= 357 mil 410, pero tendrían que producir parejo esos tonelajes, lo cual es muy improbable.
Los restantes municipios tienen una superficie cosechada en 2009 de 70 mil 156 has, que tampoco se piensa que lleguen a más de 1.5 ton/ha= 105 mil 234 .y tampoco se piensa que parejo- sumando lo anterior es igual a 4/ha= a 391mil 162 ton y (5/ha) 462 mil 644 ton en el mejor de los casos, así que el total está materialmente inflado en más de 100 mil toneladas por productividad, por lo que no significan gran cosa ya que el abuelito está saludando con sobrero ajeno, ya que el esfuerzo principal es del grupo Menonita y productores privados –si fuera la cantidad dada a conocer-. Por otro lado las agro financieras acusan pérdidas, cosa que llama la atención porque cuando la cosecha es excepcional como se quiere hacer aparecer los productores hubieran pagado su deuda para poder renovarla en el ciclo venidero y eso no ha sucedido.
Hay que analizar detenidamente que no hay mucha diferencia con la actual en cuanto las has sembradas y a las cosechas obtenidas, y los años más bajos están supeditados a las condiciones meteorológicas, o sea, que la técnica del atole con el dedo prevalece; no hay un avance uniformemente acelerado en la producción y la productividad y el viejo atolero don Febo le apuesta a la falta de memoria de la gente, pues él con seguridad conoce esta información.
Las buenas cosechas tienen muchos padres y las malas son huérfanas; todos sabemos en México como se las gastan para colocar una enorme y fría loza sobre el cadáver de un siniestro del agro, luego del paso de un fenómeno natural, ya que las declaraciones siempre son debidas a turbios intereses.
Siguiendo con los números fríos y cuidado, están jugando en la SDR con fuego, porque el gobernador Ortega Bernés, podría ordenar una auditoría a fondo y aparecer muchos esqueletos en el closet. Resulta que la “cosecha record” no resiste una investigación a fondo. Ya que si promediamos, nos da como resultado que tuvimos una productividad de equis toneladas por has, cantidad bajísima si la comparamos con la del Estado de Sinaloa, primer productor de maíz de México que este año se siniestró en más de tres millones y medio de toneladas por las heladas de este invierno, cosechando apenas un millón de toneladas que logró salvarse a duras penas.
Esto deja al abuelo Febo y a su cauda de “cerebros importados a través del Colpos” como mentirosos. El triunfalismo es una falacia, porque inclusive en Estados Unidos de Norteamérica el promedio de cosecha por hectárea es de 14 toneladas del Green Belt.
Todo ello nos da una lectura: al gobernador que tiene gran interés en que mejore y aumente la producción de maíz, no le están dando a conocer la realidad del agro. Está rodeado de gente que no ha sabido corresponder a su confianza en materia agropecuaria. Cualquier conocedor se desternilla de la risa cuando conoce a fondo la “maravillosa producción de maíz de Campeche”.
Si verdaderamente se quiere dar un reconocimiento a la producción maicera, este debe ser a esos extranjeros de una secta anabaptista fundada en 1506 por Menno Simonis en Holanda y con ramificación étnica en Alemania y Rusia y que en Campeche llegaron cuando Carlos Cárdenas Montero, a raíz de la muerte de su padre les vendió las tierras de su rancho Montebello en Hecelchakán, me refiero a los menonitas.
Debo hacer una puntualización sobre esta secta que es cierto se han arraigado muy fuertemente en el territorio campechano en especial en los municipios de Hecelchakán y Hopelchén, donde un amigo chenero me asegura que ya son dueños de las tierras cultivables de más del 60 por ciento, comprándolas a campesinos y haciéndolas producir, pero también están desforestando ya que venden trailers completos de carbón vegetal, uno de ellos se accidentó hace unas semanas y regó varias toneladas de ese energético a las orillas de la carretera.
Además los menonitas ya saben que los funcionarios mexicanos son corruptos y les va un botón de muestra. Hace nos meses varios inspectores de Semarnat y Profepa ante reiteradas denuncias de la desforestación en Hopelchén fueron en sus camionetas viejas a investigar y luego de una semana de ir y volver al final levantaron una información en la que se desmentía las denuncias campesinas. Por qué, sencillamente porque los menonitas les “cambiaron” sus viejas camionetas pick up por camionetas nuevas adquiridas en Yucatán y Campeche por esa secta.
VENDIO LA QUINTA Y LOS MANGOS
La gran reserva territorial que tenía el gobierno estatal en la figura de la ex hacienda Kalá quedó reducida a nada. Cuando el Instituto de la Vivienda de Campeche (Invicam), entró en liquidación fue creada la Comisión Estatal para el Desarrollo del Suelo y Vivienda (Codesvi), y entonces se percataron de que aquella reserva que podría haberle servido al gobierno Justo y Solidario para emprender tal vez la más grande de sus promesas de campaña, -como es la construcción de 20 mil viviendas de interés social-, ya no existía. Había sido vendida a los constructores de vivienda que esperan el momento para clavarle los colmillos al régimen cuando la necesidad se convierta en imperiosa.
El responsable del tal despojo fue “el jardinero de la avenida Universidad”, quien acabó con la quinta y los mangos, en este caso ex hacienda de Kalá. Lo más triste del caso es que aparentemente vendió los terrenos a precios bajos; aunque conociendo su modus operandi es posible que bajo el agua haya recibido “la compensación”, pero de una u otra forma los recursos cobrados nunca llegaron a la caja del Invicam.
Estas reservas me dice un constructor son ya para futuros desarrollos inmobiliarios de la ciudad de Campeche y esto se va a notar a mediano plazo, luego que las aguas vuelvan a su nivel al comenzar a aparecer lo que fueron 10 años de latrocinio. La venta de los terrenos de la ex hacienda Kalá se realizaron en los últimos meses del sexenio de las piedras, es decir en el “Año de Hidalgo”.
Por otra parte se dice que el órgano liquidador del Invicam podría tener una vida oficial de cuatro años, mientras se pone orden a las inmensas irregularidades a que las sometió el citado “jardinero”.
Esta situación pone a Sergio Berzunza Camejo, sin disyuntiva para poder realizar en la capital del Estado los proyectos de vivienda, dejando solamente la promoción de vivienda social en terrenos del beneficiario, es decir, si un trabajador tiene un terreno legalizado es posible construir en el una vivienda de interés social, pero esa labor es muy complicada, o en otra variable adquirir a alto precio los mismos terrenos que anteriormente le pertenecieron y que pasaron a manos de la iniciativa privada.
Cucsa, Delmar, Jaime Olivera y Constructora del Rey, fueron algunas de las principales beneficiarias de los tiempos del Califato y las reservas territoriales de la ciudad están en esas manos, debido a la corrupción con la que se manejó Invicam.
En cada mención que haremos más adelante señalaremos con pruebas la corrupción que prevaleció en el organismo de vivienda. En esta ocasión vamos a relatarles dos casos. Uno, el del Ingeniero Manuel Vela López, secretario Técnico del Invicam, quien vive en Ciudad Concordia en los terrenos que ocuparon dos casas de interés social que con recursos del Invicam tiró y levantó de nuevo convirtiéndola en una residencia sin que le costara un quinto.
Otra. En Solidaridad Nacional funcionaba el costurero del DIF estatal y en un movimiento del “jardinero”, aprovechando que había dejado de laborar, y la propiedad no había sido devuelta oficialmente al Invicam por abandonada, provocó que a los pocos meses fuera invadida, lo cual le dio oportunidad al “jardinero” para una jugada magistral. Les ofreció a los invasores una casa de tantas que habían sido abandonadas en otro sitio y estaban también en poder del Invicam, dándoselas con todas las de la ley, lo que aceptaron gustosos los invasores. ¿Y saben ustedes para quien fue esa casa que se remodeló completa? Mejor lo dejamos para el siguiente número de Jaque Mate.
NADIE PARA A CHE CU
El azote de Campeche y brazo ejecutor de mil triquiñuelas parece que ya hizo las pace$ con el Ayuntamiento de Campeche, porque el pasado viernes fue visto en los pasillos de esa dependencia y al parecer fue bien recibido por los azules, porque este fin de semana ya está asentado en la Plaza de la República hasta con carrousel. No cabe duda de que el líder del Freciez Luis Antonio Che Cu, sabe vivir y muy bien. ¿de cuanto sería la mochada? ¿lo sabrá su verdadero jefe?
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