domingo, 13 de febrero de 2011

VICIOS OCULTOS DEL PODER

Lo realizado por el diputado Gerardo Fernández Noroña y otros compinches en la Cámara de Diputados, fue con mucho, el suceso de la semana por las implicaciones que tuvo a priori con el cese de la periodista Carmen Aristegui.

El hecho de Noroña es presuntamente reprobable y cuestionable pero lo que resulta inadmisible es que si se presenta una cobertura noticiosa del hecho y se acompaña de un cuestionamiento duro, válido y respetuoso, la consecuencia sea de que se silencien las voces y los micrófonos de uno de los programas de radio más escuchados del país.

Lo que no puede pasar en una democracia es que en el resultado de una diferencia de esta naturaleza se cierre un espacio noticioso y se maniate a la libertad de expresión del periodista que sea.

En caso de presentarse una controversia, hay medios legales y democráticos para hacer valer los derechos. Debe considerarse que en la democracia, mientras más alta es la responsabilidad pública que se desempeña, mayor escrutinio público debe existir. Por esa razón, entre muchas otras, debe asumirse que es del orden e interés público de primer nivel discutir, saber y tener certeza sobre la salud de un Presidente, un gobernador, un senador, un diputado federal o local, un alcalde y cualquier otro servidor público que sea pagado con recursos del erario, es decir, con el dinero del pueblo.

Y nada tiene que ver la transparencia que en muchos casos es opaca y oculta la verdad de lo que ocurre en las altas esferas del poder.

La verticalidad de la compañera Aristegui fue clara en su contestación a los cuestionamientos: “Lamento si, que el Presidente y su familia se hayan sentido ofendidos por el cuestionamiento, pero aún así, la pregunta sigue vigente”.

Se espera en pocos días la respuesta que Joaquín Vargas, el concesionario y dueño mayoritario de MVS, resuelva y afronte con verticalidad este asunto que será el termómetro de la madurez de la libertad de expresión en México, de cómo enfrentar las diferencias en su ejercicio. Es un punto de quiebre, o se opta por las reglas de la democracia o por la lógica de la antidemocracia, la intolerancia y su subsecuente control de daños.

Sin embargo, se espera que sea el presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien mande un mensaje a gobernadores, secretarios, presidentes municipales y un largo etcétera, de cómo relacionarse o no, con los medios de comunicación en democracia. Este mensaje se hace en estos momentos tremendamente urgente y necesario.

En este caso no hay manera de ganar para nadie. Sólo para la democracia. Los derechos del pueblo a estar bien informados bien valen la pena.

Lo sucedido nos trae a la memoria que este tipo de situaciones han sido un común denominador en los círculos del poder desde los remotos tiempos de Héctor Pérez Martínez (1939-1943), de quien se decía que en su adolescencia fue alcohólico, vicio que deja con mucha voluntad al inicio de su vida política.

Años antes Benjamín Romero Esquivel (1931-1935), en lo que el pueblo rumoró como una pachanga fenomenal en el domicilio particular del gobernante, inició una discusión al calor de las bebidas espirituosas, misma que tuvo un desenlace a balazos a las puertas de esa casa de la calle 12 entre 61 y 63, que terminó con varios heridos. Nadie acalló los rumores y un largo velo cubrió ese suceso.

En el caso de Eduardo Mena Córdova (1935-1939), se decía que el titular del Ejecutivo esa afecto al ajenjo, un licor verde que tiene propiedades como los opiáceos y que también consumía “absintia” una bebida espirituosa a base de eter.

Eduardo Lavalle Urbina (1943-1949), afirmaban hasta sus mismos colaboradores que padecía un alcoholismo acendrado y que tenía la extraña virtud de no padecer las tortuosas resacas. Su gobierno fue de logros en la depauperada economía campechana, merced a la visión de su hermana que cogobernaba con él. El licor nunca rompió el esquema de su gobierno.

Manuel José López Hernández (1949-1955), rodeado de sus amigos y colaboradores tuvo un gobierno donde se decía que fue una sola parranda que duró seis años, muchos amigos de él que continuaron en la política fueron alcohólicos hasta sus últimos días. No había día de santo y cumpleaños del gobernador que no fueran festejados a lo grande en aquella casa de gobierno de la avenida República, en el barrio de Santa Ana. Festejos que siempre se iniciaban con una marcha de todo su gabinete que partían del Puente de los Perros y donde llevaban todo lo necesario para el festejo. Este gobierno tenía su sustento en la materia gris de Felipe Rubio Ortiz, magnífico orador y que incluso le preparaba todos sus discursos y hasta le “soplaba” ideas cuando tenían reuniones de gabinete.

Donde el alcoholismo tuvo consecuencias trágicas fue con Alberto Trueba Urbina (1955-1961), que en una de sus parrandas cuando se desempeñaba como Procurador General de Justicia del gobierno de Yucatán, se mencionó que había ordenado incendiar el Diario de Yucatán, que era (y sigue siendo) adverso a los gobiernos priistas. Esto motivó que abandonara ese estado y se fuera al D.F., donde fue arropado por el viejo lobito Fidel Velázquez Sánchez, líder de la CTM, quien lo promovió como diputado federal, senador y hombre de sus confianzas en materia laboral.

Su vida sin embargo y como consecuencia del alcoholismo tuvo un desenlace mortal cuando viajando en una carretera de la periferia del D.F., y bajo los efectos del licor se salió del camino y se volcó muriendo su esposa yucateca Isolina y su pequeño hijo Alberto, quedando incluso con una lesión en el brazo izquierdo que le quedó rígido.

Llega al gobierno de Campeche, y nadie pudo afirmar que hubiera probado un vaso incluso de cerveza. Por el contrario, desde el primer día de su administración arremetió contra los cantineros y quienes expendían bebidas alcohólicas, marcando horarios que nadie se atrevió en seis años a violar so pena de pasar a bañar a la tucha en el “resort” de la calle 63 entre 16 y 18.

Carlos Sansores Pérez (1967-1973), los cinco años y medio al frente del Ejecutivo estatal fueron de varios escándalos pero que protagonizaron sus amigos Hernán Silva y Sixto Sosa, ambos profesores y ambos altos funcionarios de ese gobierno.

Pero el escándalo de borrachera más grande de ese sexenio se dio cuando fue inaugurado el Hotel Sihó Playa, propiedad de Sansores, donde se dijo que se fraguó el destino del maestro de baile Manuel Dodero.

Sin embargo un poderoso miembro de su gabinete, que fue asesinado en su rancho años después de terminar ese sexenio, había sido piedra de escándalo cuando se dio a conocer (tras bambalinas)  que había violado a tres niños en la escuela donde prestaba sus servicios como mentor. El escándalo por más que trató de ocultarse tuvo mucha resonancia y hasta dos medios de comunicación consignaron el hecho.

Uno de los hombres de confianza de Sansores Pérez, que fungía como su jefe de ayudantes y chofer Carlos Llanes, abusó del poder y era un consumidor de bebidas alcohólicas y de acoso sexual a trabajadoras del gobierno. Gozó de una impunidad total.

El coronel, licenciado y maestro José Ortiz Avila (1961-1967), por su formación militar y porque sea dicho con toda propiedad no tenía amigos y solamente se alimentaba de chismes llevados por dos o tres que se decían sus familiares, su gobierno fue de costumbres monacales, no así su vicio por las mujeres jóvenes.

Y es que fue una suerte de que no le diera por el consumo de bebidas alcohólicas, porque de por si era un tirano que no aceptaba críticas y que sometía a vejaciones a todos sus colaboradores. En lo personal mi familia sufrió la arbitrariedad de Pepe, cuando en un hecho muy conocido y en un juicio sumarísimo en el que obligó a su procurador a emitir una orden de aprehensión en contra de mi padre, en venganza por un remitido que este le había elaborado a los habitantes de Pich. Una historia que estará contenida en un libro que estoy escribiendo.

De Carlos Pérez Cámara (gobernador interino del 3 de marzo al 13 de agosto y gobernador sustituto del 14 de agosto al 15 de septiembre de 1973), seis meses con 12 días son pocos para hacer de las suyas y aunque le gustaban las francachelas el poco tiempo que tuvo se les fue en boato y lucimiento, porque ya no tuvo oportunidad de hacer absolutamente nada, fuera de apoyar al que sería su sucesor. Ya no le dio tiempo para ejercer el nepotismo de que hizo gala en todos los cargos públicos que ocupó en su larga vida política. De alcoholismo poco se supo. No era abstemio por supuesto.

Rafael Rodríguez Barrera (1973-1979), la piedra de escándalo fue su secretario de Gobierno Fernando Trueba Brown, que en francachelas cada semana protagonizaba sucesos en la entidad. Se le culpó, con o sin razón, de ser el autor intelectual del asesinato del canadiense Paul Fortier y de otro extranjero al que nunca se encontró su cadáver, así como del intento de asesinato de Luis Opengo López, a quien incluso le dieron el tiro de gracia, pero se salvó milagrosamente, aunque desde entonces jamás volvió a mencionar nada del suceso. Todo ello fue al calor del alcohol.

En el sexenio de El chelpor supuesto que habían abstemios. Es el caso sui generis de mi ex compañero de Novedades Francisco Diego Hernández, que laboró durante todo el sexenio.

Sin embargo el alcohol no tiene parientes, porque un hombre morigerado como es Rodríguez Barrera, se vio envuelto en un problema al destruir uno de los baños del Hotel Colón de la vecina ciudad de Mérida, Yuc.

De Eugenio Echeverría Castellot (1979-1985),  se puede decir algunas cosas pero nunca que fuera afecto a las bebidas embriagantes. Se había hecho correr el rumor que le gustaba el cogñac, pero era falso porque era hipertenso y cuidaba mucho su salud. Además, doña Lolita le llevaba un marcaje milimétrico y nunca fue hombre de escándalos. En ese sexenio se decía que todo el gabinete debía estar acostado a las 10 de la noche, porque el gobernador llegaba a palacio a las 9 en punto de la mañana y fue el sexenio donde se trató de erradicar la famosa “hora campechana”.

Abelardo Carrillo Zavala (1985-1991), su formación obrera y profesional de la música en varios conjuntos musicales de moda fue conocido como “el embajador del trópico”. El bel canto ha sido luego de su sexenio una forma de entretenimiento. Como consecuencia de ello las pachangas eran cosa frecuente y con ella el licor. Se dice que en Ciudad del Carmen se encontró con Bayo Novelo “El monje”, donde incluso fue detenido por un escándalo.

Una de las personas de la farándula que tuvieron derecho de picaporte en su sexenio fue el baterista Pimienta. Y también se recuerda el zafarrancho que protagonizó en el Hotel Baluartes cuando fue agredido por el PaquínEstrada al calor de los tragos.

Jorge Salomón Azar García (1991-1997), tenía varios defectos pero no fueron por alcoholismo, son por su carácter explosivo, de mecha corta pues. Y si se echaban los tragos era en forma muy particular lo que dio pie a mencionar que su gusto no era de bebida sino de faldas.

José Antonio González Curi (1997-2003), fuera de los problemas que se dice tuvo con Alejandro Moreno Cárdenas, y de su forma atrabiliaria de ser, el alcohol no perneó entre su gobierno. Y estuvo mejor porque de esa manera se evitó muchos problemas que al calor de los tragos pudo protagonizar. Sin embargo su proclividad a usar figuras humanas de “punching bag” fue de antonomasia.

Y llegamos finalmente al penúltimo gobernante de los tiempos recientes. Jorge Carlos Hurtado Valdez (2003-2009), a este personaje le recitaríamos lo que señalaba Jesús Reyes Heroles: “El político que anda en boca de sus choferes, no merece estar en la política”. El taladro Black & Decker no necesita tomar para ser piedra de escándalo, aunque se dice que en Imí se corrieron grandes francachelas durante su sexenio.

De quién llegó el 15 de septiembre de 2009, apenas se empieza a escribir la historia y tal vez se encuentra tan ocupado que no hay lugar para las pachangas que demeritan, agotan y dejar la peor imagen. Hay barruntos de que en su gabinete existen “brindadores” pero no han sido hasta el momento piedra de escándalo.

Como se ha visto los sexenios no han estado exentos de conflictos creados la mayoría por el alcohol, por lo que se manejaron bajo el sistema de dos pesas y dos medidas, para de esa forma transcurrir en medio de la tradicional indiferencia de los campechanos, cuyo activismo se limitaba a despedazar a los gobernantes en las tertulias, fiestas familiares y cafés, inventando supuestos chismes y esparciendo rumores como los que señalamos líneas arriba. Y parece cobrar validez aquella frase de “que no que no se hace pedo, no vale” (Villarino dixit).

Dice Federico Reyes Heroles, probablemente en clara o no alusión a su padre don Jesús, decía que lo más terrible de la vida de un político es el final que siempre es amargo. Son excepciones aquellos políticos que terminaron con el reconocimiento y el respeto de la ciudadanía.

Y ¿qué les pasó? Posiblemente no entendieron la política y los trastornó la efimeritud del poder que ejercieron como amos de la hacienda. El propio Trueba Urbina, tal vez el de mayor talento jurídico, tuvo el descaro –o cinismo, diríamos- de confesar por escrito que “lo marcó el poder”, como si el poder de un cargo de elección popular en un país que se dice democrático y en un Estado que aún hoy no llega al millón de habitantes, fuera equiparable al de los emperadores romanos.

Lo que ningún comunicador puede jurar a pie juntillas es que no exista en el Estado la censura y cierta libertad de expresión. Los hechos cuando se conocen apenas ciertas premisas nos llevan a emitir juicios a priori. Es cierto que los excesos son mejor que la censura y poco, muy  poco estamos avanzando en nuestra incipiente democracia en México en materia de libertad de expresión.

CAUSAS DE LA FRAGMENTACION PANISTA EN CAMPECHE

La situación política que vive el Partido Acción Nacional en el Estado es sumamente difícil. Y tiene como punto de partida la muerte de Juan Camilo Mouriño Terrazo, porque fue el “bing bang” de ese grupo que estaba bastante homogéneo.

En varias partes por su extensión a partir de esta fecha voy a presentar a los lectores de Jaque Mate, varios análisis sobre los motivos que indican claramente que los días del PAN luego de la salida del actual Presidente de la República están contados.

A continuación transcribo una vertical carta de Carlos Valladares Valle, enviada a finales del año 2009, pero que por su trascendencia tiene implicaciones actuales.


Sr. Mario Avila Lizarraga
PENDIENTE.

Cuando en Enero del presente año Don Carlos Mouriño Atanes, vino de su natal España, para “planchar” la candidatura de Ud. a la gubernatura a mexicana ciudad de Campeche, mi “Patria Chica,” tuvo a bien visitar en el DF. a mi hermana Yolanda Valladares Valle, en la oficina de Pemex donde entonces despachaba, para obtener su consenso -como  también lo hizo por esas fechas con otros importantes líderes  panistas campechanos-.

Ella, consciente de que estaba frente a un panista nada menor, además apreciado de particular manera por el Sr. Presidente de la Republica Mexicana , le contestó: que con ella no tendría problemas; pero si lo  previno de lo siguiente: “ESTA BIEN DON CARLOS PERO EL CANDIDATO DE SU HIJO CARLOS ES UN SER DESPRECIABLE”.

Tengo que reconocer en mi hermana además de valentía, aquella escasa cualidad de saber medir a la personas con una sola mirada y tengo que admitirle Don Mario, que el juicio de ella hacia Ud. además de ser severo, resulta también ser exacto.

Amén de lo anterior Yolanda le advirtió al interlocutor lo siguiente de Ud.: “…tiene un historial de malagradecido con quienes en el pasado le tendieron la mano…y además no creo que pueda ganar la elección… también le externo que no es bien visto por los empresarios campechanos….”.

La alusión era directa: la entonces Gerente Corporativa de Pemex, hablaba específicamente de los contratistas de obras del Gobierno Federal.
    
Don Mario Ávila Lizarraga: Le dirijo estas reflexiones con el propósito de que asuma Ud. Frente a los panistas, el costo total de su descalabro electoral, que por cierto, con relación a la elección del 2003, nos alejó más  del triunfo, pasando nuestras esperanzas de 4 a menos 18 puntos de distancia de los resultados del PRI; resultando ser Ud. un candidato más vulnerable que su compañero de “Clan” Juan Carlos Del Rio, para beneplácito y tranquilidad de los priistas. Así  Ud. y su malograda candidatura, nos dejaron como saldo final el  haber alejado al panismo campechano de la obtención de la gubernatura.

Le dirijo estas líneas  para que deje de trasladar a terceros la responsabilidad de su derrota;  entienda que fue de Ud. mismo; asuma que no reunía ni el liderazgo, ni el carisma, ni el talento, ni la preparación  suficiente, ni el perfil;  como para dirigir la suerte y destino de casi 800 mil campechanos.

Comprenda don Mario que la amistad y la pleitesía hacia Don Carlos Mouriño Terrazo, solo  resulta ser útil para ambos, pero no para sacar adelante al panismo y al estado de Campeche.
    
¿Que culpa tienen Nelly Márquez Zapata y Yolanda Valladares Valle, de sus conocidos problemas de personalidad, de su vanidosa y petulante forma de ser Don Mario?; contéstese a Ud. mismo ¿si el macro problema de su campaña con MEGAMEDIA-DIARIO DE YUCATAN v/s LOTERIA NACIONAL, es adjudicable a ellas o a su inexperiencia política?

Respóndase en el espejo si acaso son ellas  las propietarias de la mansión que lo alberga en el fraccionamiento “Lomas del Castillo”, tan alejada de sus ingresos, como tan alejada de la enorme mayoría de los campechanos que Ud. quiso representar.

Que culpa tienen Nelly y Yolanda, de su seudo-liderazgo Sr. Ávila Lizarraga, engendrado al calor de una trágica coyuntura política y sobre todo, labrada desde arriba y distante de la gente; acaso no hicieron de Ud. un producto de  “marketing político” para venderlo al electorado, pero sin sustento real en las bases ni dentro ni fuera del panismo? Acaso la militancia y la comunidad campechana, no sabíamos de antemano que ese producto electoral como cualquier otro producto del mercado ya estaba vendido y comprado de antemano y no precisamente por los electores campechanos?

Sinceramente Don Mario ¿cree Ud. que los campechanos somos tontos?

¿Cree Ud. Sr. Ávila, en sus propios embustes y amenazas  o de nueva cuenta piensa reproducir una vez más sus propios errores hablando mal de quienes considera superiores a Ud. y así tratar de  nivelar lo que por natura  es desigual y  que tampoco Salamanca le prestó?

Don Mario, ¿acaso no fue el “Clan Mouriño-Del Rio” que Ud. representa, los que ignoraron a la militancia y los liderazgos importantes del partido para imponer candidaturas de mayoría y la pluri federal?

Así fue Sr. Ávila, salvo las candidaturas a las pluris locales en donde su otrora aliada Asunción Caballero May se les rebeló y con dignidad rescatada encabezó una rebelión para evitar otro agravio  más a los liderazgos.

De nueva cuenta Don Mario, pregúntese si  fueron ellas o la carencia de oficio político de Ud. y su “Clan” fueron los responsables de su naufragio electoral reflejado en el rictus de su rostro y los de sus mecenas, desde las 3 de la tarde de ese aciago 5 de julio.

Acaso no fue la estulticia de su grupo la que arrinconó a Enrique Iván González López, que era uno de los mejores activos del partido HASTA QUE LE GANARON-PERDIENDO el emblemático municipio  de  Carmen?

Respóndase a Ud. mismo si esa pifia perpetrada en contra de “Quique-Iván y el terrible suceso familiar en torno del candidato José Ignacio Seara, ¿también se los adjudicará su trastabillado juicio  a Doña Nelly y a Yolanda?

Mi curiosidad se agiganta por conocer su reacción ante el inobjetable triunfo electoral de Carlos Rosado Ruelas, quien sin tener amo alguno surgió desde las bases y entrañas panistas, remonta hasta el AZUL del cielo político campechano y desde esas alturas con brillo propio Rosado Ruelas puede ver y ser visto desde Coyoacán hasta los Pinos. Nuevamente Don Mario Ud. GANO-PERDIENDO…al tiempo. ¿También esto fue por culpa de estas chicas súper-poderosas?

Pero pasando a otra cosa mi denostado candidato, le pregunto: ¿acaso la gratitud tampoco está dentro de sus haberes personales? pues me parece que olvida la defensa que de su candidatura hiciera Nelly Márquez, ante un preocupado líder nacional cuando Germán planteo la conveniencia de cambiar de candidato en Campeche, frente a su mismísimo mecenas y otros destacados panistas?

Pues que poca memoria tiene Ud.  Don Mario, pues el Alzheimer no es una cualidad propia de su edad, ni de quien abrigue tan elevadas aspiraciones.

Don Mario, en cuanto a mi congénere la Jefa Yola , como ya le anote líneas arriba, ante semejante apadrinamiento, ella dijo y cumplió, aquello de: “conmigo no tendrá problema” y acto seguido: hizo a un lado  cualquier aspiración en ese sentido; más aún le recuerdo “por aquello del Alzheimer prematuro,” que ella quiso contribuir con su campaña, pero se encontró con un entorno hostil tanto de parte suya, como de sus corifeos al igual que sucedió con  Nelly.

En lo personal, asumo que a la primera le recomendé alejarse de Ud. tanto como le fuera posible, para evitar que cuando su campaña reventara -que era previsible- no la fuera Ud. a salpicar y créame Don Mario, que campeo la mesura en ella al mantenerse durante varios meses lejos, -más lejos de Ud. que- de Campeche.

Le confieso Don Mario, que acerté en mucho de lo primero; pues por poco  no llega Ud. ni al 5 de julio; pero lamentablemente ella me reclama ahora lo segundo, pues tiene entendido que ya la está Ud. salpicando con su no asumida derrota electoral y no se vale.

Nelly despreciada por Ud. y por su equipo de campaña, encontró una salida digna al ser invitada por el candidato Carlos Sosa de Calkiní, para  que le ayudara en su campaña por la alcaldía, buena candidatura ésta, que se malogró precisamente por las consecuencias de su inocua negociación con el Panal Don Mario. Una pifia más de Ud. mi cándido candidato, pero para nada endilgable a la “jefa Yola” o a Doña Nelly.

No Don Mario, por supuesto que no puede Ud. depositar en ellas la responsabilidad de su derrota, como tampoco de los lamentables lastres familiares que tanto aquejan en una campaña.

Campeche Don Mario, sigue siendo para su pesar, un enorme escaparate en donde las cosas se saben, se ven y en donde nuestras vidas con sus pros y sus contras, se recrean ante la vista de todos.

Ya deje de echarle la culpa de sus incompetencias a este par de lideresas, pues debe tener muy presente que el liderazgo de ellas y el suyo son de origen diametralmente opuestos; pues mientras el de Ud. es resultado de una tragedia política, del oportunismo sexenal, de la abyección sin límites a Carlos Mouriño Terrazo, que lo convierten ante los ojos de todos: en un “líder artificial”, en una verdadera MARIO-NETA de intereses inconfesables a los campechanos. El de ellas es distinto son su antítesis Don Mario. y están marcados de diferente manera desde que ingresaron al partido; ellas “entraron a dar” abanderando al PAN en la contienda, trabajando con la base en la búsqueda de electores y ciudadanos, pero sumándose a los liderazgos internos, alcanzando luz propia y desde luego: poniendo dinero de su patrimonio. Su caso fue distinto Don Mario: Ud. sin ser panista “llegó a recibir” por la vía del “chambismo” a una Delegación Federal, –quizá la más importante- sin ningún merecimiento partidista y le digo con toda sinceridad Sr. ex candidato, que así podemos convertir en panistas a Ud. a su parentela y algunos cientos de miles de ciudadanos más.

Finalmente mi malogrado candidato, le veo ganas de escalar económica, social y políticamente; pero le recuerdo que no necesariamente por la vía presupuestal se obtienen este tipo de logros; hay empresas pagadoras de “diezmos”, que pueden emprenderse para generar empleos,  desarrollo y bienestar etc. que tanto ofreciera Ud. en su campaña; sea optimista que aun lo puede Ud. lograr,  claro pero será bajo su propio riesgo y no por cuenta del erario.

Para no pecar de omiso con Ud.. y deseándole la mejor de las suertes, le recuerdo que “aquí en el mundo real” hay otros caminos también decorosos  aunque la renta sea menor y cargada de impuestos como por ejemplo: vender autos.
   
 Atentamente
Con tenue luz propia
Carlos Valladares Valle
Hermano de la Jefa Yola                                                                                Otoño del 2009

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