martes, 7 de febrero de 2017


“Entre los hombres, como entre las naciones el respeto al derecho ajeno es la paz”.
Benito Juárez García.

UNIDAD, VALOR Y RESPETO A MÉXICO


La marcha por la unidad nacional convocada y realizada el pasado miércoles por todo el Recinto Histórico de la ciudad de Campeche, ha sido la de mayor asistencia en toda la historia de nuestra ciudad. Algunos recuerdan las marchas realizadas por el director del Instituto Campechano en la década de los 60s, donde la prepotencia de un milite de la XXXIII Zona Militar y que el entonces gobernador el coronel José Ortiz Avila, logró que fuera removido ipso facto de su cargo de comandante, por  amenazas vertidas contra el Lic. Ermilo Sandoval Campos; así como la que se hizo cuando la federación pretendió llevarse de Campeche a la Administración Fiscal Regional, dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (años después lo cumplió). Esta última fue obra del gobernador Carlos Sansores Pérez. También logró su cometido. Pero ninguna de estas dos últimas, individualmente,  superó las tres mil personas.

La del pasado 1 de febrero se calculó en unos 25 mil personas, ya que llenaron y rebosaron la plancha de la Plaza de la República cuyo cupo es para 20 mil personas. En esta ocasión los participantes rebosaron ese sitio y llenaron las calles 8 y avenida Circuito Baluartes. Una demostración de la convocatoria que los llevó a ese acto que se había dicho al principio que era para parar el “gasolinazo”, pero que luego se aclaró  “Por la unidad, el valor y el respeto a la soberanía nacional”.

Y además supera y con mucho las realizadas en otros estados del país, pese a que nuestra entidad es de las menos pobladas de México. La convocatoria de las diversas corrientes económicas, políticas y sociales cumplió ampliamente su cometido, dando un mentís a quienes nos han tachado de conformistas y poco participativos. En esta ocasión los campechanos alzaron la voz en defensa de la soberanía nacional y el respeto a la dignidad de los mexicanos que desde el pasado 30 de enero ha sido objeto de menosprecio por parte del presidente de los EE.UU. Donald Trump.

Las gráficas son elocuentes y se pudo observar desde drones como brillaban en el sol invernal de las 5 de la tarde la larga fila que comenzaba en la calle 12  de San Martín y llegaba hasta la 67, para doblar e internarse en la calle 8, hacia la Plaza de la República, donde se dio a conocer que los campechanos refrendan su amistad para con el pueblo de Estados Unidos de Norteamérica, pero simultáneamente pide respeto para los derechos humanos de nuestros connacionales en ese país. Además, que la relación comercial sea equitativa para México.

Sin embargo,  el Boston Globe uno de los grandes diarios regionales en Estados Unidos, publicó un excepcional editorial que detallo en sus partes medulares:

El viernes pasado sobre el conflicto entre los presidentes Enrique Peña Nieto y Donald Trump. Titulado “Mexico enseña a Trump una importante lección sobre los limites del poder presidencial, apunta: Los presidentes norteamericanos no siempre se salen con la suya. La mayoría lo saben. Donald Trump, aparentemente necesitaba que se lo enseñaran”.

La dramática decisión de Peña Nieto el jueves de cancelar la reunión programada con Trump, no era para el beneficio de los norteamericanos. En México, donde Trump es ampliamente detestado, Peña Nieto estaba muy presionado para que la cancelara. Trump continua demandando que México pague por un muro en la frontera, como si tuviera la capacidad para mandar sobre una nación democrática y soberana. Al decir que no, aun con el riesgo de antagonizar con el famoso presidente de la piel delgada, México mostró su soberanía. Aún si esa no hubiera sido su intención, Peña Nieto también le hizo un favor a todo el mundo, incluidos muchos norteamericanos, al horadar la noción que Trump puede salirse con la suya mediante la fuerza de sus bravuconadas”.

Lo que el Boston Globe no sabía era que esa decisión no se alcanzó por medio de un proceso en el cual se fueron analizando las opciones que se tenían para alcanzar el mejor objetivo posible, sino como producto de la acción de un perro rabioso, como se podía describir la de Trump, que mordió como quiso a sus interlocutores, los sacudió, los aplastó y luego, cuando finalmente se cansó de patearlos, los tiró a la basura. Un iracundo presidente enfrentando a un presidente educado en la escuela de los buenos modales mexiquenses, de suaves palabras y finas formas, que nunca se pelea en público y que no pierde la paciencia. Los mismos síntomas de su encuentro del 31 de agosto del año pasado, con la misma receta. En aquel entonces no funcionó; ahora menos. La cancelación del viaje se dio cuando Trump ya lo había desinvitado públicamente, colofón de su majadería. Peña Nieto y sus enviados a Washington esperaban otro resultado del primer encuentro institucional entre los dos gobiernos, pero una vez más se equivocaron en como lidiar con Trump.

Peña Nieto admitió que las relaciones bilaterales se encontraban en un punto “muy delicado”. Por ello la necesidad de las marchas y estar consciente que Campeche le respondió a México y a su presidente. La unidad nacional no era un cheque en blanco que estaban dando los mexicanos. De ello dependerá el contenido de futuras negociaciones. Hay impasse en la relación bilateral. Debido a que no hay claridad, es como enfrentar el futuro inmediato.

No es la unidad, que por eso se marchó, lo que plantea el momento, lo que demanda es justamente conciencia de todos los actores públicos y privados, incluidos los medios de comunicación, El reto es enorme, pero hay que afrontarlo. Peña Nieto ha obrado con mucha prudencia debido al difícil entorno que vive todo el mundo con un orate como Trump. No hay de otra, situarse con inteligencia así sigan los ataques verbales y que el “explicable” deseo de una buena relación que no se vuelva en contra de una buena negociación.

Trump, no se apega a normas convencionales diplomáticas y de decencia política. Ha abierto muchos frentes y no pocos desearían que fuera México quien sirviera a la causa de ellos, provocando un desgaste a Donald. Pero este sentir es tan sospechoso como las filtraciones de la llamada. Los duros del nuevo gabinete  de Trump querrán que México sea la cobaya para darle imagen a su presidente y genere una avalancha para los más radicales del partido republicano.

Por eso la marcha, por eso la protesta, por eso la inquietud del gobierno en todos los niveles, sociedad, organizada, ciudadanía, redes sociales y medios de comunicación convencidos de que este momento no es para jugar al gato y al ratón; debemos de tener una visión clara de mediano y largo plazo con la ayuda de verdaderos diplomáticos de carrera. Prudencia, visión de conjunto y la unidad, respeto que fue el lema de la marcha del pasado miércoles es la premisa de este incierto juicio que la historia nos somete como actores.

La dinámica de una sucesión el año próximo se convierte en inédita. Pero debe de prevalecer el patriotismo por sobre cualquier otra cosa, para encarar este desafío. Son tiempos de conductas diferentes. Mirar al pasado en nuestra relación con los Estados Unidos de Norteamérica.

Y señalando las palabras del gobernador de Campeche Alejandro Moreno Cárdenas, al término de la marcha: “Esta ha sido una manifestación pacífica, comprometida, para dejar claro nuestro sentimiento, nuestro rechazo total a la construcción de ese absurdo muro que, lo quiero dejar con mucha claridad. Nosotros no vamos a pagar ni un ladrillo de ese absurdo muro”. “Debemos tener claro que la relación más importante que tiene el gobierno de México es con Estados Unidos, hablando comercialmente que vamos a ir comprometidos a trabajar con nuestra gente y trabajar juntos”.

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