martes, 6 de diciembre de 2016


…LOS ESCRITURÓ EL DIABLO


Petróleos Mexicanos, es sin duda la encarnación de los cuatro jinetes del Apocalipsis para Campeche. Antes de la llegada de esta ex paraestatal a la entidad estábamos fregados. Hoy, estamos en el último lugar de los 32 Estados y con los recursos naturales totalmente colapsados. Pero lo más preocupante es que los campechanos están más divididos que nunca, y aunque la culpa también la tiene la gran idiosincrasia de los partidos políticos, la realidad se palpa mejor en el hombre de la calle, en la señora de la casa en su compra diaria en el mercado y en la multitud de colonias miserables que rodean las dos grandes ciudades  de San Francisco de Campeche y Ciudad del Carmen.

Es entonces cuando hay que hacer un análisis en retrospectiva de lo que nos ha pasado. ¿Qué Pemex contaminó la Sonda? ¿Que  desaparecieron millares de empleos que dejaba la industria pesquera y ahora la petrolera? ¿Qué los estudios de la ex paraestatal siguieron con burla para el gobierno del Estado y con el amparo de la Armada de México? ¿Qué en vez de camarón los pescadores de altura sacan peces muertos, descompuestos y miles de toneladas de chatarra de la industria petrolera? ¿Qué nos siguen dando atole con el dedo prometiendo estudios del subsuelo marino  para otorgar permisos para pescar en 15 mil hectáreas marinas? Todo eso es innegable.

Se ha reiterado que “sin unidad no hay progreso, sobre todo si persisten los saldos deficitarios de la unidad social”. Sin embargo, la coraza del gobierno federal es lo bastante dura para rechazar la necesidad de un pueblo trabajador y respetuoso que merece un trato justo. Es entonces cuando el hombre de la calle comenta y vislumbra la posibilidad de una nueva actitud. En esta tesitura, recordamos las palabras de ese viejo cacique que por los poros respiró y en sus últimos años debe haberse arrepentido de no haber luchado contra la marginación de Campeche, porque tiempo, oportunidad y cercanía con el poder presidencial los tuvo. Me refiero a Carlos “El negro” Sansores Pérez, quien en su última aparición pública antes de fallecer señaló:

Basta ya de levantar la mano para recibir mendrugos. La justicia no llegará como la lluvia, hay que salir a buscarla. En la Federación no conocen del sacrificio de los campechanos, de nuestra irritación ciudadana, del dolor que desgarra esta tierra al sentir el hambre y al ver la herencia perdida. Por ello, hay que luchar con firmeza, no solo por dignidad y orgullo”.

Es cuestión también de responsabilidad y destino, pues corremos el riesgo de poblar Campeche el día de mañana con niños de luto. Si el gobierno de Campeche se mantiene en la línea de exigir justicia, no estará solo. Por encima de siglas y colores lo acompañará un pueblo unido”.

Cuando un pueblo lucha con pasión por lo que cree y por lo que merece, solo fuerzas divinas podrían vencer a las humanas. En política nada se puede construir sobre el agravio y la discordia. Es lamentable que las luchas electorales se hayan convertido en verdaderos duelos, pues las heridas que dejan son difíciles de cicatrizar. Pero no debe regatearse a Campeche el espíritu de fraternidad y de unidad, y ésta puede darse pese a las diferencias ideológicas si se acepta la diversidad en el pensamiento y se respeta la pluralidad”.

No debe deshumanizarse la política ni gobernar al estilo del buen tecnócrata, con frialdad, mirando a los pobres desde el escritorio como cifras estadísticas. Gobernar requiere de buenos administradores, pero dirigidos por auténticos líderes. No debemos confundirnos. El país perdió la brújula. La soberanía se pierde cuando se cae en la dependencia alimentaria, cuando se entrega la llave de la alacena”.

Eso se está haciendo cuando a campesinos, pescadores y empresarios del mar solo se les facilita lo que alcanza para la sobrevivencia, sin planeación, ni organización, sin visión del futuro. Estos son tiempos en que los pescadores no se dedican a pescar, sino a protestar, porque no llegaron los centavos del programa de Empleo. Es una vergüenza para Campeche, una verdadera tragedia en el mar. En esta tierra no caben los bastardos. Son precisamente éstos, lo que están llevando a muchos enfrentamientos, eso es una causa toral de la falta de unidad”.

Reuniones van y reuniones vienen. Estudios y más estudios reconocen que falta compensar a Campeche que no genera gran facturación, pero si aportan riquezas al país. De nada sirven las migajas de dependencias federales en municipios, si además se da con una ensalada que lo mismo pinta de tres colores,  azul o amarillo condicionada”.

Y finalmente no hay que buscarle mucho con respecto a nuestra añeja demanda. Lo que es cien por ciento cierto: la extinta paraestatal Pemex acabó con la pesca, principal fuente de ingresos, en especial de El Carmen. De ahí hay que agarrarse y exigir ya no la participación sino la compensación de gravísimos daños a la Sonda de Campeche, que ya está siendo un cementerio.

Por otra parte hay que olvidarse de que Pemex explotó inmisericordemente en el mar frente a esta entidad el 82 por ciento de los hidrocarburos líquidos, de una producción de tres millones 839 mil barriles diarios –con un Cantarell repleto de hidrocarburo--, además del 36 por ciento de cuatro mil 568 pies cúbicos diarios de gas natural. De este volumen promedio de exportación de crudo, un millón 838 mil barriles diarios  se vendían en cantidades que durante un tiempo se llegó a cotizar a 110 dólares por barril. Esas enormes cantidades de dinero sirvieron para petrolizar la política y colgarse durante muchos años a depender del petróleo, mientras que Campeche nunca recibió un trato digno. El Estado de México, poblado por millones de mexicanos recibió gran cantidad de aportaciones que le permitieron crecer y atenuar los estallidos sociales.

Ciertamente, las palabras del “Negro” Sansores no tienen desperdicio: “Basta ya de levantar la mano para recibir mendrugos”. Desafortunadamente su hija Layda Elena Sansores San Román, le pasó de noche este último legado de su padre. Ella está metida en su propio laberinto. Campeche no existe en sus gestiones.


SIMULTÁNEAS


El siguiente fue un breve diálogo de un gobernador --que tiró piedras por toda la geografía estatal, pero que no construyó nada-- , tuvo con el champotonero señalado líneas arriba.

--En Campeche hemos habido buenos gobernadores (se golpea el pecho) y pésimos gobernantes. Pero también títeres”.

Se lo dijo en su cara y el hombre de Res non verba se limitó decir: --“Gracias licenciado”.

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