sábado, 24 de enero de 2015


YA HAY HUMO BLANCO

Hoy terminó la espera que ha sido el comentario diario desde hace meses. Cinco o seis candidatos con dos de ellos mujeres. El tiempo se había pasado en función del último destape que había sucedido el 16 de febrero de 2009. Y esto fue así por los jaloneos despiadados de quienes se sentían con derecho a representar al que hasta la fecha es el partido mayoritario en la entidad. Siete días, una semana después y luego de esas jornadas del CEN del PRI en busca de consenso hoy se llegó a un acuerdo: Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, será el que represente al viejo partido en el proceso electoral para la gubernatura que se decidirá precisamente ---paradójico---. El día de la Libertad de Expresión, el 7 de junio próximo.

Todo habrá acabado para el proceso de selección, pero que la derrota no derrote a quienes no llegaron. Hay más tiempo que vida y vendrán otras oportunidades. Todos le hacen falta a Campeche. En fin la espera ha terminado y mañana domingo Moreno Cárdenas se inscribirá como candidato de unidad ante la comisión de Procesos Internos del CDE del PRI en esta ciudad.

Estoy convencido que la mejor noticia es la que se pierde, porque no se puede documentar ni probar por la lógica interna de los hechos. El columnista debe saberlo. Su honor está por encima de todo. Una cosa me queda clara. Rafael Alejandro era el mejor posicionado y aunque sus compañeros de partido aclaren que eso se debe a que ha estado “en campaña” desde hace nueve años, todos ellos tuvieron esa oportunidad pero no lo hicieron.

Además, el PRI no es el Estado y todos ellos pueden dejar el partido para sumarse a las instituciones permanentes que expliquen su razón por encima de la política.

Y aunque un problema público no se resuelve en privado ya habrá tiempo para aclarar las cosas. Fríos de cabeza, aunque calientes de corazón.

Lo que si me queda claro es que en estos procesos es evidente la sumisión del periodismo a los intereses del poder. Todo adulador quiere algo por la vía oblicua, en nuestro oficio dinero e influencia, impunidad, prestigio.

En el hombre público se funde el hombre privado y el hombre privado se encuentra en el hombre público. Simbiosis, pues. El periodista observa la vida privada de los hombres públicos y se entromete en su trabajo, asiste como puede a las reuniones a puerta cerrada y se hace de documentos reservados: el periodista escucha lo que no debe escuchar y mira lo que no debe mirar en la búsqueda afanosa de los datos y signos que informen a la sociedad de lo que ocurre en las esferas del poder.

A cualquier político le hiere esa realidad, pero la asumen. Destapados, lanzados a la lucha abierta, como estuvieron los precandidatos en estos días, se exhiben a los ojos de todos, muestran la vida de su familia; de su esposa en el hogar y fuera del hogar, hablan del futuro de la familia y hasta detallan los sueños comunes.

Tienen conciencia del valor de la intimidad y saben que no habría periodista en su sano juicio que se atreviera a tocar ese santuario. Me parece que hay en estos días alevosía en el periodismo y en las redes sociales. Desde el banderazo de salida del año electoral se han dado hasta con la cubeta y las columnas políticas son explícitas en la forma de su línea editorial, como es el caso del periodista de Televisa Carlos Loret de Mola, quien tomó partido en los días finales de este proceso.

Este conductor de 1 Noticias de Televisa fue “contratado” expresamente para bajar a Moreno Cárdenas y darle paso al candidato oficial Raúl Aarón Pozos Lanz. Ese fue el leit motiv por el cual el acelerado periodista yucateco estuvo en Campeche de incógnito y alojado en la Hacienda Uayamón a fines del año pasado, donde presuntamente llegó a un arreglo ($$$) con su anfitrión y que al parecer no fueron suficientes los motivos exhibidos a nivel nacional en redes sociales y columnas políticas como la que publica en el Universal o el Diario de Yucatán en su página editorial.

No se necesita una investigación profunda para saber quién lo contrató. Lo que es innegable es que el citado “periodista” soltó todas sus baterías y ni así le funcionaron. El arraigo de Moreno tiene  estas alturas raíces profundas producto de esos nueve años de campaña disimulada.

Sin apartarnos del tema, el dirigente del PRI César Camacho Quiroz, de quien la columna Templo Mayor del Reforma dijo hoy justamente que en la designación del candidato de Campeche “se había metido en guayabera de 11 varas”, dejó claro que “el dedo” presidencial, pese a los discursos retóricos de “unidad” por el partido, dejan como punto final a las famosas llamadas que supuestamente realiza desde Los Pinos Aurelio Nuño y que el aspirante elegido desde su IPhone recibe la voz del hombre que más quieren en Ayotzinapa.

Esa llamada la han recibido en Nuevo León, Michoacán, San Luis Potosí y recientemente Baja California Sur. Hoy sábado, en la llamada “última sesión para buscar consenso” en el edificio de Insurgentes, se logró que el que ha estado nueve años en campaña recibiera desde ayer el famoso fonazo. Lo que lo convierte en el candidato que mañana domingo en punto de las diez de la mañana y ante la Comisión de Procesos Internos del CDE, recibirá su constancia de inscripción para la elección a la gubernatura de Campeche.

Atrás quedaron las denuncias de recaudación de fondos que es una de las normas del PRI. Recordemos aquella anécdota  de la cena que tuvieron en casa de Antonio Ortiz Mena el 23 de febrero de 1993 donde concurrieron los hombres de mayor riqueza del país. Genaro Borrego, presidente del PRI y Carlos Salinas de Gortari, presidente de la República, para reunir dinero para el partido y limpiar la imagen de órgano subsidiado por el erario federal.

Ortiz Mena pidió una cuota única a sus invitados de 75 millones de nuevos pesos. Emilio Azcárraga Milmo, llegó retrasado, ofreció disculpas al presidente, hizo mofa de los empresarios y cayó en el desafío: “he ganado tanto dinero en estos años que me comprometo a aportar una cantidad mayor”. Bernardo Garza Sada aprovechó el viaje y apenas ocultó el acto fallido: “ya que Emilio se comprometió a dar más, yo promedio con él para que nos quedemos con los veinticinco millones de dólares”.

Treinta potentados habían aportado en un santiamén 750 millones de dólares que a tiempos reales hoy serían millones más, millones menos, once mil 250 millones de pesos. Y todo para la siguientes campaña del PRI que por cierto ganó Ernesto Zedillo Ponce de León, que casi enterró al PRI y entregó el poder al PAN que lo mal manejó durante 12 años.

Pero todo cuesta en esta vida. En esos años los potentados pidieron franquicias, facilidades, su bienestar, sus negocios y un trato blando por parte de Hacienda. Esta es una de las motivaciones de la gran mayoría de los hombres del dinero: su rendición al poder con la mente en sus cuentas bancarias.

También quedaron atrás encuestas, análisis y revisiones de los perfiles de los distintos aspirantes para medir no solamente su competitividad y posibilidades reales de ganar una elección en Campeche, sino también sus debilidades, pasado, presente y futuro y aunque no hay futuro sin pasado por aquello de los expedientes negros que dejan sin defensa ante la oposición y que en este caso muy especial se llama Layda Elena Sansores San Román.

Por supuesto que además se hicieron consultas con los gobernadores del tricolor para conocer sus opiniones, pero, la decisión final no sería de ninguno de ellos. Sigue vigente la máxima de que “gobernador no pone gobernador”, porque si así hubiera sido entonces el actual ejecutivo estatal sería Carlos Felipe Ortega Rubio, porque a Ortega Bernés le costó un tremendo esfuerzo y el espaldarazo de Manlio Fabio Beltrones Rivera para llegar. Por cierto donde si se impuso Ortega Rubio fue en su designación como candidato a la alcaldía campechana que la entregó en bandeja de plata a Carlos Ernesto Rosado Ruelas. De ese tamaño era el error de hacerle caso a un gobernador para sucederlo en el cargo.

Son tantos los caminos de la memoria y es de tal manera sorprendente el cruce de las ideas, que volvió a  mi, casi sin darme cuenta, una historia vivida hace ya muchos años. Fue precisamente cuando encontré caras largas y tristes en mi casa una mañana al mediodía cuando se dio a conocer que Alberto Trueba Urbina, le había arrebatado en el último momento la candidatura al padrino de mi padre, Pedro Guerrero Martínez, luego de 18 años de aspirar a ese cargo. El lema de “cualquiera menos Perucho”, llegó hasta el presidente de la República. Finalmente llegó el coronel José Ortiz Ávila.

El “derecho de veto” que aparentemente tienen los gobernadores es pocas veces ejercido. Por lo general, los gobernadores apechugan las decisiones del centro, sobre todo si acaso aspiran  a continuar en la política. Saben por experiencia, que la nominación del candidato priista que habrá de sucederlos en el principal cargo político del Estado, es una decisión inapelable de un presidencialismo priista y que continúa vigente. Hoy, gústele o no al gobernador saliente, tiene que apoyar al candidato, o hacer como que lo apoya. Un veto a estas alturas equivale ni más ni menos que a un suicidio político y aunque Fernando Eutimio vive en un estado donde cada año hay cerca de 100 suicidas es una persona que habrá de comprender que la vida es de tiempos y circunstancias.

A partir de hoy los días si están contados, habrá nostalgia hacia delante, la nostalgia del futuro. El tiempo no es un panorama abierto de fronteras imprecisas, sino el espacio, angustiosamente breve, que se le ofrece al hombre para convertirse en obra. Mientras digamos mañana, un bosque de promesas se deshoja, pero concluida la faena se vuelve innecesaria la presencia.

SIMULTANEAS

Cuando los propietarios de la plaza Galerías Campeche llegaron a la Ciudad y se comprometieron a edificar dos plazas, una en Campeche y otra en Carmen, en la de Campeche por ejemplo el gobierno se comprometió a “embellecer”, en un plazo máximo de dos años, los alrededores del complejo que iban finalmente a levantar, por ello a fines del año pasado se concluyó con la construcción de las palapas y el nuevo muelle para uso de los pescadores, sin embargo mucho de lo prometido quedo pendiente hasta este año.

Precisamente hace unos días los comerciantes del parque “La Novia del Mar” fueron cercados en sus negocios ante la advertencia de las autoridades estatales, concretamente de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas a cargo del Arq. Jorge Luís González Curi, que serían desalojados a la brevedad por trabajos de remodelación pactados con anterioridad.

“Inauguraron una obra aquí (la avenida que va de la ría a la “Novia del Mar) y luego nos dice el Gobernador Fernando Ortega Bernés que no tenemos que estar aquí y que de ser posible seremos reubicados del área; cuando fue presidente municipal nos reubicó del parque de San Martín y nos trajo en ese entonces a un parque muerto”, vociferaba todavía el año pasado Rogelio Loeza Chi, presidente de la Unión de Vendedores ante lo que en ese entonces todavía era un proyecto.

Hoy, a escasos meses de esas declaraciones, se iniciaron nuevamente los preparativos para demoler parte del parque de la “Novia del Mar” que apenas se construyó en la administración municipal del panista Carlos Rosado Ruelas y que en ese entones representó una inversión de 14 millones 971 mil 386 pesos, con recursos provenientes de los tres órdenes de gobierno.

Nada de ello revestiría importancia si no es porque se pretende derrumbar también el puente aledaño a dicho parque ---concluido hace apenas año y medio---, para hacerlo levadizo, siempre según las ideas de González Curi, esto para albergar la llegada de yates, situación que estuvo contemplada en el proyecto inicial presentado por el alcalde panista y que finalmente no se realizó por alguna razón; sin embargo, también parece olvidar que el puente se rehabilitó exitosamente con una inversión de 33 millones 839 mil 393 pesos, en fin que pretende realizar más obras innecesarias dejando a la Ciudad peor que un laberinto, si aún lo cabe, ante la falta de espacios por donde transitar, ya que por lo visto el arquitecto está decidido a justificar inversiones de las cuales no dude usted que Adrián Arregoytia, responsable de esta última etapa del proyecto de la Novia del Mar, sea un viejo conocido del Secretario de Obras Públicas, muy a pesar de que el recurso proviene en su mayoría de los propietarios de la Plaza Galerías.

Ah, por cierto ¿ya sabe usted cuántas casas ha comprado el arqui en los últimos años? Peña Nieto, Videgaray, Mancera y hasta “El negro” Sansores se quedarían con la boca abierta.

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