SE FUE OTRO AÑO
Las hojas del calendario nos indican que 2013 languidece y se va en medio
de las especulaciones, de los parabienes, de los buenos deseos personales y de
la pasmosa memoria de los campechanos que olvidamos todo en un abrir y cerrar
de ojos.
Los campechanos somos los campeones del aguante. Tenemos una increíble
docilidad con la que soportamos las picardías, la cara dura y la verborrea de
los gobernantes.
De la palabrería se dan cuenta enseguida los visitantes, hasta los
“campehuaches” han perdido ese aguante que nos hace comunes. La cuestión moral
en política como en los demás ámbitos de la vida pública y privada, es grave y
urgente.
A juzgar por las trayectorias tortuosas y a veces hasta desquiciadas, en
que persisten nuestras autoridades estatal y municipales del Estado, se ve un
desastre moral de grandes dimensiones, pero más que un desastre es una
desastrosa ausencia de moral.
Estamos los campechanos ---valga el término---, bajo las botas de
autoridades amorales. Los inmorales son susceptibles de arrepentimiento, porque
saben que no obran bien. Los amorales sobre todo las autoridades, representan
el mayor peligro con la mano en la cintura precipitan al pueblo a los mayores
abismos de ineficiencia y derroches escandalosos porque carecen de la moral que
por medio de los principios les permita diferenciar lo bueno de lo malo. Son
irredimibles.
Y me voy a permitir transcribir un comentario que me llamó mucho la
atención por quién lo dijo, dónde lo dijo y cómo lo dijo. El gobernador de
Campeche, textualmente dijo el jueves 1 de abril de 2011 lo siguiente:
“Reprocho que algunos de mis funcionarios tienen mentes estrechas. Buscan hacer
la vida más difícil a los ciudadanos campechanos en sus trámites a fin de poder
hacer prevalecer sus corruptelas. Lo peor de esto es que muchas veces detrás de
esas complicaciones, lo que prevalece es una cultura de la corrupción”.
“Hay una marcada falta de voluntad para verdaderamente acometer misiones
y retos trascendentes. En algunas áreas de gobierno prevalecen visiones que
parecen ser del Siglo XIX y en otras parecieran del Siglo XXIV porque son
incumplibles para los que viven en este siglo”.
“En mi gobierno no quiero simuladores, gente que proyecte la imagen de
que se están dando resultados a la ciudadanía sin que los estén generando en la
realidad”.
Pero eso aconteció hace ya hace más de dos años y medio y sigue siendo
una triste realidad. Es la experiencia diaria que se resiente y confirma en los
deprimidos sectores de nuestra economía y el autoritarismo impune y burlón de
quienes marcan el paso en la política y la justicia.
Pero lo que más preocupa es el mando en el sector social, en la clase
civil existe la voluntad, la decisión y la unión que se necesita para escapar
de ese camino al precipicio y la ruina a que somos llevados a marchas forzadas.
Los empresarios, los rectores de los estamentos diversos de la sociedad
e incluso la mayoría de los dirigentes de los partidos políticos deben unirse
en torno a la intención de salvar a Campeche de la inmoralidad y la corrupción
que prevalece.
Esa presunta coalición tendría que combinarse con un partido político.
Combinarse, preciso, sin necesidad de afiliarse. Tendría que ser un partido
político de la oposición, porque no creo que en el oficial el PRI, pueda
prosperar, ni siquiera iniciarse ese esfuerzo guiado no solo por las ideas sino
también por el instinto de conservación. El PRI como lo vemos muchos, no tiene
cura.
Un partido donde se antepongan todos los antagonismos, donde los
adversarios de ayer y de hoy, donde los mentores y directores de las distintas
facciones hagan a un lado sus diferencias para unirse con un solo objetivo
generoso y patriótico: Campeche. Llevar a Campeche a un auténtico cambio.
Con un candidato que reúna detrás y a su alrededor a todas las figuras
del partido que se escoja. Las que son amigas y las que no lo son, superadas
sus animadversiones, antagonismos y ambiciones por ese propósito común que debe
ser rescatar a nuestro estado del infortunio colectivo ineludible en que se ha
caído por muchos años y, en el que se seguirá cayendo si en las elecciones de
2015, a las buenas o a las malas continúan en el gobierno estatal y los
gobiernos municipales, así como en algunas delegaciones federales los cómplices
del desastre moral, económico, político que nos han sido heredados secula seculorum.
Ahora bien entre los graves problemas del país, las crisis recurrentes
“la falta de dinero en Campeche” y lo que podemos hacer, pero no lo concretamos
por falta de unidad, el 2013 se nos acaba en unos días más. Las hojas del
calendario nos señalan que ya todo está consumado y lo que se desea sigue en
buenos propósitos.
Campeche, nuestra tierra sigue sin recibir justicia por parte del
gobierno federal. Seguimos igual que siempre, esperando que nos cumplan pero
olvidando que mientras las llaves de la alacena estén en poder de otros las posibilidades
son mínimas y, que la justicia jamás nos llegará como las lluvias; que un
pueblo solo puede ser invencible si está unido, si cobra conciencia de que de
esa forma podremos aspirar a mejores estadios de bienestar. Solo con esa unidad
llegaremos a nuestra meta. Si seguimos agarrados de las greñas y haciendo honor
al cuento de los cangrejos en el “tenate” nada bueno nos llegará.
Y no descubrimos el agua hervida ni el hijo negro al decir que nuestro
problema principal sigue siendo la economía. La falta de inversión, el
desempleo que aumenta pese a las estadísticas alegres, sobre todo entre los
jóvenes que cada día son más dueños de esta tierra, pero que lamentablemente no
tenemos con que emplear esa mano de obra calificada o no, pero con suficiente energía
para cambiar destinos.
Y en este grupo de desempleados existen también miles de campechanos que
han rebasado los 40 años pero su fuerza de trabajo y cierta experiencia los
hacen adecuados para el trabajo. Desafortunadamente, el gobierno ha rebasado
con mucho su gasto corriente y con ello aumentando a límites insostenibles la
falta de inversión sobre todo en obra pública estatal.
Y es en esta obra pública, en especial el turismo donde hay mucha
planeación pero se repiten los mismos errores de sexenios pasados que nunca
aterrizaron esos proyectos. Hemos escuchado y leído sobre proyectos oníricos.
Son castillos de naipes buscando pendejos que los habiten y autoridades que los
solapen.
La realidad es que 2013 ya se fue en materia presupuestal. La ilusión de
la llegada de Enrique
Peña Nieto fue un brusco despertar y apenas en el último
cuatrimestre se iniciaron algunas obras federales en las dos principales
ciudades de la entidad, pero que no durarán más allá del primer semestre del
2014.
Hay que pensar que el próximo año será de acciones preelectorales de
sumo cuidado, porque Campeche se juega mucho en la contienda por venir. Al
actual gobernador le queda propiamente un año de ejercicio real y seis meses
más de ejercicio constitucional. Lo que no se inició antes es seguro que ya no se hará, sobre todo por la
lastrante sucesión que cada vez está más adelantada.
El Consejo Coordinador Empresarial de Campeche habla poco cuando le va
bien y alza la voz cuando le va mal. Hay que recordar las sabias palabras del
prócer de la democracia Francisco Indalecio Madero: “el éxito no es
obra del azar, sino del esfuerzo”.
Desde el punto de vista de los partidos, el PRI es arcón de mafias, el
PAN numen de la incapacidad gubernativa y el PRD fuente de radicalismos exaltados.
Tales son los elementos que integran el “debe” de los próximos aspirantes. Todo
esto habremos de ver en el año que se inicia.
A nivel nacional 2013 será recordado como otro año más de la violencia
en la historia reciente de México. Muertes, secuestros, lucha (que no guerra)
entre narcos y fuerzas armadas constitucionales, miedo, terror e impotencia son
palabras que resonaron en este año que termina y, no parece haber una luz al
final del túnel. El tejido social está deshecho. ¿tiene sentido esta violencia?
¿cuánto aguantará el país? ¿feliz 2014 en estas mismas condiciones?
A los lectores de Jaque Mate en forma total como es mi blog y la
revista CIRCULO
ROJO mi gratitud permanente y los mejores deseos de que en estos
días que son de parabienes y se recuerda el nacimiento de El Salvador y los
albores de un año que se inicia, son mis mejores deseos que los pasen felices
en unión de sus seres queridos con el deseo de que terminen este año
satisfechos. Que los errores cometidos (humanunm,
errare est) sirvan de aprendizaje para que el 2014 sea pleno de paz, bienestar
y progreso para todas las familias campechanas.
Jaque Mate sale unos días de vacaciones,
quizás no merecidas, pero si necesarias. Nos volveremos a encontrar, Dios
mediante, el próximo domingo 12 de enero. ¡Felices fiestas!
Cola de alacrán.- Líneas arriba señalo la
abrumadora corrupción que prevalece en la entidad. Apenas ayer por la noche me
enteré de que en la Delegación del IMSS en esta ciudad, fue cesado
fulminantemente el jefe del área jurídica Fernando Enrique Avila Parrao
al encontrarlo con pruebas en la mano como responsable de delitos como el
fraude, delitos contra el erario, peculado y enriquecimiento ilícito, por citar
algunos ejemplos en el ámbito local y sujeto también a las responsabilidades
administrativas que determina la Ley Federal de Responsabilidades de los
Servidores Públicos y el Código Penal del Estado, ambos vigentes.
Quién ordenó el cese inmediato fue precisamente quien salió en malos
términos de la secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado, ya que durante
12 años ocupó el mismo encargo por ser incondicional de los caciques Jorge Luis
y José Antonio González Curi. Algo va a surgir de ese cese, porque el hoy
sin chamba va a hablar tan pronto resuelva su situación jurídica.
Pero no es el único acto de corrupción. También el pasado fin de semana
me enteré de que la Procuraduría General de Justicia del Estado, a falta del
apoyo del Gobierno estatal, motu proprio
elaboró cientos de oficios hasta con el sello de la procuraduría dirigidos a
restaurantes y sitios de venta de bebidas donde se les pide una “colaboración”
para su posada navideña”, misma que debió de tener lugar este domingo que acaba
de pasar.
Sabrá la Secretaría de Gobierno lo que a sus
espaldas está haciendo Arturo Ambrosio Herrera, ya que si uno de sus
subalternos firmó el citado oficio (buscarlo en el link de esta columna) es
porque tenía el visto bueno de su superior. Finalmente si ya tenían los
recursos oficiales ¿para quién o quiénes fueron lo “recaudado”? No hagan cosas
buenas que parezcan malas.
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