domingo, 13 de enero de 2013


“Los amigos se hacen amigos a partir de afinidades resistentes a los desengaños inevitables en toda relación cercana”.
Anónimo.


EL NECESARIO CAMBIO

No es una regla del periodismo, pero es común que en los albores de un año que se inicia haga mi comentario con buenos deseos, propósitos a cumplir, prosperidad y salud a los amables lectores de esta columna hebdomadaria. Pero mejor aún, que éstos se cumplan.

Quizás porque no fui lo suficientemente constante, perseverante o por haber surgido situaciones que obstaculizaron mis deseos. Lo relevante no es, nunca ha sido, llenarme de propósitos, sino tratar de que los pocos que de a conocer lleguen a concretarse.

Campeche nos necesita a todos, no solo a los políticos. Es nuestra casa común y hay que luchar para lograr un cambio verdadero y no nada más de los buenos deseos de cada fin y principio de año. Este es un buen momento para reflexionar qué comunidad, qué sociedad, qué entidad queremos los campechanos.

Pero siempre está una pregunta latente ¿qué nos depara este 2013? Hay inquietudes y dudas a pesar del regocijo de recibir al nuevo año. ¿Qué viviremos los campechanos en este año que apenas iniciamos?

Me entero que la falta de recursos para ir por nuestro desarrollo es la constante. La austeridad entonces debe ser lo prevaleciente. El gobierno estatal tiene un modestísimo presupuesto, pero va en función de lo que fiscalmente nos corresponde olvidando el petróleo que es una quimera. Los derroches y la malversación de los fondos públicos sigue siendo el tema a tratar en los municipios de Campeche y El Carmen. Desafortunadamente en ninguno se encuentra un proceso de investigación  la deuda de ambas comunas se encuentra cerca de los mil 500 millones de pesos.

La austeridad que pagaremos los ciudadanos, una vez más, por los abusos, incompetencia, irregularidades e ineficiencias de las cabezas de ambas comunas y sus principales seguidores, amén del desempleo, incremento de precios de productos básicos y gasolinas nos preocupa a todos, menos a ellos.

No quiero ser un aguafiestas de lo que los priistas esperan del actual presidente Enrique Peña Nieto, sobre todo cuando enfrente hay estudios y opiniones serias al respecto. El drenaje y el agua potable para la ciudad capital no creo que sea posible ni en el mediano plazo. Los recursos federales aprobados nos hablan de que para esos rubros no hay un solo centavo.

Campeche, y no solo los poderes estatal y municipales necesitan un cambio. Sabemos que el origen de muchos de nuestros males se encuentra en una excesiva concentración del poder que da lugar a decisiones equivocadas, al monopolio de las iniciativas, a los abusos y a los excesos.

Pero el poder no puede reformarse a capricho ---se encuentra sujeto a los límites de nuestra Constitución política---, por su origen republicano y democrático.

Repitiendo las mismas frases de Justo Sierra Méndez diría que Campeche, al igual que todo México sigue con hambre y sed de justicia, agraviado por el abuso de autoridades, la arrogancia en las oficinas públicas federales, estatales y municipales y, lo más preocupante, ver a ciudadanos angustiados por la falta de  empleo y de seguridad.

A veces de tanto hablar de la unidad, ésta perdió fuerza como hecho y ocasionalmente solo se ha convertido en discurso, ilusión y paradigma sin futuro.

Al actual gobernador le quedan dos años con ocho meses de su administración y tiene todavía un oportunidad excepcional para que a través de la política busque la unidad, no los sectarismos. Que este tiempo le sirva para sembrar afectos, no rencores; es el camino espléndido para fomentar amistades, no enemistades; es la meta para que por medio de la esperanza, el aliento y del ánimo hacia su pueblo se le haga frente al desánimo, al desaliento, al escepticismo y a la frustración de ver que Campeche sigue olvidado por parte de la Federación.

El gobierno es una oportunidad única para servir a todos, para servir al pueblo, no servirse de él, no para fomentar privilegios a unos cuantos. Campeche es una sociedad pequeña porque apenas rebasamos los 850 mil habitantes, todos nos conocemos, entre nosotros existen lazos de amistad, familiares, fraternidad, compañerismo.

No se vale que la política sirva para desunirnos y hacer a un lado esos valores que significan tanto y que representan precisamente nuestra idiosincrasia. La unidad en las acciones del gobierno trae beneficios para la gente. Luchar en bloque, gestionar en grupo sin colores, sin protagonismos personales para hacer que todo se facilite y se obtenga con mayor rapidez.

Ese es el cambio que nos hace falta en Campeche. El tiempo y la ciencia han dado la razón a Heráclito, la vida fluye y nosotros con ella, la cantidad de acontecimientos es tan amplia como la de los criterios utilizados para seleccionarlos. Sin embargo, hay en su historia dos elementos constantes que se afectan recíprocamente: el fluir del río y la unidad del entendimiento del espectador que se sumerge en éste.

El principio de un año representa una inmejorable oportunidad para hacer un balance de nuestra vida y dotar de sentido a lo que se fue por medio de lo que permanece. También lo es para desearle a mis apreciados lectores, un feliz año de 2013 y agradecerles enormemente el favor de su compañía en 2012.


RED DE CORRUPCIÓN, NUNCA AMBIENTAL

Hace un par de días se hizo público que varios ex funcionarios municipales de la administración saliente que encabezó Beatriz Sélem Trueba hoy forman parte de la plantilla laboral de la empresa Red Ambiental, empresa que hoy continúa envuelta en un tufo de corrupción, desvío de fondos, prebendas, mal servicio, etc. y tan sólo a una semana de que la presente administración reconociera que ya se había efectuado el primer pago ---pero que aún hacían falta dos pagos pendientes ---, seguían trabajando con la empresa, pues aseguraron “hay más acercamiento”, todo esto no deja dudas que la telaraña que tejió Bety “basura”, “Bache” Sélem o como guste usted llamarle, ha sido un hueso duro de roer para el equipo que encabeza Ana Martha Escalante Castillo.

Y lo es porque como efectivamente afirma y así está contemplado en el Título de Concesión que Jaque Mate hizo público a finales de septiembre del año pasado, para rescindir el contrato llevado a cabo con la empresa, el Municipio se obligó a indemnizar a la misma por un monto igual al cuarenta por ciento del pago por los servicios que se hubieren facturado en el periodo restante, digamos algo así como catorce años y cinco meses, calculados con base a las seis últimas facturas emitidas, lo que se traduce a cerca de doscientos noventa millones de pesos que ni tienen, ni mucho menos pueden reunir ante la situación tan precaria que se vive con la deuda heredada.

Lo que es un hecho es que gente como Carlos Omar Tapia López, Guillermo López Martínez, Charlotte Llanes Chiquini y Luis Reyes Chang hoy gozan de altos cargos dentro de Red Ambiental en Campeche, situación que demuestra a todas luces que efectivamente hubieron acuerdos y compromisos pues estos angelitos (as) formaron parte del grupo selecto de gente allegada a la ex alcaldesa.

Precisamente fue Tapia López, ex director de Administración, quien señalamos en ediciones anteriores liquidó onerosamente a sus compadres la madrugada del 28 de septiembre del año pasado, situación que coincide con los cheques emitidos que denunció públicamente Escalante Castillo al tomar el cargo de Presidente Municipal y declarar el monto total de la deuda que continúa aún siendo incierta, mismo sujeto que de paso se encargó de adjudicarle la concesión a sus hoy jefes en reuniones privadas; por su parte Charlotte Llanes Chiquini, ex subdirectora de Informática, es amiga cercana de la ex tesorera Lourdes del Carmen Aguilar Tello, aquella que buscó jubilarse con el sueldo más alto y con quien se dedicó a gastarse el dinero del erario en viajes y congresos nacionales sin que nadie le refutara tal situación, al final de cuentas quien la eligió fue el Cabildo y quién pagaba era ella precisamente.

Hay quien afirma que Llanes Chiquini pasaba más tiempo en la oficina de la Tesorera que en su propia oficina con el pretexto de que la misma dependía de Tesorería. Ahora bien Guillermo López Martínez se desempeñó como subdirector de Servicios Generales bajo el mando de Tapia López, éste sujeto fue quién se dio a la tarea de resolver la baja de bienes del parque vehicular asignados a la subdirección de Aseo Urbano. Digamos que fue premiado por su “loable y puntual” labor de desmantelar toda la operatividad del municipio con la mirada atenta de su amigo y jefe y, finalmente Luis Reyes Chang, ex subdirector Administrativo de la Secretaría del H. Ayuntamiento, persona que gozaba de toda la confianza de Sélem Trueba pues fue traído desde la Isla de Tris y vivía, al menos durante la administración municipal, en un cuarto del hotel propiedad de la familia de Sélem Trueba (ese que se encuentra embargado por trabajadores del hotel en cumplimiento de un laudo dictado por la JLCA), lo anterior con todos los gastos pagados durante el tiempo que duró su encargo y precisamente todos los indicados y unos cuantos más, fueron aquellos que recibieron liquidaciones y sueldos a sus más altos niveles en el año de Hidalgo que vivieron en la comuna, ya se imaginará usted el dispendio que llevó a la quiebra a esta administración y que ha dejado en la ruina completamente al Municipio de Campeche.

Pero volviendo al tema de la Concesión de los Servicios Públicos Municipales de limpia, recolección de desechos sólidos domiciliarios, comerciales, turísticos, de oficina, industrias, hospitales, clínicas, laboratorios, centros de investigación, lugares de espectáculos y similares. Casas habitación, mercados, establecimientos mercantiles, vía pública y áreas de uso común, traslado, tratamiento y disposición final de los residuos sólidos no peligrosos generados en la ciudad de san Francisco de Campeche, a favor de la persona moral denominada Red Recolector, Sociedad Anónima de Capital Variable.

Resulta extraño que a la fecha el Municipio no haya hecho uso de las sanciones que el citado documento previó para el caso de que la concesionaria no ejecutara total o parcialmente los servicios públicos municipales sujetos a concesión, puesto que textualmente señala que ésta “se obliga a pagar al municipio una pena convencional por un importe igual al monto de la contraprestación que se le hubiere pagado por realizar dichos servicios”, es decir, a todas luces resulta evidente que las toneladas de basura sobrepasaron la capacidad de respuesta de la empresa en cuestión sin que al menos haya existido una observación de las omisiones presentadas de octubre a la fecha.

Cabe aclarar, que al municipio le convendría no revocar sino “suspender” al menos un año el servicio de recolección conforme a los procedimientos establecidos en el citado documento, esta situación trae como consecuencia la obligación por parte de la presente administración municipal de pagar únicamente el quince por ciento de lo que obtendría la empresa durante ese año, excepto que las causas que originen dicha suspensión sean aprobadas y atribuidas a la concesionaria, situación que dejaría al municipio sin la obligación anterior y en cualquiera de los casos permitiría oxigenar las maltrechas finanzas municipales y cubrir esa suspensión con el importe recibido por las sanciones que municipalmente se han dejado de observar por los servicios públicos de mala calidad.

Reza una máxima de derecho que “la ignorancia del derecho no beneficia a nadie”, motivo por el cual mucho me extraña que habiendo reproducido y comentado en Jaque Mate, que el citado documento estaba viciado de origen, nadie le haya podido recomendar a la actual alcaldesa los vicios observados. Mi padre, abogado postulante por cerca de 50 años decía que “hecha la ley, hecha la maña”.

No obstante de resultar ocioso abundar de nueva cuenta sobre un tema del cual ya se ha comentado hasta el cansancio y del que vemos el mismo resultado desde el día 23 de septiembre pasado que lo dimos a conocer públicamente, insisto en señalar que no vale desgastarse en cuestiones de forma como lo es el citado contrato, el problema principal estriba en atacar el procedimiento que se dio en la adjudicación de la licitación pues claramente éste violó el artículo 165 de la Ley Orgánica vigente que señala: “El Ayuntamiento podrá en casos de interés general y para mayor eficacia en su prestación, otorgar una concesión a un particular para prestar algún servicio público municipal. En igualdad de circunstancias, se preferirá a los vecinos del Municipio”, situación que dejaba a Soluciones Productivas Ambientales (SOPRAM) de capital campechano, en una posición inmejorable para hacerse con el servicio y a pesar de que su propuesta estaba cuatrocientos mil pesos menor que la de Red Ambiental, se le otorgó a una empresa regiomontana bajo un procedimiento viciado que Jaque Mate ha venido señalando desde fines del año pasado.

Para entender, estimado lector el párrafo anterior, basta con dar lectura al artículo 174 de la misma Ley que dice: “Las concesiones otorgadas en contravención a lo previsto en este capítulo son nulas de pleno derecho”.

Consecuentemente, si se le está pagando y muy bien por cierto, a una empresa foránea, resulta ocioso que el Municipio para remediar las inconsistencias tenga que echar mano de la plantilla laboral y material que le dejaron a la mano Carlos Omar Tapia López y Guillermo López Martínez, puesto que el simple hecho de emplearlos se entiende genera horas extras y el auxilio de volquetes, que en lugar de ayudar a remediar en algo, sólo agravan más la situación financiera de la administración de Ana Martha, simplemente con voluntad y análisis a la concesión pueden encontrarle una solución que al menos permita solventar la obra pública requerida por esta bella ciudad y sobretodo los sueldos de toda la plantilla que hoy se encuentra laborando en la actual administración, a pesar de que la misma se ha visto reducida en aras, nos cuentan, de un ahorro considerable para hacer frente a los compromisos adquiridos.


PAGINAS DE LA HISTORIA

El ex gobernador Alberto Trueba Urbina (1955-1961) fue una oveja que se descarrió. Había sido maestro de la Universidad Autónoma de México, abogado de la CTM, diputado federal y senador; pero cuando llegó a gobernador de Campeche y al sentirse lejos del Distrito Federal se creció. Cometió el error de cerrarle la puerta a los periodistas, y al más influyente ---al de las Ocho Columnas--- lo recibió diciéndole públicamente: “usted es muy caro, yo soy muy tacaño y Campeche es muy pobre”.

Cuando a la mitad de su gobierno, el presidente del CEN del PRI lo quiso meter en cintura enviándole una lista de futuros diputados locales, Trueba Urbina le dijo: “usted será allá muy general de División; pero aquí yo soy Almirante”.

Entonces al retador como en las peleas de box, lo salvó la campana. En efecto hubo cambios en el gobierno federal. Al terminar su sexenio Trueba Urbina, no menos de 50 periódicos del país lo llamaron “ladrón y el peor gobernante de Campeche”.

Lo menos que le dijeron fue prófugo de la justicia. Y como nada importante sucedió, ATU, fue durante dos meses la mejor fuente de escándalo.

Cuando el deturpado regresó a la Ciudad de México y tuvo la audacia de reunir en un salón del Hotel del Prado a los reporteros, éstos le pidieron al Procurador de Justicia de la Nación que hablara y el funcionario contestó: “Cuando se presente la primera acusación formal la tramitaré”.

Y así quedaron las cosas. Los hombres del futuro, reflexivos y serenos, dijeron sencillamente: Trueba Urbina supo ascender; pero luego se mareó, se indisciplinó y se suicidó”.

A ATU no se le pudieron exigir responsabilidades legales como gobernador porque fueron incontables los funcionarios y particulares que lo elogiaron, y porque el Congreso del Estado de Campeche le aprobó sus actos y le extendió los más amplios finiquitos; pero si se pudiera entrar en ese terreno, lo primero que debió hacerse era exigirle que exhibiera públicamente las cuentas y comprobantes de las recepciones, banquetes, alojamientos, dádivas y licores (no obstante que él se volvió abstemio luego de un terrible accidente automovilístico cuando manejaba, y en el que perdieron la vida su esposa y su primogénito), que tuvo que pagar  durante su gobierno el pobre Estado de Campeche.

Debió exigírsele también entre sus responsabilidades el perdón que indebidamente otorgó a su secretario particular (convertido después en enemigo suyo) que sustrajo importante suma de dinero del Ayuntamiento de Campeche, para disfrutar en su luna de miel.

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