“Los amigos se hacen amigos a partir de afinidades
resistentes a los desengaños inevitables en toda relación cercana”.
Anónimo.
EL NECESARIO CAMBIO
No es una regla del periodismo, pero es común que en los albores de un
año que se inicia haga mi comentario con buenos deseos, propósitos a cumplir,
prosperidad y salud a los amables lectores de esta columna hebdomadaria. Pero
mejor aún, que éstos se cumplan.
Quizás porque no fui lo suficientemente constante, perseverante o por
haber surgido situaciones que obstaculizaron mis deseos. Lo relevante no es,
nunca ha sido, llenarme de propósitos, sino tratar de que los pocos que de a
conocer lleguen a concretarse.
Campeche nos necesita a todos, no solo a los políticos. Es nuestra casa
común y hay que luchar para lograr un cambio verdadero y no nada más de los
buenos deseos de cada fin y principio de año. Este es un buen momento para
reflexionar qué comunidad, qué sociedad, qué entidad queremos los campechanos.
Pero siempre está una pregunta latente ¿qué nos depara este 2013? Hay
inquietudes y dudas a pesar del regocijo de recibir al nuevo año. ¿Qué
viviremos los campechanos en este año que apenas iniciamos?
Me entero que la falta de recursos para ir por nuestro desarrollo es la
constante. La austeridad entonces debe ser lo prevaleciente. El gobierno
estatal tiene un modestísimo presupuesto, pero va en función de lo que
fiscalmente nos corresponde olvidando el petróleo que es una quimera. Los
derroches y la malversación de los fondos públicos sigue siendo el tema a
tratar en los municipios de Campeche y El Carmen. Desafortunadamente en ninguno
se encuentra un proceso de investigación
la deuda de ambas comunas se encuentra cerca de los mil 500 millones de
pesos.
La austeridad que pagaremos los ciudadanos, una vez más, por los abusos,
incompetencia, irregularidades e ineficiencias de las cabezas de ambas comunas
y sus principales seguidores, amén del desempleo, incremento de precios de
productos básicos y gasolinas nos preocupa a todos, menos a ellos.
No quiero ser un aguafiestas de lo que los priistas esperan del actual
presidente Enrique
Peña Nieto, sobre todo cuando enfrente hay estudios y opiniones
serias al respecto. El drenaje y el agua potable para la ciudad capital no creo
que sea posible ni en el mediano plazo. Los recursos federales aprobados nos
hablan de que para esos rubros no hay un solo centavo.
Campeche, y no solo los poderes estatal y municipales necesitan un
cambio. Sabemos que el origen de muchos de nuestros males se encuentra en una
excesiva concentración del poder que da lugar a decisiones equivocadas, al
monopolio de las iniciativas, a los abusos y a los excesos.
Pero el poder no puede reformarse a capricho ---se encuentra sujeto a
los límites de nuestra Constitución política---, por su origen republicano y
democrático.
Repitiendo las mismas frases de Justo Sierra Méndez diría que Campeche, al
igual que todo México sigue con hambre y sed de justicia, agraviado por el
abuso de autoridades, la arrogancia en las oficinas públicas federales,
estatales y municipales y, lo más preocupante, ver a ciudadanos angustiados por
la falta de empleo y de seguridad.
A veces de tanto hablar de la unidad, ésta perdió fuerza como hecho y
ocasionalmente solo se ha convertido en discurso, ilusión y paradigma sin
futuro.
Al actual gobernador le quedan dos años con ocho meses de su
administración y tiene todavía un oportunidad excepcional para que a través de
la política busque la unidad, no los sectarismos. Que este tiempo le sirva para
sembrar afectos, no rencores; es el camino espléndido para fomentar amistades,
no enemistades; es la meta para que por medio de la esperanza, el aliento y del
ánimo hacia su pueblo se le haga frente al desánimo, al desaliento, al
escepticismo y a la frustración de ver que Campeche sigue olvidado por parte de
la Federación.
El gobierno es una oportunidad única para servir a todos, para servir al
pueblo, no servirse de él, no para fomentar privilegios a unos cuantos.
Campeche es una sociedad pequeña porque apenas rebasamos los 850 mil
habitantes, todos nos conocemos, entre nosotros existen lazos de amistad,
familiares, fraternidad, compañerismo.
No se vale que la política sirva para desunirnos y hacer a un lado esos
valores que significan tanto y que representan precisamente nuestra
idiosincrasia. La unidad en las acciones del gobierno trae beneficios para la
gente. Luchar en bloque, gestionar en grupo sin colores, sin protagonismos
personales para hacer que todo se facilite y se obtenga con mayor rapidez.
Ese es el cambio que nos hace falta en Campeche. El tiempo y la ciencia
han dado la razón a Heráclito, la vida fluye y nosotros con ella, la cantidad
de acontecimientos es tan amplia como la de los criterios utilizados para
seleccionarlos. Sin embargo, hay en su historia dos elementos constantes que se
afectan recíprocamente: el fluir del río y la unidad del entendimiento del
espectador que se sumerge en éste.
El principio de un año representa una inmejorable oportunidad para hacer
un balance de nuestra vida y dotar de sentido a lo que se fue por medio de lo
que permanece. También lo es para desearle a mis apreciados lectores, un feliz
año de 2013 y agradecerles enormemente el favor de su compañía en 2012.
RED DE CORRUPCIÓN,
NUNCA AMBIENTAL
Hace un par de días se hizo público que varios ex funcionarios
municipales de la administración saliente que encabezó Beatriz Sélem Trueba hoy forman
parte de la plantilla laboral de la empresa Red Ambiental, empresa que hoy
continúa envuelta en un tufo de corrupción, desvío de fondos, prebendas, mal
servicio, etc. y tan sólo a una semana de que la presente administración
reconociera que ya se había efectuado el primer pago ---pero que aún hacían
falta dos pagos pendientes ---, seguían trabajando con la empresa, pues aseguraron
“hay más acercamiento”, todo esto no deja dudas que la telaraña que tejió Bety
“basura”, “Bache” Sélem o como guste usted llamarle, ha sido un
hueso duro de roer para el equipo que encabeza Ana Martha Escalante Castillo.
Y lo es porque como efectivamente afirma y así está contemplado en el
Título de Concesión que Jaque Mate hizo público a finales de
septiembre del año pasado, para rescindir el contrato llevado a cabo con la
empresa, el Municipio se obligó a indemnizar a la misma por un monto igual al
cuarenta por ciento del pago por los servicios que se hubieren facturado en el
periodo restante, digamos algo así como catorce años y cinco meses, calculados
con base a las seis últimas facturas emitidas, lo que se traduce a cerca de
doscientos noventa millones de pesos que ni tienen, ni mucho menos pueden
reunir ante la situación tan precaria que se vive con la deuda heredada.
Lo que es un hecho es que gente como Carlos Omar Tapia López, Guillermo López
Martínez, Charlotte Llanes Chiquini y Luis Reyes
Chang hoy gozan de altos cargos dentro de Red Ambiental en Campeche,
situación que demuestra a todas luces que efectivamente hubieron acuerdos y
compromisos pues estos angelitos (as) formaron parte del grupo selecto de gente
allegada a la ex alcaldesa.
Precisamente fue Tapia López, ex director de Administración,
quien señalamos en ediciones anteriores liquidó onerosamente a sus compadres la
madrugada del 28 de septiembre del año pasado, situación que coincide con los
cheques emitidos que denunció públicamente Escalante Castillo al tomar el cargo de
Presidente Municipal y declarar el monto total de la deuda que continúa aún siendo
incierta, mismo sujeto que de paso se encargó de adjudicarle la concesión a sus
hoy jefes en reuniones privadas; por su parte Charlotte Llanes Chiquini, ex
subdirectora de Informática, es amiga cercana de la ex tesorera Lourdes del
Carmen Aguilar Tello, aquella que buscó jubilarse con el sueldo más
alto y con quien se dedicó a gastarse el dinero del erario en viajes y
congresos nacionales sin que nadie le refutara tal situación, al final de
cuentas quien la eligió fue el Cabildo y quién pagaba era ella precisamente.
Hay quien afirma que Llanes Chiquini pasaba más tiempo en la
oficina de la Tesorera que en su propia oficina con el pretexto de que la misma
dependía de Tesorería. Ahora bien Guillermo López Martínez se desempeñó como
subdirector de Servicios Generales bajo el mando de Tapia López, éste sujeto fue
quién se dio a la tarea de resolver la baja de bienes del parque vehicular asignados
a la subdirección de Aseo Urbano. Digamos que fue premiado por su “loable y
puntual” labor de desmantelar toda la operatividad del municipio con la mirada
atenta de su amigo y jefe y, finalmente Luis Reyes Chang, ex subdirector
Administrativo de la Secretaría del H. Ayuntamiento, persona que gozaba de toda
la confianza de Sélem
Trueba pues fue traído desde la Isla de Tris y vivía, al menos
durante la administración municipal, en un cuarto del hotel propiedad de la
familia de Sélem
Trueba (ese que se encuentra embargado por trabajadores del hotel en
cumplimiento de un laudo dictado por la JLCA), lo anterior con todos los gastos
pagados durante el tiempo que duró su encargo y precisamente todos los indicados
y unos cuantos más, fueron aquellos que recibieron liquidaciones y sueldos a
sus más altos niveles en el año de Hidalgo que vivieron en la comuna, ya se
imaginará usted el dispendio que llevó a la quiebra a esta administración y que
ha dejado en la ruina completamente al Municipio de Campeche.
Pero volviendo al tema de la Concesión de los Servicios Públicos
Municipales de limpia, recolección de desechos sólidos domiciliarios,
comerciales, turísticos, de oficina, industrias, hospitales, clínicas,
laboratorios, centros de investigación, lugares de espectáculos y similares.
Casas habitación, mercados, establecimientos mercantiles, vía pública y áreas
de uso común, traslado, tratamiento y disposición final de los residuos sólidos
no peligrosos generados en la ciudad de san Francisco de Campeche, a favor de
la persona moral denominada Red Recolector, Sociedad Anónima de Capital
Variable.
Resulta extraño que a la fecha el Municipio no haya hecho uso de las
sanciones que el citado documento previó para el caso de que la concesionaria
no ejecutara total o parcialmente los servicios públicos municipales sujetos a
concesión, puesto que textualmente señala que ésta “se obliga a pagar al municipio
una pena convencional por un importe igual al monto de la contraprestación que
se le hubiere pagado por realizar dichos servicios”, es decir, a todas luces
resulta evidente que las toneladas de basura sobrepasaron la capacidad de
respuesta de la empresa en cuestión sin que al menos haya existido una
observación de las omisiones presentadas de octubre a la fecha.
Cabe aclarar, que al municipio le convendría no revocar sino “suspender”
al menos un año el servicio de recolección conforme a los procedimientos
establecidos en el citado documento, esta situación trae como consecuencia la
obligación por parte de la presente administración municipal de pagar
únicamente el quince por ciento de lo que obtendría la empresa durante ese año,
excepto que las causas que originen dicha suspensión sean aprobadas y
atribuidas a la concesionaria, situación que dejaría al municipio sin la
obligación anterior y en cualquiera de los casos permitiría oxigenar las
maltrechas finanzas municipales y cubrir esa suspensión con el importe recibido
por las sanciones que municipalmente se han dejado de observar por los
servicios públicos de mala calidad.
Reza una máxima de derecho que “la ignorancia del derecho no beneficia a
nadie”, motivo por el cual mucho me extraña que habiendo reproducido y
comentado en Jaque
Mate, que el citado documento estaba viciado de origen, nadie le
haya podido recomendar a la actual alcaldesa los vicios observados. Mi padre,
abogado postulante por cerca de 50 años decía que “hecha la ley, hecha la maña”.
No obstante de resultar ocioso abundar de nueva cuenta sobre un tema del
cual ya se ha comentado hasta el cansancio y del que vemos el mismo resultado
desde el día 23 de septiembre pasado que lo dimos a conocer públicamente,
insisto en señalar que no vale desgastarse en cuestiones de forma como lo es el
citado contrato, el problema principal estriba en atacar el procedimiento que
se dio en la adjudicación de la licitación pues claramente éste violó el
artículo 165 de la Ley Orgánica vigente que señala: “El Ayuntamiento podrá en casos de interés
general y para mayor eficacia en su prestación, otorgar una concesión a
un particular para prestar algún servicio público municipal. En igualdad de
circunstancias, se preferirá a los vecinos del Municipio”, situación
que dejaba a Soluciones Productivas Ambientales (SOPRAM) de capital campechano,
en una posición inmejorable para hacerse con el servicio y a pesar de que su
propuesta estaba cuatrocientos mil pesos menor que la de Red Ambiental, se le
otorgó a una empresa regiomontana bajo un procedimiento viciado que Jaque Mate
ha venido señalando desde fines del año pasado.
Para entender, estimado lector el párrafo anterior, basta con dar
lectura al artículo 174 de la misma Ley que dice: “Las concesiones otorgadas en
contravención a lo previsto en este capítulo son nulas de pleno derecho”.
Consecuentemente, si se le está pagando y muy bien por cierto, a una
empresa foránea, resulta ocioso que el Municipio para remediar las
inconsistencias tenga que echar mano de la plantilla laboral y material que le
dejaron a la mano Carlos Omar Tapia López y Guillermo López Martínez, puesto
que el simple hecho de emplearlos se entiende genera horas extras y el auxilio
de volquetes, que en lugar de ayudar a remediar en algo, sólo agravan más la
situación financiera de la administración de Ana Martha, simplemente con voluntad
y análisis a la concesión pueden encontrarle una solución que al menos permita
solventar la obra pública requerida por esta bella ciudad y sobretodo los
sueldos de toda la plantilla que hoy se encuentra laborando en la actual
administración, a pesar de que la misma se ha visto reducida en aras, nos
cuentan, de un ahorro considerable para hacer frente a los compromisos
adquiridos.
PAGINAS DE LA HISTORIA
El ex gobernador Alberto Trueba Urbina (1955-1961) fue una
oveja que se descarrió. Había sido maestro de la Universidad Autónoma de
México, abogado de la CTM, diputado federal y senador; pero cuando llegó a gobernador
de Campeche y al sentirse lejos del Distrito Federal se creció. Cometió el
error de cerrarle la puerta a los periodistas, y al más influyente ---al de las
Ocho Columnas--- lo recibió diciéndole públicamente: “usted es muy caro, yo soy
muy tacaño y Campeche es muy pobre”.
Cuando a la mitad de su gobierno, el presidente del CEN del PRI lo quiso
meter en cintura enviándole una lista de futuros diputados locales, Trueba Urbina
le dijo: “usted será allá muy general de División; pero aquí yo soy Almirante”.
Entonces al retador como en las peleas de box, lo salvó la campana. En
efecto hubo cambios en el gobierno federal. Al terminar su sexenio Trueba Urbina,
no menos de 50 periódicos del país lo llamaron “ladrón y el peor gobernante de
Campeche”.
Lo menos que le dijeron fue prófugo de la justicia. Y como nada
importante sucedió, ATU, fue durante dos meses la mejor fuente de
escándalo.
Cuando el deturpado regresó a la Ciudad de México y tuvo la audacia de
reunir en un salón del Hotel del Prado a los reporteros, éstos le pidieron al Procurador
de Justicia de la Nación que hablara y el funcionario contestó: “Cuando se
presente la primera acusación formal la tramitaré”.
Y así quedaron las cosas. Los hombres del futuro, reflexivos y serenos,
dijeron sencillamente: Trueba Urbina supo ascender; pero luego se
mareó, se indisciplinó y se suicidó”.
A ATU
no se le pudieron exigir responsabilidades legales como gobernador porque
fueron incontables los funcionarios y particulares que lo elogiaron, y porque
el Congreso del Estado de Campeche le aprobó sus actos y le extendió los más
amplios finiquitos; pero si se pudiera entrar en ese terreno, lo primero que
debió hacerse era exigirle que exhibiera públicamente las cuentas y
comprobantes de las recepciones, banquetes, alojamientos, dádivas y licores (no
obstante que él se volvió abstemio luego de un terrible accidente
automovilístico cuando manejaba, y en el que perdieron la vida su esposa y su
primogénito), que tuvo que pagar durante
su gobierno el pobre Estado de Campeche.
Debió exigírsele también entre sus
responsabilidades el perdón que indebidamente otorgó a su secretario particular
(convertido después en enemigo suyo) que sustrajo importante suma de dinero del
Ayuntamiento de Campeche, para disfrutar en su luna de miel.
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