domingo, 23 de diciembre de 2012
…Y SEGUIMOS IGUAL
El germen de la catástrofe es, en México, una corona de espinas.
Punzante como cada episodio de su historia, dolorosa y desgarradora sobre piel
hollada por los tantos, frecuentes desencuentros generacionales, que perfilan
el carácter colectivo entre los amores entrañables y los rencores exaltados
cuando llega la hora de las decepciones. Y no es que el campechano se resigne
sino más bien acumula, día con día, un sinfín de tormentas interiores. Porque
es imperativo vivir, o sobrevivir, si se quiere más preciso.
¿No que se iba a acabar el mundo? La tierra sigue girando. Una
alineación de los planetas presentó un espectáculo en la psique celestial. Las
deudas de la vida comienzan a cobrarse cuando los finales del diario acontecer
se acercan.
Todos los días se acaba el mundo en forma individual cuando cerramos los
ojos y nos acostamos por las noches y al despertar, un nuevo amanecer nos
obliga a dejar el féretro (cama, catre, hamaca, petate o el vil suelo) y
enfrentamos la batalla del diario vivir, dejando atrás los sueños hermosos y
también las pesadillas, para enfrentarnos al espejo de la realidad.
Videntes, esotéricos y mercadólogos “interpretaron” como la canción de
Paul Anka “A mi manera”, el final de una era, el Baktún Maya.
Pero nada, todo sigue ---desgraciadamente por las injusticias--- igual.
Cambio de un partido azul a uno tricolor en Los Pinos; desasosiegos en la
esfera social; amistades que se acaban; nuevas amistades; corrupción impetuosa
y sin freno; el bien común al baúl de los recuerdos y miles de etcéteras.
El miedo vence y convence. El comercio no desaprovecha nada. El
utilitarismo en la cresta de la ola. Ya hasta se venden camisetas con la leyenda: “Sobreviví al 21 de
diciembre de 2012”.
Hoteles llenos en todo el Mundo Maya con paquetes todo incluido. Áreas
de cultura y turismo a las que se les fue la oportunidad de vender y enseñar lo
que en Campeche tenemos y que ha motivado hacia sus titulares las mentadas de
madres respectivas en especial de hoteleros y restauranteros. No hay que
preocuparse mucho, una nueva ocasión vendrá dentro de cinco mil 125 años.
Mientras a Yucatán adonde millares de personas se fueron, entre otras
cosas por aquello de que “si es verdad lo del fin del mundo, me voy a
Yucatán, porque ahí cada cabeza es un
mundo”.
Lo mejor han sido las despedidas amorosas entre jóvenes: “Demuéstrame tu
amor siendo mía antes de que se acabe el mundo” ¡huácala! El reencuentro no se
dará porque el galán luego de las fiestas de fin de año se ira del Estado a
estudiar y no volverá ni en vacaciones, esperando que el milagrito no vaya
convertirse en realidad dentro de nueve meses.
Siempre acaba todo, como también siempre hay un comienzo.
Lo que es muy cierto es que en esta ocasión no solo los mexicanos sino
todo el mundo estuvieron pendientes de lo que podía acontecer. Fenómenos
psicosociales que es parte del pensamiento occidental, aunque también en China
hubo cierto temor.
La cuenta larga de nuestros mayas de ninguna manera fue una profecía.
Los mayas no eran profetas esos los señala La Biblia con Isaías, Jeremías,
Ezequiel y Daniel. Nuestros ancestros y dueños de estas tierras basaron su
existencia en la observación astronómica y de la naturaleza, siguiendo el rumbo
de los planetas y las estrellas, anotando e interpretando los signos y
consignándolos en sus templos y edificaciones.
La esencia del conocimiento maya estaba en el tiempo. Nada desaparece ni
tampoco permanece eternamente para ellos. Los katunes eran predicciones sobre
cuando y en que circunstancias un suceso determinado podría repetirse. El sincretismo como lo llama la Premio Nobel
Rigoberta Menchú Tum, fue la conquista, la colonia, tiempo que interrumpió su
forma de pensar.
Ya no hubo y no hay astrónomos-sacerdotes que registren el movimiento de
los astros ni tampoco quienes anoten las sequías, las plagas y, en general, el
comportamiento de la naturaleza, tan importante para una sociedad que dependía
de la milpa y para su subsistencia.
Para quienes llegaron de España, para los conquistadores, hace más de
500 años, el pensamiento es lineal, lo que significa que los acontecimientos
quedan en el pasado, una vez que
suceden; no hay ciclos, sino etapas, que una vez concluidas dejarán de formar
parte del futuro.
Nuestros mayas de hoy en día cada vez en menor número dependen de la
agricultura. Las prácticas tradicionales de tumba-roza-quema se han modificado
por “temporal” o mecanizado, por las nuevas condiciones ambientales y
económicas que soporta la población campesina, cada vez más marginada por los
gobiernos federales. Hoy día a día, son menos los mayas que cultivan la tierra
bajo los métodos tradicionales.
Los descendientes directos de esa gran cultura maya emigran a las
grandes ciudades y se alejan cada vez más de sus raíces. La pobreza es su
condición sine qua non. Se han alejado
del pensamiento cíclico para entender al mundo.
Marginación y rezago son el estilo de vida de “los dueños de estas
tierras”. Es una forma de genocidio cultural por omisión, ya que no se hace
nada para entenderlos y preservar sus costumbres y su gran legado milenario.
Cuando visitan las ciudades y lucen su ropa tradicional son objeto de
discriminación y de abuso. Lo que los mayas buscan es justicia social.
Pero recapitulando, los mayas no son los que armaron este relajito del
fin del mundo. Ellos no establecieron ni nadie lo podrá establecer (La NASA
dice que nuestro final estará dentro de cuatro mil millones de años cuando
nuestra galaxia choque contra otra en un big bang) el fin de este planeta
tierra.
Solo hicieron una predicción larga, un ciclo largo para luego de él,
pasar a una nueva cuenta del paso del tiempo. Los eventos conmemorativos
terminan dentro de ocho días, pero la miseria, la pobreza, la discriminación de
que han sido objeto los descendientes de esa gran cultura maya no terminarán.
Es aquí donde se hace necesario y urgente por parte de los gobiernos
federal, estatales y municipales de todo el Mundo Maya mexicano, revisar las
políticas públicas para darle cabida a nuestros campesinos mayas. Mejores
condiciones de igualdad; créditos para abrir y mejorar sus cultivos; escuelas
donde se les enseñe en lengua maya; hospitales con médicos de raza maya, sin
olvidar su medicina ancestral basada en las plantas; no regalarles zapatitos
sino sandalias mayas; no mochilitas sino los conocidos para ellos sabucanes de
henequén. Así se podrá hacer un intento de preservar sus ancestrales
costumbres. Ellos no buscan incorporarse a la modernidad su principio y su fin
está en su idiosincrasia.
Nuevos objetivos, programas, metas y presupuesto suficiente sin corrupción
es la mejor forma de hacer a esa raza maya partícipes de este México. No basta
celebrar de dientes para afuera la grandeza de esa cultura, pero limitarnos al
pasado y cerrarles la puerta del presente y dejarlos con sus rezagos e
injusticias.
El periodista, escritor, ensayista y uno de los grandes y últimos
bohemios de México, Renato Leduc definió con maestría inmejorable lo que hoy
vivimos con el inicio de una nueva cuenta larga de los mayas, “Sabia virtud de
conocer el tiempo”.
Decía Leduc “quienes ya no pueden pecar, solo aconsejan no pecar”;
“Saber amar a tiempo y desatarse a tiempo”; “Amor de otros tiempos cuánto añoro,
la dicha inicua de perder el tiempo…”
Ese conocimiento del tiempo que nos acompaña para darnos cuenta cuán
importante es. Que en la niñez está nada más ahí para aprender y jugar. Que en
la juventud pasa tan rápido que poco se nos hace para apoderarnos de toda esa
vorágine que es el tiempo. Que en la madurez lo vives ya con un poco más de
conocimiento y en la vejez lo reconoces como tu gran aliado porque transcurre
lento y tu y él han convivido un largo camino. Pero todos damos tiempo y
recibimos tiempo como una virtud escondida que nos permita vivir.
“Tiempo de nacer/ y tiempo de vivir;/Tiempo de llorar/ y tiempo de
reír”.
Jaque Mate llega con esta edición a su última
aparición de 2012 y es el momento oportuno de desearles a todos los lectores
---amigos y enemigos--- que tengan una muy Feliz Navidad y que el año que se
inicia sea mejor para todos en la salud. Nos veremos de nuevo Dios mediante el
domingo 13 de enero de 2013. Felices fiestas.
Aprovecho para recordarle a mis enemigos que yo donde quiera lavo,
plancho y me sobra jabón. Ya habrá tiempo, en el año que se avecina, para
comentar curiosas historias.
domingo, 16 de diciembre de 2012
POR UNA JUSTICIA FISCAL
Las
amistades que la política genera no se deben medir por sexenios y deben ser
siempre ajenas al color de las camisetas. En política los adversarios son pasajeros y los verdaderos amigos son
para siempre.
El
oro negro nos convirtió a los campechanos en reyes y mendigos. Debe haber un
alto total por parte de nuestros gobernantes en seguir levantando la mano para
recibir mendrugos. La Federación nos
mira con desprecio y eso debe acabar en forma definitiva.
El
actual gobernador del Estado durante su campaña política repetía sin cesar que
era necesario hacer crecer la economía campechana, de manera sostenida y
sustentable, era su objetivo inicial, pero hay de crecimientos a crecimientos y
los porcientos indican que los vaivenes de la economía tuvieron la última
palabra. Seguimos igual o peor.
José López Portillo, creó mediante un decreto el 22 de diciembre
de 1978 y vigente a partir del 1 de enero de 1980, la Ley de Coordinación
Fiscal, establecida para mejorar la coordinación intergubernamental en la
materia y, en el marco de ella, se creó el Sistema Nacional de Coordinación
Fiscal, cuyo principal objetivo fue evitar la doble tributación y facultó a los
estados a renunciar al gravamen de algunas de sus fuentes impositivas a cambio
de recibir participaciones federales que incluyen: ingresos tributarios,
ingresos derivados de los derechos federales y algunos obtenidos por la
producción y venta de petróleo.
En
la LCF estableció en su artículo 6 la obligatoriedad de que los municipios
reciban como mínimo el 20 por ciento (Campeche les otorga el 24 por ciento) de
la recaudación que corresponde al Estado, condicionando la asignación de
recursos por medio de complejas fórmulas relacionadas con el grado de autonomía
tributaria de cada entidad federativa y ayuntamiento, el nivel de marginación
económica, el ingreso per capita. Los
índices de mortalidad y el crecimiento demográfico, entre otros rubros, para
obtener sus porcentajes respectivos de fondos.
En
1996, es digno de destacar un acuerdo tomado por unanimidad de todas las
fracciones parlamentarias de la LVII Legislatura de la Cámara de Diputados del
Congreso de la Unión (PRI, PAN, PRD, PT y PVEM), las cuales aprobaron
importantes reformas al sistema de transferencias de la LCF y fue así como se
incorporaron en el Presupuesto de Egresos de la Federación, los Fondos de
Aportaciones Federales, conocidos como el Ramo 33.
Este
ramo transfirió recursos del presupuesto federal a los estados, destinados a la
atención de responsabilidades que la Federación había trasladado a estos con
anterioridad por la vía de convenios (educación y salud), así como
responsabilidades que a partir de las citadas reformas asumieron las entidades.
También
se incluyeron recursos canalizados a los estados y municipios para la
construcción de infraestructura básica por medio de los Convenios de Desarrollo
Social, con estas reformas se logró que en el Ramo 33 se integraran e
institucionalizaran conceptos de gasto social desconcentrados, federalizados o
en proceso de desconcentración, que estaban dispersos en diversos ramos del
Presupuesto de Egresos, en búsqueda de fomentar la equidad entre las entidades
de la República.
En
este contexto estamos a punto de enterarnos los campechanos, una vez más, que
los recursos presupuestales para el año 2013 serán solamente de un porciento
ínfimo. Denotando una actitud totalmente sectaria, de connotaciones claramente
discriminatorias.
No
es cuestión de azar ni declaraciones definitorias de nuestros legisladores
(todos ellos) federales, quienes para propósitos de imagen hacen mil
declaraciones, pero la realidad es una sola: seguimos siendo el c… de la
nación.
Hace
ocho días en Jaque
Mate señalaba que los compromisos de Enrique Peña Nieto firmados ante
Notario Público servían para dos cosas… porque a Campeche siempre se le promete
y nunca se le cumple.
Hoy
en día las luchas electorales se han convertido en verdaderos duelos que dejan
heridas difíciles de cicatrizar. No obstante, no debe regatearse el esfuerzo de
devolver a Campeche ese espíritu de fraternidad que nos era característico.
Unidad no es unanimidad, y esta puede darse a pesar de las diferencias
ideológicas. Si se acepta la diversidad en el pensamiento y se respeta la
pluralidad los legisladores federales ---todos ellos--- deben unirse para
pelear por un mejor trato de la Federación para nuestra entidad.
El
oro negro para Campeche ha sido una maldición. Idiotizó a nuestros
gobernadores. Los volvió flojos, complacientes, clientelares, parásitos. Más
interesados en recibir participaciones por hidrocarburos que por generar un
desarrollo independiente para beneficio del pueblo. Tom Friedman (escritor) señala
que “mientras mayor sea el precio del petróleo, menor será el ímpetu reformista
y el compromiso modernizador”.
Ciudad
del Carmen es una urbe petrolizada, adicta a todo lo proveniente del petróleo,
esa veta negra que un día el humilde pescador Cantarell descubrió y que ha sido no para crear emprendedores sino para
proteger depredadores, con efecto pernicioso para la economía, para la política
y para la democracia.
México
se volvió rico hace tres décadas y fue Campeche quien le dio y le sigue dando
esa riqueza en forma de petróleo. Pero la ha malgastado, la ha mal empleado en
forma descuidada. Ordeñando la vaca (como la del cuento de la familia Rosiñol)
sin alimentarla.
El
gobierno se volvió flojo olvidándose de recaudar mejor los impuestos, en
especial a los grandes capitales y sus industrias, distribuyendo los excedentes
petroleros con el principio maldito de la Ley de Coordinación Fiscal, donde
obtiene más el Estado que más habitantes tiene. Desde ese punto de vista
Campeche está de nuevo en el c… de la patria. Se ha desaprovechado el dinero y
se ha desperdiciado el tiempo.
Al
actual gobierno del Estado le quedan dos años con nueve meses de mandato
constitucional, pero como van las cosas y la campañas disimuladas de cuatro o
cinco suspirantes, es poco probable que se pueda hacer algo en beneficio de la
entidad. Otro sexenio perdido.
Para
transitar en otro tipo de acciones a partir del 2015 va a hacer falta pensar de
otra manera. Actuar de otro modo. Tratar a Pemex de forma diferente, ya no más
como mendigos, sino como los verdaderos proveedores que hemos sido de todo el
país. Usar esa prerrogativa de tener petróleo para financiar un auténtico
desarrollo, pero que este no se imponga desde el centro, sino que sea por el
consenso de todos los campechanos.
El
poco dinero que actualmente se otorga sirve para aumentar la corrupción, para
alimentar a millares de burócratas y dilapidar esos fondos en gasto corriente y
nunca en inversión, en obras que nos son tan necesarias y que es prolijo
enumerarlas porque todos las conocemos. Porque cuando el oro negro se acabe, el
impacto va a ser brutal, sobre todo para Ciudad del Carmen. Van a aprender a
descubrir que tienen poco que ofrecer porque no se han preocupado por sentar
las bases de infraestructura turística.
A
Campeche le urge repensar el paradigma prevaleciente sobre el petróleo.
Modernizarse, diversificarse, independizarse, pero antes luchar en unidad para
recibir lo justo.
¿Adónde
está la “preferencia” del Presidente de la República que se fue? Pese a que en
esta ciudad pernoctó muchas noches y tuvo una familia campechana que lo acogió
siempre, nunca tuvimos una justicia fiscal que bien pudo promover. Esta
justicia como bien decía un ex gobernador champotonero “no llegará como la
lluvia, hay que salir a buscarla”.
Pero
no todo está perdido debemos de construir caminos bien trazados, todo a un
tiempo. Las vías jurídicas aún no explotadas, la negociación política, la
movilización social, el uso de los medios de comunicación –--televisoras,
periódicos y revistas nos sobran---,
para despertar la conciencia ciudadana y hasta la solidaridad regional y
nacional.
Hay
que luchar con firmeza, no solo con dignidad y orgullo. Es cuestión de
responsabilidad y destino. No debemos legarle a nuestros hijos un Estado en
estas condiciones.
Campeche
es un pueblo pequeño todavía pues apenas rebasamos los 850 mil habitantes,
todos nos conocemos, entre nosotros existen lazos de amistad, familiares,
fraternidad, compañerismo. No se vale que la política sirva para desunirnos y
hacer a un lado esos valores que significan tanto y que representan la
auténtica campechanía.
Nuestra
lucha debe ser en unidad, sin colores de camiseta, sin protagonismos personales
y hacer que todo se facilite y se obtenga lo que nunca hemos tenido: justicia
de la Federación.
LO QUE NO DEBE HACERSE
Los
medios de comunicación electrónicos han evolucionado notablemente en nuestro
Estado. En los últimos años con el concurso de los patrocinadores, tan
necesarios para mantener al aire programas y contenidos no tan rentables y para
administrar el negocio de lo que si lo son.
Es
sabido que el gusto de los llamados radioescuchas ha ido cambiando, dado que su
comportamiento no es el mismo que el de hace solo una década, lo que trae por
consecuencia la necesidad económica de hacer vendible lo que hoy no es rentable
y, por otro lado, sa-car la mayor
ventaja posible de las oportunidades que se encuentran muchas veces en las
agendas públicas para la consecución de ciertos “objetivos”.
En
Campeche se ha venido haciendo notoria la práctica de la compraventa de las
agendas mediáticas. Me refiero a las agendas políticas. Realmente vale la pena
que el lector de esta columna haga un esfuerzo de memoria y analice la
tendencia de algunos de los medios electrónicos. Quizás así concluya primero,
que en realidad no existe una agenda propia del medio electrónico, sino una
agenda “encargada” al medio en si.
Por
ejemplo, hoy nos encontramos a supuestos opinantes “imparciales” y
“profesionales” hablando de la mala labor del Ejecutivo estatal. Tema
estrictamente personal se convierte en la supuesta agenda del Estado. ¡Qué
triste! Habría que preguntarnos si alguno de esos “opinantes” son merecedores
de los apellidos “imparcial” y “profesional”, cuando como aquel éxito de Luis Miguel,
“por debajo de la mesa” con todo descaro reciben emolumentos y prebendas.
La
radio a la que me refiero es la que está ubicada frente a Sam´s, que por el
hecho de no haber recibido “su convenio” oportunamente debido a la falta de
liquidez de estos meses, los “imparciales” Daniel Turriza y Gerardo Sánchez, obedeciendo
órdenes de la gerencia se dedicaron durante 10 días a pegarle a quien les da de
comer.
Recordemos
que en tiempos de José López Portillo hubo algunos medios que
hicieron lo mismo y “El perro” públicamente señaló que “no pago para que me
peguen” o lo que es lo mismo a los que lo realizan “pegan con una mano y cobran
con la otra”.
¿Es
ético recibir dinero público para hacer críticas por encargo a quienes por
equis situación no le entregan su cheque mensual? En este caso que nos ocupa
algunos compañeros del medio me señalaron que el golpeteo acabó cuando Finanzas
entregó a esa Frecuencia Modulada un poco más de ¡un millón de pesos! Producto
de dos meses de “apoyo”. Para Ripley.
¿Cómo
ser juez frente a las cámaras y ante los micrófonos mientras se es parte del
equipo pagado de un liderazgo o servidor público o de algún gobierno?
Para
los ciudadanos que no tienen por que tragarse las agendas por encargo de gente
sin escrúpulos que se prestan a hacer el trabajo sucio de alguien más, lo que
corresponde es rechazar este tipo de prácticas, tan socorridas actualmente, y
pensar que más adelante las cosas caerán por su propio peso. El verdadero juez
es el tiempo que todo lo pone en su lugar. Habrá que apelar al juicio de la
Historia.
La
libertad de expresión es un derecho de todo ser humano. El derecho al respeto
de la dignidad de la persona humana es
superior al anterior. Es evidente que cuando ambos postulados entran en
conflicto, algo está saliendo mal. Vale la pena que cada quien haga su propio
análisis y saque sus conclusiones.
La
libertad de expresión es mucho más que “golpes por encargo”. Para fortuna de la
sociedad, también existe la libertad de elegir que escuchar. Cría cuervos y te
sacarán los ojos.
UN AUTENTICO DELINCUENTE
Una
semana tranquila hasta que Luis Antonio Che Cu, ese sicario social que ya
todos saben a quién obedece irrumpió en la escena política de este viernes. El
pretexto fue conmemorar el natalicio de Jacinto Canek, el broncudo indígena de San
Román, quien su muerte originó la cruenta guerra de castas en Yucatán que
diezmó a un 40 por ciento de la población blanca.
Pero
repito, ese fue el pretexto. La realidad fue derribar el bustito de Juan Camilo
Mouriño Terrazo, campechano por adopción y español de nacimiento,
quien escaló las más altas esferas de la política mexicana en el sexenio que
acaba de concluir.
Che Cu ni siquiera fue original porque emuló lo que
el cantinero-político Manuel Jesús Chablé Gutiérrez, hizo durante el
sexenio de Abelardo
Carrillo Zavala al derribar y arrastrar la estatua de José López
Portillo, que por cierto un día voy a relatar adonde fue a parar y
quien fue el beneficiario.
Cabe
señalar que en esta ocasión Che Cu estuvo acompañado ---así lo captaron las cámaras de televisión
de todos los canales de esta ciudad---, de Chablé Gutiérrez, Nehemías
Chi Canché y Carlos Reyes Alpuche.
Y
es que en materia de vandalismo en el sexenio de Eugenio Echeverría Castellot, no
fue la estatua de Pablo García Montilla, sino sus restos los que
sacaron de la urna de su monumento ubicado al principio de la avenida
Gobernadores por el barrio de Santa Lucía y que le dieron un susto a mi amigo Salvador López
Espínola, cuando una mañana lo fueron a levantar muy temprano a su casa
en la calle 55, llevándole en dos latas de galletas Richaud (de nada por el
comercialito).
López Espínola pensó que era un obsequio de galletas, pero se
fue para atrás cuando le dijeron que las latas contenían los huesos del procer García Montilla.
Ni tardo ni perezoso les gritó: “¡Jesús! Yo para que quiero ese esqueleto de
don Pablo,
no tengo nada que ver con cementerios ni monumentos. Les voy a pedir por favor
que se los lleven y vayan a ver al presidente municipal, para que esa persona
se convierta en custodio de esos restos”.
Entonces de ahí dimana la idea de que el bustito de Juan Camilo haya llegado al
edificio del ex cuartel Pedro Baranda.
Hago
míos los conceptos de Pandemonium (twitter)
que señala: “Es muy difícil de creer que le aplicarán la ley a Che Cu.
Ha demostrado ser el rey de la impunidad por ser “martillo” de políticos
poderosos”.
En
esta ocasión además del atentado al mobiliario urbano le agregaron la burla de
dejar en el lugar del bustito una cabeza de cochino y pintarrajear con falta de
ortografía el nombre de Jacinto Canek.
Lo
que si es notorio es que ¿adónde están los cientos de “amigos” de Juan Camilo
a quienes arropó al principio del sexenio de Calderón y a quienes les dio
trabajos con estupendas remuneraciones? Las delegaciones federales en Campeche
por primera vez en la historia estuvieron encabezadas por campechanos y no solo
como delegados. También en el D.F. muchos de esos “amigos” ---hombres y mujeres---,
fueron nombrados con altos cargos federales.
Estas
son las horas en que la familia Mouriño pasa por momentos de amargura y dolor,
porque aparte de la impunidad que han demostrado las autoridades, se aúna la
falta de solidaridad con esa familia.
¿Adónde
están los y las socialités que hace unos días abarrotaron los terrenos de lo
que será el Campeche Country Club y que esa noche acudieron en masa? Ni
siquiera pueden pagar una plana en un medio local para solidarizarse con la
madre de Juan
Camilo? Porque lo que es
el padre apenas el pasado jueves lo vimos disfrutando en el estadio del Celta
de Vigo, de la liga española una victoria contra el Real Madrid.
La
realidad es que poco le sirvió a este pseudo líder haber sido retenido hace
unos meses atrás, por haber cometido presuntamente delitos contra el medio
ambiente, relacionados precisamente con la tala de árboles en la comunidad
"Emiliano Zapata" del Municipio de Champotón.
Hoy
impunemente lo vemos como un coleccionista de delitos, lo mismo por “motín”,
que por “privación ilegal de la libertad”, “pandilla y asociación delictuosa”,
“robo con violencia” y últimamente “daño en propiedad ajena”, sin olvidar el
común “ataque a las vías de comunicación”.
De todo esto queda en evidencia que elementos penales
sobran, máxime si consideramos su reincidencia, para tenerlo un largo rato
ocupado en Kobén. El tiempo corre, por lo que se debe actuar de la misma manera
en que se procedió contra los delincuentes que lanzaron piedras al Palacio de
Gobierno, nuestro Estado no merece perder la paz y su armonía que tanto lo
caracterizan y mucho menos por alguien que lo mismo actúa en nombre de Zapata
que de Canek, elementos materiales para prevenir el delito los hay, lo que
falta es voluntad para sentar el ejemplo.
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