EL DIA DEL GOBERNADOR
Hace ya varios años que afirmé con cierta insistencia ---expresamente durante 2008--- una forma de escribir sobre sucesos que no comprendía; cómo los gobiernos del Estado de Campeche podían afirmar por tanto tiempo y con tanta vehemencia, lo contrario de lo que una investigación a nuestra historia se veía con claridad.
Y menos aún podía explicarme como un pueblo tradicional con osadía e inteligencia tan aguda, como el campechano, que hasta había dado una nueva palabra al idioma con los desplantes de su sinceridad, podía haber soportado durante siglo y medio, un sesquicentenario o más claro 150 años, los infundios que sus gobernantes y los literatos a sueldo le han venido sirviendo.
Por un momento pensé ¿en qué me estoy metiendo? ¿estoy equivocado? y esperé que mi correo electrónico me trajera las esperadas refutaciones, pero para mi sorpresa, he recibido felicitaciones y alientos para seguir aclarando, como si muchos campechanos estuvieran deseosos de que alguien dijera públicamente lo que algunos saben desde siempre y otros en sus lecturas e investigaciones han comprobado. Pero todos han callado.
No ha faltado, por supuesto, algún amigo que me pidiera silencio con el riesgo de que Campeche podría quedarse sin héroes. Pronto consideré que era un deber, y no un simple pronunciamiento, repetir y recalcar el predominio de la verdad, y para hacerlo habría que ser cada vez más enfático y aportar hasta donde fuera posible las pruebas con toda fidelidad. En el cumplimiento de esta meta puedo quedar como solitario en este propósito, porque desafortunadamente los tiempos son cada vez más serviles en lo que corresponde a los medios con el poder.
Y si comienzo esta reflexión en un día como hoy, es precisamente porque en esta fecha se “conmemora el 153 aniversario de la erección”, que no emancipación política del Estado de Campeche. Dice el diccionario que Erección es la acción de levantar, fundar, instituir (latín erectio) aunque tal vez al gobierno de Hechos la palabra le indicaba otro tipo de actos, ---traición del subconsciente--- como aquellos que han dejado multimillonario a los laboratorios Pfeizer con su pildorita azul. En cambio Emancipación es liberar de la tutela o servidumbre, de trabas o tiranía (latín emancipare), situación en la que nunca estuvo Campeche.
La génesis de la entidad está todavía por escribirse y por la postración económica, no hay en Campeche periódico o periodista que no dependan directa o indirectamente del gobierno.
Campeche fue erigido no en 1857, ni en 1858, ni en 1862 como se ha dicho erróneamente, sino por decreto constitucional número 5858 del 29 de abril de 1863, en que se hizo constar la ratificación de la mayoría de las legislaturas de los Estados.
El convenio de división territorial de fecha 3 de mayo de 1858 que celebró Pablo García Montilla, entonces líder conservador, con su correligionario el general Martín Francisco Peraza, gobernador reaccionario de Yucatán, carece de valor.
Tampoco tiene valor alguno el decreto acomodaticio de fecha 18 del mismo mayo en que García Montilla, titulándose presidente de la Junta Gobernativa del Distrito de Campeche e Isla del Carmen, se proponía hacer del propio Distrito un Estado, si triunfaban los liberales, o un Departamento, si ganaban los conservadores.
Tampoco puede considerarse válida la Constitución Política de 1861 expedida por un Congreso local nulo y promulgada por García Montilla, cuando Campeche no era estado todavía. Hasta aquí los argumentos. Entremos pues, de lleno al “Día del Gobernador”.
Fernando Eutimio Ortega Bernés, nadie puede poner en tela de duda que es el gobernador electo por la voluntad popular con el mayor número de sufragios en toda la historia de estos “153” años de ser un Estado de la República Mexicana.
Llegó al cargo con los mejores augurios de cumplirle a su pueblo, a sus gobernados y atender los mil 491 compromisos firmados durante su campaña. Hoy. 7 de agosto de 2011, 396 de esos compromisos se encuentran al 30 de julio con un avance del 28 por ciento. Ciertamente hay avances, aunque en la perspectiva ciudadana no se nota la obra pública y los gastos de administración que se reflejan en el gasto corriente aumentaron sustancialmente, restando al de por si presupuesto debilitado no solo por las crisis mundiales, sino por situaciones que se ha comprobado obedecen a enfoques políticos del partido en el poder y de sus poderosos “amigos” azules campechanos que tienen teléfono rojo con Los Pinos.
Ortega Bernés, llega a este primer tercio de su administración fortalecido por las clases más necesitadas. Ha sabido combinar la ayuda social para los desválidos con el desarrollo de programas gubernamentales para fomentar la producción. Nunca ha humillado con la caridad condescendiente a los más humildes y sigue confiando en su pueblo y en sus capacidades, en la versatilidad de las manos callosas del trabajo del campo y mar, que se transforman en los dedos habilidosos de las mujeres en múltiples menesteres artesanales y empresariales. Su pueblo, ese que lo llevó al poder en el 2009, lo sigue apoyando incondicionalmente, no así a quienes se les hizo fácil esperar un cargo que nunca llegó o un apoyo que tampoco merecieron. Resultado, son las voces en la oscuridad que sueltan cuentos por doquier y borregos en tumulto.
La preocupación de Fernando Eutimio reside primordialmente, así lo ha manifestado, en la falta de recursos para atender los proyectos de su Plan Estatal de Desarrollo 2009-2015. Ha golpeado muchas puertas del gobierno federal, en especial de Pemex, y los recursos siguen a la baja. Ante esta situación su trabajo lo ha duplicado.
Es el primer gobernador que recorre toda la entidad y llega a los estratos sociales más vulnerables. Ha palpado las necesidades y el dolor de su pueblo, por lo que ante este reto complejo supera sus propias expectativas y avanza en el largo camino hacia el crecimiento.
Nadie puede señalar su falta de atención a ese pueblo con su tejido social desgarrado y ya sea con servicios de infraestructura en caminos, salud y educación atempera mayor beneficio a los campechanos.
Pese a todas las carencias, sobre todo lo que nos queda debiendo siempre Pemex, se avanza sin comprometer el equilibrio financiero. La deuda contraída ha sido mínima y servido para paliar proyectos que no podían seguir esperando, porque el gobierno Justo y Solidario debe seguir siendo el mayor facilitador para mitigar las necesidades de su pueblo.
La perspectiva para su tercer año de gobierno no se ve tan fácil, porque las presiones políticas del 2012 serán espectaculares y no se puede mantener al margen de esa sinergia política, que como caudaloso río nos arrastrará a todos los mexicanos con o sin partido.
AQUELLOS 7 DE AGOSTO DE ANTAÑO
Esta fecha fue significativa en la mayor parte del siglo pasado. Los gobernadores Benjamín Romero Esquivel, Eduardo Mena Córdova, Héctor Pérez Martínez realizaron ceremonias muy austeras. Fueron gobernantes con cuatro años de ejercicio constitucional y significaron el día, porque en esa fecha rendían su informe de administración gubernamental.
La llegada de Eduardo Lavalle Urbina (1943-1949), fue el principio de grandes festejos que comenzaban en las mañanas y concluían hasta la medianoche. Se traía a familias de campesinos de los municipios, quienes viajaban en camiones de redilas y a quienes se les comenzó a malacostumbrar a recibir pequeños obsequios: bolsas de henequén con la efigie del gobernante, sombreros de huano, tenates para uso del hogar y otros artículos: Además se les habilitaba luego del informe sitios para que comieran y tomaran aguas de sandía, melón y naranja. Los campesinos se retiraban al caer la noche.
Ese sexenio fue el principio de lo que alcanzó su clímax durante el gobierno de Carlos “El negro” Sansores Pérez.
Con Manuel José “Maistrín” López Hernández (1949-1955), las grandes borracheras se daban luego del informe y duraban hasta el día siguiente, en que el gabinete estaba en su mayoría crudo o desvelado.
Con Alberto Trueba Urbina (1955-1961), persona que el pueblo veía como de élite, hizo todo lo contrario con los informes del 7 de agosto. En principio y con su proyecto de “Campeche nuevo”, mandó a pavimentar la actual avenida de Las Palmas y a la altura donde hoy se ubica un hotel, construyó lo que llamó “El Casino del Pueblo”, sitio donde luego de sus informes se daban cita las clases populares y se les servía un banquete, pero con refrescos. Había música y bailes que duraban hasta el atardecer y Trueba Urbina asistía junto con su gabinete por varias horas.
Luego presidía por las noches a partir de las 21 horas un baile de gala donde asistía la crema y nata de la sociedad campechana, el sitio era el Casino de Campeche, donde se contrataban artistas nacionales y asistían los llamados ”campehuaches” (campechanos que habían emigrado hacia el D.F.) a quienes se le mandaba a buscar con autobuses y sus gastos de hotel y comidas por dos días eran cubiertos con cargo al erario estatal.
Una o dos semanas después Trueba Urbina asistía en el Distrito Federal al famoso “baile de los campechanos en México”, donde recibía las felicitaciones de los asistentes y llevaba un mensaje sobre el año de su gobierno.
Fue en este sexenio donde se congregó a la mayor multitud de campechanos en el marco de un informe de gobierno. El motivo fue el reconocimiento que pueblo y gobierno de Campeche hicieron a varios campechanos distinguidos entre ellos Manuelita Alegría, Laura Urdapilleta, Mercedes Mayans y otras que escapan a mi memoria. El número de asistentes se dijo que era cerca de 40 mil personas y el evento fue frente a la Iglesia de San Francisco.
Como dato curioso el conductor del evento fue el artista de moda en ese entonces Andrés García.
La situación no cambió mucho con José Ortiz Avila, quien manejó con guante de hierro el gobierno de Campeche y que a diferencia de su antecesor no era nada proclive a las clases sociales acomodadas, de quienes se burlaba y los sometía aplicándoles la ley si se cometían faltas. En este sexenio fueron “embotellados” varios jóvenes de la sociedad, hermanos de políticos campechanos y empresarios. Nadie escapó de su mano militar.
Los festejos del 7 de agosto continuaron aunque sin boato y siempre se celebraron los bailes por las noches en el Casino de Campeche, aunque en un espacio que se encontraba en el Hotel Baluartes se daba un convivió a las clases populares.
El sexenio de Carlos Sansores Pérez (1967-1973), fue todo de tintes políticos y los informes del 7 de agosto tuvieron esas características, empezando por el cambio de recinto oficial para llevarlo al Cine de la Cruz, propiedad del gobernador. En sus primeros años los festejos fueron los de siempre, pero luego y ya con las múltiples propiedades de que disponía estos actos se trasladaban al Hotel Sihó Playa, donde “tiraba la casa por la ventana”.
Sin embargo fue durante un 7 de agosto de su sexenio cuando un grupo de jóvenes protestaron y lograron irrumpir algunos al recinto oficial del Cine de la Cruz, el grupo era encabezado por el “grillo y agitador” campechano Franz Odette Minet Chan, quienes habían sido enviados por el Oficial Mayor de la SCT en México, por problemas que ya tenía con Sansores Pérez.
Lejos de amilanarse “El negro”, rápidamente le habló a su amigo el presidente de la República Luis Echeverría Alvarez, quien cesó ipso facto a Juan Pérez Abreu de la Torre.
El sustituto semestral de Sansores Pérez únicamente tuvo la oportunidad de saborear una pizca del merengue de ese pastel. Carlos Pérez Cámara, “el ya merito” cerró ese sexenio con un informe formulado, revisado y enviado desde México por el titular con licencia. El festejo más bien tuvo el sabor amargo de lo que terminaba.
El sexenio de Rafael Rodríguez Barrera (1973-1979) pese a llegar investido como el político de la década, sus informes fueron sin salirse de los cánones políticos y los festejos fueron lacónicos efectuados con sus amigos y miembros de su gabinete. La austeridad cobró en ese sexenio carta de permanencia.
Eugenio Echeverría Castellot (1979-1985), fue el primero en entregar su informe de gobierno personalmente en el Congreso del Estado y ahí mismo dio su mensaje. Este gobernador reanudó los bailes en el Casino de Campeche, donde en su primer año trajo al artista de moda en ese entonces Emanuel.
Para darle más realce de pueblo, ordenó que “Chamuchín” Valladares, padre de Manuel, Carlos y Yolanda, del mismo apellido organizara un gran baile popular en “Playa Bonita”, porque El Casino del Pueblo, había desaparecido .
Los festejos para el pueblo se perdieron paradójicamente con la llegada de Abelardo Carrillo Zavala (1985-1991), quien festejaba con sus amigos durante dos o tres días esta fechas y donde acababan durmiendo debajo de las mesas.
“La Nueva Manera”, enterró definitivamente y le dio punto final a los festejos populares y privados. Con Jorge Salomón Azar García (1991-1997), los 7 de agosto fueron de una austeridad republicana.
El Califato ---12 años de José Antonio González Curi (1997-2003) y Jorge Carlos Hurtado Valdez (2003-2006)--- fueron de grandes gastos pero en forma hipócrita, porque los invitados especiales eran llevados a La Pigua, Huayamón y otros sitios de alto costo, luego del informe y ahí se les servían pantagruélicos banquetes, todo con cargo al erario estatal. ¿El pueblo? bien gracias.
Estas lecturas nos llevan a concluir que los informes del 7 de agosto son como las llamadas a misa.
ESTE ES CAMPECHE SEÑORES…
Los campechanos se preguntan ¿qué sucede con los trabajos de Liverpool? ¿porqué no comienzan luego de dos meses de haberse anunciado su inicio? ¿de quién es la culpa?
Pues ni más ni menos que del gobierno federal (llámese Profepa), quienes le han puesto trabas a ese proyecto y le han pedido nuevos estudios y un sinnúmero de papeles, aduciendo que el de Paseos Campeche era otro, pese a que los datos de uso de suelo y los consiguientes al levantamiento topográfico son lo mismo.
El riesgo que se corre es que ante la amenaza de una grave crisis en EE.UU. la situación empeore en México y por segunda ocasión nos quedaremos como el perro de las dos tortas.
El gobernador debe ya pegar un manotazo en su escritorio y poner las cosas en su lugar. Esta capital está sin desarrollo económico y personas como Francisco Brown Gantús y otros que están detrás de él, no quieren ver progreso en nuestra capital. Mientras los empleos que la obra generaría se encuentran estancados.
Si los trabajos no empiezan el 1 de septiembre denlos por detenidos hasta el próximo año.
Otro asunto parecido es el de un proyecto de las tiendas OXXO, que han presentado la apertura de 40 tiendas en Campeche, generando 400 empleos directos y 200 indirectos.
Pero no hay autorización para abrirlos porque el alcalde de “los tuxes” no da la autorización debido a que los intereses creados en su carrera política lo tienen amenazado para no otorgar esos permisos.
Concretamente sigue Carlos Ernesto Rosado Ruelas, apostándole a su crecimiento político a través de Nelly del Carmen Márquez Zapata, Yolanda y su hermano Carlos Valladares Valle, estos últimos que gozaron de influencias durante 12 años en la Secretaría de Finanzas por su parentesco con el titular.
¿Sabrá el primer edil lo que se gasta en promociones para invertir y cuándo alguien quiere hacerlo le ponen miles de obstáculos?
Tanta ilusión de los campechanos aficionados al béisbol para que no se pasara del primer play off.
La afición está decepcionada dando muestras de la cultura de nuestro pueblo en su malestar durante los dos primeros partidos perdidos en casa.
El equipo no tiene madera de campeón. El manager no respeta los fundamentos del béisbol y con razón no confía en sus peloteros. Los ampayers son mediocres, impreparados que no cuidan el espectáculo y la asistencia al estadio.
La mascota anda solo en su onda. El equipo de sonido está en manos de incapaces sin nociones de su función, escandaloso y que no tiene cooparticipación con los asistentes.
Dos porras exageradamente ruidosas, pero sin nociones de su función, inútiles pues. Las señas del equipo Piratas hasta los ciegos las ven y los tontos las captan.
Por si fuera poco los baños son insalubres en pésimo estado. Todo está en esas condiciones: sillas rotas, marcador de millas inservible, sucio, deplorable un estadito sin techo con capacidad para tres mil personas y que sustituyó el sexenio de “La grandeza” a un “Presidente Carranza” de más de 12 mil aficionados.
Omito la labor de la directiva, pero aconsejo una auditoría al gordito Enrique Rosado Méndez, que algo guarda de malos manejos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario