jueves, 30 de junio de 2016
“La verdad se corrompe tanto en la mentira como con el silencio”.
Marco Tulio Cicerón.
LA VERDAD NO PECA; PERO INCOMODA
Este mes que
está por terminar se volvió a realizar un festejo en ocasión del Día de la
Libertad de Expresión que, ciertamente ya no es el 7 de junio sino el 3 de
mayo, de acuerdo con protocolos internacionales. Los compañeros galardonados
indudablemente se merecen eso y más, pero no basta un día para reconocer esa
noble labor de ser el interlocutor de la verdad.
Hay que estar
convencido del ejercicio irrestricto de la libertad de expresión, porque se
trata de uno de los derechos fundamentales consagrados en los marcos normativos
universales, y porque a quien escribe o informa por otro medio no debe nunca
coartarse su derecho a expresar su punto de vista.
Debe cobrarse
conciencia que todo servidor público se encuentra expuesto al escrutinio de los
formadores de opinión, de los medios de comunicación, de sus adversarios
políticos y por supuesto de la sociedad en general.
Por ello llama
la atención la forma que utilizan
aquellos que ejercen las responsabilidades públicas en los tres niveles
de gobierno, porque un análisis crítico no lleva implícito situaciones
personales como algunos tildan por ciertos comentarios realizados en esta
columna.
No se trata de
agraviar u ofender al individuo como tal; lo que se juega críticamente son sus
actos, sus conductas, omisiones que
están relacionadas con las funciones ue desempeñó o desempeña en la vida
pública y por lo que cobró o cobra con recursos pagados por el erario, es
decir, viven, quieran o no del producto de nuestros impuestos.
No es fácil
realizar un comentario cuando en el ejercicio de este quehacer se expresan
juicios con responsabilidad, fundándose en una argumentación razonada y que sin
duda lleva principios éticos, como por ejemplo, la vida privada, la coprolalia
y los supuestos que aun contando no deben ser exhibidos.
El sarcasmo, la
ironía, la mordacidad y la suspicacia, por hirientes que fueren, son recursos
legítimos que cualquier crítico suele emplear para enderezar sus
cuestionamientos a los diversos actores políticos y a otras figuras públicas.
Por ello, me
parece cuestionable la forma como reaccionan los políticos del patio en
especial priistas y panistas con algunos conceptos externados. Que no se
asusten, podría o no estar de acuerdo con lo que un político expresa y la forma
como lo dice, pero tengo el derecho de asentarlo tal cual.
Cualquier
crítico debe de buscar el justo medio, el equilibrio entre el fondo y la forma,
para evitar caer en posturas sesgadas o francamente veleidosas, que pongan en
entredicho su independencia y credibilidad, más allá de las molestias, y
resquemores que sus dichos puedan generar en los actores sujetos de cualquier
cuestionamiento.
Hacer análisis
y crítica no debe tener despropósitos por actos y omisiones de los políticos y
gobernantes sin necesidad de incurrir en deslices o sesgos que puedan afectar
su propia imagen como forjadores de la conciencia social deben ser meditados
por ambas partes.
Un aniversario
más de la Libertad de Expresión y otro año de que cada quien lo festeje por su
lado. De cualquier forma felicidades a todos ellos.
¡O TEMPORA! ¡O MORES!
Estuve
recientemente en el aeropuerto de Campeche y curiosamente un conocido que vive
en la Ciudad de México, me pregunto quién era la persona cuyo nombre tiene esta
terminal aérea. Le dije ---hasta donde conozco---, el nombre de este personaje.
Ante ello me respondió que los campechanos tenemos varios próceres que con
mucho tienen los méritos necesarios para darle realce a este aeropuerto.
Me dijo que
muchas de las principales ciudades del mundo llevan los nombres del personaje
más importante de su ámbito. Por ejemplo: París con “Charles de Gaulle”; Caracas con “Simón Bolívar”; Ciudad de México con “Benito Juárez”; Nueva York con “John F. Kennedy”; Washington con “Ronald Regan” y “John Foster
Dulles”; La Habana con “José Martí”
y hasta Mérida con “Crescencio García Rejón” (que dicho sea de paso
no es yucateco sino un jurista campechano nacido en Hopelchén cuando era
territorio de esa entidad, pero se lo adjudicaron); Veracruz con “Heriberto Jara”;
Monterrey con “Mariano
Escobedo”; Toluca con “Adolfo López Mateos”; Guadalajara con “Miguel Hidalgo”;
Puerto Vallarta con “Gustavo Díaz Ordaz”; Morelia con “Francisco J.
Mujica”; Ciudad Juárez con “Abelardo R. Rodríguez”; Villahermosa con “Carlos Rovirosa”,
etc.
Darle al
aeropuerto de una ciudad un nombre de prestigio es de gran impacto social y
económico, toda vez que este nombre se repite constantemente en los medios
nacionales e internacionales y es, sin duda, un importante apoyo al turismo que
en el caso de Campeche es un proyecto que a todos los campechanos nos interesa.
Si al
aeropuerto de la ciudad de San Francisco de Campeche se le cambia el nombre por
el de “Justo
Sierra Méndez”, no solo se beneficiaría al turismo local sino se
haría un acto de justicia para quien es hoy por hoy ---quieran o no sus
detractores---, la primera figura intelectual de Campeche y que sigue creciendo
con el tiempo.
Por su labor
educativa, por haber sentado las bases del desarrollo educativo y cultural de
México que hoy gozamos, por su empeño n la creación de la Universidad Autónoma
de México (UNAM), por su erudita y amplia obra literaria, por su influencia
política demostrada por varios lustros, Justo Sierra Méndez goza aún, a tantas décadas de
su muerte, del reconocimiento de México.
Los campechanos
hemos rendido tributo de distintas maneras al Maestro de América, pero Campeche
crece y hoy buscamos con un nuevo gobernante que sea en grande, y este
crecimiento debe también hacerlo nuestra admiración y reconocimiento por el
insigne prócer de esta tierra que lo vio nacer frente al parque del centro de
nuestra ciudad capital. La casa donde nació sigue siendo un hotelito de algún
tiempo de paso y luego de “pago por evento”. Nunca ningún gobernante ha querido
gastar en comprar esa propiedad y crear un museo que resalte la figura de tan
eminente campechano.
El aeropuerto
de Campeche debe cambiar de nombre al de Justo Sierra Méndez. Hace unos años un grupo de
profesionistas campechanos entre los que se encontraba mi estimado amigo ya
fallecido, el Ing.
Joaquín Martínez Rosado, emprendieron esta noble causa que va más
allá de cualquier pronunciamiento político.
Los cambios de
vida son necesarios, sobre todo cuando se busca insertar a Campeche en amplios
programas de turismo nacional e internacional, prueba de ello es el reciento
evento de Motonáutica. El movimiento aeroportuario hace tiempo que está
esperando su despegue. Nada mejor que un cambio con el nombre de la egregia
figura del Maestro de América, en un bronce en la sala principal de nuestro
aeropuerto internacional.
Si ustedes
observan no es necesario para elevar al que llega, azotar con la vara del
descrédito al que podría irse. Es otro campechano, razones se habrán tenido al
seleccionarlo, pero Sierra Méndez, es por si solo un nombre universal
que no ha sido lo suficientemente reconocido es esta tierra que lo vio nacer
hace 168 años.
Para algunos
detractores que al paso de los años han tachado al ilustre mentor de seguidor
del dictador Porfirio
Díaz, me voy a permitir transcribir una carta que pinta claramente
el pensamiento de Justo Sierra, enviada a este su servidor por un
amigo. En ella el prócer campechano se dirige al General Porfirio Díaz, fechada
en la Ciudad de México en noviembre de 1899.
“Como no faltarán amigos benévolos que hagan notar a
V. La falta de mi firma en algunos de los documentos publicados en estos días,
deseo, abusando de su deferencia, explicar la razón de esta conducta que
obedece a un propósito largamente meditado; creo que cumple esta explicación a
las obligaciones políticas contraídas, no tanto con V, como conmigo mismo y con
la viva adhesión que le he profesado siempre y data de antes del triunfo y del
poder.
Cuando redacté hace algunos años el manifiesto de lo
que se llamó la convención liberal, asenté, con el beneplácito de todos mis
compañeros, que la reelección que recomendábamos era la última; que una
democracia que se forma o se transforma, vive de renovaciones como todos los
organismos.
Esta declaración fue prematura; el influjo de
circunstancias que pertenecen a un orden demasiado íntimo para permitirme otra
cosa que una alusión, hicieron imposible la separación de V. Más hoy tienen un
aspecto particular las cosas, hoy ---crea V, señor, a mi honrada franqueza---
hoy el gran grupo del país que piensa sobre estos asuntos, grupo profundamente
inactivo, pero no sin perspicacia, desearía que la reelección no fuese forzosa
como, por desgracia, lo es. Voy a ser más claro. La reelección, según se
infiere de las razones en que los diversos comités apoyan sus manifiestos,
razones que dentro de cuatro años tendrán mayor eficacia todavía, la reelección
significa hoy la presidencia vitalicia, es decir, la monarquía electiva con un
disfraz republicano.
Yo no me asusto por nombres, yo veo los hechos y las
cosas; he aquí lo que con este motivo se me ocurre. La reelección indefinida
tiene inconvenientes supremos; del orden interior unos y del exterior otros;
todos íntimamente conexos. Significa bajo el primer aspecto que no hay modo
posible de conjurar el riesgo de declararnos impotentes para eliminar una
crisis que puede significar retroceso, anarquía y cosecha final de
humillaciones internacionales, si V, llegare a faltar de lo que nos preserven
los hados que, por desdicha, no tienen nunca en cuenta los deseos de los
hombres.
Y si se objeta que no es probable que no podamos
sobreponernos a esa crisis por los elementos de estabilidad que el país se ha
asimilado, entonces, ¿cómo nos reconocemos impedidos para dominar lo que
resultaría de la no reelección? Significa además, que es un sueño irrealizable
probablemente la preparación del porvenir político, bajo los auspicios de V, y
aprovechando sus inmejorables condiciones actuales de fuerza física y moral
(preparación que todos desean hasta los más íntimos amigos de V, aunque le digan
lo contrario).
En cuanto a lo que atañe a lo exterior, esta es, en mi
juicio, la impresión indefectible de los hombres de estado y de negocios en los
Estados Unidos, en Inglaterra, en Alemania, en Francia…, en la república
mexicana no hay instituciones, hay un hombre; de su vida dependen la paz,
trabajo productivo y crédito.
Sé bien señor Presidente que nadie mejor que V, ha
pensado sobre esto, que nadie tiene con más precisión en cuenta estos elementos
del problema, que lo que acabo de escribir a V. le hará sonreír y encogerse de hombros creyendo que
yo me imagino que son razonamientos nuevos para V. ---No, señor, no soy tan
presuntuoso así---. Tampoco soy de quienes creen que la política de V. Está
explicada con un simple apego, apasionado al puesto, brutal e irreflexivo; he
estudiado a V. Un poco mejor que ellos, aunque de mucho más lejos. Creo que hay
algo más que una ambición, rudimentaria en la conducta de V., creo que nadie
tiene derecho a dudar de que antes que todo V. Coloca el apego a la patria,
cuando se ha contribuido a hacerla como V. Por eso esta carta no tiene otro
objeto que traducir a V. En descargo de mi lealtad, un monólogo de mi
conciencia.
Veo claramente que en estos momentos la reelección,
que no creo necesaria, es forzosa; y eso es lo que siento. Una solución de
continuidad de cuatro años en el gobierno de V. Sería la gran muestra de la
salud nacional, que todavía tiene tantos incrédulos secretos. Estos hablan de
otra garantía del orden en Méjico cuando el prestigio de V. Haya desaparecido,
pero esa garantía es una mano que nos toca el rostro.
Lo he molestado y distraído a V. De seguro, por
ignorancia del verdadero estado de la cuestión, que quizás si conociera bien
juzgaría de distinto modo. Por ignorancia será, no por un alarde malsano de
civismo verbal y declamatorio.”
Una palabra más; de esta carta no tiene noticia
ninguno de mis amigos, ni es mi intención siquiera de dirigirla a V.
Como siempre su adicto y respetuoso amigo y S.S.”
En el borrador de
la carta. La contestación del general Porfirio Díaz figura en el apéndice de
este volumen. Es ocioso recordar los términos en que se realizó la nueva
instalación del caudillo oaxaqueño. La Convención Nacional, en medio de la
indiferencia del pueblo, celebró un plebiscito el 1 de enero de 1900 en el que
se declaró candidato a la presidencia. La reelección tuvo lugar en julio de ese
año, después de clausurado el Congreso, sin que se levantara una voz
discordante, aprovechando varios golpes de efecto político y en unas elecciones
sin adversario. Con el programa de “poco política y mucha administración” se
iniciaba el nuevo siglo y el periodo que había de desembocar en la revolución
de 1910.
Justo Sierra Méndez dejó para la
posteridad y para discursos de políticos y no políticos la frase: “El pueblo
tiene hambre y sed de justicia”, que el asesinado candidato del PRI a la
presidencia de México, Luis Donaldo Colosio Murrieta, pronunciara en su
célebre discurso del año de su muerte en 1994.
Amado Nervo, llamó al prócer
campechano: “Un hombre bueno”. Don Justo no solo dejo una obra educativa, sino su
obra histórica. Quien haya leído bien su libro ”Historia de México” y su
“Juárez, su obra y su tiempo”, no tendrá duda de cual fue su pensamiento sobre
las luchas de Reforma y los momentos de restauración de la República que lo
colocaron frente al porfirismo.
Fue político,
escritor, periodista, abogado. Escribió en prosa y en verso. Fue diputado
suplente en 1880 y propietario en 1884 por Sinaloa. Magistrado de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación en 1894. Los capítulos de su libro “En tierra
Yankee” se publicaron en la revista El Mundo. Subsecretario y secretario de
Instrucción Pública y Bellas Artes (antecedente de la SEP) de 1905 a 1911
durante el régimen de Porfirio Díaz, fundó la Universidad Nacional hoy UNAM.
Todavía resuena
el famoso discurso que pronunció en la Universidad Nacional cuando entre otras
frases dijo: “La Universidad ha de investigar, pero no a espaldas del pueblo;
ha de crear profesionistas, pero con sentido humano y con responsabilidad
compartida”. Esta pieza literaria fue admirada entre otros casi campechano: José Vasconcelos.
Los gobernantes
campechanos de las últimas décadas han tenido en el olvido a esta figura tan
respetada fuera de esta tierra. Si por ejemplo fuera yucateco, pueden tener la
seguridad y la certeza de que no solo tendría un monumento bien conservado y de
primer nivel, su nombre al aeropuerto internacional y un museo con la colección
completa de Agustín
Yañez, editada en 15 tomos cuando la UNAM lo declaró Maestro de
América.
¿AUDITOR ETERNO?
Campeche es uno de los Estados
donde el Partido Revolucionario Institucional tiene mayoría parlamentaria en el
platillo volador. Lo que en el pasado sucedía a nivel federal, es decir, la
Contaduría Mayor de Hacienda recibía la fuerte influencia del Ejecutivo
Federal, lo que lastraba la imparcialidad de cada auditoría.
En esta entidad, por ejemplo, el
titular de la Auditoría Superior del Estado de Campeche, CP Jorge Martín
Pacheco Pérez. Ciertamente un joven profesionista que obtuvo un
primer lugar nacional en el CENEVAL, fue llevado luego por José Antonio González Curi, a la
secretaría particular de su administración, y poco después, se hizo a un lado a
un competente contador que se desempeñaba bien y con cierta imparcialidad para
darle a Pacheco
Pérez el cargo de la ASE. Estamos hablando de cerca de 16 años, lo
que es donde quiera vérsele una auténtica inmoralidad.
La Ley Orgánica del Poder
Legislativo del Estado en su Artículo 122 señala que la revisión de la cuenta
pública estará a cargo del Congreso, el cual se apoyará en la auditoría para la
fiscalización superior de la propia Cuenta Pública y que asimismo gozará de
autonomía técnica y de gestión para decidir sobre su organización interna,
funcionamiento y resoluciones. Asimismo, el Artículo 184 señala que el Auditor
Superior durará en el cargo seis años, pudiendo ser nombrado para subsiguientes
períodos.
Debe ser elegido por el propio
Congreso del Estado con votación de las dos terceras partes de los diputados
presentes en la sesión. Pero es el caso que en realdad ese Poder sigue sujeto
a las veleidades del Ejecutivo en turno,
para que mediante “respetuosa sugerencia” a los líderes de las bancadas
dominantes –-que en todos los casos han sido del PRI---, para seguir conservando tantos años al actual
titular de la Auditoría Superior del Congreso del Estado que revisa, oculta a
la prensa y modifica la obligación de sancionar a quienes violen las
disposiciones para manejar éstas con honradez y eficiencia. El mejor ejemplo de
la corrupción del pasado gobierno estatal lo tenemos que su cuenta pública salió
limpia y reluciente a pesar de las graves anomalías que por ejemplo se
cometieron en el Congreso del Estado donde estuvo como presidente de la Junta
de Gobierno del Poder Legislativo Edgar Román Hernández Hernández.
¿A que me refiero? Sencillamente
que hay tantos casos que han pasado por las manos de esa auditoría superior y
con tantas faltas que caben en decir que “hay plumajes que cruzan el pantano
sin mancharse”. El pantano de las dos últimas administraciones estatales es de
esos.
¡Dónde quedaron por ejemplo las
devoluciones y sanciones de José Seara Sierra y Carlos Oznerol Pacheco Castro,
alcaldes de los trienios 2006-2009 que dejaron pasivos sin comprobar, el
primero por más de 100 millones de pesos y el segundo de 20 millones de pesos.
Luego vendrían las entregas a sus sucesores y curiosamente el de El Carmen que
era del PAN, pasó a manos del PRI y en Campeche que era del PRI quedó en poder
del PAN, ambos con más de 150 millones de pesos a múltiples acreedores.
Y todavía más. en El Carmen, la
actual directora general del INAPAM, Aracelly Escalante Jasso de Lliteras, suplicó los
adeudos sin que se vieran obras ejecutadas y remató con un préstamo que
curiosamente fue aprobado por su Cabildo y luego por el Congreso del Estado.
La forma tan ligera en que los
diputados votan a favor de préstamos de un municipio y del Estado indica la
dependencia del Legislativo en materia de fiscalización y que las auditorías se
vuelven blandas. Además se convierte en ocasiones en cimitarra que degüella,
herramienta de venganzas políticas que en nada ayudan a la objetividad con la
que debe trabajar y efectuar las revisiones la Auditoría Superior del Estado,
hoy todavía en manos de Pacheco Pérez.
El auditor mayor Pacheco Pérez
–como lo señalo líneas arriba--, ha estado en ese cargo cerca de 16 años, desde
el gobierno de González
Curi, Hurtado Valdez, Ortega Bernés
y ya lleva casi nueve meses del actual gobierno estatal, además de nueve
presidentes hoy de la Junta de Gobierno del Poder Legislativo. Demasiado tiempo
para pensar en una autonomía libre de influencias, consecuentemente resulta
absurdo que la actual legislatura lo vaya a ratificar, porque desde el 28 de
junio de 2011 vive violentando la ley que los regula al señalar que estará en
el cargo hasta el 2018. Es decir concluiría “capulinamente” su encomienda hasta
ese año.
Una auditoría de ningún modo debe
dejar de hacerse para proteger a los leales, ni deben programarse para
perjudicar a los enemigos políticos. Deben, eso sí, ser producto de un análisis
teórico y científico, basado en los antecedentes de una revisión, monto de
recursos, información comprobada de posibles actos de corrupción, como los que
incurrió la administración de Ortega Bernés.
Pero en materia de revisión tanto
la ASE como la Contraloría del Estado tienen dos pesas y dos medidas. Aquel
pensamiento juarista se cumple indefectiblemente: “A los amigos, justicia y
gracia. A los enemigos, la ley a secas”.
El combate a la corrupción es, y
debe ser, un tema de la mayor prioridad de Rafael Alejandro Moreno Cárdenas. El manejo de los
recursos del erario estatal y los municipales, la rendición de cuentas y la
transparencia están siendo aplicados en cada acto de gobierno-
La participación ciudadana en el
combate a la corrupción es vital. Y en este momento se está viendo que hay
voluntad política del actual gobierno. Los ciudadanos deben por tanto exigir
cuentas claras y transparencia en toda acción de los tres niveles de gobierno.
Campeche o necesita han sido ya muchos años de latrocinio.
jueves, 2 de junio de 2016
“La ignorancia es el paraíso de los
pendejos”. Anónimo.
FASE INEDITA DE LA POLITICA
No exenta de
conflictos que como siempre se manejan con dos pesas y dos medidas, está
transcurriendo ya el noveno mes de este sexenio buscando crecer en grande. Pero
como siempre, la tradicional indiferencia de los campechanos en las mesas de
café, inventando chismes y esparciendo rumores.
Nuevos aires se
respiran, dicen los optimistas. Habrá que ver, plantean los escépticos.
Retórica priista pura, aseguran los escasos opositores. Hay que darles el
beneficio de la duda, es el lugar común preferido de los no comprometidos. En
Campeche, y a esto nos ha acostumbrado la historia y en particular el PRI,
siempre existe la posibilidad de que empeoremos.
Han quedado
atrás al paso de las décadas aquella fiebre constructora del coronel (luego
general) José
Ortiz Ávila; de convertir a Campeche en granero del sureste, de
hacer política y proyectarse en forma personal de Carlos Sansores Pérez; del discurso
del método y de las piezas oratorias en cada acto público de Rafael Rodríguez
Barrera; de tener la visión de un Campeche diferente, pero haber
quedado muy bien con el Presidente de la República en sus primeros tres años y
perseguido por otro en los últimos tres, como fue Eugenio Echeverría Castellot; de
haber construido viviendas como nadie en el Estado, pero que obedecían a los
intereses de don Fidel Velázquez Sánchez, como fue Abelardo Carrillo Zavala; de querer detener un poder co y luchar
contra el mismo durante todo el sexenio, como Jorge Salomón Azar García; de
pasarse seis años pegando de gritos y construyendo algunas obras indicadas por
su hermano, como fue José Antonio González Curi; de tirar piedras para
supuestas obras por toda la entidad, así como algunos pecadillos, como Jorge Carlos
Hurtado Valdez; de adjudicarse la obra federal y los recursos
millonarios de seis años de corrupción y dejando sumido en la miseria al
Estado, como lo hizo Fernando Eutimio Ortega Bernés. Casi 60 años del
ejercicio del poder de un partido político en el que la riqueza forestal,
pesquera y energética sostuvieron no solo a millares de políticos, sino al
propio país.
Hoy, cuando nos
encontramos de facto a dos meses y días del primer informe de gobierno de Rafael Alejando
Moreno Cárdenas, uno de los gobernadores más jóvenes en la historia
del Estado de Campeche, casi sin sentirlo ha llegado la hora de hablarle a su
pueblo con la verdad, con lo que recibió, con lo que se enfrenta y con lo que
nos espera en los años por venir.
RAMC, sabe muy bien que los
procesos electorales en 13 entidades federativas definirán el próximo domingo 5
de junio lo que sucederá en el 2018 y que hoy estamos siendo atendidos por un
Presidente amigo, pero el futuro nadie lo sabe. Es demasiado temprano para
empezar a diseñar su propia sucesión, puesto que el sistema que había imperado
desde el año 2000 podría volver a cobrar vida.
Se pensaba que
la gran cantidad de jóvenes, de una generación de avanzada en la entidad,
tomaría el mando de los cargos importantes en la administración pública,
estatal, federal y municipal, pero en la práctica hay “emisarios del pasado”
que no ha sido posible desprenderlos de sus cargos. En ello se han ido sin
sentirlo casi nueve meses.
Moreno Cárdenas, pese a su
edad, es un conocedor profundo de cómo se cuecen las habas en el centro. En
estos meses en los que Campeche ha caído en todos los sitios como el más golpeado
por la crisis económica, el gobernador ha tocado en innumerables ocasiones la
puerta de Los Pinos y de todas las dependencias federales para activar las
participaciones federales y la obra pública casi paralizada. Pero ello sin duda
causa desgaste.
La administración
estatal ha entrado en una fase inédita de la política, que requiere de la especial
habilidad y cuidado del gobernador, para sortear los conflictos que
necesariamente se están produciendo en este tipo de fuerzas. Está en juego no
solo el futuro político del joven gobernante, sino de la tranquilidad y el
desarrollo que se nos ha negado por tanta corrupción. El desarrollo económico
de la entidad es la principal preocupación de un gobierno que busca crecer en
grande.
Ahora bien, si Alito, que
tiene un magnífico acercamiento con Enrique Peña Nieto, sortea con habilidad no
meterse en la selección de candidatos a las fuerzas políticas nacionales que se
mueven en torno a las nuevas figuras del panorama nacional, estaría emulando a
lo que hizo en su momento Rafael Rodríguez Barrera: Se allanó a las listas
elaboradas por su partido, dejó hacer y permitió que cada sector cobrara
puntualmente sus cuotas para la integración del Congreso de la Unión y de la
Cámara de Senadores. Sin duda conocía el sistema y conocía la historia.
Ningún hecho
político puede ser juzgado fuera de la época y las circunstancias en que tuvo
lugar. Nadie conoce siquiera el uno por ciento de la fabulosa historia del
hombre, pero gracias a ella, conocemos sucesos que rebasan los límites de lo
imaginable.
En esa
tesitura, y a través del crisol de la historia habría que analizar que
gobernadores con gran acercamiento con presidentes de la República los hemos
tenido. Tal es el caso de Héctor Pérez Martínez, filósofo, escritor,
político, etc. que tuvo una magnífica amistad con Miguel Alemán Valdez, que incluso
estuvo a punto de ser su sucesor, antes de que un infarto se lo llevara estando
en el Puerto de Veracruz. Desafortunadamente, Campeche nunca recibió nada
extraordinario de ese gobierno federal; Carlos Sansores Pérez, estuvo muy ligado a Luis Echeverría Álvarez,
quien lo llevó a otros cargos políticos como cabeza principal de la Cámara
de Diputados. Pero esto en nada benefició a Campeche. Solamente a su peculio
personal; Eugenio
Echeverría Castellot, fue un símil del anterior, pero con José López Portillo,
con quien incluso construyó con un prestanombre el Puente de la Unidad,
inaugurándolo su amigo tres días antes de que entregara el poder presidencial,
pero de nuevo, el apoyo absoluto de su amigo y protector no se reflejó en los
hechos; Jorge
Salomón Azar García, llegó al poder por la mano de su amigo Luis Donaldo
Colosio Murrieta, pero pese a la cercanía de éste con el poder de Carlos Salinas de
Gortari, los beneficios para Campeche nunca se vieron. Se dice que
incluso recursos multimillonarios se enviaron a programas sociales, pero
íntegros se devolvieron bajo el agua para la campaña de Colosio. Campeche, nunca significó
nada para ellos.
Hoy un nuevo
gobernante con indiscutible acercamiento al Ejecutivo federal, está demostrando
en los hechos que esa amistad se refleje en apoyos federales.
Desafortunadamente, las condiciones económicas son negativas para nuestra
entidad, pero el esfuerzo extraordinario se está haciendo. La mejor prueba es
que Enrique Peña
Nieto, ha estado en Campeche y Ciudad del Carmen, en los últimos
meses.
¿Ha cumplido el
gobierno estatal con las expectativas que había generado? Ese juicio
corresponde a los campechanos de hoy, que vivieron los aciertos y desaciertos
de cada régimen. Lo cierto es que en tan largas décadas puede decirse que
ninguno de ellos pudo sobrevivir políticamente a los avatares de su propio
gobierno. No hicieron ni más ni menos que cada uno de ellos; no fueron mejores
ni peores que otros y, como todos, siguen esperando el juicio inapelable de la
historia. Solo el de la historia, porque los campechanos juzgan a sus
gobernadores todos los días en mercados, cafés, plazas públicas y reuniones
sociales. Y esto sucede consuetudinariamente.
RENCOR, ODIO, INCAPACIDAD Y CUENTAS PENDIENTES EN PALIZADA
A partir de los
primeros días de aquel octubre del próximo pasado año de 2015, los paliceños se
dirigen hacia su posible decisión política de hacer valer el precepto
constitucional aquel de: “el pueblo tiene en todo momento el derecho
inalienable de modificar el régimen y la forma de su gobierno”.
No es para
menos. A siete meses al frente el pueblo de Palizada ya quiere fuera a su
alcalde. Se han arrepentido de haber puesto a un panista y de haber pasado de
“Guatemala” con el gris y oscuro Armando Quintana del Rivero, a la negra
incapacidad y rezago político e ideológico del actual alcalde paliceño, el
nobel panista, Pedro
Javier “Guatepeor” Ayala Cámara.
Ahora los
paliceños se han dado cuenta de que algo peor para un pueblo además del
mangoneo que sufren de la dirigencia estatal de su partido político que los
postuló candidatos al cargo que hoy detentan, lo resulta la incapacidad que
aqueja a un servidor público para desempeñar su función para la que fue electo,
como en este caso del alcalde paliceño, Ayala Cámara.
Otra, por
cierto, también al filo de la navaja y a punto de ser botada o irse por su
propia voluntad --por causa de la propia incapacidad y soberbia es la seybana
que tiene el mismo perfil de su hoy homólogo de Palizada--, es la presidenta de
la Junta Municipal de Seybaplaya, Wilma Concepción Perera Reyes, de perfil idéntico
al del paliceño, ¿algún pacto de ineficiencia?
Así suele
suceder siempre: después que lo eligen se dan cuenta de la negligencia como la
madre de todos los vicios que adornan a un alcalde electo por el voto popular,
en este caso a Ayala
Cámara.
Pero no había
que confiar -–hoy se dan cuenta, quizá aún no demasiado tarde-- en él, pues
solo con oír la cita del aspirante nos recuerda a un hermano en la cárcel por
asesinar a un arquitecto con arma de fuego.
Son evidentes
los fracasos en los que ha caído la familia de constructores por no haber hasta
ahora logrado el control absoluto del Partido Acción Nacional en la entidad, a
pesar de lo que ellos creen lo mucho que han invertido en el sostenimiento de
ese partido --porque el destino de las prerrogativas que reciben, es harina de
otro costal-- y en el financiamiento de diversas campañas políticas y
candidatos, contándose ellos mismos entre estos.
A lo más que
han logrado colocar a uno de los integrantes de la grey constructora de los
Cámara es en la presidencia del Comité Directivo Municipal del partido albiazul
y, con tamaños deseos insatisfechos, era previsible que uno de los componentes
de esta tribu de constructores, no supiera que hacer con una alcadía, y, mientras
lo ha pensado, el pueblo ya se le volteó, y no solo eso, ya se le fue a la
yugular y exige la renuncia de Ayala Cámara como primer edil de Palizada, a la
brevedad posible.
A todo esto,
hay que hacer notar que el hoy caído de la gracia popular paliceña, mintió
desde el primer día que fue nombrado candidato a alcalde por el municipio del
río de los juncos y las palotadas, aquel que un día soño y vivió el europeo Arthur Morelet.
Pues cuando la
percepción de los paliceños y campechanos en general es de que a Ayala Cámara
como a su familia de constructores lo único que les importa es el dinero y
cuando ven que se les está acabando, meterse a la política y acaparar los
cargos públicos para obtener poder político, y por consiguiente más obras para
sus empresas, el día en que lo eligieron candidato, la primera afirmación
pública que hizo Pedro Javier, fue que él “no es político, pero decidió ser
candidato al ver lo fregado que estaba su pueblo” (sic).
Esa fue su
primera mentira pues a todos nos convence que lo que más le interesa a él y a
su familia es el poder por el poder y el dinero por el poder que es lo que
produce lo primero con relación a lo segundo, o viceversa.
Ayala Cámara, decidió
primero obedecer más a su negra conciencia que le indicaba que lo mejor que podía hacer era medrar contra los
bienes de los paliceños, en lugar de trabajar por cumplir las promesas que
hizo. Hoy, ya no lo hará y el pueblo convencido de ello lo quiere fuera del
municipio de preferencia y no solo de la presidencia.
La familia de Ayala Cámara
obtuvo pingües y abundantes beneficios económicos con la obra pública que le
encomendaron gobiernos desde Abelardo Carrillo Zavala, Jorge Salomón Azar García, José Antonio
González Curi, Jorge Carlos Hurtado Valdez y Fernando Eutimio Ortega Bernés, a
cambio de que los Cámara apoyaran de determinada forma lo que ellos
mismos ideaban, las campañas políticas del PRI --son dueños de ese monumental
hotel ubicado en la avenida López Portillo-- y de muchos otros.
Pero la familia
se pasó al PAN cuando el gobierno estatal le disminuyó los beneficios de la
obra pública y la distribuyó más equitativamente y sin favoritismo entre las
demás constructoras campechanas que también lo merecían. Y ese cambio inició,
cuando durante el gobierno de Hurtado Valdez, los campechanos se desayunaron la noticia de
que los techos y paredes de ambos hospitales “construidos” por los Cámara,
se caían a pedazos, a grandes trozos por la mala, pésima calidad de los
materiales usados en las “obras hospitalarias”, y los asimismo deficientes
proyectos técnicos pues se hizo mal hasta la obra negra.
Esta familia ha
medrado y no ha correspondido a los campechanos y lo demostraron cuando, al no
recibir el resto de los pagos por las obras, los Cámara se arremolinaron,
pagaron costosos desplegados de planas enteras en los principales medios de
comunicación, para “denunciar” que el Gobierno del Estado, se negaba a pagarles
una deuda “de más de diez millones de pesos” que les quedó a deber con la obra
de esos dos hospitales chafa.
En Palizada el
hoy alcalde de acuerdo con los pobladores ha venido tratando de recuperar “lo
mucho que han perdido las constructoras de la familia”, pero se olvidó de que
los paliceños se mantienen vigilantes y a la expectativa de los movimientos de
sus manos y ahora, exigen transparencia y resultados, y al no ver nada de eso,
se van tras la defenestración del primer edil, por incapaz y corrupto.
DEMASIADAS PROMESAS POR CUMPLIR
Estas fueron
las palabras de Ayala
Cámara cuando fue candidato a la Presidencia de Palizada:
“Yo soy un ganadero que veo las necesidades
que hay con mi gente y con mi pueblo. Hace dos años y medio contendí como
candidato a diputado local, pero no llegué. Ahora, viendo las necesidades de
Palizada, que cada vez está más fregado, por eso es mi inquietud y estoy
deseoso de participar y ganar”, comentó.
Refirió
“que las inundaciones son sin duda, uno de los peores problemas al que se
enfrentan cada año los paliceños, y que merman en todas sus actividades
económicas, principalmente al campo y la ganadería”.
Con
cuatro años de militar en el blanquiazul, destacó que de llegar a ganar la
alcaldía de Palizada, propondría sacar unos créditos a la palabra para las amas
de casa, que son las que tienen más trabajo, empuje y las que llevan los gastos
de la casa, para coadyuvar a la economía familiar.
Sus
propuestas van dirigidas a las problemáticas que se presentan en las zonas
agrícola, ganadera, pesquera y la zona urbana, sobre todo ante las inundaciones
en donde se pretende apoyar a los ganaderos que se ven afectados tanto en la
zona de sequía como de creciente.
“Es
donde me comprometo en caso de llegar a la alcaldía, el transporte y
movilización de ganado hasta las zonas altas será gratuito, además de apoyar
con alimentos y medicamentos a los ganaderos, así como el relleno sanitario, y
de los patios incluyendo el transporte de arena”.
Agregó
que Palizada es un municipio olvidado por la lejanía en que se encuentra y
entre otras de sus propuestas está la idea de que en Campeche haya una oficina
que los represente para que de esta manera sea más rápido y directo el contacto
con las autoridades del estado”.
“Que
la gente que tenga la necesidad de hacer algún trámite sea más fácil y que no
tenga que gastar de más, dada la economía en que se encuentran los ciudadanos”,
prometió también.
Finalmente,
reconoció no ser netamente político, sino un empresario que al ver las
necesidades de su pueblo, quiere tomar las riendas de Palizada.
Los ganaderos
siguen esperando los apoyos para el traslado de sus reses o al menos ver los
preparativos. Las amas de casa, no ven sus créditos; ni para cuándo una
representación de Palizada en la capital San Francisco de Campeche.
Pedro Javier Ayala Cámara, es un un
futuro habitante de San Francisco Kobén, porque el pueblo paliceño tiene
memoria y le van a pedir cuentas al terminar su gestión, si es que logra llegar
a su término de ley. Vienen las lluvias y tormentas tropicales y hasta un
huracán, ¿de dónde va a obtener recursos para atender inundaciones en ese
pueblo mágico que no se merece a este pillo?
TRANSPARENCIA OPACA
Mal comienza la
semana para quien se muere en lunes, y en la COTAIPEC nada ha funcionado bien
desde su creación luego del fraudulento proceso electoral de 1997, que llevó al
poder a José Antonio González Curi. Para proteger y ocultar a quien fue el
árbitro de ese proceso, le fue creada una dependencia que con magníficos
sueldos y blindada en su totalidad le permitió al dentista de profesión
guardarse políticamente de los graves sucesos que avaló. Consecuentemente nació
con Síndrome de Down y su ya larga vida continúa sin responder a la necesidad
de una transparencia. La mano de los González Curi ha sido fatal para cumplir
con los fines para los que fue creada.
Se publicó en
los medios de comunicación impresos de la entidad la Convocatoria para la
renovación de los tres comisionados o integrantes de la Comisión de
Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado de Campeche
(COTAIPEC), que tuvieron una duración de siete años percibiendo un sueldo al
nivel de un diputado local, pues así le pusieron en la ley del ramo que
deberían ganar los “comisionados de transparencia”.
Y precisamente
es la falta de transparencia, paradójicamente, la dolencia más visible en dicha
Convocatoria a la ciudadanía en general a participar en la elección de quienes,
precisamente, tendrán el encargo de “transparentar” la administración pública
de los dos niveles estatales de gobierno, de sindicatos, partidos políticos,
etc.
Ser comisionado
de COTAIPEC ha sido un gran negocio, desde que su primer Consejo estuvo
integrado por quienes manejaron las elecciones desde 1997, que fueron los primeros consejeros del Instituto Electoral
del Estado de Campeche (IEEC), llamado jurídicamente órgano público local
electoral (OPLE).
Han manejado un
presupuesto de entre 15 y 25 millones de pesos anuales aprobados por el
Congreso del Estado que da su visto bueno y modifica, pero levemente por lo
general, su propio presupuesto de egresos, despachándose, desde luego, “con la cuchara
grande”.
Pero el ente
público COTAIPEC, los comisionados y demás directivos de ese “organismo
autónomo” son los primeros en “NO SER” fiscalizados, ni por la ciudadanía, ni
por el Congreso, ni por la Contraloría, ni por ellos mismos, ¡faltaba más! De
ese modo han medrado los comisionados y hoy, se ve a los ex comisionados o con
enormes ranchos en otros municipios o en cargos relevantes como el de
magistrados electorales o en puestos en la Secretaría de Finanzas.
Ha servido
precisamente para que no haya transparencia y, de paso, como pago de favores
para aliados en procesos político-electorales, y es ahí en donde entra el
control de quienes detentan el poder o de los grupos de poder en la entidad.
Al término del
período de los pagados por sus favores electorales prestados, el Congreso, a la
cabeza entonces el arquitecto Jorge Luis González Curi, nombró a Jorge Gabriel Gasca
Santos, a Manuel R. Osorno Magaña y C.P. Rosa F. Segovia
Linares, como nuevos comisionados de la COTAIPEC y se nombró al
primero de ellos, Gasca Santos como comisionado presidente, quien
siempre había sido distinguido como un colaborador cercano del “Richeliu”
campechano.
Pero había un
problema. Jorge
Gasca no cumplía con el requisito, que consistía en: “No ser
servidor público, en el momento de ser nombrado comisionado”.
Y en ese
momento, Gasca
se desempeñaba como integrante del Consejo General del entonces Instituto
Federal Electoral (IFE, hoy INE).
Pese a ello, el
Congreso no dio marcha atrás. Hubo impugnaciones, pero como era de esperarse,
el presidente de la Junta de Gobierno del Poder Legislativo, Jorge Luis González
Curi, salió al paso de la siguiente manera:
“El era
servidor público federal, no estatal”. Para Ripley. Pero así fue y se dejó
pasar.
“Pero por si
las moscas” –-pareció pensar el entonces presidente del Congreso y protector y
jefe de Gasca
Santos--, y al pastor de entonces le pareció bien cambiar, o
modificar, la Ley de Transparencia, a fin de “acomodarla” o “adecuarla” a la
llegada y a la permanencia de su pupilo a la presidencia de la Comisión de
transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental del Estado de
Campeche.
El problema
también fue que la adecuación a la legislación, específicamente, a los
requisitos para ser comisionado de Transparencia o integrante del Consejo
General de la COTAIPEC, la maniobró y concretó González Curi, a través de una
Iniciativa para Reformar, a destiempo, a toro pasado, o con efectos
retroactivos, aunque ilegales.
Y además, esa
precisa reforma, fue y es violatoria de las garantías individuales de los
ciudadanos. A pesar de que sufrió, o recibió, una modificación en las últimas
Legislaturas que sucedieron a la presidida por el arquitecto Gonzaléz Curi.
Pero el fin es el mismo. Solo cambiaron las palabras, “para que no se viera u
oyera, muy fea”, esta modificación parcial, premeditada, convenenciera,
controladora y violatoria de la Ley General del País, a la Ley de Transparencia
Estatal.
Dicha reforma,
consistió en ponerle un inciso al mismo Artículo que hoy solo se cita en la
Convocatoria para renovar la COTAIPEC, para precisar que, a la hora de nombrar
nuevos comisionados, siempre se le dará preferencia a los que trabajen en el
Instituto Electoral, o en la misma COTAIPEC. Es decir, siempre habrá una gran
posibilidad de reelección
Reelección que
hoy, con todo descaro, está buscando Jorge Gabriel quien en los próximos días deberá
entregar la estafeta a los nuevos comisionados. Pero él quiere reelegirse y
últimamente se dio a la tarea de recorrer los entes públicos, cual si estuviese
haciendo campaña proselitista para reelegirse. ¿Tanto será el encubrimiento?
Reelecciones
que, por otra parte, no son, ni serían,
sanas para la sociedad campechana, al contrario; pues precisamente para ello en
la Ley se establece que su encargo durará siete años, porque se considera un
tiempo más que suficiente para que hagan una buena labor y dejen todo en orden
para que los que los vayan a suceder, hagan una mejor labor todavía.
No para que
traten de reelegirse, a pesar que, como un candidato, los diputados le hayan
puesto que se les dará preferencia a quienes hayan laborado o estén laborando
en “otros organismos autónomos”.
Pero hoy, la
posibilidad de reelección, es aún más visible y real, toda vez que, ahora, la Ley
ya no dice que se le dará preferencia a quienes hayan laborando en “otros
organismos autónomos” sino que ahora dice que “se le dará preferencia a quienes
tengan experiencia en materia de transparencia. Y quienes serán estos? Pues los
que hoy estén laborando en la misma COTAIPEC.
Sin embargo,
ese precepto se cae en si mismo por su propio peso, toda vez que, en
automático, deja manifiesto que, el hecho de que se haya estado laborando en la
COTAIPEC, aun como Comisionado, NO GARANTIZA QUE TENGAN MÁS EXPERIENCIA, O QUE
SEPAN MÁS, EN MATERIA DE TRANSPARENCIA”.
Pues la
transparencia, en si misma, es esencia misma de la naturaleza honrada y
honesta, que debe caracterizar a todo servidor público.
Y tiene que ver
con el comportamiento o la conducta personal de honestidad y honradez
demostrada por el profesionista aspirante a Comisionado, a lo largo de su vida
o de su trayectoria profesional, ya sea desde el ámbito privado o público.
Así que el
hecho de haber laborado en la misma COTAIPEC o en algún otro organismo
autónomo, DE NINGUNA MANERA GARANTIZA QUE SERÁN LOS MEJORES NUEVOS
COMISIONADOS.
Inicialmente, González Curi,
diseñó el candado anti constitucional a los aspirantes comunes y corrientes a
ser Comisionados de la COTAIPEC:
Al párrafo del
requisito de no haber ocupado un cargo público, aun un año antes de ser
nombrado comisionado, le añadió, después de ponerle un punto y seguido: “En
este requisito se exceptúa a los actuales funcionarios de los organismos
públicos autónomos”. Estaba a flor de piel la inconstitucionalidad y por eso,
hoy, esa parte de la ley dice:
Art. 123 (de la
LTAIPEC).- “En la conformación de la Comisión se procurará la igualdad de
género y se privilegiará la experiencia en materia de acceso a la información
pública y protección de datos personales”.
En la
conformación de la Comisión se procurará la igualdad de género y se
privilegiará la experiencia en materia de acceso a la información pública y
protección de datos personales, en términos del párrafo segundo del artículo 23
de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado.
Y si bien es
cierto que, este segundo párrafo del Art. 123 de la LTAIPEC se consigna en la
convocatoria, también es cierto que es un párrafo amañado y aunque es en sí un
candado inconstitucional para cualquier aspirante de la ciudadanía que no tenga
nexos con algún funcionario público poderoso, en realidad no lo aparenta. Más
bien aparenta privilegiar la igualdad, pues menciona esta igualdad. Sí,
igualdad en el género, pero no igualdad en cuanto a tener las mismas
posibilidades para acceder a ser Comisionados de Transparencia.
Es un candado
como en la mayoría de su tipo, maquillado. Aunque en este caso, refulge.
Del manejo que
le dio Gasca
Santos habría que decir que es un asunto que se cocina aparte, pero
apuntar que creatividad para medrar no le faltó a Gasca Santos, pues creó diversos
programas que le permitieron manejar cuantiosos recursos públicos, sin que
hasta el momento haya rendido cuentas claras y transparentes, aunque se están
documentando.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)