martes, 12 de abril de 2016


“El mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesan”.

Arnold Toynbee (1889-1975)
Historiador ingles

En vez de pensar como extraer más petróleo y encontrar nuevos yacimientos como el Cantarell; en vez de seguir de zánganos dilapidando esos recursos que ya no hay, ordeñando la vaca sin alimentarla, debemos recapacitar que hay en puerta un boquete de 21 mil 700 millones de pesos que los estados dejarán de percibir este año.

Estados como el de México dejarán de llevar a sus arcas 15 mil 300 mdp, mientras que Campeche percibirá solamente mil 200 mdp. La caída en participaciones para estados y municipios es el resultado de una producción petrolera ---especialmente de Campeche---, menor a la esperada, con bajos precios del hidrocarburo y una actividad económica con menor dinamismo, aunado a ingresos no recurrentes derivados de la reforma fiscal de 2013 que no se van a materializar en el 2016.

Campeche, con un gobernante que está golpeando puertas en todas las secretarías de estado y organismos descentralizados, busca desligarse de un cáncer que lastró nuestra economía por más de 30 años y que hoy al desaparecer Pemex, nos deja no solo en la orfandad sino con un panorama nada fácil para enfrentar la crisis que ya está presente por los recortes sucedáneos del gobierno federal.

Va a hacer falta pensar de diferente manera, actuar de otro modo, pero por sobre todo sacar a Ciudad del Carmen del cuarto de terapia intensiva en que se encuentra luego de lo acontecido no solo con la desaparición de Pemex, sino de la caída de la producción de petróleo y del desplome de los precios del mismo.

Ciudad del Carmen está inmerso en un torbellino de crisis económica luego de la desaparición de la paraestatal Pemex, como consecuencia de la Reforma Energética.

Gobernar a este país, gobernar a Campeche se torna cada vez más difícil. A los problemas tradicionales de manejar un país bronco, en el que grupos de poder asumen posiciones violentas para exigir recursos y prebendas, se suma el desplome de la dictadura perfecta, aquella que Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura tanto nos criticó y que hoy se le devuelven con los “Panama Paper´s”.                                                                                            
El presidente de la República y por ende los gobernadores de las 32 entidades federativas no tienen ya los poderes metaconstitucionales, que les permitían tomar decisiones y aplicarlas a rajatabla, en aquellos románticos tiempos del viejo partido tricolor. Hoy todos los gobernantes enfrentan criticas constantes tanto en los medios como en las redes sociales, que eran impensables en el pasado.

Y esto es así, por el bajo nivel de aceptación en procesos electorales. De facto son las mayorías en las Cámaras de Diputados tanto federal como estatales, que en alianza con el Verde Ecologista y Nueva Alianza, han podido negociar y lograr acuerdos.

Aquel Pacto por México del 2 de diciembre del 2012 que le permitió a Enrique Peña Nieto,  y con el aval de los presidentes del PRI, PAN, PRD y PVEM, realizar 13 reformas estructurales en los primeros años de su sexenio, entre ellas la laboral, la financiera, la de competencia económica, la de telecomunicaciones, la hacendaria y la energética, esta última que desmoronó la economía de la Perla del Golfo. Pero todas ellas han quedado atrás.

El principal problema de los próximos años será el económico.  El desplome de los precios del petróleo ha puesto al gobierno contra la pared, pero a Campeche lo ha sumido en un mar de incertidumbre. Su “capital económica” está desarticulada. Las exportaciones manufactureras también han sido afectadas. El tipo de cambio ha llegado a niveles alarmantes –rebasó los 18 pesos el dólar--, y en el caso de Campeche lo único que exportamos con esa ventaja es la miel.

El petróleo puede idiotizar a un país. Lo torna flojo, complaciente, clientelar, parasitario. Nos interesaba más vender barriles que educar a nuestra población. Esperar las participaciones de la venta de hidrocarburos que en la inversión de talentos humanos, Los gobernadores y, sobre todo aquellos que tienen las mas altas poblaciones humanas como el Estado de México, sin generar un litro de petróleo o gas, recibían verdaderas fortunas y todo iba directo a la corrupción.

Como México ayer. Como México hoy. Víctima de la “Primera Ley de la petro-política” descrita por el  escritor Tom Friedman en un artículo de Foreign Policy: mientras mayor sea el precio del petróleo, menor será el ímpetu reformista y el compromiso modernizador.

México y Campeche en especial con el 80 por ciento de la producción, se equivocaron una y otra vez. Pospusieron decisiones difíciles, comprando tiempo, flotando de muertito en un mar viscoso, cada vez menos profundo. Campeche, preso desde hace 38 años en que el gobernador Rafael Rodríguez Barrera, dio a conocer que estaríamos en la mira mundial porque se habían descubierto grandes reservas petroleras en la Sonda de Campeche. Preso, desde entonces de la maldición que entraña obtener ingresos con tan solo perforar un pozo. Construir nuestra incipiente economía alrededor del oro negro y quien lo controla; donde todo dependía del precio del barril y quien se beneficiaba con su venta era y siguió siendo el gobierno federal, dejándonos migajas porque la Constitución no nos permitía recibir los recursos que estados como Veracruz y Tabasco si tenían.

Pero no nos importaba porque los gobernadores le metían mano a esos dineros que caían como el maná. No importaba que el campo y la pesca se fueran al demonio; no importaba crear emprendedores sino proteger depredadores. El persistente saqueo trajo nuevos actores en la política para administrar esa riqueza sin pensar en el mañana.

Porque cuando un gobierno obtiene los recursos que necesita para sobrevivir vendiendo petróleo, no tiene que recaudar impuestos y todos sabemos que sucede cuando no se recaudan impuestos. Las tensiones sociales se atenúan pero no se solucionan, porque se posponen las soluciones de problemas usando dinero discrecional que fueron de fondos petroleros.

Es más, hasta se evitó la rendición de cuentas porque hubieron demasiados  consumidores contentos con sus compras en SAM´S, Wallmart, Mega Comercial, Aurrera, etc. Demasiados campechanos y carmelitas conformes con la federación “dadivosa” como para exigir su transformación.

La riqueza petrolera llevó a la política a un ejercicio donde el  gobierno daba y el ciudadano recibía. La mano extendida llegaba a todos, Los pescadores porque vendieron sus barcos camaroneros, dinero; los agricultores porque la planta de Nitrógeno les dañó sus tierras; dinero;  los comerciantes porque no les permitían llevar sus ventas a todos lados de la vía pública, dinero; las dependencias estatales y municipales porque necesitaban trasladarse en sus domicilios a las familias, dinero en forma de vales de gasolina…y así hasta el hartazgo. La mano extendida y la boca cerrada. La democracia como un sistema de extracción sin representación. El petróleo nos hizo zánganos, parasitarios y nos mantuvo en el mismo lugar.

Campeche gastó mal su poca riqueza y en cierta forma descuidada, irresponsable, sin pensar en el mañana. Pero ya sabemos que los políticos no piensan para el futuro, sino solo respiran por trienios o sexenios. Datos fidedignos nos dicen que en su mejor momento recibía el gobierno federal más de 100 mil millones de dólares anuales gracias a las ventas del petróleo. Si hacemos números 80 mil de ellos aportados por la extracción en la Sonda de Campeche.

La burocracia política creció en forma desmesurada, pero no sirvió para educar a los ciudadanos. No usó las rentas que generó para asegurar clientelas sino para entrenar ingenieros.  Hoy que el petróleo está en los suelos en materia de precio y secos los pozos como el Cantarell el impacto ha sido brutal y estamos descubriendo que hay poco para ofrecerle al mercado global más allá de los emigrantes que detesta el candidato republicano Donald Trump.

Nuestros paradigmas campechanos sobre el petróleo necesitan ser repensados ya no tenemos ni a quien recurrir para que se construya el nuevo Puente de la Unidad, porque del actual ahora si está cerca “un colapso súbito del concreto” y no como dijo un reportero campechano hace 20 años en una entrevista para El Universal, que movieron a risa a los gobiernos de ese entonces.

Más allá de lo verdaderamente anecdótico que ha representado las decenas de promesas que los candidatos a la presidencia de la República nos han hecho desde los lejanos tiempos de José López Portillo, lo fundamental han sido los compromisos en algunos casos hasta firmados para beneficio del Estado.

Discursos huecos y monotemáticos. Quiérase o no a Campeche únicamente le queda su joven gobernante, porque sea quien sea el próximo Presidente de la República el sobrevivirá a lo que venga y volverá a apelar para mejorar la calidad de vida de los campechanos.
Porque como loro en jaula hemos de recordar los compromisos y que por cierto no tienen efectos vinculatorios. Ya se vio, que igual pueden cumplirse o no.  Por creatividad o descaro, las mejores promesas son las de quienes ejercen el oficio más antiguo del mundo (no el que se ha dicho siempre), la política quiero decir. Un político necesita prometer para lucir auténtico especialmente en América Latina donde la promesa es deporte.

Y aquella suscripción pública ante los fedatarios no tuvo efectos éticos, sociales ni mucho menos políticos. Enrique Peña Nieto no cumplió con Campeche. Porque nos preguntamos ¿dónde esta la modernización y ampliación del Puerto de Seybaplaya? Los malpensados nos dirían se diluyó en las manos de Fernando Sadek Abad y David Uribe Haydar.


¿Y la construcción del nuevo Puente de la Unidad? Pues esa se la comió Tradeco y todos sus benefactores y en estos momentos no hay quien diga esta boca es mía. Hay que recordar que con motivo de la celebración del Día de la Marina, hace cinco años, el presidente Felipe Calderón Hinojosa, anunció la construcción del nuevo Puente de la Unidad, obra que le colgó de los hombros a Petróleos Mexicanos y si mal no recordamos hasta fijaron el monto en 900 millones de pesos que, supuestamente se depositaron en la paraestatal, pero luego de pasado un tiempo hasta los recursos se perdieron. Mucho de eso sabe Mario Ávila Lizarraga. Han pasado todos estos años y nada se hizo.

Pero Peña Nieto también nos prometió y firmó la modernización de los sistemas de agua potable y el drenaje y alcantarillado de la Ciudad de San Francisco de Campeche, obras en las que tenemos en comparación con otras capitales de Estados 100 años de atraso. El gobierno de Fernando Ortega Bernés a través de la Conagua realizó el drenaje pluvial de una parte de la ciudad, que por cierto antes de ser entregado se derrumbó en un tramo del malecón de la ciudad. Mala calidad producto de los “moches”.

Pero “el tiempo de tener respeto a Campeche” aún no llega y esta fue promesa de Peña Nieto durante su campaña. Desde que el diablo escrituró los veneros de petróleo a Campeche, todos los gobernantes andan mendigando año tras año los recursos y las obras indispensables para su desarrollo.

Y sin caer en decálogos porque pareciera el Decamerón, también se nos prometió mejorar la economía y la calidad de vida de todas las familias; que los campechanos tengan un mejor salario; que se detenga el alza en los precios de la canasta básica; que se baje el precio de las tarifas eléctricas en serio y no en demagogia, a través de la reforma energética y hacendaria; otorgar los útiles escolares para estudiantes de primaria y secundaria, no como los que hizo el hoy diputado federal Miguel Angel Sulub Caamal, quien contrató en Ticul, aquellos zapatitos y con la papelería Tony los grandes diezmos, dejando a productores campechanos silbando en la loma; la creación de becas de transporte para los jóvenes que recorren grandes distancias para llegar a la escuela; vales de medicina para la población cuando las instituciones del sector salud no tengan abasto; seguro de vida para jefas de familia, a fin de que sus hijos queden protegidos en caso de que ellas falten; crear programas para la construcción de vivienda y una pensión universal para adultos mayores de 65 años.

Y luego de casi cuatro años yo les diría ¿y su nieve de que sabor la quieren?


¿ADONDE VA VICTOR MENDEZ?

Fuentes fidedignas nos aseguran que está a punto de dejar la delegación Estatal del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del  Estado (ISSSTE), el suertudo Víctor Manuel Méndez Lanz, quien luego de dejar el Estado como alcalde de Campeche, tuvo la fortuna de que el empresario yucateco Omar Díaz Castellanos, le presentara al famoso “Chupón” Emilio Gamboa Patrón, quien ha navegado en las cámaras federales por más de 20 años, llevándose a Méndez Lanz a ese largo periplo.

También se menciona que quien le recibirá la estafeta del ISSSTE será la delegada federal del Trabajo y Previsión Social, Rita del Rio Avila, quien todos saben que es una de las consentidas de Enrique Peña Nieto. La dábamos como inamovible hasta el 2018, pero tal vez se sienta más cómoda en este nuevo encargo.


CONTAMINADA LA LAGUNA DE BACALAR

asaamprobante provisional de lap como alcalde de campeche del Estado (ISSSTE)lomalcio mora con el comprobante provisional de lap
Aquellos que tuvieron la fortuna de pasear por las playas del Caribe Mexicano nos dicen que un día del fin de semana de la Semana Mayor les causó sorpresa ver remojado en la Laguna de Bacalar al ex gobernador de Campeche, Fernando Eutimio Ortega Bernés, acompañado de su familia.

Nada extrañó para quien puede darse ese lujo, pero como cambian los tiempos, porque nos aseguran que algunos de sus protegidos lo esperaban en “El Sombrerón”, donde tenía su bunker en tiempos de playa. Hoy se añoran las bacanales de esos días por parte de su círculo de amigos, que por cierto, solo dos de ellos vacacionaron en ese lugar que un día fue sitio de descanso del ex gobernador Manuel José López Hérnandez, ahí por los lejanos años de 1950. Carpe diem.


UN AYUNTAMIENTO CON TUFO DE CORRUPCIÓN

Desde el mes de Julio del año pasado, al concluir finalmente las campañas electorales que dieron rumbo al mapa electoral actual, sabíamos de antemano que en el caso del Ayuntamiento de Campeche las cosas, al menos no iban a cambiar y por el contrario si podían empeorar.

Al paso de los días, --meses ya--, no hacen más que confirmar lo que muchos nos temíamos, que el Ayuntamiento de Campeche está convertido en una cueva de amigos y familiares que se sirven del poder.

Hace semanas se hizo pública una denuncia que señalaba que el Ayuntamiento había pagado 222 millones, 404 mil pesos a la empresa “Cal-Kim Enterprise, S.A. de C.V.”, presuntamente propiedad del actual Secretario del Ayuntamiento y por muchos años brazo derecho de Miguel Angel Sulub Caamal, puruxista de hueso colorado pues, Jesús Antonio Quiñones Loeza. Se señaló que el pago había correspondido por concepto de servicios de iluminación, instalación de luminarias, postes de concreto, obras de construcción y suministro de papelería, de ahí a que usted viera que cambiaran luminarias como si de bachear se tratara.

No es de extrañarse esta situación, basta recordar que a finales del año 2014 y estando en el poder su amigo y mentor, Fernando Eutimio, el ex diputado fue exhibido con una serie de irregularidades en el Municipio que precisamente representaba (Hopelchén), basándose justamente en su calidad de diputado. “El barullo de Carmela”, cantina ubicada a las afueras de Bolonchén, propiedad de Guillermo Barrera Loeza, primo de Jesús Antonio, al igual que el sueldo que recibía su hermana Gladys Georgina Quiñones Loeza, quien cobraba por parte de SEDUC de intendente de secundaria, secretaria en kínder, enlace y como empleada administrativa, fueron sólo algunas de las pequeñeces comparadas con lo que ahora sale a la luz pública.

Ayer también se ratificó una denuncia en la Contraloría de ese Ayuntamiento al hoy director de Atención y Participación Ciudadana, Luis Hernández Zapata por presunto nepotismo al nombrar como jefe de departamento de la dependencia bajo su cargo a su sobrino Jorge Tejero Zapata, otro ejemplo más de lo que hoy en día nos podemos encontrar en el “renovado” Municipio de Campeche.

Precisamente por actos como los anteriores, nos queda la certeza que lo que ocurre en el Ayuntamiento de Campeche no son hechos aislados sino consecuencia de una política instaurada por el primer edil de total impunidad, puesto que lo mismo el Jefe de su Oficina, Erick Kernz Ruiz, se apunta a la “fiesta” apropiándose de toda una banqueta en Santa Ana para construir una barda en la casa de su mamá, como también el propio alcalde Edgar “El Garo” Hernández tiene el descaro de nombrar a su sobrino Ignacio Muñoz Hernández como asesor en la controvertida dirección de Atención y Participación Ciudadana.

Y esos amables lectores, como le dije anteriormente, son sólo detalles de lo mucho que seguramente en los próximos días irá saliendo a flote.

¿Qué habrá venido a hacer Sulub Caamal este lunes donde se entrevistó en el Ayuntamiento con el primer edil? ¿Tendrá relación con lo que comento líneas arriba?

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