A propósito de los recortes, la austeridad y la disciplina
en los gastos de FOB, la siguiente “Epigracia” como llamó mi amigo Jesús
Eleazar Ayuso Barrera: Lo digo de Sur a Norte: / Por causas de honestidad / ¡hágase
por caridad! / de uñas un buen recorte.
¿EL FIN JUSTIFICA LOS
MEDIOS?
A las autoridades y a los precandidatos a la grande del año próximo que
tienen la lengua larga, porque ofrecen más de lo que pueden o quieren cumplir,
para satisfacer así sus ambiciones desorbitadas y reclamar honores inmerecidos
les recomiendo la terapia de la humildad.
Hoy domingo (Dominus, día del
Señor), habría que darle una repasadita a la Biblia. Jesús, en el evangelio de
San Mateo y Cervantes en “El coloquio de los perros”, coinciden con lo que
estoy diciendo: que la humildad es el fundamento de todas las demás virtudes.
Veamos porque…
Porque la ambición que suele transitar caminos opuestos a la humildad,
es con frecuencia el disfraz de la soberbia, dice en su homilía San Juan
Crisóstomo, predicador célebre llamado “Pico de oro” por su elocuencia. No
estamos contra el deseo de honor; gloria y prosperidad es legítimo. Deseo que
se convierte en ambición en el momento en que se desordena. Deseo que,
revestido de soberbia, se aparta del servicio a los demás y degenera en afán de
lucimiento exhibicionista.
Porque no debemos olvidar quién somos y dónde estamos. Se atribuye a San
Francisco de Sales, patrono de los periodistas, un consejo pensado para
retratar a los que aspiran a estar por encima de todos, a ponerse en el primer
puesto a como de lugar. Palabras más o menos señala: ¿Acaso los mulos dejan de
ser torpes y hediondas bestias porque su amo los cargue de olores, muebles
preciosos y tesoros de gran valor? El amo, claro, es Dios.
Porque la humildad induce a los servidores públicos a pedir perdón por
sus errores. Así como el deseo de honores y gloria puede derivar en soberbia,
así la solicitud de perdón cristaliza en rectificación cuando la autoridad, más
consciente de sus obligaciones que de su persona, aprende a rectificar. En
realidad, tanto como la humildad, la rectificación es un acto de honradez que
honra a quien la practica.
Porque el hombre soberbio no da su brazo a torcer y se cree el dueño
eterno de la verdad. Incluso en temas polémicos y opinables. Por eso nunca
participará en foros y diálogos abiertos y enriquecedores sobre los asuntos
públicos. Por eso los precandidatos y las autoridades campechanas emanadas del
PRI perciben y se regocijan en su contumacia, porque sobre todo un reciente
galardonado con una presea estatal creen que rectificar es un síntoma de
debilidad. La falta de humildad, erigida en soberbia, lo lleva a que su
egocentrismo sea el centro de atención en todo. Escribá de Balaguer, fundador
del Opus Dei, decía: Solo los tontos son testarudos; los muy tontos, muy
testarudos.
Porque, sobre todo, el gobernante humilde respeta a los demás y a sus opiniones, enriqueciendo su oficio de
gobernar con las ideas de sus conciudadanos, con las aportaciones de la
oposición, y multiplica con el oído atento a la crítica, las ocasiones de prevenir
un desliz o repararlo ayuda de la critica en vez de encerrarse en su
oficina-hotel lleno de soberbia.
Porque ¿dónde colocaremos al galardonado reciente? ¿entre los soberbios
que son testarudos de remate? ¿entre los humildes que ejercen con encomendado?
O entre aquellos que saludan con sombrero ajeno. Porque en ese asunto
del Lío Limítrofe entre los tres estados de la Península de Yucatán, el mérito
no se lo puede adjudicar nadie en forma personal, porque en ese asunto ---que
por cierto Quintana Roo algo estará tramando su loco Ejecutivo---, nadie puede
aseverar que está concluido.
Porque por humildad el galardonado en esta ocasión en el sitio donde una
mañana el Mártir de la Democracia Francisco I.
Madero, constató lo que le dijera Palavicini, que Campeche era un
cementerio de ideas. Efectivamente, el Circo Teatro Renacimiento fue el
escenario de lo que “El Cisne de Avon”, William Shakespeare, escribió en su “Comedia
de Equivocaciones”.
Porque pedirle humildad a quien externó que está a las puertas de su
terreno cielo personal, es pedirle peras al olmo. Ni siquiera por equivocación
esa mañana mencionó los nombres de quienes siendo campechanos estuvieron aportando
ideas, soluciones y proyectos que por supuesto fueron “tomados” para su
provecho personal. En lo que si estoy de acuerdo con este “humilde” es que le
falta pecho para portar la medalla “Justo Sierra Méndez”.
Y que además, con esa humildad que lo caracteriza va ahora por la presea
“Lic. Guillermo González Galera”. Faltaba más.
Y es que hace exactamente 25 años un gobernante surgido del pueblo, le
otorgó a Rafael
Baledón Cárdenas, la “Justo Sierra Méndez”, por el solo hecho de ser
actor y de origen campechano. Pobre medalla que manejan según las
conveniencias.
No cabe duda que para ser grande primero se tiene que aprender ser
pequeño, porque la humildad es la base de toda verdadera grandeza.
LA GORRA DE LA
IGNOMINIA
Obra en poder de Jaque Mate una gorra que habla claramente de
la mentira, del fraude, de la falta de palabra, pero peor aún de la impunidad
para que pasados más de 16 años siga sin poder cobrar quien en su momento
otorgó miles de gorras, banderolas, camisetas y toda una parafernalia de
objetos que, a manera de promoción el entonces candidato del PRI a la
gubernatura de Campeche por el sexenio de “La Grandeza”, encargó a un proveedor
cuyo nombre por el momento me reservo.
Resulta que José Antonio González Curi, candidato del PRI
que perdió en las urnas el proceso electoral 1997-2003 ante la candidata del
PRD Layda
Elena Sansores San Román, emprendió su campaña con el sistema de
“todo fiado” que su hermano Jorge Luis le administraba. Así fue como ese
par de sinvergüenzas pidió a crédito (obran en mi poder copia de las facturas)
sus artículos promocionales que ascendieron a seis millones de pesos, pese a
saber que el tope de campaña en ese entonces era de cuatro millones de pesos.
Pero el par de hermanitos le juró y perjuró al proveedor que una vez que
llegara a la silla mayor del Cuarto Piso, le cubriría todo el importe y
quedaría registrado en el padrón de proveedores de su gobierno.
Dieciséis años después la citada deuda sigue sin ser pagada, pese a los
constantes reclamos que fueron como predicar en el desierto, porque el sexenio
de La Grandeza se olvidó de pagar y lo más probable es que en algún momento los
empresarios de la construcción que siempre aportan, hayan cooperado para cubrir
esa deuda, pero que fueron a los bolsillos sin fondo del hermano mayor.
Ahora bien, se rumora que el ex gobernador se ha venido reuniendo con un
precandidato a la gubernatura llevándole mil promesas, que si son como las que
hizo en Tabasco auguran un mal fin. Considerará ese precandidato una alianza
con semejante fichita. Alianzas de este tipo son como vender su alma al diablo,
porque gane o pierda siempre quedará mal porque una vez de nuevo cerca del
poder, los hermanitos pese a sus escandalosas fortunas mal habidas en
maquiladoras y un gran número de desvíos siguen queriendo exprimir el erario
estatal.
EL 2% DE LA CORRUPCION
La transparencia y la rendición de cuentas son el punto toral para que
en México exista la democracia. La ciudadanía tiene derecho a saber cómo y en
qué se gastan el dinero que es del pueblo.
Con la Reforma Constitucional en materia de transparencia, promulgada el
pasado viernes por el presidente Enrique Peña Nieto, entre otras cosas los
partidos políticos y sindicatos que reciban recursos públicos, al igual que los
órganos autónomos, FIDEICOMISOS (como el 2% Sobre Nóminas) y
fondos públicos, serán sujetos obligados en materia de transparencia.
En esta tesitura tenemos toda la historia de lo que ha sido el
Fideicomiso del 2% sobre Nominas que desde la época de Jorge Salomón Azar García y los
sexenios de José
Antonio González Curi, Jorge Carlos Hurtado
Valdez y el actual Fernando Eutimio Ortega Bernés, han sido
saqueados por un vival como Arturo May Maas, quien ha gravitado en ese
fideicomiso durante más de 22 años con el contubernio de los responsables de la
Secretaría que por ley recibe y “administra” estos cuantiosos recursos no solo
en Campeche sino también en El Carmen.
La falta de espacio nos impide en esta ocasión
detallar ese asunto y ahora con la Reforma Constitucional en Materia de
Transparencia puede develarse un gran fraude donde se encuentran coludidos
organismos como los Centros de Coordinación Empresarial.
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