PROMETER NO
EMPOBRECE…
Al gobierno que sigue buscando su progreso, o el de Campeche le quedan
escasos 18 meses para concluir su administración. Demasiado corto el tiempo
para pensar que los mil 491 compromisos de campaña se lograrán cumplir en su
totalidad.
Repetimos lo que en otras ocasiones hemos pensado sobre esta faceta de
los políticos de prometer hasta las perlas de la virgen, cuando aun no llegan
al poder. Luego ahí, y darse cuenta que los verdaderos problemas a enfrentar
son innumerables y algunos de resolución inmediata, postergando los prometidos
hasta que los recursos lo permitan.
Porque es cierto que firmar compromisos ante Notario Público no tiene
efectos vinculatorios. Igual puede cumplirlos el ya gobernador o no realizarlos
por falta de recursos. Pero la suscripción pública ante un fedatario si tiene
efectos éticos, sociales y políticos. Y ahí es donde llega la hora de la
verdad.
En días pasados el gobernador del Estado dio a conocer que ha cumplido a
la fecha mil compromisos y que 356 están en proceso de concretarse. Que la
inversión de estos compromisos ya cumplidos ha generado al menos cuatro mil
millones de pesos. También señala que 356 podrían costar otros mil millones de
pesos.
Sin embargo 135 de ese gran total de mil 491 están en veremos y busca
que entre Dios y Enrique Peña Nieto pueda lograr que antes de entregar el
poder haberle cumplido a los campechanos. En un breve análisis de esas promesas
se observan obras y acciones que generarán progreso que ha sido una asignatura
pendiente para con la ciudadanía. No hay que mentar al Creador en cosas tan
mundanas. El no tiene la culpa de las toneladas de polvo que estamos respirando
los habitantes de esta ciudad.
Seguimos pensando que hay un solo compromiso que desde que lo inició en
2009 sabíamos que era una obra de romanos: 25 mil viviendas. Que se dice fácil
pero que nunca estuvimos a la altura de ese reto. Aun sumándole acciones
federales del Infonavit, Fovissste y otras dependencias del ramo, jamás se
podría lograr esa promesa.
Algunos lectores en función de este tema me han preguntado: ¿por qué los
políticos firman ante Notario esas promesas? Yo pienso que es un juego político
al decirles a los ciudadanos no se olvidará lo prometido. La política
ciertamente debe servir para sembrar certidumbre y confianza.
Los optimistas me señalan como un pesimista irredento y a los ínclitos
defensores de los “prometedores” solo les falta acusarme de traición a la
Patria. Pero recuerden que al anterior presidente de la República Felipe Calderón
Hinojosa, antes de largarse dio a conocer hasta el monto que su
gobierno tenía preparado a través de Pemex para la construcción del nuevo
Puente de la Unidad. El tiempo nos ha dado la razón, porque los recursos si
existieron realmente desaparecieron misteriosamente y entre corrupción y
promesas el puente ya va para un año del inicio de los trabajos y no tiene para
cuando concluirse. Esta promesa a manera de ejemplo.
Por lo que concierne a EPN se esta construyendo un acueducto pluvial
que lo único que logrará será azolvar aún más la bahía de Campeche. El
verdadero drenaje, y me refiero a las aguas negras eso nadie lo ha prometido
---porque no luce---, ni tiene para cuando hacerse, pese a que la ciudad ya
rebasa los 300 mil habitantes.
Campeche, es una ciudad donde el agua no es potable. Apenas entubada y
clorada, pero nada más. Seguimos navegando entre detritus que por siglos
---desde antes de la construcción de las murallas existían--- han contaminado
la bahía, que se inunda al primer aguacero fuerte; los mojones flotan a todo lo
largo de la bahía y la zona construida. Ni EPN ni Fernando Ortega Bernés, menos aun los
gobiernos panistas dijeron “esta boca es mía”. Está difícil que los
precandidatos se avientenç ese trompo a la uña.
TRADECO, TURBIA DESDE
SU ORIGEN
Es triste lo que le está sucediendo a nuestros hermanos carmelitas con
la construcción de su segundo Puente de la Unidad. Hablar del primero es
prolijo. Ya en este espacio en años anteriores hemos dicho lo que ahí ocurrió,
también por la corrupción; sin embargo y aun con serias deficiencias de origen
se ha mantenido en pie durante más de tres décadas.
La semana pasada la noticia fue el mal manejo de una trabe precolada que
por mal manejo técnico se soltó y al destruirse arrojó la mala calidad con que
fue construida, dejando al descubierto toda la podredumbre que la compañía Tradeco
ha tenido a lo largo de su existencia.
Tradeco es una
compañía constructora que fue formada en el sexenio de Vicente Fox Quezada, y que se
rumora es propiedad de los hermanos Bribiesca Sahagún, es decir, los entenados de Fox.
Aparentemente aparece en libros como accionista mayoritario Federico
Alberto Martínez Urmeneta, hijo del ex directivo de Petróleos
Mexicanos (PEMEX)
Federico
Martínez Salas, quien ocupó el lugar en ese sexenio panista de Cosme Mares
y sus compañías Facopsa y Fastec, sustituyéndola como la compañía de ese
sexenio.
Tradeco arrastra un historial de
incumplimientos en la ejecución de obra federal nacional, daño patrimonial,
tráfico de influencias, conflicto de intereses y supuestos fraudes en México y
Centroamérica.
Esta mala constructora supone otra historia de tráfico de influencias y
conflicto de intereses en Pemex, en los que está involucrado Martínez Salas,
quien en los 12 años de panismo en el gobierno federal fue uno de los
funcionarios con mayor poder en la
paraestatal, donde ocupó los puestos de director ejecutivo del Proyecto
Cantarell, subdirector de Proyectos de Producción Primaria de la Dirección
Corporativa de Ingeniería y Desarrollo de Obras Estratégicas de Pemex
Exploración (PEP) y director Corporativo de Ingeniería y Desarrollo de
Proyectos de Pemex y a su hijo Federico como accionista mayoritario y
representante de Tradeco ante el gobierno federal panista.
En escasos dos años Tradeco “obtuvo” contratos en Pemex y en la SCT que
ascendieron a más de tres mil millones de pesos, con lo que se violó la Ley
Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos y a la de Obras
Públicas y Servicios Relacionados con la misma LOPSRM, que prohíben a cualquier
funcionario o sus familiares hasta en cuarto grado participar en las
contrataciones de gobierno (en Campeche en esta fiebre de obras hay varios
casos).
Aunado al conflicto de intereses que según la LFRSP invalidaría todos
los contratos y causaría la inhabilitación hasta por 20 años, tanto del
funcionario como de la compañía, el sexenio federal pasado Tradeco acumuló numerosas
investigaciones integradas por los órganos internos de control, tanto en la SCT
como en Pemex,
por incumplimiento en sus contratos que incluso derivaron en algunas
penalizaciones.
Pero ¿cómo creció ese monstruo corrupto? El 18 de febrero de 1992, según
escritura pública formalizada ante el notario 14 de Ciudad Nezahualcoyotl, Felipe Alfredo
Beltrán Santana, se constituyó la empresa Trade Comercializadora, S.A. de C.V.
con un capital social de 10 mil pesos. En octubre de 1997, se modificó la
denominación por la de Tradeco Infraestructura, S.A. de C.V. Su
accionista mayoritario era Martínez Urmeneta, quien también presidía el Consejo
de Administración. Como vicepresidente aparecía Sergio Toscano del Olmo, como
secretario, Hilario
de Jesús Orozco Unzueta, como tesorero Luis Arturo Navarro Hernández y
como vocal, Yves
Loustalot Laciette Macías.
Tradeco opera además, las subsidiarias Tradeco
Ambiental, marcadores de Pavimento y Bestlabor. Ingresó como
contratista del gobierno federal en el mismo período en que Martínez Salas,
ex directivo de ICA
(Ingenieros Civiles y Asociados. Remember Campeche Playa, etc.), se
incorporó a la función pública.
Cuando su papá estuvo en Pemex, Martínez Urmeneta recibió contratos por más de
mil millones de pesos de la petrolera y por unos dos mil millones de pesos de
la SCT.
Por ejemplo el 22 de octubre de 2003 Pemex Refinación le adjudicó un contrato por
379 millones de pesos para “trabajos de modernización” de la refinería de
Minatitlán, Ver., por un período de 19 meses.
En diciembre de 2005, la misma subsidiaria le adjudicó un contrato por 35 millones de pesos para la
conservación y mantenimiento del poliducto en el derecho de vía y en el
interior de las instalaciones superficiales del poliducto de
Salamanca-Guadalajara. En junio de 2006, la Región Sur de PEP le adjudicó el contrato 455026901, por 189 millones 128
mil 771 pesos, para la “inspección, rehabilitación y certificación de ductos en
el activo integral Macuspana, en Tabasco.
Dos meses después, la misma área le otorgó el contrato 4250 26938, por
150 millones de pesos, para la “inspección, rehabilitación y certificación de
ductos del Activo Integral Bellote-Jujo, en Tabasco, del 6 de octubre de 2006,
la superintendencia del Sector Operativo Atasta, de PEP en Macuspana, Tab., le
otorgó el contrato 428236 849, por 96 millones 781 mil 567.49 pesos, para la
“rehabilitación de los sistemas de desfogue de gas y condensados” en el centro
de distribución de gas marino en Ciudad Pemex, vigente del 11 de septiembre de
2006 al de mayo de 2007.
LOS CONTRATOS CON LA
SCT
El 21 de enero de 2005, en una sesión del Consejo de Administración de
Pemex, en la que estuvieron presentes Francisco Gil Diaz, entonces secretario de
Hacienda; Pedro
Cerisola, de Comunicaciones y Transportes y Fernando Canales Clariond, de
Economía, ascendieron a Martínez Salas a la dirección corporativa de
Ingeniería y Desarrollo de Proyectos de la paraestatal. Para Tradeco se
tradujo en el incremento ---como si hubieran sido pocos---, en el número de contratos y
montos del gobierno federal. En febrero de ese año la SCT
le adjudicó un contrato por 73 millones de pesos para la construcción de
terracerías, obras de drenaje, pavimento de concreto asfáltico y obras
complementarias en el entronque Tihuatlén, de la carretera México-Tuxpan.
Ese mismo mes, el Centro SCT en el Estado de México le adjudicó un
contrato por 83 millones de pesos para la construcción del entronque Lomas
Verdes en la carretera Chamapa-Lechería. En agosto del propio año, la
Administración Portuaria Integral (API) de Puerto Vallarta, Jal., le otorgó un
contrato por 189 millones de pesos para la construcción de un muelle en la zona
hotelera del puerto.
Ese año la Secretaría de la Función Pública (SFP) abrió una auditoría al
procesos de licitación, integrada en el expediente 0455/2005, en la cual se
comprobaron irregularidades en la asignación. En octubre, la API Lázaro Cárdenas
le otorgó un contrato por 494 millones de pesos para construir el puente sobre
el brazo derecho del Puente Albatros, en el recinto portuario de Lázaro
Cárdenas, Mich. Ese mismo mes el Centro SCT en Tabasco le otorgó un contrato por 256
millones 912 mil pesos, para la construcción de do escolleras y dragado
marítimo del Puerto Frontera, obra con la cual, supuestamente, el gobierno
federal reactivaría las operaciones en ese puerto.
En torno a este contrato, Tradeco incurrió en incumplimientos que dejaron
paralizada esa zona del puerto. En noviembre de 2005, el Centro SCT de
Sinaloa le adjudicó un contrato por 40 millones de pesos para la construcción
del túnel Copala, en la carretera Durango-Mazatlán. En diciembre de ese año el
mismo Centro SCT
contrató a Tradeco
para construir otro tramo del túnel, mediante un contrato por 55 millones de
pesos.
Además de Pemex y la SCT, otras dependencias del gobierno federal
otorgaron millonarios contratos a la constructora en el período en que Federico
Martínez Salas era funcionario público, en contravención a la LFRSP
y la LOPSRM. Entre ellas el Comité Administrador del Programa Federal de
Reconstrucción de Escuelas, que en julio de 2005 le asignó un contrato por 33
millones de pesos para “la demolición, construcción, acabados e iluminación del
edificio principal para la librería Bella Epoca”.
En diciembre de ese mismo fructífero año, Aeropuertos y Servicios
Auxiliares contrató a Tradeco para realizar trabajos de drenaje en
el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. El 15 de septiembre de
2006, el Centro SCT de Guerrero, adjudicó a Tradeco y su subsidiaria
Marcadores de Pavimento, el contrato 6-L-CB-O-595-W-O-6 para colocar
señalamientos en diversos subtramos carreteros. El trabajo, que se hizo en solo
tres meses, costó a Comunicaciones y Transportes 78 millones 917 mil 275 pesos.
LLEGA CALDERON
HINOJOSA
Sin embargo, la culminación de la corrupción de Tradeco se da durante el sexenio
de Felipe
Calderón Hinojosa. Fue la constructora más beneficiada con contratos
de todo tipo y lo peor del caso es que las licitaciones estuvieron amañadas y
en ellas se favorecía a esta empresa.
En agosto de 2006, cuando ya Calderón era presidente electo, en una reunión
con integrantes de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC)
Martínez
Salas, entonces director corporativo de Ingeniería y Desarrollo de
Proyectos, definió con la agrupación gremial una prospectiva de proyectos que Pemex realizaría
en el período 2007-2016.
En enero de 2007, 20 días después de que Jesús Reyes Heroles ingresara
como director general de Pemex, Martínez Salas dejó la paraestatal para participar en el diseño de los proyectos de
infraestructura, consideraos en el Programa Nacional de Infraestructura (PNI)
2007-2012, al cual según datos de la presidencia de la República, el gobierno
de Calderón
Hinojosa destinaría 422 mil millones de pesos anuales en los
sectores de energía (263 mil 500 millones de pesos), comunicaciones y
transportes (124 mil 800 millones de pesos) y Conagua (33 mil 700 millones de
pesos).
Luego, Martínez
Salas fue designado vicepresidente nacional de la CMIC. De acuerdo
con datos de esta organización, Martínez Salas, estuvo a cargo de las
relaciones con dependencias del gobierno federal como SCT, Comisión Nacional del Agua,
Instituto Mexicano del Seguro Social y Secretaría del Medio Ambiente y Recursos
Naturales del gobierno del Distrito Federal, las secretarías de transporte y
Vialidad, la de Obras y Servicios, y las jefaturas delegacionales. También se
encargó durante 2008 y 2009, de la promoción de negocios con la iniciativa
privada. El nuevo cago de su padre, ahora en el sector privado, resultó muy
conveniente para el directivo de Tradeco. Su empresa ha sido hasta ahora la
principal beneficiada con el PNI.
SIEMPRE FALLO EN LOS
PUENTES
Tradeco fue beneficiada con el último
contrato que otorgara Pedro Cerisola Weber en la SCT
en noviembre de 2006, una semana antes de que concluyera el sexenio. El Centro SCT de
Sinaloa le adjudicó un contrato por mil 113 millones de pesos para que
construyera un tramo del Puente Baluarte, en el kilómetro 163 de la carretera
Durango-Mazatlán, en el límite de los estados Durango y Sinaloa. La primera con
la que se adjudicó el contrato con el escandaloso monto, derivó en que el órgano
interno de control abriera una indagatoria al proceso de licitación.
En marzo de 2007, la SFP concluyó que la asignación había sido irregular
y determinó que Tradeco
debía devolver a la SCT el adelanto que había recibido a cuenta
del contrato. Mientras la SFP emitía su fallo, el presidente Felipe Calderón
ubicaba a la compañía Tradeco, oficialmente encargada de la obra,
como ejemplo de su programa carretero.
Continuando con la obra, definida por la Presidencia de la República
como la “insignia” de Calderón Hinojosa en este rubro. Sin embargo
el monto que Cerisola
Weber estipuló en mil 113 millones de pesos, el gobierno panista del
michoacano ---según información de la SCT---, con una escalatoria increíble se elevó
hasta mil 700 millones de pesos.
Las adjudicaciones directas fueron la norma del gobierno calderonista,
y que para Tradeco
significaron decenas de contratos. Por ejemplo esta empresa recibió de la
dirección general de Carreteras Federales un contrato para realizar “estudios y
proyectos” de la carretera Durango-Mazatlán por un monto de dos mil 56 millones
de pesos, recursos que le fueron pagados del Fondo Nacional de Infraestructura.
INCUMPLIMIENTOS EN
TABASCO Y CAMPECHE
No es de extrañarse la forma en que esta empresa se sigue comportando en
el cumplimiento de contratos. En Tabasco, Tradeco, que pese a su disfraz fiscal sigue
mencionándose como ligada a los hijos de Martha Sahagún, le fue rescindido el contrato
con la SCT
debido a las irregularidades registradas. No cumplió con el proyecto para poner
en funcionamiento el Puerto de Frontera, Tabasco.
En ese contrato, que al final ocasionó el cese de un conocido
profesionista de origen yucateco pero avecindado en Campeche por muchos años, José María Pino
Rodríguez, que en ese entonces (2006) fungía como director general
del Centro SCT
en Tabasco.
Pino Rodríguez licitó la obra de reactivación del
puerto de Frontera, comprendiendo la construcción de dos escolleras y el
dragado del Río Grijalva, concurso que como siempre pasó sobre otras constructoras
sin cumplir las formas. El proyecto tuvo una inversión de 385 millones de pesos
y fracasó, aduciendo Tradeco que las lluvias y diversos retrasos
habían incrementado el costo; sin embargo un análisis técnico de la SCT,
arrojó que la escalatoria (aumento del costo de la obra) no era procedente, por
lo que se pidió devolver recursos a la dependencia. Porque luego de más de un
año las escolleras presentaban solo un avance del 10 por ciento y el Río
Graijalva seguía asolvado.
Por si no obstara Tradeco ---como está haciendo en Ciudad del
Carmen---, dejó adeudos con proveedores locales y nacionales, así como el pago
de salarios a obreros y técnicos.
La Secretaría de la Función Pública analizó el contrato entregado a Tradeco
por Pino
Rodríguez y las circunstancias en que fue otorgado. Además la
investigación se extendió a todos los contratos adjudicados por José María
a otras empresas relacionadas con presuntos actos de corrupción. Resultado: su
cese luego de más de 25 años de servicio.
En un breve paréntesis hace también varios años otro conocido en
Campeche, Lino
Palacios, fue cesado y arrestado por la PGR cuando se comprobó que
había entregado una licitación a una empresa que construía un puente en el
estado de Chiapas, mismo que se derrumbó. Palacios estuvo por algunos años al frente del
Centro SCT
en Campeche.
Recapitulando, Tradeco, recibe en 2012 el beneplácito de su
villano favorito: el presidente Felipe Calderón Hinojosa, para construir el
Puente de la Unidad II, uniendo la Laguna de Términos entre Isla Aguada y
Puerto Real. El monto de la obra es cercana a los mil millones de pesos, pero
las irregularidades que esta empresa ha cometido en Ciudad del Carmen, la hacen
proclive a una investigación.
Hace apenas una semana la mala operación de las grúas para acomodar las
trabes dio como resultado que una de ellas cayera y con el ello se demostró la
mala calidad de los materiales empleados, pero que Pemex no ha emitido al respecto
una declaración. Y extraña sobremanera porque en esta obra no tuvo injerencia el
Centro SCT
quedando la paraestatal como única responsable del manejo de adelantos,
estimaciones y observaciones, ya que los recursos se presume fueron de la
petrolera mexicana, aunque es cierto que el pasado gobierno federal panista
había dicho que esos recursos estaban etiquetados y que solo serían
administrados por Pemex. El resultado es que algo sucedió con
esa etiquetación, blindaje o lo que sea, porque esos recursos se rumora
desaparecieron tal vez en ese año de campañas políticas.
Hoy Tradeco
está a punto de cometer otro fraude con la construcción del Puente de la Unidad
II, porque con la caída de Oceanografía y Amado Yáñez Osuna en desgracia y con castigo
por dos años el enorme pastel de Pemex, en el que están involucrados desde Mario Avila
Lizarraga, “El Lu-pillo” Garza y
un numeroso grupo de empleados mayores de la paraestatal puede motivar una
investigación de alcances insospechados.
Me llama la atención sin embargo que el señor Gobernador del Estado haya
salido a la palestra a informar que el caso del accidente de la trabe en la
obra del nuevo puente no debe sobredimensionarse. Con el respeto que me
merece el titular del Ejecutivo estatal. No es tercera dimensión ni mucho
menos, es darle a este problema su exacta dimensión: la seguridad de quienes en
el futuro habrán de utilizar esa vía de comunicación.
Recuerde usted señor Gobernador que el gobierno federal en tiempos de José López
Portillo nunca hizo caso a los reclamos de que la Panga Campeche se
encontraba en malas condiciones y que debería usarse la que Marina Mercante
dependiente de la SCT, le había quitado a Caminos y Puentes
Federales de Ingresos y Servicios Conexos (CAPUFE), para dársela a la empresa
prestanombre de un campechano para sembrar los pilotes del puente, que tenían
retrasos considerables y que debía concluirse el puente antes de que “El perro”
abandonara la presidencia de la República,
El resultado de esa mala decisión y, ahí si, falta de visión, ocasionó
el accidente del hundimiento de la Panga Campeche con decenas de muertos y
desaparecidos entre ellos más del 60 por ciento de carmelitas y campechanos.
Ignominia que la historia aún no dimensiona.
Por eso, y por todos los antecedentes que he
señalado, aunque me quedé corto, deben servir para quitarle esa construcción a Tradeco
y fincarle responsabilidades a quien la tenga, caiga quien caiga. Es la vida de
quienes transitarán en el mañana por ese puente. El Carmen no se merece el
abandono ni la mala calidad de las pocas obras que el gobierno federal ha
otorgado a quien durante más de 30 años ha sido el soporte económico de México.