LAS POLAROID
DE LA POLÍTICA
No hay peor manera de desempeñarse para un
gobernante que conducirse por la vía fácil de la indecisión, capitular ante las
encuestas y pretender que los problemas se resolverán por si solos. Si algo, la
historia refleja lo contrario. Aunque hay muchos gobernantes impopulares, los
más impopulares son típicamente aquellos que tomaron decisiones
sistemáticamente contrarias al sentido común y al sentir de la población.
Las encuestas se han convertido en uno de los instrumentos
clave para todos los políticos del mundo. Difícilmente existe en algún gobierno
o gobernante que desdeñe las encuestas en su proceso cotidiano de toma de
decisiones.
En esta era de la ubicuidad de la información, ningún
gobernante puede actuar sin tener datos que le permitan tomar el pulso de la
población. Pero una cosa es pulsar el sentir de la ciudadanía y otra muy
distinta es dejarse arrollar por cualquier encuesta.
Las encuestas juegan un papel central en el gobierno de una
sociedad moderna. Su existencia es una de las mejores evidencias de que los
gobernantes no pueden ignorar el sentir de la población y que toda labor
pública para ser efectiva tiene que responder a la población misma. Es decir,
se trata de una medida importante de la evolución democrática del mundo.
Hasta hace unas cuantas décadas, los gobernantes navegaban a
ciegas, confiando en que su juicio y manera de decidir corresponderían con el
sentir del pueblo. El objetivo de entonces, como lo es ahora, era incrementar
el apoyo de la sociedad a las tareas de gobierno y en la mayoría de los casos
en México, más del 90 por ciento son políticos chapulines (aquellos que brincan
de un cargo a otro sin concluir el anterior), para así ganar los siguientes
comicios.
Detrás de todo esto se encuentra la noción de que el capital
político de un gobernador, senador, diputado federal o estatal, alcalde,
regidor o comisario municipal, crece en la medida en que actúa, en tanto que se
desgasta si no se usa; es decir, el capital político no es algo estático de lo
que se dispone en cualquier momento.
Casi todos los gobiernos de México realizan encuestas de
manera cotidiana, pero son escasos los que las dan a conocer porque de esa
forma capulinamente sustraen a su conveniencia el sentir popular. Y aunque son
muy pocos los que se dejan arrollar por las encuestas, éstas tienen la función
de informar al tomador de decisiones, no de determinar la decisión.
Para comenzar, la opinión pública es algo dinámico, que
cambia con el paso de los días y semanas. Un político puede estar arriba en las
preferencias populares hoy pero por causas diversas podría caer en las
preferencias en las próximas semanas. Nada es para siempre.
Las opiniones se van forjando de acuerdo a las
circunstancias y se modifican cuando un gobierno actúa. Aunque el gobierno
puede saber, a través de una encuesta, lo que opina la mayoría de la población
votante sobre un determinado tema. No existe manera alguna de que pueda
anticiparse el comportamiento de la opinión en el futuro. Si lo anterior fuera
posible no sería necesaria la existencia de un gobernante, pues las decisiones
fluirían de manera automática.
Este punto es crucial. La opinión pública en todo el mundo
tiende a ser conservadora, no en un sentido ideológico, sino en un sentido
práctico, independientemente de sus convicciones políticas o ideológicas. El
cambio ---que muchos repiten insistentemente---, es algo a lo que se ve con
desconfianza pues no se puede estar seguro si se podrá lidiar ---no como
becerro en tentadero---, con
circunstancias nuevas y diferentes.
En este sentido, es natural que la gente se resista a
experimentar cambios en su manera de vivir, actuar o pensar. Una persona puede
ser muy liberal o muy conservadora, puede desear un cambio o rechazarlo y, sin
embargo, la propensión natural es aferrarse a lo conocido en vez de correr el
riesgo de probar lo diferente, independientemente de que el cambio que
resultare de una acción determinada pudiese ser bueno para esa misma persona.
Las encuestas pueden ser brújulas pero no timón para el
próximo proceso de sucesión del gobierno de Campeche. El proceso interno de
selección del candidato para este cargo lleva el membrete de que no habrá
“candidato oficial”, y que el ganador será ---como en todo democracia---,
simplemente el que tenga más votos en la Convención, así se llame Juan Pérez.
Desechando por supuesto aquella amañada “convención” (según César Camacho,
presidente del CEN del PRI, no habrá “dedazo”), que llevó al poder a Jorge Carlos
Hurtado Valdez, as sacado de la manga del arquitecto Jorge Luis
González Curi, quien junto con su hermanito el ex gobernador José Antonio
González Curi, no han dejado de meter las manos en los procesos
electorales.
Actualmente, ambos se la están jugando con prospectos
diferentes: El arqui con Raúl Aaron Pozos Lanz y el perisodáctilo con Rafael
Alejandro Moreno Cárdenas. Ambos aspirantes deben de dejar de cargar
rémoras que como pesado lastre pueden ser negativas para sus posibilidades.
Pero no nos hagamos tontos en Los Pinos cada uno de los
suspirantes a la gubernatura tienen voluminosos expedientes de su actuar
político, y cada día que pasa se van acumulando más y más datos negativos. Si
algo, la historia refleja lo contrario; aunque hay muchos gobernantes
impopulares, los más importantes son típicamente aquellos que tomaron
decisiones sistemáticamente contrarias al sentido común y al sentir ciudadano;
aquellos que evadieron su responsabilidad y no hicieron mayor cosa por cambiar
al aceptar la voluntad popular.
Todos los campechanos saben que tanto José Antonio González Curi como Jorge Carlos
Hurtado Valdez no ganaron sus procesos electorales. Está claro que Ernesto Zedillo
Ponce de León y Vicente Fox Quezada aceptaron los resultados
amañados de un TRIFE a modo, antes de complicarse la vida. No fue sino hasta el
2009 cuando el resultado del proceso electoral para gobernador fue tan claro
que no hubo necesidad de impugnaciones.
El riesgo para Fox fue hacer de las encuestas su programa de
gobierno y terminar su sexenio sin haber hecho diferencia alguna. Felipe Calderón
Hinojosa, también apoyó parte de sus decisiones en encuestas, aunque
solo para sus compañeros de partido.
La opinión pública es efímera, pasajera y terriblemente
riesgosa para un presidente de la República que se guíe en encuestas. Lo único
valioso de éstas es la información que proveen del momento específico, más son
una fotografía de ese instante y no una película con principio, desarrollo y
fin. El Presidente Enrique Peña Nieto no debe limitarse a las
encuestas ni en materia de proyectos, reformas o votos, porque eso augura el
peor final para él, para su gobierno y para el país.
Su responsabilidad es la de encabezar un gobierno que actúa
y no uno que se paraliza ante un instrumento que, por valioso, no es idóneo más
que como fuente de información. El estadista no nace, se hace con las difíciles
decisiones que son inherentes a su función.
FEMINISMO
TRASNOCHADO
No cabe duda que el PRI comete errores
garrafales que luego los convierte en programas de acción, estatutos, etc. Esa
vacilada de dar a cada mujer la mitad de las candidaturas en cargos de elección
popular va a traer consecuencias. Las mujeres han avanzado enormidades es
cierto, pero luego de la rara avis de María Lavalle Urbina, Campeche no ha
tenido una fémina de esas dimensiones. Layda Elena Sansores San Román, es un
ensayo de laboratorio que como el doctor Frankestein le falló a su padre y hoy vive con un lenguaje de
coprolalia y perdida en su laberinto.
Por considerar que hay mucho de cierto en el artículo de Francisco
Rodríguez me permito transcribirlo tal cual.
“¿50 por ciento de las
candidaturas para mujeres? El reino de la igualdad de género solo existe en las
mentes febriles de las y los feministas
o de los seres extraños. No es posible ser matemáticamente exacto en política.
Se gobierna con los mejores, o con los que tengan el mismo
proyecto. No con los que tengan igual cantidad de progesterona. Pero de eso a
andar recolectando coroneles o mandos de representación con una silla testal,
como la que se utiliza en el Vaticano, con un agujero en el asiento para saber
si él o la elegida porta testículos o vagina.
¡Hay siglos de diferencia en esto, cuidado!”
JOCOSO
TAÑIDO DE LA CAMPANA DE LA INDEPENDENCIA
Detrás de los tañidos de la réplica de la
campana de la Independencia se oculta un hecho histórico, chusco que luego de
tantos años y a pesar de los avances tecnológicos se sigue produciendo año tras
año una trama tras bambalinas que, los campechanos ignoran.
Desde los lejanos tiempos en que el entonces coronel de
espada virgen, José
Ortiz Avila, construyó el edificio de los poderes (ahí estaban
ciertamente hace 50 años el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial), el
edificio de cuatro pisos tenía ---y sigue teniendo---, en su parte norte en el
segundo piso en el único balcón que en la azotea porta una copia de la campana
de Independencia, réplica de la que sonó una madrugada del 15 de septiembre en
Dolores, Guanajuato que hoy se dice que nunca la repicó el cura Miguel Hidalgo
y Costilla.
Esa campana cuya réplica existe en cada una de las entidades
federativas de México fue fundida el 22 de julio (la original) de 1768 mide un
cm. de espesor en el diámetro mayor y 67 cms. de altura. El anillo inferior
llamado “pata oreborde”, que es donde da el badajo (de hierro forjado), mide 11
cms. de espesor.
El motivo decorativo de la campana consiste en varias flores
en realce colocadas en su mayoría en forma rombal y que provocan una cruz. En
su parte superior e inferior se aprecian dos fajas: La primera con el nombre de
San Joseph y la otra con la fecha de su fundición.
Pues bien, Ortiz Avila, Carlos
“El negro” Sansores Pérez, (Carlos Pérez Cámara no tuvo el privilegio de
tañerla), Rafael
Rodríguez Barrera y Eugenio Echeverría
Castellot la tocaron sin mayor problema. Pero Abelardo Carrillo Zavala fue el
primero que utilizó el sistema virtual cuando en prueba antes de su inicio como
gobernador se percató de que no podía sostener la bandera nacional, tocar la campana
y todavía proclamar elegías a los héroes de la Independencia. Para entonces el
cetemismo en pleno inventó la comunicación por radio para que cuando “El tacones”
jalara el listón alguien desde el techo golpeara como si fuera el badajo. ¡como
lo oyen!
Jorge
Salomón Azar García, sobrado de energías y estatura no tuvo mayor problema.
Pero la situación volvió cuando José Antonio González Curi, Jorge Carlos
Hurtado Valdez y Fernando Eutimio Ortega
Bernés que inauguró un nuevo sistema del “grito de Dolores”, bajó
los dos pisos y alargó el listón patrio entonces la situación adquirió otra
dimensión porque todo un equipo de
ayudantes se coordinaban con radio para avisar desde abajo: ¡toca! y el que
estaba arriba con tremendo martillo suplía al badajo haciendo sonar el bronce.
Estos fueron en los últimos cinco años, pero este año el
gobernador trató de jalar y hacer sonar el badajo desde la planta baja y si no
es por la intervención de los ayudantes no hubiera sonado la campana. ¿Qué
hubiera sucedido? De película y para pensar un momento.
Este sistema debe desaparecer porque seguir en lo mismo es
un teatro de lo absurdo, de lo cómico y peor aun de una mentira que ya tiene
más de 23 años. Debe inventarse algo más creíble y menos hilarante y el momento
es precisamente en el 2015 cuando un nuevo émulo del padre (o madre) de la
Patria arriba o abajo tremole, hable y haga sonar el bronce como lo hacía el
jorobado de Nuestra Señora de Paris.
Claro, que si como se rumora el próximo grito se dará en el
balcón de lo que será el nuevo palacio de gobierno se acabará esa virtual forma
del principal festejo de las fiestas patrias.
MISMA
GATA SOLO QUE REVOLCADA
Los doce años de dominación panista dejaron
las instituciones electorales plagadas de mañas, mismas que propiciaron los
gobiernos priistas ante la falta del gran dedo de Los Pinos. En aras de una
democracia disfrazada nació el INE (Instituto Nacional Electoral), para
quitarle a los virreyes ese control que dio pie a fraudes electorales en cada
proceso que en la práctica se va a convertir en todo lo que debió combatir.
Pero ahora son los partidos los que metieron mano, aunque claro por
instrucciones de cada gobernador. Resultado: cambiar todo para quedar igual.
Lo positivo del cambio es que como el gato pardo de José de
Lampeduzza cambiaron todo para quedar igual.
El nombramiento de “consejeros” del órgano electoral llamado
OPLECAM en forma disfrazada fue una propuesta de los partidos políticos
representados en el Congreso del Estado y es de facto un mecanismo caduco.
Ese método de elección o designación disfrazada es factor de
incertidumbre, ha generado la partidización y el reparto de cuotas entre
fuerzas políticas, y desvirtuado el propósito de ciudadanizar a los organismos
electorales. Campeche ha sido víctima de procesos electorales amañados que
llevaron al poder a un “gobernador de la grandeza” y a otro de “hechos y no
palabras”.
En la designación de los integrantes de OPLECAM se han
gastado toneladas de tinta, de tiempo en TV y de horas y horas en el aire. Y
todo para nada. El nuevo INE fue incapaz de actuar sin criterios partidistas y
dieron vid a un órgano con déficit de confianza, lo cual es, institucionalmente
una pésima manera de nacer.
Al aplicar cuotas partidistas, dejaron fuera perfiles
mejores que la mayoría de los elegidos y quedaron igual que el engendro que
presidía Jesús
Antonio Sabido Góngora.
Me queda claro, los partidos políticos cambiaron al INE para
quitar a los virreyes (léase
gobernadores) el control de los institutos estatales electorales que desde la
época de Fernando
Loyo Moscoso (+), Celina Castillo Cervera,
Gonzalo Bojórquez Risueño, vendieron sus
almas al diablo y convirtieron ese órgano electoral en un cochinero.
Los nuevos árbitros electorales tendrán en sus manos la
organización de los comicios del año próximo, y los cargos de elección popular
serán con derecho a reelección. Los consejeros, como árbitros electorales,
deben cuidar su actuación y no dar lugar a suspicacias o se afectara aun más su
credibilidad y la poca confianza de la sociedad en ese órgano electoral.
En Campeche es muy frecuente que las personas de alguna
manera se encuentren relacionadas, aunque estén en sitios o circunstancias
opuestas. Lo que debieron hacer los que designaron a los consejeros y
magistrados es consultar a la ciudadanía, a las organizaciones civiles, sobre
los candidatos, por ser un órgano ciudadanizado.
Flaco favor nos haríamos cayendo en un esquema de cuotismo.
Sería repetir lo que se quiere evitar. No existen los ciudadanos químicamente
puros, pero si los ciudadanos honorables. Esos son los que debieron quedar al
frente de los dos engendros que serán los árbitros del proceso del próximo 7 de
junio (paradójicamente Dia de la Libertad de Expresión).
Los nombres de los tres magistrados y los siete consejeros
están de más. El partido en el poder acaba de terminar de construirse su
salvaguarda para las trampas que acostumbra. Ya tienen en ellos a quienes les
garantizan la vista gorda a la hora de ellas o la experiencia en el arte de
torcer la ley para favorecer a quien los hizo llegar a donde estarán.
Ahora el pueblo campechano ya sabe a que atenerse. Dejarse o
luchar contra las inminentes imposiciones que el PRI-gobierno está tramando.
Ese es el reto. Por lo pronto es la misma gata solo que revolcada.